Capitulo 1 ¿...Me estas mintiendo?
Sobre el prado verde que se extendía hacia el horizonte al que a él se le antojaba infinito, el sol en su arbolada hacia guiños dorados y ocres a las briznas de hierba, y se reflejaba en su cabello haciéndolo parecer áureo y diferente.
Él hundía sus pies pequeños y blancuzcos en el pasto sintiéndolo colarse frío y húmedo entre sus dedos, no reía de nada en particular, pero reía. Se acercó al lago y miró su reflejo en él para comprobar como su pelo y su cara tenían el tono melocotón que le regalaba la luz del sol, y se recordó a sí mismo como el personaje de un libro que una vez vio y que él no sabía que era El Principito.
Mientras se miraba una rana había saltado de la orilla del lago a la hierba, era pequeña y viscosa y le había echo asustarse. Acercó su dedo índice a ella poco a poco y cuando estuvo a punto de rozarla volvió a saltar y él dio un respingo que le hizo caer de espaldas sobre las palmas de sus manos, entonces vio a otro niño de su edad inclinarse de rodillas a su lado con un palito en la mano, y se incorporo.
-¿Te da miedo?- le preguntó el otro chico, tenía el pelo ralo y oscuro y la cara manchada de barro, un barro cuyo tono lodoso recordaba al color de sus ojos bobos y caídos, todo su cuerpo bonachón le daba un aspecto de tonto demasiado grande para su edad.
Malfoy asintió ya que no debía dirigir la palabra a ningún desconocido, como bien le habían indicado sus padres, ellos decían que había demasiada gente indeseable en el mundo, y que uno nunca sabe cuando esta hablando con un sangre sucia. –No hacen nada, estas no son venenosas. Las ranas flecha si son venenosas. –Malfoy quiso preguntarle cuales eran las ranas flecha, para así no acercarse nunca a ninguna, pero como no podía hablar con él porque podía ser un indeseable, decidió que sencillamente no se acercaría a ninguna rana jamás en la vida, excepto a esa, que no era venenosa.
Se limitó a contemplar como el muchacho pinchaba a la rana en su piel de goma con el palo, tratando de que el anfibio se metiera por sí mismo en el bote de vidrio que cambiaba pacientemente de lugar cada vez que la pinchaba y ella se desplazaba a derecha o izquierda.
Malfoy empezó a ayudarle con otro palito, sintió que se divertía. Hubo un momento en el que estuvo a punto de hacerla entrar en el bote, pero un zapato negro y reluciente que olía a betún se plantó frente a él aplastando el césped mojado y con él a la ranita.
El pequeño Draco que se había ensuciado la impecable camisa de diseño que le habían regalado sus padres por navidad, sintió el miedo a las consecuencias de aquella negligencia ceñirse a su pecho haciendo que le costara respirar, reconoció el zapato en seguida, sin saber muy bien porque; quizás porque miraba más al suelo cuando su padre le hablaba que a su cara, y le era más fácil enumerar todo su calzado que predecir sus reacciones hacia cualquiera de sus movimientos.
Un sonido extraño y desagradable como si alguien despegara una ventosa de un azulejo, se escuchó cuando la suela del zapato se levantó del césped para situarse al lado del otro pie sin avanzar.
Draco Malfoy quiso llorar pero como era un hombre y le habían enseñado que los grandes hombres con carisma nunca lloran ni son débiles, levantó sus ojitos azules y todavía inocentes del suelo para mirar a aquel hombre frío y distante que podía ser cualquier cosa menos un padre, aunque el pequeño lo identificara como tal.
-Levántate desconsiderado- le dijo con los labios tan apretados que parecían ser en su cara un fino corte, como una media luna cuyos vértices apuntaban hacia abajo. El niño obedeció y solo cuando vio que el pelo de su padre era tan pálido como una nube comprendió que el sol había acabado de esconderse tras las colinas y que ya no se parecería tanto al principito, que ahora habría adoptado de nuevo un tono blanco mortecino en su piel y pajizo en su pelo, ese color que su madre consideraba limpio y decoroso y que a él le parecía darle aspecto de niño muerto.
