Todo indicaba que hoy no sería de esos días donde todo sale conforme al plan, de hecho, hasta el momento ya se había peleado con dos proveedores que le habían fallado en el insumo a sus laboratorios, había tenido una muy acalorada discusión con el director de recursos humanos, al parecer a varios de sus empleados les parecía una buena idea solicitar un aumento, por su ineficiente y patético trabajo. No era ni medio día y ya necesitaba pastillas para la migraña. Por suerte, no le importaba ninguno de esos trabajadores, ¿por qué?, simple.
Seto Kaiba no necesita a nadie.
Construyó un imperio desde muy joven, tenía 16 años cuando su empresa ya gozaba de éxito y lo hizo prácticamente solo. No tenía tiempo para compartir el poder de ningún otro modo, él era el jefe. Su empresa era líder en el mercado desde hace 6 años, aunque debía agradecer a su inútil y desagradable padrastro haberle exigido tanto y ser tan cruel con él, de alguna forma lo preparó para la vida. En un primer instante su empresa solo abarcó el mundo del duelo de monstruo, y videojuegos, pero en algún punto se estancó y las industrias Kaiba Corp dejaron de crecer. Aunque no era alarmante, ya que los números de la empresa marcaban bien, él no se iba a conformar con eso. Siempre tenía que superar los números del año pasado, porque quitando a Yugi Muto y el juego de cartas, con el unico que podia competir y deseaba superar en todo aspecto era a él mismo.
No era para menos que las revistas y medios de comunicación lo tildaran como el joven más exitoso y prometedor desde hacía varios años atrás. Su estrategia era muy sencilla, aunque muchos de sus rivales y empresas competidoras no lo creyeran así, consistia en reinventarse cada tanto y solo invertir en lo mejor. Porque para ser el mejor, necesitas lo mejor.
-"Señor Kaiba, un placer tenerlo tan pronto por aquí"-Saludaba cordialmente el decano de aquel templo del saber.
Instituto de Tecnología de Massachusetts, la escuela de ingeniería reconocida por ser la mejor del mundo, por Times Higher Education-QS World University Rankings, cuenta con una totalidad de 76 premios Nobel entre sus egresados y profesorado. Es de esperarse que su ingreso sea muy riguroso. A pesar de que fue construida en 1861, sus instalaciones estaban perfectamente conservadas, además de que sus laboratorios no le tenían que envidiar nada a los de Kaiba Corp. Los salones de clases no lo impresionaron tanto, aunque admitía que estaban muy bien abastecidos, su biblioteca era muy moderna y contaba con libros de primera categoría, sin mencionar sus extensas áreas verdes. Era como ver el paraíso de las universidades en la tierra.
-"No está mal."-Dijo el castaño, al terminar el recorrido que le había dado el decano por todo el campus.
Estaba agotado, había recorrido casi toda la universidad en menos de 5 horas, necesitaba una bebida energizante con urgencia. El decano le seguía contando sobre cómo era esta edificación era una joya pura de la humanidad, mientras que su mente y vista se desviaron a esa pequeña y mediocre cafetería, justo contra la ventana, sentada en la misma mesa de hacía 6 meses, estaba ella. Serenity Wheeler, la hermanita del duelista amateur Joey Wheeler, con su apariencia angelical, la rojiza y castaña cabellera lisa que le cubría la espalda, de sonrisa amable y una mirada noble. Esa no era la Serenity que él recordaba de esa noche.
Ni entendía como alguien como ella había terminado en una fiesta tan depravada como esa, pero no podía juzgarla, él también estuvo ahí esta noche. Debía admitir que vender su moral, y aceptar la invitación a una fiesta de esa clase, no era propio de él, pero las jugadas del destino son así, coincidir en horario y lugar había sido una casualidad tremenda, aún más cuando se la encontró nuevamente en esta misma cafetería. Observó como agradecia amablemente al mesonero por llevarle su café, para luego perderse nuevamente entre sus libros de texto.
Por inercia y como si el universo estuviera conspirando para un segundo encuentro después de esa noche, el decano lo invitó a tomar un café. Debío asumir que Seto quería, ya que no le quitaba la vista de aquel local. No tuvo tiempo de negarse, mientras caminaba en dirección a su destino.
Paso a paso una serie de flash back le atravesaban por la mente.
