Bueno, comenzamos una nueva aventura. Esta historia está basada en Arcane (Acto I, II y III) así que, obviamente, leer con discreción. Ojalá les guste y bueno, dejen reviews Va a ser un fanfic largo, no sé qué tanto, probablemente igual que Arcano (duró 9 capítulos).

Quizá se pregunten qué significa SERVA ME, SERVABO TE, bueno... Es latín y significa "Sálvame y te salvaré", no es que sea buena en latín, simplemente tengo una saga de libros favorita que se llama "Nocte"... Consta de tres libros y esta frase se repite en todos ellos y me pareció interesante por dos motivos. El primero, hacer honor a mis libros favoritos jamás está mal. Segundo, tiene que ver con este fanfic, verán por qué en el futuro.

Tengo que aclarar que este fic podría contener escenas de sexo, violencia, salud mental, suicidio y demás a lo largo de la historia así que recomiendo tener una edad correspondiente.

Disclaimer: Los personajes y lugares son propiedad de Riot y no me pertenecen.

PODRÍA CONTENER SPOILERS DE ARCANE.


Serva me, Servabo te.

By: Reyna.

~Capítulo uno: El salvador

Ekko la vio allí parada, con su maldita cara de psicópata asesina, y supo que tenía que acabar con ella, así como ella había acabado con sus amigos, entre ellos, ella misma: Powder fue su primer víctima y la que él más lamentaba.

—¡Corran! —le gritó Ekko a Vi y su nueva amiga Piltilla, una policía que conoció cuando, increíblemente, la sacó de la cárcel.

Las chicas dudaron, sobre todo Vi, pero decidió que, por el bien de Caitlyn, debía irse y conseguir ayuda médica. Elegir entre Powder y Caitlyn terminaría siempre a favor de Powder, sin embargo, Jinx era diferente.

El joven volvió su mirada hacia Jinx, que lo observaba desde el otro lado del puente.

—Oh, miren quién es, el "salvador" —se burlaba la peliazul mientras sacaba su arma.

La pelea comenzó y a Ekko se le hizo increíblemente similar a cuando jugaban de pequeños, Jinx seguía teniendo los movimientos de Powder, y aquello dolía, porque ahora no era un juego, solo uno de ellos saldría con vida de aquella pelea.

Jinx era muy buena con las armas, Ekko no conocía a nadie mejor, sin embargo, el moreno tenía algo que ella desconocía: Un prototipo de arma temporal que él llamaba "Pulsar Z". El nombre en sí no tenía un trasfondo científico ni mucho menos, Ekko simplemente creía que se oía genial.

Jinx logró atinar una bala en el pecho del chico y, demonios, dolía mucho, aunque Ekko pensó con tristeza que aquella no era la primera vez que Powder rompía su corazón.

El peliblanco volvió en el tiempo unos segundos y, ya sabiendo los movimientos de su adversario, logró esquivar cada bala, para luego correr como un animal salvaje hacia su presa y reducirla con su fuerza. Jinx era increíblemente peligrosa con armas, pero sin ellas y dada la diferencia física entre ambos, Jinx no era un problema para él.

La golpeó con menos fuerza de la que hubiese deseado y, cuando levantó su puño para acertar el golpe final, la vio: Aquél monstruo que acabó con todo lo que él amaba, incluida Powder, no lucía como Ekko esperaba. Tenía los ojos profundos y vidriosos, y estaba cubierta de su sangre, era tan jodidamente igual a la Powder que él recordaba, que simplemente quedó hipnotizado por ella, del mismo modo en que lo hacía de pequeño. Entonces, el chico sintió que quizá había vivido cegado por la venganza todos esos años, quizá Powder seguía viva bajo aquél personaje que Silco había creado y había llamado Jinx, de forma burlona. De pronto sintió deseos de abrazarla, contenerla, de pedirle llorando que por favor volviera a ser aquella niña que amaba, con quien compartió su infancia. Que en sus ojos la había visto aún con vida y que él podía ayudarla a volver, que podían superar sus diferencias juntos, como siempre lo hicieron. Pero antes de que pudiese elegir su camino, todo explotó.

