Capítulo 8 | Atado

Amo todas las cosas que haces, pero no estoy enamorado.

Sasuke

Ella se marchó, se marchó de la forma más extraña posible, sus palabras, tan frías como el hielo, esa última mirada, como miles de estacas que atraviesan mi corazón, la manera en que ella se marcho vaya que me hace sentir miserable y las palabras de Naruto —Así es Sakura-chan— no me hacen sentir mejor ni ayudan en lo absoluto, quiero correr hacia él y golpearlo con todas las fuerzas que tenga, porque es todo su culpa, todo lo que me sucede es culpa de él, porque es por su causa que termine enredado a no más poder con una chica como Sakura. Tan mandona, bipolar, llorona, sentimental, despreocupada, amable, tan ella, simplemente así. No es que diga que de un momento a otro me desagrada, claro que no, ni ella, ni el hecho de haber terminado en un situación por demás enredada, puede que suene un poco patético viniendo de mí, pero creo que incluso me gusta estar atado de manos a una chica como lo es ella, porque es de esas chicas con las que uno podría estar encantado de permanecer prisionero toda la vida, tiene encanto, su bonita sonrisa, sus mejillas rosas, sus ojos brillantes, su cabello rosa, largo y lacio, el mismo que siempre huele a flores, y sus manos tan pequeñas y delicadas acompañadas de esa forma de moverlas cuando habla y su caminar cual niña pequeña ¿Quién no estará condenadamente feliz? Podría morir, y estaría en completa paz si es que estoy a su lado, ella trasmite paz.

Y quizá por eso es que me ha descolocado tanto su comportamiento, porque termine por caer en su encanto, y simplemente, arruine todo, por primera vez Itachi tiene razón, yo fui sumamente grosero primero, sé que me merezco toda su furia, lo entiendo perfectamente, pero no puedo evitar ese sentimiento extraño que se va formando en mi pecho, por haberme dejado llevar por el ambiente molesto, por haberla hecho sentir mal con mis palabras, claro que no es que nos una un vínculo real, somos solamente conocidos, -decir amigos sería mucho atrevimiento de mi parte- no más, ella siempre dice que soy un poco antipático, y no me engaño, ella tiene la razón, muchas cosas me desagradan, y muy pocas me gustan, todo esta patas hacia arriba en mi mundo. Por lo que la decisión más madura que puedo tomar es la de ir a casa y esconderme del mundo. Al llegar entro sin decir nada, pasando de mis padres, me quiero ahorrar preguntas innecesarias, quiero mi momento de paz, aunque sé que posiblemente no dure mucho, Itachi seguro soltara su boca en cuanto tenga oportunidad, porque ese es su defecto, no sabe cuándo debe callarse, mucho menos hablemos de que sepa guardar secretos, al menos tiene algo en común con Izumi, dos personas que no saben el concepto de discreción.

—Sasuke, por favor baja, es hora de cenar—Escucho a mi madre gritar unos minutos más tarde, en cuanto su voz me llega a los oídos los nervios se me crispan, por alguna extraña razón ella le tomo mucho aprecio rápidamente a Sakura, incluso podría jurar que ella le agrada más a mamá que yo, por lo que, seguro mi mamá me reprenderá, debe estar tan enojada que me lanzará todos los tomates de la nevera a la cara, pero soy alguien muy valiente, no soy más el crio que se esconde debajo de la cama, tengo que ir ahí y enfrentarme al dragón furioso que debe ser mi madre. En cuanto llego al comedor me doy cuenta de que sus dos brillantes ojos verdes me observan, y me da una pequeña e imperceptible sonrisa mientras mueve su mano a forma de saludo, solo hay una cosa que quiero decir ¡Estoy demente! Sí, esa es la única explicación que encuentro al hecho de que quiera salir corriendo a donde ella y abrazarla como nunca he abrazado a nadie, y digo eso porque si yo sencillamente fuera y lo hiciera, seria por demás extraño, incluso pensarlo ya es un poco raro ¿Dónde quedaría mi dignidad y mi aire imponente si lo hiciera? Por amor de Dios, ya reacciona de una buena vez Sasuke. Ella está sentada justo enfrente a mí, y durante toda la cena mantiene una animada charla con mi padre, como si no existiera otra cosa mucho más interesante para ella en este mundo.

