Capitulo 2: El precio del sacrificio.

Athena llegó a su departamento, todo un desastre era aquel lugar, ropa tirada, zapatillas, joyas y los discos de cuando era una idol popular, entró pisando y pateando todo lo que estaba a su paso, un día anterior había sufrido un ataque de ansiedad dejando aquel desastre. Al llegar a la sala se dejó caer en su sofá cansada tomando un cigarrillo de su mesita y lo encendió, pero ¿desde cuándo fuma? Todo lo que ha pasado la había afectado mental y emocionalmente, eso solo era una manera de liberar su estrés.

-Como desearía que el tiempo pasara rápido para ya estar a tres metros bajo tierra.- lamentaba exhalando el humo de su boca. Los recuerdos empezaban de nuevo a invadir su mente:

-Te... amo...- confesó nerviosa después de medio año de relación, relación que había sido muy difícil por la actitud de Yagami aunque con paciencia y amor por parte de ella soportaba todo con tal de estar cerca de él. Sin embargo él nunca mostraba sus sentimientos hacia a ella podía estar casi segura que ni los sentía, pero no se iba a rendir fácilmente.

A pesar de eso, en esos momentos estaba tan atenta esperando una respuesta a su confesión pero Iori no respondió, como lo sospechaba, él solo la tomó del rostro acariciando su mejilla y la miró fijamente a los ojos purpuras percibiendo un hermoso brillo en ellos, se acercó lentamente hasta rozar sus labios con las de ella para besarla tiernamente, acto que sorprendió a Athena, eso era algo nuevo para ella, nunca la había besado así, es más, ¡espera!... ¡era la primera vez que la besaba!.

Ni siquiera sabía por qué había aceptado estar con ella, si no hacían cosas de novios, tal vez era por que pasaban mucho tiempo juntos por la banda, o para sentirse acompañado, sea cual sea el motivo se conformaba y se encontraba feliz de al fin poder estar así de cerca.

El continuaba besándola al mismo tiempo que la abrazaba de su cintura atrayéndola más hacia a él profundizando más aquel beso que parecía eterno hasta que... el chico empezó a sangrar de la boca manchando aquel hermoso beso, al darse cuenta del sabor la soltó rápidamente.

-¿Iori? ¿Estás bien? - cuestiona asustada al notar la sangre en los labios de él.

-Athena... -susurro Yagami con una mueca de dolor entrando poco a poco en ese estado

Ella paso sus dedos sobre sus labios y vio la sangre en ellos, esto la alarmo aún más entendiendo lo que sucedía.

-iIori! ¡Escúchame por favor, contrólate, tienes que hacerlo. ¡Eres fuerte tu puedes! - dijo tomando su rostro tratando de tranquilizarlo desesperadamente

-No puedo... corre... huye antes de que sea tarde y te haga daño- advirtió quitando las manos de la idol con brusquedad y a la vez colocaba una mano sobre su pecho.

Athena en vez de huir, lo abrazó muy fuerte cerrando sus ojos e intentando permanecer a su lado sin importar lo que pasara pero su fuerza la superaba mil veces más y no pudo soportar todo el poder descontrolado de Iori que por suerte no la mato sino solo la empujó contra la pared dándose un fuerte golpe en la cabeza para luego caer de cara al suelo dejándola inconsciente.

Pasaron varios días hasta que despertó en el hospital y a la primera persona en ver fue a Iori quien se acercaba a la camilla solo para reprenderla por su acción.

-Debiste de huir, era peligroso que te quedaras a mi lado, tonta - dijo esto último para salir de la habitación del hospital

...

Desde esa vez, no volvió a tratar de acercarse a ella... la trataba de manera indiferente y más frio que antes, como si no fuera su novia si no como cualquier extraño desquitándose con ella.

-Ahora entiendo todo, su dolor, su odio, su amargura, le doy la razón del porque me trato así y no solo a mi, sino a todos, el quería liberarse pero no podía e intentaba alejarme así como yo ahora. - inhaló un poco de su cigarro.

