Disclaimer: Lamentablemente no soy Masashi Kishimoto y Naruto ni todos sus personajes me pertenecen, de lo ocntrario no estaría aquí escribiendo fics.

Notas de la autora: Como siempre, el precioso arte de este capítulo lo hizo Andrecatt45. Como siempre, los arts van a estar subidos en el Instagram de Andrecatt45 y en un álbum de Facebook en mi fanpage.

Nota 2: Tengo que confesar algo, y es que este fic se va desarrollando semana con semana, y a pesar de que tenga la estructura base, hay algunas cosas que sé que deben suceder, pero no sé cómo ni por qué, así que debo agradecer a Andrecatt45 por haber dibujado a Sasuke con su pañoleta azul, porque entre estar pensando en cómo solucionar algunas cosas, de pronto ese trocito de tela se convirtió en algo muy importante.

Las luces del amor

Capítulo 3: La pañoleta azul.

—¿Pero qué carajos hiciste?

—Lo siento, lo siento mucho ¿Va a estar bien?

A Sasuke las voces le llegaban lejanas y borrosas. No reconocía a los que hablaban, y a pesar de que el miedo lo invadía, no podía moverse, tampoco podía ver, no sabía si tenía los ojos cerrados o si se encontraba bajo el manto de la noche.

—Esperemos que así sea… ¿En qué estabas pensando…

Sasuke no pudo seguir soportando y nuevamente cayó en la inconsciencia.

Abrió los ojos negros de manera abrupta y se incorporó con rapidez. ¿Qué había sucedido? La cabeza le palpitaba de manera dolorosa. Llevó su mano derecha hacia su cabeza y notó que estaba envuelta por una especie de vendaje que se sentía un tanto rústico.

—¿Estás bien?

Esa voz… Esa maldita voz. Reconoció al que le dirigió la palabra y recordó lo que había sucedido antes de quedar inconsciente. Llevó su mano hacia su cuello como buscando algo y tras no encontrarlo, se puso furioso.

—¿Qué le hiciste a mi pañoleta? —No esperó una respuesta y se lanzó a atacar al mocoso que tenía en frente.

Naruto no tuvo tiempo de pensar y logró esquivar el primer golpe con facilidad, sin embargo, la culpa lo carcomía y lo desconcentraba, así que recibió el segundo puño con su mejilla izquierda.

Ambos cayeron al suelo, Naruto primero y sobre él, Sasuke, que no dejaba de soltar golpes a diestra y siniestra.

—Responde Naruto, ¿dónde está mi pañoleta?

Naruto trataba de protegerse de los golpes interponiendo sus brazos entre su cara y Sasuke, después de todo, la culpa no lo dejaba responder ante la golpiza.

—¡No sé de lo que hablas!

—¡Devuélveme mi pañoleta!

Una fuerza dentro de Naruto surgió de manera inesperada haciendo que la culpa desapareciese y respondió a los golpes de Sasuke.

—¡NO SÉ DE QUÉ MIERDAS HABLAS!

Los golpes, tanto de Naruto como de parte de Sasuke se intensificaron haciéndose mucho daño mutuamente. Rodaron por el piso soltando golpes con los puños, los antebrazos e incluso con los codos. Claramente se trataba de una pelea real. Querían lastimarse seriamente.

Kakashi y los demás llegaron al salón principal gracias a los gritos que ambos muchachos proferían, y trataron de separarlos para que dejasen de pelear. Kakashi y Gaara se encargaron de retener a Sasuke mientras que Neji, Sai y Kiba se encargaron de alejar a Naruto.

—¿Qué sucede? —Kakashi miró a Naruto de manera amenazante.

—Que tu protegido es un ladrón, eso sucede.

—Y lo dice el que anoche trataba de irse con NUESTRAS provisiones.

—¡Se calman los dos! —Kakashi sin gritar pero manteniendo firmeza en su voz, logró apaciguar la pelea. —Separenlos a ambos y luego, cuando se calmen, vamos a hablar de lo que sucedió ¿entendido?

Los chicos asintieron mientras acataban la orden del mayor sabiendo con exactitud lo que debían hacer y en cuanto la adrenalina bajó, Sasuke nuevamente se desplomó.