Ella no ha dejado de sonreír en ningún momento, y eso me hace sentir mucho mejor, porque de momento ya no me siento ajeno a su vida como en aquellos tiempos en que solo podía observarla de lejos mientras sonreír con todos los demás, ahora soy parte de su vida, al menos de este momento, estoy frente a ella mientras sonríe —Estas enamorado ¿Cuándo piensas aceptarlo? Admítelo ya, quieres ir con todas tus fuerzas a por ella —Me grita la voz que hay en mi cabeza, esa misma maldita vocecita que nunca se quiere callar, que es molesta, pero que siempre tiene razón.

—Sasuke-kun— Ella pronuncia mi nombre de esa manera que solo ella puede hacer, me sonríe y cuando sonríe sus ojos se hacen mucho más pequeños de lo que ya son, y me temo que estoy dentro de un sueño, me asusta pensar que solo estoy soñando.

—Regresa ya a la tierra Uchiha Sasuke, llevo más de diez minutos hablándote— Pero el grito ensordecedor de mi madre seguido de un golpe en la espalda que resuena por todo el comedor me hace aterrizar, no estoy soñando, pero si siendo todo un patético, porque mi cabeza a esta girando alrededor de Sakura, todo mi mundo se ha volcado tanto en ella que no le prestó atención a lo demás.

—Lo siento—Me disculpo, mi madre sigue de largo con el drama posterior a que la ignorara por completo, parece que no tiene cuando acabar, porque golpearme no le ha sido suficiente, también tiene que darme un largo discurso sobre… ¿Sobre qué? Sí llegara a saber que solo estoy divagando en mi cabeza mientras ella habla seguro que le darían ganas de arrastrarme por toda la jodida calle hasta que se le acaben las fuerzas —Ve a la cocina a por el postre que te pedí, antes de que tenga deseos de lanzarte algo a la cabeza— Murmura, asiento y me pongo en pie para hacer lo que me ha pedido, lo que menos quiero es que me arroje algo que tenga cerca, aunque es realmente extraño que en estos días hace un postre diferente cada noche ¿Cuándo aprendió? Hasta donde mi memoria da ella solo sabia una receta…

Sus pasos resuenan detrás de mí, ni siquiera intenta ser silenciosa, solamente me sigue, lo que solo logra ponerme de nervios ¿Por qué me está siguiendo? ¿Me gritará? ¿Me va a reclamar por lo grosero que he sido con ella? —Sasuke-kun —Me llama, me doy la vuelta con suavidad para quedar frente a ella, ella no me mira, está desviando su mirada y solo lleva sus manos de atrás hacia adelante en repetidas ocasiones —Sé que no debería decirte esto, pero estuve pensando en muchas cosas, y concluí que es mejor aceptar las cosas del destino como vengan, no pienso oponerme a él, quiero obedecer esos repentinos impulsos como hasta ahora— Dice, quiero pretender que entiendo perfectamente de lo que me habla, pero en realidad no entiendo ni siquiera la mitad de sus palabras, ¿Qué significa eso de los impulsos repentinos? Ella se acerca más a mí y me abraza sin prevenirme, no sé si esto tenga que ver algo con el tema, pero sí sé que mi corazón se acelera, seguro terminara por darme una especie de ataque si ella sigue haciendo cosas de este tipo sin previo aviso, aunque ella no sería culpable si termina volviendo completamente loco a mi corazón, ella no tiene ni la más mínima idea de lo que siento por ella, ni lo que provoca, así como yo no tengo idea de lo que sucede dentro de su cabeza.

Pero no necesito saberlo, ni que ella sepa lo que siento, ni nada de esas cosas, solo necesito tener muy claro que hay algo en ella que me mantiene atado de pies y de manos, algo que no me deja escapar, aun cuando ni siquiera quero escapar, porque yo solo quiero que los sentimientos que se forman dentro mío lleguen de forma correcta, aun cuando no puedan ser correspondidos, quiero guardar esperanzas cual adolescente cayendo en las garras del amor por primera vez. Le correspondo el abrazo, y dejo que ese característico aroma a cerezas se impregne, para conseguir que aquel malestar emocional se disipe por completo, la voz en mi cerebro tiene razón, siempre la ha tenido, estoy enamorado, no es solo admiración, no solo me gusta, estoy atrapado sin tener como volver atrás, sus encantos me tienen sujeto, por primera vez en mi vida, estoy completamente enamorado de alguien, y no quiero dar vuelta atrás, porque se trata de ella.

