Disclaimer: Naruto y todos sus personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto, yo solamente soy una ficker imaginando el fin del mundo.
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Notas de la autora: Lamento no haber actualizado en más de un mes, pero en diciembre tengo muchos cumpleaños además de las fiestas familiares, pero también, deben saber que enero no fue un mes fácil para mí. Entre que me enfermé del maldito bicho y quedé dos semanas imposibilitada de hacer nada, aparte que hubo un robo en mi trabajo que hizo tambalear mi estabilidad emocional y laboral, simplemente no me quedaron energías de hacer nada. En fin, que les traigo el capítulo 4 de esta historia que cada vez se va expandiendo más y más.
Agradecimientos: A Andrecat_45 por hacer la hermosa ilustración de este capítulo. Me encantan las expresiones de Naruto y Sasuke, además de esa complicidad que van forjando con el pasar de los días. No olviden seguirla en Instagram con el mismo nombre por si quieren ver más trabajos de ella.
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Las luces del amor
Capítulo 4: Un poco del pasado.
Varios días pasaron y tanto Naruto como Sasuke estaban mucho más recuperados. Al rubio ya no le costaba tanto hacer ciertos movimientos y definitivamente la hinchazón en su rostro y los moretones se hacían cada vez menos visibles. Por otro lado, Sasuke ya no se encontraba débil, la comida que le brindaban en el refugio había sido más que suficiente para recuperar sus fuerzas. A pesar de estar ambos en un mejor estado, Sasuke no se marchó. Al principio trataba de inventar una excusa diaria por la cual todavía no podía irse, pero con el pasar del tiempo, fue dejando atrás los pretextos.
Sasuke poco a poco empezaba a participar en las actividades dentro del refugio. Solía regar los cultivos junto a Gaara o preparaba la comida, que básicamente se trataba de mezclar el contenido de una lata de conservas con los vegetales que cultivaban, o en su defecto, preparar alguna sopa de verduras. Disfrutaba también de los torneos de lucha que se organizaban cada siete días, esto con el fin de mejorar en sus habilidades de combate para poder enfrentarse a los maleantes, y a pesar de que se divertía mucho incluso haciendo labores pesadas, su parte favorita era estar junto a Naruto. No importaba realmente lo que estuvieran haciendo, bien podrían estar explorando la ciudad en busca de cualquier cosa que pudiera serles de utilidad o sencillamente jugando en sus tiempos libres.
Naruto por su parte, había dejado de salir del refugio a diario. Antes de la llegada de Sasuke, parecía que el rubio estaba buscando algo desesperadamente, pero después esas ansias se fueron calmando, como si aquello que tanto había estado buscando, hubiera aparecido como por arte de magia.
Quizás así hubiese sido…
Esa mañana les tocaba salir a explorar a los dos muchachos, quienes despertaron antes de que el sol saliese y empezaron a alistarse para una nueva aventura. Naruto se vistió con un conjunto de color anaranjado que era el que usualmente utilizaba, no era como si pudiese elegir un nuevo atuendo por día. Sasuke se amarró al cuello la pañoleta azul que Naruto había recuperado a cambio de una paliza. Los dos cargaron sus maletas y armas dispuestos a salir. Recibieron algunas instrucciones de parte de Kakashi y salieron con los primeros rayos de sol.
Se alejaron del refugio casi reptando entre los escombros hasta encontrarse a una distancia considerable del lugar al que llamaban hogar, y después empezaron a correr mientras se escondían tras los muros carcomidos de las casas que apenas se sostenían en pie.
Cuando creyeron estar en un lugar seguro, Naruto empezó a hablar.
—¿Será tan difícil de atrapar a una gallina?
—¿Y para qué quieres una gallina? —Sasuke detuvo su andar y respondió con un poco de burla, aunque no podía negar que le encantaba escuchar las divagaciones de su nuevo amigo.
—Piensa un poco. Si podemos tener una gallina, podemos tener nuestra propia fábrica de pollitos. —Naruto también dejó de caminar y regresó los pocos pasos que había adelantado a Sasuke.
—En verdad muchas veces me sorprende que Kakashi te tenga como uno de los más inteligentes. Obviamente no sabes nada.