Su padre le dio un puntapié al niño bobo con el que había estado jugando silenciosamente. El niño gritó a pesar de no parecer de esos que se asustan fácilmente y se fue corriendo: -¡un muggle!- exclamó su padre haciendo un ruido muy parecido al que se hace cuando se escupe.
Lo que le siguió a aquella exclamación fue una sarta de improperios muy variados, palabras elevadas de demasiado peso para un niño tan pequeño como él. Se limitó a quedarse recto con la vista clavada en la rana aplastada, adoptando la pose y actitud correspondiente a las regañinas y sermones. Solo que aquella vez fue diferente.
Cuando su padre acabo de hablarle del honor y la importancia de la sangre algo ocurrió, algo a lo que siempre había tenido miedo. A menudo parecía que su padre iba a acabar sus reprimendas asestándole una buena bofetada, pero siempre Draco se quedaba temblando esperando algo que no llegaba, y amaba a su padre por ser tan benevolente. Salvo que aquella tarde dejó de serlo.
Sintió como si le golpearan con una pala en el la parte inferior de la cabeza y cayó al suelo con tanto ímpetu que al incorporarse escupió la hierba que se había colado entre sus labios magullados. Con los ojos como dos faros encendidos, miró a su padre horrorizado, a su mano cubierta por un guante de cuero negro que siempre había relacionado íntimamente con el bastón de cabeza de serpiente.
Se aguantó las ganas de llorar, pero el temblor incontrolable que se adueñaba de su pequeño cuerpo infantil era algo imposible de cesar, aunque lo intentara con toda la fuerza de su fuero interno, y todo el miedo que doblegaba el espíritu de un niño que, en lo sucesivo, dejaría de ser ingenuo y amable para convertirse e intentar parecerse a el hombre que lo había pegado.
Volvió hacia el lugar donde habían acampado para merendar cogiendo la mano de su padre que minutos antes le había golpeado en la nuca; ese día dio un paso hacia la espiral del horror metiéndose en ella, en un circulo vicioso donde el amor y el dolor eran sinónimos.
Aquella noche durmió en su cama abrazándose las rodillas en posición fetal, habiendo perdido una gran parte del espíritu único e irrecuperable de un niño de cinco años, empezando a esconder en un lugar recóndito de su encogido corazón al verdadero Draco Malfoy.
Hermione contemplaba los prados dorados y verdes tras la ventana perdiéndose a una velocidad tal que todos los colores se entremezclaban más rápido en cuanto los elementos del paisaje se alejaban de la línea del horizonte. Se encontraban en el tren camino a King Cross, y no podía dejar de pensar en él.
La imagen de Draco sacando las manos de su túnica cubiertas del fétido vómito de escorbuto se turnaban en su mente con el recuerdo de su cuerpo marcado. No pudo reír cuando Malfoy corrió a los baños gritando y tampoco pudo burlarse junto con todo el colegio (salvo los slytherins) cuando tropezó con su túnica y cayó al suelo antes de alcanzar las grandes puertas de roble del gran salón que hacían tanto de acceso como de salida.
Hermione se preguntó en que momento aparecería Malfoy en el compartimento para vengarse con sus mordaces palabras, o de cualquier otra manera. Decidió adelantar acontecimientos y salió del habitáculo al corredor. Escuchó la voz de Ron llamándola después de cerrar la puerta tras ella.
Guiada por una intuición desconocida, caminó hasta el último de los vagones, abrió una pesada puerta y llegó al saliente del tren donde el aire daba en la cara con fiereza a causa de la velocidad, y solo una barandilla protegía de caer de la máquina en marcha, era un espacio reducido, Malfoy estaba allí con la mirada perdida y el cabello platino ondeando al viento. Hermione decidió quedarse en la puerta para escucharlo discutir con Blaise Zabini.
-Tu padre te trata como una mierda Draco.
-Que te jodan Blaise, tienes envidia, tu nunca tendrás una familia como la mía. ¿Conoces a alguien que no sepa quienes son los Malfoy? –inquirió Draco con una sonrisa arrogante, mientras caminaba elegantemente por el reducido espacio de la estancia.
-No- contestó Zabini –tampoco conozco a nadie que simpatice con los Malfoy.
-Eso es porque no estas familiarizado con los de nuestra estirpe. Los sangre limpia forman un grupo muy reducido de magos y brujas, y nosotros solo nos relacionamos con gente así.
