N.a. Bueno ahora vengo d nuevo con un universo alterno que espero les guste! )
Capítulo 1
¿te vas?
Era una calurosa mañana de verano en la ciudad de Tokyo y los grandes árboles de la casa Higurashi le ofrecían sombra a una pareja de niños pequeños que descansaban después de haber jugado.
La niña que allí se encontraba tenía tan solo 5 años, el pelo largo y negro, con unos hermosos ojos castaños que transmitían su alegría y energía, junto a ella, estaba sentado un niño de no más de 7 años, de pelo negro con unos raros reflejos algo plateados y ojos dorados como el sol que alumbra por las mañanas. Los nombres de los dos pequeños amigos eran Kagome e Inuyasha, y desde que podían recordar habían sido muy buenos amigos
-¡Inuyasha, Kagome, ¡apresúrense! Hoy iremos a Hiroshima por algunos días aprovechando las vacaciones ah, y Kagome recuerda que también va tu prima Kikyo-Gritaba la señora Sonomi desde la casa
-¡Ya vamos mami!-le respondía su hija Kagome-Inuyasha, osea que… ¡¿tus papis si te dejaron ir!-preguntaba visiblemente entusiasmada la pequeña
-feh, claro que me dieron permiso, después de todo están siempre ocupados por sus negocios…
-Pero por lo menos puedes tener todo lo que quieras…-dijo su amiga con un tono de ensoñación
-Tal vez lo que yo quiero no son solamente juguetes Kagome, pero eres muy pequeña para entenderlo
-¡Oye Inu, si sólo nos llevamos por… eh… mm… 1, 2, dos años!-exclamó la pequeña contando los dedos de sus manos
-¿y eso qué? Sigo siendo más maduro que tu
-mh…-la niña se quedó pensando sin saber que responder a su amigo por lo que lo tomó de la mano y murmuró-mejor vamos, mi mami i mi abuelito nos están esperando
-eh… si…
Inuyasha tomó la mano de la pequeña y la siguió hasta donde se encontraba el auto en el cual irían a Hiroshima, todas las cosas ya estaban arriba, las maletas, la comida y los juguetes por los que Kagome hizo un berrinche para poder llevarlos con ella.
-Muy bien ya están todos arriba-dijo la señora Higurashi mientras se abrochaba el cinturón de seguridad-Hija, iremos a buscar a tu prima
-¿de verdad mami?-sonrió la pequeña
-pequeña ¿por qué esa fascinación por tu prima?-preguntó dulcemente su madre
-es que cuando crezca y tenga 8 añitos, me gustaría ser igual de bonita que ella
De la casa Higurashi a la casa donde Kikyo vivía no era mucha la distancia, pero sin embargo demoraron por el tráfico que era una pesadilla en esos días de verano en los cuales llegaban muchos turistas y otros iban a refrescarse al campo o a las playas.
El auto se detuvo frente a una hermosa casa de dos pisos de la cual salía una niña un tanto más alta que Kagome y por cierto muy parecida a ella, si no fuese por la seriedad que mostraba y por los fríos ojos como glaciares que adornaban su rostro, su nombre era Kikyo y era prima de Kagome. Kikyo subió al auto y se sentó junto a su prima Kagome la cual no le simpatizaba mucho, ya que sólo la consideraba una mocosa que se pasaba la mayor parte del tiempo pegada a ella.
-Buenos días tía, Kagome, Inuyasha, abuelo-saludó Kikyo fríamente para luego encender su discman y no escuchar nada más
-vaya Kagome, no puedo creer que quieras ser como ella
-¡Cállate Inuyasha! Ella es una persona muy buena-dijo la pequeña Kagome mirando con admiración a su prima
-si claro…-le dijo Inuyasha a su amiga con un tono sarcástico
El viaje tardaba bastante, sin embargo para Kagome e Inuyasha no fue tan largo, ya que se la pasaron discutiendo, riendo y jugando hasta que Kagome se quedó dormida en el hombro de Inuyasha quien decidió imitar a la niña cerrando sus ojos y entrando en un profundo sueño
-Chicos, hemos llegado-dijo suavemente la señora Higurashi despertando a su hija y a Inuyasha-vamos, despierten, no sean flojos
Kagome e Inuyasha abrieron los ojos al mismo tiempo, se separaron y se desperezaron. Miraron por la ventana y sus ojos se posaron en el inmenso océano azul que bañaba las costas de la hermosa playa. Bajaron del auto y comenzaron a jugar en la arena, hasta que comenzaron sus típicas persecuciones en las cuales Kagome siempre trataba de arrancar de Inuyasha el cual por mucho que le costara la atrapaba de todas maneras.
Kagome corría sin mirar al frente por lo que chocó con una niña de cabello castaño oscuro y ojos cafés que jugaba con un niño mas o menos de la edad de Inuyasha, pero tenía el cabello amarrado en una pequeña colita y los ojos de un azul intenso.
-¡Disculpa! Es que no te ví, de verdad lo siento-dijo excusándose Kagome
-no hay problema-dijo la otra pequeña-mi nombre es Sango y el tuyo?
