Disclaimer: Naruto y todos sus personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto, yo solamente vengo a delirar por estos rumbos.

Agradecimientos: A Andrecatt_45 por haber hecho la portada de este capítulo. Creo que hasta la fecha es mi ilustración favorita, aquí podemos ver cómo son las luces y la manera en la que se van alzando hacia arriba. Síganla en Instagram para que puedan ver más de su arte que es precioso.

Las luces del amor

Capítulo 5: La vida en el búnker.

Sasuke vivía una vida relativamente tranquila. Sus días consistían en ir al instituto, tomar complicadísimas clases de economía con el fin de prepararse para heredar parte de la granja de sus padres y estar listo para manejar cantidades exorbitantes de dinero. A Sasuke no le gustaba tener que estudiar números y analizar fórmulas para alcanzar el éxito, prefería jugar con su hermano en las tardes, leer un libro o jugar videojuegos. No podía negar que entendía perfectamente que el dinero le facilitaba la vida a cualquiera, que la hacía mucho más cómoda, pero también se daba cuenta que ese estilo de vida te ataba por completo a las preocupaciones. Tampoco le gustaba la actitud de muchas personas que habitaban en su medio, de hecho, los detestaba a todos, porque se daba cuenta de que para ellos, el valor de una persona lo decidía la cifra que esta tuviese en su cuenta de banco, incluso algo tan banal como la forma de vestir de otros era motivo suficiente para ser juzgados, así que por eso mismo admiraba a Itachi, su hermano mayor, a quien no le importaban esos asuntos y siempre trató de luchar por su individualidad vistiendo enormes hoodies de colores oscuros en contraste con todos los demás que procuraban vestir ropa más refinada de colores claros.

El muchacho seguía perdido en sus cavilaciones, así que no notó cuando la directora del instituto entró a dar claras instrucciones de que sus padres los estaban esperando afuera. Solamente cayó en cuenta cuando Itachi entró al aula para tomarlo del brazo y decirle que debían salir de allí inmediatamente. En un principio, todo había sido confuso. El camino desde su salón de clases hasta llegar hacia el patio principal lo recorrió con un poco de temor debido al revuelo que se había formado, su hermano procuraba llevarlo por los lugares en donde menos gente se acumulaba, y cuando Sasuke por fin reconoció uno de los vehículos de sus padres, simplemente corrió hacia ellos.

A partir de ahí, su mundo cambiaría por completo. Empacó sus pertenencias más importantes y abandonó la mansión en la que había vivido toda su vida para mudarse a un refugio subterráneo.

Se mantuvieron allí durante un par de años, y a pesar de que en el búnker no le faltaban comodidades, sentía claramente un ambiente que día con día se enrarecía más y más. Al principio había sido como ir a un campamento y un joven Sasuke se divertía explorando los rincones del lugar junto a su hermano. Al menor de los Uchiha le hubiera encantado seguir ignorante ante lo que sucedía, pero un día de esos, mientras recorría el refugio a solas, llegó a escuchar una conversación de los mayores.

—¿Ya sabes por qué estamos aquí? —Una voz masculina hablaba.

—Al parecer, sucedió lo que todos temíamos… —Sasuke reconoció la segunda voz como la de su padre.

—¿Una guerra? —preguntó la voz ansiosa de una mujer mayor.

—Peor que eso.

—¿De qué hablas, Fugaku?

—Al parecer, hay un virus allá afuera, lo llaman las luces del amor. —respondió el patriarca de los Uchiha ante la pregunta.

—No lo entiendo. —dijo la misma anciana, al parecer, estaban reunidos tres de los cinco integrantes del consejo conformado por las familias más poderosas del lugar.

—Tampoco sé los detalles, pero por lo que he escuchado, es un virus que acaba con las personas enamoradas.

—Pero aquí se han formado muchas parejas, ¿no crees que sea un rumor?

—Al parecer, solamente afecta a la gente pobre y a los desviados.

—Entonces estamos a salvo…

Sasuke se encontraba tan concentrado en descifrar lo que querían decir los adultos con todo eso que no se percató de que alguien se aproximaba.

—¿Qué estás haciendo? —La voz alarmada de Itachi lo hizo sobresaltar. —. Sabes que tenemos prohibido estar aquí.

