N.a.: Uy bueno, no se como estoy escribiendo porque estoy enferma y m han estado sacando examenes de sangre y bueno la verdad es que me duele el brazo ' pero bueno, ya llegué con el segundo capítulo, espero que les guste.

Lo que está escrito en letra cursiva son los pensamientos de los personajes

Capítulo 2

¡No te alejes de mi lado!

Los días pasaban en la ciudad de Hiroshima y nuestros dos pequeños protagonistas pasaban todo el tiempo juntos, sabían que quedaban pocos días para volver a Tokyo y que Inuyasha se fuera a Hokkaido. Las noches siguientes Kikyo se iba a dormir a la cama de Inuyasha e Inuyasha a la de Kikyo para así estar cerca de su amiga, ya que ella se sentía segura teniéndolo junto a ella.

El último día que les quedaba se levantaron muy temprano para empacar las cosas. Antes de volver a Tokyo, pasarían a la playa a dejar que los niños se divirtieran un poco. Estacionaron el auto frente a la playa y bajaron todos menos Kagome y su madre ya que la pequeña niña necesitaba hablar con ella.

-Mami-dijo la niña bajando la mirada

-¿dime hija?

-¿tu sabías que... tu sabías que Inu se va a Hokkaido?

-Sí hija-dijo Sonomi un tanto sorprendida- pero yo no era quien tenía que decirtelo, sino él mismo

-no quiero que se vaya-dijo rompiendo en llanto- el es mi amiguito

-hija-le dijo dulcemente Sonomi atrapándola en un abrazo maternal- ustedes son amigos desde hace mucho tiempo, y una amistad así ni la distancia es capaz de destruirla. Además tu sabes que está el teléfono, la internet que yo me encargaré de que aprendas a usarla y las cartas

-Pero mami ya no lo voy a ver todos los días y no vamos a poder jugar juntos

-hijita mía, no sabes como me apena todo esto, pero ¿no crees que es mejor que vayas y disfrutes este día junto a tu amiguito?

-sí-dijo secándose los ojitos con el dorso de la mano

Kagome jugó toda la tarde con Inuyasha, Sango y Miroku, en más de una ocasión trató de acercarse a su prima pero se dio cuenta de que cada vez que se acercaba a ella, esta la miraba con cara de asco.

La tarde se estaba esfumando y daba paso a una hermosa puesta de sol. Sango y Miroku ya se habían ido, y sólo quedaban Inuyasha y Kagome, los cuales se sentaron para ver como el sol desaparecía tras el mar

-Kagome…

-¿Qué pasa Inu?

-Toma-dijo el niño pasándole una pulsera que decía Inuyasha- quiero que la guardes, yo me quedaré con la tuya, y cuando nos volvamos a ver, las intercambiaremos ¿si? Las vamos a intercambiar aquí, frente a esta puesta de sol

-gracias Inuyasha-dijo la pequeña entregándole la pulsera que decía Kagome y abrazándolo fuertemente-No quiero que te alejes de mi lado Inu

-Kagome… Tonta-le dijo sonriendo tiernamente- aunque me aleje siempre te voy a … a… a querer

-yo igual Inuyasha-dijo la pequeña un tanto sorprendida ya que no era muy común en Inuyasha decir lo que sentía, generalmente era ella quien decía los te quiero

Inuyasha y Kagome volvieron al auto al escuchar que el abuelo los llamaba, subieron silenciosamente y sentaron juntos, Kagome se recostó en el hombro de Inuyasha y este apoyó su cabeza en la cabeza de Kagome, el viaje se hizo corto… no querían llegar a Tokyo, no querían tener que separarse.

Llegaron a la casa Higurashi donde un gran auto muy lindo esperaba, era el auto de los padres de Inuyasha. Los pequeños bajaron del auto de los Higurashi e Inuyasha abrazó a Kagome una última vez. La niña no podía dejar de llorar, vió como Inuyasha saludaba a sus padres y subía de mala gana al auto en el cual se encontraba su hermano, observó como el auto partió llevándose a su amigo lejos de ella. Kagome corrió siguiendo el auto hasta una esquina en la cual doblo, la pequeña no dejaba de derramar lágrimas y sentía que perdía fuerzas, hasta que sintió que la llevaban en brazos hasta la casa

5 años después en la casa Higurashi

Toda la familia Higurashi y los amigos de Kagome se encontraban reunidos cantando el cumpleaños felíz a la pequeña, ya que era su cumpleaños número 10.

