Disclaimer: Naruto y todos sus personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto.

Agradecimientos: Andrecatt45, te debo esta vida y la otra, sé que en casi todos los capítulos digo lo mismo, pero en verdad amé esta portada. Se nota el esfuerzo y amo ver como va evolucionando en cada una de ellas. Esta portada en especial, me mató por completo desde el momento en que me comentó la idea… No me alcanzan las palabras para agradecerte.

Notas de la autora: Pido perdón por haber demorado en actualizar, estoy en el proceso de volver a leer todo el fic para corregir algunas cosillas que me quedaron sueltas y también para sacar algunos memes.

Las luces del amor

Capìtulo 8: Lo único que queda

Era demasiado tarde para irse sin hacer nada. Kakashi había visto cómo el mundo de un indefenso niño se desmoronaba en apenas segundos y ahora se encontraba frente a él, observando cómo el pequeño se esforzaba intensamente en no ponerse a llorar.

—¿Estás bien? —preguntó el joven, aunque sinceramente, no esperaba una respuesta, solo quería acercarse a él. —¿Quieres venir conmigo?

El niño parecía no reaccionar, tenía la vista fija en el cielo y se podía ver que estaba extremadamente tenso ya que se abrazaba a sí mismo con fuerza. Kakashi se puso en cuclillas tratando de fingir calma aunque en realidad se encontraba alerta por si alguien llegara a acercárseles.

—Vamos. No puedes quedarte aquí. —Kakashi extendió la mano y tomó al pequeño por el brazo pensando que así sería más fácil llevarlo, pero apenas el niño sintió el contacto físico, se sobresaltó. —Te pondré a salvo. —Lo agarró con fuerza para ayudarlo a levantarse.

—¡Suéltame! —gritó Naruto al tiempo que trataba de escapar.

Kakashi se puso en alerta. No sabía exactamente lo que estaba ocurriendo con las personas de la ciudad, pero estaba seguro de que lo mejor era no llamar la atención. Naruto seguía gritando y haciendo movimientos bruscos y, por un segundo Kakashi pensó que lo mejor sería abandonar al chico a su suerte y salvar su propio pellejo, pero sencillamente no pudo hacerlo. Sujetó con más fuerza el bracito del niño y tiró hacia arriba.

Naruto tuvo que ponerse de pie ante la fuerza que lo estaba obligando y tuvo la sensación de que dejaba de ser el dueño de su cuerpo. Era como si se hubiese sumergido en una película contada en primera persona en donde sus decisiones no tenían realmente un peso importante. Dio dos pasos hacia el sujeto que lo miraba tratando de sonreírle, pero el peso de la realidad lo golpeó de repente. Sus padres habían muerto y se había quedado solo en el mundo. Las piernas le flaquearon y se derrumbó en el pavimento para después dejar salir todo su llanto. Kakashi apretó los dientes entendiendo que el pequeño estaba saliendo del estado de shock para por fin darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, y sin tener algo mejor que hacer, decidió cargarlo. La prioridad ahora era poner a salvo al chiquillo, después vería qué hacer.

Al principio fue difícil tener que cargar con el niño que lloraba. Temía mucho llamar la atención de los seres irracionales, pero al parecer, los pocos que se iban encontrando en el camino estaban muy ocupados librando sus propias batallas. Tras algunos minutos de caminata, el pequeño dejó de llorar y se abrazó al cuello de Kakashi buscando algún tipo de consuelo, al parecer había caído en cuenta de que no tenía a nadie más en el mundo y decidió aferrarse al desconocido.

Kakashi, a pesar de ser un hombre fuerte y sano, no estaba acostumbrado a llevar tanto peso y menos de esa forma, así que cuando los gemidos del chiquillo se calmaron y solamente escuchaba que sorbía la nariz, decidió que lo dejaría caminar. El pequeño pisó el suelo y pensó que el adulto lo estaba abandonando, pensó en que se quedaría ahí, solo y a su suerte, pero el joven le agarró de la mano y siguió caminando.

