Capítulo 1 |Caer a lo profundo
No tengo equilibrio, creo que caeré.
Sakura.
—Me caso en tres meses con Hinata —Le escucho decir, mi cerebro tarda un par de segundos en procesar sus palabras, que me saben terriblemente mal, segundos más tarde puedo sentir como mis piernas y cuerpo comienzan a temblar, mientras el frío del ambiente se cuela groseramente a través de mis ropas, haciéndome sentir todavía más indefensa, me siento torpe y tonta, más cuando tengo que dejarme caer en una de las bancas para no caer al frío suelo.
—P-pero— Murmuro apenas, pues mis temblorosas palabras se niegan a salir de mi garganta, desean quedarse ahí estancadas, haciendo que mi garganta arda, como si fueran demasiado filosas, como si me quisiera obligar a tragarlas todas aunque duelan. Quiero gritarle que es un completo idiota, pero no puedo, nada sale de mi boca, también quiero golpearle por haberme roto el corazón, pero a su vez soy incapaz de siquiera poder moverme de mi sitio, quiero patearle el trasero, por crearme tantas tontas ilusiones, y dejar que me hiciera una tonta película de romance en la cabeza, pero eso, es solo culpa mía, no de él, he sido yo quien ha creado castillos en medio de nubes que se han derrumbado con el soplar del aire. Es mi culpa porque aún estoy esperando que diga que solo es una mala broma y comience a reírse
—Lo planeamos hace mucho, hace tiempo quería decirte, ese día fui a buscarte precisamente para eso, pero me puse demasiado nervioso y termine por decir otra cosa, lo siento mucho —
Tengo suerte de estar sentada, pues por sus palabras mis piernas continúan temblorosas y negándose firmemente a responder a mis impulsos de salir corriendo para abandonar todo solo porque sí, siento que fui demasiado tonta desde el principio, lo fui y por eso es que mi dignidad ahora está por el piso, fui demasiado tonta al creer que él realmente podría quererme, que podría quedarse conmigo, que dejaría sus intereses de lado solo por mí, lo fui, sabiendo que a él solo le importa una cosa y eso es, Dinero.
A él lo conozco bien, sé perfectamente que en esta vida está dispuesto a recorrer el mismo camino que su padre, se casará con la mujer que más dinero tenga y así obtener poder y tener la "vida perfecta" y no sé qué sienta él realmente por mí, pero en base a lo bien que lo conozco, no me extraña ni siquiera un poco que no me haya considerado para estar con él, yo no soy parte de una familia extremadamente poderosa, ni siquiera de cerca, mi padre es un simple médico, y yo estoy dispuesta a seguir su camino, trabajo medio tiempo mientras hago la universidad, no soy ni un poco lo que él busca.
Fuerzo a mi cabeza a despejarse de todos esos pensamientos deprimentes ¿Qué es lo que gano? ¿Qué conseguiré si dejo que me vea herida? Siempre fui consciente de que él no era para mí, y sí él es feliz con esa forma de vida, por mi está bien, nunca fui quien para intervenir en sus decisiones.
—Felicidades— murmuro cuando encuentro mi voz que se perdió por el momento de tensión, cuando consigo no sonar como esa muchacha de corazón roto que soy —Y lo siento mucho por Hinata —Digo despacito, como no queriendo que me escuche. Conocimos a Hinata cuando teníamos poco más de quince años, ella fue compañera nuestra durante la preparatoria, congeniamos bien, incluso actualmente aun somos buenas amigas, ella es la heredera directa de las empresas Hyuga, las cuales son una gran cadena de restaurantes, con una gran popularidad, no solo nacionalmente hablando, sino también a nivel internacional. No hay un solo lugar en el mundo que no tenga uno de estos restaurantes en sus zonas más lujosas.
Ella es una chica muy linda, no solo físicamente -porque Dios, su piel nívea, sus ojos color perla y su largo cabello azulado son de envidiar- si no también como persona, es carismática, dulce y muy amable, tanto así que no puedo sentir que la odio después de escuchar que se casará con Naruto, simplemente no me es posible tener un sentimiento tan desagradable hacia ella, los sentimientos negativos no deberían existir hacia una persona tan dulce como ella que, además no tiene la culpa de nada de lo que está pasando, no es ni siquiera justo para ella.
—No estás enojada conmigo ¿Verdad? —Pregunta sínicamente. Claro que lo estoy, quiero gritarle lo enojada que estoy, y lo mucho que hierve mi sangre de solo recordar sus palabras, quiero decirle cuanto es que lo odio en este momento, pero no puedo, hay algo que no me lo permite, y eso es que, mi orgullo siempre termina por ser más grande que el resto de los sentimientos que pueda haber en mí.
