Purple cherie

By: Tokio.

----a todos los fans de kasumi-chan.
Y de satoshi-san también.-----

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"siéntate ahí..." la dulce y baja voz sonó de repente, tras haber cerrado la puerta corrediza de arroz a sus espaldas. su delgado dedo, señalo un apartado rincón de la habitación casi a oscuras.
A penas y el joven podía ver las facciones europeas de su ahora dueña.
La niña se dejo caer suavemente sobre sus piernas, cerca del único futón de la habitación.
satoshi miro con cuidado entre las penumbras de la habitación: mas al fondo, estaban numerosas maletas de piel de cuantiosos tamaños y colores. Algunas crinolinas estorbosas, maniquíes con algunos trajes mas finos, listones y cosas totalmente desconocidas por el joven samurai. Frente a él, uno de los espejos mas grandes que había visto en su vida.
Abarcaba casi de piso a techo y su ancho era algo considerable, los bordados plateados estaban algo opacos.
se miro a si mismo.

Cara delgada y piel apiñonada.
Era muy joven, de no mas de 17 años.
el duro camino que había decidido tomar desde la infancia, lo hacia lucir mayor; la elegancia, seriedad y sensualidad estaba todo el tiempo con él.
En su cabello y postura recta y pulcra.
Sus facciones japonesas y ojos negro profundo, eran su punto mas fuerte... Aun así, esa aparente tristeza muy escondida en sus mismos ojos, adornaba su delgado cuerpo de vez en cuando... y dándole un aspecto de novato en el arte de la espada: su uniforme tradicional azul marino, que le quedaba algo grande; Ocultaba muy bien sus reales habilidades con la espada.

"nana me lo dio...antes de yo partir de la Francia" la niña lo miro desde el piso con ingenuidad , lo miro buscando una respuesta que parecía de pura cortesía y para romper el hielo "aun no te has sentado..." satoshi dejo de mirar su delgada silueta en el espejo, para acatar las ordenes de su nueva ama. el quedo sonido del cascabel plateado a su cuello se escucho de repente

le hizo una profunda reverencia e inmediatamente se sentó a lado del gran espejo de la habitación.
Olía de una manera extraña... como a manzana y canela.
Y a juzgar por todos los accesorios y cosas que estaban ahí, parecía que la estancia de la niña seria larga

"el señor lavit, dijo que eres mi escudo..." alegó con algo de seriedad y débilmente ladeando la cabeza con un movimiento suave "... eso suena muy duro"
"no lo es, señorita..." por fin hablo él, mirando a ella por unos segundos y enseguida al piso tan pensativo como siempre "me pagan por ello"

La chica, lo miro con una ingenuidad enorme. satoshi bajo la mirada por cortesía

"un samurai...de esos que dicen los empastados..." satoshi alzo la vista. Ella bajo con cuidado los tirantes negros del vestido "debe ser, señorita..." le hizo otra reverencia. La niña comenzó a quitar los numerosos listones asegurados a su espalda, con algo de dificultad.
él puso observar que esa mirada de inocencia, no se iba ni un momento de sus ojos turquesa.
"eres tan amarillo..." saco el vestido por arriba de su cabeza, y lo dejo con suavidad a su lado, su lacio cabello mandarina se revolvía un poco en su cabecita. le afirmo con cuidado. "¿eso hacen todos los de tu linaje?" sonó con algo de lástima, que satoshi tembló un poco "si, señorita"
"en mi mundo... llamamos lacayos a señores como tú..." lo miro con ingenuidad, mientras el joven observaba rápidamente, que tenia todo el cuerpo de una niña.
se inclino de nuevo cerrando los ojos

"lo que diga, señorita, es bien agradecido" abrió sus ojos lentamente, mirando a la chica con la seriedad inquebrantable de siempre "pues soy un samurai asiático, y como tal, no se grandes cosas... así que..." se inclino hasta el piso "de antemano una disculpa si no se de repente a que se refiere..."

"caballero samurai..."

él levanto lentamente la cabeza y la niña ladeando la cabeza, aun con esa ingenuidad:

"te llamare así, ya que... tu ser un japonés y yo, francesa..." puso sus manos sobre sus piernas, cubiertas por la larga calzonera de una pieza, blanca y de algodón "por que somos iguales..." dijo tocándose con cuidado el pecho a ala altura del corazón "... y distintos..." toco su cara con cuidado cerrando los ojos lentamente

satoshi abrió un poco mas los ojos

"...por que, vamos a ser amigos..." ella hizo una reverencia japonesa, imitando al joven samurai, su mirada de una niña siguió ahí.
Su piel relumbraba de tanta blancura.

los grillos sonaron de repente y satoshi, bajo la cabeza con cuidado, afirmándole con cuidad pero ampliando su reverencia.

la niña se enderezo con cuidado, quitando con ingenuidad el cabello naranja de su frente. Le hablo sin sentimiento alguno, como lo hacia todo el tiempo

"que bueno."

