Epilogo 2
Problemas conyugales
Han pasado dos meses desde la boda. Pero no todo andaba bien; Hitomi no estaba acostumbrada a todas las cosas que tenia que hacer como reina…
-Hitomi, por favor, amor. Sal de ahí. –Van estaba pegado a la puerta del baño de la habitación de el y su esposa.
-¡NO! ¿Qué no te diste cuenta? Los ancianos me trataron como si fuera un objeto; ¡Y NO SOY UN OBJETO! Soy un ser humano. –Hitomi estaba histérica al otro lado. –Y sabes que me molesta más, que tú no dijiste nada…
-Aunque sea el rey, no me de derecho a reclamarles algo a los ancianos. –Van empezaba a desesperarse. –No puedes quedarte ahí todo el día, además en la noche es el baile para los reyes de Ezgardia; recuerda que están de visita…
-Si, si, ya se. –Poco a poco se fue abriendo la puerta. –Aun no me acostumbro a esta vida…
-Ya lo se. Poco a poco te vas ir acostumbrando a todo esto. –La brazo y se fueron a sentar en un diván que se encontraba cerca de ellos.
-Dijiste lo mismo antes de que nos casáramos... y ve... aun no pasa nada... –estaba cansada, desde que se unió a el amor de su vida no había podido descansar como era debido para cualquier ser humano.
-Si, ya se lo que te dije; pero un poco mas de esfuerzo de tu parte haría que las cosas salgan bien... –Mejor no hubiera dicho eso, por que ahí empezó otra vez la discusión…
-¡QUE NO ESTOY PONIENDO DE MI PARTE! EL QUE NO ESTA PONIENDO DE SU PARTE ERES TU… -Tomo aire y bajo la voz. –Tu me dijiste que ibas a hacer todo lo posible para que me aceptaran tal y como soy.
-Sabes que, hasta aquí Hitomi. Si quieres bajar al baile baja, y si no pues no me interesa… -Salio de la habitación dando un portazo.
Cada vez eran mas frecuentes estas discusiones en la pareja. Nadie les dijo que fuera a ser fácil; pero no se imaginaban cuan arduo era el camino para llegar a ser felices…
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Nadie se atrevió a preguntarte si quiera al joven rey si la reina iba a bajar al baile si necesitaba ayuda para vestirse.
Iba furico, solo quería llegar a su oficina donde esperaba que nadie, absolutamente nadie, lo fuera a molestar… Abrió la puerta y se encontró con una cabellera rubia y larga.
-¿Qué haces aquí? –Rodeo el escritorio y se sentó frente al receptor de sus palabras.
-Veo que estas de malas. No arreglaste nada con ella, ¿verdad? –Ninguna palabra salio del ryu-jin solo se giro para ver a través de la ventana que daba a una vista preciosa de Fanelia
-Dale tiempo…
-¡Ese es el problemas, Allen! Ya le di demasiado tiempo y ella aun no quiere aclimatarse a esta vida… -Seguía viendo hacia fuera. –Empiezo a pensar si estuvo bien que se casara conmigo…
-Amigo, estas empezando a divagar. –Allen camino hacia el y se paro a su lado observando por aquella ventana. -¿Cómo es posible que digas esas clases de tonterías?...
-¡No son tonterías! –Se paro de un brinco y empezó a caminar por su oficina. –Ella tenía una vida que le agradaba en la luna fantasma…
-Eso no es cierto y tu lo sabes muy bien… Ella te extrañaba y le hacías falta… Lo que estas diciendo es una excusa tonta para no aceptar que también es tu culpa que ella este así… -No había terminado de hablar cuando sintió unas manos que tiraban del cuello de su camisa
-Mira quien habla, el casanova de Gaia. –Se empezó a controlar y bajar la fuerza que estaba ejerciendo. –No se por que oigo tus consejos, si aun no puedes sentar cabeza con ninguna mujer.