Un pequeño Sasuke asustado procedió a relatarle a su hermano todo lo que había escuchado. Itachi, sabiendo sobre los rumores que recorrían entre sus compañeros de aula, trató de calmar la ansiedad creciente en su querido hermano.

Un par de años más pasaron desde aquel incidente, y al ver que nada sucedía, las cosas se normalizaron dentro del búnker. Los jóvenes seguían tomando sus clases de manera normal, se preparaban para cuando el mundo volviera a ser lo que era antes del "supuesto apocalipsis" y los mayores seguían moviendo la economía en el lugar. Sasuke había olvidado el episodio del consejo y se dedicaba a estudiar y pasar el rato con su hermano, después de todo, nunca logró congeniar con ninguno de los mocosos que se creían lo mejor solo por tener dinero. Se sentía asfixiado por las constantes preguntas y el acoso que recibía por ser miembro de una de las familias más poderosas del lugar y constantemente era víctima de sabotajes "infantiles" para hacerlo quedar mal, suponía que era una manera de tomar un poco de poder.

Esa tarde, Sasuke, después de sus clases, salió en dirección a su hogar y se sorprendió infinitamente al encontrar a Itachi besando a una muchacha. Ellos estaban tras algunos pilares que sostenían la parte superior del lugar. Era como si estuvieran escondiéndose de algo o alguien, así que Sasuke solamente siguió con su camino, aunque no podía negar que se sentía feliz por su hermano. Cuando Itachi llegó al hogar, Sasuke le preguntó en privado por su novia, pero el mayor entró en pánico.

—¿Qué viste? —preguntó alarmado mientras tomaba del brazo a su hermano menor.

—No… nada. —Sasuke se asustó ante la reacción de Itachi y pensó que lo mejor sería negarlo todo.

—No me mientas… ¿Por qué dices que tengo novia? —Itachi pudo notar la mirada confundida de Sasuke y suavizó su tono de voz. —No voy a hacerte nada. Sabes que nunca te haría daño, pero por favor, dime qué viste, no me voy a enojar. —El joven soltó el agarre y le palmeó el brazo.

—Los vi… a ti y a ella besándose. ¿Papá se va a enojar?

Itachi asintió con la cabeza.

—Sabes lo que es el amor, ¿verdad?

—Si… es lo que siento por mamá, o por ti.

Itachi sonrió ante las palabras de su hermano.

—Bueno, pues mucha gente no cree en el amor, o bueno, creen que el amor debería nacer por conveniencia. Papá es una de esas personas.

—No entiendo.

—Todo gira en torno al dinero y a las clases sociales, eso ya lo sabes.

—Detesto a esa gente. —Sasuke recordó amargamente la manera de comportarse de todos dentro de ese lugar. —. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con lo de tu novia?

—¡Shhh, baja la voz! —El mayor reprendió con la voz baja, pero con cariño y tras asegurarse de que estaban solos, siguió hablando. —. Su nombre es Konan… Lo de papá es complicado, pero puedo decirte que él se opondría a nuestra relación. Él quiere que me case con cualquier otra chica, siempre y cuando la unión entre familias le de mucho más poder.

—¿Y Konan no puede hacer eso?

—No… La verdad es que ella y su familia llegaron aquí por pura suerte. No me gusta hablar de esto, pero quiero que sepas que no será algo fácil. Entonces ¿nos guardas el secreto?

Sasuke asintió y a partir de ese día se convirtió en el confidente de su hermano. Solía cubrirlo en las noches cuando se escapaba con Konan o en las tardes después de las clases. A veces salían a pasear los tres y al joven Uchiha le encantaba ir con ellos, jugando a esconderse entre los pasillos oscuros, riendo, siendo felices.

Las tardes tranquilas y felices duraron un par de años, sin embargo, la alegría y la paz terminarían abruptamente una tarde, cuando Sasuke no encontró a su hermano en la puerta del instituto, y en vez de eso, se topó de frente con la expresión triste de Konan. No fue necesario que le dijese nada, presentía lo que había ocurrido y corrió en dirección a su hogar. El trayecto no era tan largo, así que llegó en el preciso instante en donde su padre le reprochaba un montón de cosas sin sentido a Itachi.

