Hola a todos, por fin ha llegado el penultimo capitulo de este modesto Fic. Espero que les guste, me esmere en su creación, aqui esta:

Creación VS Creador

Las nubes cubrieron la luna, hundiendo al castillo en las tinieblas. Un frió viento soplaba sobre este al mismo tiempo que los graznidos de los cuervos que se encontraban sobre el techo del edificio le daban un toque macabro y fúnebre a aquel lugar.

Una joven miraba el horizonte desde un balcón en mal estado. Entre sus brazos estaba un bebe que parecía adormecido. Un rayo de luna logro atravesar las ennegrecidas nubes e ilumino el rostro de Kanna. Dentro del castillo, en una vieja sala, estaba un joven exterminador sentado en una polvorienta silla. Mantenía su mirada sobre la cuchilla que portaba entre sus manos al mismo tiempo que su mente evocaba la imagen de una hermosa niña.

Un joven de cabellos blancos aparecía lentamente frente al pórtico del castillo. Miraba constantemente el cielo en busca de una señal que le anunciara la llegada de la dominadora de los vientos al castillo. Después bajo su mirada a las dos grandes puertas que protegían la entrada de la guarida de Naraku.

-¿Cuándo va llegar?

-¿A quien esperas Hakudoushi?

El chico se dio la vuelta y frente a el estaba el gigantesco Mouryoumaru, quien lo miraba con curiosidad. El solo se dio la vuelta y siguió mirando al cielo, tras unos minutos respondió.

-A Kagura.

-¿Kagura¡¿Acaso va regresar al lado de Naraku!- exclamo sorprendido el gigante.

-No, ella viene para otra cosa.

-¿Otra cosa? Hakudoushi ¿Qué has hecho?

-He abierto los ojos de Kagura y le he dado una razón para luchar por su vida.

-Sabes que Naraku la matara apenas lo ataque. ¿En que diablos pensabas!

-No te preocupes, se que ella dará una buena batalla. Además tengo un plan de contingencia en caso que Kagura este en peligro de muerte.

-No entiendo¿Qué sacaras de beneficio de esta batalla¡De veras que no lo entiendo¡Y lo más importante¡¿Lo sabe Kanna!

-No, pero lo sabrá. Y créeme no sacare ningún beneficio de esto, todo esto se trata de un elaborado plan para ayudar a Kagura.

-¿Un plan para ayudarla¡Manipularla para que regrese aquí y enfrentar la muerte segura¡Estás loco! – exclamo el youkai. Hakudoushi no respondió, solo se dio la vuelta otra vez y se metió a la antigua casona.

-¿Qué cosa traerá planeada ese niño? Esto me preocupa, si Naraku se entera, es posible que también mate a Hakudoushi. ¿En que terminara todo esto!

Dentro de la casona, Hakudoushi se dirigió a la sala donde se encontraba Kohaku. Se coloco frente a este y con un ademán, el joven exterminador se levanto de su asiento.

-¿Qué quieres Hakudoushi?

-Quiero que realices esta tarea con mucho cuidado. Cuando veas que llegue Kagura, partirás del castillo en busca de Sesshomaru y lo guiaras hasta aquí.

-¿Cuándo llegue Kagura¿Sesshomaru¡¿Hakudoushi me puedes explicar que tienes pensado hacer!

-Tú no preguntes, solo haz lo que te pido. Cuando la veas llegar, sal de castillo y ve a buscar a aquel youkai y condúcelo hasta aquí, sin perder tiempo.

-Está bien, espero que no termine todo esto una tragedia. – Finalizo Kohaku y dándose la vuelta, se dirigió al pórtico donde Mouryoumaru estaba. Hakudoushi tras verlo partir, se dirigió a las escaleras y luego de subir por ellas, se dirigió finalmente al balcón donde Kanna y Akago se encontraba.

La chiquilla se mantenía inmóvil sin gesticular palabra alguna. El albino lentamente camino hacia ella cuando la voz de Kanna lo detuvo.

-¿Por qué¿Por qué has hecho que ella regresa¿Qué ganas con eso?

-¿Cómo lo supiste?

