EL MUNDO, LA VIDA Y NOSOTROS.

CAPITULO IV

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Llegó tarde a casa, una vez más. Dejó su bolso en uno de los sillones de la sala y subió directamente a su habitación tratando de hacer el menor ruido posible. Se desvistió y lenta y silenciosamente se puso el pijama. Después de asearse en el baño, se metió bajo las sabanas lo mas desapercibida posible. Realmente estaba cansada y sus ojos no tardaron en luchar por mantenerse abiertos, el sueño la estaba venciendo.

Un brazo rodeo su cintura. Lo dejo pasar. Sintió un calido aliento sobre su cuello, entonces supo que no habría escapatoria, él estaba despierto.

- Otra vez tarde amor? – murmuró una voz en su oído

- Mmmm? – musito "adormilada"

- No te queda hacerte la dormida…- volvió a susurrar en su oído, esta vez Hermione sintió un escalofrió al percibirlo tan cerca - pero de cualquier forma puedo hacer que despiertes – siguió hablando ahora mas seductor.

- ¿Enserio? – se giro la mujer dándole la cara y con una sonrisa picara- Y por qué crees eso? – y le robó un fugaz beso en los labios.

- Porque así es – respondió el hombre separándose un poco de ella y con una sarcástica sonrisa en los labios. – Jerard se quedó esperadote hasta tarde – agregó ahora más serio, recargado en la cabecera de la cama. Hermione bajo la vista. – Tuve que llevarlo cargando a su cuarto porque se quedo dormido en la sala-

- Ay mi chiquito…-suspiró Herms sobrecogida

- Deberías pasar mas tiempo con él, te extraña, eres su mamá y te necesita

- Pero el trabajo me absorbe, lo sabes, además esta contigo Víctor, seguro no se aburre en los entrenamientos, le fascina el quiddich

- No Hermione, en serio, el niño te necesita. Claro, ambos sabemos que es muy inteligente y sabe lo que tu trabajo implica, pero tú también entiende lo que implica tener un hijo de 6 años, te perderás tantas cosas que…- No continuo, notó como su mujer desviaba la mirada hacia otra dirección. Tomo su mano con delicadeza.

- Lo se, lo se pero- volvió a retener la mirada de Víctor, sabia que él tenia mas razón de lo que podía admitir, pero no podía quedarse así, solo admitiendo todo - ¿A que viene tanto reproche? – intento defenderse

- No no no amor, no lo tomes así, ni creas que te estoy reclamando…pero tu tenias algo importante que hacer hoy – respondió Víctor de la manera mas pasiva posible, la ex-griff solo lo miró confundida, víctor al notarlo, dio la vuelta hacia un extremo de la cama y de un cajón del mueble de a lado saco un sobre rojo con dibujos infantiles que Hermione reconoció enseguida… llevo su mano instintivamente a su boca, sabia que ahora si le había fallado.

- Me habló Elissa a la oficina, estábamos entrenando y contestó Carl. Tuve que ir a recoger a Jared a su casa, estaba muy triste y desilusionado, había preparado esa obra durante meses, y te lo habían repetido miles de veces…

- Si, ya no me digas por favor – pidió Hermione, en su voz se notaba tristeza y frustración ¿Cómo había podido olvidar el festival escolar de su hijo, no se lo perdonaría nunca, tenia ganas de despertar al niño y pedirle de mil formas que la perdonarla, se sentía culpable y llena de remordimientos.

- Herm, creo que enserio debemos hablar, hoy pasó esto, pero anteriormente ha habido situaciones similares, no puedes abandonar tanto tiempo a nuestro hijo, no necesitas trabajar tanto ambos sabemos que con lo que gano es suficiente. Tampoco te estoy diciendo que tienes que dejarlo completamente, pero si podrías hacer un tiempo y pasar mas tiempo con el niño- Hablo Víctor seriamente mirando a Hermione a los ojos, esos ojos miel que le encantaban y que en esos momentos amenazaban con derramar lagrimas…- No chiquita…no llores preciosa – y la rodeo con sus fuertes pero a la vez calidos brazos

- Es que…es que me siento terrible – contesto Hermione con voz entrecortada - ¿Qué ha de haber pensado de mi? ¿Qué no lo quiero? ¿Qué no me importa en absoluto? Tú sabes que no es así, que tú y él son lo mas importante en mi vida… - cortó la frase, por que no pudo evitar soltarse a llorar como una niña. Víktor no dijo nada, sabia que necesitaba desahogarse y esa era la mejor manera. Solo acariciaba sus rizos y su espalda transmitiéndole de esta manera todo el apoyo que necesitaba.

Pasaron algunos minutos en la misma posición, Hermione poco a poco se fue tranquilizándose hasta que su llanto ceso y la habitación quedó en silencio. Ella por fin se animo a hablar.

- Y que te dijo? - preguntó casi inaudible.

- Ahora no vamos a hablar de esto ok, ya es tarde y necesitas descansar, pero una cosa si te digo y quiero que te la grabes bien: Nunca vuelvas a decir o a creer que Jared no te quiere, él te adora y sabe perfectamente que tu a él –

- Pero hoy lo defraudé

- Te dije que de eso hablaríamos luego, deja de atormentarte si, No me gusta verte así – dijo Víktor sosteniendo el mentón de la mujer y acariciando con el pulgar su mejilla – ahora vamos a dormir te parece? – propuso soltándola y acomodándose en la cama. Extendió los brazos hacia Hermione invitándola a acomodarse junto a él, ella no lo dudo ni un segundo. Minutos más tarde, Herms dormía placidamente, envuelta en los brazos de él, Víktor sonrió al notar en ella un suspiro tardío de llanto. Así era su Herms, sensible con los que amaba, pero no por eso débil, al contrario, jamás se dejaba intimidar por nadie, impasible y serena siempre; impredecible y fuerte.

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- ¡Matt! – Silencio- ¡Matt! –Nuevo silencio - ¡MATHEW! – Gritó por tercera vez la voz de una chica.

