Luna de Miel

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Esta historia está hecha sin fines de lucro.

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- ¡Firma! ¡Firma rápido! - gritó Genma en un lado de Ranma

- ¡¿Quieres calmarte viejo?! - dijo el joven estresado ante la impaciencia de su padre. Suspirando terminó de firmar el acta de matrimonio y pasó el documento a Akane, a la que, con las prisas, habían posicionado frente a él, al otro lado de la mesa.

Soun husmeó mientras Akane hacía lo suyo y cuando las lágrimas comenzaron a caer del patriarca supieron que estaba hecho. Algunas firmas más, Ranma y Akane, por fin, después de ocho años de idas y vueltas, estaban casados.

- Bien, me encargaré de llevar esto a al ayuntamiento, dijo Nabiki guardando los papeles en una carpeta de cuero café - Ahora, es mejor que se vallan de una vez, antes de que pierdan el vuelo - luego sonrió con burla y agregó - disfruten su luna de miel.

Ninguno de los ahora esposos dijo nada, simplemente obedecieron, con una tonalidad ligeramente roja.

Ranma tomó las maletas más grandes, una de Akane y la otra de él, Akane por su lado cargó una maleta más pequeña y su bolso de mano. El replicar de los tacones bajos por el camino de rocas hasta la van de alquiler resonó, luego de abordar, la familia también subió al vehículo para ir a despedirlos al aeropuerto, Nabiki por su lado, subió a su propio carro y tomó una dirección diferente a ellos.

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Algunas horas después, ya en la sala de embarque del aeropuerto, Ranma suspiró de alivio al librarse de la familia, no es que sus buenos deseos no le importaran, pero eran asfixiantes. Miró como Akane agitaba la punta de sus pies en el piso con impaciencia.

- Deberías haber elegido algo más cómodo para viajar - soltó de pronto mirando el pulcro traje sastre y los tacones de punta que ella llevaba.

- Sabes que apenas llegar a Hokkaido nos llevaran directamente a la sala de conferencias, más bien, tu deberías haberte puesto algo más formal, incluso si te hubieras puesto una de tus camisas chinas sería mejor que ese conjunto deportivo.

- ¡Bah! Sabes que odio los aviones, y si puedo hacer de esto una experiencia más llevadera lo haré - le dijo sacándole la lengua.

- Claro - dijo en burla - si por ti fuera, abordarías en bóxer - en lugar de molestarse, él sonrió socarrón y dijo

- Bueno, los organizadores del torneo de artes marciales de este año han sido generosos, habrá que aprovechar los espacios de primera clase privados que nos concedieron.

- Eres un cínico - dijo ella rodando los ojos, sin captar el doble sentido de la broma, siempre tan ingenua, pensó él.

El viaje fue bástate tranquilo, lo agitado fue la conferencia donde los peleadores invitados de las diferentes categorías respondieron por casi una hora a los reporteros e incitaron al público no solo a asistir a presenciar el torneo, sino a unirse como peleadores a quien tuviera las habilidades necesarias.

Ranma había comenzado con los combates desde los 18 años, no había perdido ninguna pelea desde su adición a los torneos, era el campeón invicto más longevo en la historia de ese torneo en específico que era el más reconocido en el país.

Por su lado Akane había tomado dos años más en prepararse completamente para comenzar a competir, desde que Ranma había saltado a la fama ella había estado en el reflector de los medios de comunicación como la novia del peleador más joven en ganar la copa, regularmente la describían como una muchacha bonita, alguien que sería la perfecta esposa trofeo para un peleador tan reconocido, sin embargo, cuando ganó su primer torneo en la categoría libre femenil, tampoco había abandonado el puesto uno, ahora su fama era por sus propias capacidades.

Este año, los organizadores habían decidido hacer un tour de 7 conferencias por distintos puntos del país tres meses antes del torneo para hacerse promoción, además de combates de exhibición; tanto Ranma como Akane tenían agenda libre y decidieron asistir, la promoción de sus propias carreras siempre caía bien, además de las remuneraciones de los patrocinadores y los tratos de primera por parte de los organizadores.

Luego de la conferencia donde como siempre los reporteros habían preguntado de su relación y ellos comentaban con buena cara sus planes a largo plazo (indicación de Nabiki que era su publicista), habían llegado con el grupo de combatientes al hotel de cinco estrellas reservado. Igualmente, en la entrada del hotel algunos fotógrafos intentaban captar algo de los artemarcialistas y si había algo que enojara a Ranma es que se acercaran a Akane, así que cuando vio a un tipo intentando sacarle una foto a menos de un metro de su cara y ya comenzando a invadir su espacio personal, la cubrió con su cuerpo, la abrazó por los hombros y así entraron en la edificación, cabe mencionar que aquellas fotos y videos fueron la sensación durante las próximas dos semanas.

En los últimos años Ranma y Akane no habían mejorado demasiado su relación en el sentido romántico, de hecho, la espera por algún momento propicio para su amor les había pasado factura y ahora la conexión amorosa parecía muy difuminada, tanto así que, aunque los prometidos habían aceptado de palabra el compromiso sin inmutarse, parecían aún menos una pareja que en sus tiempos de adolescentes.

La situación se había tornado muy extraña, a pesar de no mostrar ninguna muestra de pareja pasaban casi 24 horas al día juntos entrenando, planeando estrategias para el dojo y hablando sobre sus planes en el combate. Regularmente comían juntos, veían tele juntos, viajaban juntos y el contacto físico no explícito de una pareja se había vuelto tan común entre ellos que era inconcebible que pelearan hasta por los mínimos detalles. Nabiki le llamaba tensión sexual, sus padres, increíblemente, le llamaban "presión por el compromiso" y les habían dado un poco de espacio para ver si mejoraban las cosas; por su lado Ranma y Akane lo llamaban incompatibilidad de caracteres, y aun con todo y eso, nunca se separaban.

- Señor Saotome - mencionó la empleada en el mostrador al ver al muchacho, casi encandilada con él. Revisó la pantalla y algunos segundos después tomó una tarjeta y la extendió - piso 7, habitación real, número 517, tiene servicio de habitación disponible las 24hrs y servicio de almuerzo a partir de las 6 am, sus pertenencias ya están en el dormitorio. - dijo amablemente.

- Gracias - Ranma tomó la tarjeta magnética y avanzó con Akane ahora solo de su mano, la chica enrojeció comprendiendo porque el artemarcialista hacía aquello, por lo menos hasta que la recepcionista volvió a hablar haciendo que se detuvieran en seco.

- ¡Ah espere señorita Tendo! - dijo reconociéndola por fin - ¡Aquí tengo su llave! - pensando la empleada que había sido descortés de su parte atender primero a Saotome y que se habían molestado, salió del mostrador y fue hasta donde estaban, extendió la tarjeta con ambas manos hacia Akane e hizo una reverencia en disculpa - habitación real, número 518.

Mientras Akane quedó en shock, Ranma se sobó las sienes con molestia y habló como si fuera una conversación que mantuviese a diario.

- Señorita, por favor revise su sistema, hay un error, lo único que queremos es descansar, si pusieron sus cosas (refiriéndose a Akane) en otro lugar, dé la orden para que sean puestas en esta habitación - agitó la tarjeta en su mano. Se dio la vuelta sin decir más, lo único que quería era que esa empleada dejara de interferir y dejarlo en evidencia.

- Pe... pero señor... - la empleada corrió nuevamente a la barra donde estaba la computadora, tecleó más rápido que la luz y dijo - tengo el registro de las dos habitaciones, cada una con un huésped, yo... - la empleada no sabía que hacer, las políticas del hotel le impedían hacer cambios a la ligera pues si algo salía mal, los cargos los tendría que pagar de su bolsillo, por otro lado, sabía de antemano que los encargados de las reservaciones y gestiones con los hoteles no eran los combatientes que estaban hospedándose, así que ellos mismos no podían solicitar servicios extra sin ser comprobados con el agente que manejaba aquello, ya que si no era confirmado, los manejadores no querrían pagar el extra y los huéspedes tampoco aludiendo a tener sus servicios cubiertos por las organizaciones que pagaban la estancia.

Rápidamente marcó al contacto, pero nadie atendió la llamada, más nerviosa remarcó, pero fue el mismo resultado

- ¡¿Cuál es el problema?! Solo es un simple cambio de habitación - refunfuñó Ranma

- Cálmate, ella no tiene la culpa - por fin habló Akane con un tono rojizo en la cara - Si ella me cambia a tu... habitación - le susurró echando humo por las orejas - habrá cargos por persona extra además del pago de la habitación que me reservaron a mí.

- Bueno, pues fue su error, que lo resuelvan - dijo enojado. En realidad, estaba intentando con todas sus fuerzas mantenerse en el enojo y no desviar sus pensamientos a la consumación del matrimonio. Estaba muy consciente de la cara roja de Akane, pero era una oportunidad que, si no tomaba ahora, luego no tendría el valor de pedirle nada, de solo pensar en soltarle una frase como "Pues ya que estamos casados, durmamos juntos" le hormigueaban las manos.

- No contestan, yo... - dijo la empleada, Akane viendo el aprieto de la joven y pensando que este asunto era fácilmente arreglable en un acuerdo de palabra entre Ranma y ella cuando subieran, dijo.

- No te preocupes - soltó la mano de Ranma y fue hasta el mostrador a agarrar la tarjeta olvidada de su habitación. - No hay problema - diciendo esto volvió a agarrar la mano de su ahora esposo y comenzaron a caminar hacia los elevadores.

Mientras el mecanismo de ascensores los llevaba al séptimo piso, cada cabeza pensaba de manera muy diferente.

Akane sentía que el estómago le daba vueltas solo de pensar en hacer la primera alusión, ¿Que sonará mejor decir?, pensaba, tal vez algo como

- "¿Vienes a mi habitación o yo voy a la tuya?" - pensó, sin embargo, agitó la cabeza descartando la idea - ¡No!, eso es muy atrevido... Él lo dijo primero así que tal vez un "Te alcanzo en un momento, voy por algunas cosas" sea suficiente, si... - mientras que la chica se había convertido en un manojo de nervios pensando en su próxima noche de bodas, Ranma estaba más que tenso con pensamientos completamente opuestos.

- Ella tomó la llave... ella no quiere que pase - sin proponérselo, arrugó el entrecejo - Akane no quiere esto... - su poca confianza se había evaporado.

Llegaron al nivel indicado y tan pronto las puertas se abrieron, Ranma le soltó la mano, avanzó y salió del elevador sin ella, Akane por un momento se quedó congelada, sintiendo un aguijonazo de rechazo claramente evidente.

- Claro... estaba haciendo un esfuerzo, se arrepintió, ya no quiere hacerlo... - desganada, salió del elevador y fue tras él, sus pies a estas alturas le exigían tregua, y su reciente "descubrimiento" no ayudaba a aumentar el ritmo de su caminar.

Algunos metros más adelante, visualizó a Ranma en la entrada de su habitación, aun sin entrar completamente, esperando a que ella llegara hasta donde correspondía, las esperanzas de la joven se elevaron, pero nada pasó, Ranma no tuvo valor para hacer ningún comentario más que un

- Buenas noches - vio como ella abría con duda su propio cuarto y tenía una clara pregunta en sus ojos, pero ella tampoco tenía valor para decir nada a estas alturas.

- Buenas noches - contestó y su esposo entró y cerró en el 517 - excelente noche - dijo con sarcasmo cuando notó que la luz del día inundaba el sitio donde dormiría, apenas eran las 15:00hrs y a las 18:00 sería la exhibición, mañana partirían temprano.

Arrojó con fuerza su bolso al primer sofá que se le cruzó, se dejó caer en la alfombra y se quitó los zapatos.

La verdad, desde hace tiempo había asumido que Ranma y ella terminarían casados, pero él nunca había dicho algo concreto sobre sus sentimientos, así que no solía pensar en ello, la idea de enfrascarse en un matrimonio donde ella fuera la única enamorada le aterraba, así que dejar de lado de cierta manera sus sentimientos había sido una poderosa protección.

Se movió a gatas hasta el minibar en una esquina de la habitación, tomó el primer ramune que se topó, ¿Quién necesitaba alcohol cundo podía consumir azúcar y endulzarse la vida?