-Tranquilízate –Le quito las manos de su ropa. –Y ya va siendo hora de que vayas a arreglarte, el rey que es anfitrión no se puede dar el lujo de llegar tarde. –Un leve tono de molestia se hacia notar en su voz.
-No quiero que me molesten más…
Salio de ahí dejando al rubio con cara de pocos amigos…
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Desde que su esposo salio de su habitación se había puesto a llorar desconsoladamente en la cama que compartían. Varias veces oyó como Merle y algunas damas de compañía (Que Van casi la había obligado a aceptarlas) tocaban que les abriera la puerta. Pero ella no tenía ganas de ver a nadie, es mas ni que nadie la observara en ese estado.
Sus ojos estaban enrojecidos por las lágrimas que habían brotado. Su cabello estaba despeinado y su vestido arrugado. Lloro por varios minuto hasta que el cansancio hizo su trabajo y las llevo a los brazos de Morfeo.
Ni siquiera sintió el aire que hizo Van con sus alas al entrar volando por la ventana. Antes de llegar a su habitación, se encontró con Merle y ella le informo que se había encerrado desde que el se había ido y que a nadie le quería abrir la puerta.
Cuando entro la vio dormida, se veía tan tranquila. Pero después de observarla detenidamente, se dio cuenta que aun tenia los estragos de la pelea que habían tenido.
Se sentó lentamente en la cama y poco a poco se fue acostando a un lado de ella. La abrazo y se acurruco a su lado. Su olor… aquel delicioso olor que lo volvía loco. No podía evitar sentirse tan mal al ver a la única persona que ha amado en ese estado.
Sintió como la joven se empezaba a mover.
-¿A que hora entraste?
-No tiene mucho que llegue. Me tuve que meter por la ventana. Y ahora que lo pienso hubiera hecho lo mismo hace un rato que te encerraste. –La apretó mas hacia el.
-Pero no se hubiera visto que el rey hubiera entrado por la ventana al baño donde se encontraba su esposa. –Sonrió ante el comentario que acababa de hacer.
-Lo siento… Perdí los estribos hace un rato. A veces sigo siendo el mismo muchacho impulsivo que conociste en la guerra contra Zaibach.
-Eso no me importa, por que aquel muchacho es del que me enamore. –Alzo su rostro para observar el del rey alado. –Además yo también te debo una disculpa, me comporte de manera muy inmadura…
-Te amo, pequeña. No me gusta que discutamos… -Puso su frente contra la de ella. –Tenemos que controlar nuestro carácter…
-Si. Pero es que no se, ahí momentos en los que siento que nada mas estoy de adorno y que todo lo que opino no sirve a los oídos de los ancianos…
-Shhhh, no empecemos. Mejor vamos a descansar un poco, aun te ves cansada. –Acerco sus labios a los de ella.
-Si, pero tenemos que arreglarnos para un baile que se llevara a cabo aquí. –Le rozo los labios.
-Aun tenemos tiempo…
La beso al principio muy suave, lento. Ella se dejo llevar, cada vez que el le daba ese tipo de besos; terminaba haciendo lo que el quisiera.
-¿Sabes una cosa? –Rompiendo el momento. Un sonido salio de la garganta el. - Ya no estoy tan cansada…
El tono en que le había hablado le dio luz verde a las manos de Van. Empezó a recorrer los hombros desnudos de su mujer. ¡Como le agradaban ese tipo de vestidos!
Un beso, fue lo que termino de fomentar ese momento de pasión.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
-¿Qué le habrá pasado a Van? –Allen caminaba de un lado al otro por el pasillo que daba al salón principal del castillo.
-No lo se. Pero me estoy preocupando. ¿Y si se volvieron a pelear? –Merle que ya estaba arreglado con su vestido de gala iba persiguiendo a Allen
-Lo mande desde hace mas de horas para que se arreglara y bajara lo mas pronto posible. –Abrió un poco la cortina detrás de la cual estaba el salón con toda la gente en este. –Ya están todos solo faltan los reyes de este castillo.
