Disclaimer.

Los personajes son de la magnifica Stephanie Meyer yo sólo invento una deliciosa historia.

Edward POV

-¿Qué es lo que más te gusta de mí? – me repitió Tanya con su tono de voz melosa, al mismo tiempo que me levantaba y dejaba tras de mí su cuerpo caliente. – Vamos Ed, ¿Qué te gusta? – preguntaba de nuevo mientras quitaba las sábanas y dejaba su pecho al descubierto.

Que tontería de pregunta, ¿me vería muy vulgar si sólo dijera su cuerpo? Reflexione en silencio mientras trataba de encontrar mi pantalón. Hacía ya bastante tiempo que esto no iba bien, yo lo sabía, ella lo sabía, TODOS lo sabían, pero demonios no podía terminarlo. Simplemente me aterraba escuchar una hora de llantos y lloriqueos, de reclamaciones falsas, tenía tantas ganas de huir.

-A mi me gusta tu cuerpo.- Dijo una pequeña voz a mis espaldas mientras me agarraban el trasero con fuerza.

-Demonios mujer, puedes dejarme un minuto en paz. Ni bien amanece y ya estas con tus cosas- ¿quién era el vulgar en esta relación?. Salí corriendo de ahí, con la camisa en mi mano y al bajar las escaleras me percaté que aún había tiempo de llegar a la oficina.

Tome las llaves de mi coche, para ganarle al tiempo y llegar puntual a la cita.

Bella POV

9 en punto y aún no llega, que lastima, hoy no podré verlo. Reconocí con tristeza mientras apretaba el botón del ascensor. Una tristeza desconocida me invadió, llevaba meses compartiendo el elevador con el chico del pelo cobrizo.

Su perfil griego, sus fuertes facciones marcadas por una extraña pero bien proporcionada genética lo hacían un hombre realmente espectacular. Digo, el reconocer su guapura no quería decir nada, pero ese hombre sí que me gustaba. Su pelo cobrizo y ojos verdes me embelesaban, me encantaban.

Todos los días tenía dos oportunidades para coincidir con él, por las mañanas a las 8:55 y por las tardes en punto de las 18:00 horas, ambos bajábamos en el ascensor sin decir ni una palabra. Pero para mi, esos eran los mejores momentos del día.

Yo lo descubrí por accidente, él piso 19, yo piso 22. La tragedia de ser de profesiones diferentes, él corredor de bolsa y yo una simple diseñadora gráfica mal valorada. No le pedía mucho a la vida y yo no era la persona más sociable del mundo, apenas si tenía amigos pero con verlo bastaba.

La campana del elevador sonó anunciando su llegada y me dispuse a tomarlo, retuve la puerta tanto como pude, "por favor, por favor, un segundo más, que tal que sube". Pero ya era 9:05 bastante tarde para él y más aún para mi, con la nueva política de tolerancia 0 en mi trabajo.

"¿Estará bien?" el pensamiento me causo gracia, aquel hombre ni siquiera sabía que yo existía y muy probablemente no sabrá que todos los días me apuro para llegar puntual a nuestra cita en el elevador. Que fantasiosa me he vuelto, llegar a los 25 si que me esta haciendo daño.

Mire mi reloj una última vez, "Maldición" murmuré mientras solté el botón y la puerta comenzó a cerrarse. Sin embargo no alcanzó a cerrarse a tiempo ….

Edward POV

Me lancé como pude entre las puertas, como un jugador de americano a punto de anotar. Alcancé a entrar y mi maletín se golpeó contra una de las paredes del elevador, provocando que varios papeles salieran volando. "Lo logré".

-"Eres un sol, muchas gracias por detener la puerta"- Le dije a aquella mujer que me veía con ojos exageradamente asustados desde la otra esquina del elevador. Mientras le esbozaba la mejor de mis sonrisas.

-" Yo no, quiero decir, yo gracias, no digo, de nada" – Me respondió confundida mientras intentaba ocultarse atrás de un mechón de pelo.

Bella POV

Excelente, bien hecho, ahora va a pensar que eres retrasada, la primera ves en 8 meses que te habla y le contestas así. Felicidades campeona de las tímidas retraídas huérfanas. ¡Maldición estoy hablando conmigo misma y no escuché nada de lo que acaba de decir!

-¿Perdona?

Edward POV

-Te decía que, si puedes picar el 22 por favor, creo que ambos estamos llegando tarde. - Repetí mientras tocaba mi reloj con ansias.

La mujer se movió a los botones dejando a su paso un agradable aroma a ¿fresas?, tal vez ¿frambuesas?, a tiempo que se mordía el labio.

Carajo, que gesto tan más sexy, la mujer en sí era un enigma para mí. Nunca subía con café ni ningún otro aditamento típico de oficinista, siempre bajaba antes de poder hablarle, y es que ella parecía un ciervo asustado. Por su vibra hípster, podía deducir que abogada no era, por lo que se descarta el piso 22, ¿en qué piso trabaja?

Les había preguntado a varias personas, pero nadie me daba una razón clara, ¿cuál era su nombre?, mierda me daba miedo hasta hablar, no quería asustarla.

Recogí todos los papeles y los metí en el portafolio, mientras el elevador subía, me percaté de un adorable color rojo que inundaba las mejillas de la chica.

¿Qué estará pensando?, ¿Cuántos años tendrá?, ¿Sabrá si quiera que existo?, no importa si para ella yo no era nada. Lo importante era llegar a tiempo a la cita para verla, aunque sea.

Bella POV

¿Cuántos años tendrá?, él me hablo entonces supongo que puedo preguntarle algo, ¿Cómo se llama?, o porque llego tarde. Ya me dio la palabra esa es la regla ¿no?.

Tu me hablas y yo te contesto algo coherente, podría preguntarle tal vez: ¿Cómo estás?, ¿Cómo amaneciste? ¿Tienes novia? ¿Quiere una relación sería? ¿Te gustan las castañas? ¿quieres besarme? O algo así ¿no? Por dios que estoy diciendo es la primera vez que me habla.

Retorcí mis manos nerviosa, mientras reunía todas las fuerzas de mi cuerpo para armar una oración coherente. Cuando de repente sonó la campana, piso 19 ya llegamos.

Carajo, una vez más derrotada cerré los ojos. ¡Qué cobarde soy!

El hombre se bajo del elevador y se volteó en el último segundo.

-"Muchas gracias de nuevo, soy Edward" – soltó con voz clara y fuerte, con una sonrisa de lado. Acto seguido las puertas se cerraron y el elevador siguió su camino. Pero mi mente no lo hizo y mi corazón tampoco.

¿Que les pareció? es un mini fic para marcar mi regreso al fandom después de largo tiempo.

las escucho en los reviews.