-Porque puedo sentir su esencia acercándose lentamente al castillo. Y también siento como Naraku esta a punto de terminar su regeneración. Dime ¿Qué ganaras de la tragedia que muy pronto sucederá¡Dime!

-No tengo la idea de sacar provecho de esto. Solo quiero tratar de hacer lo correcto por lo menos una vez en mi vida.

-¿Lo correcto¿Conducir a una desdichada a su propia muerte¡¿Traer a mi propia hermana a las garras de aquel monstruo que es Naraku¡¿Eso es hacer lo correcto! – exclamo furiosa Kanna al mismo tiempo que una lágrima rodaba por su mejilla.

-Kanna…yo

-¡Cállate¡Largo¡Juro que si mi hermana es lastimada por Naraku¡Me las pagaras!

Hakudoushi sin decir nada se dio la vuelta y salio de la habitación. Kanna seco la lágrima de su rostro y arrullando al bebe, siguió mirando al horizonte. Mientras, en el pórtico, dos figuras hablaban animosamente.

-Hakudoushi esta loco¿Qué diablos lograra al traer a Kagura?

-No lo se Mouryoumaru, pero lo único que he de saber, es que una vez que ella llegue, parta en busca de Sesshomaru.

-Quizás espera que Kagura y ese Youkai enfrenten a Naraku y lo derroten.

-No lo creo, Naraku es muy poderoso y no será derrotado fácilmente por ellos, hay algo más, pero no se que es, solo Hakudoushi y el destino lo sabrán. – finalizo Kohaku.

Súbitamente apareció Hakudoushi al lado del exterminador y el gigantesco youkai.

-Alguna señal de Kagura, ya muy pronto amanecerá. – exclamo el chico mientras miraba el cielo. Kohaku y Mouryoumaru negaron con la cabeza haciendo que Hakudoushi suspirara. De pronto los tres sintieron una terrible escalofrió al sentir la presencia de un poderoso demonio.

Esta presencia provenía del fondo del castillo, en el antiguo sótano de este. Se podía sentir como una gran maldad comenzaba a emerger de entre las entrañas de la tierra. Las nubes comenzaron a girar formando una especie de remolino que se coloco en medio del techo del castillo. Un rayo cayó sobre este, provocando que un incendio voraz empezara a devorar el castillo.

Hakudoushi, Kohaku Y Mouryoumaru se dieran la vuelta y vieran en el interior del castillo. Una sombra se acercaba lentamente, irradiando una oscura y maligna energía. Los tres seres se hicieron hacia atrás, con el terror dibujado en sus rostro, ante ellos estaba Naraku, ya había terminado su regeneración y su cuerpo despedía una terrible maldad.

El hanyou al ver la reacción de sus subordinados, sonrió y lentamente salio del castillo envuelto en llamas. Detrás de el venia Kanna cuya mirada fría se poso en Hakudoushi y en que cuyos brazos llevaba a Akago.

-Al parecer han visto a un fantasma ¿Acaso no se alegran de verme de vuelta? – exclamo Naraku al mismo tiempo que Hakudoushi, Kohaku y Mouryoumaru lo miraban con temor.

-Como siempre, la única criatura que se alegra de mi completa recuperación esta detrás de mi, mi fiel Kanna. ¿Por cierto, ha llego ella?

-¿Ella¿De quien hablas? – exclamo haciéndose el desentendido Hakudoushi. El exterminador y el youkai bajaron la cabeza al sentir la mirada penetrante de Naraku sobre ellos.

-Sabes que quien hablo, le di un plazo que dentro de unas horas termina. Si no regresa, la matare. – sentencio Naraku. Nadie respondió, Kanna al escuchar tales palabras, abrazo con fuerza al bebe mientras que los otros tres siervos de Naraku miraban como el castillo era devorado por las gigantescas llamas.

La noche avanzaba y las 5 figuras se mantenían inmóviles, esperando la llegada de Kagura o la ejecución de esta por medio de su corazón. El castillo lentamente comenzó a derrumbarse pedazo tras pedazo mientras que un olor a madera quemada y veneno inundaba todo el lugar.