-¿Nos buscaban? –Hitomi venia del brazo de Van. Ambos estaban muy felices como si nunca hubieran peleado; al menos en ese día.
-No voy a decirte nada en este momento, así que mejor ya entra al salón. Hace más de media hora que ya están todos aquí…
Entre Allen y Merle empujaron a la pareja hacia el destino que tenían planeado esa noche…
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Después de la presentación de los reyes de Edzgardia; los cuales estaban un poco molestos con el joven matrimonio. Dio inicio el baile –cena que habían preparado en honor a las visitas que albergaba el palacio.
Todo iba bien; después de aquella reconciliación. La pareja se había mostrado contenta en todo momento.
Van estaba vestido de la mejor forma posible. Llevaba un traje gris, con motivos en rojo y el escudo de Fanelia. (Lo siento mucho, me cuesta trabajo describir ropa de hombre)
Y su esposa se veía lo más parecido a un ángel. El vestido era de un color verde jade. De mangas largas que estaban hechas por una tela traslucida del mismo tono que el demás vestido. El corte acentuaba sus senos y la delicada cintura que tenia.
Las mujeres veían con envidia a la reina y los hombres con lujuria.
Esto no paso desapercibido para Van; ya que era mas que obvio las miradas que se posaban en su acompañante. Pero Hitomi solo podía pensar en su esposo; así que en ningún momento vio estas acciones.
-Buenas noches, Sus Altezas. –Un joven de mediana edad se acerco hasta ellos.
-Buenas noches…
-Así, disculpen mi imprudencia. Soy Fareen Echizen. –Hizo una reverencia. –Soy sobrino de los reyes de Edzgardia.
-Mucho gusto. –Le sonrió, como siempre hacia a las personas que se presentaban ante ella. -¿Esta disfrutando de la reunión?
-Si, muchas gracias reina Hitomi. –Lanzo una mirada a Van. –Rey, ¿me podría conceder bailar una pieza con su esposa?
Van no estaba de acuerdo, el era una de las personas que con mas insistencia miraban a su "ESPOSA" de manera que a el no le agradaba. Pero era una grosería no darle su consentimiento a ese baile. No había otra cosa que hacer.
-Si –Tomo la mano de Hitomi y le deposito un beso en esta. La acerco un poco a el y le beso la mejilla. –Tenga cuidado con ella, es mi tesoro mas grande…
Hitomi se sorprendió un poco por las palabras de Van y mas aun por sus acciones. El no era de la clase de personas que decía lo que sentía en público. Estaba acostumbrada a esa clase de demostración, pero en privado, en su habitación; a cosas como la de la tarde… Se sonrojo al instante al recordar lo que habían hecho antes de venir al lugar.
Mientras Hitomi estaba tan metida en sus pensamientos no se percato, de que Van le había extendido su mano a Fareen. Al tocar su mano con la de el, se sonrojo. No paso desapercibido para Van esta acción; y sintió cómo su cuerpo se tensaba pero del coraje que sentía de ver a Hitomi en esa situación.
Salio la chica de sus pensamientos cuando sintió como alguien la tomo por la cintura y la empezaba a mover en tiempo, algo parecido a un vals.
-¿Se encuentra bien? –Echizen la miro
-Eh, si. ¿Por qué? –Mientras movía la cabeza, intentando despejarse.
-Esta como ida, parece que no estuviera aquí...
Hitomi sonrió, pero esa sonrisa no tardo en borrarse cuando vio que su esposo estaba muy sonriente con una joven de la corte. Se sentía celosa, ni con ella se sonreía de esa manera…
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Después de que su esposa había salido a bailar; a el le dio un impulso por bailar con alguna joven.
Así que diviso a una de la corte de Fanelia que siempre lo molestaba; esto dejo de suceder cuando se caso con Hitomi. Era un secreto a voces (hasta para Hitomi) que aquella chica estaba enamorada de Van.