—¿Y me vas a decir que tú eres un experto?
Sasuke estuvo a punto de contestarle a Naruto, sin embargo, decidió callar. No estaba preparado para decirle muchas cosas que implicaban su pasado, su familia y muchas otras cosas más.
—Olvídalo.
El rubio entendió perfectamente que no debía seguir preguntando dadas las expresiones del otro y se sumió nuevamente en el silencio.
—Hay algo que aún no entiendo. —Sasuke decidió cambiar el tema, después de todo, quería seguir hablando.
—¿Qué cosa?
—¿Por qué seguimos explorando la ciudad? Es obvio que en las tiendas ya no queda nada y peor aún en las casas.
—Te equivocas. Hay muchas cosas que podemos encontrar en todos lados. Es muy raro que la gente se quede en un solo lugar y cambian de refugio en cuanto son descubiertos por las pandillas. Muchas veces se dejan cosas que podemos darles un mejor uso. Te sorprenderías al saber lo que hemos encontrado.
—Ya veo.
Los dos siguieron caminando en silencio a pesar de que aún quedaban muchas cosas por decir. Naruto sabía que tenía que decirle toda la verdad, pero temía entristecer el ambiente. Se debatía entre seguir con el tema o no y decidió que era mejor aclararle el panorama, así que entreabrió los labios para continuar con la conversación, sin embargo, un leve sonido proveniente de debajo de algunos escombros llamó su atención, y tras explorar un poco a su alrededor, dio con el lugar exacto.
—Por allá. —susurró el rubio mientras señalaba con el índice el orígen del ruido.
Los dos jóvenes se acercaron con cautela, tratando de hacer los movimientos menos bruscos y estaban atentos a su entorno. Siempre había la posibilidad de que fuese una trampa, pero también cabía la opción de que pudieran encontrar algo interesante. Mientras más se acercaban a los escombros, algo parecido a unos murmullos se hicieron presentes.
—Ayud…
Naruto y Sasuke contuvieron la respiración al reconocer una palabra a medias.
—Ayuden a mi bebé… por favor… ayu…
Un escalofrío les recorrió el cuerpo entero, y sin mediar una sola palabra, se acercaron a tratar de apartar el concreto de una vivienda que claramente había terminado de derrumbarse ese día. No tuvieron cuidado al momento de quitar las pequeñas piedras, así que cuando encontraron una pequeña grieta, una de las paredes semi derrumbadas empezó a tambalear. Los muchachos supieron reaccionar de manera rápida y se metieron por el agujero que acababan de descubrir para evitar ser aplastados por el muro que caía.
El espacio era muy pequeño y tenían que movilizarse a rastras, tratando de no tocar los bordes para evitar que la casa siguiera derrumbándose. Avanzaron hasta llegar a un espacio un poco más amplio, seguramente una vieja habitación que había cedido ante el peso del hogar. Lo primero que vieron fue a una señora de mediana edad que se encontraba bajo algunas vigas y concreto, y a su lado, el cuerpo de un hombre que sostenía en su mano una especie de bate.
—¿Está bien, señora? —Naruto llamó —. Estamos aquí para ayudarla.
No recibieron respuesta inmediata, más el llanto de un bebé llamó la atención de ambos. El pequeño al parecer se encontraba intacto y Sasuke lo sostuvo entre sus brazos para después envolverlo con una pequeña manta sucia que encontró a un lado.
—Señora, vamos a sacarlos a ambos de aquí —Naruto se aproximó a ella al ver que el bebé estaba a salvo, sin embargo, cuando ella alzó la mirada, el rubio solamente pudo mirarla con tristeza. —. Lo siento… —susurró antes de tomar a Sasuke del brazo e incitarlo a salir del lugar.
El rubio contuvo sus lágrimas, pues no era el momento de dejarse llevar por los recuerdos y sacó fuerzas de donde no tenía para seguir avanzando. Él iba por delante apartando los escombros y guiando el camino mientras Sasuke iba detrás, tratando de mantener una buena posición para que el bebé no recibiera ningún daño. Pensaba que lo primero era poner a salvo al niño y luego regresarían por la madre, así que se apresuró para que no fuese demasiado tarde. Las rocas en el suelo se clavaban dolorosamente en la piel de los muchachos, pero ellos seguían avanzando a pesar de las heridas.