- ¿Ah? – el aludido por fin dio señales de vida, abrió perezosamente los ojos mientras se pasaba la mano por su alborotada melena, dando un sonoro bostezo que solo hizo enfurecer mas a la joven – Déjame dormir ¿quieres? – pidió Matt "cortésmente" mientras se tapaba la cara con la almohada.

- No amiguito, no puedo dejarte dormir, tienes que levantarte ¡ahora! – volvió a gritar la muchacha, esta vez quitándole la almohada y todas las cobijas bruscamente, el chico solo se giró hacia el otro lado acurrucándose de nuevo en la cama vacía.

– Que te levantes! – nuevo intento de la joven, zarandeándolo por el hombro.

- Esta bien, ya, ya… -Matt se incorporó en la cama -¿Y cual es el problema "señorita despertador"?- pregunto sarcásticamente.

- ¡¿Problema, OH si claro. Problema es el que tendrás si no llegas en…- respondió imitando el sarcasmo. Miró fingidamente el reloj inexistente en su muñeca- … 35 minutos a la Universidad, bueno supongo que te interesa el examen que su supone debes presentar hoy. ¿O no?-

- ¡Que! ¿Estas bromeando verdad? – El nerviosismo se notaba en la voz de Matt- ¿Qué día es hoy?

- Jueves, y son las 8:25, si te interesa.

Mathew se levanto como relámpago y paso velozmente junto a la chica rumbo al baño, sin decir una palabra. En la habitación solo se oía el sonido del agua de la regadera cayendo, que no duro más de 5 minutos.

- Respóndeme algo Tanya – su voz sonaba mas relajada una vez que hubo terminado de bañarse y entró a la habitación solo con la toalla amarrada a la cintura –

- Depende – condicionó sin siquiera mirarlo

- ¿De que?

- De la pregunta loca que se te ocurra hacerme hoy – dijo mientras terminaba de peinarse y se dirigía a la cocina – y no se te ocurra preguntarme si… - continúo desde la otra habitación

- ¿Te quieres casar con migo? - pregunto casual mientras se ponía la camiseta…

- Mathew…!

- Que preciosa

- Cállate!

- Por que? Es enserio…

- NO!

- Auch!.Eso dolió – habló el joven con dolor fingido - …je pero solo poquito. – Completó mientras se seguía vistiendo - De todos modos podemos seguir siendo amigos –

Tanya por su parte estaba confundida. No era la primera vez que le hacia esa pregunta, pero siempre era tan poco fiable que ya no sabia si estaba bromeando (como de costumbre), o si las cosas si iban en serio. Y a pesar de que llevaban viviendo juntos poco más de un año, era difícil definir el tipo de relación que llevaban. Algunas veces podían ser los mejores amigos y otras veces se dejaban de hablar por días sin motivo aparente, terminando con una extraña "noche de reconciliación". O peor aun, había ocasiones en que simplemente se hacían compañía, intercambiaban un par de palabras, pero eso bastaba para que cada uno por su lado supiera que podía contar con el otro en cualquier momento. Ambos estudiaban en la misma universidad, en diferentes facultades. El estaba completamente encaminado a la ciencia aunque también gustaba de la literatura y otros aspectos relacionados con el arte. Ella en cambio pertenecía al mundo de la tecnología y comunicación gustaba de la moda, las fiestas… Y sorpresivamente habían coincidido en una de aquellas reuniones a la que ella fue gustosa y Matt obligado por su mejor amigo no podía evitar una cara de hastío que no pasaba muy desapercibida y sin embargo…

FLASH BACK

El ambiente era genial: la música, la gente, bebida, TODO. Una chica de uno 22 años se había apartado del grupo que bailaba al centro de la "pista". Hacia calor, necesitaba tomar aire o se asfixiaría ahí dentro. Tomó un vaso de refresco (soda) y salió con él al patio en donde también había muchos otros que habían optado por la misma medida. Llevaba puesto unos jeans tipo pescador, una blusa de tirantes verde limón que combinaba perfectamente con unas sandalias del mismo color. El lacio cabello oscuro caía en su hombros y una parte cubría su frente y sus profundos ojos negros enmarcados sólo por unas ligeras sombras oscuras que sobresalían en su pálido rostro. Fue directo a un barandal que separaba la parte adoquinada con el jardín y se recargó en él. Permaneció así unos minutos dándole un trago a su bebida de vez en cuando y pensando en la inmortalidad del cangrejo (en todo y nada). Sintió de repente una presencia a su lado, inmediatamente movió la cabeza hacia la derecha y lo vio… Claro, lo primero que notó fue su cara de enfado, él también llevaba un vaso en la mano, pero vacío. No se atrevió a hablarle enseguida como lo hacia la mayoría de las veces cuando alguien le gustaba, algo en ese chico formaba a primera vista una fina barrera a su alrededor.

- Hace calor ahí dentro verdad? – rompió el hielo sorpresivamente el joven sin voltear a verla y jugando el vaso entre sus manos.

- Ehh? – Exclamó algo nervios Tanya – Ehmm si, si tienes razón… jeje.

- No se cómo soportan estar ahí tanto tiempo, yo sólo entré por algo para tomar y no pude estar más de cinco minutos.

- Entonces… te la has pasado acá fuera toda la noche – El chico había girado la cabeza hacia ella y la veía con interés. Tanya no pudo evitar ruborizarse al apreciar esos ojos tan penetrantes que parecían escudriñar hasta lo más profundo.

- Pues sí… no toda la noche, llegamos hace dos horas…

- Entonces vienes acompañado…

- Aja… de hecho creo que lo conoces, cuando llegamos lo saludaste… el Samuel.

- Ah si, ya… pero no te vi, que extraño porque… no pasas desapercibido – dijo sin pensar reparando en el atuendo del chico. - …quiero decir…este…

- Dilo, no me enojo… cabello largo, lentes, ropa extraña…

- J eje… no me refería a eso – y en parte era cierto, porque sin importar lo anterior, un hombre tan apuesto no se le escapaba tan fácil.

- Entonces a que? – en la voz de él había cierta saña y no pudo evitar sonreír al ver como las mejillas de ella se enrojecían..