Ekko despertó sobresaltado, se sentó de un brinco en la cama mientras respiraba con dificultad. Había pasado ya un año desde aquello, o más bien doscientos veinticuatro días. Sí, los había contado, aquello había sido un antes y después en su vida; había descubierto que su amiga Powder, a quien creyó muerta, seguía en Jinx. Tenía aquellas pesadillas seguido, porque el ciclo no había cerrado: No había asesinado a Jinx, pero tampoco la había salvado.

Ekko se había salvado de la explosión y se había enterado, días más tarde y gracias a Vi, que Powder había asesinado a Silco, para luego simplemente irse y no volver.

Vi fue aceptada como policía de Piltóver por su gran azaña contra Silco y, con su puesto y su nueva más-que-amiga, Caitlyn, había buscado a su hermana sin éxito. Aún continuaba buscándola, al igual que Ekko, que por su lado, hacía lo mismo. La buscaba en cada maldito rincón de Zaun, cada lugar que ellos frecuentaban de pequeños fue revisado minuciosamente, pero sin suerte.

Los Firelights lo habían ayudado, aunque él jamás les dijo por qué lo hacían y ellos tampoco preguntaron, dieron por hecho que era cuestión de venganza personal.

Jamás la había vuelto a ver desde aquella vez y el joven no podía concebirlo. Demonios, extrañaba a Powder demasiado y aquél encuentro solo había reavivado su esperanza en recuperarla. El joven tenía algo claro, no dejaría de buscarla, la necesitaba en su vida o al menos debía aclarar la situación y ver quién era Jinx en realidad y cuánto aún conservaba de Powder.


—¿Alguna novedad, Vi? —preguntó Ekko. Su amiga estaba sentada a su lado, tragando sin parar unos espárragos azules, típicos de la zona, en un humilde puesto de comida de la calle. Hacían eso cada viernes desde que se habían reencontrado.

—Ninguna —dijo con una mirada triste, aunque con la boca llena.

—¿Cómo puede haber desaparecido así? —preguntó Ekko nervioso, tirando su tenedor a la mesa con más fuerza de la necesaria.

—Caitlyn... —Vi hizo una pausa para tragar— Ella cree que podría estar en Aguas Turbias y tiene un contacto allí, le debe un favor y está investigando por su cuenta. Cuando encuentre algo sólido iré a buscarla, Ekko, lo prometo.

—Lo sé —contestó Ekko palmeando el hombro de su amiga— Es solo que necesito hablar con ella.

—Oh, Ekko, sé que crees que puedes salvar a Powder, pero no creo que el asesinato de Silco pruebe nada. Powder simplemente está loca, mata por placer, no por justicia —dijo Vi mientras sacaba dinero para pagar la cuenta. Fue un alivio tener trabajo y no tener que salir corriendo, como en los viejos tiempos.

—Conozco a Powder de toda la vida y sé lo que vi en aquél puente. Powder sigue ahí, dentro de Jinx, y yo quiero recuperarla —contestó el joven mientras hacía una seña al camarero para que cobrase sus servicios.

—Escucha Ekko —dijo vi observándolo a los ojos, con sus codos apoyados sobre la mesa, su rostro se puso serio de repente—Yo también quiero recuperar a mi hermana, pero debes estar preparado para el hecho de que quizá no quede nada de Powder. ¡Ella intentó matarte aquél día! —gritó de golpe, asustando un poco al camarero, quien dio un pequeño brinco mientras tomaba el dinero de la rosada.

—No fue eso Vi, fue algo más profundo, ella quería morir —susurró el chico, visiblemente afectado.

—Quizá, pero no le importó llevarte con ella —concluyó la chica, bebiendo de su cerveza.

—¡Estaba desesperada, pedía ayuda! —gritó esta vez Ekko— ¡Yo estuve ahí, sé lo que vi!

—Tranquilo, chico —dijo Vi, haciendo un gesto con la mano para que bajara la voz— No creo que Powder pueda ser salvada, pero sé que si existe la mínima posibilidad, eres el más capacitado para traerla de vuelta. Sabes que la amo tanto como tú.

Ekko bajó la vista, algo avergonzado, pero no se molestó en negarlo, así eran las cosas realmente.

—Sé que cuento contigo, Vi —contestó el joven— Nos vemos el próximo viernes.