—¿Estás mejor? —preguntó Kakashi por preguntar.

Naruto no respondió. No podía formular una oración, en ese momento solamente trataba de seguir el camino, sentía que sus piernas temblorosas lo harían caer en cualquier momento.

—No sé lo que está ocurriendo, solo sé que debo llegar a mi casa para ver si mis amigos están bien. ¿Tienes algún nombre? —Otro silencio. —Yo me llamo Kakashi, soy un ladrón de carros, pero no de esos que se abren las puertas y roba lo de adentro… No, solo robo tapitas de llantas, los metalitos con la marca del carro, antenas, esas cosas, ¿sabes? —Bajó la mirada para poder ver al niño, quien tenía el ceño fruncido y la mirada perdida en algún lugar del piso. —No te gusta hablar, ¿no?

Los dos siguieron caminando durante una media hora. Kakashi decidió no seguir hablando, entendía que el pequeño no confiaba en él, y a pesar de eso, él era la única persona hasta el momento que podía mantenerlo con vida, al menos hasta llegar a su hogar, quizás la hermana de Keitaro supiera qué hacer, después de todo, ella ha sabido encargarse de sus hijos, uno más no sería un problema ¿no? él no sabía cómo relacionarse con niños, ¿en qué estaba pensando cuando lo recogió? Un hilo de pensamientos empezaba a crearse en su mente, sin embargo no logró consolidarlo debido a algunos gritos a lo lejos que lo alertaron. Kakashi miró hacia el frente solo para descubrir que las malditas luces se alzaban sobre el barrio que lo vio crecer.

—¿Qué es eso? —preguntó Naruto extasiado ante tal espectáculo que le pareció hermoso.

—Son malas noticias.

El joven apretó la mano de Naruto con fuerza y aceleró el paso. En cuanto llegaron a la calle principal, pudo observar a algunos conocidos que peleaban entre ellos. Kakashi, que no quería que el pequeño tuviera que volver a revivir el trauma, lo cargó.

—Cierra los ojos y no los abras hasta que yo te lo diga.

Naruto obedeció por inercia y refugió su carita en el cuello de Kakashi tal como lo hubiera hecho minutos antes. El joven corrió esquivando la turba violenta que se hacía más y más grande mientras más se adentraba en las calles. Por fin pudo llegar hasta la puerta vieja del conjunto de departamentos y empujó para terminar de abrirla. Entró cerrando la puerta con fuerza detrás de sí y bajó los escalones para llegar al semisubterráneo en donde vivía. Los ruidos de afuera se infiltraban por las paredes delgadas del edificio, así que Kakashi demoró un par de segundos antes de caer en cuenta de que detrás de la puerta del departamento se escuchaban algunos ruidos, como de golpes o algo por el estilo.

—Espérame aquí, pequeño. —Kakashi bajó a Naruto para después abrir la puerta con sigilo.

La imagen de Keitaro y Hiroki peleando con brutalidad en medio de esas malditas luces de colores lo descolocó por un ínfimo momento. Pensó en que debía interponerse entre ellos, calmarlos de alguna manera, separarlos y evitar que se maten, pero era imposible, sabía que no podía hacer nada al respecto, al menos no en las circunstancias en las que se encontraba.

El pesado puño de Keitaro impactó contra la nariz gruesa de Hiroki, haciéndolo chocar contra una mesa que contenía algunas botellas de cerveza, las cuales cayeron al suelo rompiéndose, Hiroki también cayó al piso, lastimándose con los vidrios. Kakashi movió sus piernas por inercia, tenía que frenarlos o terminarían matándose, tal y como las demás personas en el mercado o la calle, y cuando dio un segundo paso, una vocecita temerosa lo detuvo.

—¿Por qué pelean esos hombres?