—Profesor Kakashi.. —Gaara logró detener la caída del muchacho.

—Aún está débil. Recuerden que ha comido muy poco y el golpe no ha sanado. —Kakashi miró en dirección a Naruto al momento de decir esto último.

—Ya suéltenme- —El joven se sacudió para sacarse de encima a sus compañeros y se dirigió hacia la parte posterior del pasillo central.

—Naruto, recuerda que después del almuerzo deberemos tener una "conciliación" —Kakashi alzó la voz para que el rubio lo escuchase. —Gaara, ¿podrías vigilarlo?

El pelirrojo asintió.

Naruto salió por una grieta de una de las ventanas para llegar hacia un pequeño patio trasero que habían logrado adecuar para hacer el pequeño huerto que los proveía de vegetales y se sentó en una esquina. Miró hacia arriba recordando el arduo trabajo que había hecho junto a sus compañeros.

El patio era extenso en ancho pero no tanto a lo largo, así que habían logrado recolectar el material suficiente para tapar el lugar por completo con algunas maderas y pedazos de eternit que ataron con los conocimientos de Shikamaru y la habilidad física de Naruto, Kakashi y Neji. Luego taparon el techo con escombros varios para tapar el trabajo, dejando algunos agujeros para dejar pasar iluminación a las parcelas que había hecho Gaara. Fue una suerte tremenda haber encontrado a un chico scout y a un joven que amaba las plantas.

Naruto respiró de manera profunda tratando de calmarse, sabía que no era lo más sensato dejarse llevar por peleas inútiles, eso solamente ponía en riesgo el refugio, que era precisamente lo que trataba de evitar cuando trataba de detener a Sasuke esa madrugada. Debía proteger el lugar que tanto trabajo les había costado armar. El lugar que tanto amaba…

—¿Te sientes mejor? —La voz de Gaara le llegó desde la grieta por la que había salido minutos antes y Naruto asintió. —¿Me ayudas a regar las plantas? hace mucho que no te quedas en el refugio por las mañanas.

—Creo que me hará bien ocuparme de esto, después de todo vamos a tener nuestra primera "conciliación" en meses, y esta vez es mi culpa. —Sonrió de manera un tanto melancólica.

Naruto observó a Gaara mientras le enseñaba la manera correcta de regar los vegetales, sin embargo no le estaba prestando atención a sus palabras. La mente de Naruto se encontraba en la pelea que había mantenido con Sasuke, trataba de darle algún sentido a lo que le había dicho el muchacho, pero por más que pensaba, no lograba llegar a una respuesta.

Gaara seguía dando su explicación, y en un momento determinado sacó una especie de trapo de su bolsillo para secarse el sudor por el trabajo físico. En ese momento, todo tuvo sentido para Naruto, que sin dar explicación alguna, salió corriendo hacia la ventana, trepó con bastante agilidad y salió del refugio. Gaara actuó de inmediato, se había mantenido alerta por el pedido que le hizo Kakashi y siguió a Naruto sin tener la oportunidad de decirle a nadie.

Kiba los vio salir, ya que era el encargado de vigilar la puerta ese día, pero no le dio mucha importancia. Quizás saldrían a buscar algo urgente para los cultivos, después de todo, nunca entendió la manera en la que funcionaban.

Naruto corrió furiosamente hasta llegar al lugar en donde había peleado contra Sasuke esa madrugada ¿cómo fue tan poco observador? recordaba a Sasuke con la cara tapada a medias con una especie de pañuelo azul y cuando llegaron a la guarida, ya no tenía el trozo de tela.

—¿Qué haces? —preguntó Gaara cuando por fin alcanzó a Naruto.

—Ayúdame a buscar un pañuelo o bufanda o algo por el estilo de color azul.

—¿Qué? ¿y eso para qué?

—Tú sólo búscalo.

Gaara empezó a buscar por el suelo mientras seguía el camino que estaba recorriendo Naruto a pesar de no entender nada.

Pasaron varios minutos dando vueltas, buscando entre los escombros, hasta que Naruto gritó con alegría:

—¡Lo encontré! — Alzó el brazo triunfante, agitando en el aire la pañoleta azul de Sasuke.