- Nadie - dijo en voz alta cuando de la canastilla sobre el frigorífico tomó de los regalos de recibimiento una enorme barra de chocolate.

Aquella mañana habían sido sorprendidos con la familia esperando por ellos en el comedor con los papeles para registrar su matrimonio, al parecer su idea de no presionarlos más consistía en no hacer boda y solo ir directamente a la firma de papeles; habían descartado por completo la boda religiosa (por ahora) y habían omitido el juez que en las ceremonias pasadas había sido meramente de adorno y recuerdo.

Los habían hecho sentarse y firmar sin más explicaciones y ellos no las necesitaban, después de tantos intentos fallidos, con solo ver el rostro de los dos patriarcas lo habían sabido, ninguno de los dos había siquiera intentado protestar.

Mientras que, coincidentemente, Akane había elegido un traje sastre blanco, pensando en la próxima conferencia; Ranma había aparecido en las fotos que habían tomado con unos pans negros y sudadera gris, bonito recuerdo.

Suspirando, por fin se levantó del suelo, se quitó el saco, la blusa de manga larga y cuello alto color beige, la blusa térmica que llevaba debajo para conservar el calor, los pantalones y se tiró a la cama en conjunto interior, al final de cuentas la calefacción estaba encendida; aún faltaban algunas horas y las iba a aprovechar durmiendo.

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- Les pedimos abrochen sus cinturones, y permanezcan en sus asientos hasta que el avión esté en el aire, gracias - se oyó a la azafata en los parlantes

Akane se removió incomoda en su asiento, por suerte no la habían puesto junto al de trenza, había sido un verdadero tormento desde la pasada tarde cuando Ranma había mencionado compartir habitación y luego la había evitado, desde entonces no se habían dirigido la palabra, aun así, habían tenido que actuar como si nada pasara frente a los reporteros en los combates de exhibición y los demás compañeros artistas marciales.

Ranma por su lado, después de una noche no muy productiva había decidido que tal vez no todo era tan gris como pensaba, descartando que Akane había tomado la llave, ella no había actuado como si le diera asco, ¿verdad?

A penas aterrizaron en la región de Chuugoku, Ranma bajó con prisa del avión, ni siquiera se detuvo a echar un vistazo a Akane, solo se fue. La mujer de cabellera azulada, dio un suspiro al observar como la seguía evitando.

- ¿Qué ocurre? - contestó Nabiki en la línea, como si supiera que Ranma solo le llamaba para que le resolviera problemas.

- Soy Ranma - dijo sosteniendo su teléfono móvil en su oreja mientras veía las maletas pasar por la banda de equipaje y esperaba las suya y las de Akane.

- Y por eso dije "¿qué ocurre?", habla rápido Ranma, tengo una reunión en 5 minutos.

- Surgió un problema con las habitaciones

- ¿Qué clase de problema? ¿Les dieron habitaciones sencillas? Porque pedí explícitamente que les...

- No, no es eso - la interrumpió e intentó sonar como si nada pasara - Al parecer, la persona que hizo las reservas olvidó la petición de una sola habitación, ¿puedes hacer que lo arreglen?

- Ahhh... – masculló sin ganas - Sabía que había olvidado algo

- ¿Cómo que lo olvidaste? ¡¿Cómo pudiste olvidarlo?!

- Bueno cuñado, yo tampoco estaba enterada de los planes de nuestros padres de aparecer de la nada con las solicitudes de matrimonio, además si te soy sincera, creo que no hubiera servido de nada, el agente del torneo confirmó su asistencia hace dos semanas, ya todo estaba reservado para el tour, probablemente si le hubiera hablado ayer en la mañana, me hubiera mandado por un tubo.

- ¡Arréglalo Nabiki!

- ¿ Quieres calmarte? No seas dramático, colarse en la cama de mi hermana no es tan difícil, solo metete a la habitación con ella

- ¿Cómo se te ocurre? - indignado pero nervioso mordió la orilla de la capucha del suéter que llevaba puesto.

- ¿Qué? - preguntó con sarcasmo - ¿Qué un hombre se quede en la misma habitación y cama que su esposa? ¡Qué escándalo! jajajaja

Dando un bufido, Ranma colgó, claro que Nabiki tenía razón, sería muy simple, pero a él le faltaba valor. Esta relación de prometidos, pero no amorosa, los había enfrascado en un círculo vicioso del que no habían podido salir.

Vio las maletas que esperaba que de suerte venían juntas, las tomó y avanzó con ellas al área de asientos donde se reunirían cuando todos tuvieran su equipaje, de pronto unos brazos se enroscaron alrededor de su cuello desde atrás.

- ¡Airen! - Ranma luego del susto inicial se deshizo del abrazo

- Shampoo... - dijo con cansancio - ¿Qué haces aquí? - preguntó levantándose de la banca para defenderse mejor de posibles "ataques" melosos

- Shampoo fue solicitada por los organizadores igual que Ranma, pero tenía ocupaciones y no pude ir a primera ciudad, así que Shampoo tuvo que alcanzar al grupo de peleadores aquí. Rogaron tanto, después de todo Shampoo ser campeona.

- La campeona de tu categoría es Akane - le aclaró

- Chica violenta ser ganadora porque Shampoo se retiró, pero si no...

- Te recuerdo que te retiraste porque Akane te ganó el año en que debutó como peleadora. - mencionó casi con burla, la joven apretó los dientes, acomodó su cabellera y siguió hablando

- Igual Shampoo ganará este año... ¿Y a qué hora terminarán de llegar el resto de peleadores? - dijo viendo alrededor, notando que solo habían tres personas más además de ellos del grupo de artemarcialistas.

- Seguro no tardan - apenas había dicho aquello y sintió una mirada clavándosele en la espalda. Por supuesto era Akane, quien se acercó con la cabeza en alto.

- Shampoo - "saludó" - hace mucho que no estabas en Japón - dijo entre dientes.

- Chica del mazo - devolvió el saludo - Shampoo recibió invitación personal de personas del torneo.

- Deberías de haberme avisado que tomarías mis maletas, estaba en la banda esperando por ellas - luego de ese leve reclamo a Ranma, tomó su equipaje y fue a sentarse junto a otra peleadora que también se les había unido en esa ciudad, una adolescente de unos 14 años participante de otra categoría.

Luego de la espera, el manager apareció y dirigió a todos a los vehículos rentados, dando la indicación de que irían al hotel, dentro de una hora tendrían la conferencia y a las 16:00hrs, sería la exhibición.

Por supuesto en el hotel la situación de las habitaciones seguía igual, y mientras que los ahora esposos volvieron a quedarse callados, las proposiciones indecorosas de Shampoo no se hicieron esperar.

Luego, en la conferencia la cosa comenzó a tomar tintes dramáticos

- Señor Saotome - una reportera entrada en los cuarentas comenzó - ¿Considera usted que compartir profesión con su prometida es una ventaja para su relación?

- Yo considero que si - fue su única respuesta

- Mucho se ha especulado si la boda se llevará a cabo pronto, ¿Qué puede decirnos sobre eso? - el joven no pudo contestar porque otra voz se interpuso a la suya

- Hemos hablado del tema, tal vez haya sorpresa luego de torneo - Shampoo guiñó el ojo a las cámaras que la apuntaban. Los reporteros se volvieron locos, la mayoría sabía que Shampoo no tenía inhibición para mostrar su obsesión por el peleador de la trenza, pero nunca había hablado abiertamente.

- Señor Saotome ¿Eso quiere decir que su compromiso con la señorita Tendo ha acabado? - gritó uno entre tantos

- Señorita Tendo ¿Quien terminó a quién?

- Señorita Tendo ¿Usted también tiene nueva pareja? - gritó otro desde el fondo mientras Akane rechinaba los dientes a tiempo que se hundía en su asiento con vergüenza.

- ¡Por favor señores! ¡Orden por favor! - el manager habló tomando parte de la situación, la prensa pareció atender la petición con la única intención de oír alguna declaración, sin embargo, el hombre habló nuevamente - Solo se aceptan preguntas relacionadas al torneo por favor - y le dio la palabra a un reportero cuyo chaleco tenía la insignia de un canal deportivo con quien tenían una alianza de transmisión, este preguntó.

- Señor Okamura - se dirigió a un hombre del panel de unos 35 años - ¿Es cierto que este será su último torneo?

- Después de pensarlo durante un tiempo... - el hombre siguió hablando dando por "concluido" el tema del triángulo amoroso.

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Aquella noche Akane no había podido conciliar el sueño, no solo la atormentaba la situación tensa con Ranma, ahora también debía preocuparse por su reputación entredicha, había comenzado a escuchar versiones de sí misma donde era la novia sufriente a quien Saotome había abandonado por la exótica china, sin contar que para echarle más leña al fuego, en la exhibición le había tocado pelear contra Shampoo y aunque les habían advertido que era algo muy ligero, la amazona la había atacado como si fuera un combate de vida o muerte, antes de que hubiera podido hacer algo, habían detenido el combate para que no se saliera de control, dejándola como una perdedora.

Dio la quincuagésima vuelta sobre la amplia cama cuando un toquido suave se escuchó en la puerta, su corazón se detuvo y sus mejillas se cubrieron de carmín, sería posible que... Apresurada saltó del colchón y llegó a la puerta alisando su pijama de invierno de dos piezas que distaba mucho de ser sexy, se recriminó, luego de pensarlo, apresuradamente, se quitó la parte de arriba quedándose en blusa de tirantes.

Abrió la puerta rápidamente, solo para encontrarse con unos ojos color miel

- A... Akane... perdón que te moleste, pero... - habló la chica de 14 años - nunca había dormido fuera de casa y yo... no me gusta este lugar - terminó de decir con un mohín en la cara. Akane sonrió con ternura y la dejó pasar.

- Te entiendo, a mí tampoco me gusta Homare - ambas fueron a la cama, al parecer, la compañía mutua les ayudó a encontrar el sueño perdido.

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- En breve estaremos llegando a la ciudad de Kyoto, les pedimos abrochen sus cinturones hasta que el aterrizaje esté completo, gracias por viajar con Japan Airlines y esperamos que la estadía sea de su agrado.

Ranma bufó, había tenido un viaje increíblemente largo a pesar de que el viaje rondaba la hora de duración, esta vez, al igual que la anterior, aunque no tenían cabinas privadas, sin duda era primera clase, pero a algún idiota le había parecido buena idea asignar a Shampoo en el asiento a su lado. Ahora la amazona dormía profundamente abrazada a una almohada que ella misma había subido al avión y que Ranma había usado de distractor para auto remplazarse y bajar a toda prisa de la aeronave.

Algunos metros más adelante, Akane platicaba animadamente con un peleador que había notado la miraba demasiado para el gusto de Ranma, ¡Por supuesto! El imbécil no perdía oportunidad luego de los rumores que surgieron en la conferencia de ayer.

Se acercó por detrás y los oyó conversar.

- Si, estoy más que seguro que usted ganará el primer puesto, esa chica, Shampoo, se ve bastante fuerte, debe serlo para haber ganado los campeonatos anteriores a su llegada Tendo - le sonrió con galantería - pero en realidad no creo que sea competencia para usted.

- Le agradezco sus ánimos Aikawa.

- Por nada, por nada - en un atrevimiento le palmeó el hombro a la chica - Y dígame Tendo, no es que yo sea entrometido, pero... se nota que esa chica es algo... ¿cómo decirlo? ¿Impetuosa?, quiero decir los comentarios que hizo ayer frente a los medios de comunicación, que disgusto - declaró con intención de que Akane refutara o confirmara la información.

Ranma, más que harto, adelantó sus pasos, se puso entre ellos, le pasó el brazo por los hombros a su esposa y habló.

- ¿Vamos juntos por las maletas querida? - Akane levantó una ceja - Si apuramos el paso, tal vez podamos alcanzar a comprar algunos de esos dulces tradicionales que tanto te gustan - y la alejó del otro que se había quedado mudo.