—Maldición —susurró Naruto al encontrar que el camino estaba bloqueado. —, tendremos que buscar otra salida.
El joven que cargaba con el bebé asintió y empezó a retroceder apoyando una mano en el piso mientras con el otro brazo trataba de mantener a salvo al pequeño. Por un momento pensaron que eso sería todo, que no podrían salir de ese lugar, que morirían tratando de salvar una vida, sin embargo, la habilidad del rubio les permitió encontrar otra salida.
—Rápido, debemos volver por ella. —Sasuke depositó al bebé en el piso procurando un lugar seguro.
Naruto por su parte, se quedó inmóvil mientras mantenía la cabeza agachada.
—¿No me oyes? No sabemos cuánto resistirá la casa, debemos sacarla.
Naruto solamente negó con la cabeza mientras apretaba sus puños con fuerza.
—¡Va a morir si la dejamos ahí! —La desesperación de Sasuke ante la pasividad de Naruto se incrementó. —¡Muévete, no tenemos todo el tiempo del mundo! —No pudo evitar pensar en que el pequeño tendría que vivir sin una madre… así como él.
—Es imposible salvarla. ¿No le viste los ojos?
Sasuke pareció reaccionar, sin embargo, eso no hizo que se calmara del todo.
—¿Y eso qué? tiene el virus, pero podemos salvarla, ¿verdad? —La voz del joven se quebró al intuir la respuesta… sabía la respuesta.
Naruto negó con la cabeza, esta vez dejando que las lágrimas fluyeran.
—¡Mierda! —gritó Sasuke.
—Concentrémonos en salvar a este bebé. —El rubio se secó las lágrimas con la manga de su chamarra y cargó al pequeño en brazos. —. Rápido, debemos llegar al refugio.
Naruto había escuchado rumores de que algunas personas podían luchar contra el virus por algunos minutos para salvar la vida de sus seres queridos, y a pesar de no creerlo por completo, en esa ocasión quería tener un poco de esperanza. Se imaginó a la señora matando al hombre que seguramente sería su pareja, alejando al bebé de ella y luego provocando el derrumbe para no lastimar a su hijo con sus propias manos. Dio un último vistazo a la montaña de escombros y empezó a caminar en dirección al orfanato.
El camino de regreso lo hicieron en completo silencio.
Llegaron al refugio antes del mediodía, con un bebé dormido entre brazos y con la sensación de haber fracasado aunque en realidad habían logrado salvar a un inocente. Sasuke marcó con su puño el patrón que era la contraseña para entrar al hogar. Les abrió la puerta Gaara, quien se sorprendió inmensamente al reconocer un pequeño rostro sobresalir de una manta sucia.
—¿Dónde está Kakashi? —preguntó a Naruto mientras entraba al lugar con desesperación.
—¿Está todo bien? —El adulto entró por la puerta que daba a los cultivos, y a pesar de que quiso mantener la calma ante el llamado de Naruto, no pudo evitar que su voz sonara alarmada.
—Hicimos lo que pudimos, pero no fue suficiente. —El rubio terminó por romperse y empezó a llorar mientras su cuerpo empezaba a perder fuerza. —Maldito virus, maldito mundo ¡MALDITOS TODOS!
—¿Estás bien? —Kakashi se acercó con rapidez y lo detuvo antes de que tocara el suelo. Por instinto dirigió la mirada hacia Sasuke para preguntarle qué había pasado, sin embargo, le bastó ver el pequeño bulto para darse una idea. —¿En dónde lo encontraron?
—En una casa… —Naruto le contó con lujo de detalles lo que había sucedido esa mañana, aunque de vez en cuando tenía que parar su relato para poder reprimir las ganas de llorar que tenía. Sasuke solamente lo observaba sin atreverse a soltar al bebé, y tampoco de apartar la mirada de Naruto.
Sasuke no creía que el rubio pudiera albergar tantos sentimientos y facetas, después de todo, en los días que había pasado en el refugio, Naruto siempre le pareció un niño tonto y despreocupado, pero quizás…
—¿Y por eso se pusieron en peligro? ¡Sabes muy bien que no deben tomar ese tipo de riesgos cuando están solos!