La situación sería normal, de no ser porque cuando se despertó se encontraban totalmente desnudos y con solo una sábana cubriendo sus partes íntimas. Sonrió al darse cuenta que él, el temible CEO Kaiba, había cediendo ante sus deseos más carnales. Pero, ¿cómo no iba hacerlo?, la insistencia de sus socios, el alcohol, la música, las luces, el ambiente y ella. Ella, su amante perfecta.
Caminaba entre la gente, gozando su anonimato, cuando finalmente la vio. Estaba por irse, ella también tenía intenciones, o eso parecía, pero algo la detuvo, comenzó a bailar de una forma tan sensual que no pudo parar de mirarla, estaba disfrutando verdaderamente la canción. Fue en ese momento que recordó las palabras de su socio.
-"Aquí, joven Kaiba, encontrarás a la amante perfecta."-Aseguró el viejo pervertido de Hikaru, podrá tener bajo su poder a grandes cadena televisivas, pero su gusto por lo sexual era bastante desagradable.
En ese momento pensó que quizás el anciano si tenía razón, después de todo, el anonimato era su mejor arma esa noche. Nadie más que él sabría lo que hizo, no tenia tenia sexo en un largo tiempo y además esa mujer tenía las proporciones donde debía. No era muy alta, pero tenía unas piernas sensacionales que se marcaban debajo de aquel corsé ajustado, tenía bastante curvas, tanto caderas como las de los pechos; ese escote sin mangas hacía que la imaginación de cualquiera volara. Sus labios rojizos, su cabello recogido con aquel broche. No parecía estar acompañada, nadie en su sano juicio la dejaría ir sola con ese atuendo. Se dejó influenciar por las hormonas, después de todo, él también era un hombre.
-"¿Buscando pareja?"-Preguntó con la misma autoridad que siempre lo caracterizaba. No sabía en qué momento había llegado hasta ella, pero ahí estaba y no se iba a retractar.
-"No, ya te encontré"-Respondió con seguridad, tenía que admitir que fue muy sensual su respuesta.
Su excitación inicio desde que sintió la intensidad con la que sus labios se devoraban, como ella hundió sus manos entre sus cabellos, exigiendo más. Con gusto le daría más, tomó sus nalgas la levantó del suelo, arrinconandola contra la pared, ella lo rodeó sus caderas, casi instintivamente. Escucho su gemido ahogado entre besos, al momento que ella sintió su potente erección, dieron leves movimientos de arriba abajo. Era como tener sexo con ropa, pero no era suficiente para él, debajo hasta su cuello, buscando su punto sensible, el cual encontró cerca de clavícula. Los gemidos ahogados de ella aumentaban en su oído con más frecuencia, mientras él se encargaba del rojizo camino en su cuello. Necesitaba reclamarla suya, pronto.
Prefirió no seguir recordando, no quería tener una erección incomoda frente al decano de la prestigiosa universidad. Seguía sin entender lo que aquel hombre le contaba, una vez que encontraron al local, ella parecía no percatarse de que había un mundo sucediendo a su alrededor, estaba muy concentrada. La espío por el servilletero espejado que había en la barra, ella no había alzado la cabeza desde hacía más de diez minutos que él había entrado.
-"Un gusto tenerlo aquí, señor Kaiba."-Se despidió el rector.-"Por favor, hágame saber si necesita algo más."
No podía culpar al decano por haberlo abandonado en aquel café, en alguna otra circunstancia se hubiera sentido ofendido, pero particularmente en ese momento no tenía la mente donde realmente debía, estaba bastante distraído y era muy evidente. Para el estrés de la mañana no era lo más recomendable hacer un recorrido de más de 3 kilómetros, escuchando sobre historia y ex alumnos destacados, no eran cosas de interés para el joven empresario. Sacó su celular para ver la hora, casi las 18 horas (6 PM). Al menos el día ya había acabado al menos para él. O eso era lo que él creía.
-"Seto"-Lo llamó aquella melodiosa voz inolvidable.-"Hola, no te vi visto entrar."
-"Serenity, no sabia que estabas aquí."-Mintió descaradamente.-"Muchos exámenes."-Mencionó haciendo referencia a la pila de libros que tenía sobre la mesa.
-"Mañana tengo el último de este periodo…"-Explicó la joven, ojos avellaneda.