- ¿Qué haces Ranma? - Preguntó cuando llegaron a la posada tradicional de lujo y Saotome no la había soltado

- ¿Acaso no puedo hacer nada amable por mi esposa? - dijo luego de pedir las llaves de las habitaciones correspondientes

- ¿Qué necesidad había de tomar un taxi hasta aquí si había un vehículo esperándonos afuera del aeropuerto? – tironeó su mano para que la soltara, pero eso no pasó

- ¿Qué? ¿Tenías ganas de convivir con Shampoo, o mejor aún, con ese hombrecillo con quien hablabas? - molesto, tomó ambas llaves de acceso sin agradecer al empleado.

- Claro que no - avanzó con él hasta las amplias escaleras de caoba donde ya los esperaba un hombre con sus maletas y una empleada enfundada en kimono para llevarlos hasta sus habitaciones, a los cuales ignoraron.

- ¿Entonces cuál es el problema? Por cierto, ¿Dónde están los dulces que te compré?

- Aquí - dijo sacando una bolsa de papel de su bolso de mano, Ranma la tomó

- ¿Solo uno? Eres una glotona

- Y me lo dices tú, ¿Además no me los habías comprado a mi "querido"? - le imitó

Se enfrascaron en una discusión sin sentido donde Ranma solo tomó respiro para darle la llave al hombre de las maletas y hacer una seña de que dejaran el equipaje en la primera habitación a donde entraron, la de él. Tan rápido como dejaron las cosas y sin que la mujer de kimono les diera una bienvenida completa, los empleados se fueron sin ser notados y confundidos de no llevar nada a la segunda habitación.

- Si tanto te importa, luego te compro más - le dio la espalda, de pronto algo le cayó sobre la cabeza mandándola a caer sentada sobre el tatami. - ¡Eres un idiota Ranma! - él le había arrojado como cuatro futones sacados del armario.

- Que amargada Aka... - ella le había aventado su bolso a la cara

Le aventó el bolso de vuelta y a penas ella lo atrapó la golpeó una avalancha de almohadas

- ¡Ranma! ¡Basta! - comenzó a cubrirse con los futones, pero Ranma no le daba tregua, incluso si ella intentaba algo, él tenía la ventaja, en algún punto Ranma se tiró sobre ella aplastándola con los indumentos para dormir.

Patadas, golpes, almohadazos y demás hicieron que terminaran desarreglados con medio cuerpo sobre el tatami y la otra mitad sobre el único colchón que se había desdoblado completamente.

- Nos van a cobrar extra por destruir esto - dijo ella risueña, notando que él estaba con mucha comodidad sobre su cuerpo.

- Lo pagamos y listo - dijo quitando un mechón de cabello del femenino rostro, casi con adoración. - ¿Y ahora qué, esposa?

- No lo sé - dijo ya casi en susurro a unos pocos centímetros de ser besada.

El sonido insistente del teléfono resonó en el ambiente y Akane abrió los ojos con molestia, Ranma, igualmente molesto, se apartó y sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón.

- ¿Qué quieres Nabiki? - dijo luego de ver la pantalla

- Supongo que Akane está contigo, así que pon el altavoz - un poco sonrojado lo hizo

- ¿Qué quieres? - bufando Ranma preguntó de nuevo

- Primero que nada, supongo que ya arreglaron por sí mismos lo de las habitaciones y no están malgastando el tiempo, sino, ¿Por qué Akane tendría apagado el teléfono?

- Ca... cállate Nabiki, solo olvidé desactivar el modo vuelo, no seas pesada. Dinos de una vez que quieres.

- Hubo un problema con su acta de matrimonio, la han rechazado

- ¡¿Cómo que la rechazaron?! - Ranma le gritó al teléfono

- ¡Es broma! ¡Es broma! Siempre pensé que tenías más sentido del humor cuñado.

- ¿Qué rayos quieres Nabiki? – preguntó ya exasperado

- Bien, en realidad les tengo una pequeña pregunta, ¿Es que acaso quieren arruinar su reputación? - ambos se miraron entre si - La prensa los está destrozando en los medios amarillistas. La rueda de prensa donde Shampoo abrió su enorme boca ha dado mucho de qué hablar, a Ranma lo han llamado de todo menos caballero y a ti hermana, mientras que algunos te han puesto altares por mártir, otros te crucifican por la misma razón. No me he pasado los últimos años construyéndoles una imagen profesional para que la echen por la borda en tres segundos.

- No lo entiendes Nabiki, Shampoo es la que... - intentó Ranma

- Pues detenla, ¿Sabían qué hace apenas media hora un sitio web subió una imagen de Shampoo abrazada a Ranma en el avión? - Akane dio una mala mirada a Ranma y él bufó - A estas alturas, creo que sería mejor que dieran a conocer su matrimonio.

- Pero Nabiki, habíamos hablado de hacerlo hasta después del torneo para que no quitara la atención de los asuntos profesionales - Akane mencionó

- ¿Akane recuerdas cuando en Furinkan todos te compadecían porque el mujeriego de Ranma no respetaba el compromiso? Esto es peor, lo dejo a su consideración - Y colgó.

Se miraron durante unos segundos, ninguno de los dos se movió ni habló, la atmosfera romántica había sido remplazada por una tensa, de pronto un grito surcó el ambiente desde el pasillo.

- ¡Airen! ¡Airen! - Shampoo lo buscaba de habitación en habitación.

Akane se levantó del suelo, se echó la pequeña maleta al hombro además de su bolso, y con su otra mano, luego de tomar del suelo la llave olvidada, tomó la maleta grande, moviéndose fuera de la habitación. Ranma levantó la mano en un intento de detenerla, pero obviamente no funcionó.

- ¿Por qué Akane estaba con mi Ranma? - preguntó la amazona cuando la vio salir y dentro vislumbró al de trenza

- Pregúntale a él... - deslindándose de la situación se fue.

Ranma se sobó las sienes con impaciencia cuando ella se colgó de su cuello

- Oye Shampoo, ¿No te cansas de esto?

- No. Shampoo está muy ansiosa por ganar torneo, abuela asistirá para dar fe de mi victoria y podremos casarnos.

- ¿Sabes Shampoo? - harto hasta la médula habló - En realidad, ya estoy casado y esta es mi luna de miel - dijo como si nada, como si fuera lo más normal del mundo y no estuviera nervioso por dentro.

- ¿Qué? - la mujer se separó de su cuerpo, con la cara más blanca que un papel.

- Lo siento - sin más se levantó del suelo - Por cierto, en la próxima oportunidad que surja lo voy a acarar con los medios de comunicación, así que si no quieres que piensen que estás un poquito... ya sabes... loca... mejor comienza a actuar decentemente... - la cara de Shampoo era todo un poema.

Mientras que las maletas de Akane se habían quedado arrumbadas, la chica se había tirado al tatami sin más, estaba tan hastiada de la situación que sentía que se le revolvía el estómago, de solo pensar en que Shampoo se le estaba restregando a su estúpido marido en la habitación de al lado sentía la tención acumulándose en su vientre queriendo salir de alguna manera, eso sin contar sentirse como la comidilla de todos los que leyeran chismes.

Se giró sobre su cuerpo quedando de panza, sin embargo, pronto descubrió que sus malestares si eran físicos y de un momento a otro había corrido al baño.

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- Estamos muy apenados con este incidente - se disculpaba el manager en la recepción de la posada aquella mañana – El señor Saotome asumirá los cargos por los destrozos – continuó el hombre antes de salir rumbo al aeropuerto.

Ranma suspiró por séptima vez, los destrozos ascendían a más de 15 mil yenes, luego de darle la noticia a Shampoo ella había arremetido contra él destrozando la habitación en el proceso, y eso no había sido todo, le había causado aún más problemas con Akane.

En la conferencia de prensa la amazona extrañamente se había mantenido tranquila, por lo que el tema tan controversial del triángulo amoroso no había salido a colación y durante los combates de exhibición parecía haber recuperado su humor. Ranma había comenzado a tener la esperanza de que ella lo hubiese entendido, hasta que esa madrugada se había colado a su habitación con poca ropa, en realidad ni siquiera creía que sus intenciones fueran que él la aceptara, simplemente habían sido con la meta de que Akane la viera salir del cuarto esa mañana en bata y desaliñada, además de decirle una frase vulgar sobre la intimidad, la inconformidad sexual y sobre los interminables amoríos extramaritales que seguramente tendría el artemarcialista además de ella misma. Shampoo en ese momento había tomado sus cosas y había dejado el lugar, abandonando no solo el tour, sino, posiblemente, el futuro torneo; además de Japón de nueva cuenta.

El trayecto en tren hacía Osaka dentro de la misma región de Kansai había sido sumamente tenso, Ranma se había sentado junto a Akane, pero ella solo lo había ignorado, él había intentado al menos tomar su mano y ella lo había rechazado y cuando acercó su cuerpo intentando abrazarla al notar que tenía frio, ella se había cambiado de lugar junto a la adolescente, Homare, que parecía idolatrarla.

Apenas llegaron al hotel, solo tuvieron tiempo de ir a cambiarse, la dinámica sería diferente, primero serían los combates de exhibición. Los trasladaron a un dojo de la zona, era el más reconocido de la ciudad y tenía una arena de combate al aire libre donde se realizaría el evento; luego de darles la bienvenida general el dueño, el manejador habló frente a todos los peleadores antes de que permitieran el acceso a los medios y al público.

- Bien chicos, además del sorteó que hacemos regularmente para designar los combates, pensamos que sería buena idea añadir algunas peleas adicionales que destaquen por su contraste, tenemos especial interés en esta ciudad porque como sabrán será la cede de este año para el torneo, así que hay que dejar con esto una excelente impresión.

Todos asistieron viendo como el encargado revisaba las listas.

- Niinuma, Niinuma Homare ¿Dónde está? - llamó a la adolescente ganadora del segundo puesto de la categoría mixta juvenil - ¡Ah, ahí estás!, y Akiyama Reina.

- Aquí - contestó la mujer ganadora del segundo puesto de la categoría femenil libre.

- Bien, ustedes se enfrentarán, demuestren el potencial que tienen para este año ¿De acuerdo? - ambas asistieron

- Okamura Jun -

- Aquí - habló el veterano

- Ishida Shoo

- ¡Aquí! - la voz impetuosa del niño de 9 años ganador de la categoría infantil se oyó luego de que su padre, quien lo acompañaba le palmeara la espalda con orgullo.

- Ustedes dos pelearán, en este en especial deberá resaltar el sentido de apoyo a las nuevas generaciones - los dos asistieron y el hombre continuó - Matsumoto Shingo.

- Aquí - levantó la mano el joven de 15 años ganador de la categoría mixta juvenil

- Y Hibiki Ryoga - Ranma se sobó la cabeza con la mano derecha, lo que le faltaba, que el cerdo también hubiera sido invitado - ¿Aún no se ha presentado? - dio un resoplido y se dirigió a su asistente - ¿Puedes intentar localizarlo otra vez para saber si se nos unirá por fin?

- ¡Ya llegué! - gritó a todo pulmón el viajero perdido respirando agitadamente y sudando a chorros, dejándose caer al piso con cansancio, a saber, en donde había estado durante estos días. Ranma bufó sin poder evitarlo, apenas se había librado de Shampoo y aparecía el cerdo.

- ¡Genial! Señor Hibiki peleará en un combate especial contra el ganador de la categoría juvenil, necesito que remarquen igualmente que se espera grandes cosas de ustedes este año - Ryoga desde el piso solo levantó el pulgar al aire - Por último, Tendo Akane

- Aquí - respondió la chica

- Y Saotome Ranma - este solo levantó la mano - combatirán como cierre del evento de exhibición, debe ser muy vistoso, casi espectacular, demuestren porque son los campeones vigentes de cada categoría. Los peleadores que no he mencionado solo pelearan en las exhibiciones del sorteo.

Akane torció el gesto antes de asistir, el coordinador, todo el staff, los demás combatientes e incluso los trabajadores de las instalaciones donde se encontraban sonreían casi con impaciencia. Desde que Akane había comenzado a pelear se sabía por propia boca de los prometidos que entrenaban juntos, incluso la joven nunca había tenido reparo en decir abiertamente que gracias a Saotome ella tenía su nivel de pelea actual, pero nadie, a excepción de la familia, había visto aquello, así que, un combate así, era una joya que nadie quería perderse.

