En el capítulo Anterior:

Al terminar la ceremonia, Kagome cogió de la mano a Inuyasha y lo llevó junto a un manzano, tal y como se lo había indicado su padre.

-Inuyasha, necesito que vengas conmigo, es importante, pero primero, prepárate y no me grites ¿si?

Junto al manzano se escuchaba a una pareja susurrando, al parecer no compartían el sentimiento de tristeza y nostalgia de los demás presentes, es más, sus voces se oían felices.

-Amor, te prometo que cuando volvamos a Hokkaido intervendré para que Inuyasha me pida matrimonio- dijo la voz de la mujer

-¿No crees que es muy apresurado Kikyo?

-¡Claro que no Naraku¡además está el bebé, el pobre estúpido aún no se da cuenta… muy pronto estaremos bañados en su dinero Naraku e Inuyasha no podrá hacer nada

-Tienes razón amor, además, con el accidente que provocamos a Higurashi, nos deshicimos de la competencia y le enseñamos a tu prima a no meterse en asuntos ajenos

Los dos rieron maliciosamente dejando a los otros dos jóvenes helados por lo que escuchaban.

Capítulo 11

Bajo La luz de la Luna

Una pareja se encontraba no muy lejos del manzano donde estaban Inuyasha y Kagome

-¿Has visto a Kagome?

-No Sango, ni tampoco a Inuyasha… tal vez están juntos ya sabes…-rió picaronamente

-¿Qué piensas pervertido!-exclamó disgustada

-Nada Sango mi amor-Respondió seriamente

A Sango se le subieron los colores a la cara. Aún no se acostumbraba a que Miroku le dijera así, aunque después de todo, ya eran novios y no tenía nada de malo

Flash Back

-¡Claro y yo soy Christina Aguilera haciendo amistad con Britney Spears¿Por qué no mejor te…?- pero no alcanzó a formular la pregunta, ya que sintió como los labios del chico jugaban con los suyos, de manera involuntaria se dejo llevar y le correspondió.

Siguieron durante unos momentos hasta que les faltó el aire y por obligación tuvieron que separarse. Sango estaba completamente ruborizada y Miroku con la sonrisa más radiante que había esbozado en toda su vida.

-Sango-murmuró bajito sin dejar de sonreír- ¿quieres ser mi novia?

-Miroku yo…

-Di que sí y prometo que seré sólo tuyo Sango, no iré con otras chicas, eso te lo aseguro, porque… yo te amo Sango…- susurró haciendo que la chica sonriera y a modo de respuesta, lo besara suavemente

Fin del Flash Back

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-Ella… ella lo hizo-musitó Kagome con los ojos abiertos por la sorpresa.

Esa arpía había herido el orgullo de Inuyasha, pero lo que más le dolía al chico (sí, aunque ustedes no lo crean no todo es su orgullo) era lo que le habían hecho a Kagome. Eso jamás lo perdonaría.

Seguido por sus impulsos, salió de su escondite y le propinó un fuerte golpe bajo a Naraku dejándolo en el piso, mientras tomaba fuertemente de la muñeca a Kikyo quien estaba aterrada ante la reacción del guapo muchacho

-¡Nunca perdonaré lo que le hiciste a Kagome¡Maldita Perra mal parida!-le gritó con toda su furia tirándola al frío y húmedo césped.

Miroku y Sango escucharon los gritos de Kagome pidiendo ayuda y enseguida llegaron junto a ella.

-¡Es Inuyasha, no sé que le pasa, está como descontrolado

Miroku se interpuso entre Inuyasha y Naraku, quien se había parado para enfrentar al chico.

-¡Paren¡O se matarán!

-¡Miroku¡Este asqueroso ser fue el culpable de la muerte del padre de Kagome, no me vengas con que me debo tranquilizar! este infeliz se merece la muerte y mucho más-dijo con asco

-Así que al pobre Inuyasha le dolió más que su propio orgullo lo que le hice al padre de esta mocosa

-¡No le digas así a Kagome maldito!

