Purple cherie

By: Tokio.

----a todos los fans de kasumi-chan.
Y de satoshi-san también.-----

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"llegara dentro de 3 días...- saco el humo del cigarrillo de su boca rápidamente .
los tonos pajizos del sol, remarcaron sus facciones gastadas y perfil duro al filtrarse por el papel arroz de la puerta de la habitación principal.
"vigilar que cumpla con el trato, es tu trabajo ¿entendido?" la campanilla tradicional, tintineó a causa de la suave y fresca brisa vespertina de octubre, la cual avisaba débilmente la frialdad que tomaría al caer la noche. Los humos de los vasos de té en la mesita y los puros del señor, se mezclaban en un olor mas que especial "esta en tus manos..." el samurai frente a él señor del puro se inclino profundamente tocando el piso con la frente "entendido..."

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"y bien... ¿cómo te ha ido?" gizele miro impacientemente al ronin sin señor mientras soltaba con cuidado una florecilla que tenia en la mano"¿te han tratado bien?" el joven, siguió caminando como de costumbre por la senda en claroscuro, mientras su compañera exigía respuestas con su mirada insistente "venga, di algo"
"Francia..." él joven satoshi se detuvo mas adelante, ella lo siguió con la mirada despistada "¿es un platillo nuevo?" la cara delgada del joven negó suavemente, la chica siguió mirándolo "es una región de Europa." Corrigió mientras su cabello era tocado de nuevo por la brisa gélida de la estación "de allí vendrá mi protegido"
"valla" la chica se emparejo a su lado por el sendero, ambos comenzaron a caminar entre una muy dócil bruma "eso suena... muy lejos"
"¿y donde esta él?" gizele ladeo la cabeza algo molesta "pues después de que el señor de la posada lo apaleara un poco, esta en el hotel del norte de la ciudad" frunció un poco el ceño "mira que querer irse sin pagar... ese takeshi..."

ambos se perdieron en la oscuridad de el crepúsculo purpurino.

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"5 minutos para las 10 de la noche..." el señor de los ojos cansados, soplaba el humo del puro, lejos de su cara, con gran estilo y experiencia.
satoshi al fondo de la habitación, mantenía la mirada reservada de siempre fija en la taza de su té

Desde las 6 de la tarde, estaba sentado en sus cuclillas en la habitación principal de la mansión.
El hostigoso humo de los puros, comenzaba a marearlo y a adormilarlo un poco, pero como samurai que era y con el honor tan alto que tenia aun sin haber comido algo desde 1 día atrás, se mantenía lúcido a la conversación y a todos los ruidillos de los grillos en el jardín.

"ya debería de haber llegado..." agrego algo irritado el señor apagando un puro e inmediatamente prendiendo otro, miro a el joven samurai en busca de una respuesta y una posible conversación "¿no te parece... satoshi"
"si usted lo dice, señor" bajo la cabeza un poco mas, su pequeña cola de caballo bajo su nuca se movió un poco al igual que el flequillo lacio y negro en su frente.. pudo verse en su té verde de repente.

Abrió un poco mas sus ojos negros algo sobresaltado por lo que había visto.
Sus ojos.
Ese par de ojos negros que tenia.
...no reflejaban nada... ni brillo tenían.
Un poco perturbado, se puso mas recto que antes y miro de nuevo a su té

"¿te asustaste, no es verdad?" satoshi miro algo sorprendido al viejo, que no hacia mas que enviarle una mirada extraña entre el humo de los puros "es natural... después de todo... tu alma se esta muriendo"
satoshi miro de nuevo al liquido verde entre el humo del puro.
Pudiese ser, que el viejo tuviera razón...

"disculpe..." la puerta del jardín se abrió un poco. Una persona delgada y de pelo cobrizo y opaco se asomo por una rendijilla"la mercancía, llego"
"excelente" el señor sonrió de forma extraña "abre bien las puertas para que el humo salga, y hazlo pasar de inmediato.
"señor" abrió la puerta corrediza, dejando al descubierto, la pequeña lagunilla de la casa. Tras una reverencia honda se retiro con calma por el pasillo.
Las plantas refulgaban con los rayos de la luna plateada y mientras que los grillos, hacían un silencio mas prolongado entre sus cantos, el silencio se poso en la amplia habitación.
satoshi aun recto como siempre acomodo un poco sus lentes

"¿sabia usted que satoshi-san es el mejor para este trabajo?" El joven samurai se incomodo de la forma tan indirecta que el anciano le hablaba "después de todo... su alma es mas vieja que su cuerpo..."

un pequeño cascabel sonó de repente.
Los hombres voltearon al unísono interesados en aquel silbido que había interrumpido su conversación.
y Ahí estaba ella, en la puerta que daba hacia el jardín.

"¡señorita!"

al oírlo, el atractivo pero callado adolescente, por respeto y norma, bajo su frente hasta el piso esperando la orden de poder levantarse de nuevo. Su fleco resbalo también.

La luna remarcaba su fina y delgada silueta.
El vestido negro de encajes, tan magno y tan ceñido a su cuerpo, apenas y se movió por la brisa de la noche.
La postura, mas recta aun que la de el propio samurai, aun con esos enormes tacones de terciopelo negro y una sombrilla decorativa en su hombro de color vino permaneció en ella.
El cascabel en su largo cuello, pronuncio otro sonidillo en medio de la noche.

"¡ha señorita siryu! Tanto gusto..."

la joven, abrió sus ojos lentamente.
La ingenuidad y la sensualidad combinadas en una sola mirada turquesa, la de ella.
Quien al parecer estaba algo asustada por todo lo que veía a su alrededor.