—¿Tanto alboroto por un pedazo de tela?

—Supongo que es importante para Sasuke. —Miró de cerca la prenda y se maravilló con el color azul que brillaba intensamente con el sol a pesar de estar sucia, además, tampoco pudo ignorar que se sentía demasiado bien al tacto. Un pensamiento empezó a nacer en su mente, pero se vio interrumpido por el sonido casi imperceptible de unos pasos contra el concreto.

—Kisame va a premiarnos por llevarle a este idiota. —Un joven de cabello largo y de un color amarillo vibrante recogido en una coleta se abría paso entre varios individuos que salieron de todos los lugares.

Era demasiado tarde. Los dos muchachos se encontraban rodeados por varios maleantes de la pandilla de Kisame.

—¿Qué te hace creer que esta vez vas a capturarnos, Deidara? — Naruto trató de aparentar calma, sin embargo, se encontraba en exceso nervioso. No había llevado consigo su lanza, además, no veía una apertura por la cual escapar. Tenía que pensar rápido.

—Solo ríndete, quizás así Kisame sea generoso contigo y no te mate, quizás hasta quiera hacer un intercambio… Sus vidas a cambio de las reservas. —Para ese entonces, los pandilleros estaban a escasos pasos de ellos.

Naruto empezó a respirar de manera rápida. Nunca antes en esos cuatro años había estado en un problema tan grande. Decidió arriesgarse. Le daría una oportunidad a Gaara para que pudiese escapar y conseguir ayuda. Se agachó rápidamente y recogió del suelo un manojo de tierra con piedras pequeñas y las lanzó hacia el frente, cegando así a un par de los maleantes, incluído Deidara.

Gaara entendió enseguida el plan de Naruto y aprovechó la ceguera momentánea de sus oponentes para saltar sobre ellos. Corrió sin mirar hacia atrás porque sabía que algunos de ellos estarían persiguiéndolo. Apretó los labios sintiéndose impotente al saber que su amigo se había sacrificado para que él pudiese escapar.

—La vas a pagar muy caro, mocoso de mierda. —Deidara se limpió los ojos y observó a Naruto con superioridad. —¿Creías que te íbamos a dejar ir tan fácilmente?

En efecto, todos habían sido alertados sobre la habilidad de Naruto al momento de escapar, por eso la orden era que si el rubio hacía algún movimiento, por más mínimo que este fuese, se lanzaran sobre él.

—Te dejaré ir, pero promete que no vas a volver aquí. —Kakashi le extendió una pequeña mochila a Sasuke, quién acababa de despertar.

—Lo prometo. —Agarró la mochila sin dejar de mirar hacia el ojo descubierto de Kakashi.

—Alisté algunas provisiones, no es mucho, pero creo que te durarán un par de días.

—¿Por qué?

Kakashi solamente alzó los hombros. Tampoco sabía por qué había decidido confiar en ese joven que apenas había llegado, pero algo le decía que no era una amenaza, sin embargo creyó necesario hacer una última advertencia.

—Si te vemos rondando este lugar, no tendremos más opción que tomarte como prisionero hasta saber tus verdaderas intenciones.

Sasuke asintió y cargó la mochila dispuesto a irse. En ese momento alguien tocó a la puerta obedeciendo el patrón de la contraseña.

Kiba abrió y Gaara entró apresuradamente.

—Tienen a Naruto.

—¿Quienes?

—La pandilla de Kisame.

Kakashi miró de manera amenazante a Sasuke.

—¿Todo fue un plan? dime la verdad —Sasuke negó con la cabeza sin entender del todo lo que estaba sucediendo. —. ¿Qué hacían afuera? pensé que estaban en los sembríos. —Miró a Gaara.

—Naruto salió a buscar… —dudó un poco debido a la situación, pero debía contarles todo lo que había ocurrido. —. Estaba buscando un pañuelo azul… Creo que era tuyo, Sasuke.

Kakashi, al escuchar esto, se enfureció.

—¡Todo es tu culpa! Sabía que no podía confiar en ti. No debimos confiar en ti.