- Nada, olvídalo…

Pasaron un tiempo sin decirse nada, ambos jugaban con su respectivo vaso… Tanya reparó en eso.

- Vamos por más refresco… quieres? – fue ella quien habló primero.

- No sería mala idea – sorpresivamente caminó hacia ella y la tomó del brazo guiándola al interior de la casa…

- Mathew Klafort… - a media camino el chico se presento y le extendió la mano. Algo muy formal, en opinión de ella.

- Tanya Skinner – respondió la chica estrechándole la mano.

Y fueron por las bebidas para regresar rápidamente al patio, en donde permanecieron por el resto de la noche conociéndose por primera vez.

FIN DEL FLASH BACK

- … Tanya?... Tanya… Tanya! – Matt intentaba sacar a la chica de sus pensamientos…

- Ah… que pasó?

- Nada, solo te quedaste como ida unos segundos… en que pensabas?

- Nada importante… en que debes estar allá en menos de veinte minutos, no has desayunado y sigues todo despeinado… - quedó de frente a él y removió su húmedo cabello con la mano…

- Sabes que eso no es gran problema para mí… solo una rápida pasada del peine, liga y listo… - la miraba distraídamente mientras hacia cada una de las cosas que había numerado… - y en cuanto al desayuno… me llevo un par de pan tostado que acabas de preparar y me lo voy comiendo en el camino…

- Eres imposible…

- Casi, solo una persona puede volverme posible… y tu la conoces perfectamente… - decía el chico acercándose peligrosamente a Tanya dibujando una insinuante sonrisa. A medida que él avanzaba, ella retrocedía, hasta que la pared lo impidió y quedó acorralada entre sus brazos…

- Se te va a hacer tarde y… - no pudo terminar porque en esos instantes su boca era cubierta por los cálidos labios de Mathew que se movían suavemente sobre ella.

- Matt….no…- intentaba liberarse, pero era inútil, ante tal situación ¿Quién podría hacerlo?

- Y entonces? Que dices a esto? – Ahora que ella comenzaba a profundizar y corresponderle, él lo había cortado súbitamente y acariciaba su mejilla con el dorso de su dedo índice…

- Que se te va a hacer todavía más tarde si sigues con tus jueguitos.

- No lo creo… pero – se había alejado de ella y estaba justo frente a la ventana. Levantó una de las persianas y echó un vistazo afuera. Ahí estaba una vez más como desde hace unas semanas: había un hombre parado justo en el umbral de la puerta del edificio de enfrente observando hacía su apartamento, la ropa que vestía era extraña, solo había visto una vez a alguien de aquel modo y fue en una fiesta de disfraces en el orfanato. Y es que nadie iba por las calles usando bufanda y gorro multicolor en pleno verano, ni bermuda combinada con un suéter tejido, lentes oscuros y zapatos de etiqueta… En un principio le pareció cómico y pensó que posiblemente se trataba de algún vecino loco que acababa de mudarse y pero cuando lo vio fuera de la universidad o incluso a unas calles de la casa de Samuel concluyo que algo se traían con el y aunque no tenía idea de lo que era, en cierto modo le preocupaba. – Oye… piensas salir hoy a algún lado? – preguntó volviendo la cabeza en dirección a Tanya.

- Posiblemente, ayer me habló Sandra y me pidió que cuidara de Billy. Si no lo trae en una hora iré por él a su casa…

- Bien, escúchame entonces… - fue por ella hasta donde se encontraba y la jaló del brazo hacia la ventana – ves a ese tipo que esta ahí? – y señaló en dirección a donde hace unos segundos estaba mirando…

- Si… que con él?

- Luego te explico, solo ten cuidado con él, si sales y notas que te sigue o cualquier cosa extraña…me llamas esta bien?

- A veces eres mas raro de lo que pareces – le dijo riendo antes de darle un fugaz beso y empujarlo hacia la puerta – mejor ya vete, yo estaré bien…

- Más te vale… mi mochila…

- Ahí la tienes – le aventó el morral desde donde estaba – Suerte!

- Gracias… te quiero…. – y cerró la puerta suavemente.

- Y yo más de lo que imaginas…. -

Diez minutos después Sandra llamó, le llevaría al pequeño Billy en media hora. Debía esconder todos los pequeños objetos que pudieran llamar la atención del niño y sobre todo si se trataba de cosas de Matt. Volvió a asomarse por la ventana. Ya no había nadie allá en frente. Sin embargo, a ella no le preocupaba demasiado. Australia estaba llena de gente extravagante y uno podía encontrar de todo.

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- Entonces Potter, déjame resumir… Ustedes sabían perfectamente que Draco iba ir a ese lugar, dejaron que fuera y se divirtieron viendo lo que hacia… - preguntaba un hombre seriamente mirando los verdes ojos del joven aludido. A lado de ellos otro chico oía la conversación.

- Pues no exactamente pero… - un chico pelirrojo respondió como si nada…

- Pero que Weasley?… - preguntó el hombre de tez exageradamente pálida a Ron, con voz desdeñosa y seria.

- Pues no fue precisamente divertido, solo queríamos ver que tan lejos llegaba y…

- Basta! – el hombre golpeó fuertemente la mesa, ante la que estaban sentados, con la palma de la mano – me hartan tus sarcasmos Weasley, no te puedes tomar las cosas en serio por una vez en tu vida! – gritó ante la actitud despreocupada del pelirrojo, provocando con esto el enojo del muchacho.

- Pues por una vez en mi vida, quiero saber que diablos es exactamente lo que esta pasando! Por qué tanto misterio? JA.. Pero claro, soy Ronald Weasley… Cómo podría ayudar yo a algo! – no podía notarse más sarcasmo en la voz del joven, quien a estas alturas se había puesto de pie y apoyando ambas manos en la mesa miraba con odio al hombre que le había dirigido las palabras anteriores

- Ron… tranquilízate.. No… - Harry trataba de calmar a su amigo pero fue interrumpido por otra voz…

- Déjalo… que haga su berrinche como si tuviera cinco años, no se podría esperar más de él porque…

- ¿Qué Snape! Vamos dilo! A mi no me afectan tus indirectas… y no soy tan "educado" como Harry para quedarme callado escuchando las estupideces que dices….