-¿Cómo esta, Lady Mairan? –La chica de rubios cabellos y ojos violetas., lo observo visiblemente sorprendida.
-Bien, su alteza. –Hizo una reverencia. -¿Qué se le ofrece?
-Que quiero ver si me concede una pieza. –Le acerco su mano.
-Con mucho gusto…
Se intentaba concentrar en la joven que tenia delante de el. Pero no podía dejar de observar de reojo a una pareja que estaba bailando cerca de ellos. Tanto así estaba observando para otro lado que no paso desapercibido esto para ella…
-Su majestad… -Van volteo a verla. –Si me permite le daré un consejo… -Le movió la cabeza en forma afirmativa. –Si se siente celoso, por ver a la reina con aquél joven ¿Por qué me invito a bailar a mí y no a ella?
Una carcajada se formo en la garganta del rey. Todos los que estaban a su alrededor se le quedaron viendo. Mairan también empezó a reír. Ninguno se dio cuenta que un par de ojos verdes veía la escena de mala manera.
-Tu comentario, me recuerda a las palabras del caballero Allen Schezar… -Se tranquilizó. –Siempre me dice lo mismo
-Por algo será…
Iba a agregar algo más, cuando el sonido de una bofetada seguido de unos tacones a toda prisa se oyó por el salón.
Todas las miradas se dirigieron a Fareen; pero un momento… ¿Y Hitomi?
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Azoto la puerta en cuanto se adentro su recamara. ¿Por qué había hecho eso? ¿Qué estaba pensando? Si, ya sabia lo que era… La habían llegado las palabras de Fareen…
FLASH BACK
Hitomi sonrió, pero esa sonrisa no tardo en borrarse cuando vio que su esposo estaba muy sonriente con una joven de la corte. Se sentía celosa, ni con ella se sonreía de esa manera…
-Es una joven muy atractiva. –Volteo a ver al locutor de esas palabras. –Cualquiera daría lo que fuera por tenerla en sus brazos… Hasta el Rey…
-¿Qué esta insinuando?
-Yo, nada. Solo digo lo evidente. Aunque el rey es muy tonto estando con aquella mujer. –Puso la mano sobre la tensa cara de la reina. –Si, la tiene usted. Aunque ella es más joven…
ZAS la bofetada resonó por el lugar. No resistió y después de aquél comentario salio a paso apresurado del lugar.
FIN FLASH BACK
-No creo… pero… el nunca es así conmigo. Además esta el rumor de lo que ella seria capaz de llegar a hacer con el…
FLASH BACK.
Hitomi caminaba a lado de Merle por el pasillo; aun no se habían comprometido oficialmente Van y ella. Estaban tan alegres pensando en todo lo que se veía venir en el futuro de la pareja; hasta que las voces de unas mucamas del castillo les llamo la atención.
-La doncella Mairan aun no quita el dedo del renglón. Ni aunque ya sepa que lady Hitomi ya tiene un anillo de compromiso en su dedo. –Se veía que de las dos mucamas ella era la mayor, las arrugas en su rostro la delataban.
-No se por que te sorprendes, desde que empezaron a reconstruir este palacio esa muchacha siempre estuvo insinuándose al joven Van. –Se notaba que estaba molesta.
-No me sorprendería que algún día el rey se dejara llevar por ella. Solo espero que lady Hitomi nunca sepa de esta joven…
Solo vieron como las mujeres se alejaban. Merle la llamo diciéndole si se encontraba bien a lo que ella solo le dio una sonrisa fingida y un: Si, todo va a estar bien…
FIN FLASH BACK
Pero en que estaba pensando ella. Van no seria capaz de hacer algo así… ¿verdad que no?
Oí como se azoto la puerta de la habitación. Me gire y ahí estaba el, se veía… ¿enojado?