Para este punto, los muchachos dentro del refugio se aproximaron para ver lo que estaba sucediendo.
—¿Y qué se supone que hagamos? No voy a permitir que nadie muera mientras yo esté ahí ¿No lo entiendes Kakashi?
—¡No eres un maldito héroe, Naruto!
—¿Y tú sí? —El rubio se levantó para alejarse del abrazo de Kakashi —Eres el menos indicado para decirme eso.
—¡Estás castigado!
—No eres mi padre.
Naruto se aproximó nuevamente hacia el mayor con claras intenciones de agredirlo de alguna manera, sin embargo, Shikamaru se interpuso entre ellos.
—Naruto, no hagas nada de lo que puedas arrepentirte más adelante. - dijo el muchacho en medio de los dos.
—Igual ya me iba. —El rubio se sacudió la mano de Shikamaru que se posaba en su hombro y se fue hacia una de las antiguas oficinas abandonadas del lugar.
Sasuke tuvo el impulso de ir tras Naruto, sin embargo, fue detenido por Neji.
—Déjalo solo. Se va a calmar con el tiempo.
Sasuke asintió no muy convencido, pero tenía que admitir que no conocía del todo a Naruto, así que pensó que lo mejor sería hacer caso a las recomendaciones de Neji. Por otro lado, Kakashi se levantó y encaró al joven que no había dejado de sostener al pequeño.
—¿Por qué lo dejaste ir a ese lugar? —Su voz tenía una mezcla de tristeza y resentimiento.
—Yo también quería salvarlos.
Kakashi tomó aire y cerró los ojos al tiempo que apretaba la parte superior de su nariz con la yema de sus dedos índice y pulgar.
—Tengo que contactar al refugio femenino y avisarles sobre esto. Allá sabrán qué hacer — Kakashi tomó el walkie talkie que tenía escondido en uno de los escritorios que habían quedado, y después de cruzar algunas frases apresuradas con alguien llamado Jiraiya, dejó el aparato sobre el escritorio.
—¿No es injusto? es decir… nosotros también podemos cuidar de un bebé. —Lee se aproximó al pequeño para mirarlo de cerca. —¿Por qué ellas deben cuidarlo?
Sasuke suspiró.
—Nosotros somos impulsivos y a duras penas podemos cuidar de nosotros mismos. ¿Verdad, profesor Kakashi?
El adulto asintió con pesar mientras recordaba todas las cosas por las cuales había pasado el refugio.
—Además, aquí el único adulto soy yo, en el refugio femenino hay mujeres adultas que pueden hacerse cargo de un bebé.
Lee solamente hizo un chasquido con su lengua mientras se separaba de Sasuke y el bebé. Kakashi tomó al pequeño entre sus brazos.
—Regresaré en un par de horas. Kiba, acompáñame.
Los muchachos los vieron partir, y cuando la puerta se cerró, Sasuke se aproximó disimuladamente a Neji.
—¿Cuál es la relación entre Naruto y el profesor Kakashi?
—Mmm… —Tras pensar algunos segundos, le respondió. —. Solo sé que Naruto fue el primero en el refugio, yo fui el segundo. La verdad es que no hablamos de este tema, pero se puede ver que Kakashi lo quiere mucho.
—Entiendo. —En realidad no entendía del todo.
Con todo el alboroto que se había formado dentro del lugar, ninguno de los jóvenes se había percatado del descuido de Kakashi al dejar el walkie talkie a la vista, tampoco notaron que Sai se apartó del grupo y mucho menos que el aparato había desaparecido.
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Pasaron algunos días y tanto Naruto como Sasuke se habían alejado, hecho que era lo suficientemente raro para que todos en el orfanato lo notaran. Habían pasado de hacer casi todo juntos a dejar de hablarse así de repente. A Naruto claramente le había afectado el episodio de hace varios días y necesitaba tiempo a solas para poder procesar todo lo que había ocurrido. Sasuke solamente respetaba su espacio, sin embargo, cada día que pasaba, sentía que estaba perdiendo a su amigo, así que decidió acercarse a él una mañana en la que coincidieron en los sembríos.
