Sinopsis: Se conocieron y supieron que entre ellos podrían compartir sus mas profundas soledades, en ese campamento en medio de la nada como niños, descubrieron un sentimiento mutuo que nunca antes había experimentado. Años pasaron y cada uno debió vivir con el recuerdo y la añoranza.
Ella no tomo las mejores decisiones y el brillo infantil se había borrado de su rostro.
Pero una tormenta del pasado se acercaba, una vez más los caminos de Misa y de ese joven misterioso volverían a cruzarse. ¿Ellos se recordarían? ¿Podría este encuentro volver a cambiar la vida de ambos? ¿Por qué lo persigue el FBI? ¿En que clase de Rapsodia Salvaje quiere introducirla este joven maniático?
Descargo: Ninguno de los personajes de Death Note o Another Note me pertenecen, este es un Universo Alternativo, sin Death Notes cayendo del cielo. En el que Beyond y Misa se conocen y comparten una historia juntos. Algunos personajes si serán de mi autoria. Sin mas preámbulos espero que disfruten de la lectura;) Nos leemos.
Rapsodia
Capitulo 1
La lluvia no cae como antes…
Japón, Osaka año 1998
Pequeños copos de nieve comenzaron a caer en el campamento, fundiéndose con la tierra cuando alcanzaban el suelo, levantando un aroma a tierra recién mojada.
Un joven niño de pelo negro observaba como los copos caían suavemente, algunos copos se mezclaban con su cabellera azabache, levanto su mano para atrapar un puñado de copos que se hicieron agua al tocar su piel, el miraba fijamente su mano, un brillo rojizo apareció en sus ojos. Ese brillo que tanto le molestaba, el buscaba aislarse solo para no tener que mostrar sus ojos particulares a los demás, acomplejado se aíslo del resto del campamento mientras sus compañeros continuaban las actividades, al fin y al cabo a nadie parecía importarle su ausencia, mejor por el.
Escucho pisadas acercarse a sus espaldas, ni siquiera volteo para cerciorarse, el continuo mirando la tempestad que se acercaba estaba seguro que pronto esa nieve empezaría a caer con mas y mas fuerza.
-¡Oye tu! ¿Niño que haces ahí mojándote? - le dijo una pequeña niña de cabello rubio, lo miro indignada cuando el niño ni siquiera se digno a mirarla. Hizo un mohín y tomo coraje.
-¡Oye tú! Te estoy hablando, ¿Por qué no me contestas? ¿Estas sordo? - le decía mientras lo tomaba del hombro para voltearlo hasta tenerlo frente a frente.
El joven pareció sorprendido, su pálida piel pareció ruborizarse por un instante, y el brillo en sus ojos se intensifico cuando examinaron a la bella niña rubia que usaba una expresión molesta en su pequeña cara redonda, se sorprendió aun mas cuando encontró que lo miraba desafiante con unos brillantes ojos azules, si no estaba enojada ya punto de gritarle estaba seguro que seria la personificación de algún ángel. Por primera vez en mucho tiempo se sintió tímido y nervioso. Con una de sus manos intento ocultar sus ojos aplastando los mechones azabaches del flequillo.
La niña pareció satisfecha con la reacción.
-¿Te comieron la lengua los ratones? - volvió a insistir con algo de picardía mientras ponía las manos en la cintura. Desafiándolo a que respondiera.
-No.- respondió él reticente a seguir hablando. La joven pareció examinarlo con curiosidad y él comenzó a inquietarse nuevamente. - ¿Que necesitas? - se forzó a decir, la joven se asombro por la dureza y aspereza en la voz del joven.
-Oh, al fin nos estamos entendiendo.- dijo con una sonrisa.- Tenemos que volver con el resto, los instructores dicen que pronto podría haber una tormenta. ¿No querrías estar en medio de una tormenta de nieve verdad?
-No me molestaría.- dijo con cierto desdén, y era verdad. ¿Qué más daba si perecía en la tormenta? La joven rubia lo observo con intensidad, el creyó que se enojaría nuevamente pero en su expresión había mas curiosidad que ira.
-¿Te importaría si voy contigo? - eso dejo al pelinegro pasmado. ¿Qué quería decir esa niña con eso?
-No.
-¿Por qué no? - contesto molesta.
-Es peligroso.-
-Entonces tú tampoco vayas. - dijo de manera solemne. - Vamos, nos están esperando.- observo fugazmente a la tropa de niños que aun se estaban reuniendo con su instructor.