Los peleadores tomaron asiento en una zona específica a un lado de la plataforma, se permitió el acceso a los reporteros que cubrían la exhibición y al público general, y pronto dio inicio el evento; el sorteo por categorías lanzó enfrentamientos interesantes, sin embargo, cuando se anunció los combates especiales los asistentes vitorearon con entusiasmo desde la primera pelea.

Al final, el anuncio del combate entre los "prometidos" hizo que el público casi se volviera loco, los reporteros impacientes incluso se acercaron más de lo permitido a la plataforma para obtener mejores tomas y los peleadores dejaron sus asientos para observar de pie el combate.

- ¿Lista? - le dijo Ranma extendiéndole la mano para subir a la plataforma

- Obviamente - ella lo ignoró y subió sola las escaleras, Ranma suspiró con cansancio.

Ya sobre el cuadrilátero, el réferi dio las ordenes clásicas de saludos y dando una señal el combate comenzó.

- ¡Si la lastimas me las pagarás Ranma! - se oyó el grito de Ryoga desde el grupo de peleadores cuando los primeros golpes de Akane hicieron contacto con sus antebrazos.

Los golpes de Akane eran potentes y el joven supo rápidamente que ella no quería lucirse como les habían pedido, quería golpearlo a como diera lugar.

- No es lo que... - esquivó un golpe - piensas Akane

- Yo no - lanzó una patada alta que casi le atina a la cabeza - pienso nada - terminó con la respiración agitada

- Sabes que yo nunca haría algo con ella... ¡Akane! - repeló cuando uno de sus ataques fue directo a su hígado, conectando certero. Sin demasiado temple, bajó hasta el suelo dando un giro con la pierna derecha estirada, barriendo en el proceso los pies de la chica, haciendo que cayera sin remedio al suelo.

Ranma se lanzó sobre ella, pero Akane a estas alturas era escurridiza y en algunos segundos había huido de él.

- Nunca me escuchas - reclamó lanzando una serie de patadas altas a velocidad media que ella cubrió con sus antebrazos

- Y tú... - atrapó uno de sus pies y dio un giro que hizo que el cuerpo de él pareciese un torbellino - eres un idiota - en su caída al suelo, Ranma acomodó su cuerpo de tal manera que cayó sobre su brazo izquierdo y se impulsó de regreso hacia ella, ambos cayeron al suelo, él sobre ella.

Los flashes de las cámaras destellaban sin parar, algunas peleadoras gritaban a Akane que lo mandara a volar en señal de apoyo, en especial Homare que gritaba sin control, Ryoga, por cierto, era vigilado de cerca, ya le habían frustrado tres intentos de subir a la plataforma.

- Buen truco, ¿cierto? - se burló sobre ella haciendo una llave que la dejaba inmóvil

- Claro... ahora va el mío - dobló las rodillas como si estuvieran en una posición tradicional, metiendo sus pantorrillas bajo sus propios muslos, tan raro como pudiera parecer aquello, fue efectivo, porque había liberado sus extremidades inferiores de Ranma y haciendo presión pudo levantar su cuerpo lo suficiente para desestabilizar al hombre, una voltereta y habían invertido posiciones. Akane sonrió antes de que Ranma sonriera también luego de pasada la impresión.

- Sabes, yo podría tomar la ventaja de esta manera - de alguna forma Ranma "anudó" sus piernas con las de ella haciéndole imposible la retirada aunque Akane estuviese en la posición dominante, y eso, la comenzó a poner nerviosa.

- ¿Qué rayos haces? - preguntó azorada

- No puedo creer que a estas alturas estés celosa de Shampoo - comentó ignorándola y siguiendo con lo anterior - sabes que ella no me interesa.

- Cállate - intentó mover sus piernas, pero no lo logró - Ranma, basta, solo estamos tirados en el piso, suéltame - incómoda dirigió la mirada de reojo a los espectadores dándose cuenta que ya estaban cuchicheando.

- Suelta tú mis manos y yo suelto tus piernas

- Ranma, de... debemos combatir... - nerviosa intentó moverse, haciéndose cada vez más consciente de lo insinuante que debía verse aquello, ella con las piernas "enroscadas" a las de él, semi sentada sobre su torso porque por la diferencia de estatura ella debía estar estirada para inmovilizar sus brazos, así que parecía más que estaba semi recostada sobre él, y de pronto, se dio cuenta que Ranma podía estirar sus piernas, y si lo hacía, terminaría completamente acostada y no quería dar un espectáculo. - Ranma - amonestó entre dientes cuando comenzó a sentir el estiramiento

- Suelta mis manos

- No - ella casi da un chillido cuando él estiró un poco más las piernas

- Sabes... - dijo cuando ella ya estaba a centímetros de su rostro - Este podría ser un buen momento para anunciar que estamos casados

- ¡Ranma! - gritó soltándolo por fin al notar lo cerca que estaban sus rostros; apoyó sus manos en el torso y se impulsó para levantarse, Ranma cedió.

Antes de que cualquiera de los dos hiciera un ataque nuevo, la voz del monitor resonó en el lugar.

- ¡Qué gran combate! Agradecemos a nuestros dos ganadores vigentes.

No les quedó de otra que bajar de la plataforma mientras que los gritos generales se dejaban escuchar a pesar de no haber cumplido con una pelea espectacular, porque en realidad habían pasado más tiempo en el piso de lo debido. La exhibición se dio por terminada con unas cuantas palabras del dueño del dojo y otras de uno de los organizadores del torneo, luego todos fueron llevados al hotel a descansar unas horas antes de la conferencia de prensa.

Akane no se sentía del todo bien físicamente, moría por un descanso y definitivamente acabaría con los dulces de bienvenida que habían dejado en su habitación. Ranma la vio a lo lejos abordando una de las vagonetas que los llevarían al hotel, corrió rápido, se brincó la fila de peleadores que esperaban turno para subir, y antes de que el aprovechado de Ryoga tomara asiento, se había dejado caer al lado de su esposa.

- ¡¿Qué demonios haces Ranma?! ¡Ese es mi sitio!

- Claro que no, cerdito... - dijo con saña además de pasarle un brazo por los hombros a Akane que lo veía muy mal.

- Ranma... - advirtió con enojo la chica

- ¡Si no te quitas, te quitaré yo mismo! - le gritó Ryoga tomándolo de la camisa

Ranma, más que enojado, también lo tomó de la camisa y sus rostros quedaron a centímetros uno del otro, como dos perros rabiosos a punto de enterrarse los colmillos, entonces el joven de trenza le dijo en voz lenta, como si fuese un veneno letal.

- Ya es mi esposa, estúpido - Ryoga se quedó pálido, los demás competidores que los observaban también lo habían oído y todos estaban estupefactos.

- No... no es... ¡No es cierto Ranma! - lo agitó

- Ranma ya basta - pronunció Akane a su lado intentando calmarlo y dejaran de dar de que hablar.

- Dile Akane, a ver si ya nos deja de molestar este cerdo

- Ranma, por favor, todos nos están observando - pidió con voz baja

- ¡Qué todos lo sepan, no me importa! ¡Dile! - exigió viéndola a ella enfadado, como retándola para saber de qué lado estaba, y Akane podía tener muchas ganas de matarlo por exhibir su vida privada de esta manera, pero, por otro lado, esta, de alguna forma algo brusca, era la manera en que Ranma le daba su lugar, además de estar en pleno ataque de celos...

Dando un suspiro, habló

- Nos casamos antes de empezar la gira - Ryoga soltó a Ranma sin más y el de trenza, sin compadecerse, tomó asiento y jaló a Akane para que hiciera lo mismo, abrazándola en el proceso.

- Eres un idiota Ranma - le susurró ella al ver como Ryoga se iba hasta la parte delantera del vehículo con un aura oscura rodeándolo, sin embargo, no se separó del de trenza, tampoco le importó que él la llevara abrazada cuando bajaron del transporte o que sostuviera su mano hasta que llegaron a la habitación de Akane, todo el tiempo en un silencio que si bien no era del todo incómodo tampoco era algo realmente agradable.

- De verdad... - dijo acariciando con sus dedos la mano femenina que reposaba en la suya cuando ella iba a entrar a su cuarto de hotel - Nunca, ni antes, ni ahora, ni jamás habrá algo entre Shampoo y yo, mucho menos con ninguna otra... - la miró a los ojos esperando que ella le creyera por fin, ella asistió sin emitir palabras.

A Ranma ganas no le faltaban de meterse en ese mismo instante a la habitación, pero ella lucía pensativa y eso no le daba la seguridad suficiente para hacer algún movimiento que lo llevara a su lecho, así que suspirando la soltó.

- ¿Bajamos juntos para la conferencia? - Akane asistió de nuevo y Ranma se fue.

La conferencia de esa tarde fue relativamente tranquila, los organizadores habían acordado con la prensa no preguntas personales, si bien Shampoo ya no estaba, no era un secreto que Ryoga también tenía algo que ver con la extraña historia de los prometidos y no querían ocasionar problemas ni habladurías.

Tan pronto las preguntas terminaron, los peleadores bajaron del panel y los guiaron por un pasillo lateral para sacarlos del recinto; mientras que Ranma había sido retenido por un periódico local para tomarle algunas fotografías, Ryoga por supuesto, aprovechó para acercarse a Akane.

- ¿Tienes un minuto Akane? - preguntó de pronto

- Si... - dijo un poco insegura, como estaban las cosas ahora Ranma era capaz de saltarle a la yugular al joven. Salieron del edificio directo a los vehículos de transporte, cuando él la tomó del brazo y los apartó a ambos del tumulto, hizo la parada a un taxi, no iba arriesgarse a perderse; ambos abordaron, aunque ciertamente Akane estaba bastante incómoda.

- Llévenos a un café - pidió Ryoga al taxista.

- ¿Cualquier café señor? Conozco uno muy bueno a unos kilómetros de distancia.

- Si, ese está bien.

Ranma apresuró el paso, las fotos habían tardado más de lo debido y estaba impaciente, los vehículos grupales se habían ido y el manejador que se quedó a esperarlo ya tenía listo un vehículo para llevarlos al hotel. Trató de calmarse, sin embargo, al llegar al sitio de alojamiento y notar que ni su esposa ni Ryoga estaban sintió la cólera invadir su cuerpo.

Llamó al celular de ella, pero no respondió.

Mientras tanto, Akane miraba nerviosa a Ryoga, él había permanecido cayado hasta el momento, ya habían dispuesto para él café y para ella un té verde con jengibre en aquella cafetería adornada con temática navideña. El teléfono de Akane sonó por tercera vez y no pudo seguir ignorándolo a sabiendas de que seguro era Ranma; sacó el aparato de su bolso de mano, presionó para aceptar la llamada y en camino a su oreja el joven de colmillos tomó su muñeca.

- No... por favor, ahora no...

- Es que es Ranma, debe de estar preocupado - dijo intentando contestar

- Esto importante para mi - él mismo tomó el móvil de la mano de ella y colgó la llamada. luego apagó el aparato. - No te preocupes, te lo devolveré.

- Tal vez... no debería haber venido... - dijo bajo la mujer

- No me digas eso... - Ryoga suspiró antes de continuar - Desde hace un tiempo sabes de mis sentimientos por ti, pero nunca me diste una respuesta clara.

- No quería lastimarte diciéndote directamente que no me interesabas de esa manera, además yo siempre recalqué mi compromiso con Ranma, pensé que estaba muy claro.

- Pero... era un compromiso por obligación ¿no? Sus padres siempre intentaron juntarlos a como diera lugar, ¿Tanto así te han metido esa idea en la cabeza? ¿Acaso quieres ser infeliz por el resto de tu vida Akane? Aun estás a tiempo de elegir al hombre correcto.

- Ryoga, basta, no me hagas ni te hagas esto, te aprecio mucho como amigo, pero es todo lo que puedo ofrecerte - ella, cansada, sacó de su bolso el pago por su té - debemos regresar - se levantó y extendió su mano hacia él para que le diera su teléfono.

Ryoga lo tomó casi con calma, también dejó dinero sobre la mesa, se puso de pie, rodeo la mesa y se acercó a ella a menos de un paso de distancia entre ambos y le extendió el aparato, cuando ella lo tomó, él con rapidez tomó la extremidad femenina, jalándola a su cuerpo y la abrazó

- Ryoga... - pasmada intentó separarse, pero era demasiada la fuerza que ejercía. El hombre le habló al oído.