-Al parecer no ha de venir. Muy pronto amanecerá y el plazo terminara. Creo que tendré que realizar la ejecución en este mismo momento. – murmuro maquiavélicamente Naraku mientras extendía su mano izquierda y aparecía un jarrón negro. Una luz roja podía verse a través del recipiente, que parpadeaba incesantemente. Los siervos de Naraku sintieron como una terrible opresión se apoderaba de sus cuerpos.

Kanna sentía como el alma se le partía en dos al ver que Naraku destapaba el jarrón. Por su mente paso la idea de abalanzarse sobre su creador y tomar la vasija para huir con ella hasta llevarla a las manos de Kagura. Estuvo a punto de hacerlo pero se detuvo al sentir como su dedo índice era apretado por la pequeña mano de Akago, salvándola de una muerte segura.

Kohaku y Mouryoumaru miraron a Hakudoushi que cuya mirada se mantenía perdida en el cielo. Ambos sabían que el albino no perdía la esperanza que la dominadora del viento llegara, pero viendo que el tiempo pasaba y no había señales de Kagura, comenzaron a sospechar que la youkai se había arrepentido y había regresado al lado de Sesshomaru.

Un sonido seco hizo que todos los siervos salieran de sus pensamientos. La tapa del jarrón había caído al suelo, dejando escapar una luz rojiza. Naraku sonrió al ver la reacción de sus subordinados y lentamente acerco su mano derecha a la bocaza del recipiente.

De pronto un terrible viento soplo sobre ellos, provocando que las llamas del castillo se avivaran con tal fuerza, que por unos instantes parecía que las puertas del infierno se habían abierto en las espaldas de Naraku y de los otros.

Un grito de guerra retumbo en los oídos de los presentes al mismo tiempo que Naraku detenía su despreciable acción. Miro a las antiguas puertas de la fortaleza que protegía al castillo al mismo tiempo que Kanna sentía como su corazón parecía detenerse.

Pasaron unos minutos hasta que una terrible explosión se escucho y las dos gigantescas puertas salieron volando, aterrizando violentamente a los pies del Hanyou. Una nube de polvo hizo que Hakudoushi junto con el joven exterminador y el enorme youkai cubrieran sus ojos. Solo Naraku Y Kanna mantuvieron su vista hacia donde provenía la enorme nube.

Una silueta apareció en medio de aquella gran masa de polvo. Un poderoso viento soplo alrededor de la recién llegada, dejando al descubierto su identidad a los presentes. Ante ellos estaba la gran dominadora de los vientos, la mujer que había huido de su destino y que ahora venia a enfrentarse a su creador, ante ellos estaba Kagura

-¡Vaya¡Pero miren que tenemos aquí¡Que bueno que has vuelto Kagura¡Bienvenida a casa! – exclamo Naraku mientras levantaba la tapa del jarrón y lo volvía a tapar.

De pronto y sin que se diera cuenta Naraku, Hakudoushi le dio la señal a Kohaku de realizar su misión. Este aprovechando la distracción del Hanyou por el regreso de Kagura, logro desaparecer y partió en busca de Sesshomaru.

-Espero que esta vez te comportes mejor y seas mas obediente o si no tendré que matarte y esta vez no te daré una oportunidad. Ahora que ya todos estamos juntos, es hora de irnos- sentencio Naraku.

-Yo no he regresado para ser tu vil sierva¡Estas muy equivocado si crees que he vuelto a tu lado, vil animal rastrero! – exclamo altiva Kagura mientras acariciaba su pecho con el abanico que portaba en sus manos.

Hakudoushi y Mouryoumaru se hicieron aun lado, dejando el camino libre a Naraku. Sabían que aquellas palabras serian lo suficiente para herir el ego de tal terrible Hanyou.

-Al parecer no has aprendido la lección, esto ha de costarte caro. – Exclamo sin inmutarse Naraku mientras su mano derecha volvía extenderse a la tapa del recipiente donde estaba guardado el corazón de Kagura.

-Eres tan patético Naraku¿Acaso no puedes matar directamente con tus manos?