-¿Y por qué te relacionas conmigo?- Malfoy se cruzó de brazos y puso un gesto parecido al de su madre, Narcisa Malfoy, Hermione hizo una mueca de desdén sin proponérselo al contemplarlo, Malfoy podía resultar incluso atractivo si sus gestos y expresiones fueran las de un adolescente de su edad.
-Eres un slytherin inteligente, eso es todo. –le dijo sin más miramientos –y nuestros padres se caen bien, ellos pasan por alto el hecho de que tu árbol genealógico no sea perfecto, después de todo, no tenéis la culpa de lo que haya echo algún estúpido inconsciente de vuestra familia dos generaciones atrás.
Hermione se dio cuenta de que Blaise fruncía el ceño y parecía molesto.
-Tu padre te pone la mano encima- Malfoy, que en aquel momento estaba cruzado de brazos y satisfecho de su elegante verborrea, alzó las cejas y lo miró con gravedad.
-¿Qué has dicho?
-Yo estaba en tu casa con mi padre el día del sótano, la puerta de la mansión estaba abierta y tu elfo domestico nos invitó a pasar.
-Mataré al elfo.- pensó sintiendo bullir en su interior aquella ira que siempre disfrutaba por poseerle, y que crecía de una manera proporcional a sus frustraciones -No hubo día del sótano, no ocurrió nada ese día.
-Si, yo lo oí, te oí gritar. –Hermione se agarraba fuertemente al marco de la puerta, el metal marcaba en su piel delgadas líneas rojas debido a la presión y sus ojos empezaban a arder. No podía ser cierto.
-¡No oistes nada!- gritó Draco con la voz ronca, desenfundó su varita y le apuntó al pecho -¡Quieres deshonrarme, no soportas que yo sea mejor que tu!- Zabini se irguió completamente, tenso y asustado.
-No hagas locuras Draco.
-Di que soy mejor que tu, y que no oistes nada- Zabini cerró los ojos y tragó saliva -¡dilo sangre sucia!
-Eres mejor que yo…- masculló el muchacho –y no… no he oído.. -Zabini le miró con lastima algo que hizo enfurecer más a Draco que clavó su varita en el cuello de él, con dificultad para hablar por la presión en su faringe Blaise Zabini dijo: -No escuché nada, nada paso aquel día…
-Muy bien…- murmuró Draco con aquella voz fría y férrea, lentamente con la respiración alterada guardó su varita en la túnica –me alegro de que admitas la verdad, supongo que estarás arrepentido.
-Si, claro.
Hermione estaba tan sorprendida e impactada que no se escondió cuando Blaise se dirigió hacia la puerta, ambos se encontraron de frente, Hermione tentó su bolsillo presa del pavor pero la varita se resbaló entre sus dedos.
-Mira que tenemos aquí- dijo amarrándola del brazo y tirando de ella bruscamente. La puerta se cerró con un golpe seco a espaldas de la asustada Hermione.
Cuando Draco levantó la vista su mirada pareció humana por un momento al mirar a la bruja, pero al instante se convirtió en una expresión dura y escudriñadora. –ella si que es una autentica sangre sucia, su árbol si que no se puede excusar. –Draco rió aunque su risa parecía realmente falsa. Hermione se liberó del agarre de Blaise y dio una sacudida a su cabello altivamente.
-¿Nos vas a demostrar la valentía Griffindor, Granger?- inquirió Draco arrastrando las palabras –¿Qué vas a hacer, darme una cachetada?- Draco rió a carcajadas a pesar de que el recuerdo de la humillación no le hacia tanta gracia –no te la devolví solo porque no golpeó a las mujeres. Es más, considero que utilizar las manos en una disputa es denigrante para un buen mago, pero claro, tu no tienes ni idea de lo que es ser un buen mago.
-Y tu padre Malfoy¿No lo considera denigrante¿Golpea a las mujeres o solo a los adolescentes débiles e inseguros? –los labios de Malfoy se torciera en una desdeñosa y contraída mueca, dando algunos pasos al frente se situó frente a ella y su varita la apuntó directamente a la frente tocándola con el extremo puntiagudo de la misma.