- Cuidado con cómo me hablas…

- Puedo hablarte como quiera, ya no estamos en Hogwarts ni tenemos quince años para que te creas con el derecho de mandarnos y…

- No me creo… lo tengo, yo soy el que dirige ahora las actividades de la Orden… Dumbledore ya no está desde hace mucho, por si no lo recuerdas así que…

- Jamás te atrevas a compararte con ese hombre, no le llegas ni a los talones… Pero te encanta pavonearte repitiendo a quien se te pone en frente el puesto con el que cuentas... Aunque viéndolo bien, no es la gran cosa… ¿A cuantos miembros se ha reducido la Orden? A veces pienso que solo estamos Harry, Draco, tú y yo…

- Ron, cálmate. No es el momento para discutir esos asuntos. Snape,- Harry volteó a ver al aludido - no llegarán a ningún lado. Mejor sigamos con lo que estábamos.. Correcto?

- Yo me largo de aquí… No soporto estar junto a este. No se tu Harry… - dijo Ron arrastrando las palabras a tiempo que tomaba su chaqueta y se dirigía a la puerta, deteniéndose ahí esperando alguna respuesta de Harry.

Harry sabia que lo mejor era eso. Ron no tenía idea ni la mitad de lo que implicaba todo ese hermetismo en cuanto a Malfoy, ni el mismo estaba seguro si Snape le había contado el cien por ciento de la historia. De cualquier manera, debía permanecer ahí y hablar con él de lo que fuera que tuviera que decirle y por supuesto que sin Ron sería mucho más fácil.

- Nos vemos luego Ron – Harry pronuncio sin mirar a la cara a su amigo. Sabía lo que significaba este tipo de gestos para el pelirrojo.

- De veras no te entiendo – y azotó la puerta muy fuerte.

- No creas que estoy de acuerdo con todo lo que dijiste…- el ojiverde se dirigió a Snape una vez que Ron había salido

- No me interesa. – Contestó sin mirarlo - Ya que se fue tu amiguito, vamos al grano.

- Habla. – pidió Harry un tanto inquisitivo, cosa que Snape dejo pasar, no tenia tiempo de discutir.

- Si alguien del ministerio viera a Draco caminando tranquilamente por las calles ¿Qué pensaría?

- No creo que alguien lo haya visto porque…

- Responde Potter…

- Pues, probablemente que se trata de un inferi

- Puede que si… pero a parte, hay personas que no se tragaron tan fácil el cuento de la trágica muerte de Draco y desde entonces han tratado por todos los medios de buscar una explicación mas lógica a su punto de vista.

- Pero ya pasaron muchos años, no creo que sigan con eso…

- Te falta vivir Potter. Cualquiera de esos daría su brazo derecho a cambio de una noticia de esa índole. Solo imagina la reputación que adquirirían. Y los Malfoy siguen siendo tema de conversación en muchas pláticas…

- Es difícil mantener a Malfoy en la casa… Ya se por donde vas.

- Les he enviado poción multijugos, supongo que ha sido de ayuda…

- Solo dura unas cuantas horas. Conoces a Draco mejor que nosotros. No parará hasta saber la verdad y cuando lo haga todo se podría complicar…

- Lo se, lo se! Crees que no he pensado en eso? – se exaltó de repente, pero se controló de inmediato- Pero por ahora es mejor mantener así las cosas… - murmuró débilmente - hasta que llegue el momento… - finalizo en un susurro.

- ¿Qué momento Snape? – Preguntó Harry ante la actitud tan extraña de su antiguo profesor de pociones - Que ocultas? –

- El momento lo descubrirán todos con el tiempo. No puedo hablar por ahora…

- Veo que te has inmiscuido en más de un pacto inquebrantable ¿No es así?

- Cerca… - respondió - Bien, basta de preguntas… solo quería avisarles que no estaré durante unas semanas, espero que no ocurran imprevistos en mi ausencia… cuida a tu amigo Weasley, y a ese tal Krum, más le vale mantener la boca cerrada… ni siquiera Granger lo puede saber…

- Y no lo sabrá… no eres el único que ha hecho ese tipo de pactos…

- Puedes retirarte, mañana por la mañana les enviaré mas poción, necesito que vayan los tres a Hogwarts, hablen con McGonagal … - Harry lo miró dudoso - no no no, ella no sabe nada, pero tiene instrucciones para ustedes…

- Y a donde iras exactamente?

- Lejos…- sentenció - Largo! – espetó duramente Snape para cortar la conversación de tajo.

- Buen viaje entonces – Harry salió sin decir nada mas, entendía perfectamente ese tipo de actitudes en ese extraño hombre.

Snape permaneció sentado unos minutos, sin moverse ni un centímetro observando la nada con la vista hacia la ventana que quedaba frente a él. Ya se había juntado todo, tenía al Ministerio presionando, Lucius no estaba "tan" muerto como creía y encima de todo, se acercaban los tiempos que él más temía, aquellos que veía tan lejanos hace menos de 30 años, y las circunstancias cada vez hacían más claro que todo se aproximaba precipitadamente. Era un hecho que las cosas sucederían tal como estaba escrito, pero lo que a él más le preocupaba era el camino que tomarían para llegar a ese punto. Por un tiempo creyó que algo se podría cambiar, con Lucius "muerto" una parte de la profecía simplemente no se había cumplido, pero falló. Lucius Malfoy en el futuro se enfrentaría a lo que más temía y por lo que hizo hasta lo imposible por evitarlo…