Lo siguiente que pasó fue muy confuso. Sango en cuanto llegó llamó a la policía, quienes llegaron en el momento preciso en que Naraku apuntaba con una pistola a Kagome e Inuyasha se interponía.

-Maté a tu padre, no me será difícil matarte a ti mal…

Pero no alcanzó a terminar ya que uno de los policías lo noqueó y le quitó el arma rápidamente, esposó a Naraku quien yacía inconsciente.

-Señorita, usted está arrestada por complicidad en el asesinato de Genichi Higurashi- dijo uno levantando a Kikyo del suelo para esposarla, pero ella fue más rápida y sacó un arma disparando a la persona que más odiaba

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Abrió los ojos lentamente, trató de reconocer el lugar, pero la oscuridad de la noche no ayudaba mucho, y por más que se esforzó, no logró saber donde se encontraba. De repente, se percató de muchas cosas al mismo tiempo, sentía un leve dolor en el brazo, trató de moverlo, pero no pudo, y sólo sintió el frío de unos cables que rozaron su piel, su cara tenía algo, lo sentía, miró y vio que una mascarilla de oxígeno le cubría la mayor parte del rostro, pudo sentir un vendaje cubriendo su torso, y lo último, pero lo más agradable, fue darse cuenta de que alguien le apretaba la mano, y ese alguien, no era nada mas ni nada menos que Inuyasha.

Kagome trató de hablar pero la mascarilla se lo impedía. Como pudo apretó la mano de Inuyasha, quien tenía el sueño liviano ya que estaba alerta a cualquier reacción de la chica. El muchacho despertó inmediatamente, prendió la luz de la mesita de noche de la habitación y observó que Kagome le sonreía. Inuyasha no cabía en sí de felicidad, llamó a las enfermeras, quienes entraron apresuradamente en la habitación segundos después.

Le pidieron al chico que saliera, a lo que hizo caso no sin antes unos cuantos insultos y regaños provocando que Kagome riera.

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-¡Señora Higurashi¡Kagome a despertado!- exclamó a la señora Higurahsi desde su móvil sin importarle que fueran las 3 de la mañana

-¿De verdad Inuyasha!- Por primera vez desde que su marido murió, sonrió sinceramente… Su hija había despertado.

Inuyasha había sido tan bueno, no se despegó ni un minuto de Kagome, era tanta su preocupación y angustia por el estado de la chica que la Señora Higurahsi lo llevaba literalmente " a la rastra" a comer algo a la cafetería del piso de abajo.

-¡Sí¡me sonrió!-dijo riendo- ¿vendrán a verla verdad?

-Claro que iremos hijo, en este mismo instante iré a despertar a Sota

-Bien, entonces nos vemos Señora Higurashi

-Sí Inuyasha, adiós.

El muchacho guardó su móvil en uno de los bolsillos de la chaqueta y comenzó a dar vueltas fuera de la sala.

Media hora después, llegó la señora Higurashi con un somnoliento pero sonriente Sota. Inuyasha se paró de donde estaba sentado y les sonrió, Sonomi abrazó al chico

-Inuyasha, muchas gracias por todo hijo

-No tiene por qué agradecer Señora, Kagome es muy importante para mí y haría lo que sea por que ella esté bien-dijo al momento de que una enfermera salía de la habitación.

-¿Usted es la madre de la Señorita Higurashi?-preguntó dirigiéndose a Sonomi

-Sí, yo soy.

-Le tenemos muy buenas noticias-dijo sonriendo- La señorita se encuentra en perfecto estado. Hoy le daremos el alta. En este momento está durmiendo, creo que lo mejor será que se marchen a sus casas y vuelvan por la mañana, ella está exhausta.

