Capítulo 4
Perfectos desconocidos
Eran aproximadamente las 11 de la mañana de un día martes, pero no era un día martes cualquiera, al menos no para Kagome, quien este día se iba a vivir a Hokkaido para comenzar sus estudios universitarios.
La chica abrió pesadamente los ojos, el despertador no sonaría dentro de media hora más, pero para que no se le hiciera tarde, decidió levantarse. Se dirigió al baño que estaba junto a su cuarto, se deshizo del pijama y se hundió en la espuma de la bañera, la semana había pasado muy rápido, y tan sólo en unas horas se juntaría con su amiga Sango para irse a Hokkaido. Le dolía tener que dejar a su familia, pero por otra parte, le ilusionaba la idea de ver a Inuyasha.
Luego de unos minutos más, Kagome decidió que ya era hora de salir de la bañera y vestirse, se puso unos jeans, zapatillas (porque sería un viaje largo) un blanco y un blaiser rosado.
Bajó rápidamente las escaleras, definitivamente la casa nueva era mucho más grande que la anterior, se dirigió a la cocina donde todos los Higurashi la esperaban para desayunar.
-¡Buenos días!-saludó animadamente mientras tomaba asiento
-¡Buenos días!-respondieron todos
-¿tienes todo listo?-preguntó Sonomi mientras le ponía el desayuno en frente
-Sí, las maletas están listas mamá
-Bien, el departamento al cual te vas tiene todo lo necesario según me han dicho, pero tu ya sabes que si necesitas comprar algo, usas la tarjeta de crédito
-Sí mamá, no te preocupes-dijo sonriendo
-Bueno, Kagome, me gustaría poder ir a dejarte pero tengo que ir a trabajar-dijo su papá levantándose de la silla- hay mucho que hacer, se encontraron unos cuantos problemillas en la empresa, pero estoy tranquilo porque tu eres una chica madura e inteligente y además no te vas sola-dijo su padre depositando un beso en la frente de ella- Cuídate mucho hija, te voy a extrañar
-Sí papá, tu igual cuídate-dijo abrazándolo
Las 1 de la tarde, parecía ser que ya era hora de partir, fue a su cuarto y bajo las maletas con la ayuda de su hermano. Todos subieron al auto y Sonomi los condujo al aeropuerto donde se encontraba Sango esperándola
-¡Kagome!-decía Sango agitando una de sus manos- vienes retrasada, ya nos tenemos que ir
-Sí, en un segundo
-Bueno hija, no te retrasamos más, cuídate y llama cuando llegues por favor ¿si?-la despidió su madre abrazándola
-Hermana te extrañaré, espero que llames-dijo su hermano menor
-y tu sabes Kagome que cualquier enfermedad me llamas y te mando algún remedio para curar males, de hecho me trajeron uno muy bueno de…
-sí abuelo, lo tendré en cuenta, adiós a todos los extrañaré-se despidió de su familia agitando la mano mientras se perdía en la puerta de embarque
El viaje en minutos no duró mucho, pero para Kagome fue una eternidad, en el avión, Sango le contó que Miroku se iría la semana entrante, ya que tenía que terminar unos asuntos de la universidad de Tokyo para poder trasladarse.
-¡Por fin llegamos! ¿verdad Kagome?-dijo Sango con una gran sonrisa al ver los grandes edificios que adornaban la ciudad- ¿Kagome? ¿amiga?
Kagome se encontraba ensimismada, miraba totalmente asombrado el paisaje, en Tokyo también había edificios grandes, pero Hokkaido tenía algo distinto, y le agradaba
-¿eh? Sí, claro, tenemos que ir a ver el departamento-dijo saliendo de sus pensamientos
-Bueno, creo que olvidamos un pequeño detalle, Hokkaido es bastante grande, espero que no tengamos muchos problemas en encontrar la dirección
-Yo pensé en eso Sango, y mi mamá me consiguió un mapa de bolsillo bastante bueno-le dijo a su amiga sacando un mapa de la cartera- y al parecer, el edificio esta un poco lejos
-ya me lo imaginaba
-pero si quieres podemos tomar un taxi-propuso Kagome
-mm.. no, aunque me canse, prefiero caminar, así aprovechamos de conocer la ciudad ¿no te parece?
-sí, tienes razón
Una hora después, podemos ver a dos chicas caminando con sus maletas (que eran bastante grandes) y con un helado en la otra mano. Una de ellas, la de pelo castaño oscuro, le pregunta a su amiga
-¿estás segura de dónde nos encontramos Kagome?
-¡sí, ya nos queda po… ¡Hey cuidado!-le gritó aun chico que pasaba en patineta rápidamente
-¡Lo siento!-dijo el chico pasando velozmente y haciendo una seña con la mano
-que descuidado, mira, hizo que se me cayera el helado
-Kagome, es natural, estamos en un parque
-sí, pero de todas maneras debería tener un poco más de cuidado con la gente que camina civilizadamente-dijo subiendo el tono de voz por si el chico la escuchaba
-ya, cálmate, será mejor que nos vayamos, ya va a oscurecer
-sí-dijo Kagome abatida-vamos
Cruzaron el parque, en el cual ya iba quedando poca gente, llegaron a una calle con algunas tiendas y se podía ver dos edificios muy lindos y grandes. Kagome observó fijamente el de la derecha, sonrió satisfecha y le dijo a Sango
-¡Ese es, ¡Por fin!-exclamo mientras apuraban el paso
Luego de unos minutos, se encontraban en la puerta de sus respectivos departamentos, el de Sango, estaba frente al de Kagome y por lo que sabían, Miroku se iría a vivir al edificio que estaba frente a ese. Las chicas se separaron ya que querían conocer su departamento.