Se incorporó de repente, por poco lo olvidaba. Tomó rápidamente un pergamino, tinta y pluma y garabateó un par de líneas… debía avisar de su inesperada visita a Nell, para que tomara las medidas necesarias e hiciera el encuentro entre él y el muchacho lo más pronto posible… era vital alejarlo de Londres y de su verdadero mundo. Una vez terminado el mensaje, subió a la segunda planta de la casa en donde se encontraba una de las lechuzas que utilizaba en esas ocasiones; después de musitarle algunas palabras y amarrarle el papel a la pata derecha abrió uno de los ventanales del corredor y la dejó ir… un día sería suficiente. Respiró profundamente el aire fresco que ofrecía el atardecer, a lo lejos vio como la lechuza se iba convirtiendo en un pequeño punto que desapareció por completo después de unos segundos. Le gustaban esas escenas, lo reconfortaban y le hacían recordar momentos, instantes en los que tuvo la dicha de estar junto a ella tanto felices como trágicos, siempre él con ella. Del mismo panorama donde había desaparecido la lechuza, surgió otra vez una diminuta mancha, esta vez parecía en retroceso: poco a poco iba tomando forma de un ave, sin duda una lechuza y se dirigía irremediablemente a esa casa, única a varios kilómetros a la redonda. Fue cuestión de esperarla unos segundos, cuando la vio más cerca, extendió el brazo y el ave se posó gustosa en el. Se trataba de un animal color ocre brillante que al reconocer a Snape desplegó un poco el ala izquierda, y oculto entre sus plumas, un pergamino escrupulosamente enrollado y atado con una cinta verde asomaba invitando al destinatario a tomarlo inmediatamente. El hombre sin dudarlo agarró el pequeño rollo y llevó a la lechuza al sitio donde anteriormente estaba la otra, después de dejarle unas cosas de comer bajó de nuevo a la sala. Se sentó de nuevo en el sofá y desenrollo el papel… "Más largo de lo habitual" pensó al echar un vistazo al contenido de más de los comunes tres renglones… Entonces era algo importante, y a pesar de eso, lo dejó para después. Quería descansar, lo merecía…

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- Ese maldito Weasley! – murmuró Draco entre dientes, apretando los puños y caminando de un lado a otro de la sala dando grandes y pesadas zancadas. – Pero donde diablos la escondió? … Pero esto no se va quedar así… ya veremos si… - Una fantástica y brillante idea se había dibujado en su mente. Fue hacia las escaleras y subió rápidamente en dirección de la habitación del pelirrojo. La puerta como de costumbre no tenía ningún candado o hechizo anti intrusos, por lo que pudo entrar sin problemas… Cuando recién llegó a esa casa, sin embargo, cada puerta necesitaba de algún conjuro para ser abierta… estaba claro que no confiaban mucho en un exmortifago, y menos de apellido Malfoy… con el tiempo tal vez la costumbre, fue dándoles confianza y poco a poco todas esas exageraciones cesaron, por lo menos dentro de la casa ya que estaba seguro que tanto la entrada como la ubicación estaban bajo la influencia de algún hechizo resguardador…

La habitación era amplia, nada fuera de lo común salvo algunos carteles o banderillas de quiddich, la cama en una esquina con un pequeño mueble a un lado de ella sobre el cual había varias fotografías (mágicas, obvio), pero eso al rubio importaba poco. Se dirigió directo al armario que quedaba justo frente la cama pegado a la pared. No tenía ninguna cerradura ni manija de donde se pudiera abrir, inspeccionó por unos instantes el mueble y nada, intentó varias cosas… Ja, ya se le hacía demasiado. La comadreja seguramente debía guardar algo demasiado valioso ahí dentro para protejerlo de ese modo… con la varita sin duda hubiese sido posible descubrirlo, pero era precisamente el hecho de no encontrar su varita que Draco estaba en ese estado… "En el armario no, pero en algún lugar debe haber algo" musito recorriendo la habitación con la mirada y se detuvo en la mesita de noche que contaba con dos pequeños cajones, en pocos pasos llego hasta ella y se arrodilló frente a esta.

Abrió precipitadamente ambos cajones al mismo tiempo, revisó primero el de arriba en donde no había mas que varios recortes de notas periodísticas, el control de la televisión y otro extraño objeto que no reconoció. El de abajo no ofrecía mayor novedad: algunas notas más, papeles del ministerio y una que otra fotografía de Lovegood. Caso perdido.

Se sentó en la cama y miró las imágenes que descansaban sobre el pequeño mueble… Recuerdos de Hogwarts donde Harry, Ron y Hermione sonreían abrazados… él también tenía ese tipo de fotografías, con la pequeña gran diferencia de que quienes salían en ellas mostraban una sonrisa fingida e hipócrita, incluido él. Siempre le enfermó ver a ese trio junto… ahora entendía el por qué. En aquellos tiempos Draco Malfoy era el niño mimado de Slytherin, el que conseguía todo lo que quería y desde el primer dia en la escuela, esos tres le propinaron el primer trago de perdedor, cuando Potter descartó su "amistad" y la "sangre sucia" y el "pobretón" ocuparon el lugar que él debió tener… y seis años pasaron en los que el rencor, la envidia y por que no, el sufrimiento carcomieron su alma casi hasta agotarla… Tomó la foto y la observó lentamente… debió haber sido tomada en séptimo . Potter y Weasley estaban más altos que la última vez que los vio en sexto, y en Granger ya habían desaparecido completamente los rasgos de niña y se mostraba a una joven linda, esbelta y con cuerpo bien formado, con una expresión de madurez y serenidad raras en alguien de esa edad… Y sintió envidia, se preguntó por qué el no pudo disfrutar de algo similar… Dejó la imagen, el pasado quedaba fuera en esos momentos. Siguió con las demás, las caras eran las mismas, pero no el tiempo, en una de ellas una mujer joven sostenía en sus brazos a un bebé que intentaba agarrar uno de los bucles que caían de la frente de ella. Tras ellos un hombre alto abrazaba por la cintura a la mujer y hacía un gran esfuerzo por sonreír, el bebé por fin se quedaba quieto y sonreía hacia la camara… y volvía a repetirse lo mismo… "Algún día Draco…" pensó nostálgicamente. Se acostó de lleno en la cama y siguió mirando la escena. Una y otra vez. Si alguien le hubiese dado la noticia de la boda de Hermione Granger, no lo hubiera creído. Nadie hubiera imaginado a Granger casada a los dieciocho años… con Víktor Krum, y mucho menos que tuvieran un hijo al poco tiempo. Pocas habían sido las ocasiones en que había visto a Granger después del sexto año, solo en las ocasionales visitas familiares a la casa de Harry y Ron, que no pasaban de dos o tres dias, y en los cuales, el rubio debía hospedarse en casa de Snape. Ella creía al igual que toda la comunidad magica, que Draco Malfoy había muerto den la batalla final contra Voldemort defendiendo al señor oscuro… pero estuvo a punto de descubrir la verdad (una parte) hace menos de un año, en una de aquellas visitas relámpago. Draco lo recordaba perfectamente.