- Cuando estés preparada para enfrentar lo idiota que es él y toda la infelicidad que te va a dar por que no te ama, aquí voy a estar yo esperándote - entonces la soltó.

- Espera sentado - dijo con furia y salió del lugar.

Llegó al hotel presurosa, había intentado llamar a Ranma pero no había respondido, subió al piso donde estaban las habitaciones y tocó la puerta, pero nadie respondió. Volvió a intentarlo, pero nada pasó.

- Ranma, sé que estás ahí, abre la puerta - de nuevo nada, tocó nuevamente, pero al no obtener respuesta se retiró a su cuarto. Dentro del lugar Ranma estaba que se lo llevaba el diablo.

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- Bienvenidos a La Neige Higashikan Hotel, el mejor alojamiento en Nagano, esperamos que su estadía con nosotros sea una experiencia plácida, sabemos que estarán poco tiempo, pero, pueden usar durante este lapso cualquiera de nuestros servicios e instalaciones; si podemos hacer algo por ustedes no duden en hacérnoslo saber de inmediato - La empleada dirigió a los ahora 12 competidores a recepción y rápidamente les otorgaron las llaves correspondientes.

Akane fue una de las primeras en subir a su habitación mientras que Ranma era el último de la fila, Ryoga por su lado, iba algunos puestos delante de él conversando con una chica que a todas luces le estaba coqueteando.

Todo el camino hasta el pasillo de las habitaciones Ranma estuvo detrás de Ryoga estrujando con rabia un pobre periódico que le habían ofrecido en el avión y no había soltado desde entonces; en mayor parte era por casualidad que fuera tras de él, sin embargo, la mirada que tenía puesta sobre el del colmillo era la de un cazador, por lo tanto, cuando oyó como la chica decía.

- Oye, ¿no te gustaría ir un rato a mi cuarto?, quisiera oír más a cerca de esos viajes tan interesantes.

- Ohh... bueno, yo no puedo señorita Kusumi- dijo con un poco de incomodidad, si bien a veces era un poco ingenuo, no lo era tanto como para no notar las intenciones de la mujer, y aunque él no era ciertamente un santo, Akane estaba en el mismo sitio, era compañera de esta chica y no se iba a arriesgarse a quedar como un casanova frente a ella. - es que quede de ir con una amiga... - inventó.

- No te hagas del rogar, esa amiga puede esperar - dijo impidiendo que él entrara a su cuarto ya desbloqueado.

- No puedo, en serio... - se rascó la mejilla - tú sabes... ya había quedado de ir con Akane - inventó para quitársela de encima, sin embargo, aquella frase hizo que Ranma estallara.

Dejó caer su maleta al suelo junto a su puerta, casi corrió hasta Ryoga y lo levantó del suéter que llevaba en aquel momento.

- Aléjate de ella bastardo - dictaminó sin más, la mujer se alejó asustada y Ryoga inmediatamente comenzó a defenderse. La batalla duró algunos minutos antes de que algunos otros peleadores intervinieran, pero sobre todo Akane quien hizo que pararan; se llevó a Ranma con ella, este aun le gritaba insultos a Ryoga, quien por su parte dejó de hacer una escena cuando vio que Tendo prefería estar con Saotome.

- ¡¿Qué rayos pasa contigo?! - le gritó cuando el muchacho se tomó la cabeza bufando, dándole la espalda apenas entraron en el dormitorio

- ¿Conmigo? ¡¿Qué pasa contigo?!

- ¿De qué hablas? - confundida preguntó, Ranma volteó hacia ella y la tomó por los hombros con furia, tratando con todas sus ganas de no dejarse llevar o sino la lastimaría.

- ¡Hablo de que ayer te largaste con Ryoga! ¡Te fuiste a escondidas con ese idiota! ¡Y no conforme con eso además de colgarme el teléfono...

- ¡Yo no te colgué... - interrumpiéndola siguió hablando

- ¡Dejaste que te abrazara! ¡¿Por qué carajos Akane?!

- ¡Yo no dejé que me abrazara! - se zafó de él - ¿Cómo supiste eso? - Ranma indignado lanzó una carcajada fingida al aire, luego salió del cuarto y buscó sobre el suelo, Akane preocupada lo siguió pero ni siquiera alcanzó a salir del cuarto cuando él ya volvía a entrar y cerraba con fuerza la puerta.

Extendió el maltrecho periódico recién encontrado y leyó en voz alta.

" Batalla de amor, Saotome y Tendo ¿Aventura o desventura?

Durante los últimos años es imposible no haber escuchado de la ahora leyenda de su generación Saotome Ranma, quien a sus 24 años es el campeón de las artes marciales no solo más fuerte sino mejor remunerado por los cientos de patrocinadores que van de tras de su carrera. Sin embargo, el señor Saotome, para desgracia de muchas, desde sus inicios en el mundo público dio a conocer el romance que acarreaba con la señorita Tendo Akane, quien además de ser una cara bonita, resultó ser una figura igual de diestra en las artes marciales, y al igual que su prometido ha mantenido el título de su categoría desde su primer torneo. Pero, detrás de esta tórrida historia, ¿Será todo tan perfecto como pensamos? ¿O será acaso que aún hay una oportunidad de conquistar al guapo artista marcial? ¡Descubrámoslo juntas chicas!

Todo comenzó hace algunos días, durante el actual tour previo al Torneo de Artes Marciales Golden Japan, la aparición de estás dos emblemáticas figuras hizo suspirar a muchos de sus fanáticos quienes seguimos esta historia, y todo parecía normal hasta que en la conferencia ofrecida en Hiroshima, la peleadora conocida como Shampoo, declaró ante los medios que estaba a punto de casarse con Saotome Ranma. ¡Así como están leyendo! ¡No Tendo, sino Shampoo! ¿De qué nos perdimos en esta historia? En primera instancia podríamos pensar que la chica de china estaría jugando una broma muy pesada a los medios de comunicación, además, Shampoo desde su inicio en la vida pública se caracterizó por hablar abiertamente de su enamoramiento por el ojiazul que a todas nos vuelve locas, sin embargo, al siguiente día, un informante anónimo compartió en el sitio web Anonymous las fotos de la exótica extranjera y nuestro campeón acurrucados como dos tiernos pajaritos en el avión cuando dejaban la ciudad, inclinando con esto la balanza de opiniones.

[IMAGEN 01] Ranma dormido y Shampoo abrazándolo

[IMAGEN 02] Misma imagen, ángulo diferente

A estas alturas, pensar que Tendo haya perdido el amor de Saotome, a algunas nos pone melancólicas después de más de seis años de *shippear a esta pareja, así que, para estar realmente seguras de esta fractura romántica, tomamos la misión en nuestras manos para descubrir más pistas; la verdad no tuvimos que esperar demasiado. El día de ayer luego de la conferencia de prensa en Osaka, donde por cierto Shampoo no se presentó, mientras que Saotome era entrevistado por los medios locales, Tendo aprovechó la oportunidad y se dio una rápida escapadita con otro de los favoritos del torneo de artes marciales, nada más y nada menos que Hibiki Ryoga.

[IMAGEN 03] Akane subiendo al taxi y Ryoga esperando para hacerlo también.

La plática entre Tendo y Hibiki, según nuestro informante, no duró demasiado, pero como una imagen vale más que mil palabras, juzguen ustedes chicas.

[IMAGEN 04] Ryoga abrazando a Akane

¡¿Abrazados esos dos?! Toda esta evidencia no nos lleva a más que rendirnos a la idea de que, así como Saotome, Tendo también ya se consiguió, si no es un nuevo novio, por lo menos si un hombro donde llorar ¡Y qué hombro!

El misterio de esta relación o no relación aún no ha sido aclarado por ninguno de los implicados, tampoco si hay nuevos amores en el ambiente. ¿Ustedes qué piensan? Hay tantas preguntas sin resolver, ¿Porqué Saotome y Tendo terminaron en primer lugar? ¿Y qué pasa con Shampoo y porqué desapareció? ¿La volveremos a ver pronto en el torneo Golden en Marzo? ¿Acaso será que la próxima vez que la veamos será de la mano de Saotome y anillo de compromiso? Por otro lado, alguien ¡Por favor! háganos llegar el número de teléfono de Tendo, necesitamos urgente sus consejos para conquistar chicos guapos, populares y adinerados.

- ¡Explícame! – Arrojó el periódico a los pies de ella

- Sabes perfectamente que todo es falso, son medios amarillistas que solo buscan vender.

- ¿Por qué colgaste? - se acercó peligrosamente a ella - ¿Por qué te abrazaba? - la comenzó a arrinconar - Dime ¿el idiota se tomó algún otro atrevimiento contigo? - ella terminó recargada en la pared con los dos brazos de él apoyados a cada lado de su cuerpo.

- Yo no colgué, Ryoga me quitó el teléfono - dijo firme, a estas alturas aún seguía enojada con Ryoga y no iba a sacrificarse a sí misma por Hibiki - Él me abrazó diciéndome que me esperaría cuando me cansara de ti - Ranma se apartó de ella, probablemente intentando ir tras Ryoga, Akane antes de que se alejara, lo tomó de la camisa y lo acercó a sí misma como si fuese a amenazarlo y continuó hablando - Me fui del lugar después de eso, yo no tengo ni tendré nada que ver con él.

Ranma pareció calmarse con aquella frase, Akane lo soltó, pero él no se alejó, al contrario, la terminó de aprisionar contra la pared con su propio cuerpo.

- Ya lo pensé bien, en la conferencia de hoy, diremos todo.

- ¿A... a qué te refieres con... todo? - su voz nerviosa la delataba completamente, sin embargo, la atracción hacia el hombre la hizo llevar sus palmas al pecho fornido que con todo y ropa invernal transmitían el calor de su cuerpo

- Que nunca nos hemos separado, que Shampoo está loca, que Ryoga es un idiota y por supuesto que estamos casados - conforme iba hablando, iba bajando la cabeza, Akane solo asistió sin más.

Ranma terminó de cerrar la distancia y la besó.

El suspiro que soltó ella al contacto de labios hizo que él mandara sus dudas al diablo, ese suspiro era la muestra más nítida de que ella lo necesitaba igual que él a ella, bajó sus manos y la tomó por la cintura atrayéndola aún más y Akane, sin pensar tampoco en nada más lo abrazó por el cuello colgándose de Ranma en el proceso.

Por inercia, Ranma la levantó del piso, tanto tiempo conteniéndose de tocarla incluso de mirarla demasiado...

- Señorita Tendo... - una tímida voz en la puerta se oyó provocando un ligero sobresalto en la joven

- ¡Ahora no! - gritó el de trenza volviendo a lo suyo

- ¡Ranma! - lo regañó escabulléndose de él, llegando rápido a la puerta y abriendo.

- ¿Sí? - preguntó acomodando las arrugas que se habían formado en su ropa

- Yo... si... siento la interrupción - el joven asistente del manager en la puerta, sostenía una tabla de papeles en las manos y la miraba distraídamente para disimular lo avergonzado que se encontraba - bueno, estuve tocando, pero nadie contestaba y ... es decir...

- ¿Qué es lo que quiere? - dijo Ranma apareciendo en la puerta, Akane al instante se puso roja.

- Lo que... lo que pasa es que el vehículo para llevarlos a la conferencia ya está abajo esperándolos, son los únicos que faltan.

- Ya vamos - dijo Akane, quien apurada fue a cambiarse los zapatos, Ranma bufó haciéndole señas al muchacho que se fuera, luego salió de la habitación fue por su maleta y la puso en la habitación de su esposa, resignado a que tendrían que esperar.

- ¿Lista? - preguntó ofreciéndole la mano

- Lista - contestó sonriendo.

La conferencia pasó sin muchos sobresaltos, los esposos se encontraban sentados separados y cuando acabó la rueda de prensa, Akane suspiró, no sabía si de alivio por no tener que dar explicaciones de su vida o, por el contrario, cansada de ver como todos cuchicheaban sobre lo mismo.

- Disculpen - se oyó en los parlantes, los participantes que ya bajaban del stand donde había sido puesta la mesa de conferencia se detuvieron, los reporteros que ya recogían sus cosas, con premura volvieron a armar sus equipos cuando vieron que Saotome era el único inclinado en el micrófono.