El hanyou se detuvo, una idea macabra atravesó su mente. De la nada, una marioneta surgió al lado de Naraku y tomando entre sus manos el jarrón, se coloco a unos metros lejos de la pelea. Kanna se alejo también, acercándose a Hakudoushi y Mouryoumaru, sabiendo que una terrible batalla daría comienzo.

-Al parecer deseas luchar contra mí para salvar tu pobre corazón. Me parece interesante, me gustaría saber hasta que grado llegarías por obtener tu libertad. Kagura hoy tendrás el gran honor de pelear contra tu creador, el grandioso y poderoso Naraku. Si logras ganarme podrás recuperar tu corazón pero si pierdes….

-¿Si pierdo que pasara?

-Morirás – murmuro fríamente Naraku. Kagura asintió y abriendo su abanico, se preparó para la batalla final.

-No importa si yo muero, por lo menos moriré sabiendo que pelee hasta el final. – exclamo Kagura con una asombrosa serenidad.

No muy lejos de ahí, un joven corría, saltando rocas y troncos atravesando con velocidad el bosque. El viento soplaba con furia, haciendo que su camino fuera más difícil de seguir pero aun así no detuvo.

-Tengo que encontrar a Sesshomaru y traerlo aquí o Naraku matara a Kagura. – exclamo Kohaku mientras saltaba a un gran árbol y miraba al horizonte en busca de una señal que delatara al youkai o a su campamento. Y tras ver que no aparecían tales señales, siguió su búsqueda desde los árboles.

-Interesante, puedo sentir una gran calma en tu interior, Kagura, espero que aun la tengas cuando me supliques por tu vida. – exclamo Naraku.

-Eso jamás pasara, no me humillare ni suplicare por mi vida ante una basura como tu, eso jamás.- respondió altiva Kagura mientras miraba con odio a se creador. Este simplemente sonrió mientras que Hakudoushi, Mouryoumaru y Kanna miraban con atención a las dos criaturas.

Un gran estruendo se escucho, el gran techo del castillo se partió en dos y cayo envuelto en llamas. En ese mismo momento, Naraku se abalanzaba hacia Kagura estirando su brazo derecho hacia ella. Los dedos de la mano se transformaron en enormes cuchillas que salieron disparadas hacia la humanidad de la dominadora del viento, pero esta ni tarda ni perezosa ondeo su abanico creado una poderosa corriente de aire que hizo que se levantara una gigantesca nube de polvo.

Este se detuvo de golpe, cegado por aquella acumulación de tierra. Al verse en desventaja, se elevo velozmente del suelo, tratando de evitar un ataque sorpresa de Kagura.

-¡Danza de las Cuchillas! – se escucho a lo lejos, al mismo tiempo que afiladas navajas plateadas surgían de la nada y chocaban contra el cuerpo de Naraku. Salvajemente comenzaron a despedazarlo y derramando su sangre sobre el suelo. Pero Naraku, al verse en tal apuro, hizo surgir un campo de energía que lo protegió de las incesantes navajas.

Su ropa se encontraba en pésimo estado y a pesar de que no había recibido heridas importantes, su ego estaba totalmente destrozado. ¿Quien diablos se creía Kagura en atacarlo de tal forma¡A el, su creador¡Al poderoso Naraku! La sangre de sus venas comenzaba hervir al mismo tiempo que su mirada iracunda buscaba a la insolente que lo había atacado. Ahora si deseaba matarla con sus propias manos, esta seria la ultima vez que se burlaría de el.

-¿Qué pasa Naraku¿Ya no seguirás peleando? – exclamo Kagura, parada sobre su gran pluma blanca, flotando a unos metros de donde estaba Naraku. Este lanzo un aterrador grito y se abalanzo contra ella. De su espalda surgieron enormes y largos tentáculos que se estiraron hacia la dominadora del viento pero esta ondeado su abanico, dejo escapar una lluvia de navajas que destrozaron rápidamente a las extremidades. Pero no pudo evitar ser golpeada por un enorme objeto que la derribo e hizo estrellarse en el suelo.

Las manos de Naraku se transformaron en dos gigantescas esferas repletas de afilados picos. Como si fueran grandes mazas, las dejo caer con furia sobre Kagura que a duras penas lograba esquivar los terribles embates de su creador.