—Sasuke, mi madre te ha pedido algo, ¿Por qué demonios tardas… tanto? —Grita Itachi, armando todo un escándalo al tiempo que entra en la cocina, él sí que es realmente molesto, tanto que siento deseos de apretar su cuello hasta que se quede sin respirar, él pone su sonrisa burlona conforme se acerca, lo que solo me hace sentir muchos más deseos de acabar con su existencia de maneras lentas y muy dolorosas, empero, no puedo ni siquiera defenderme de su tonta sonrisa porque Sakura no ha relajado nuestro contacto ni un poco —Hay demasiada azúcar en el ambiente—Se mofa como ya es su costumbre jodiendo todo en mi vida una vez más ya que Sakura alarga lentamente nuestra distancia, con sus mejillas completamente rojas, mientras mi hermano sigue siendo un completo descarado que se queda de pie en la puerta de la cocina en espera de que tome en manos el tan pedido postre.

Salgo de la cocina sin decirle nada a nadie, mientras ellos dos caminan detrás de mí hablando de algo de lo que no puedo identificar al 100% las palabras, pero que en realidad es una conversación unilateral, Itachi simplemente está susurrando, y solo recibe ocasionales risillas un tanto nerviosas por parte de Sakura, vaya que me gustaría ahorrarle todas estas experiencias vergonzosas con mi familia, pero para empezar, ni siquiera tengo idea de que es lo que ella hace aquí justo ahora, ni de quien fue quien la arrastro hasta nuestra casa. Mi madre parece tremendamente orgullosa de su creación culinaria -mucho más de lo que está de nosotros sus hijos- es una tarta, con un muy bonito decorado en color rosa, ella nos sonríe a todos los que nos encontramos sentados a su alrededor, lo que me dice que nos quiere tomar como ratones de prueba, y poco después comienza a repartir en porciones su postre, y debo decir que sus porciones no son para nada equitativas, pues como toda buena madre, decide darle las porciones más grandes a Sakura e Izumi -¿Sí captan el sarcasmo no? – me dedico a comer la diminuta porción que me ha sido otorgada, pero termina siendo demasiado dulce, ¿Por qué mi madre ha hecho algo tan jodidamente dulce? ¿Es que acaso ya no piensa en mí? ¿Ya no soy más su pequeño consentido?

—¿Qué te parece Sakura-chan? —Pregunta mi madre, Sakura solo le sonríe ¿Por qué ella sonríe por todo? ¿Es que acaso sabe que puede tener el mundo en sus manos cuando sonríe? Sí, seguro que lo sabe y por eso va por la vida sonriendo todo el tiempo, debe saber que luce mucho más bonita cuando sonríe.

—Es realmente delicioso—Responde por fin, y mi madre nos cuenta que ha sido Sakura quien le ha dado todas las recetas de los postres que ha hecho en los últimos días, yo no tenía idea de que Sakura cocinara, y es que ella siempre dice que es la rubia de los Sabaku no quien cocina por ella, pero es aún más sorprendente la relación que tienen ella y mi madre, es decir, sabía que a mi madre la agradaba mucho, pero no tenía idea de que fuera reciproco. Sakura, mi madre e Izumi comienzan a charlar de otras muchas cosas, entrando en un tema y cambiándolo repentinamente, soy ajeno a su conversación dado que no entiendo nada, sin embargo, ella me mira una vez cada tanto y sonríe, haciendo que se me olvide que de momento soy yo quien parece sobrar en la familia, y sé que sonará como si fuera un crío de 15 años, pero es que cuando ella sonríe se me olvida hasta como respirar correctamente, aunque eso es algo que nadie debería saber, porque sería por demás vergonzoso.

—Toda tu familia es muy agradable Sasuke-kun—Me dice una vez estamos de camino a su casa, no le respondo nada, creo que no sería correcto decir que estoy en desacuerdo y que siento pena ajena con ellos, por lo extraños y hasta un tanto molestos que pueden ser, y no sería correcto por dos razones, primero porque se trata de mi familia, mi sangre, quien a su manera me quieren ¿Cómo qué clase de persona me haría ver si le digo que mi familia es aún más rara que los Simpson? Y segundo, ella no ha dejado de sonreír en ningún momento mientras dice lo mucho que le agradaron mi padre y mi hermano ¿Es en serio? Hasta aquel ave habladora que tenía a los cinco años -que solo sabia repetir una palabra y hacerse el muerto- es mucho mejor que Itachi.