—Créame por favor, no tengo ningún tipo de conexión con ellos —La culpa lo invadió por completo. Naruto había salido a buscar su bien más preciado aunque no tuviera la obligación de hacerlo y por eso se encontraba en graves aprietos por lo que podía intuir al ver los rostros preocupados de los chicos que vivían ahí. —Saldré a buscarlo y lo traeré de vuelta.

—No… eso sí que no. —Kakashi estaba alterado, pero trataba de mantenerse firme. —Tú no vas a salir de aquí hasta que recuperemos a Naruto y nos aseguremos de que lo que dices es verdad. Kiba, Sai y Choji se quedarán aquí vigilando el refugio y a nuestro nuevo prisionero, los demás vendrán conmigo y salvaremos a Naruto. Shikamaru, trae tus explosivos.

Kiba y Sai tomaron a Sasuke de los brazos y lo llevaron hacia una de las antiguas oficinas que contenía una especie de jaulas. Lo encerraron en una de ellas.

Naruto se encontraba recostado en posición fetal en el piso de una habitación oscura y maloliente. Sostenía su estómago con fuerza, tratando de esconder su rostro adolorido en el espacio que creaban sus piernas al estar recogidas contra su pecho. Los golpes que le habían propiciado habían sido lo suficientemente fuertes como para dejarlo en ese estado tan lamentable. Sentía sobre él una infinidad de patitas recorriendo todo su cuerpo e intuyó que posiblemente serían ratas. Debía ponerse de pie y alejarse de ellas. Una mordedura de una de ellas podría ser mortal.

Logró incorporarse hasta quedar sentado y tuvo que reprimir un quejido de dolor. Las ratas al sentir movimiento se alejaron un poco, sin embargo, seguían cerca de Naruto. El joven miró hacia arriba tratando de encontrar alguna manera de escapar y rogó internamente que Gaara hubiera podido escapar y llegar al refugio.

—¿Intentas escapar? —Una voz neutra, como si no tuviese emociones, emergió de la oscuridad. Una antorcha se encendió dejando ver a un muchacho de cabello rojo de no más de 16 años. Naruto lo reconoció.

—Sasori, déjame salir. —A pesar de la dificultad que Naruto presentaba para respirar, trató de hablar con naturalidad.

—No puedo hacerlo…

—Lo suponía…

La conversación que estaban manteniendo tenía un tono tranquilo. Naruto no se sentía en peligro, ya que podía notar que unas rejas lo separaban de su interlocutor, además, no creía que alguien en su sano juicio entrara a ese lugar nauseabundo por su propia voluntad, mientras tanto, tenía que seguir buscando algo para asegurar una escapada exitosa.

—¿Por qué no se rinden y le dan a Kisame lo que quiere? eso sería mucho más fácil.

—¿Eso hiciste tú? ¿traicionaste a tu familia y amigos sólo porque era más fácil?

Sasori movió la cabeza negando y Naruto pudo detectar un dejo de tristeza en la mirada del otro.

—Hubiera querido hacerlo…

¿Por qué Sasori le estaba diciendo esas cosas? Naruto debía aceptar que solamente conocía a algunos integrantes solo por nombre y por cosas que había escuchado de ellos, así que en realidad, no tenía una concepción clara de ninguno de ellos. Por eso le sorprendía tanto que en ese momento, el maleante estuviera sosteniendo ese tipo de conversaciones con él.

—¿Qué tratas de decir?

Sasori miró hacia arriba con una mueca de disconformidad y pareció pensar mucho en su respuesta. Abrió los labios, pero cuando estuvo a punto de articular la primera palabra, se arrepintió.

—Es mejor que lo olvides…

Naruto quiso acotar algo, sin embargo, una serie de explosiones que venían desde arriba, lo interrumpieron.

Kakashi junto a Neji y Lee, llegó hasta uno de los centros de operaciones de la banda de Kisame que era una agrupación de galpones que en la antigüedad funcionaron como la planta de una procesadora de carnes.

Los tres se pararon frente a decenas de personas armadas que custodiaban el lugar día y noche.