Ranma le hizo un gesto con la cabeza a Akane para que regresara a su lado y la chica solo por pura suerte no se desmayó, sentía que la sangre corría por sus venas a una velocidad tan rápida que el piso parecía moverse. Avanzó lentamente hacia él mientras todos los combatientes dejaban la mesa libre para ellos dos, quienes se sentaron al centro.

- Sé que esta conferencia se trata de exponer los asuntos relacionados al torneo de artes marciales, pero no - se aclaró la garganta - puedo dejar pasar la oportunidad para aclarar algunos rumores mal intencionados que han surgido sobre mí y menos aún de mi prometida, la señorita Tendo Akane.

Los flashes empezaron a destellar, algunos intentaron hacer preguntas y Ranma solo hizo una seña para indicar que no permitirían preguntas.

- Como ya saben, la señorita Shampoo es algo impulsiva e hizo comentarios poco prudentes, más allá de las razones que ella tenga para haber dicho lo que ustedes ya conocen, todo es completamente mentira. Yo no tengo ninguna relación no profesional con ella - Por debajo de la mesa Ranma buscó la mano de Akane, las extremidades se entrelazaron - También quisiera aclarar que las fotos donde se ve implicado Hibiki Ryoga con Akane fueron sacadas completamente de contexto.

- Como muchos sabrán el señor Hibiki - dijo Akane hablando por fin - ha sido nuestro compañero de profesión incluso desde antes de comenzar a combatir, por tanto, hay un lazo que no es estrictamente profesional, pero no tengo ninguna clase de relación sentimental mucho menos romántica con él- añadió omitiendo la amistad que era más que obvio Ryoga no quería de ella.

- Solo para que quede claro- habló de nuevo Ranma - Akane y yo seguimos juntos y nos disgusta muchísimo que personas que no tienen nada mejor que hacer inventen historias sobre nosotros. - Se levantó de la silla, haciendo que Akane se levantara con él, el agarre de manos era más que evidente, Ranma respiró hondo antes de seguir hablando - De hecho, aunque no estaba en nuestros planes hacerlo de conocimiento público aun por cuestiones profesionales... Akane y yo nos casamos el pasado 05 de diciembre, antes de comenzar el tour de Golden Japan, ese mismo día quedó registrado nuestro matrimonio.

El barullo de los medios de comunicación no se hizo esperar, los flashes centellaban uno tras otro sin descanso y en la entrada lateral sus compañeros combatientes se habían quedado para escuchar todo de primera mano, la mayoría sonreía.

- Eso es todo, gracias - ambos hicieron una reverencia al mismo tiempo y salieron de ahí.

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Ryoga había desaparecido y eso les daba a los esposos una mayor paz mental; llegaron al hotel con premura sonriéndose mutuamente, probablemente pensando en que por fin su luna de miel cobraría sentido.

Al pasar por el mostrador del hotel, un hombre con traje se acercó al manager y este a su vez llamó a Ranma, resultaba que debían hablar y acordar un arreglo para los desperfectos que había causado la pelea con Hibiki y este al haber desaparecido tendrían que correr a nombre de Ranma.

Akane se escusó dándole una seña a Ranma de esperarlo arriba y se fue a la habitación.

Tan pronto llegar al cuarto se puso más nerviosa de lo que ya estaba, la maleta de su esposo estaba allí, prueba de que él iría directamente a la habitación, corrió a su propio equipaje y rebuscó entre sus ropas, necesitaba algo que la hiciera lucir linda; descartando la ropa convencional fue directamente a la ropa interior, su cara se coloreo ante sus acciones, pero no se detuvo, si alguien le hubiese dicho alguna vez que estaría eligiendo lencería para... ¡Oh por Dios!, pensó agarrándose el rostro.

Tras algunos minutos eligió lo que más le había parecido adecuado para la ocasión, probablemente no era nada extremadamente sensual debido a sus gustos personales, pero era mejor que lo que llevaba puesto.

Corrió al baño a cambiarse, sin embargo, a cada paso, la velocidad disminuyó...

- ¡No puede ser! - frustrada a más no poder se dejó caer en el suelo, tenía ganas de llorar - ¡Pero que estúpida soy! - se golpeó la frente varias veces con la mano que sostenía la lencería. Dando un suspiro arrojó la ropa de regreso a la maleta.

La vergüenza la golpeó cuando su mirada se posó en la maleta de su esposo, ¿Cómo iba a explicarle aquello? Entró en un estado de ansiedad sin saber que hacer, se levantó del suelo y corrió alrededor del cuarto, para resolver finalmente que él no podía quedarse allí.

- ¿Cómo pudo habérseme olvidado? - se recriminó de nueva cuenta - Maldita sea mi suerte... ¿Tenía que ser justo esta semana? - masculló mientras tomaba las pertenencias de él y salía de la habitación y las llevaba al cuarto que le habían asignado a él, la puerta estaba cerrada así que infantilmente dejó las cosas ahí y escapó, encerrándose en su propio dormitorio.

Ranma había aprendido la lección, bueno, dos lecciones; la primera: no pelear dentro de los hoteles porque reparar los daños era caro; y segunda y más importante: cuando la recepcionista te ofrezca las llaves de tu habitación, no le digas que no, solo tómalas, así nadie comentará nada.

Tan pronto llegó al pasillo donde se ubicaba su habitación, dejo de jugar con las llaves en su mano derecha, un bulto a las afueras de su alcoba llamó su atención, al acercarse se percató de que era su maleta.

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Los peleadores se acomodaban en la comodidad del lujoso tren, las puertas avisaron con sonidos claros que estaban cerrándose y pronto apareció en el tablero led "Saitama" y el tiempo de duración del viaje.

Akane caminó lentamente hacia el asiento de su esposo, se detuvo a su lado y preguntó

- ¿Puedo sentarme? - Ranma, que estaba sentado en el asiento pegado al pasillo, bufó molesto y le dio la espalda, dejándole con eso bien claro que no la quería cerca - Ranma por... - el tren se movió haciendo que casi se cayera, suerte que se agarró al asiento - Por favor - le dijo tratando de que las demás personas, que ya la veían extraño, no escucharan su monólogo - Ranma, en verdad tengo un buen motivo para no... no... - roja a más no poder habló casi en susurros cerca de él, suspiró y continuó - yo intenté llamarte, pero no respondiste... - nada.

Cansada y avergonzada, se retiró a su lugar.

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A penas llegaron a Saitama, el staff del torneo se llevó las cosas al hotel, mientras que los peleadores fueron dirigidos a uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad, donde uno de los patrocinadores del torneo los había invitado a comer.

Nada más sentarse un hombre vestido con un traje negro costoso entró en el apartado privado que les habían dispuesto y saludó con entusiasmo a todos. La comida fue muy amena, incluso Ranma, había mantenido una cara neutra.

Luego del postre, el señor Suzuki, dueño de una famosa cadena automotriz, dio unas palabras de ánimo para todos y les deseo suerte y mientras él se despedía de algunos otros, un asistente se acercó a Akane, luego a Ranma y les pidió amablemente que salieran con él.

- El señor Suzuki quiere hablar personalmente con ustedes, además se harán algunas fotografías que posteriormente se enviarán a algunos medios de comunicación - ambos asistieron.

Tiempo después se encontraban en el despacho del señor Suzuki, habían estado hablando de negocios y eran muy favorecedores para la pareja, básicamente, si todo salía bien, serían unas de las figuras para la publicidad del modelo de automóvil que saldría el próximo año.

- Espero realmente que ganen el torneo, aunque la verdad no es tan importante, a estas alturas, ustedes son muy populares y no influiría mucho en el resultado final - comentó con una carcajada el hombre de unos cincuenta y tantos años mientras los tres se acomodaban para las fotografías.

En la primera, Suzuki estaba al centro, sentado en una silla ejecutiva mientras los artemarcialistas estaban a cada lado de él, en la segunda y tercera aparecían los tres de pie y estrechaba la mano de cada peleador como muestra de estar cerrando un trato, la cuarta mostraba a los tres sonrientes a la cámara y la quinta, mostraba al señor palmeando el hombro de Ranma mientras este tenía sostenida la mano de su esposa.

- Realmente me alegro de su matrimonio muchachos, ayer que recibí la noticia por mi agente estaba con mi esposa y mi nieta y ambas me pidieron que les diera sus felicitaciones.

La sesión terminó luego de algunas palabras más e inmediatamente luego de que el señor se fue Ranma soltó la mano de la chica con desdén. Regresaban en el elevador a la planta baja cuando ella comenzó a hablar.

- Mira Ranma, tampoco te voy a estar rogando, ni siquiera me dejaste explicarte mis razones - no contestó - admito que haber sacado tu maleta y no abrir la puerta cuando fuiste a buscarme fue infantil, pero no supe cómo afrontarlo, y de verdad lo siento - bajó la cabeza en signo de estar arrepentida, pero por supuesto tampoco obtuvo respuesta, cansada habló - bien... como quieras - dijo con enojo saliendo del ascensor y caminando hacia la salida donde sabía los esperaba ya un coche para llevarlos a la conferencia de ese día.

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- Primero que nada quisiera preguntarle cómo podemos referirnos a usted, ahora que está casada tal vez prefiera usar el apellido de su esposo. – fue una de las preguntas de la conferencia.

- Creo que por el momento, y hasta el término del torneo de artes marciales en marzo, seguiré usando para la vida pública mi apellido de soltera.

- Excelente – declaró la reportera anotando en su libreta – díganos, señorita Tendo – mencionó con una sonrisa – por su participación en este tour previo y por su reciente comentario es obvio que participará en el torneo de marzo, pero luego de ello, ¿Seguirá en el mundo profesional de las artes marciales? Esta pregunta ha estado surgiendo a raíz de los retiros de varias personalidades femeninas luego de contraer matrimonio en los últimos años.

- Creo que así como nuestro compromiso encontró lugar dentro de nuestras carreras profesionales, también nuestro matrimonio lo hará, así que no creo que haya ninguna clase de impedimento para seguir haciéndolo.

- Señorita Tendo – llamó otro reportero – No sé si esté enterada, pero, ayer un periódico chino publicó unas declaraciones de la peleadora Shampoo donde además de hablar mal de usted y del señor Saotome, lanzó un reto para usted de ir a enfrentarla en un torneo chino llamado... – el hombre miró sus apuntes – "Zuìgāo jǐnbiāosài" – pronunció con dificultad – ¿estaría dispuesta a hacerlo?

- La verdad desconozco completamente las declaraciones de Shampoo, y siendo sincera no estoy segura de conocer tampoco ese torneo en específico – dudosa y por inercia miró a Ranma, quien, en un gesto despreocupado negó con la cabeza indicando que no conocían de él – La verdad más allá de caer en provocaciones, preferiría investigar que tan interesante podría llegar a ser ese torneo y revisar mis fechas disponibles para viajar y decidir.

- Ya hablando de las declaraciones de la señorita Shampoo – habló un hombre en el fondo de la habitación – Señor Saotome ¿Es cierto que ustedes dos y cito "fueron amantes por más de cuatro años burlándose del compromiso que usted mantenía con su ahora esposa"? – el manejador ante la aguda pregunta se levantó dispuesto a intervenir, Ranma hizo una seña para detenerlo y procedió a contestar.

- Voy a aclarar esto de manera tajante – declaró – Yo nunca he tenido nada que ver con esa mujer, para quienes no sepan, Shampoo pertenece a una tribu guerrera de supremacía femenina y bajo esos términos ella me declaró como su prometido, yo jamás acepté eso y mucho menos mantuve ese tipo de relación con ella, mi compromiso siempre fue con Akane y seguirá siendo así – puntualizó.

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Akane se acomodó en su cama por séptima vez, ya era muy tarde y no podía dormir, eran pasadas las dos de la madrugada y el sueño no llegaba, en su mente las palabras de los reporteros revoloteaban, amantes, amantes, amantes, ¿Cuántas veces no los había encontrado en situaciones comprometedoras? Ciertamente estaba segura de que Ranma por muy tonto que fuera para poner en su lugar a las prometidas, nunca había llegado a nada más que a insinuaciones de parte de ellas.