-¡Anda suplica por tu miserable vida¡Maldita zorra! – exclamo el hanyou iracundo al mismo tiempo que Kagura esquivaba una de las masas.

-¡No lo haré imbecil¡Me tendrás que matar primero! – respondió Kagura. Y con una absoluta velocidad, abrió su abanico otra vez y gritando con furia dijo: -¡Danza de la Serpiente!

Enormes tornados surgieron del movimiento de mano de la youkai y se estrellaron contra el pecho y cara de Naraku. Este cayó de espaldas al mismo tiempo que Kagura aprovechaba para huir de ahí. Un charco de sangre negra comenzó a formarse del cuerpo inmóvil de Naraku. Hakudoushi y Mouryoumaru se quedaron fríos al ver en cuerpo destrozado de su amo en el suelo. No podían creer que Kagura había logrado hacer eso, era algo que nadie se hubiese imaginado. Kagura lentamente se acerco al cuerpo del hanyou ante la mirada de Kanna, que se aferraba a cada instante de Akago, pues sabia que apenas había comenzado la batalla.

De pronto, como si hubiese sido impulsado por un resorte, el cuerpo se levanto del suelo. Un gran agujero había atravesado el abdomen del hanyou, su brazo derecho literalmente había sido arrancado de su cuerpo y se localizaba en el suelo retorciéndose vilmente. El cráneo de Naraku había sido destrozado en su totalidad y solo el lado derecho de su cabeza estaba intacto.

-¡Maldita Bruja¡¿Cómo te atreves a lastimar a tu creador¡Estupida Zorra te matare! – exclamo iracundo Naraku al mismo tiempo que su cuerpo se regeneraba en un instante.

Lejos de ahí, Kohaku proseguía en su búsqueda. Ya muy pronto amanecería y era cuestión de tiempo de que Naraku asesinara a Kagura. Salto a un enorme pino y desde ahí trato divisar al campamento de Sesshomaru. Su rostro se ilumino al ver una pequeña columna de humo sobresalir de entre la espesura de las copas de los árboles. Bajo del árbol y con la mirada en el cielo, trato de buscar el origen de aquella fogata. Ya había caminado un corto trecho del camino cuando logro encontrar el campamento.

Una niña dormía apaciblemente arrullada por el sonido del viento. El viejo sirviente se retorcía en el suelo murmurando mil cosas sin sentido, quizás producto de algún sueño. Lentamente se acerco a ellos, ya que no encontraba rastro de Sesshomaru, hasta que sintió como una mano tomaba su cuello. En un instante se encontraba a unos centímetros del suelo, frente a frente al youkai.

-¿Dónde esta ella?

-En el castillo de Naraku – balbució Kohaku al mismo tiempo que la opresión lentamente se apoderaba de su cuello.

-Lo sabía, ella regresaría con ese maldito imbecil para salvar su vida. No puedo créelo.

Lentamente la mano de Sesshomaru libero el cuello de Kohaku, dejándolo caer. Este después de recuperar el aliento exclamo.

-¡Tienes que venir conmigo¡Es urgente!

-¿Para que? Ella se ha ido, a preferido vivir como esclava que morir libre – lo espeto Sesshomaru al mismo tiempo que le daba la espalda a Kohaku. Este se levanto molesto y tomándolo del brazo, grito:

-¡Ella no volvió a Naraku para ser su esclava¡Ella volvió para pelear contra el!

-¿Pelear contra el?

-¡Si pelear contra el¡Se atreverá a luchar contra el ser que le dio la vida y que fácilmente se al puede arrebatar¡Por eso te ruego que vengas conmigo!

-¿Cómo se que no es una trampa¡¿Cómo se que ella no esta muerta! – exclamo Sesshomaru mientras miraba con frialdad al exterminador. -¿Cómo se que me dices la verdad!

-No se como te lo puedo demostrar, lo único que te puedo decir es que solo tu puedes descubrirlo ¿Vendrás?

El youkai se acerco al viejo sirviente y dándole una patada, lo levanto.

-¡Amo Sesshomaru¡¿Qué desea! – respondió alarmado Jaken.

-Tengo que irme, mientras mi ausencia, protege a Rin.