-Yo me llamo Kagome-le respondió sonriendo
-¡Miroku! Ja, no pensé encontrarte vacacionando
-Inuyasha-dijo el niño de los ojos azules- vaya, ahora hasta en vacaciones nos tendremos que ver
-¿lo conoces Inu?-preguntó Kagome haciendo que el pequeño se sonrojara- ¿por qué te pones rojo?-preguntó incrédula
-¿con que Inu?-dijo Miroku riéndose
-Oye niña, ya te he dicho que no me llames Inu, y mejor nos vamos porque tu mamá nos está llamando
-está bien Inuyasha-asintió la pequeña-bueno Sango, nos vemos otro día
Kagome corrió tras su amigo y se subió al auto para dirigirse al hotel. Durante el trayecto al hotel, Kikyo seguía escuchando su discman y con la mirada pedida en el cielo.
-Ya pueden bajar del auto, quiero que se comporten mientras estemos en el hotel ¿de acuerdo?-dijo la señora Higurashi dirigiéndose a Inuyasha y Kagome
Todos bajaron del auto y se encaminaron a sus habitaciones, la habitación de los tres niños era la misma pero tenía 2 camas en una parte y una separación donde había otra cama. Sonomi y el abuelo se despidieron de los niños y les pidieron que no salieran del hotel mientras ellos no regresaran, ya que querían ir a comprar recuerdos.
-yo no hago lo que tu madre dice-le dijo Kikyo a Kagome mientras salía de la habitación-sólo es mi tía, nos vemos más tarde niñita
-Pero prima…-decía Kagome-¡Vamos con ella Inuyasha! Di que sí!
-No Kagome, que tu prima sea una porfiada quiere decir que tu la tengas que seguir-dijo el niño negándose rotundamente a dejar salir de la habitación a su pequeña amiga- nosotros nos quedamos aquí
-Pero Inu…
-¡Y ya te dije que dejes de llamarme así!-la reprochó Inuyasha yéndose a su parte de la habitación
Inuyasha seguía ignorando a Kagome la cual se sentía muy mal por este hecho, Kikyo volvió media hora después de salir, y la señora Higurashi con el abuelo llegaron en cuanto la tarde dio paso a una hermosa noche estrellada de luna llena. Los tres pequeños se encontraban en pijamas en sus respectivas camas, ya eran aproximadamente las 11 de la noche y la pequeña Kagome no podía dormir ya que la inquietaba el estar enojada con Inuyasha, por lo que decidió levantarse y cruzar la habitación hasta donde se encontraba el pequeño Inuyasha durmiendo placidamente.
Kagome miró como su amigo dormía y decidió no molestarlo, pero se sentía segura estando cerca de él, salió al pequeño balcón que dejaba mirar mejor el inmenso cielo nocturno manchado de estrellas por todas partes. Se sentó y contempló con aprecio el cielo, unas pequeñas lagrimas salían de los ojos de la pequeña quien solo pensaba en su amigo que estaba enojado con ella.
Inuyasha sintió un pequeño sollozo y una brisa que lo hizo despertar. Miró automáticamente al balcón y vio a la pequeña Kagome con sus ojitos empapados por las lágrimas. Conocía bien a la pequeña, y sabía que la culpa de su llanto la tenía él, ¿es que nunca se podría controlar? Siempre terminaba lastimándola, y sabía que lo que pasaría dentro de poco la destrozaría aún más, aunque el no quisiera tenía que hacerlo, después de todo el no se mandaba solo. Se acercó a la pequeña y se sentó junto a ella, se lo diría hoy
-que linda noche ¿verdad?-dijo el niño mirando el cielo estrellado- nunca había visto tantas estrellas y una luna tan grande ¿y tú Kagome?
-Inu… Inuyasha!-la pequeña abrazó a su amigo y se refugió en el dejando que sus lágrimas corrieran- ¡creí que… que… estabas enojado conmigo!-sollozó más fuerte aún
-¡feh, que tonta eres Kagome, sabes perfectamente que no me puedo enojar contigo
-pero… pero…
-Kagome, tu sabes que tu eres mi mejor amiga ¿verdad?
-Si Inuyasha, y tu también eres mi mejor amiguito-dijo Kagome secándose las lágrimas
-Kagome… cuando lleguemos a Tokyo, mis padres me estarán esperando, nos iremos a vivir a Hokkaido y es muy probable que no nos veamos en mucho tiempo ya que mi padre va a tener un trabajo estable allá y no tendrá que viajar de un lado a otro siempre
Kagome se quedó quieta, abrió los ojos como plato, jamás se le había pasado por la cabeza que se iba a separar de su amigo
-osea que… ¿ya no te veré más?
-por lo menos durante algunos años Kagome…
-Inu… yo no… yo no quero-dijo la niña dejando que las lágrimas brotaran de sus hermosos ojos nuevamente
-Kagome, no sabes cuanto me gustaría quedarme en Tokyo y crecer contigo pero no depende de mí, por el momento disfrutemos estos días ¿si? Siempre te voy a recordar y cuando seamos más grandes nos volveremos a ver
-¿es una promesa?
-promesa
Los niños entrelazaron sus dedos meñiques sellando su promesa esperando poder cumplirla, ya que no querían ser separados.
N.a.: Lo Dejo hasta aquí espero les haya gustado y que me dejen reviews ) para saber si por lo menos a una persona aparte de mí le gustó jajaja bueno se cuidan
Adios!