En sus años de adolecente sus celos siempre se habían desatado y no iba mentirse, aun hoy a sus 24 sentía que le hervía la sangre, pero su lado racional ahora ganaba y sabía diferenciar entre la realidad, la estupidez y lo lógico de cada situación.

El problema ahora radicaba, además de que Ranma le estaba haciendo la ley del hielo, en que no soportaba la naturalidad con la que Shampoo hablaba tan libremente de esos temas, la forma tan sencilla con la que expresaba sus deseos y la manera en que declaraba abiertamente sus sentimientos (aunque estos fueran una obsesión), mientras que ella seguía siendo tan insegura en esos temas.

Tomando una resolución se levantó de la cama con premura, ¡en este momento iría a la habitación de Ranma a explicarle todo!

Volvió a sentarse en la cama casi derrotada, no tenía el valor para si quiera insinuarse un poco y ahora debía explicarle "aquello", ¡Maldición!, más decidida, tomó el teléfono.

- Buenas noches – respondió una voz que parecía cansada

- Buenas noches – respiró antes de decir - ¿Puede comunicarme a la habitación del Señor Saotome Ranma por favor? Habitación 532

- Enseguida – el empleado ni siquiera había preguntado nada.

Akane esperó con el corazón latiéndole a mil, en otra situación hubiera llamado a su teléfono personal, pero seguro vería la pantalla y no contestaría.

- Son casi las tres de la mañana – repeló en el teléfono el de trenza, probablemente pensando que era el servicio de despertador que había solicitado para la 07:00hrs.

- Soy yo...

- ¿Pasó algo? – se oyó preocupado

- No... bueno...

- Ahh... – el tono empleado enfatizó el enfado de él.

- ¡No me cuelgues por favor! – pidió rápido – no tienes que contestar si no quieres, solo escúchame... – el silenció se extendió, ella no se atrevía a continuar. Luego de algunos minutos la ronca voz de él se oyó

- ¿Y bien?

- Mmm... yo... el otro día... verás... no es que no quisiera... hacer, ya sabes, eso... es solo que es complicado...

- ¿Complicado? – preguntó enojado – Complicado es intentar llegar a algo con tu esposa y ella al parecer esté jugando

- ¡No estoy jugando! ¡Déjame terminar!

- Si claro, habla entonces – molesto bufó, incluso puso el altavoz cansado de sostener el teléfono en su oreja, por su lado la joven aferraba más fuerte sus manos al aparato.

- Bien... – inhaló con fuerza – Yo... yo... – se quedó callada

- ¡¿Tú qué?! Tengo sueño y si no vas a decir nada que... –ella lo interrumpió sin más

- ¡Estoy con el periodo! – y colgó

Respiraba con agitación, no había quitado su mano del teléfono, aplastándolo con fuerza sobre la base. Bien, ya lo había dicho. Rápidamente regresó a la cama y se "escondió" entre las cobijas.

Los minutos pasaron y comenzó a quedarse dormida, tal vez ya más relajada de haber confesado aquello, de pronto se oyeron unos toquidos en la puerta y Akane despabiló de inmediato, no había posibilidad de que fuera otra persona.

- Akane, soy yo... – la voz masculina parecía... ¿Calmada? ¿Preocupada? ¿Incómoda? Akane salió de la cama como si estuviera escondiéndose aún, gateó por el piso y se recargó en la madera de la entrada.

- Yo... – comenzó completamente avergonzada – yo... no creo que sea momento para esto Ranma

- ¿Puedes abrir por favor?

- Mejor no

- Abre Akane, prometo que no pelearemos... por favor – se oía tranquilo, así que ella abrió solo un poco para verlo por esa rendija

- ¿Akane? – él estaba de pie y no la vio

- Aquí – dijo tímidamente

- ¿Qué haces ahí? – con calma se acuclilló para estar a su altura, ella solo se encogió de hombros - ¿Puedo pasar? – tras dudarlo algunos segundos la puerta se abrió.

Akane seguía en el piso, así que Ranma le extendió la mano para ayudarla, ella se alejó luego de quedar de pie, fue hasta la cama y se sentó en un extremo, Ranma en otro extremo.

- ¿Estás molesto? – dijo observando sus pies con la poca luz que daba la lámpara de noche.

- Un poco – dijo sin levantar la vista del piso - ¡Pero no porque estés...

- ¡No lo digas! – Ranma asistió

- Es por haberme sacado de la habitación y no haberme dicho que pasaba

- Lo siento...

- Supongo que ya no importa – tras un rato de silencio, Ranma continuó – A mí... a mí no me importa sabes, que tú...

- ¡Ranma! – escandalizada y echando humo por las orejas volteó a mirarlo

- Yo... yo, es que... no pienses mal... – habló también brillando en un color rojo fluorescente – me refiero a que... lo que tu decidas, yo... yo estoy de acuerdo – no levantó la cabeza hasta que sintió que Akane se calmaba y dejaba de mirarlo.

- Podemos... bueno yo... quisiera esperar... no quiero... No así quiero decir – suspiró nerviosa

- Por supuesto – contestó con seguridad, luego tragando saliva se acercó a ella y tomó su mano. Akane lo miró y él sonreía, le regresó el gesto con cariño. Ranma se acercó un poco más y la besó con suavidad, ella respondió enseguida.

- Ranma – dijo en un suspiro cuando él se alejó, se vieron a los ojos y después de un momento, Akane recargó su frente en el pecho de él y comenzó a reír nerviosa.

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- Primero las damas – dijo con gracia Ranma dejándola pasar primero al edificio donde sería la conferencia de ese día, el centro de conferencias de Tokyo estaba a reventar, además de los medios de comunicación, habían ido muchos aficionados a ver la conferencia en vivo.

- Comenzamos en cinco minutos – comunicó el encargado que los acompañaba. Uno de los asistentes comenzó a darles indicaciones de donde debían sentarse y Akane tuvo que alejarse de Ranma, el joven estaba esperando turno cuando su teléfono comenzó a vibrar.

- Nabiki – respondió luego de ver el número

- ¿Está Akane contigo?

- Estamos preparándonos para la conferencia de hoy, ya está en su lugar, ¿Pasa algo? – preguntó al notar la urgencia.

- Tengo que decirles algo importante, supongo que tú podrás decirle luego y lidiar con el enojo de tu prometida – bromeó

- Esposa – corrigió

- Si, bueno, ese es el problema, ¿Recuerdas mi broma de hace algunos días? Pues no era del todo una broma...

- ¿Qué quieres decir? – incrédulo cambió de posición

- Señor Saotome, por aquí – le indicaron

- Un momento – pidió – Explícate ahora – exigió al teléfono

- Mira, algunas firmas del certificado estaban borrosas, así que lo han rechazado.

- ¿Cómo que borrosas?

- Pues considerando que papá estaba llorando sobre ella cuando firmó...

- ¡¿Qué?! ¡Nabiki arréglalo!

- Oye, oye, tampoco me grites, además ¿Crees qué no lo he intentado? Por eso no les dije nada, tengo un contacto en el ayuntamiento, pero ni él pudo hacerlo, necesitan volver a firmar una nueva acta.

- Me lleva la...

- Señor Saotome, es el único que falta – rogó el empleado

- Ya voy – dijo entre dientes – bien, entonces ten lista otra acta para cuando lleguemos, probablemente sea hoy en la noche.

- Es sábado Ranma, controla tus ansias por qué vas a tener que esperar hasta el lunes, a menos que... sientas que la espera te haga arrepentirte – estás últimas palabras no iban en realidad para Ranma, iban para quien estaba a su lado.

- ¡No digas esas cosas Nabiki! – se oyó gritar a Soun de fondo en tono lloroso

- Señor Saotome, ya comenzó la conferencia - el empleado sudaba a chorros

- ¡En un momento! – respondió

- Creo que se está arrepintiendo papá – jugó más Nabiki

- ¡Ranma te lo advierto! ¡Ya no puedes dejar a mi hija cuando ya la deshonraste! – gritó el señor Tendo, al parecer estaban en alta voz, incluso la voz de Kasumi tratando de calmar a su padre se oía más allá, además de la voz de Genma diciendo algo como "mal hijo"

- ¡¿Qué?! ¡No, yo no... – nervioso contestó

- Ves padre, nada de qué preocuparte, ni siquiera está interesado en ella, no está deshonrada, puede casarse con alguien más– Nabiki de nuevo

- ¡Nabiki! – reclamó Ranma

- Claro que está interesado, seguro se refiere a que no es deshonra porque creían que estaban casados, él es todo un hombre – esa había sido Nodoka

- Señor Saotome, por favor – pidió casi llorando

- Tengo que irme – cansado de todos colgó.

A pesar de su entrada tardía, la conferencia corrió sin ningún inconveniente.

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- Ranma, ¿Estás bien? – preguntó acomodando su cabeza en su hombro cuando iban de camino al lugar donde sería la exhibición de combate.

- Si...

- Has estado muy callado, ¿seguro que estás bien? – lo miró con curiosidad

- Si, todo está bien – fue su seca respuesta mientras pensaba en un buen plan de acción.

La presentación de los combates trascurrió con bastante éxito, hubo bastante asistencia y todos los peleadores fueron distinguidos con regalos variados. Al término, el organizador principal del torneo, dio unas emotivas palabras privadas de despedida a los peleadores y reiterándoles que los esperaba a todos en marzo en Osaka. El manejador dio instrucciones para el trasporte siguiente de cada invitado.

- Vamos a casa – le sonrió la chica tomándole la mano luego de salir de los respectivos vestidores ya cambiados.

- Si, vamos... oye Akane... quiero decirte algo...

- Yo también... – contestó al momento poniéndose roja, ahora estaban siendo conducidos hasta el vehículo que los llevaría directamente hasta Nerima.

El asistente que los guiaba, tomó las maletas y ayudo al conductor a ponerlas en el guarda equipaje del automóvil.

- Tú... tú primero... – pidió él.

- Es que... – habló en voz baja – creo que tal vez mañana... mañana ya... ya sabes... podamos…

- ¿Qué cosa? – estaba un poco desconectado pensando en el otro asunto. Las personas que subían las maletas terminaron de hacer la labor y el asistente habló asegurándose de que el conductor sabía las instrucciones.

Akane se paró de puntitas y se acercó hasta la oreja de su prometido.

- E... estar... juntos – su aliento caliente en su oreja, hizo que la sangre de él le recorriera el cuerpo con fuerza

- ¡Deshonra! – maldito momento para pensar en esas estúpidas palabras, sacudió la cabeza con fuerza de un lado al otro, si Akane quería, el no estar casados de verdad no iba a impedir esa unión, sin embargo, era obvio que debía decírselo antes, a sabiendas de que Soun la había criado de una manera muy conservadora, ni que decir de Kasumi a quien había escuchado un sinfín de veces pedirle a Akane que fuera "prudente", refiriéndose a conservar su virtud. Se sobó las sienes pensando en cómo darle la noticia.

- ¿Y eso que significa? – preguntó confundida al verlo mover la cabeza de lado a lado.

- Lo que pasa es que no... – no sabía cómo decirlo

- Listo - dijo el asistente y les abrió la puerta para que entraran al auto, Akane lo miró, pero Ranma no podía explicarle nada en presencia del joven ayudante y ella dándose por entendida con ese silencio subió sin más.

Cuando ambos ya estaban a bordo, el auto arrancó; Akane le dio la espalda a Ranma, mirando hacia la ventana, y él trató de acercarse, pero ella no lo permitió.

- Akane... - la llamó.

- Déjame en paz - contestó sin ganas, era la insinuación más directa que había hecho y él la había "despreciado". El conductor, un hombre viejo de unos 60 años los miró curioso, y por qué no decirlo, un poco chismoso, por el retrovisor, y Ranma, rechazando la idea a exponer sus asuntos personales, se limitó a quitarse la chamarra y ponerla sobre los hombros de Akane que parecía que tenía frio.

Llegaron a Nerima casi una hora y media después, luego de tomar sus maletas, Akane subió a su habitación sin más.

- ¿Alguien llegó a… - Kasumi asomó su cabeza desde la estancia - ¿Akane? – la llamó pero su hermana no se detuvo. - ¿Pasó algo Ranma? – El joven se limitó a negar con la cabeza

- Iré a hablar con ella, no es la gran cosa – Intentó ir tras Akane cuando su padre apareció y lo jaló del brazo.