- Ve tú, yo voy a estar bien.- el joven comenzó a darle la espalda una vez mas hasta que una pequeña mano rodeo la suya con fuerza.
- Si tú te quedas entonces yo también. - ella lo miro con reproche.
-No, tú debes irte, seguro tienes personas que se preocupan mucho por ti.
- Y tu también. - Esa afirmación lo descoloco.- Vamos.- insistió tirando de su mano, dejo que lo arrastrara un par de metros y suspiro.
-No lo creo… - esa afirmación hizo que la niña se detuviera y lo observara con atención.
-Escucha, aun si es así, vale la pena vivir. No te desanimes por que tus papas no te presten la atención que necesitas, debes ser fuerte.- ella lo enfrento con sus afilados ojos azules, algo en el tembló cuando ella lo miro directo a los ojos. – No te rindas.- la vocecita de ella era suave pero llena de firmeza, y el supo que esas palabras quedarían grabadas en lo mas intimo de su ser.
Ella de repente pareció darse cuenta del ambiente tenso a su alrededor, y con la otra mano se cubrió la cara y acaricio el puente de su nariz, como si estuviera debatiendo algo muy importante en su cabeza.
-De acuerdo.- dijo el sin mas, y por primera vez en esa tarde una sonrisa socarrona asomo en su pálido rostro. La joven emitió un sonido de frustración al notar que se estaba burlando de ella. ¡Renacuajo malvado! Resoplo tratando de no perder los estribos. Lo miro con sospecha.
-Entonces, ¿podemos irnos ya…?- entonces noto que no sabia su nombre. - ¿Cómo te llamas? – lo observo expectante.
-Bir…- el joven parecía vacilar, la miro por un largo rato, le pareció divertido ver como la intriga se dibujaba en el rostro de la niña, satisfecho y con un poco mas de confianza contesto. – Birthday, Beyond Birthday a tu servicio. – hizo un pequeña reverencia que le saco una sonrisa a la joven.
- Oh, en ese caso me presento, me llamo Amane, Misa Amane.- Le contesto con gesto coqueto, tendiéndole una mano para que Beyond la tomara, y como todo un caballero el se inclino y deposito un casto beso en la delicada mano. Sonrío mientras aun la observaba a los ojos. Misa estaba ruborizada, pensó que lo golpearía pero no fue así, se volteo con nerviosismo y emprendió camino hacia la cabaña donde los estarían esperando sus compañeros e instructores, solo cuando observo que Jack el instructor de la cabaña Azul, a la que ellos pertenecían, parecía preocupado por ellos, noto que la tarde se había oscurecido dando lugar a la noche. Noto que Misa lo observaba y supo por su cara que si no se apuraba comenzaría a gritarle para que se apurara.
El joven de 12 años se apresuro a reunirse con ellos, en sus 12 años esta era la primera vez que se sentía realmente bien en la compañía de alguien de su edad.
Por primera vez en mucho tiempo deseo algo con mucha intensidad, y eso era que esos momentos quedaran siempre guardados en su corazón….
Japón, Kanto año 2006
Misa se levanto de la cama con los auriculares aun en sus orejas y dejo la revista que estaba leyendo a un lado. Se acerco hacia la ventana empapada de su cuarto y observo como caía la lluvia.
Ahora tenía 19 años, una carrera como modelo y un joven del cual estaba enamorada. Sin embargo la expresión en su rostro no era la misma que hace siete años, una sombra parecía cubrir sus ojos y su semblante se había vuelto más duro.
Observo con desdén el cuaderno negro que estaba sobre su mesita de luz.
Ojala todo fuera tan fácil como lo pintan en los cuentos de hadas pensó Misa con ironía. Tomo aire con fuerza y lo dejo salir lentamente, el juego aun debía continuar.
-¿Te encuentras bien Misa?- la voz de su casera la saco de sus pensamientos, observo a la mujer alta de pelo platinado y cuerpo extremadamente delgado, la mujer mayor la miraba preocupada desde el marco de la puerta de su habitación con un par de toallas bien dobladas en sus manos.