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"satoshi-san..." el viejo de los puros, miro por la puerta del jardín, contemplando la laguna pensativamente, saco el humo de su enorme tabaco "es realmente perfecto para este encargo"
"¿esta usted seguro, lavit-sama?" el joven delgado y de pelo pastoso y cobrizo de hacia un rato, lo miro algo inseguro desde arriba "desde luego" miro de reojo al muchacho, incomprensiblemente "no hay nadie mejor que él: servicial, invulnerable, sigiloso, mayor, responsable... y fiel como perro ante mis ordenes" dejo caer su ceniza al jardín "moriría por ella si así se lo ordeno"
"¿estará correcto decir eso?" el chico aun preocupado, se sentó a su lado en el escalón de la habitación que daba a la laguna, miro la luna pensativo como él viejo lo hacia "si..." su voz grave y enferma del cigarro sonó ininteligiblemente "este ronin sin señor, aria cualquier cosa por dinero"
"¿innegablemente"
"¿dudas de mi?" su mirada se asevero un poco, el chico bajo la mirada "nunca.. lavit-sama"
"requiere dinero para ayudar a una compañera... una chiquilla que busca volver a su casa"
"¿ca...sa?" el chico lo miro algo apático, una sonrisa salió de los labios del señor "así es... y como, esta enamorado de ella... pues..." amplio su gesto, el chico lo miro algo cortado "..."mi esclavo" es la palabra que puedo utilizar para describirlo mejo"
"entiendo..." el chico se recargo con cuidado a lado de la puerta de arroz, su cabello resbalo por su frente y orejas con suavidad.
"pareces ansioso"
"es que..." su mano gastada toco el hombro del joven ligeramente "él estará bien... ella es la idónea..." "¿por qué lo dice?" el chico lo miro algo perturbado, el viejo lanzo una mirada de frialdad "por que es... una niña..."

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"señor samurai..."

la queda voz de la pequeña, sonó de repente en la oscura habitación, satoshi abrió lentamente el par de ojos negros, ya se estaba adormilando

"dígame" la miro desde el fondo de la habitación.
Ahí estaba ella, enroscada en el tufón, dándole la espalda al samurai, las cobijas le cubrían hasta la cabeza "la almohada esta muy dura..." dijo honestamente y suave bajo las cobijas "no puedo dormir si no es mas suave..."

satoshi suspiro quedamente y enseguida se levanto obedientemente ante el llamado de su protegida, para sentarse a su lado.
Al sentir que ya estaba ahí la niña se volteo hacia él con cuidado. el pelo mayormente bajo la cobija que cubría su cabecita y revuelto entre las sábanas azules de su cama japonesa centelleo unos momentos por la luz de la luna filtrándose por los cuantiosos pero diminutos huecos de la puerta de papel arroz.
Lo contemplo con inocencia entre las sabanas, solo sus ojos aun precavidos de una niña como ella, ante tal situación, brillaron de repente El joven trato de ser lo mas obedientemente posible con ella así que le sonrió muy débilmente, tratando de comprenderla.
Después de todo, era una pequeñita, sola... muy lejos de su casa.

"déjeme esa almohada a mi... ya vera como are que sea mas suave para usted"

parpadeo con cuidado, su mirada aun estaba algo cautelosa mientras el cascabel a su cuello, sonaba de repente, él apiñonado le quito la almohada con cuidado.
Comenzó a darle unas cuantas palmadas, para aflojarla un poco.

"señor samurai"
"dígame" siguió dando algunas palmadas a la almohada, la niña subió la cobija sobre sus labios "¿es cierto... que si miras a los ojos de una persona fotografiada... se puede saber si esta viva o muerta?"

satoshi se sintió raro¿por qué una niña de tan solo 13 años hacia ese tipo de preguntas?

"yo le contestaría que alguien le ha engañado, señorita..." la niña lo miro aun con ingenuidad entre las frazadas "¿lo cree, caballero samurai?..." añadió algo ingenua y admirada, mientras bajaba las cobijas hasta su delgada barbilla"¿lo cree"
"bueno..." dijo satoshi seguido de otra pequeña sonrisa "yo no confiaría en ellas... a veces son borrosas y sales con apariencia diferente en ellas.
que parece que"
"... que se imprime el alma o el sentimiento de ese momento..." la niña completo la frase del callado samurai, con simplicidad y seguridad.
"ajum..." afirmo él después de un largo silencio, entregándole la almohada con cuidado "desconfié de ellas"
"¿por qué"
"por que..." el chico miro al piso con seriedad y algo de dolor "el corazón..." de inmediato volvió a su tono serio, cuando por un segundo se le quebró la voz "...él sabe si la gente que amamos y que no hemos visto, esta viva aun o no..."

satoshi recordó de repente los ojos del señor del puro, bajo la cabeza un poco "discúlpemele, señorita pero creo esta prohibido que una princesa como usted, intime con un plebeyo como yo..."

la niña, subió de nuevo las cobijas hasta su fina nariz, su suave voz se escucho bajo las frazadas "tu no ser plebeyo..." se volteo con cuidado dándole la espalda de nuevo "ni yo una princesa..."

satoshi la miro a la espalda "...eres mi igual..."

fin del capitulo 2