-¿puedo… puedo pasar a despedirme?-preguntó Inuyasha

-Claro-volvió a sonreír la enfermera conmovida por el chico. Lo había visto día tras día encerrado en aquella habitación tomando la mano de la chica y susurrándole todo lo que pasaba, incluso lo vió un par de veces llorando

Flash Back

Era el segundo día de Kagome en el hospital. La chica de cabellos azabaches se encontraba tendida inerte sobre la cama en el abismo de la vida y la muerte. Desde el día anterior estaba inconsciente, y sólo se mantenía con vida gracias a las máquinas. Una bala le había atravesado un costado, dejándola gravemente herida.

Afuera de la sala había un chico peleando por entrar a la habitación.

-¡Les dije que me dejen entrar¡El doctor encargado del caso es mi hermano!

-lo sabemos jovencito, nos lo ha dicho varias veces, pero entienda que el estado de la Señorita Higurashi es demasiado delicado

-¡Lo sé y es por eso que NECESITO entrar a verla!

-Inuyasha-intervino Sonomi- será mejor que te vayas a tu casa, cualquier cosa yo te aviso ¿si?

-¡No¡No lo haré¡Y no me moverán de aquí, lo siento!-gritó deshaciéndose de las enfermeras y entrando fugazmente en la habitación

Las enfermeras lo iban a seguir pero la Señora Higurashi las detuvo.

-Déjenlo por favor-suplicó- no va a descansar hasta estar con ella. Sé que con él a su lado no le pasará nada malo a mi hija

-Pero Señora…-murmuró una de las enfermeras

-es de confianza no se preocupen, él la ama más que a su propia vida, y con eso basta para confiar en que no le hará nada

-Sí.

Dentro de la Sala…

Inuyasha sacó una silla y la puso junto a la cama de Kagome. Le dolía ver a la chica conectada a tantos cables, pero sabía que sin ellos su pequeña no sobreviviría

-Pequeña, te juro que me quedaré aquí contigo hasta que despiertes-le susurraba mientras tomaba una de las manos de la chica entre las suyas y una lágrima se escapaba- ¿sabes que querían, que no entrara a verte, pero ¿sabes? Es imposible Kagome, nada ni nadie nos va a separar, te lo prometo.

Pasaron unos minutos en que el chico a duras penas aguantaba las lágrimas, no podía evitar pensar lo peor, aunque lo único que quería era que la jovencita de ojos chocolate despertara y lo llamara por su nombre.

-Kagome, prométeme que no me dejarás ¿me lo prometes?-dijo con la voz quebrada mientras las lágrimas tomaban posesión de sus ojos miel y su rostro.

Una de las enfermeras entró en la habitación y le dio al chico un vaso de agua.

-Tome, beba-dijo alcanzándole el vaso

-Gra… gracias-agradeció secándose las lágrimas para que no lo descubrieran llorando- ella… ella ¿vivirá cierto?

-No lo sabemos señor, pero eso esperamos-dijo saliendo de la sala

Fin del Flash Back

Inuyasha entró sigilosamente a la sala. Los cables a los que hace unos momentos estaba conectada la chica, habían desaparecido, ella se encontraba durmiendo con una pequeña sonrisa en su rostro ahora pálido.

Kikyo estaba en la cárcel junto con Naraku. El accidente de Genichi y el casi asesinato de su hija, aparecían en todos los noticiarios cada noche. Por el momento, nadie sabía cuanto tiempo estarían tras las rejas. Ya que además de asesinato se les acusó de narcotráfico y estafa.

El chico se paró junta a la jovencita y la observó durante algunos segundos, y luego de un momento de lucha interna, se agachó y la besó en los labios. Su pequeña ni se inmutó, al parecer estaba en un profundo sueño. Pensó para sí que era lo mejor, ya que tenía que darle una sorpresa.

Luego de una última mirada salió de la sala y se despidió de la Señora Higurashi y Sota para encaminarse al departamento que arrendaba con sus amigos mientras estaba en Tokyo. Manejó hasta llegar al lugar. Eran las 4 a.m. y por primera vez en días, pudo conciliar el sueño

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-Dejémoslo dormir amor

-Pero Miroku, él debería estar con Kagome

-Sango… entra en razón, el pobre debe estar cansado.