-Justo asi es como me he sentido desde aquella noche que aquel ser maldito me robó mi poder divino y tomé la maldición de ese pacto, maldición que no desaparecería al menos que matara a Kyo o que Orochi muriera pero el matarlo era casi imposible - dejó la colilla de cigarrillo en el cenicero para irse directo al baño.

-Me duele pensar que el pasaba por esto y nadie estaba con él para ayudarlo y mi amor no lo era todo para salvarlo, Iori tenía razón, esa tontería del poder del amor era una vil mentira en la que caí fácilmente - se decía así misma mientras abría la llave para ducharse. La cálida agua que caía a sus hombros le daba un poco de tranquilidad.

-Por otra parte estoy en paz porque es libre de esta maldición aunque tuve que desaparecer para que no se diera cuenta de lo que hice ni para me viera morir pero ahora me odia por haber huido como una cobarde y peor aún por haberlo dejado a su suerte cuando aún estaba muy herido por el combate, la primera vez que me lo encontré después de mi regreso, juró que no iba a descansar hasta vengarse de mí y sacarme la verdad, lo entiendo perfecto, era la única persona que lo amaba y lo abandone sin mas ¿Qué clase de basura soy? Y lo peor de todo... - se puso de rodillas en medio de la ducha mientras las gotas recorrían todo su cuerpo y sus cabellos húmedos ocultaban su rosto pálido

- Es... que jamás supe si en verdad me amó.

Ahora todo tenía sentido, por eso el cambio tan drástico de actitud de Athena por esa razón había desaparecido esa noche.

No quería que nadie a su alrededor se enteraran y sufrieran por ella, ni que Iori se sintiera culpable bueno si es que él sintiera alguna culpa, a final de cuentas el no pidió ese sacrificio pero por bien de él y también de la humanidad lo hizo.

Salió de la ducha envuelta con la toalla, se asomó en el espejo, con su mano quitó lo empañado para verse a sí misma.

-¿Vale la pena vivir así?- cuestionó con una lagrima en los ojos viendo su rostro sin maquillaje, demacrada y enferma.

Por otro lado Yagami, ya estaba en su departamento acostado en su cama viendo el techo pensativo, de las veces que se había encontrado con Athena esta vez fue diferente porque logró conversar con ella ya que en los encuentros anteriores solo huía y nunca se detenía a enfrentarlo como en esta ocasión.

-No puedo sacármela de la cabeza, su actitud, su rostro, su mirada, no puedo olvidar sus ojos, esos ojos... - apareció en su mente la mirada vacía de Athena

- Es como si me hubiera visto a mí mismo ¿Habrá una posibilidad de que mi maldición pasara a ella?- Iori se levantó de golpe de su cama, le daba muchas vueltas a ese asunto.

- Si fuera así, yo no se lo pedí, sería una completa tonta arruinar su vida de esa manera y menos por alguien como yo. Chizuru tiene que hallar la manera de sacarle toda la verdad - en su mente recordó todo que paso antes de que vencieran a Orochi y ella desapareciera:

-Athena...-susurro Iori delirando en un charco de sangre mientras Athena lo sostenía en sus brazos.

- ¿Si? -cuestiono con lágrimas en los ojos.

- ¿Por qué siempre has estado conmigo a pesar de cómo te he tratado? ¿No lo entiendo?

-Porque te amo mucho - dijo con tristeza- pero por favor cuando salgamos de esta situación lo hablaremos, no te esfuerces- susurro con voz cortada y bajita

-Esa noche cuando me dijiste que me amabas, lo único que hice fue lastimarte – deliraba, comenzó a toser levemente, quería continuar hablando pero la chica colocó un dedo sobre su sangriento labio para detenerlo.

-Shh... Tranquilo cariño... olvida eso, todo estará bien- lo consolaba tomando su mejilla al momento que quedo inconsciente por la sangre que había perdido - ¡Iori, responde por favor!... - gritó Athena, siendo eso ultimo alcanzó a escuchar antes de perder la conciencia.

Al recobrar el conocimiento extrañamente se sentía recuperado, se puso de pie buscando a la idol por todo aquel lugar frio y oscuro pero ella ya no estaba.


Ya tengo terminada esta historia, espero poder actualizar seguido si es que me deja mi niña jaja. Nos vemos en la próxima.