- ¡Ven Ranma! ¡Están en la televisión! – mientras era arrastrado a la sala, vio como Kasumi subía las escaleras

Los toquidos en la puerta hicieron que Akane bufara, no tenía ganas de hablar con nadie, sin embargo la voz de su hermana mayor se escuchaba preocupada y si no la atendía, tendría en poco tiempo a la familia completa indagando en sus asuntos.

- ¿Qué pasa? – preguntó al abrir la puerta

- Pues, solo quería saber si estás bien, pareces decaída. – habló con dulzura.

- Solo es el cansancio, ¿Quién diría que los hoteles de cinco estrellas no eran la gran cosa? – rio un poco esperando que Kasumi se fuera.

- ¿Segura? No es por lo de Ranma, ¿Verdad? – Akane quedó pasmada, ¿Acaso su hermana tenía poderes para leerle la mente?

- ¿De… de qué hablas? – preguntó tanteando el terreno. La mayor pensando en que había acertado en el clavo, puso la mano sobre su hombro para reconfortarla.

- No te preocupes, el lunes volverán a firmar una nueva acta, no te sientas mal, que no se haya podido registrar su matrimonio, no significa que él no te quiera hermanita.

- ¿Cómo que no se registró mi matrimonio? – Akane exigió saber

- Pe.. pero… pensé que Ranma te lo había dicho. – sintiéndose tonta por haber dicho algo incorrecto, Kasumi agregó – Te traeré algo de té y platicaremos con calma.

Kasumi se fue apresurada y bajó la cabeza cuando se encontró frente a Ranma que se había librado del resto de la familia con la promesa de bajar con Akane.

La joven seguía en la puerta y apenas lo vio intentó cerrar, Ranma no lo permitió y entró tras de ella sin permiso, cerrando la puerta tras de él.

- Akane... - la llamó intuyendo que estaba a punto de desatarse la guerra

- ¿Por qué no me lo dijiste?

- De... de que...

- De que no estamos casados, claro... - bajó la mirada y se mordió el labio como si estuviera conteniéndose y habló como si se estuviera aclarando a ella misma - por eso ya no quisiste... - dejó la frase en el aire

- No... ¡No es así! - intentó acercarse, pero ella levantó las manos y dio un paso hacia atrás. - Por favor escúchame, yo...

El timbre insistente del celular sonó y Akane lo tomó solo como distracción y tomar un respiro antes de continuar con esa plática que la haría sentir humillada.

- Tendo - contestó - Si, si la recuerdo - hizo una pausa escuchando a la interlocutora de la llamada - Si, comprendo... si, no tengo problema - ella volteó a sus maletas - salgo para allá. - Colgó la llamada.

- ¡¿A dónde rayos vas?! - exigió saber tomándola del brazo cuando Akane ya llevaba colgado su bolso e intentaba tomar la maleta grande.

- No te importa - se alejó y salió de la habitación con urgencia, sin importarle no llevar maletas, salió de la habitación, bajó las escaleras y cuando ya iba a salir de la casa con Ranma siguiéndola, su padre la interrumpió.

- ¿Akane? - decidiendo no dar de que hablar a la familia explicó

- Me llamó una de las publicistas de la marca de chocolates, quiere ver los detalles del contrato de la publicidad en febrero.

- Oye, sabes que no debes firmar nada que no pase por mis manos - le recordó Nabiki - además esa marca no había dicho nada concreto.

- Si, precisamente a eso voy.

- Espera, ¿Regresarás a Tokyo a esta hora? - cuestionó Ranma

- Es trabajo, ¿Me puedes llevar a la estación Nabiki? - su hermana se olía algo más y accedió fácilmente con la intención de sacarle algo más a Akane, sin contar que era una buena oportunidad y debía darle instrucciones para esa reunión, así cuando llegara su turno de negociar sería más fácil.

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Akane se miró en el gran espejo del baño asignado a empleados de las oficinas centrales de Lotte, llevaba puesto un conjunto sencillo de pantalón y saco sastre gris, era ropa nueva ya que había decidido salir de su casa impulsivamente sin nada más que lo que llevaba puesto.

Las reuniones habían resultado ser más formales de lo que creían y rápidamente habían acordado fecha para la firma de contrato, desde el sábado había mandado el contrato a Nabiki para que lo revisara y se había alojado en la capital con ese pretexto, utilizó el domingo, además de para deprimirse, para comprar un cambio completo de ropa que le sirviera para la reunión de ese lunes y un pijama.

Salió del baño y fue a despedirse de la encargada de publicidad quien había cerrado el trato con ella, se había portado de manera muy amable desde su llegada y la había halagado todo el tiempo por ser una figura de las artes marciales, "Justo la mujer que necesitamos para la nueva campaña", había dicho esa mañana. Por último, subió al carro de la empresa que habían dispuesto para que la llevara a su hotel.

El chofer ofreció cortésmente esperarla para llevarla a donde necesitara, incluso reiteró la propuesta de llevarla hasta Nerima sin ningún problema, pero Akane había declinado diciendo una excusa tonta. En realidad, no quería regresar aún.

Al pedir las llaves de su cuarto en recepción observó que faltaban cinco a las 12, su hora de hacer "Check out", y suspiró sin saber que hacer, si renovar su estancia e ignorar su vergüenza o alistar sus pocas pertenencias y afrontar a Ranma de una buena vez.

Insertó la llave en la habitación 248, y sin más abrió cerrando tras de sí, las cortinas estaban abajo así que había relativa oscuridad, iba a encender el interruptor de luz, cuando una mano la tomó de la muñeca pegándola a un torso conocido.

- Ra... Ranma... - tartamudeo cuando cayó en cuenta de lo que pasaba.

- Entonces, ¿Ya? - ni él mismo sabía de donde había sacado el valor para preguntar aquello, tal vez al verla dolida por su no matrimonio, o tal vez al recordar su expresión de ilusión cuando ella le había susurrado al oído antes de subir al taxi luego de los combates.

- ¿Ya... ya qué? - casi pasmada respondió con otra pregunta cuando sintió que él prácticamente la guiaba hacia atrás, sosteniéndola cerca de su cuerpo.

- Ya sabes... estar juntos - le repitió sus palabras algo sonrojado. La falta de palabras de ella solo logró que él se inclinara a besarla.

- Ra... es... Ranma... pero... - le empujó un poco cuando sintió que la parte posterior de sus rodillas tocaba la cama.

- Yo... - se rio un poco nervioso. - Creo que debí comenzar con esto. - Se separó de ella del todo y fue hasta donde había dejado dos maletas de viaje, una era la de ella y la otra era la que utilizaba Ranma. Mientras lo veía tomar un sobre largo amarillo de la mesilla contigua se preguntó por fin como era que él había llegado hasta ahí, cómo lo habían dejado entrar a su habitación y que rayos estaba pasando, ¿Estaría alucinando?

Lo vio sacar algo del sobre y extendérselo.

- Solo falta tu firma - le aclaró, aunque ella no entendió de que hablaba hasta que lo observó.

- ¿Una... una acta de... matrimonio?

- Fui por ella temprano, nuestros padres firmaron ahora sin llorar jeje...

- Pero...- estaba tan confundida y Ranma no le estaba dejando espacio de procesar la situación ciertamente cuando puso un bolígrafo en sus manos.

Luego de algunos segundos, al ver que ella no hacía nada, comenzó a hablar.

- Yo... sobre la otra acta no es que quisiera ocultarlo, solo no sabía cómo decírtelo, además... sé que eres muy conservadora y... no sabía si querrías... - Akane lo miró expectante, reaccionando por fin a sus palabras pero sin decir nada, eso parecía incentivar las explicaciones de Ranma. - estar conmigo... - se rascó la nuca nervioso y rojo - sin estar casados. - ella solo ladeó la cabeza en silencio. - Pero quiero que sepas que a mi no... no me importa, es decir, no me importa hacerlo sin el matrimonio, no es que no me quiera casar, solo no me importa el papel, ¡Pero no es que vaya a extraviar esta nueva acta o algo así! - aclaró por las dudas levantando las palmas de sus manos en su explicación - Me refiero a que el sexo... - Akane levantó las cejas y él se puso más intranquilo - Tú sexo - ella abrió más los ojos - ¡Quiero decir nuestro! ¡Nuestro sexo! ¡NO! ¡Es decir...

Akane dejó las hojas y el bolígrafo en el buró contiguo a la cama y Ranma pensó por un momento que ella no iba a firmar y guardó silencio esperando su rechazo.

- A mí tampoco me importa... - se acercó a él hasta poner sus manos en el borde del abrigo que él portaba, y bajando la mirada, habló de nuevo - el sexo prematrimonial.

Cuando sus ojos se volvieron a encontrar no pudieron evitar la atracción, el desarrollo de los besos apasionados los llevó a caer hasta la cama, las manos ansiosas a la escasez de ropa y los roces pecaminosos a sensaciones nunca antes vividas.

Así se siente el amor correspondido, pensó ella cuando lo único que podía escuchar a lo lejos era la voz masculina susurrándole al oído mientras su mundo explotaba y se reconstruía de nueva cuenta.

- ¿Y esas maletas? - preguntó ella cuando Ranma parecía tener la energía suficiente para continuar cumpliendo con sus actividades "no matrimoniales" después de varias horas sin descanso.

- Para la luna de miel - fue su escasa respuesta metido en... "sus asuntos", en realidad se podría decir que eran los "asuntos de ella".

- Oye... no he firmado el acta. - le recordó burlándose. Él se separó al instante

- Pues firma de una vez - se estiró, tomó los papeles y el bolígrafo, y los puso en sus manos

- ¿Y si ya no quisiera firmarlos? – dijo riendo

- No estoy jugando Akane... - respondió con una sonrisa macabra. Akane firmó con una sonrisa en su rostro, Ranma tomó el papel y lo apartó de nuevo a un lugar más apropiado, luego los llevarían al registro.

- Pensé que no te importaba - le recordó.

- Claro que me importa - dijo regresando a besarla - Ya no puedes dejarme ahora que tomaste mi virtud.

- ¡Ranma! - gritó, además de la declaración, el muchacho había jalado la sábana y había salido corriendo al baño

- ¡Pervertida! - luego desde dentro advirtió - ¡Si no te apuras perderemos el vuelo a Hawái! ¡Todo por tu insaciabilidad!

- ¡Idiota! - ella solo tomó la camisa de él para cubrirse por encima mientras corría a la ducha con la intención de golpearlo, sin embargo, él ya la esperaba prevenido, y sus intenciones definitivamente no eran tener una batalla.

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Fin

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ACLARACIONES

- Por si les parece raro que la prensa se interese mucho en nuestra pareja, la verdad es que yo saqué esa parte de la atención que le dan a los atletas en Japón, incluidos peleadores de artes marciales.

- Japan Airlines si existe, por cierto.

- La Neige Higashikan Hotel es un hotel de 5 estrellas que si existe, es precioso, por cierto.

- La ciudad de Hiroshima pertenece a la región de Chuugoku.

- Suzuki es una marca de autos de origen japonesa.

- Lotto, es una empresa de origen coreano de una variedad de golosinas y chocolates. Lotto patrocinanos ToT.

- Del centro de Tokyo a Nerima y viceversa, el trayecto puede hacerse facilmente en automóvil.

N/A

06 de diciembre. Culpable, esto está demasiado largo, nunca había escrito una historia tan larga en un solo shot, por alguna razón cuando estaba escribiendo esto y vi la cantidad de hojas descarté la posibilidad de dividirlo en dos, aun ni yo lo entiendo, pero bueno... de todas maneras en varias ocasiones me han mencionado que les gustaría algo más largo, entonces ahí está, 44 páginas de historia.

A quien sea que haya resistido y haya llegado aquí abajo, muchísimas gracias, en especial a:

- Iselaglezcam

- Benani0125

- Adrianne Luna

- Akai27

- Juanny Nodoka

- Psicggg

- Lelek An3li

- Felicius

- Alicia

- Byeby Face

De nuevo gracias, de este lado del ciber mundo, AkaneMiiya.