—Sabía que no tardarías en venir. ¿Por fin vas a aceptar el trato? —Kisame se abrió paso por entre los guardias acompañado de Deidara quien sonreía triunfante.

Kakashi suspiró pesadamente.

—Básicamente tenemos que pagarte con el sesenta por ciento de nuestras reservas a cambio de que dejes de cazarnos, ¿verdad?

El líder movió la cabeza negativamente mientras reía.

—¿Crees que les voy a dar el mismo trato que a los demás? Kakashi, al parecer no sabes la posición en la que te encuentras.

—Entonces, ¿qué es lo que quieres? —Kakashi tuvo que aguantarse las ganas que tenía de insultarlo, pero debía mantener la calma si quería que las cosas resultaran bien.

—Lo quiero todo: Tus reservas, tu refugio… tus niños. —ante las últimas palabras, Kisame no pudo evitar soltar una carcajada.

Kakashi apretó el puño. Sabía desde un principio que las cosas no serían fáciles, incluso había llegado dispuesto a negociar, pero lo que le pedía era demasiado, literalmente era todo, y eso no lo iba a permitir jamás.

—No acepto tu trato. —dijo Kakashi calmadamente antes de explotar en un grito. —¡PREFERIMOS MORIR!

En ese instante varias explosiones consecutivas empezaron a rodear el lugar.

Las explosiones no se detenían, parecía que estaban atacando la guarida desde todos los flancos.

—¡Maldita sea! —Una especie de desesperación invadió a Sasori. Caminó hacia la puerta de la celda y abrió el cerrojo. —Yo distraeré a los demás, mientras tanto encárgate de escapar.

En ese momento Naruto no pudo pensar demasiado. Debía aprovechar la distracción de las explosiones y la ayuda que estaba recibiendo, así que aguantando todo el dolor que tenía en su cuerpo decidió que lo mejor sería correr tras Sasori, que claramente conocía el camino.

A su paso, se encontraron con varios rufianes, a los cuales sometieron gracias a las habilidades de pelea de Sasori. Naruto se limitaba a esquivar y soltar unos pocos golpes y lograron avanzar lo suficiente como para poder ver una de las entradas traseras del lugar, sin embargo, su alegría duró muy poco al sentir como era capturado por una sombra que se escondía en la oscuridad.

Afuera del recinto empezó una especie de juego en donde Kakashi, Neji y Lee atacaban con las bombas que Shikamaru fabricaba para que nadie pueda acercarse a ellos y al mismo tiempo crear caos. Shikamaru por su parte se encontraba detrás de algunos escombros, atacando con una especie de resortera, haciendo parecer que el ataque era mucho más grande de lo que en verdad era.

—¡AHORA! —Kakashi gritó de súbito y todos se escondieron tras las paredes que antes conformaban el lugar de despacho de productos.

Tenían muy poco tiempo entre crear la distracción y ponerse a salvo antes de que los guardias empezaran a disparar. Kakashi solamente rogaba por que todos estuvieran bien y que tanto Shikamaru como Gaara pudieran cumplir el rol que se les había asignado.

—Cálmate. —Una voz conocida llegó a los oídos de Naruto y dejó de forcejear para calmarse. —Debemos escapar por el techo. Los guardias seguramente habrán vuelto a sus posiciones. —Gaara miró hacia el techo, examinando el terreno.

—Deberían haber diez personas en la puerta trasera, pero pronto serán más.

Gaara bajó la mirada y observó con desconfianza a Sasori.

—¿Qué haces aquí?

—Gaara, no es momento para esto. luego te lo explico, pero está de nuestro lado.

El joven suspiró tratando de calmarse. No le quedaba de otra que confiar.

—Te tendré vigilado.

—No será necesario. Yo voy a distraer a las personas que están abajo mientras ustedes escapan.

—Ven con nosotros. —casi suplicó Naruto al ver que Sasori dejaba el escondite improvisado entre algunas canastas.

—Tengo algo que solucionar primero, si la oferta sigue en pie luego…

—Te estaremos esperando.

Los dos jóvenes hicieron un choque de manos como despedida y Sasori simplemente se alejó corriendo hacia un grupo de personas que llegaban.