Pero es preferible verla sonreír de esa forma, y no ver aquellas expresiones que suele hacer cuando suceden cosas que evidentemente rompen su corazón.

[...]

—¿Sasuke? ¿Qué haces aquí? —Me pregunta, inspeccionándome con sus ojos llenos de curiosidad, me remuevo un poco nervioso sin saber que decirle exactamente ¿Qué debería decirle? "Tu amiga la rubia me llamo y estoy aquí por eso" o "me presente en tu escuela a media mañana por que tu amiga la rubia me lo pidió" no, ambas suenan terriblemente mal.

—Se supone que tu amiga la rubia debió decirte— Expreso al final, haciendo que ella me mire a un más confundida, por amor de todos los Dioses Sasuke, sí que eres menudo idiota, ella tiene dos amigas rubias ¿Quién se supone que debía decirle qué? Al final ella sonríe y termina de acercarse.

—Es raro que estés aquí tan temprano, siempre te apareces al final de las clases, pero, es agradable tenerte tan temprano cerca —Murmura, acercándose más para darme un corto abrazo, que se ve interrumpido cuando la figura de la rubia aparece frente a nosotros —Ino, así que tú eres la amiga que debió decirme algo y que no lo hizo —Acusa antes de que rubia pueda siquiera decir algo.

—¿Dé que demonios hablas? Te dije perfectamente que iríamos a desayunar, solo que, eso también incluía a Sasuke y a Sai, quien no debe tardar mucho en llegar —Murmura la chica con una mirada un tanto burlona en dirección a Sakura, quien solo revolea los ojos sin dejar de sonreír. Empiezo a creer que esta no fue una idea tan brillante, debí ignorar el llamado de Ino -de quien ocasionalmente olvido el nombre- para que las viera a ella y a Sakura fuera de la universidad, pero es que mi corazón le gano a mi cerebro ante la posibilidad de estar cerca de Sakura un poco más de lo habitual, aunque me arrepintiendo de las malas decisiones que toma mi corazón que desvaría por completo.

—Vaya, perdón por arrastrarte a las tonterías de Ino, seguro tienes mucho que hacer, no tienes que quedarte si así lo deseas —Exclama Sakura, luciendo realmente preocupada, pero niego, acaricio un poco su cabello, ella me sonríe, mi corazón se acelera un poco, y empiezo a sentir repentinamente como mis mejillas arden ante el hecho de que ella me está mirando, solo a mí.

—N-no debes preocuparte por eso —Tartamudeo un poco como todo un crio —Tengo un poco de tiempo libre —Digo recuperando mi tono de voz normal, puedo ver como ella contiene la risa, pero no dice nada, solo asiente, y una vez más, cierra sus brazos alrededor de mí en un abrazo que es cálido, como tomar una gran taza de chocolate en el invierno, o como galletas recién horneadas en una tarde triste, reconfortante, suave, perfecto.

—Por amor de Dios, Sakura, creí que todo esto solo era una mala broma de tu parte, pero resulta que cada que los veo, se ven mucho más empalagosos que la última vez, ¿no se intoxican con su propia miel? —Exclama Sai quien ha llegado repentinamente.

—Me intoxica más tu tonta presencia —Contraataca Sakura, ambos están dispuestos a entrar en una ida y vuelta de palabras, pero Ino interviene mandándolos a callar a los dos, y eso que son mejores amigos, aunque supongo que así es su forma de llevarse, se aprecian, al menos eso supongo cuando los tres se echan a reír como si aquello no acabara de pasar. La rubia nos guía a una pequeña pero linda cafetería, completamente pintada de un azul pastel, con las ventanas abiertas dejando que el aire frio de los alrededores se cuele a todo el lugar, el aroma dulce envuelve el sitio, y la gente que entra y sale con una sonrisa en los labios lo vuelve todavía un poco más acogedor. Ino -quien dice que ya es experta en el menú del lugar- pide por todos, cosa que le agradezco un poco, porque, qué demonios voy a saber yo que significan los nombres raros puestos en el menú.