-Sí creo que tienes razón pero… ¡AY!-gritó al mismo tiempo que bofeteaba al chico- ¡Cuando aprenderás a controlar tu maldita mano!

-Sango preciosa no te enojes…

Inuyasha se incorporó rápidamente en la cama, se había despertado con el grito de Sango

-Lo siento Inuyasha- se disculpó la chica con una gotita en la cabeza

-¡No te preocupes Sango!- Dijo sonriendo mientras la pareja lo miraba con cara de "¿qué le pasa?"- No estoy enfermo si es eso lo que piensan¡Kagome se recuperó, Hoy le dan el alta

-¡Tenemos que ir a verla enseguida!- saltó Sango

-Por supuesto Inuyasha, ve a desayunar y nos vamos en seguida

-No, claro que no, nos vamos ahora

-No seas bobo Inuyasha-intervino Sango- no has comido bien en días, a Kagome no gustaría que te enfermaras por estarla cuidando y lo sabes.

-¡Pero si no tengo hambre!-exclamó, pero su estómago le jugó una mala pasada y sonó estruendosamente.

-Miroku, tenemos a un niño pequeño aquí¿tienes listo el desayuno?

-¡Casi listo amor!-respondió el chico guiñándole el ojo a su novia mientras servía el café y sacaba las tostadas.

-Siéntate-le dijo Sango a Inuyasha empujándolo hacia una silla.

-grgrgr, está bien-aceptó de mala gana.

Engulló todo rápidamente y salieron del departamento. Inuyasha manejó más rápido de lo que acostumbraba y se pasaron unos cuantos semáforos en rojo, llegaron en un santiamén al edificio y entraron escandalizando a algunas enfermeras por la rapidez con la que iban por los pasillos del hospital.

Llegaron al piso en que se encontraba la chica y vieron salir de la habitación a Sonomi, Kaede y Sota quienes se despidieron con una sonrisa de los jovencitos.

Al chico le pareció una eternidad los 10 minutos que Sango y Miroku estuvieron adentro, pero cuando sus amigos salieron, los dejó a cargo de Sota y entró algo impaciente.

Observó a la chica que estaba sentada en la cama mirando hacia la ventana, ya no habían cables conectados a su frágil cuerpo. Kagome no se percató de la presencia del chico, por lo que este aprovechó la oportunidad para abrazarla por la espalda provocando que la chica se sobresaltara

-¡Inuyasha¡Me diste un buen susto!-sonrió

-Lo siento, es que no pude evitarlo… ¿tienes todo listo para irte Kagome?-preguntó

-Sí, vamos-dijo bajando de la cama y tomándolo de la mano haciendo que el chico se sonrojara por el suave y agradable contacto.

Los 4 amigos salieron del hospital animadamente, llegaron al departamento de Inuyasha donde este pudo tener un momento a solas con Kagome ya que la "armoniosa parejita" xD salía a comprar.

-Pequeña- dijo con ternura en la voz- Creo que es hora de cumplir la promesa… ¿te… te gustaría ir a Hiroshima conmigo?

-¡Por supuesto¡Y podemos llevar a Sango y Miroku y…

-No, sólo los dos Kagome, por favor-dijo suplicante

-Está bien, si así lo quieres- sonrió besándolo en la mejilla- ¿y cuando vamos?

-En exactamente media hora, así que prepara tu maleta porque nos vamos por 2 días

-¡En 10 minutos estoy lista, pero debo ir a mi casa

-No enana, no te preocupes, tus cosas están aquí-rió

-¡Maldito ogro fanfarrón!