Hacía tan sólo 2 años su madre había dado a luz a un nuevo hermanito para Kagome, su nombre era Sota y a Kagome le encantaba jugar con el pequeño. Los Higurashi se vieron interrumpidos de su celebración por el estruendoso ruido que provocaba el teléfono que estaba sonando. El padre de Kagome, quien había llegado de un largo viaje poco después de que Inuyasha se fuera, cogió el teléfono primero.

-Casa de la familia Higurashi ¿diga?

-eh… ¿se encontrará Kagome?-preguntó temerosa la voz de quien estaba al otro lado de la línea

-¿quién la llama?-preguntó gentilmente el padre de Kagome

-Inuyasha

-oh, está bien, espera un segundo-le dijo el papa de Kagome tapando el auricular- ¡Kagome, hija tienes teléfono!

-¿quién es papi?-dijo la Kagome que se había sacado la corona de princesa que llevaba y tomaba impaciente el teléfono

-ya verás hija-dijo el señor Higurashi sonriéndole y pasando al salón

-¿diga?-preguntó la niña

-¿Kagome?-le respondió Inuyasha del otro lado

-¡Inuyasha!-exclamó ella emocionada- ¡que alegría escucharte!¿qué tal va todo por allá?¿el colegio?¿tus papis?

El niño rió por lo bajo

-todo bien Kagome, bueno, yo te llamaba para desearte Feliz cumpleaños, ya estás más grande enana

-Gracias pero…-le dijo cambiando abruptamente el semblante-ya te dije que no me llames enana ogro

-¡feh! Pero si lo eres, estoy seguro de que si te viera no me llegarías ni al ombligo, además prefiero ser un fantástico ogro a una gruñona enana

-¡Que fastidioso eres Inu!¡además yo no soy la gruñona aquí!

-jajaja, bueno Kagome, te tengo que cortar, tal vez en unos momentos llegue algo por allá-le dijo Inuyasha riendo aún- estamos en contacto ¿si?

-está bien, cuídate, adiós

-tu igual Kagome, adiós

Kagome dejó el teléfono y corrió donde estaban sus amiguitos y su familiar. Comenzó a abrir los regalos, sus padres le habían regalado una hermosa muñeca de porcelana, recibió una carterita por parte de Sango y un juego llamado Monopolio que le había regalado Miroku, así siguió abriendo regalos, la mayoría eran juegos, sus tíos le regalaron ropa, recibió aros y brazaletes, ya no quedaba ningún regalo pero… el timbre sonó y la señora Higurashi se levantó de su asiento para ver quién era, luego de unos momentos apareció en la sala con una pequeña cajita en un envoltorio con colores muy vivos.

-Toma Kagome-dijo Sonomi entregándole el regalo a su hija- es un regalo queha llegado de muy lejos… de Hokkaido me parece-agregó sonriéndole ampliamente

Era costumbre que Inuyasha le enviara regalos para su cumpleaños, no pasaba cumpleaños alguno en que no recibiera una llamada y un regalo por parte de su mejor amigo. La niña tomó el paquete y lo abrió cuidadosamente, dentro del envoltorio venía una pequeña caja aterciopelada, con mucha curiosidad Kagome la abrió y descubrió dentro de ella un collar, el más lindo que había visto, era de plata, y en pequeños diamantes tenía grabada la letra K. La niña hizo una mueca de asombro, Inuyasha siempre le enviaba regalos lindos, generalmente cosas que no se encontraban en Tokyo, pero esta vez… jamás pensó recibir un regalo así de él. Todas las niñas miraban el collar y en sus ojos se podía ver lo deseosas que estaban de que llegaran sus cumpleaños y recibir algo así

-Creo que Inuyasha se ha preocupado mucho ¿verdad Kagome?-le dijo su madre como siempre sonriendo

-si…-dijo insegura Kagome- Inuyasha… muchas gracias… algún día nos volveremos a ver ¿verdad amiguito?

N.a.: se que algunas personas hubiesen querido leer cuando ellos se reencontraran, pero es que no quiero hacer el fic a la rápida, en todo caso me gusto bastante el segundo capítulo pero en el siguiente capítulo vendrán más cosas, se los prometo. Bueno muchas gracias por los reviews!

Agradecimientos:

Anapalll: que bueno que también te haya gustado este fic y bueno ojalá te haya gustado también el segundo capítulo

Kagome-SakuraSaku: bueno aquí estaba el segundo capítulo! ¿verdad que son tiernos? por eso lo hice así, muchas gracias por tu review

Lady-underworldl: Bueno en el siguiente capítulo van a ser adolescentes, es que como para dar a entender que ellos seguían en contacto tuve que poner cuando aún eran pequeños, ojalá te haya gustado el segundo capítulo