Quisiera poder deshacerme de él, de mi tonto orgullo, porque sé bien que cuando me dejo dominar por él las cosas siempre salen terriblemente mal, pero no hay manera de que pueda hacer eso, por lo que, tampoco hay manera de frenar la serie de estupideces que van a suceder a continuación por causa de este. —Estoy saliendo con alguien, así que no tiene mucha importancia — Comento, poniéndome firme, no sé porque es que he dicho eso, pero sé que ha sido lo primero que ha salido de mi boca en cuanto la abrí para intentar defenderme, como si ir por ahí diciendo mentiras fuera a hacer las cosas más fáciles para mí, como si las mentiras fueran la solución para algo.
No todas las mentiras son malas. No todas las mentiras terminan mal.
—Ya veo, que bien— Su rostro forma una mueca, y se acomoda su ropa, para mirarme de pies a cabeza, como estuviera esperando algo más de mí —Te veré después Sakura, espero poder conocer a la persona con la que sales— Después de eso, se marcha dejándome sola. Él se ha ido, se fue cruelmente, junto con la poca dignidad que me quedaba, y mi poco amor propio, dejándome solo un miedo que ocupa más de la mitad de mi cuerpo y de mi corazón. He metido la pata hasta lo más profundo que se pueda ¿Es que no tengo cerebro? ¿Quién va a jugar conmigo ese estúpido teatro de tres pesos? No hay una sola persona en la que confíe, y menos para prestarse a esto.
Me quedo completamente sola, mirando solo a mis bonitos zapatos, mientras puedo sentir como el peso del mundo mismo cae sobre mí, sé que estoy solo exagerando de más este mal momento, y que hay en esta vida cosas mucho peores que tener el corazón roto, pero aun así, no puedo evitar ese sentir que todo es demasiado para mí, el sentirme triste, y exhausta del mundo, una completa perdedora.
Sai y Tayuya salen después de algunos segundos por la puerta trasera, supongo que por fin han terminado de limpiar y han cerrado el lugar, sus miradas chocan con la mía, así que poco después ellos se acercan a mí, preguntando sí es que todo está en orden, una vez más no puedo decir nada, solo asiento, para después soltarme al llanto como si fuera una niña pequeña, una muy pequeña y torpe, que solo está generando sentimientos de lastima en sus amigos.
Sai se ofrece a llevarme hasta mi casa, y algunos minutos más tarde llama a Ino, mi mejor amiga, ambos se reúnen en mi casa, lo que me hace sentir momentáneamente mejor, ellos son lo más parecido que tengo a los hermanos, Ino ha sido mi amiga desde que tengo memoria, y a Sai lo conocimos cuando teníamos cerca de doce años, desde ese entonces nos hicimos muy buenos amigos, casi inseparables, al punto que, con el pasar de los años ellos se fueron dando cuenta que estaban hechos el uno para el otro y comenzaron una relación que ha durado un par de años.
Por suerte mis padres no se encuentran en casa, ya que como mi padre es médico y mi madre enfermera, ambos trabajan en el mismo lugar, la clínica Nara, y justo hoy están cubriendo turnos nocturnos, sería muy vergonzoso si me vieran llegar a casa con la ropa sucia y con los ojos rojos por llorar.
Ino se sienta a mi lado, y solo se dedica a tallar mi espalda con afecto, mientras que Sai a su lado solo remueve mi delicioso jugo con una pajilla, para matar la ansiedad del momento -dice- debo admitir que me siento más terrible de lo que creí que esto sería, porque las fuerzas y ganas de cualquier cosa se han ido de mi cuerpo en cuanto puse el primer pie en la entrada de mi casa.
Ambos escuchan atentamente cuando por fin me decido a contarles que ha pasado, ninguno de los dos parece sorprenderle mucho lo que digo, y como dije, es algo entendible, es algo que los tres siempre imaginamos, siempre supimos. Ino sugiere que llamemos a Tenten, para que ella haga lo que mejor sabe hacer, subirnos el ánimo, pero niego, ella es nuestra amiga, sí, pero no deja de ser también la novia de Hyuga Neji, primo de Hinata, no podría siquiera decirle lo que sucede. Tenten es una chica muy dulce, compañera nuestra en la universidad, las tres estamos en la misma facultad, puesto que Tenten estudia fisioterapia, Ino enfermería, y yo, medicina, así fue como terminamos por ser amigas, pues en el primer semestre compartíamos una que otra clase.