Sasuke se sentó a su lado sin decir ni una sola palabra, solamente quería hacerle sentir que no estaba solo, sin embargo, Naruto fue el que inició la conversación.
— Hay mucha gente que termina exterminando a su familia por culpa del virus y nosotros tratamos de recoger lo que ellos van dejando… Debí explicarte esto desde el principio, lo siento mucho.
Sasuke lo observó con un poco de tristeza, pues sabía que probablemente el pobre chico se habría visto envuelto en ese tipo de situaciones con más frecuencia de la que se imaginaba. Negó con la cabeza.
—No es tu culpa —pausó unos segundos antes de seguir hablando. —. De una u otra forma yo ya sabía que era imposible salvarla.
Estaba claro que los dos sufrían por varias cosas, pero al volver a hablarse, sintieron una calidez que no querían dejar escapar de nuevo.
—¿Sabes por qué es tan importante esta pañoleta? —dijo Sasuke mientras se ponía de pie.
—¿Por qué?
—Era de mi mamá…
Los dos se quedaron en silencio por algunos segundos.
—La tela es muy bonita, muy suave y brilla mucho. —Naruto no se atrevía a ahondar en el tema a pesar de que prácticamente Sasuke lo había sacado a colación.
—Es lo único que pude rescatar cuando tuve que huir del búnker.
Naruto guardó silencio un momento, tratando de captar el mensaje que su amigo estaba tratando de transmitirle, y tras pensarlo un poco, optó por preguntarle lo más obvio.
—¿Por qué vivías en un búnker?
Sasuke suspiró y decidió que lo mejor sería contarle toda la historia desde el principio.
—Mis padres tenían una granja.
—Oh, ya veo, por eso me dijiste que eras un experto en el tema de las gallinas y los pollitos. —Naruto armó una parte del rompecabezas y Sasuke asintió mientras le sonreía, se alegraba al saber que su amigo le prestaba atención.
—Bueno, no era una granja cualquiera… —Sasuke pareció pensar bien en sus palabras antes de seguir hablando pues sabía que cualquier cosa que dijera en el tono incorrecto, sería fácilmente malinterpretado, o al menos, así lo sentía él. —. En verdad, no era una granja. Era como una planta… Una gran planta procesadora. Producía la carne de la mejor calidad que pudieras imaginar y esa carne llegaba a todo el mundo.
Sasuke aguardó con un poco de temor por la respuesta de Naruto.
—¿En verdad? Eso es impresionante. —Los ojos del rubio brillaron de emoción. —¿A qué sabía la carne?
—¿Es lo único que vas a preguntar? —Sasuke empezó a reír ante la inocencia de Naruto. —Bueno, seguramente la probaste ¿Conoces la marca Clan Uchiha?
Naruto negó con la cabeza, un poco avergonzado.
—Bueno, bueno, pero ¿qué tiene que ver la granja con el búnker?
Sasuke alzó la cabeza y se perdió entre sus recuerdos.
Continuará.
¿Qué tal les pareció este capítulo? ¿Esperaban que Sasuke procediera de una familia adinerada? Tengo que confesar que este capítulo iba a explorar más allá en la historia, pero entre que lo estaba editando y se me iban ocurriendo más cosas, decidí partir este capítulo en 2, así que pueden estar tranquilos, porque el capítulo 5 ya está casi terminado y creo que podría publicarse con normalidad el siguiente fin de semana.
Por cierto, converso mucho con Andrecat con respecto al fic, así mezclamos ideas y salen los capítulos y las ilustraciones, así que ella me comentaba que tenía muchísimas ganas de dibujar una gallina (todo por culpa de Naruto) y la incentivé a hacerla, así que aquí está un bocetito hermoso de la escena en donde Naruto quiere atrapar a una gallina. Amé con todo mi ser este dibujito.
Recuerden que pueden seguirme en Facebook a mi fanpage "Chisheccid Fanfics", por allí siempre les suelto chismecito de mi vida diaria y de los procesos que sigo al crear una historia, además de adelantos para nuevos proyectos y alguna que otra encuesta para saber lo que quisieran ver.
Muchas gracias por leer y nos vemos pronto en un nuevo capítulo o en mis otros fics.