Kagome abrió la puerta y quedó asombrada, el departamento era simplemente genial, era muy espacioso, al entrar, se podía observar una sala de estar, que estaba adornada por sillones de cuero blancos, una mesita de centro de cristal con un cenicero sobre ella, un gran televisor y un equipo de música de última generación.
A un lado de la sala de estar, había una escalera que dejaba a la vista una especie de segundo piso, en el cual se encontraba una cama de dos plazas, un escritorio en el que se encontraba una laptop , una lámpara, un armario en el cual cabría mucha ropa, ya que había compartimentos para cada cosa, un televisor algo más pequeño que el de la sala de estar y un librero muy lindo y grande.
Junto a lo que sería su habitación, había una puerta, que conducía a uno de los dos baños, el baño era muy grande, al centro de este había un jacuzzi redondo y bastante amplio, que se encontraba implantado en el piso de cerámica, a la derecha, había una bañera y frente a esta, se encontraban muchos muebles puestos unos junto a otros y sobre ellos grandes espejos puestos de la misma forma.
Se dirigió a la cocina que estaba conectada con el comedor, y se dio cuenta que necesitaría comprar cosas para comer si no quería morir de hambre, además necesitaría otras cosas para su uso personal, por lo que dejo su maleta en el segundo piso para luego salir y llamar a la puerta del departamento de Sango
-Sango, iré a comprar algunas cosas a la tienda que está al lado ¿me acompañas?
-Mmm, no, yo iré después, es que estoy guardando mi ropa en el armario
-Está bien, bueno entonces, no vemos
-sí, adiós Kagome, y ve con cuidado, ya es tarde-se despidió ella cerrando la puerta
Kagome entró a la pequeña tienda que había al lado del edificio y cogió las cosas que necesitaría, cuando estaba en caja para pagarlas, su atención se concentró en un chico bastante apuesto que estaba a su lado, llevaba una camisa roja desabrochada arriba, unos jeans y llevaba puesta una gorra. El chico la miró y Kagome se eprcató de que era el mismo chico del parque, aunque sintió como que si ya lo conociera de antes
-¡Hey! Tu eres la chica a la que atropellé hace unos momentos, disculpa, es que iba distraído
-sí, creo que deberías tener más cuidado cuando patinas-dijo Kagome pasándole el dinero a la cajera
-¡feh, ya te pedí una disculpa, si quieres la tomas, de todas maneras a mi no m afecta en nada
-¡Por lo menos podrías ser un poco más cortés no!
-¡ahh! ¡¿la princesa quiere que le lleve las bolsas?-dijo sarcásticamente el chico
-ya que lo dices, a modo de disculpa, aceptaría que me llevases las bolsas, es lo mínimo ¿no crees? Además-dijo bajando la voz- la gente nos está observando
-está bien, como quieras-dijo y tomó las bolsas
Subieron en el ascensor, y al salir de este en el tercer piso, el chico que atropelló a Kagome con su patineta, se manchó el puño de la camisa con aceite
-¡Esto es por tu culpa!-dijo dejando las bolsas frente a la puerta del departamento de Kagome y viéndose la camisa dejando al descubierto su antebrazo, Kagome abrió la boca para regañar y la dejó abierta, ya que no le salían palabras. En el antebrazo del chico, había un brazalete y claramente tenía grabado un nombre
-me… me dejas verlo?-le preguntó perpleja mientras señalaba el brazalete con inseguridad
-¿eh? Esto es privado, no te metas-le reclamó, pero ya era tarde, sin darse cuenta, su antebrazo se encontraba en manos de esa perfecta desconocida.
Kagome soltó el brazo del "desconocido" y ya que no le salían palabras y los ojos se le habían llenado de lágrimas, sólo se abalanzó contra él y lo abrazó
-Pero… que..-dijo el chico ya que Kagome lo había tomado por sorpresa
La chica no sabía que decir, no tenía palabras, simplemente, sentía que se le había olvidado como hablar, mostró su muñeca, y en ella había un brazalete idéntico al del chico en el cual decía Inuyasha
-Ka… Kagome…-dijo estupefacto pero felíz- ¡Kagome por fin!-exclamó correspondiendo el abrazo- ¡no sabes cuanto te extrañé!
-¡Yo también Inuyasha, tenemos mucho de que hablar
-sí, recuperaremos el tiempo perdido
Cualquiera que hubiese seguido a los jóvenes desde la tienda hasta el departamento, pensaría que eran unos locos. Quién diría, que un perfecto desconocido, era en realidad una de las personas a las cuales más quisiste… o quieres.
N.a.: tantan fin del capítulo, ya subiré el quinto, aunque aún me falta escribirlo pero tengo la idea! Muchas gracias por sus reviews!
Agradecimientos:
Kagome-SakuraSaku:
Neishon
o0kyoko0o
Minue
Espero que les haya gustado este capítulo y con respecto a la pregunta que por ahí me hicieron de que si va a aparecer Shippo, si, pero más adelante. Gracias por sus reviews!