Sasuke entró para defender a su hermano, sin embargo, su madre apenas lo vio entrar se lo llevó hacia una de las habitaciones.

—Todo va a estar bien —le repetía mientras lo abrazaba y trataba de taparle los oídos. —. Tienen que ser fuertes ¿entiendes?

Todo era caos y confusión. Los gritos de su padre eran cada vez más fuertes, y en cierto punto, se volvieron desgarradores. Sasuke no podía quedarse quieto sabiendo que su hermano estaba sufriendo, así que con todas sus fuerzas se soltó del abrazo de su madre, provocando que en el proceso le arrancase la pañoleta azul que ella llevaba ese día. El muchacho corrió hacia el salón grande con toda la intención de defender a Itachi, sin embargo, la escena que encontró lo dejó paralizado.

Sangre.

Sangre regada por el suelo, también en las paredes y ni hablar de los sillones finos.

Había sangre por todos los rincones de la gran estancia. Un Itachi furibundo se dedicaba a propinarle golpes a su progenitor, que para ese entonces estaba inmóvil en el suelo, como si estuviese muerto.

—¿Itachi? —preguntó Sasuke con temor.

El mayor dio la vuelta y lo miró con los ojos bien abiertos, de ellos, una serie de destellos de varios colores se desprendían, formando patrones que se alzaban hacia el techo. Sasuke retrocedió apretando los puños, listo para defenderse.

—¡Y tú no hiciste nada! —chilló de manera terrorífica mientras se abalanzaba en dirección a Sasuke, quien al verse perdido, solamente se preparó para luchar, pero contrario a lo que creyó, Itachi no fue hacia él, sino que lo pasó de largo.

Un grito de mujer le llegó hacia los oídos. Reconoció el timbre de voz de su madre y volteó para encontrarse con lo que más temía. Itachi la estaba golpeando sin compasión mientras vociferaba frases que no se lograban entender fácilmente. Se quedó allí, en shock, solamente esperando su turno, después de todo ¿para qué quería seguir viviendo cuando las personas que más amaba dejaban de existir en el mundo?

—Lárgate — La voz de Itachi sonó rasposa, pero calmada, mientras que en el exterior se empezaban a escuchar algunos gritos. —. ¿No entendiste? te dije que te fueras. —Itachi dio la vuelta y caminó hacia su hermano. Levantó el brazo y con la yema de su dedo índice le tocó la frente. —Vete, antes de que sea tarde. —Acto seguido, le arrojó una especie de tarjeta y Sasuke supo exactamente lo que debía hacer.

Las luces en los ojos de Itachi se intensificaron, y antes de volver a perder el control, salió corriendo hacia el parque central del refugio.

Sasuke, a pesar de los temblores que azotaban su cuerpo, obedeció. Corrió esquivando a la gente que trataba de huir de su hermano, también reconoció a Konan atacando a cualquiera que se le pusiera en frente. Era demasiado tarde para ellos, para todos en el búnker, quienes empezaron a atacar a los jóvenes con armas de fuego. El joven Uchiha no se quedó para ver lo que sucedería después, y haciendo uso de todas sus fuerzas, logró llegar a la compuerta mayor. Se encontró con un panel electrónico y pasó la tarjeta que le había dado Itachi por el lector. La puerta se abrió y por fin pudo salir a la superficie. Cerró la compuerta en cuanto salió y se sentó en el pasto sin despegar la vista de la entrada.

Unas gruesas lágrimas empezaron a bajarle por las mejillas y sentía la boca y la garganta secas. Una sensación en la boca del estómago empezó a quemarle y sin poder aguantar más, vomitó. Con las arcadas empezaron algunos gimoteos leves, pero después de dejar salir todo lo que tenía adentro, simplemente se rompió. La impotencia y la tristeza se clavaron en su pecho y Sasuke gritó alzando la cabeza hacia el cielo. Gritó con todas sus fuerzas, a tal punto en que sintió que sus cuerdas vocales se desgarraban. Lloró mientras golpeaba el césped del campo y arrancaba algunas hierbas en un intento de destruirlo todo. Tras algunos minutos de frenesí, por fin cayó rendido en el piso. Trató de acurrucarse sobre sí mismo y en ese momento notó que en su puño cerrado tenía la pañoleta azul de su madre. Se quedó allí durante algunas horas, pensando en dejarse morir, pero las últimas palabras que su madre le dedicó lo impulsaron a levantarse, también recordó a Itachi, quien en su locura creciente le había rogado por que se marchara.