-Ya, ve a preparar esa maleta

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-¿Con que Inuyasha se va con Kagome por dos días? Vaya, se lo tenía bien guardado- sonrió con una mirada que reflejaba a leguas las "cosas" que estaba pensando

-¡No seas tan pervertido Miroku, es por una vieja promesa que hicieron

-¿No crees que nosotros nos deberíamos dar unas pequeñas vacaciones como esas Sanguito mi amor?-preguntó sin prestar atención

¡Plaf!

-Para que aprendas a comportarte Miroku-dijo Sango marchándose indignada

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-¿Estás lista?-preguntó impaciente

-Sí-dijo haciendo esfuerzos sobrenaturales para que la maleta cerrara

-¡Mujer pero si solo nos vamos por dos días!

-Uno nunca sabe Inuyasha¿y si llueve?-bromeó haciendo que el chico riera

-Dame eso-dijo recibiendo la pesada maleta- ¿Nos vamos?

-Sí-sonrió la chica.

El viaje fue bastante ameno. Escucharon música y cantaron las canciones que se sabían. Cuando llegaron a su destino, estacionaron el auto en el mismo hotel en el que habían estado cuando pequeños.

Llegaron a la recepción donde un joven los atendió cortésmente.

-Buenas tardes, bienvenidos al hotel¿tienen reservas?

-Sí, la habitación 202 por favor

-¿Señor Inuyasha no?

-El mismo

-Sus llaves-dijo alcanzándole las llaves de la habitación mientras un joven llevaba sus maletas a la habitación.

Subieron y al entrar a la pieza se llevaron una sorpresa

-¡No puede ser¡Yo pedí la habitación que ocupamos cuando vinimos!

-Inu… esta es la habitación que ocupamos… es sólo que tiene… unas pequeñas modificaciones- dijo con una gotita en la cabeza

-En ningún momento me lo dijeron

La habitación ya no tenía una separación, ni tampoco habían 3 camas, al centro, había una mesita de vidrio con algunos cómodos sillones a su alrededor y un poco más allá una puerta abierta que dejaba ver una sola cama de dos plazas.

-Bueno, creo que tendré que dormir en el sillón-se resignó Inuyasha

-¡No, quiero decir… o sea… que puedes dormir conmigo si quieres- sugirió Kagome más roja que un tomate

-¿no te incomoda?

-No-sonrió-después de todo no sería la primera vez

Salieron nuevamente del hotel y se dirigieron a la playa. La tarde estaba acabando y los matices del atardecer comenzaban a hacer su aparición en el cielo. Inuyasha y Kagome se sentaron en la arena abrazados, pero el chico se separó un poco de ella para poder hablarle bien.

-Kagome… Yo te quiero pedir disculpas por todo… por haber desconfiado de ti cuando me dijiste lo de Kikyo y…

-No te preocupes Inuyasha-interrumpió Kagome- creo que al principió me enfadé, pero bueno, lo terminé aceptando porque tu la querías mucho ¿verdad?

-Yo… no Kagome, sólo me confundí, sobre todo al pensar que tenía un hijo mío… y créeme que me hice ilusiones de cómo sería tener a un pequeñito

-Inuyasha… yo lo siento- sin saber cómo, su mirada se había posado en los labios del chico y viceversa. Inuyasha acarició la tersa piel del rostro de su pequeña y lentamente fue acortando la distancia que los unía, haciendo que por fin sus labios se juntaran en un corto pero tierno beso.

-Kagome yo… quería saber si… ¿tqressrminovia?

-¿Qué? No te entendí nada Inu

-que si… que si… ¿quieres ser mi novia?-preguntó sonrojado

A modo de respuesta la chica se le tiró encima y lo besó

-Toma-dijo Inuyasha cuando cortaron el beso entregándole el brazalete

-No-sonrió la chica- quédate con él, así siempre estaremos juntos

-Para siempre mi pequeña… te amo

-Yo igual te amo Inu- sonrió nuevamente. Era la chica más felíz del mundo.