"pero siéntese, siéntese, por favor." El viejo se levanto de forma rápida, extendiendo su mano a esa pequeña criatura de piel mas blanca que la luna "es un gusto, un verdadero gusto..." beso su mano suavemente mientras la incitaba a sentarse en el cojín central de la habitación.
satoshi miro de reojo la situación.
Se estaba sorprendiendo enserio de la actitud que estaba tomando. Espiar de esa manera era una vergüenza.
Aun así miro con atención todo, se turbó un poco y su estado de animo se abatió un poco .¿qué clase de costumbre tan extraña era esa? Y.. ¿por qué nunca antes la había visto o había oído hablar de ella? una pizca de orgullo herido centello en sus ojos.
Ni el que era el samurai numero uno de todo Japón, podía saberlo todo.
La pequeña chica, se dejo llevar dócilmente hasta el cojín central, con los movimientos mas lentos y elegantes, que se hubieran visto antes...parecían mágicos.
satoshi miro de nuevo al piso, aun con curiosidad de aquella voz y acento tan extraños que se esforzaban enserio por hablar bien el japonés.

"señorita siryu.." le extendió una taza de té verde a la débil muchacha, quien aun parecía algo turbada. Aun así la pureza en sus ojos turquesa permanecía.
Una inocencia y tranquilidad enormes, eran el perfecto reflejo de ella.
Bajó la sombrilla vino al piso de madera, se sentó en sus pequeñas piernas, extendiendo su bombacho vestido en el piso.
y tomando lentamente el vasito de té entre sus largos y níveos dedos envueltos en unos largos guantes de encaje negro, miro con algo de temor a su alrededor. el señor rió débilmente "debe estar realmente exhausta ¿no es así, señorita"
"así.. lo es..." ella miro inocentemente al señor, después de parpadear lentamente, algo de temor se asomaba por el brillo de sus ojos "es natural" el señor ladeo la cabeza "Japón es totalmente nueva para usted, una chiquilla de 15 años"
"13..." corrigió suavemente la criatura con sutileza "son 13"
"valla" el señor abrió un poco mas los ojos "entonces me dieron el dato incorrecto"
"señor..." el cascabel en su cuello sonó con un eco mágico en la habitación. La chica se enderezo un poco, sacando su fino busto. suspiro lentamente "¿cuándo voy a conocer"
"usted no debe impacientarse" rió un poco el señor bajando su taza de té al piso, con un dejo de misterio "todo a su tiempo... todo."

Aunque las puertas estaban abiertas, satoshi aun sentía el mareo de el puro rondando el su cabeza; pero como hombre de palabra que era, mantenía la rectitud que se debía en un tipo de evento como este, mientras solo las voces de los dos interlocutores sostenían aquella extraña conversación resonaban en sus oídos.

"...entonces tu padre esta bien"
"cierto..." la chica miro al piso de madera "él, mamá y hermanas están bien..." sorbió con mucho cuidado el liquido de su vasito. "la cuestión es usted"
"ho-jojo..." rió con modestia el señor "que ternura..." la miro con maravilla " tu japonés no es muy correcto, pero pare ser que entiendes muy bien lo que te digo y expresas muy bien tus sentimientos, asombroso"
"margaret se encarga de eso..." dio otros dos parpadeos muy lentos mientras lo miraba con esa angelical y pura expresión "¿margaret?" el señor la miro interesado, la chiquilla lo sorprendía cada vez mas "nana..." satoshi suspiro un poco¿nana¿Que clase de cosa era eso?
"ho, ya veo..." sonrió enternecido.

Ella miro de nuevo al piso.
"debes dormir ahora." El señor la miro con cuidado. ella, agacho un poco la cabeza, su inocencia era demasiada, que el hombre cruel se estaba comportando de una forma muy diferente a la normal.

La luna aun se colaba por las puertas.
Y poniéndose de pie al igual que el señor, la chiquilla miro a la laguna del jardín.

"luciérnagas..." dijo quedito, el señor la miro de repente sonriendo "así que también hay en Francia"
"si..."

camino al pasillo, colocando de nuevo la sombrilla en su hombro. A punto estaba de partir

"señorita siryu..." volteo inocentemente. mientras su largo cabello mandarina exótico hasta sus caderas, y tan lacio como las aguas de los ríos, se movía graciosamente por el movimiento "el es satoshi..."

por fin enderezo su posición, rectamente y reservadamente, se inclino rápidamente ante ella.
"señorita..." su fleco lacio y negro se movió un poco.
"hoy dormirás con él"... la chica miro hacia la laguna pensativamente, el viento movió su cabello de nuevo, mientras satoshi trataba de digerir las palabras serias del señor poniéndose recto y parándose suavemente "como diga, señor lavit..." dijeron sus labios rosas, mientras daba la espalda a ellos. Sus clavículas se marcaban suavemente sobre su piel e terciopelo deslumbrante. El cascabel en su cuello sonó de nuevo "debe parecerle extraño pero debe cuidarte y es la mejor forma..."

el adolescente miro con cuidado a la niña, seria descortesía mirarla de forma impertinente, aunque la curiosidad, era demasiada.
" No es necesario que lo trates con amabilidad" continuo el señor con un dejo de arrogancia y risa"es solo un sirviente, como tal, si te vez en peligro, no dudes de usar su cuerpo como escudo"
"si..." el cascabel ajustado a su cuello como gargantilla, sonó quedito. miro de nuevo a los dos con sus ojos desvalidos e inocentes, satoshi se sintió turbado...

por fin la veía de frente.
era tan extraña, sin duda una extranjera...

"...señor..." e inclinándose hondamente frente a el viejo, se poso tras la bajita figura de la chica...

mientras la brisa de agosto, los acariciaba a los dos...

fin del capitulo 1