FLASH BACK.

- Tienes que irte de aquí Malfoy!- Harry entro apresuradamente a la cocina interrumpiendo el desayuno de el rubio y Ron, ambos lo miraron sorprendidos con el bocado en la boca.

- Y eso por que? – preguntó Ron más interesado que el aludido…

- Herms acaba de llamar por teléfono, vienen para acá, van a viajar por red flu, no hay tiempo. así que, Malfoy…

- Ok, ok… deja terminar esto si? – dijo señalando el plato que tenía en frente.

- No, no puedes. Con Snape debe haber suficiente comida… Apurarte, que llegaran en cualquier momento – insistió impaciente Harry.

- Ya – Draco sacó su varita – Puedo? – preguntó refiriéndose a que si las medidas de seguridad de la casa le permitirían aparecerse. Harry asintió.

- Enviaremos tus cosas en cuanto podamos. Esta bien?

- Claro – y desapareció en el instante.

La habitación estaba a oscuras. Era pequeña y de mobiliario solo contaba con una cama y un mueble a lado, en la pared de la derecha había colgadas dos grandes jaulas y en cada una de ellas una lechuza retozaba, la primera era negra con algunas plumas plateadas en la parte del pecho y las alas, la otra era en su totalidad de un brillante color ocre. Salió de la habitación y se precipitó a la parte de abajo. La chimenea estaba prendida, pero no había nadie por algún lado. Fue a la cocina, no había mucho de donde escoger por lo que solo tomó un vaso de leche y comió algunos bizcochos que estaban sobre la mesa. Esas situaciones si que eran estresantes. Después de dar un rápido paseo por la casa y asegurarse de que Snape no estaba, le fue de buena idea escudriñar en la habitación del hombre en cuestión y tratar de encontrar información, la que él necesitaba para saber lo que tanto le ocultaba Snape y que obviamente lo incluía.

Media hora más tarde, el chico estaba tumbado en el sillón con el ceño fruncido y maldiciendo un millón de veces a su padrino. Ninguna se le escapaba al muy canalla. No había encontrado nada absolutamente. Se revolvió el cabello desesperado y después se cubrió la cara con ambas manos. La paciencia nunca había sido cualidad suya. Se puso de pie de un salto, sacó de su bolsillo un pergamino doblado en cuatro, lo sostuvo con la mano derecha y con la izquierda le apuntó con la varita, pronunció algunas palabras y sobre la superficie del papel, comenzaron a trazarse mágicamente lineas que fueron tomando la forma de un plano, y lo era, mostraba cada una de las habitaciones de la casa de Potter así comoo parte de sus alrededores. Reviso cada uno de los rincones dibujados y en ningún lugar pudo ver la presciencia de alguien. Sin pensarlo dos veces desapareció con ese destino.

Y estaba en lo correcto. La sala estaba vacía, en los sillones había algunos juguetes muggles aventados y fuera de la chimenea aun había rastros de polvos flu. Lo más seguro es que habían ido a visitar a los padres de Weasley, así que para su suerte, tardarían. No teniendo nada que hacer, encontró entretenidos los juguetes del hijo de Granger, sobre todo un extraño aparato, que si bien no era un televisor (ya que era mucho más pequeño), tenia una pantalla con imágenes en movimiento… (game boy). Ni siquiera supo cuanto tiempo pasó, pero a estas alturas ya había agarrado maña a lo que sea que fuese ese juego, y se encontraba recostado por completo en el sillón apretando sin cesar los botones.

Tal vez todo fue demasiado rápido, o el juego había absorbido tanto su atención, que no pudo reaccionar cuando una llamarada verde iluminó la chimenea. Un hombre que no era ni Potter ni Weasley estaba frente a él, observándolo con un semblante pálido y extremadamente sorprendido. Draco se quedo en la misma posición, no sabía a ciencia cierta que es lo que debía hacer… m

- Tu?...Pe…pe..pero… - el hombre no podía pronunciar ninguna otra cosa. Draco hizo un leve movimiento para ponerse de pie a lo que el sujeto reaccionó y sacó la varita de inmediato apuntándole directo al pecho haciendo que el rubio volviera a quedar recostado en el sillón.

- No, no… espera, esto es un error yo no… - Draco trataba de "defenderse", el sujeto soloo apretaba más la varita a su pecho.

- Tu no estás muerto maldito…

- Si…digo, no pero no es…

-No es lo que pienso?… Te mataré ahora mismo maldito…

- Déjame explicarte, todo es… - El hombre había subido la varita a la altura del cuello de Draco y comenzaba a abpretarla sobre el con fuerza –

- No me interesa, Cruici...

En ese momento una segunda llamarada escarlata salio de la chimenea. Draco sintió un alivio que no había experimentado en mucho tiempo. Harry apuntaba con la varita en la mano izquierda a Viktor, este lo miró de soslayo con una mezcla de confusión y enojo. En la otra mano, el ojiverde sujetaba un pergamino idéntico al que Draco tenía hace menos de una hora.