Algo en su interior lo estaba obligando a irse, este no era Seto Kaiba, el no se quedaba a escuchar a las otras personas, y menos cuando se trataba de cosas tan banales como los de una joven universitaria que está cansada porque tiene que estudiar mucho para sus exámenes, y todos esos estereotipos que esta sociedad ha creado. Pero, por otra parte, verla hablando con tanto entusiasmo de sus materias y su mundo, lo hacía olvidar todos los problemas que tenía en la cabeza con la compañía, al menos, la migraña se le había ido. Se sentó justo al frente de ella, y aunque la observaba, no la estaba escuchando. Los recuerdos volvían aparecer en su cabeza sin pedir permiso. Su rostro le recordaba cuando se me cayó el antifaz, esa noche, se le hacía familiar de algún lado, pero la lujuria le cegó los recuerdos. No se le hubiera ocurrido que en aquella velada se encontraría con alguien conocido.
Estaba totalmente entregado a las sensaciones del momento. Finalmente se habían deshecho de la ropa, y solo los cubrían sus prendas íntimas, quería desgarrar esos estorbos, pero optó por el autocontrol. Su piel era tan suave, se sentía caliente y confortable. Podría estar recorriendo sus curvas toda la noche, sintiendo como ante cada roce ella arqueaba mas la espalda. Soltó su cabellera con solo remover el broche que traía, fue cuando la regla de oro de la velada fue rota, su rostro angelical y ojos avellana, fueron revelados ante él. Le pregunto si algo estaba mal, ¿qué podría estar mal?, estaba con una diosa egipcia encargada en una mujer. No soporto mas, quitó el sostén que traía, capturó sus labios, sintiendo como sus firmes senos eran presionados contra sus pectorales…
Sin embargo, algo lo volvió a sacar de sus pensamientos.
-"Seto. ¿estas bien?."-Consulto preocupada, el ojiazul no había dicho ni una sola palabra.-"Creo que te estoy aburriendo, cuentame de ti, ¿qué hacías con el decano?."
-"Planeo comprar la univerdad."-Respondió abiertamente.-"Mokuba por alguna razón, quiere tener una vida más normal, y planea asistir a esta universidad el año que viene cuando se gradue."
-"Es genial lo que hace Mokuba, no imagino vivir bajo la presión del apellido Kaiba."-Expresó, aunque en el fondo le pareciera extremo las intenciones de comprar toda una universidad solo por su hermano.
-"Quiero que Mokuba tenga la mejor educación posible, él se va a encargar de la compañía aquí en estados unidos, una vez se gradúe. Tiene que estar preparado."-Expuso, casi prediciendo lo que ella estaba pensando.-"Ademas, la mayoria de mis incompetentes empleados provienen de esta universidad."
-"Entiendo."-Contestó rápidamente, dando a entender que no necesitaba más explicaciones.-"El decano te llevo a conocer la universidad."
-"Así es."-Afirmó, provocando una leve risa en ella.-"¿De qué te ríes?."
-"Espera, te dare el verdadero recorrido."-Indicó, guardando rápidamente todos sus libros en la mochila.
Estaba intrigado por lo que ella llamó el "verdadero recorrido", ¿qué se supone que eso significaba?. Termino de guardar lo que tenía sobre la mesa, pagó la cuenta de su mesa y le indico al castaño que la siguiera. Ella también tuvo el mismo recorrido que le habían dado a Seto hoy, donde todo parece perfecto, sacado de un catálogo de revista, pero no todo podía ser perfecto. Ella lo tuvo que aprender a duras penas, metiéndose en lugares y en horarios que no debía, porque no hay nadie que te alerte de la existencia de esos lugares.
Estaba oscureciendo, eran las 19:30 horas (7:30 PM), y el sol se estaba ocultando. El cielo se mezcló entre un azul oscuro y un naranja neón, varias nubes acompañaban el paisaje. Caminaron por un corto rato hasta llegar a la entrada de un camino bosquero. A la lejanía se debían las edificaciones de los dormitorios. Se adentraron, la grama estaba marcada, formando un camino, evidentemente era una ruta transitada, quizas algun atajos a los cuartos de los estudiantes. No se lo habían mostrado pero no le parecía nada alarmante.
-"Aquí está."-Dijo la pelicastaño, tras varios minutos en silencio, él la miró con cara de interrogante, no entendía que hacían ahí.-"¿Ves aquellos arbustos?."