—El maldito mocoso abrió la puerta y me atacó, se fue por allá. — Apuntó con su dedo hacia el otro extremo desviando así la atención de los vándalos y dándoles una oportunidad a Gaara y Naruto, quienes empezaron a trepar por una de las vigas de metal que hacían las veces de columnas.

—¡RETIRADA! —gritó Kakashi en cuanto la primera oleada de disparos terminó. Corrieron velozmente hasta encontrarse con otra pared divisoria de las diferentes áreas y se lanzaron al piso para cubrirse de la siguiente ronda. —¿Están bien?

—Estoy bien. —informó Lee.

—¡Hirieron mi pierna! —se lamentó Neji con la respiración agitada y sosteniendo la extremidad para detener el sangrado. —No creo que pueda continuar.

—¡Mierda! no te voy a dejar aquí. No voy a dejar a ninguno de ustedes aquí. —Kakashi descargó la mochila que llevaba y sacó algunas vendas. —Lee, atiende a Neji, yo voy a vigilar y seguir con el ataque. —sacó más explosivos de la mochila de Neji y ocupó su lugar tras la pared.

Tanto Naruto como Gaara lograron llegar hasta el techo y tras arrastrarse por entre los conductos de ventilación lograron salir.

Naruto jadeaba de manera incesante, había gastado las pocas energías que aún conservaba en la labor de escalar hacia el techo. Su cabeza daba vueltas y sentía un frío extraño recorrer su cuerpo. Los ojos se le empezaban a cerrar.

—Aguanta un poco más —Gaara sacó de su mochila una botella de refresco mediana que contenía una especie de polvo azul y le habló. —. Funciona por favor. —Recordaba las palabras de Shikamaru, solamente se trataba de un prototipo que aún no había probado y a pesar de eso, era parte crucial para que el plan funcionara en su totalidad. El pelirrojo abrió la botella, se paró al filo del techo y la lanzó con todas sus fuerzas hacia el piso.

Un humo azul surgió de la botella.

Desde la posición de Shikamaru se alcanzó a ver el humo y en seguida sacó de su mochila una de las bombas más potentes que había creado en todos esos años y haciendo uso de la resortera que había creado con una banda mecánica amarrada a dos árboles, la lanzó hacia la entrada de la guarida.

El humo y la explosión eran la señal de que Gaara había logrado sacar a Naruto y necesitaban una distracción más grande para escapar hacia el bosque detrás de los galpones. En cuanto el humo se alzó Kakashi cargó a Neji en el hombro y junto a Lee, corrieron el último tramo para perderse en el bosque.

Gaara cargó a un Naruto al borde de la inconsciencia y se deslizó por el techo para caer en el lugar destinado para los desperdicios. Naruto se puso en alerta debido al impacto y con las últimas fuerzas que le quedaban, logró correr junto a su amigo para perderse en el bosque.

—Ya deberían haber llegado. —Choji se mecía sentado en el suelo mientras no dejaba de vigilar a un Sasuke que tenía cara de pocos amigos.

—¿Crees que lo lograron? —Kiba mordía una hierba larga. —. Después de todo, el plan se armó en base de las habilidades de cada uno. ¿Qué pasa si alguien resultó herido? todo el plan se vendría abajo.

—No te alteres. Seguramente todo salió bien. —Trató de consolar Sai.

—¿Y por qué no llegan? —Choji sintió deseos de arrebatarle la hierba a Kiba para empezar a morderla él.

—Deben estar escondidos en el bosque. Seguramente Kisame y sus perros falderos siguen buscándolos. —Al parecer, Sai era el que más centrado estaba.

—¿Por qué me miran tanto? —Sasuke explotó de rabia. Encerrado en esa jaula sin poder hacer nada mientras tres imbéciles lo miraban, lo hacía sentir como en un zoológico, siendo él, la atracción principal.

La noche cayó y todavía no había señales del grupo de rescate. Los cuatro individuos empezaban a perder un poco más la esperanza por cada hora que pasaba. Sabían que debían tener la cena lista para cuando llegaran, pero no se atrevían a moverse de sus sitios por miedo a que si lo hacían, muy probablemente llegarían las malas noticias.