- Baja eso Krum – ordenó apaciblemente. Viktor lo ignoró por completo y volvió a clavar los ojos en Draco. – Escucha, se lo que estas pensando, y es comprensible, pero todo tiene una explicación, que con gusto te daremos si dejas de apuntarle a Draco… - Viktor titubeó un poco, la mano comenzaba a temblarle. Ese maldito mortífago debía estar retorciéndose en el infierno, después de todo lo que hizo, y lo encontraba de repente así, tan tranquilo en la casa donde los amigos de su esposa vivían ¿Qué más podría pensar? Solo que se tratara de alguna jugada de los pocos seguidores de Voldemort que posiblemente quedaban contra Potter, y los muy miserables se habían dado el lujo de simular la muerte de Malfoy… Pero no era eso, el mismo Harry estaba protegiéndolo… Las dudas lo carcomían ¿ Y si Potter había cambiado de bando y todo era una trampa? La posibilidad era casi nula, pero existía… - Viktor, por favor. Nadie puede salir herido. No hagas nada de lo que te arrepientas después – Harry seguía intentando hacer entrar en razón a Viktor, pero le seguía apuntando con la varita. Draco por su parte, sintió cómo la presión sobre su cuello disminuía.

- Bájala tu primero – habló con voz seria

- No puedo hacerlo, necesito que tu lo hagas…

- No lo haré…

- ¿Puedo confiar en ti?

Viktor cesó por completo la presión sobre el cuello del rubio, este se incorporó en seguida en el sillón y llevó la mano hacia el bolsillo…

- Ponla en la mesa – ordenó Harry a Draco haciendo un gestó con la cabeza y refiriéndose al canalizador que el chico estaba a punto de sacar… El rubio no dijo nada, sacó su "arma" y despacio la colocó en la mesa de centro seguido en cada movimiento por la varita de Viktor. Harry bajó el canalizador y lo puso junto con el de Draco…

- Solo faltas tú – espetó a Krum. Después de unos instantes de duda, accedió y dejó la varita junto con las otras dos…

- Empiece quien quiera, pero hágalo ya – dijo Viktor y se sentó en el sofá que quedaba a la derecha del exsly.

- Draco – cedió la palabra Harry…

- Bien… Tu, como muchos otros, sabes que huí junto con Severus de Hogwarts cuando estaba en sexto curso… A partir de ahí, lo único que se supo (o se supuso) es que me había unido a las filas de Voldemort, en parte es cierto. Al poco tiempo mi padre escapó de Azkaban y se unió con su amo. Sin embargo, mi madre y Snape, trataban por todos los medios de mantenerme lo mas alejado posible de los trabajos para Voldemort. El la batalla final contra él, en la cual estuviste, entre todos lo hechizos y maldiciones que lanzaban, nadie distinguía con exactitud para quien iban dirigidos o quien lo hacía. Yo no tenía idea de lo que mi madre y Severus habían planeado, debía haber sospechado que se traían algo, ya que esa noche, antes de marchar al llamado de Voldemort, me hicieron tomar una poción, según Potter, se trataba de Felix Felicis. El hecho es, que ninguna maldición me dio y en cambio, todas las que yo mandaba, pegaban en el blanco. Estaba eufórico y me sentía orgulloso de mi éxito. Sin embargo, no llegué a ver la caida de Voldemort, un rayo verde me alcanzó y caí, supongo que por el simple color de la maldición dedujeron que se trataba de un Avada Kedabra… y con la excelente actuación de mi madre, me dieron por muerto. Los demás mortifagos ante la inminente derrota de su señor, huyeron y dejaron el camino libre a mi madre para actuar, y la euforia de los aurores la pasaron por alto. Lo siguiente que recuerdo es haber estado en una extraña casa para mí, a pesar que no había recibido la maldición imperdonable, la que me lanzó Severus me dejó inconsciente por unos días. Mi madre cuidó de mí, Snape nos mantenía informados de lo que ocurría a mi alrededor, unos días después supimos que mi padre había sobrevivido, pero nadie conocía su paradero, esto preocupó de sobre manera tanto a mi madre como a Severus, y yo a esas alturas, estaba más confundido que nunca y nadie me daba una explicación completa. Debieron haber pasado uno o dos meses, un día Lucius se apareció en la casa, nunca descubrimos cómo supo dónde estábamos, quería que me uniera al pequeño grupo de mortifagos que quedaban; pero a mi, a decir verdad, me había agradado esa vida tan pacifica que disfruté en ese pequeño lapso. Me negué y el se enfureció, estaba obsesionado con mi retorno a su lado, a mi la verdad no me interesaba, si Voldemort estaba muerto, ya éramos libres, pero él no lo veía así. A mi madre le aterraba la idea. En un principio, sus insistencias no pasaban de eso, pero conforme se fue desesperando, empezó a amenazarnos… Snape en todo ese tiempo, fingía estar de su lado… Y todo se vino abajo cuando una noche, él llegó, Severus y mi madre estaban hablando, yo estaba arriba… No se que haya oido Lucius que le hizo comenzar a lanzar hechizos y maldiciones a diestra y siniestra… Cuando bajé, mi madre estaba en el piso, inconsciente, y Lucius y Snape se batían en duelo. Corrí hacia mi madre y traté de sacarla de ahí… mi padre se dio cuenta de mi presencia e ignoró por completo a Snape, se dirigió hacia nosotros y pronunció una frase en un lenguaje extraño, nada pasó, pude notar como su rostro se contorsionaba en ira. Admito que fui un verdadero cobarde… siempre le temí, pero esta vez estaba paralizado y lo único que pude hacer fue abrazarme a mi madre y escuchar como pronunciaba lentamente la primer palabra para asesinarme, gracias a Snape no fue así, un Cruciatus dio a Lucius por la espalda, vi como caía y se retorcía. Sentí una mano que apretaba la mía… Lo último que oí decir a Narcisa fueron palabras suplicantes pidiéndome que me fuera, que tomara no se que cosa de su habitación…y una promesa, una promesa que sigo dispuesto a cumplir. Aún hoy, no se que pasó por mi cabeza, ni siquiera me despedí de ella. Snape lanzó otra maldición y yo subí corriendo las escaleras. Tomé lo que había dicho… era un traslador. Fue la ultima vez que la vi. A partir de ahí, vivi solo… en Brasil. Aprendí demasiado en ese país… No se que haya sucedido o que haya llevado a mi madre a volver con Lucius, pero lo hizo. Afortunadamente el maldito murió poco tiempo después a manos de aurores… Y hace poco me enteré que Narcisa tambien había fallecido… Luego de tres años en América, Snape fue por mi, y me trajo aquí… Potter? – Draco se detuvo y miró a Harry. Viktor los miraba con cara de incredulidad. Simplemente la historia era demasiado extraña.