-¿Pero Amo¿A dónde va¡Dígame!

-¡Eso no te incumbe¡Solo obedéceme!

Mientras Jaken y Sesshomaru discutían, Kohaku aprovecho para acercarse a Rin. Esta se encontraba acurrucada a un pequeño tronco abrigada por el suave calor de la manta verde que una vez el le había regalado. Lentamente se hinco frente a la niña y tras contemplar el bello rostro de la pequeña, suavemente acaricio su mejilla y le dio un tierno beso en la frente. La niña dejo escapar un gemido y al mismo tiempo que murmuraba un nombre: - Kohaku.

-Te quiero mucho – susurro el joven exterminador mientras arropaba mejor a la chiquilla. Esta solo movió su cabeza y dibujándose una sonrisa en sus labios, siguió durmiendo. Iba a darle otro beso pero se detuvo al sentir el filo de una espada acariciar su cuello.

-No te atrevas a hacerlo de nuevo o juro que te matare. – exclamo Sesshomaru al mismo tiempo que Kohaku se levantaba.

-No fue mi intención…

-No me importa, solo oye esto niño. No quiero volverte a ver cerca de ella y mucho menos que te atrevas a tocarla, por te juro ante la luna que nos esta viendo, que no descansare hasta que finalmente estés muerto.- sentencio el youkai mientras le daba la espalda a Kohaku. – Vamonos.

El chico no respondió, solo se coloco frente a Sesshomaru y conduciéndolo hacia al castillo de Naraku, partieron los dos. Jaken miro como se alejaban los dos guerreros mientras trataba de comprender el motivo de la partida de su amo.

Naraku rápidamente termino de regenerarse. Cerró sus ojos y lanzando un largo suspiro se tranquilizo. Lentamente abrió sus ojos al mismo tiempo que una sonrisa se dibujaba en el rostro del hanyou.

-Creo que me he dejado llevar por mis emociones y he estado peleando como un estupido. Ahora entiendo tu actitud tan desafiante, buscabas desconcentrarme para si lograr derrotarme pero eso no va a pasar.

Kagura se alejo rápidamente ante la mirada preocupante de Kanna, que presa de la incertidumbre y el miedo, temía de la vida de su hermana. Y aunque no lo aparentaba, Hakudoushi podía ver su preocupación a través de sus ojos.

Naraku lentamente comenzó a caminar hacia la dominadora del viento al mismo tiempo que levantaba su mano transformándola en una gigantesca garra. De pronto salto y elevándose en el cielo, abalanzo su enorme mano hacia la humanidad de Kagura. Esta ondeando su abanico, provoco que una enorme corriente de aire despedazara la extremidad. Los pedazos cayeron pesadamente alrededor de la youkai al mismo tiempo que Naraku se mantenía flotando en el cielo.

-¡Esto lo mejor que puedes hacer Naraku¡Patético! – exclamo confiada Kagura.

De pronto, Kagura se vio en vuelta en una nube de asfixiante veneno proveniente de los restos de la garra. La youkai trato de alejarse de aquel lugar pero el veneno se había impregnado en su ropa provocando que no pudiese mover.

-Al parecer el efecto del veneno ya esta haciendo su efecto. – exclamo Naraku mientras bajaba y posaba sus pies en la tierra. – Perfecto, ahora me podré vengar por lo que me has hecho.

De su espalda comenzaron a emerger varios tentáculos que disparados fueron en contra de la youkai. Sádicamente las extremidades comenzaron a golpear el frágil cuerpo de la dominadora de los vientos al mismo tiempo que dejaba escapar gemidos de dolor. Un tentáculo golpeo su estomago haciendo que se doblara de dolor, otros dos comenzaron a golpear sus brazos y varios mas se ensañaron con su pobre espalda.

Kanna estaba aterrada ante el sadismo y crueldad de Naraku. Una lagrima dejo caer al mismo tiempo que Kagura recibía un terrible golpe en el estomago. Mouryoumaru miro con inmensa tristeza la dramática escena sin darse cuenta que Hakudoushi no dejaba de mirar a la marioneta que entre cuyas manos estaba el jarrón con el corazón de Kagura.