-Vete Blaise- fue lo único que dijo Malfoy –largate –Zabini obedeció y salió del compartimento con presteza pisando la varita de Hermione por el camino. Draco agarró a la bruja de los hombros y con un movimiento brusco la acorraló contra la barandilla, sus manos apretaban los hombros de ella, pero no la hacia daño. –Granger, te mataré si dices una sola palabra, te juro que te arrepentirás.
-Eres patético, Malfoy- siseo Hermione sintiendo el aliento del mago rozarla los labios y la fría baranda de metal presionándola; observo más cerca que nunca sus iris grisáceos, su mirada era tan gélida como el más crudo de los inviernos pero era asombrosamente impactante –y eres cobarde.
-Cállate- masculló Draco con los labios fruncidos –vas a pagar por la bromita que tu y tus amigos me jugasteis ayer.
-No me arrepiento de ello- mintió Hermione.
-Lo harás, te lo aseguro.
-Vi las marcas- dijo Hermione exclusivamente –yo estaba escondida en el armario, no pensaba mirar, hasta que las vi. –Draco se ruborizó.
-¿Qué?
-El vomito de escorbuto lo puse yo en tu túnica, la colgué en el pechero y después me escondí en el armario porque llegaste antes de tiempo. Vi las marcas cuando te cambiaste de camisa. –Draco no pudo contenerse y agarró del cuello a Hermione.
-Me caí por las escaleras
-Te maltratan- Hermione notaba como le faltaba el aire. El Draco asustadizo de cinco años que residía en un rincón de la mortecina alma de Malfoy gemía. –Draco- dijo ella llamándolo por primera vez por su nombre de pila –tienes las marcas en tu cuerpo, es imposible que no te lo admitas a ti mismo.
-Cállate, estas loca. Lo único que todos queréis es hacer caer la bien merecida fama de los Malfoy. Y tú, Granger, tu no puedes entender lo que significa llevar el peso de la sangre, mi padre me ha inculcado lo más importante en la vida de un mago de la pureza de los Malfoy, tu jamás entenderás eso.
-¿Estas justificando a tu padre¿Estas diciendo que es natural que te pegue?- Malfoy pareció mirar a través del rostro de Hermione¿estaba justificando a su padre? no lo sabía.
Los dedos que se hundían en la piel de la bruja tensos y rígidos se relajaron un poco, Hermione se dio cuenta de que sus manos cogían las muñecas frías de Malfoy, y que lo había echo intentando deshacerse de ellas porque la ahogaban aunque ya no lo hacían. La piel de Malfoy era suave, pero estaba helada. Aunque aquella presión alrededor de la garganta y la faringe cesó, sus manos no dejaron de estar en contacto con su piel. Por unos segundos Malfoy estaba totalmente ausente, y parecía vulnerable.
Draco deslizó sus manos hasta lo hombros de Hermione y después las dejó caer, los ojos de ambos coincidieron, Malfoy solo la dirigió un susurro.
-Ni una palabra- la dijo en lo que a ella le quiso parecer complicidad.
-Ni una palabra- corroboró.
Hermione estuvo a punto de sonreír levemente cuando la puerta del compartimento se estrelló contra la pared y un muchacho pelirrojo irrumpió como una brisa helada y golpeó a Malfoy en la mandíbula haciéndole caer de rodillas y sangrando al suelo.
Harry Potter rodeó a Hermione con un brazo mientras ella observaba presa del horror como Ron levantaba a Malfoy de cuello de la camisa. Cuando la joven fue capaz de asimilar que Ron estaba golpeando brutalmente a Malfoy, en clara desventaja física, comenzó a sacudirse en brazos de Harry, intentando liberarse inútilmente.
-Se lo merece Mione- susurró él cerca de su pelo viendo las marcas de los dedos de Draco en su cuello –es un… se lo merece, claro que si.
-¡No Ron, para¡Para Ron!- Hermione gritó y se sacudió casi espasmódicamente, nunca se había sentido tan impotente, ni había odiado de esa manera a sus dos mejores amigos. Ron no hacia caso de sus peticiones, golpeó a Draco contra la pared y le cogió del cuello. Draco, por su parte, en medio de aquel agudo dolor, no era capaz de ver a Ronald Weasley agrediéndole sin compasión, sino a Lucius Malfoy en una escena demasiado habitual, tan habitual que estuvo a punto de mascullar la débil súplica que siempre dirigía a su padre: "¡No, por favor…!"