—Sasuke, Izumi me dijo que su vestido había llegado esta mañana, muy temprano, quiere que lo vea, ¿Crees que podría ir esta tarde a tu casa para hablar con ella? —Pregunta Sakura cuando estamos a medio desayuno, es cierto que Izumi -quien recién vio el tema del vestido hace tres días con ayuda de Sakura- dijo que su vestido llegaría el día de hoy, y no me sorprende ni un poco que quiera que Sakura lo vea, la pobre no tiene amigos, está emocionada con Sakura.

—¿Por qué me lo preguntas? A nadie ahí le molesta tu presencia, además Izumi te lo pidió, ella y mi madre estarán encantadas de tenerte en casa— Respondo, ella me sonríe y asiente, dejando morir el tema, empero, las dos personas frente a nosotros nos miran un tanto extraño, como si nuestra conversación fuera algo que les asusta.

—Sakura ¿Has estado en casa de Sasuke? ¿Conoces a sus padres? —Pregunta Ino, Sakura asiente, mientras sigue comiendo, la rubia pone una expresión de completa sorpresa, pero luego se aclara la garganta y continua con su interrogatorio —¿Sabes que significa eso? Digo, sé que no tienes una educación tan estricta con las tradiciones pero…— deja sus palabras a medias, Sakura parece pensarse las palabras de su amiga un poco, mientras de a poco su rostro se vuelve rojo.

—Ino, por amor de Dios, déjate de tonterías, no me voy a casar, no ahora —Grita

—Vamos, estás diciendo que conoces a la familia de Sasuke, y parece que se agradan —Continua Sai interviniendo en la conversación de las chicas —No me parece tan de locos pensar que ustedes dos se casen pronto —Dice señalándonos —Cada vez que los veo, me parece que realmente están hechos el uno para el otro, cada vez me parece que se gustan más que el día anterior, es algo que se puede saber con solo mirar sus ojos —Se burla, Sakura solo le hace una mueca y continua con su tarea de comer hasta la última migaja de lo que hay en su plato.

—Opino igual que Sai, al principio creí que solo nos jugaban una broma, había cierta aura de tensión entre ustedes la primera vez que los vi juntos, pero luego, cada día parece que está mucho más cómodos el uno con el otro, luces mucho más alegre estos días Sakura, he visto cosas que nunca antes había visto en ti —Prosigue Ino.

—¿Quieres cerrar el pico Ino cerda? —La rubia bufa ante haber sido llamada de esa manera, dejando así morir el tema, empero, las palabras de todos siguen dando muchas vueltas en mi cabeza, Sakura hasta hace no mucho se encargaba de repetir cada que podía que no había ningún lazo sentimental entre nosotros, y ahora sus amigos dicen cosas completamente opuestas, quienes la conocen de toda una vida, y diría que no quiero emocionarme por lo que ellos dijeron, pero es muy tarde para eso, mi corazón ya se ha puesto a saltar cual demente por el solo tener la posibilidad de que ella empiece a sentir algo por mí.

[...]

No he sabido mucho sobre Sakura en los últimos días, más bien, en casi una semana, ella pasa demasiado tiempo ocupada entre ayudar a las despreocupadas novias, la universidad y su trabajo, solo nos hemos cruzado ocasionalmente cuando nuestros amigos se reúnen unos minutos, de los pocos privilegios de tener un círculo social parecido. Ha pasado poco más de mes y medio desde ese caluroso día en que ella apareció de la nada, pidiendo con la mirada que siguiera esa tonta mentira, y han pasado tantas cosas inclusive el hecho de haber cruzado solo vagas palabras últimamente que me hace sentir por demás extraño, siento que estoy a nada de volverme completamente loco, ni tanto que me burle de mis amigos por haber caído en las garras del amor. Recuerdo que -muy a mi manera claro está- moleste a más no poder a Neji cuando era víctima de la desesperación por no poder ver tan seguido a Tenten, e irónicamente termine siendo víctima de lo mismo, es el poderoso karma, porque me encuentro en medio del enorme patio de la universidad dando vueltas de un lado a otro a punto de sacarme los cabellos porque no puedo dejar de pensar en lo mucho que necesito estar cerca de Sakura.

—Relájate Sasuke, pareces un león en jaula— Se burla Naruto, quiero golpearle en la cara y extinguir su innecesaria vida, pero es salvado por mi teléfono, vaya piadosa e inoportuna persona que se compadece del desgraciado destino del molesto rubio.