Sasuke decidió que viviría para honrar la memoria de sus seres más amados, pero al ser alguien que había pasado tanto tiempo en cautiverio y solamente aprendiendo asuntos de economía, no sabía exactamente cómo vivir en el mundo exterior, pero a pesar de lo que intuyó, de alguna forma logró sobrevivir afuera.

—¿Y cómo llegaste hasta acá?

—Pasé muchos días perdido en el bosque, pensé que iba a morir, pero me encontré con una familia que de casualidad estaba cazando ¿o ellos me encontraron a mi? Estuve con ellos algunos meses hasta que encontramos a un infectado…

—Entiendo.

—No Naruto… Me tendieron una trampa para que yo sea la carnada y ellos pudieran huir. Desde ahí empecé a moverme por mi cuenta, robando, cazando animales pequeños…

El rubio guardó silencio, tratando de procesar todo. Sasuke tenía razón en haber desconfiado de ellos en un principio. Naruto quiso decirle que ellos nunca lo traicionarían, al menos no él, pero simplemente no pudo hacerlo.

—No sé qué decir.

Sasuke se quedó mirando hacia el techo agujereado del patio y admiró el lugar en el que se encontraba, porque si bien era muy distinto a lo que estaba acostumbrado y carecía de todos los lujos y comodidades que tenía en el búnker que había dejado atrás, sentía que estaba a salvo allí, lejos de la superficialidad que había sido el detonante para toda la desgracia, sabía que también estaba lejos de las traiciones a las que se había visto expuesto y tras haber curado un poco sus heridas internas, empezaba a confiar nuevamente en las personas, en especial en Naruto.

—No es necesario que digas nada.

—¿Sabes? creo que empiezo a entenderte un poco más.

—¿Por contarte mi historia?

—Ahora sé por qué querías salvar a la mujer. Pensabas que ella no sería capaz de dañar a su bebé, así como tu hermano no fue capaz de dañarte a ti.

—No lo había pensado, pero creo que tienes razón.

—Pero sabes que era imposible, ¿no?

—En eso también tienes razón.

—Creo que la madre hizo todo lo que pudo para salvar al bebé.

Sasuke asintió mientras algunas lágrimas amenazaban con escaparse de sus ojos y Naruto notó esto. Le pasó un brazo por sobre el hombro en un intento de transmitirle apoyo sin ser demasiado invasivo, pero Sasuke se aferró a él, tratando de buscar algún tipo de consuelo, ese que no había encontrado cuando escapó del búnker y tampoco cuando se vio traicionado. Naruto solamente se quedó a su lado sin decir una sola palabra, acogiendo a su amigo en su brazo, esperando poder hacer lo suficiente para contener a Sasuke.

Continuará.

Sé que dije que iba a estar actualizando con más frecuencia, pero la vida adulta es algo que a todos nos consume, sin embargo acá estoy. ¿Qué les pareció este capítulo? Les confieso que todo esto iba a contarlo Sasuke con sus propias palabras y solamente ocupaba unos 4 párrafos entre diálogos y descripciones, pero cuando me puse a editar el capítulo anterior, algo se apoderó de mí y empecé a escribir todo lo que está acá arriba. No quería que el capítulo 5 se haga muy extenso y por eso lo dividí en dos capítulos, pero eso hizo que quizás este capítulo sea el menos extenso, pero valió la pena ¿no?

Pasando a otro asunto, hice este logotipo para las carnes "Clan Uchiha" porque bueno, soy diseñadora gráfica y la marca me pedía a gritos tener un logotipo, así que les presento oficialmente la imagen del emporio que sostuvo la familia cuando el mundo todavía no se iba al carajo.

Por último, pueden seguirme en Facebook como "Chisheccid Fanfics", allá estoy subiendo chisme y contenido variado sobre proyectos futuros, mi día a día en el mundo del fanfiction y dramas de mi vida diaria XD.

Gracias por llegar hasta acá y nos vemos pronto en el siguiente capítulo.