Un gemido seco salio de los labios de Kagura tras recibir un terrible golpe en la cara que hizo que se arrastrara por el suelo por varios metros. Naraku estaba feliz de ver el estado tan deplorable de Kagura tras recibir tal terrible paliza. Pero su facción cambio al ver como con dificultad Kagura se levantaba del suelo.

-Vaya, aun conservas energía, al parecer la idea de lograr derrotarme te mantiene con vida- exclamo Naraku.

-Maldito, es posible que muera pero juro que te dejare una impresión que nunca olvidaras. - murmuro Kagura. Lentamente abrió su abanico y en un último intento comenzó a bailar suavemente. Varias corrientes de aire comenzaron a rodearlo mientras que el cuerpo de la dominadora del viento comenzaba a despedir una brillante luz.

-¡Tonta¡Ni con esa me vencerás! – exclamo Naraku. Apunto sus tentáculos hacia la gran esfera de viento que se había creado alrededor de la youkai al mismo tiempo que sus brazos se alargaban y sus manos se convertían en grandes masas. Y lanzando un grito, todas las articulaciones salieron disparadas hacia Kagura. Un gran estruendo se escucho por todo el lugar.

Naraku se sorprendió al igual que los demás siervos al ver que sus articulaciones no habían logrado atravesar la esfera. Pero no se desanimo y tomándolo como un reto, comenzó a golpear la acumulación de corrientes marinas en un intento de atravesarlo y lograr matar a Kagura. Pero a pesar de los terribles embates del hanyou, no lograba romper la barrera de viento.

-¡Naraku he de morir aquí pero lo he de hacer como una guerrera! – grito Kagura quien dejaba ver su silueta en el viento. -¡Danza de Las Mariposas!

En un estallido de poder, la esfera de fragmento en miles de Mariposas blancas que creando un gigantesco enjambre, que abalanzaron contra Naraku. Este se cubrió con sus tentáculos y grandes manos pero el enjambre de insectos como filosas cuchillas los atravesó con furia. Comenzaron a rodear el cuerpo del hanyou atrapándolo en un gigantesco remolino. Salvajemente comenzaron a despedazar el cuerpo de Naraku en medio de sus gritos. Las blancas alas de las mariposas se tiñeron de rojo, por la sangre derramada por las miles de heridas. Después se pegaron al resto que había quedado del cuerpo y estallaron en una terrible explosión.

Un pedazo de carne salio volando de la explosión cayendo a unos metros de distancia. Kagura sonrió al ver el daño que había provocado en Naraku. Lentamente cerro sus ojos y dejo caer su cuerpo moribundo. M

Mouryoumaru y Kanna estaban impactados. Kagura había logrado vencer a Naraku, al poderoso Hanyou que la creo. Iban a correr para auxiliar a Kagura pero Hakudoushi los detuvo con la mano. Ellos sintieron un terrible escalofrió al mirar los restos de Naraku. Con horror descubrieron que el pedazo de carne que había caído del cielo comenzaba a transformarse en un cuerpo. Unos minutos estaba recién completo el cuerpo de Naraku.

-¡Maldita, ese ataque me habría matado pero no contabas que yo no tengo corazón y por lo tanto no puedo morir¡Creo que ha llegado tu momento de acabar contigo, adiós Kagura y nos vemos en el infierno! – exclamo Naraku mientras extendía su brazo derecho y lo apuntaba al cuerpo inmóvil de Kagura.

5 afiladas cuchillas salieron disparadas hacia Kagura ante la mirada aterrada de Mouryoumaru y Kanna. Esta última quiso impedirlo pero Hakudoushi la detuvo abrazándola. Pareciera que la vida de Kagura estaba a punto de extinguirse y nadie podía hacer nada para salvar, al parecer su destino ya había sido marcado para la muerte.

¿Que tal¿Que creen que pase¿Sesshomaru lograrara llegar a tiempo¿O Kagura por fin morira? No se pierdan el capitulo Final de este emocionante fic:

"MARIPOSA"

PD: GRACIAS POR SUS REVIEWS Y SU ATENCIÓN, MUCHAS GRACIAS.