-¿Qué la has hecho sucia rata?- increpó Ron sacudiéndolo con violencia. Harry estuvo a punto de decirle que Hermione tenía marcas en su cuello, pero creyó que no era necesario. Entre sus brazos Hermione luchaba por escapar, sin que él comprendiera el porqué de aquellos insistentes intentos de huir de un amigo que la protegía.
-Ron, déjalo ya- dijo Harry sintiendo las uñas de su amiga en su piel –creo que ha encantado a Hermione, la ha hecho algo. –Hermione sollozaba y se removía, pero al final se dejó caer hacia delante, pendiendo de los brazos de Harry, que eran lo único que evitaba que cayera al suelo. –tranquila Mione. –musitó Harry, ella se deslizó de sus brazos y sus rodillas tocaron el frío suelo, se dobló hacia delante y se llevó las manos al rostro, le parecía la escena más horrible que había contemplado jamás.
-¿Qué, que!- exclamó Ron –tirando a Malfoy de un manotazo contra la barandilla -¿Qué la has hecho?
-Muérete Weasley, muérete para que tu padre tenga una boca menos que alimentar con su patético sueldo. –Ron tembló de irá y levantó su puño para asestar el último golpe, que llegó con toda precisión.
-¡Déjalo de una maldita vez!- exclamó la bruja con los ojos hinchados y enrojecidos, Malfoy, desde el suelo la miró sorprendido, quizás como si fuese la primera vez en su vida que alguien le defendía desinteresadamente. Entonces Ron se doblegó y se dirigió a Hermione a la que intentó acariciar la húmeda mejilla, pero ella volvió el rostro evitándolo.
-La ha hecho algo, esta hechizada o algo así- masculló Ron, que la agarró del brazo suavemente.
Hermione se alejó de Draco con sus dos mejores amigos, constituyendo un elemento principal en aquel trío que durante años había sido perfecto. Recibió una breve mirada metálica del rubio antes de que Ron la echara un brazo por encima, para su desagrado, y la obligara a alejarse dándole la espalda al maltrecho Slytherin.
-"Lo lamento, oh por Dios, lo lamento de verdad…"- quiso decirle con los ojos, pero Malfoy solo la respondió con una mirada totalmente vacía y sin contenido.
Bajo el brazo de Harry y la atenta mirada de Ron, llegó a su compartimento donde solo estaban ellos tres, Harry sentó a la afectada Hermione, y Ron se inclinó sobre ella pasando con delicadeza las yemas de sus dedos por encima de las marcas tenuemente enrojecidas.
-Como puede ser tan hijo de…- masculló –no llores Mione.
-Eres un bestia Ronald…- siseó ella sin mirarle a los ojos
-¿Yo¿Yo soy el bestia?- Hermione se levantó de su asiento con los puños apretados
-¡Eres un animal!- corroboró -¡Eres al menos veinte kilos mas fuerte y corpulento que Malfoy!
-¡Él es también veinte kilos al menos más fuerte y corpulento que tú!
-¡Yo le provoqué¡Por una vez yo fui la culpable!- arguyó Hermione temblando, mientras Harry no podía creer lo que veían sus ojos, Ron y Hermione discutiendo a causa de Draco Malfoy.
-¿…Pero… que te pasa Hermione?
-Nosotros solo queríamos protegerte, pensamos que… pensamos en lo único que se puede pensar al verte en el mismo compartimento con Malfoy. -Hermione se acurrucó en su asiento y se agarró las rodillas, mirando sus zapatos negros- me gustaría saber que pasó ahí dentro. –la joven bruja levantó su mirada ensombrecida súbitamente.
-No os lo voy a decir- dijo con la boca pequeña, dando lugar a la primera ocasión en la que Hermione Granger ocultara algo deliberadamente a sus dos mejores amigos.
Harry, Ron y Hermione se habían despedido en la estación, Ron había besado brevemente la mejilla de Hermione súbitamente enrojecido, y ella había detestado que aquel gesto coincidiese con una breve mirada por parte de Draco Malfoy, no había sido para nada una mirada remilgada o amable, por supuesto, pero no obstante Hermione pudo ver en ella un ligero matiz que la transmitió compasión.