En su lugar, le pido a Ino que llame a Temari, ella también es amiga nuestra y toma una que otra clase con nosotros de vez en cuando, pues está estudiando psicología, empero, ella y yo somos amigos por razones completamente alejadas a situaciones escolares, para empezar, nos conocemos desde los pañales, pues nuestros padres eran buenos amigos, y a esto sumamos que hace un par de años que ella sale con Shikamaru, el único hijo de los dueños del lugar donde mis padres trabajan, a quien también conozco desde niños.
Temari no demora más que minutos en llegar a mi casa, llevando consigo un gran bote de helado y galletas que su hermano Kankuro ha horneado recientemente, así es ella, siempre sabe que es lo que debe hacer o decir, siempre en los momentos oportunos aparece como si fuera magia, me pregunto si es algo que le enseñan, o si simplemente nació con un don especial, sin importar realmente que sea, se lo agradezco, a ella y a la vida por dejarla conmigo, pues su simple presencia me hace sentir mucho mejor. Ninguno de nosotros dice nada, ni hace nada más que no sea comer de las deliciosas galletas con chispas de chocolate que Temari ha llevado.
Sai e Ino se van cuando están a nada de ser la media noche, cuando mis lagrimas se han secado sobre mis mejillas y siento que me dormiré en cualquier momento. Temari en cambio, se queda conmigo, y se dedica a cepillar mi cabello con sus dedos, provocando una sensación placentera que hace que termine por dejar que mis cansados ojos se cierren.
Mis ojos se abren en cuanto el aroma de chocolate recién preparado llega hasta mi nariz, salgo de la cama a pasos lentos acomodando un poco mi cabello, y luego me dirijo hasta las escaleras, para bajarlas de dos en dos para bajar mucho más rápido, minutos más tarde me encuentro de pie frente a la puerta de la cocina. En ella se encuentra Temari con mi madre, aparentemente la rubia le está ayudando con algo, ambas me sonríen cuando me ven en la puerta. Para mí Temari es como una hermana mayor, al igual que sus hermanos, los tres son especiales para mí, y para mis padres también, pues los ven como si fueran parte de nuestra familia.
Temari me pide que termine de entrar y tome asiento en uno de los taburetes, luego, ambas ponen diferentes platos con comida frente a mis ojos, sinceramente, para mí, ellas dos son las mejores cocineras del mundo, así que no dudo en comenzar a comer como si no hubiera un mañana. Observo el reloj rojo en la pared de la cocina, dándome cuenta de que aún son las siete de la mañana, así que tengo dos horas más para vagar por mi casa antes de que mis clases inicien, todo lo contrario a Temari que sale casi corriendo debido a que tiene una clase temprano.
Cuando subo de nueva cuenta a mi habitación, me percato que el sentimiento de tristeza no se ha ido de mí, me siento vacía como si me hubieran arrebatado algo, pero lo irónico es que no lo hicieron, porque ese algo nunca fue mío, es imposible si quiera que me quitaran lo que no me pertenece. Trato de animarme repitiéndome que la sensación pasará con el tiempo, porque seguro que así será, tarde que temprano pasará, y más le vale que sea rápido. Mi teléfono suena sacando de mis pensamientos, lo tomo para ver quien es la persona que me llama, topándome con que se trata de Hinata, mis dedos se ponen temblorosos ante la idea de responderle la llamada y escuchar lo que seguro dirá, pero el pensamiento de que no me puedo pasar toda la vida escondiéndome de la realidad como una cobarde me ataca, así que junto valor y respondo a su llamada.
—Sakura-chan— Grita en cuanto tomo la llamada, tengo que despegar el teléfono un poco de mi oído antes que me deje sorda —Naruto-kun me dijo que ya te había contado, yo quería hacerlo desde el principio, pero él prefirió que los sorprendiéramos a todos — Sus palabras atraviesan mi corazón como si fueran flechas, pero me limito a suspirar y a escucharla con atención.
—Ah si, hablamos ayer —Respondo al final intentando no demostrar mis sentimientos. En realidad quiero decirle que no necesito que me lo recuerde, que sé mucho más de lo que necesito y me gustaría saber, pero eso sería por demás cruel con ella, además no quiero involucrarla en el medio de la terrible y gruesa pared de incomodidad que se ha creado alrededor del tema, porque estoy segura de que ella desconoce mis sentimientos, y decir algo tan desconsiderado solo haría que ella se sienta mal, yo no quiero por ningún motivo lastimarla.
—Quería pedirte un favor, acompáñame a por mí vestido, Tenten no puede y —Mi cerebro bloquea las palabras que ella dice a continuación, y su voz es reemplazada por un molesto zumbar de abejas que me hacen sentir mareada, con deseos de lanzar el teléfono lejos, porque es que no puedo imaginarme en ninguna circunstancia como su acompañante, ni imaginarme viéndola con su vestido ¿Cómo reaccionaría ante eso? Tampoco puedo imaginarme lo que vendrá después, es demasiado para que mi pobre cabeza lo procese. —¿Sakura? ¿Me oyes? —Muevo mi cabeza levemente, despejando de ella los pensamientos negativos que de nuevo estaba teniendo.