—Diga— Murmuro respondiendo sin verificar de quien se trata, pues aún tengo mi mirada asesina sobre Naruto, además en estos días solo mis padres me llaman de la nada, para pedirme que vaya ya sea al hotel de la familia o la estación de policía a por papales importantes, para llevarlos de un lado a otro, cosas de personas con muchos asuntos, terminan siempre queriendo hacer más de lo que en realidad pueden.

—Sasuke-kun— Me llama, su dulce voz es suficiente para calmar toda esa marea que había dentro de mí, todo se percibe diferente, ella me puede trasmitir tanta paz con solo hablar, incluso la puedo imaginar sonriendo mientras dice mi nombre, la sensación en mi cuerpo es agradable, tanto que no puedo evitar la sonrisa que se instala en mi rostro solo de oírla.

—¿Qué sucede Sakura? —Cuestiono, Naruto me da un golpe en el hombro, para después comenzar a burlarse, siendo secundado por Hinata, quien no desaprovecha ni un poco la oportunidad de burlarse de mí, menudos amigos que vine a conseguir, y encima ellos están a nada de casarse ¿No se supone que deben ser adultos maduros? De maduros ese par tienen lo que Shikamaru de proactivo.

—Ino me invito este fin de semana a una casa que su familia tiene en el campo, también irán Temari, Tenten y Mat—Dice, no entiendo que es lo que trata de decir, ni porque me está contando eso, pero me quedo en silencio solo porque quiero escuchar su voz poco —¿E-estás cerca de Hinata? — Pregunta ¿Hinata? No respondo nada, solo le doy el móvil a Hinata, quien se apresura a tomarlo sin cuestionar y colocar el altavoz, con esa sonrisa un tanto malvada que me dice que está tramando algo.

—Sakura-chan si querías hablar conmigo ¿Por qué llamaste al número de Sasuke-kun? —Se mofa, vaya, ella se está burlando, sí que se le han pegado las malas mañas de Naruto ¿Se burla de mí? ¿De la extraña situación? No lo sé realmente pero ella se está burlando, también puedo escuchar la risa nerviosa de Sakura del otro lado acompañada de la burla de Ino.

—Ella solo quería oír a Sasuke—Grita Ino, su grito resuena fuerte en mis oídos, lo mismo que las palabras altisonantes que Sakura le dedica, mi corazón quiere salirse, está latiendo desesperadamente como si acabara de correr todo un maratón, sé que no luzco como el tipo de sujetos que acciones un tanto banales le causen reacciones así, pero las apariencias engañan ¿No lo creen así? Soy una persona como cualquier otra que puedan conocer, tengo emociones, sentir y mostrar lo que sientes son cosas completamente diferentes.

—Ino quiere que tú y Naruto vengan con nosotros al campo, a casa de sus padres, vendrá Tenten, Temari, Matsuri, tu primo Neji, Shikamaru, Gaara y obviamente Sai —Menciona, son demasiadas personas en un solo lugar sí es que les interesa mi opinión, pero nadie me lo pregunto, así que mejor me quedo en completo silencio, porque creo que esa debería ser una de las primeras cosas que aprendan los humanos al nacer, saber cuándo deben callarse. Naruto y Hinata intercambian miradas ¿Por dios que ya me digan como son capaces de comunicarse con la mirada? ¿Se practica?

—Iremos Sakura-chan —Confirma Hinata, hay un silencio por demás extraño en varios segundos, pero después la voz de Sakura rompe ese terrible silencio.

—También vendrás ¿Cierto Sasuke-kun? —Pregunta, quiero decir tajantemente que no, porque son demasiadas personas para mi gusto, y que odio pasar tiempo con tanta gente alrededor, pero el par de personas frente a mí dan una respuesta afirmativa antes de que yo pueda terminar de ordenar los pensamientos en mi cabeza, así que no me queda de otra más que acceder, ¿Por qué? Porque desde que Sakura apareció un día no sé decir no a nada de lo que las personas a mi alrededor desean.

[...]