Los jugueteos y los besos dieron paso a una fría noche, lo que hizo que se devolvieran al hotel. Subieron a su habitación e Inuyasha se tendió sobre la cama, Kagome que iba entrando, tropezó con una maleta que estaba a unos centímetros de la cama provocando que la chica perdiera el equilibro y cayera sobre su novio, con lo que el chico no se resistió la tentación de besarla y dejar que sus cuerpos se transformaran en uno solo bajo la luz de la luna.

N.a.: Disculpen, no quise hacer una escena de lemon, porque primero, soy pésima para escribir eso XD y segundo porque así lo pueden leer todos D

Los primeros rayos del sol les daban en la cara, se separaron del abrazo que los tenía unidos y se desperezaron.

-Buenos días pequeña-saludó con una sonrisa llena de amor

-Buenos días Inu-respondió besándolo suavemente en los labios.

Se vistieron y bajaron a desayunar. Era un día hermoso y aprovecharían lo que les quedaba de tiempo. Fueron a la playa que estaba cerca, se sacaron la ropa (estaban con traje de baño así que no piensen mal xD) y se sentaron en sus respectivas toallas abrazados, observaron como una pareja de niños pequeños de no más de 7 años jugaban entusiasmados haciendo un castillo de arena, el pequeño, le tiró arena a la niña, quien se enojó y lo comenzó a perseguir por toda la playa.

-Creo que se parecen a nostros-rió Kagome

-Más a ti, mira la cara de bruja que pone esa pequeña¡es igual a la tuya cuando te enojas!-bromeó el chico

-¡Si que me haces enojar Inuyasha!-exclamó empujándolo

-¿viste? Jajaja, algún día te tomaré una foto

-ja, que gracioso Inu-dijo mirándolo con cara asesina para luego agregar un comentario que hizo que Inuyasha frunciera el ceño- ¡Oh¡Vaya mira a ese chico¡Que brazos¡Que músculos!

-grgr-gruñía enfadado- ¡Feh¡Soy mil veces mejor que el!

-¿ah si¿y quién lo dice?-preguntó desafiante

-Pues tus ojos querida-respondió de la misma manera acercándose lentamente a los labios de la chica para besarla dulcemente

-¡No es justo¡Si sigues haciendo eso siempre ganarás!-exclamó haciendo pucheros

-Entonces tengo una gran ventaja-rió robándole otro beso y abrazándola

-Te amo Inu-sonrió la chica al sentirse rodeada por esos fuertes brazos

-yo igual Kagome

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-¿Y cómo les fue en el viaje hijo?-preguntó Sonomi con una sonrisita a Inuyasha cuando este le ayudaba a poner en orden los libros

-Eh… yo… si… bien-sonrió nerviosamente, después de todo, era imposible no acordarse de la noche que pasó con la chica con esa pregunta

-¿Ya son novios verdad?

-Sí-respondió un poco más seguro

-Bueno, entonces ¡mis felicitaciones hijo!-exclamó abrazando al chico

-Gra…gracias-tartamudeó nervioso

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-¿Qué!-saltó la chica

-¡Shh!-la calló la otra- Miroku puede estar en cualquier lado y si escucha… uf, no me quiero ni imaginar

-Pero… pero… ¿de verdad lo… lo hicieron?-preguntó bajito haciendo que su amiga se sonrojara y desviara la mirada

-Sí… ¡Ay Sango pero qué pena hablar de esto!

-No no, tu me tienes que contar todo Kagome¡Todo!

-¿Todo de qué cariño?-preguntó una voz de hombre tras ellas

-Miroku, jeje-rió nerviosamente Sango con una gotita en la cabeza- es que… todo de que… em… ¡de cómo se siente estar al borde de la muerte!-mintió y Kagome puso una cara de… "que poca sutileza, gracias"

-Ah¿no sería de cómo lo pasaste con Inuyasha Kagome?