El chico se levantó, guiñó el ojo en señal de saludo, Vi le sonrió y ambos volvieron a sus realidades. Ekko, a la guarida de los Firelights y Via su modesto apartamento de Piltóver, aquél que compartía con Cait.


Llegó arrastrando los pies a la guarida de los Firelights, realmente se sentía cansado, no dormía bien y gastaba toda su energía en buscar a Powder. Debía cambiar eso, aquella chica no era la única que lo necesitaba, él se debía a sus amigos, sus niños, pero ciertamente no podía concentrarse en otra cosa.

Al entrar notó a su amigo Rowan, un niño de catorce años que creció en un hogar disfuncional hasta que sus padres murieron en las guerras. El chico estaba apoyado en el gran árbol, era el único despierto, parecía temblar un poco, estaba asustado. Aquello no era novedad, Rowan tenía, según Ekko, estrés post traumático y en ocasiones las pesadillas eran demasiado para él, por lo que dormía poco. Trabajaban en ello, pero sin un médico, era bastante difícil hacer que mejore.

—¿Qué sucede, Rowan? —preguntó Ekko, acercándose a él y palmeando su espalda suavemente. El joven lo miró con sus penetrantes ojos negros—¿Otra pesadilla?

Él rió, negando con la cabeza: —¿Es que acaso nunca te enteras de los rumores? —preguntó Rowan, burlándose.

—No últimamente —respondió el líder, bromeando. Y es que tenía la cabeza demasiado perdida en Powder y aquello no le gustaba para nada. Se prometió cambiar eso.

—Hay una bestia suelta en Zaun —terminó por decir Rowan, con la voz temblorosa.

Ekko se rió, su compañero era muy asustadizo, pero aquello le pareció exagerado: —Oh, vamos, Rowan —restó importancia el chico.

—¡Hablo en serio, maldición! —contestó Rowan, más alto de lo que debería, mientras golpeaba el brazo de Ekko de forma amistosa, fingiendo enojo— Es un lobo que camina en dos patas y puede hablar. Aúlla por las calles de Zaun buscando a Vi y Powder.

Al escuchar aquello último, Ekko dejó de reír.

—¿Cómo...? ¿Qué dices, amigo? —preguntó Ekko, algo desesperado, mientras tomaba los hombros de Rowan. La situación era irrisoria, ¿Cómo podía siquiera considerar en la existencia de un maldito perro de dos patas? no lo sabía, pero se prometió seguir cualquier pista que llevase al paradero de Powder, sin importar qué tan descabellado sonara.

—No lo digo yo, amigo, es lo que los lugareños comentan en las calles— terminó Rowan, sin más.

Ekko estaba muy confundido, aquello parecía una locura, pero muchas cosas parecían en Zaun y eso no les quitaba lo reales.

—De acuerdo, coméntame si sabes algo más, ¿de acuerdo? —contestó Ekko y, palmeando el hombro del chico en señal de apoyo, terminó— Y descansa, aquí estamos seguros, estás seguro, lo prometo.

El niño asintió, caminando a grandes zancadas hacia su dormitorio. Ekko, por lo pronto, caminó en dirección al "Mural de los caídos", como él gustaba llamarlo.

Observó la pintura de su amada amiga peliazul y pensó si alguna vez podría volver a tenerla a su lado. Eran tan felices juntos, con Vi y los demás, a pesar de la pobreza, violencia y desigualdad.. ¿Podrían volver a serlo alguna vez? No lo sabía, peor a decir verdad, jamás tendría paz si no cerraba aquél ciclo. Matar a Jinx por el daño causado o recuperarla. No había podido hacer lo primero, por lo que buscaría desesperadamente hacer lo segundo. Besó su propia mano y la apoyó sobre el retrato de Powder, para luego recostarse en su cama y tratar de conciliar el sueño.


Bueno, este es el primer capítulo, espero que realmente lo hayan disfrutado mucho y bueno, esperen nuevo capítulo.

SPOILER DE ARCANE: No sé cómo se hayan sentido ustedes con la serie, yo la amé, amé cada aspecto. Me pareció hermosa, fuerte, sutil. Diez de diez, no tengo quejas, mi única queja sea, quizá, que tengamos que esperar dos años para tener la segunda temporada, pero bueno, lo bueno se hace esperar, supongo.

Coméntenme qué les pareció a ustedes... Los leo