Todo su bello se erizó cuando observó como el alto y estilizado Lucius Malfoy levantaba el rostro de su hijo con su mano pálida y mortecina, sosteniéndole del mentón y reparando en la circunferencia amoratada alrededor del ojo derecho como si fuera lo más infame y degradante del mundo, su hijo había sido golpeado, y en lugar de despertar en el un sentimiento partenalista, sintió asco y repugnancia hacia su propio primogénito.
Draco se veía realmente pequeño e insignificante, totalmente carente de orgullo o firmeza, a la sombra de aquella imponente y ostentosa figura.
Por un momento a Hermione le pareció tan obvio que aquel hombre era excesivamente cruel y déspota, que se preguntó porque jamás se había planteado la posibilidad de que Malfoy fuera tratado con tanto desprecio como al mismísimo Dobby cuando los servía.
Poco más tarde, tras el breve abrazo a su gran amigo Harry Potter, y el apático adiós hacia Ron, Hermione se encontraba en el glauco Ford Focus de su padre, ocupando el asiento del copiloto, sin saber de la inminente noticia que iba ha llegar a sus oídos.
Draco Malfoy se encontraba en la limusina oscura de su padre, alargada y despampanante, que siempre le había parecido un coche fúnebre. Su madre se sentaba junto a Lucius, el conducía con sus cuidadas manos sobre el volante revestido en cuero y lo miraba duramente a través del espejo retrovisor.
-¿Ronald Weasley?- increpó prácticamente escupiendo las palabras, Draco sintió su corazón estremecerse en su pecho.
-Me he peleado con él, ha recibido una buena tunda.
-¿Estas mintiéndome?
-No- el slytherin tembló
-¿De… verás… no estas… mintiéndome…?- Lucius Malfoy parecía masticar las palabras con sus pequeños y perlados incisivos. Draco volvió a negarlo con la cabeza. –Eso espero, porque mañana se celebra un cóctel en el ministerio, donde los trabajadores llevan a sus hijos¿sabes? Y supongo que si ese Weasley ha recibido su merecido, se hará notar mañana- el pánico congestionó a Malfoy. Su madre se giró en el asiento con una pequeña sonrisita.
-Mi niño no mentiría jamás.
-Más vale que no lo haga…- masculló Lucius girando en la calle siguiente, y coincidiendo con un Ford Focus verde en el semáforo. En ese momento Lucius estaba demasiado concentrado en pensar a que tortura sometería a un niño mentiroso, y Draco sumido en el más intenso de los pavores, como para que alguno de los dos se diera cuenta de que en aquel coche que conduciría prácticamente todo el camino en paralelo a ellos, estaba Hermione Granger y su padre muggle.
N/A: Aquí teneis el primer capitulo, espero no haber defraudado demasiado, se que no ha habido D/Hr propiamente dicho, pero tengo que situar las cosas…
REVIEWS
Claudia Malfoy: Hola Claudia, gracias por opinar sobre la redacción, es muy importante que me digais si os gusta y estoy contenta porque me digas que si. Espero que de verdad te vea siempre por aca, como me decias. Un beso y gracias de nuevo :)
Lara: Hola, jajaja, gracias por aceptar el chantaje, jeje... Se que el prologo era muy escaso pero es que los prologos (al menos en mi historias) solo tratan de presentar un poco la idea, era como una especie de muestra para identificar trama y estilo a la hora de escribir. La verdad es que hasta a mi me fastidio hacerlo tan corto, juejuejue. ¿De verdad tengo una lectora fija? Que bien! Ojala todos seais asi :P Un abrazo.
Luchi: Gracias por tu apoyo. Si, la mejor parte de la historia es cuando Draco se enfrenta al hecho de que es y ha sido maltratado. Es muy triste, pero bueno. Besos, gracias Luchi.
Karen: Hola Karen, gracias por dejarme un RR mostrandome tu apoyo. La verdad es que lo único por lo que podría destacar este fic es por la trama, y me alegro de que te parezca buena, y espero que siga siendo asi en adelante y me dejes constancia de ello ;) Un abrazo, hasta pronto!