Dos golpes lentos, una pausa y tres golpes rápidos.

Los cuatro jóvenes aguantaron la respiración por un segundo. Kiba fue el primero en reaccionar.

—¡Son ellos!

Se levantaron a toda prisa para ir a abrir la puerta dejando a Sasuke solo, quien tuvo ganas de gritar para que lo sacaran de la jaula. Necesitaba ver cómo se encontraban todos, en especial Naruto. Escuchó gritos de emoción que llegaban desde la estancia principal, algunas risas y una conversación que no podía descifrar.

—¿Te utilizaron como saco de boxeo? —se burló Choji tratando de esconder así la alegría que le daba mirar a sus amigos relativamente ilesos.

—Debiste ver como quedaron ellos. —carcajeó Naruto mientras examinaba el lugar.

—¿No vas a decir nada de mi? —Neji alzó la pierna utilizando como punto de apoyo el hombro de Lee.

—Un poco más y hubieras regresado como un queso. —Nadie rio ante la broma de Choji. — ¡Lo digo por los huecos!

—¡Debieron ver a Shikamaru! —Lee empezaba a contar con emoción todo lo que habían tenido que pasar, pero Naruto lo interrumpió.

—Al final ¿Sasuke se fue? —dijo al no ver por ningún lado la cabellera negra y apretó con tristeza algo dentro de su bolsillo derecho.

—Pensamos que estaba con la banda de Kisame, así que lo tomamos como prisionero. —Kakashi por fin habló. —, pero al parecer tú no opinas lo mismo.

Naruto sonrió ante la idea de ver encerrado a Sasuke y con un poco de dificultad caminó hacia el sector que habían destinado para las celdas. En cuanto entró al lugar miró a Sasuke con aires de superioridad y le sonrió de medio lado.

—Esto es tuyo. —Sacó del bolsillo la pañoleta azul y se la entregó.

—¿Y por este pedazo de tela arriesgaste tu vida y la de los demás? —Trató de disimular su alegría, más su voz quebrada y una sonrisa lo delataron.

—Solo no quería que me sigas llamando ladrón. —Naruto decidió que lo mejor sería fingir que no se había dado cuenta de las emociones tan fuertes que asaltaron a Sasuke. —. Solo yo podré llamarte ladrón. ¡Ladrón!

—Deja que me saquen de aquí y no te van a quedar ganas de insultarme, pedazo de imbécil.

—Profesor — susurró Choji expresando preocupación ante la pelea que estaba iniciando.

—No te preocupes… sólo míralos.

—¿Eso quiere decir que no habrá una conciliación?

Naruto y Sasuke podían estar intercambiando insultos, pero Kakashi solamente se concentraba en las amplias sonrisas que los dos portaban y solamente negó con la cabeza para responder la pregunta de Choji. Se alegró por ellos, en especial por el rubio, que hasta la fecha no había querido crear un lazo de amistad profunda con ninguno de sus compañeros a pesar de ser amable y considerado con todos.

Kakashi se acercó hacia la jaula y la abrió.

—Puedes irte en la mañana.

El escándalo proveniente de los dos muchachos murió en ese momento y las sonrisas se desvanecieron.

Silencio…

—Si usted me lo permite… me gustaría quedarme hasta que Naruto sane sus heridas… No me gusta deberle nada a nadie.

Kakashi asintió y las sonrisas nuevamente se dibujaron en los labios de Naruto y Sasuke, quienes optaron por esconder su felicidad.

Continuará.

Mil gracias por llegar hasta aquí. ¿Cómo se la están pasando?, ¿Se esperaban que todo esto sucediese?

Tengo que decir que disfruté muchísimo escribiendo este capítulo porque es la primera vez que tengo que manejar tantos personajes por escena y darles un papel importante para que todo salga bien, además, no suelo escribir acción, ni peleas, tampoco explosions ni nada por ele stilo, así que fue un reto bastante grande para mi. Incluso tuve que hacer un diagrama todo cutre para poder guiarme acerca de la posición en la que estaban todos.

Nos vemos la siguiente semana con un nuevo capítulo.