-¿Sabes lo que acabas de hacer? –Me pregunto con una voz por demás fría y llena de coraje. No le conteste y solo le observe. -¡CONTESTAME! En que cabeza cabe lo que acabas de hacer.
-Discúlpame, pero no se de que estas hablando. –La verdad era esa.
-¿Por qué abofeteaste a Fareen? –Lo mire incrédula.
-¿Qué fue lo que te dijo exactamente?
-Eso no importa ahora. Los reyes están furiosos por lo que le paso a su sobrino. –Intentaba tranquilizarse pero todos sus intentos fallaban. -¿Por qué lo hiciste?
-Antes que nada, ¿Qué hacías tú, con aquella mujer? –Si, lo había dicho y ahora no había marcha atrás.
-Un momento… ¿Yo por que te tengo que dar cuenta de mis actos?
No eligió bien las palabras. Y solo sintió la mano de su mujer estrellándose en su cara.
-Con el derecho que me otorga ser tu ESPOSA. –Tomo unos vestidos de su armario, junto con algunos objetos personales. Van cayo en la cuenta de lo que ella estaba haciendo.
-¿A dónde crees que vas?
-No te importa –Le pago con la misma moneda.
-Eres mi esposa… -Empezó a tranquilizarse, se dio cuenta que esta discusión se estaba saliendo de control.
-No fue lo que dijiste hace un rato. –Termino de guardar sus cosas en una especie de maleta que tenían. Se apresuro a la puerta pero ahí estaba el, impidiéndole el paso. –Permiso, por favor.
-No, no vas a ir a ningún lado. –No se movió ni un centímetro.
-¿Por qué no? Anda y ve con ella, al fin y al cabo que se te resbale una vez más que mas da… -Se abrió paso a fuerza y cerro la puerta haciendo un fuerte ruido
-¿Qué hice?...
El joven rey se deslizo por la puerta y dejo caer. Como un niño pequeño las lagrimas empezaron a brotar. Aun no sabía como se encontraba ella.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Para su fortuna no había tenido qué caminar mucho cuando una de los sirvientes pasó a su lado. Tranquilamente le dijo que si le podía prepara una habitación. La mujer le iba a preguntar pero la cara que tenia la reina le freno.
La levo a una de las habitaciones de huéspedes. Hitomi sonrió al reconocer cual era. Donde estuvo después de que regreso.
-El rey no quiso que nadie la ocupara, dijo que le traía buenos recuerdos. –La mujer parecía leerle sus pensamientos
-¿En serio? –Ponía sus cosas en el armario que había ahí.
-Todo mundo sabe en este palacio que aquí fue donde el rey le propuso matrimonio. –Hitomi se sonrojo.
-¿Y como supieron eso?
-Fácil, la señorita Merle nos dijo todo. –Ahora cambio su expresión a una molesta. –Con permiso su alteza, ya esta todo listo. ¿Desea que alguien venga en la mañana a ayudarle a alistarse?
-No –en eso recordó, que mañana por la mañana vendría el medico a revisarla, se había estado sintiendo mal en los último mes. No podía desplazar mas la cita. Ya llevaba dos semanas haciéndolo. –Espere, mañana va a venir el medico. Por favor envíenlo para acá.
-Entonces ¿mando a alguien para que le ayude?
-Si, por favor.
-Como usted desee. Con permiso.
La mujer se retiro y ella se puso su camisón. Acostarse en esa cama que hace unos meses dejo de ser suya… Por que ella tenía una a lado de su esposo. Un esposo que era un idiota… Pero que lo amaba… Y que era una persona por demás arrogante… Pero que cuando estaba con ella era muy tierno…
Ya, debía de dejar en pensar en ello. Solo llegaba a una conclusión. Y era que, lo amo, lo amaba y siempre lo amaría… No había otra cosa…
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Tardo un rato en reponerse de esa discusión. Se paro y se puso su vieja ropa. (La que usaba en la serie). Se encamino hacia fuera del palacio, pero una vocecilla le repetía que tenía que ir a arreglar este asunto ¡ahora!