Naruto y Hinata pasan los siguientes dos días hablando del bonito lugar en el que se encuentra la casa de Ino y no han parado de decir cuan bonito debe verse en esta época del año ¿Es en serio? Estamos a nada de que el otoño termine, no creo que una casa en medio de la nada, rodeada por árboles que deben estar casi sin hojas se vea precisamente "Bonito" pero no digo nada para no echar abajo su evidente ánimo. Fin de semana tranquilo, sí, claro, lo único bueno que todo esto tiene es que el otoño y el calor se irán juntos, mientras la nieve comenzará a apilarse a nuestro alrededor. Una vez que mis clases han terminado el par de idiotas me arrastran hasta mi casa para que pueda tomar la pequeña maleta que ellos mismos me obligaron a armar y disfrutar de una hora de placentero viaje a la misma nada donde se supone debemos reunirnos con los demás. Ellos cantan alguna que otra de las canciones que suenan fuerte dentro del auto, a este paso yo también terminaré diciendo "Say Lalisa love me" pues han repetido la misma al menos unas cuatro veces, es un terrible momento para que Itachi e Izumi también decidieran salir de la ciudad, juro que me volveré loco y terminaré por lanzar el teléfono por la ventana, y no me malentiendan, la canción es bastante pegajosa, incluso creo que me gusta, los molestos son él par de idiotas ¿Por qué deje ellos decidieran por mí? El lugar en cuestión está a una hora de la ciudad, así que en cuanto estacionan salgo disparado del auto para por fin poder estirar las piernas antes de que se caigan por lo incomodo que es el diminuto auto de Naruto, decido observar el lugar para así empezar a emitir mi críticas no constructivas para la voz que hay dentro de mi cabeza, es una casa enorme de madera, lo que le da un aire a las cabañas de las películas, luce bastante cómoda y amplia, lo suficiente para que tantas personas no sean un completo estorbo, el jardín delantero luce verde muy para mi sorpresa, como si el otoño no lo hubiera alcanzado ni un poco, hay incluso alguna que otra flor alrededor, además, según Hinata en la parte trasera se puede ver una pequeña laguna ¿Cómo es que los Yamanaka tienen este lugar?

—Sasuke-kun —Escucho gritar, rápidamente mis pies dan media vuelta para quedar justo frente a donde ella está, sé bien que es lo que sucederá a continuación y ese momento, ese pequeño momento ha sido la única motivación que he encontrado para aguantar el camino hasta este lugar. Ella está justo delante de mí, y segundos más tarde me abraza delicadamente, gesto que correspondo, ese pequeño contacto hace que me arrepienta de no haber querido estar aquí por unos segundos. Desde aquel día en que estuvo en mi casa tomo la rara costumbre de lanzarse sobre mí y abrazarme cada vez que nos vemos, no sé, ni entiendo por qué, pero para mí esta más que bien, no me importa sí lo hace porque alguien más nos ve, para mi está bien sin importar los motivos, ella podría usarme a su antojo y para mi estaría bien.

—¿Todo bien? —Pregunto, ella asiente, para después sujetar suavemente mi mano para guiarme al interior de la casa, ese contacto, aunque habitual, acelera mi corazón como ninguna otra cosa en el mundo. Ino y Sai salen de lo que parece ser la cocina del lugar, y nos saludan con sus tontas sonrisas en el rostro, la fastidiosa de Ino se lleva a Sakura y a Hinata a un sitio bastante alejado para hablarles de solo Dios sabrá qué, así que es Sai quien se encarga de mostrarnos las habitaciones donde nos quedaremos dos días ¡Pero que inteligentes que resultaron quienes organizaron las habitaciones ¿Por qué tengo que compartir habitación con Sakura? Es muy claro para mí que no somos críos de secundaria, y en realidad la manera de organizar es bastante prudente tomando en consideración que todos vienen acompañados de sus parejas, pero Sakura y yo no somos precisamente eso, aunque nadie lo sabe y eso resulta perjudicial en ocasiones como esta, seguro que solo terminara siendo incomodo desde el principio hasta el final para los dos.

En cuanto dejo de lamentarme por mi triste existencia, y salgo de la habitación donde ya arrojé a una esquina mi maleta, me doy cuenta de que los demás ya han hecho sus entradas triunfales -que gracias al cielo me perdí- y se han incorporado a las conversaciones con sus pares, Sai muestra una enorme pila de películas en formato VHS ¿Es que se siente en los sesenta? ¿No podían simplemente hacer uso de una de las miles de plataformas de Streaming, y descargar condenadas películas en un ordenador? Y para colmo de males, todas son de terror ¿No se podían conseguir algo mejor? Odio las películas de terror, espero que se atraganten con las patatas por ver esa clase de películas tan feas.