—Sí Hinata, ¿Cuándo quieres que te acompañe? —
Otra vez me dejo llevar por mi impulso de idiotez y mi tonto orgullo, porque no puedo quedarme en casa llorando y deprimida mientras que él hace su vida de manera casi normal, porque el mundo no se ha detenido solo por mí, porque sigue girando, y yo debo aprender a girar junto con él aunque todo parezca estar mal, porque debo afrontar la situación de frente y con orgullo.
—Hoy por la tarde —
O quizá no, ya no puedo decir que no ¿Cierto? Eso sería grosero, pero es demasiado pronto para empezar a afrontar la cruel realidad, sin embargo, tengo que mantenerme firme y valiente, para cumplir con mi palabra, no puedo dudar, ni ser una cobarde, simplemente no puedo, porque soy Haruno Sakura y soy mucho más fuerte que todo esto.
—Ah sí, te veré en tu universidad ¿Te parece? Iré alrededor de las 2 que terminan mis clases—
Ella acepta mi propuesta, y después cuelga. Es momento entonces de que comience a preparar mi cabeza para el lío en el que me acabo de meter, si no fuera tan jodidamente manipulable, si supiera poner mis limites, por supuesto que no estaría dentro de las muchas situaciones complicadas en las que estoy metida hasta el cuello.
En cuanto mis clases terminan me dirijo hacía la prestigiosa universidad privada de Konoha, donde Hinata y Naruto estudian, al llegar ahí me siento tremendamente envidiosa, ella estudia en la mejor universidad de la ciudad -en realidad solo hay dos, pero una es pública y la otra privada, la diferencia es entendible- tiene gente que hace casi todo por ella si es que así lo desea, y su vida parece ser casi perfecta. En cuanto la visualizo entre la masa de estudiantes la saludo con la mano y ella devuelve el saludo de inmediato. Naruto viene sosteniendo firmemente una de sus manos, él me sonríe a forma de saludo, intento devolverle el gesto, pero en su lugar solo consigo una mueca completamente desagradable, yo solo quiero convertirme en una bolita y rodar hasta mi casa, para poder esconderme debajo de mis sábanas de conejitos.
—Sakura -chan, creí que aprovecharías a presentarnos a tu novio —
Puedo sentir el deje burlón en cada una de sus palabras pronunciadas ¿Qué es lo que desea? ¿Quiere verme humillada? Sí, seguro es lo que desea, porque seguro que le hará feliz verme descubierta como la gran mentirosa que soy, seguro que le hace feliz herirme. O quizá solo es algo por demás inocente y yo lo estoy pensando mucho, pero sin importar cual sea el caso, no hay demasiado tiempo para pensar en que forma lo está diciendo, ni en nada en realidad, solo necesito una manera rápida de salir de esto, sin convertirme en la burla de ellos, de él. Quiero aprovechar para decir que, puedo llegar a ser mucho más estúpida de lo que creen cuando estoy mintiendo, eso simplemente no es lo mío, mi cerebro es incapaz de pensar velozmente cuando se trata de mentiras, y es por eso por lo que, comienzo a buscar entre las masas de estudiantes que salen de la universidad algún rostro de apariencia bondadosa y confiable, y yo entiendo perfectamente lo patético que esto les puede parecer ¿Buscar que un desconocido me cubra solo porque sí? Debo estar loca ¿No es así? Pues sí, pero incluso puedo pagarle al desconocido solo para salir de esto. No quiero ser evidenciada de formas crueles, y terminar mucho más humillada de lo que siento que ya estoy.
Mi mirada se detiene en un tipo alto, de cabello negro despeinado, que viene muy entretenido en su teléfono, quisiera rezarle a quien sea que este ahí arriba para que esto resulte, pero la verdad es que no tengo tiempo para ese tipo de cosas.
—Ah, claro, ahí viene—
Señalo al chico, y la mirada de ambos se dirige al sujeto en cuestión, ellos intercambian un par de miradas y ponen cara de estar realmente asombrados, eso es una mala señal ¿Cierto?
—Sasuke —Mencionan ambos al unísono, joder, ellos lo conocen, pensándolo bien, debí simplemente decirle que mi supuesto novio es alguien demasiado ocupado para estas niñerías, o simplemente rezarle a Kami-sama, quien seguro debe estar burlándose de mí por incrédula, torpe Sakura, torpe.
Todo porque mi torpe cerebro se pone estúpido para mentir.