Dio media vuelta y se dirigió al palacio. La mayoría de los invitados ya se habían retirado y los que faltaban era por que estaban de invitados en "hogar" de los reyes de Fanelia.
Vio que cerca de ahí había una mujer que daba indicaciones a otras personas. Si instinto le dijo que se acercara a ella. En cuanto lo vieron hicieron las debidas reverencias.
-¿Alguna sabe donde esta la reina? –Se notaba molesto y era bien sabido por todos en Fanelia del carácter explosivo de su rey. Aunque también todo mundo sabía que era un hombre de buen corazón.
-Si, señor. Yo se. –La misma persona que estaba dando indicaciones
-¿Dónde esta? Y ¿Qué indicaciones estabas dando?
-Esta en la habitación que era suya antes de casarse con usted. Y les daba las órdenes para mañana que me dio la reina.
-¿Qué instrucciones?
-Mañana va a venir el medico a checarla y me pidió que lo mandara a donde estaba ella.
-Ah, ya veo. Con permiso.
Salio de ahí sin siquiera oír lo demás que le iban a decir. Y es que la reina pidió que NADIE la molestara hasta la mañana.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Dormía placidamente. Aunque los malestares que venia sintiendo cada vez eran mas fuertes. Gracias a la carrera de medicina que ejercía en la tierra (que en realidad era pediatría), sabia que podía ser. No quería crearse falsas esperanzas, así que esperaría al siguiente día.
Ella sabia que Van no se había dado cuenta, por que cuando el se despertaba ella aun estaba dormida. Su palidez la aprendió a disimular con un poco de maquillaje; no quería que nadie se preocupara por ella.
Se quedo dormida. Había tenido un día difícil y algo le decía que aun no iba a terminar del todo.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Daba gracias de que la puerta de esa habitación no estaba cerrada por dentro como la de su habitación esa tarde. Pensó que lo mas seguro es que ella ya estuviera dormida. Y en efecto, así era.
No quería tener que despertarla pero era necesario; digo, no podía hablar con ella dormida…
-Hitomi… -La movió suavemente. –Despierta, por favor…
-Umh tengo mucho sueño…
-Yo lo se pequeña, pero necesitamos hablar…
-¿Van? –Se giro a ver a su esposo
-Lo siento, pero necesitamos hablar
-Yo no tengo nada que hablar contigo. –Se volvió hacia la posición donde había estado dormida, mirando hacia la ventana. –Por favor, vete.
-No, hasta que no hable contigo.
-¿Y que me vas a decir? –Siguió en la misma pose. –Lo siento, no fue mi intención decirte eso… Para oír eso, mejor ahorrate el esfuerzo.
-Si, ya se que me merezco eso. No se por que lo dije. Perdóname, no quiero que estemos enojados… -Le empezó a acariciar el cabello
-Ni siquiera te interesa saber lo que siento yo… Ni nada de lo que te tenga que decir… -Le quito su cabello de sus manos.
-¿Me quieres decir que paso en el salón con Fareen?
-¿Me vas a dejar hablar hasta el final? –Se giro un poco hacia el.
-Si. –Se acomodo en la cama.
-Cuando estábamos bailando yo estaba viéndote bailar con esa… mujer. Y el hizo un comentario que me molesto y me ofendió a ti, y a mi. –El seño de Van se frunció. – Me dijo que cualquier hombre daría lo que fuera por tenerla a ella, y que tú no serias la excepción. Y también dijo que eras muy tonto si me tenías a mí por esposa…
-Umh –La cara se le puso roja del coraje que estaba sintiendo. -¿Y tu le creíste?
-Después de todo lo que dicen que ha hecho esa mujer para atraer tu atención… ¿tu que pensarías en mi lugar?