Cuando la eterna sección de "la hora del chisme" ha terminado, todos deciden que es un buen momento para ir a la jodida laguna, son casi las seis de la tarde, afuera el clima comienza a enfriarse debido a que el otoño está por marcharse, y no creo que realmente deseen ir a meterse al agua en esas condiciones, pero aun así, todos se dirigen ahí. Sakura se queda sentada sobre el pasto, mientras todos tontean alrededor del agua que casi está congelada, ella luce realmente incomoda, y simplemente abraza sus piernas —¿Qué sucede? —Cuestiono, ella me mira mientras me siento a su lado, pero no dice nada, solo vuelve a poner su mirada sobre el grupo que parece divertido, no quiero insistirle para que me dé una respuesta, no quiero resultar atosigante, así que espero pacientemente a que de ella misma salga la iniciativa de contarme que la tiene tan de mal humor.

Después de unos minutos ella por fin se anima a hablar —Es extraño verles a todos ellos, ya sabes, puedes sentir ese amor entre ellos en el aire, y bueno, me siento un poco envidiosa, mis amigas son tan bonitas, por eso es que alguien las quiere, y bueno, yo soy agradable supongo, pero soy solo yo… —Murmura, haciendo que todo se ponga un poco incomodo y hasta un tanto molesto, puedo entender de que va todo eso, pero vamos, ella insinúa que sus amigas tienen relaciones reales y perfectamente construidas porque son bonitas, pero yo creo que es porque, simplemente así es el amor, ella a mí me parece mucho más bonita que el resto, y sí nunca nadie se había arriesgado a ir con todo por ella, es porque nadie conocía perfectamente lo valiosa que puede ser, no solo porque es realmente atractiva tanto o más como aquellas con las que se compara, sino porque es increíble en todos los sentidos, ninguno de los complejos que pueda sentir la hacen menos, ella posee todas las cualidades necesarias en el mundo, es jodidamente bonita, amable, inteligente, compasiva, y dulce, ser atractivo visualmente no es lo único que se necesita para alcanzar el amor.

—Me parece que no te observas tan seguido en un espejo ¿Necesitas uno nuevo? —Digo con un tono bastante serio, empero, ella sonríe, su rostro triste se ha ido, cosa que alivia mi corazón, detesto ver esa expresión decaída en su rostro, quiero por sobre todo que ella sonría todo el tiempo, verla feliz también me hace feliz. Ella está dispuesta a replicar una vez termina de reírse, seguro dirá alguna otra cosa que la haga ver menos, pero no puedo permitirme que ella continúe con esa manía suya de tirarse tierra a su misma, no señores, así que lo único que se me ocurre que puedo hacer para callarla por un tiempo es replicar el único gesto de verdadero cariño que hay entre mi hermano y yo, mis dos dedos chocan contra su frente, sus mejillas se ponen muy rojas en el mismo momento, pero no me detengo por eso, tomo su mano y la obligo a ponerse de pie —No me voy a quedar ahí viendo cómo te deprimes por no verte como no sé quién demonios— Exclamo. Ella dijo que seguiría los impulsos sin importar que tan tonta le hagan ver, y aunque es una extraña forma de llevar la vida puede resultar bastante funcional, así no hay nada de lo que te puedas arrepentir en el futuro, así que tontamente hace poco he decidido que quiero hacer lo mismo, ser fiel a lo que mi tonto corazón quiera, aunque termine viéndome como un crio inmaduro.

Aprovecho su confusión para cargarla sobre mis hombros cual costal de papas, ella se resiste y patalea un poco, pero son cosas todas inútiles, todos nos miran, pero no importa —Sasuke ¿Qué demonios haces? —Pregunta en un grito antes de darse por vencida y comenzar a reírse a mis espaldas mientras intento caminar por el verde pasto con ella encima, dejo que ponga los pies en el suelo cuando lleva mucho rato riéndose, una vez ambos en el pasto junto con los demás, comienza a hacer lo mismo que Ino, juguetear con las hojas de los árboles que hay tiradas alrededor, mientras yo solo hago lo mismo que había estado haciendo todo este tiempo, mirarla, observarla como si no existiera en el mundo nada más que ella ¿Cuánto tiempo más me tendrá bajo ese hechizo sin siquiera darse cuenta? No lo sé, pero quiero seguir bajo el, encadenado a ella, al menos un poco más.

[...]

Nota: Enferme, esa es mi excusa para no haber venido en varios días, lamento que haya que esperar tanto, sí, una semana y algo más es demasiado.