-"¿Donde sale la nube de humo de marihuana?."-El olor era evidente. Aunque universitarios drogandose, no era algo nuevo.
-"Si te metes ahí, es porque vas a consumir, comprar o vender cualquier tipo de droga."-Le aclaro.-"Una vez entre por error, necesitaba llegar rápido a los dormitorios. Y tuve que comprar marihuana para que me dejaran salir. Era eso o fumar con ellos."
-"No te imaginaba drogandote, ¿sabe tu hermano de esto?."-Bromeó cínicamente.
-"No bromees."-Correspondió con una sonrisa.-"Te seguiré mostrando."
La joven lo guió por el mismo bosque, a una especie de almacén olvidado. Parecía que era una especie de antiguo depósito. Tenía hongos las paredes, y la fachada estaba desgastada. Entraron por una ventana que estaba rota por uno de los costados, con mucho cuidado de no cortarse con el filo del vidrio, había un olor nauseabundo, era muy leve pero igual se podía percibir. Subieron por unas escaleras en espiral, llegaron a lo que parecía ser una habitación con un balconeo a una sala en forma circular, donde se identificada un altar y algunas telas, no se veía muy bien, puesto que era escasa la luz que se filtraba por la ventana.
-"¿Qué es esto?."-Preguntó confundido, el edificio por fuera parecía no ser habitado, pero por dentro estaba decorado con cruces invertidas y había varias velas encendidas. El color rojo y negro dominaban los demás adornos.
-"Estamos en la sede de una secta de la universidad."-Dijo, para luego reírse de la cara de desconcierto que tenía el ojiazul.-"No se mucho de ellos, solo sé que es una especie de club exclusivo, extraoficial, que hace sacrificios de animales."
-"La historia de como descubriste esto, será bastante interesante."-La cuestiono, los símbolos que adornaban la pared eran muy parecidos a una cruz inscrita en un círculo que a su vez estaba dentro de un rombo.
-"No es muy interesante, solo buscaba un lugar tranquilo para estudiar, y termine en medio de uno de sus rituales de sacrificio."-Recordó con algo de gracia, era una anécdota que no había compartido con nadie hasta el momento.
-"Esto no lo incluye en el folleto, ni en el tour por la universidad."-Mencionó, detallando el símbolo marcado en las paredes, le parecía familiar pero no recordaba de donde.
-"Es escalofriante que los principales líderes del mundo, puedan pertenecer a cosas así."-Comentaba la joven.
-"Salgamos, antes que oscurezca."-Ordenó el mayor de los Kaiba.
Salieron sin problema por la misma ventana por habían entrado. La oscuridad de la noche hizo presencia, la temperatura también descendió hasta tocar los 10 grados. Sabía que ella tenía un examen mañana, que tenía que mantener su promedio puesto que era becada, así que era hora de irse y dejarla seguir estudiando. Se ofreció acompañarla, ese bosque oscuro con drogadictos merodeando no le daba confianza. Llegaron a la puertas del dormitorio de mujeres, tenía una gran cascada, y un estacionamiento amplio.
-"¿Hay algo más que deba conocer de esta universidad?"-Preguntó con sarcasmo.
-"Depende, ¿te mostraron el club nudista, también extraoficial, que se reúnen los miércoles? ó ¿la sección donde tienen sexo en el biblioteca?"-Vaciló un poco.
-"Creo que al decano, se le olvido mencionar eso"-Dijo seriamente.-"Ya debo irme."
-"Ehh.. Seto."-Llamó tímidamente, estaba un poco nerviosa al tratarse de Seto Kaiba, pero no tenía nada que perder.-"No tengo amigos aquí, me preguntaba, si tienes tiempo en tu agenda y, ¿quieres ir a conocer la ciudad o algo?, tal vez mañana."
-"¿Sabe tu hermano que me estas invitando a una cita?."-Sonrió descaradamente, imaginaba al rubio explotando de coraje.
-"No es una cita"-Aclaro rápidamente.-"Solo dos amigos, saliendo por un cafe."
-"Eso no es lo que diré cuando vea a tu hermano."-Volvió a bromear, aunque no descartaria la posibilidad de fastidiar al tonto de Wheeler cuando pudiera.
-"Nos vemos mañana."-Se despidió con una gran sonrisa por él comentario de este.
-"Nos vemos mañana."-Confirmo, dando media vuelta y desapareciendo tras entrar en su limusina.