-Creo que por esa parte tienes la razón… -Hitomi sonrió. –Aunque Fareen también la tiene –Se borro la sonrisa
-¿Cómo que la tiene?
-Si, al decir que tú eres muy bella… -Se acerco seductoramente al rostro de su esposa. Pero ella lo movió.
-No, ni creas. –Van se molesto por la acción que había hecho. -¿Qué hacías bailando con ella? Le estabas haciendo más caso a ella que a mí…
-Te sonara ridículo de mi parte, pero me encele cuando saliste a bailar con Fareen y te sonrojaste. Así que por un impulso la saque a bailar a ella…
-¿Me sonroje? –Intento hacer memoria de aquel instante.
-Casi no se noto, parecía que te daba mucha emoción que el te sacara a bailar. Y pues a mi… -No termino de decir cuando la risa de ella le llego a los oídos. -¿De que te ríes?
-Jajajaja, es que no me sonroje por eso. Me estaba acordando de lo que estábamos haciendo antes de bajar al baile, jajajajajaja –Seguía riendo sin ver el lindo sonrojo que tenia Van en las mejillas.
-¿Qué clase de mente tienes, Hitomi?
-Aunque eso me lleva a otra cosa. –Se puso seria. –Y ¿Tu de que te estabas riendo con ella? –Ahora el de la risa era el.
-Jajajaja Me dijo que si estaba celoso de ti, por estar bailando con el. Por que la había invitado a bailar a ella…
-Sabes una cosa Van… -Abrazo por el pecho al moreno. –Somos un par de celosos sin remedio…
-Si, por que nos amamos demasiado… -La abrazo y le dio un beso en la frente. Y recordó lo de la visita del medico. -¿Por qué te va venir a ver el medico?
-Eres un despistado… ¿No te haz dado cuenta que ya llevo un par de meses con unas molestias? –Se acordó de lo que había estado pensando.
-No. ¿Debería? –Se preocupo por un instante
-No, déjalo. Ya mañana hablaremos. Ahora tengo sueño… -Un bostezo salio de su boca.
-Hasta mañana. Te amo. –Fue muy tarde, ella ya estaba dormida.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Un nuevo día entro por la ventana de aquella habitación. Un joven aun con sus ropas abrazaba tiernamente a la joven que tenia a lado, y que estaba en ropa de cama.
Parecían estarse disfrutando tanto. Ni rastros de la pelea de la noche pasada.
Unas jóvenes se sonrojaron por la escena que encontraron cuando entraron a la habitación; con la clara misión de prepararle el baño a la reina. Se apresuraban a retirarse del lugar cuando, sin querer se les cayo la bandeja donde traían las cosas para el baño.
-Van… no seas tan ruidoso… -Hitomi se sumergió mas en las cobijas. –Si vas a bañarte hazlo ya…
-No soy yo… -Se acomodo mas cerca de su esposa… Un momento, si estaban los dos en la cama… ¿Quién había hecho ese ruido?
Se enderezaron de la cama y voltearon a ver a todos lados. Y en la puerta vieron a los jóvenes que estaban sonrojadas. Salieron de ahí, no sin antes decirles que volvían en 10 minutos para hacer el baño.
-Se me olvido por completo que iban a venir temprano. ¡Que pena! Es tu culpa Van. –Se empezó a parar y se puso la bata de su camisón.
-No es mía nada mas, los dos nos quedamos dormidos. –Se acomodo en la cama. -¿Oye? Esta cama es muy cómoda, cuando no queramos dormir en la nuestra nos podemos quedar aquí… -Ese tono… era el tono que hacia el rey cuando quería… pues hacer cosas en un matrimonio.
-No. Ya es tarde. De seguro te están buscando. –Empezó a hurgar en el mueble donde estaba su ropa.
-Ya se. Tengo una idea para ahorrar tiempo.
-¿Qué?
-Que nos bañemos juntos… -La abrazo por detrás
-No se vería bien, recuerda que ya no tardan en venir a preparar el baño.