Los dos jóvenes, que hasta ese momento no habían reparado en la presencia de su amigo, voltearon a verlos. Sus ojos desprendían destellos de colores que solamente intensificaban la expresión de odio en sus rostros. Hiroki agarró un pedazo de botella y con rapidez se dirigió hacia Kakashi, blandió el vidrio por delante del rostro de su amigo provocándole un corte profundo en el área del ojo izquierdo.

El instinto de supervivencia fue mucho más fuerte, así que el muchacho agarró nuevamente al niño con fuerza y lo alzó.

—No veas.

—¿Por qué? ¿qué está pasando? Estoy cansado de no saber nada ¡responde, Koashi! —Los gritos de Naruto se convirtieron en un llanto desgarrador.

—No lo sé… lo siento, no lo sé —Kakashi hizo todo lo posible por aguantar sus propias lágrimas al tiempo en el que subía las gradas del viejo edificio con prisa. —. Por favor, haz silencio o nos van a atrapar.

Hiroki y Keitaro abrían la puerta del departamento para ir tras ellos. Kakashi aferró con mucha más fuerza el cuerpo de Naruto y el pequeño se aferró al adulto nuevamente.

Una persecución sin sentido dio inicio. Kakashi sabía que más adelante se encontraba la bodega abandonada, quizás allí podría encontrar refugio y esperar a que el caos disminuyera. Aceleró el paso y se fue esquivando a las parejas que peleaban en la calle sin mirar atrás. No se percató del momento en el que sus amigos habían dejado de perseguirlo, así que en cuanto alcanzó el pomo derruido y abrió la puerta metálica, volvió a cerrarla tras de sí y se apoyó sobre la superficie de metal para obstruir la entrada.

—Koashi, tengo hambre. —La voz de Naruto resonó en la enormidad del lugar.

—Me llamo Kakashi —Suspiró.

Habían pasado varias horas desde que se escondieron en la bodega abandonada. Los gritos del exterior desde hace un tiempo que habían parado, las sirenas de las patrullas y ambulancias también se habían callado, el sol poco a poco empezaba a esconderse.

La ciudad se había sumido en un silencio largo y muerto.

—Kakashi… —repitió el niño.

El joven observó al pequeño, que no se había movido del rinconcito en el que se había refugiado tras haber llegado al lugar. Sintió pena.

—¿Ahora si me vas a decir tu nombre?

—Soy Naruto Uzumaki, tengo ocho años y… —El pequeño pareció pensar en algo.

—Mucho gusto, Naruto.

—¿Te duele? —Naruto se levantó de su lugar y se aproximó a Kakashi para mirarle la herida que horas atrás le había hecho Hiroki.

—Un poco, no es grave.

—Se va a infectar.

—No lo va a hacer. Créeme.

—Es una herida fea. A mi siempre se me infectan las heridas y mi mami…

Naruto se paralizó, era como si hubiese olvidado por un momento los sucesos de la mañana.

—Tienes hambre, ¿no?

—Si. —Naruto volvió a sentarse, pero esta vez, un poco más cerca de Kakashi.

—Parece que el peligro ya pasó. ¿Me esperas aquí? Voy a buscar comida.

Naruto por un momento sintió terror, no quería quedarse solo ¿qué tal si alguien llegaba a matarlo? pero apretó los dientes y los puños para aguantar el llanto que se aproximaba. Sólo pudo asentir con la cabeza.

Kakashi apartó una estantería de metal que había utilizado como tranca para la puerta y miró hacia afuera. Las luces en el cielo se habían disipado y al parecer sería seguro salir.

—Cierra muy bien la puerta y no le abras a nadie.