-¡Eso a ti no te incumbe!-respondió una cuarta voz con fastidio. Era Inuyasha apoyado en el marco de la puerta y con una cara de querer matar a Miroku- Chicos, nos vamos hoy

-Inu, tú y tus viajes improvisados ¿verdad?-rió su novia

-¡Pero es que mañana tenemos clases enana!

-¡Te he dicho que no me llames enana, cíclope¡Además tengo bastante claro que debemos regresar!

-¿Aprendiste a leer el calendario?

-Lo sabía de antes cariño, si quieres te ayudo a descifrar sus difíciles códigos

-¿Sango amor, vamos a dar un paseo?-preguntó Miroku al ver que sus amigos comenzaban una de sus tan conocidas discusiones

-Sí jeje, es lo mejor-respondió tomándolo de la mano y saliendo con él

-Te has puesto bastante altanera cariño-le susurró al mismo tiempo que la tomaba de la cintura haciendo que la chica se sonrojara

-Y tú muy atrevido Inu-sonrió

-No lo puedo evitar estando así contigo-le susurró en el oído para luego besarle el cuello

-¡Inuyasha¡No hagas eso!-lo reprochó

-¿Qué no te gusta?-preguntó entre beso y beso

-No es eso amor, pero es que ¿y si mi mamá nos ve?

-Tu mamá ya lo sabe Kagome-respondió más serio

-¿Qué¡¿Pero Cómo!

-¿No querías que supiera?-preguntó mirándola a los ojos

-No es eso Inu… es que no sé como se lo tomará

-Bueno, pues bastante bien, incluso me felicitó

-Queridos¿pero qué era todo ese esc…?- pero Kaede se interrumpió al verlos así de juntos, se aclaró la garganta y sonrió- ejem, creo que mejor me iré a cuidar las plantas del invernadero.

Inuyasha estalló en una carcajada cuando la anciana se fue

-¡No te rías Inu!-dijo golpeándolo suave- iré a ordenar mi maleta ¿si?

-No te tardes-le dijo besándola levemente en los labios

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Kagome subía las escaleras tarareando una canción y fue interrumpida por Sonomi, quien al ver a su hija tan alegre, sonrió

-Debes quererlo mucho Kagome-comentó su madre haciendo que se le subieran los colores a la cara

-S.. Sí mamá, yo lo amo

-Y el también hija, créeme. Tuve una pequeña conversación con él-le guiñó un ojo- ¿Cuándo se piensan ir?

-Hoy mamá, a Inuyasha le dieron las ganas de viajar de la nada, además mañana tenemos clases y no es bueno que perdamos mucha

-Te extrañaré mi princesita-dijo abrazándola

-Yo igual mamá-sonrió correspondiéndole el abrazo

N.a.: si lo sé, muy corto para tanta espera, pero es que mi hermano estaba trabajando en su tesis y no me pasaba el computador casi jeje, ojala les haya gustado, ya lo quiero terminar

Reviews!

aYuRiTa: jajaja no eres un fracaso, me gusta responder los reviews xD. Aquí ya casi termina, el siguiente cap. Es el final

Xhela: Bueno jeje, creo que Kikyo recibió su castigo por todo, ojala te haya gustado este cap. También

InuAome: jajaja, pues bueno la sorpresa ya ni me acuerdo que era, es que como no había escrito en harto tiempo… pero toma como sorpresa este capítulo jeje

Anapana111: sisisi! Por fin se lo dijeron!. Aunque este no es el último capítulo

Neishon: jajaja, parece que no sólo Miroku es un bribón ahora eh? Jajaja

SerenaTsukinoChiba: mm no puse lemon porque bueno las razones las di en el fic, pero romance si hay. Bueno y esos dos idiotas se tenían bien merecida la cárcel

Angelx310: Uy este no está muy largo, pero es que ya lo quería subir luego xD, y si, creo que es demasiado bueno para ser cierto este Inuyasha

Aiko-1993: Bueno, además de darse cuenta de lo p que es Kikyo, a esa p se le dio su merecido no?