- Definitivamente Malfoy, tu historia es lo mas cursi que he escuchado… ¿Por quien me tomas? – preguntó Viktor exasperado y poniendose de pié… - No se a que quieran llegar, pero yo no me lo trago… ¿Me vas a decir que no hiciste todo lo que se te acusa?

- NO

- Y me vas a decir que estas profundamente arrepentido. Por Merlin!

- Sigue escuchando… Siéntate de nuevo por favor… Voldemort fue derrotado, los últimos mortifagos capturados, el Ministerio no cabia de gusto… Yo sin embargo, debía saldar cuentas con uno de ellos: Severus Snape, lo busque durante casi un año, en el cual no encontré nada que me sirviera… Herms ya estaba casada con tigo… yo también necesitaba hacer mi vida y olvidarme del pasado… y lo intenté… Ron y yo conseguimos esta casa… Tres meses antes de que Snape fuera por Malfoy a Brasil un día llegó como si nada a la chimenea de esta casa. Podrás imaginar lo que pasó después… el hecho es que terminé aceptando una sola explicación… me entregó una carta de Dumbledore, pero eso no interesa en estos momentos. Confesó que Malfoy no estaba muerto y que necesitaba que lo ayudáramos… la idea de tener aquí a este – señaló a Draco – obviamente no era nada agradable… pero terminamos accediendo, lo siento pero no podemos decir el por qué, solo quiero que sepas que, aunque Voldemort esté muerto, no significa que la oscuridad se haya ido del todo… Espero que lo entiendas… Y es por tu seguridad que no sepas nada más…

- Y entonces que quieren que haga? – preguntó Viktor con cierto deje irónico.

- Que no lo digas a nadie, ni a Hermione…

- No se si…

- Si sabes Viktor, necesitamos una certeza… Necesitamos un pacto… - Dijo Harry seriamente. Draco abrió los ojos sorprendido, sabía de lo que se trataba…

- No creo que sea para tanto Potter – sugirió el rubio…

- Si lo es – contestó el moreno, y es que, lo que Draco no sabía era que Harry tenia más información que él.

- No querrás decir que… - intervino Viktor

- Si, vamos a hacer un Juramento Inquebrantable… - Harry habló sugestivo. Draco estaba sorprendido, estaba tomando las cosas demasiado enserio, a no ser que…

- Por quien me tomas?¿Crees que no puedo mantener la boca cerrada? Me importa poco si Malfoy vive o muere, lo que me interesa es que mi familia esté segura… - dijo Viktor tratando ocultar su nerviosismo y queriendo sonar lo mas sereno posible.

- Sé que puedes hacerlo. Por favor… no será para siempre – Draco y Viktor miraron al mismo tiempo a Harry, para el rubio, esas palabras significaban demasiado: eran una prueba más para sospechar que Potter sabia demasiado… - y también es seguridad para Hermione y Jared… - Harry caminó hacia Viktor, tomó su mano derecha e hizo una seña a Draco para que se acercara.

- Es necesario? – preguntó Viktor.

- Completamente. Draco? – el aludido se acercó, colocó la punta de la varita sobre ambas manos entrelazadas.

- ¿Juras callar todo lo que has oido y visto sobre la fingida muerte de Draco Malfoy?

- Lo juro.

- ¿Juras negar, bajo cualquier circunstancia, que Draco Malfoy esta vivo?

- Lo juro.

- …Y tambien, juras no tratar de encontrar cualquier información que tenga que ver con Draco… así como hacerme saber, por si llegaras a enterarte, sobre algún tipo de sospecha de que alguien tenga acerca de Malfoy…

- Oye… eso no…! – intentó replicar Viktor.

- Lo juras?

- Lo juro…

Finalmente las hebras escarlata formadas en cada juramento, se enroscaron entre si, y desprendieron un intenso brillo para después, desaparecer… Las tres personas que estaban en esa habitación permanecieron en silencio un largo tiempo. Viktor aun no trataba de asimilar lo que acababa de hacer, quería preguntar, pero no se atrevía. Entonces, Draco se puso de pie y con un gesto de la cabeza hacia Harry y un casi imperceptible "gracias" para Viktor, desapareció del lugar…

FIN DEL FLASH BACK

Aun sostenía la foto de la familia de Krum en sus manos, después de ese encuentro, ellos no habían vuelto a pararse por ahí… Dio un último vistazo a la imagen y la dejó de nuevo en su lugar, decidió continuar buscando su varita… echando a un lado la "venganza" hacia Ron. Bajó a la sala de nuevo y escuchó ruidos en la cocina. Antes de cualquier encuentro con quien fuere que estuviese ahí, prefirió revisarlo por el mismo mediante el mapa que llevaba en el bolsillo al igual que Potter Y Weasley… Se trataba de Harry. Draco fue al lugar señalado, probablemente él supiera donde había quedado su canalizador…

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UFFFF! ES EL CAPÍTULO MÁS LARGO QUE HE HECHO…. JE JE…

OJALÁ LES HAYA AGRADADO…. Y RESPECTO AL CAMBIO DE TITULO, ES QUE LA VERDAD EL OTRO NO TENÍA MUCHO QUE VER CON LA HISTORIA…

HERMIONE…. SI, ESTA CASADA CON VIKTOR KRUM Y TIENEN UN HIJO (O.O°)… PERO SUCEDERÁN MUXAS COSAS MÁS ADELANTE…

JA SABEN, CUANQUIER DUDA…PREGUNTEN! QUE PA ESO AQUÍ TOY..

Y WENO, LAS DEJO Y ESPERO SUS REVIEWS

P O R

F A V O R !