-Si Rem, estoy bien, no te preocupes…- contesto con tranquilidad, sabia que Rem no estaría satisfecha con esa respuesta así que añadió- Solo estaba recordando…
- ¿Eran buenos recuerdos?-
-Si… algo así, ¿sabes? A los niños muchas veces en vacaciones los llevan a campamentos, ya sabes en lugares al aire libre, se aprende mucho y también hay buenos juegos …- observo como Rem prestaba atención a cada una de sus palabras. – cuando tenia once años mis padres me llevaron a uno… fue un poco antes de que…- Misa no quiso continuar.
-¿Ese campamento te gusto?- la animo Rem.
- Si, ese año en particular fue muy divertido.- dijo recordando con una débil sonrisa en el rostro.
-¿Qué fue lo que mas te gusto?- dijo Rem con curiosidad. Misa pareció volver a la realidad y una expresión culpable atravesó su rostro.
- Oh, bueno, supongo que era divertido… conocer gente y hacer nuevos amigos, cada día era una aventura, los días pasaban sin preocupaciones, era una niña, no tenia grandes dificultades en ese entonces, creo que lo pasaba muy bien. – termino con una amplia sonrisa, Rem parecía satisfecha con la respuesta.
- Cuando tu y ese chico…- Misa noto el desprecio de Rem por 'ese chico' – hayan terminado con todo, podrás relajarte y volver a ser feliz.
Misa miro a su casera con compasión.
-Si…- sabia que eso no seria posible, ella ya no merecía la felicidad, lo sabia muy bien, desde que se dejo llevar por sus sentimientos mas dañinos y comenzó a tomar las decisiones equivocadas la felicidad se había esfumado . Ahora solo le quedaba su devoción por Ligth. Era lo único a lo que se aferraba con fuerza y sin embargo ya comenzaba a sentirse cansada. No entendía por que, pero así estaba. Y así sobrevivía.
Con la inquietud aun presente, se dirigió a la cocina de su departamento y se propuso merendar algo. Hoy tenía el día libre por lo que estaba confinada en su casa, a menos que recibiera alguna llamada especial, ya sea de su manager o de Ligth. Compartía el pequeño departamento con su casera, Rem empezó como una empleada mas que le ayudaba a cumplir con sus deberes como Idols y le alivianaba el peso de tener limpia la casa, pero conforme pasaba el tiempo Rem se convirtió casi en una segunda madre que se preocupaba demasiado por ella y le mostraba una devoción que Misa no entendía pero lo agradecía. En general Rem no se inmiscuía mucho en sus asuntos por lo que cada una podía disfrutar de su privacidad y su compañía al mismo tiempo.
Se sentó a la mesa con un pequeño vaso de leche y galletas con chispas de chocolate y se dispuso a observar la televisión, apunto el canal de noticias y dejo que su mente divagara. Otra vez pensaba en el joven pelinegro que conoció ese verano, ¿Qué habría sido de el? No tenia idea. Le hubiera gustado poder hablar con el nuevamente, haber conservado su amistad tal vez la hubiera ayudado a no caer tan bajo como ella se sentía ahora.
Se limpio las migajas que le quedaban en los costados de su boca y algo le llamo la atención en el canal de noticias, una mujer de cabello negro y ojos azules muy seria hablaba sobre un caso.
Naomi Misora, Agente del FBI, Se leía al pie de la noticia.
¿Qué hacia una agente del FBI en Japón?
Misa observo que la mujer era muy bella, pero que la falta de emociones en su rostro la avejentaban mucho, 'supongo que ser agente del FBI no es nada fácil'.
Escucho con atención las palabras: ' El sujeto que estamos buscando es muy peligroso, se le adjudican tres casos de homicidio, se cree que luego de ser encontrado culpable escapo hacia países orientales aunque aun no podemos determinar a cual de estos países, creemos que Japón es el mas probable debido a la naturaleza étnica del sujeto…'Misa dejo de prestar atención a las palabras y enfoco su visión en una foto borrosa que suponía seria del culpable, apenas se llegaba a distinguir un tez pálido y una cabellera azabache. Con esa foto casi seria imposible reconocerlo, bien podía ajustarse a la descripción de cualquier loco que y vagando en las calles. Dejo las noticias aun lado y decidió que seria mejor acostarse con el resto de las galletas y mirar un par de películas de suspenso, tal vez así se animaría un poco en esa tarde tan lluviosa. Tal vez recordar más detalles de aquellas felices vacaciones… tal vez volvería a sentir el frío de la nieve en su piel, el olor a tierra mojada y la cálida sonrisa de un joven solitario que alguna vez le había abrigado el alma con su compañía. Solo tal vez ...