PauMalfoy¡Hola PauMalfoy! Si pobesito... te dejaria que le curaras, pero es que tiene que ser Hermione, sino sería un Draco&Pau ;) gracias por escribirme, espero que siempre lo hagas! Besetes!
Nymi: Hola Nymi, muchas gracias por dejarme tus impresiones sobre mi forma de escribir y sobre lo poquito que llevo del fic, y sobre todo por darme tu apoyo, claro. :) Te espero tb en este cap, a ver que te ha parecido. Un abrazo.
The Crazy Potter¡Esa Crazy¡Seguidora incondicional! (Andie empieza a hacer la ola en solitario y vuelve a sentarse en la silla del ordenador cuando ve que es demasiado patetico XD) No sabes lo que me alegra tenerte aqui tambien (lagrimilla contenida) ¡y no se me ha cogido ninguna fiebre! Es que queria innovar (goteron al estilo manga cayendo por la frente) Gracias por escribirme, y comprendo que el RR sea corto, el prologo tb lo era, juejuejue. Un abrazo Craazy!
Xiaoyuchan¡Holasss¡Gracias por escribirme, mil gracias! Pues si, pobre Draco, la verdad, el tambien tiene lo suyo... ¿No leemos tb en este cap verdad? Espero tu RR, besos!
Becky¡Hola¿Sabes que tu RR es el primer RR "largo" o "semilargo" XD en mi primera historia D/Hr? (emocionada) ¡Gracias! y no te preocupes que no te explayas, yo soy un reviewmaniaca que puede leer cinco hojas seguidas de un solo RR y se queda con ganas de mas XD Pues la verdad es que si me han apoyado asi que no tienes que amenazarles jejeje, pero oye gracias, me viene bien una cibermatona juejuejue.
Espero no decepcionarte, este fic es un drama pero eso no quiere decir que acabe mal ni que os vaya a hacer sufrir más de la cuenta jijiji. Besitos.
Erika¡Si, encima del escorbuto! Jeje, y lo que le queda al hombre... (adolescente U) Gracias por apoyarme, espero que me digas que te ha parecido el primer cap.
Liria: Hola wapa, visto que os ha gustado voy a continuar hasta el final (a no ser que os deje de gustar por el camino... ¡nooo!) gracias por escribirme, espero que me cuentes que te ha parecido el primer capitulo. Besos.
Luxx¡Que sorpresa! Por alguna razón no esperaba que leyeras este fic, creía que por la falta de tiempo te centrarias mas en otras parejas. Me da mucha alegria tenerte aquí Gracias!
Nela: Hola, no te preocupes no os dejaré colgados, espero que no te haya decepcionado el primer cap. Besos.
Consue: Si, Draco es fuerte, desde luego hay que serlo para aguantar lo que le voy a hacer pasar en este fic, jeje. Espero que me digas que te ha parecido este primer cap.
Java¡¡Hola, gracias por escribirme! En mi fic se tratara mucho el tema, las consecuencias psicologicas que tiene etc… espero que te guste y sigas leyendo.
Sailor: Me ha encantado lo que me decias en tu fic, desde luego toda la personalidad de uno depende mucho de ello, y sobre todo de la infancia. Gracias, espero que sigas dandome tu opinión.
Jean Paul: Prometo que todos los capitulos que vienen van a ser mucho mejores, espero que sigas leyendo. Besos!
Ary Malfoy¡Gracias por tu opinion! Desde luego es reflejo de algo que es muy cierto y pasa, aunque no lo viviera personalmente, gracias a Dios. Besos.
Tati¡¡Gracias! Me hace mucha ilusion recibir un RR tuyo despues de tanto tiempo. Un abrazo.
Alexia Riddle: Espero que a pesar de que el marco de la historia sea el maltrato, finalmente te decidas a seguir leyendo y a darme tu opinion. Gracias, un saludo.
Betwiching¡¡Gracias! Vas a tener que perdonar que no me extienda mas pero no tengo tiempo para contestar los RRs como Dios manda. Solo puedo decir que mil gracias, y espero que sigas leyendo Un abrazo.
Ewian Crowell: jajaja no creo que seas masoquista! Que te parecio el primer cap? Besos.
N/A: Si algun RR no ha sido contestado, no os ofendais por favor, los contesto por la noche y se me va bastante la olla, asi que me avisasis. Besos.