-Si tu no les dices… yo tampoco lo voy a hacer. –La volteo y le empezó a besar el cuello
-Es…ta… bien. –Empezó a acariciarlo debajo de la ropa. Le hablo en el oído. –Esperate al baño, ahorita no; alguien podría entrar.
-Esta bien. –Se alejo de ella y salio al pasillo. Dio unas indicaciones y volvió a entrar. Seguido de el, unas mucamas. –Mande a traer mi ropa y que ya vengan a preparar "tu baño".
Solo se sonrojo. No tardaron mucho en hacer las tareas que les fueron ordenadas.
Y una vez solos la pareja se adentro al baño, besándose y acariciándose.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Después de aquel baño. Van se dirigió a su despacho no sin antes dejar dicho que en cuanto el Doctor llegara que le avisaran, quería estar con su esposa.
Transcurrió poco tiempo para que llegara el galeno. La reina estaba con Merle en su habitación, cuando llego.
Tardaron en avisarle a Van de la llegada de este. Cuando le avisaron ya estaba por terminar la ocultación de Hitomi.
-Buenas tardes, Su alteza. –El señor ya entrado en edad, hizo una reverencia como era debido.
-Buenas tardes. ¿Cómo esta? –Casi no se le notaba que estaba ansioso por saber el diagnostico.
-Será mejor que entre, ella le explicara. Con su permiso mi camino es largo y ya es un poco tarde. Nos vemos en un mes… -Camino hacia la salida seguido de unos guardias.
-¿Dentro de un mes…? ¿Qué pasa aquí? –Entro a la habitación.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
La vio acostada en la cama, los rayos del sol en la mañana le daban de lleno sobre su cuerpo. Se veía hermosa…
Pero, tenia marcas de lágrimas en su rostro…
-Hola, pequeña. –Se sentó en una silla cerca de ella. Su rostro se veía diferente. -¿Cómo estas?
-Bien. –Una repuesta cortante
-¿Bien? ¿Y por eso lloraste?
-Te amo, Van. –Acaricio su rostro.
-Yo también. Me asustas. –Tomo su mano entre las suyas
-Llevo más de un mes con molestias…
-¿Molestias?
-Si. Mareos, nauseas, antojos, mal humor… ¿Eso no te dice nada? –Sus ojos le brillaron por la respuesta que le pudiera dar.
-Umh; no, la verdad no. –Hitomi casi se cae de la cama ante lo despistado que podía ser su esposo.
-Y próximamente mi estomago va a crecer…
-¿Qué tienes? –Van estaba empezando a asustarse.
-Voy a tardar unos meses en recuperarme…
-¿Meses? Tan grave es… -Ya no resistía mas, tenia que decirlo de una sola vez.
-¡Por Kami, Van! ESTOY EMBARAZADA.
-Es… en … se… rio Hitomi –Tartamudeaba, increíble, pero cierto
-Si, Van. –Vio como su esposo se empezaba a poner pálido. –Van ¿Qué tienes?
Des de afuera del cuarto oyeron como algo caía al piso y lo único que vieron fue a Van en el piso desmayado, y Hitomi a su lado intentado reanimarlo.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Tardo en reaccionar, pero en cuanto vio un par de ojos verdes observándolo; se tranquilizo.
-¿Vamos a ser papas? –Fue lo primero que salio de su boca.
-Aja, apenas tengo como 7 semanas. Es poco tiempo. –Se sorprendió cuando vio que Van le acaricio su vientre.
-Eso no me importa, desde este momento yo quiero disfrutar a nuestro bebe.
-Van, eres tan lindo…
-Gracias…
-¿Por qué me das las gracias?
-Por que desde que regresaste me alegraste la vida, y ahora con esto; no quepo de felicidad. –Le sonrió
-Te amo, Van.
-Te amo.
Un besito sello el momento más importante de su matrimonio. Y el comienzo de una nueva vida…