Kakashi se desplazaba por las calles abarrotadas de cuerpos, al principio no sabía exactamente qué hacer, pero después de adentrarse en el barrio, cayó en cuenta de que en su propio hogar tenía algunas cosas para comer. Llegó al departamento y nuevamente bajó las gradas, un poco temeroso de lo que pudiera encontrar, pero al entrar se percató de que no había nadie. Se dirigió a la cocina y tomó algunas golosinas que sus amigos siempre guardaban por si tenían un antojo de media noche mientras un sentimiento de impotencia se anidaba en su pecho. Nadie en el lugar era bueno cocinando y generalmente comían pura comida enlatada o lo que la señora Margarita o la hermana de Keitaro pudieran ofrecerles.

Tenía que encontrar con urgencia algo para darle al pequeño.

Kakashi abrió el refrigerador y tomó las dos últimas latas de cerveza que quedaban y guardó todo en la mochila que siempre llevaba a cuestas. Salió del edificio con un solo objetivo en mente, y es que tendría que robar todo lo que pudiera de la tienda de la esquina, de lo contrario, estarían perdidos.

El joven emprendió un nuevo camino, tenía que dirigirse hacia el norte por un par de cuadras y luego girar hacia la derecha y caminar otras tres cuadras, pero cuando estuvo a punto de llegar a su destino, una cabellera celeste llamó su atención…

—Hiroki… —susurró Kakashi al reconocer el cabello de su amigo en medio de un gran charco de sangre.

Sus ojos no querían aceptar lo que estaba presenciando y se acercó para confirmar sus sospechas y, en efecto, el cadáver de Hiroki descansaba junto al de Keitaro. Pudo ver en las heridas que llevaban, las marcas de múltiples puñaladas. Kakashi tuvo que tragarse sus sentimientos, pues el instinto de supervivencia era mucho más fuerte y, con paso firme entró en la pequeña casita que para ese entonces no tenía los barrotes de protección acostumbrados en barrios como ese.

Tomó todo lo que pudo y lo metió todo en la mochila, salió de allí sin antes cerrar las puertas para asegurarse de que nadie más encontrara el lugar y así poder tener reservas.

Esa noche, después de haber comido papitas de funda, galletas y panecillos dulces con leche, Naruto se quedó profundamente dormido casi en seguida en el camastro que habían armado haciendo uso de las cosas que tenían en el lugar. Los hechos de ese día seguramente lo habrían agotado en todos los aspectos y el sueño actuaba como mecanismo de defensa quizás. Por otro lado, Kakashi no podía conciliar el sueño. Tenía que admitir qué no sabía qué hacer, tampoco sabía a dónde dirigirse y mucho menos tenía idea de lo que vendría después. Miró a Naruto dormir enrollado sobre sí mismo, como buscando algún tipo de consuelo, le dio tristeza verlo así y un pensamiento que hasta ese momento había forzado a desaparecer, salió a la superficie:

Él era lo único que tenía ese niño, y por lo visto, ese niño era lo único que le quedaba a él.

Kakashi no podía creer lo que estaba viendo. El salón central del refugio estaba completamente iluminado con las luces que se desprendían de los ojos de Naruto y Sasuke mientras peleaban intensamente.

—¡Deténganlos! —gritó el adulto con fuerza mientras se levantaba para ir en dirección a ellos.

Los muchachos en el refugio también se pusieron de pie y corrieron hacia sus amigos para contenerlos. Choji, Kiba, Sai y Neji se encargaron de Sasuke mientras que Shikamaru, Lee, Gaara y Kakashi sostenían a Naruto.

—Debemos separarlos antes de que se maten. —ordenó Kakashi mientras abrazaba a Naruto impidiéndole la movilidad.

—Vamos a llevarlos a las celdas. —sugirió Shikamaru al tiempo en que se alejaba para abrir la puerta de la oficina en donde meses atrás mantuvieron cautivo a Sasuke.

Tras varios tortuosos minutos, al fin pudieron encerrar a los muchachos dentro de la oficina que tenía en cada esquina una celda. Los encerraron de manera diagonal para garantizar que estuvieran lo más lejos posible el uno del otro. Encerrados Naruto y Sasuke, los demás por fin pudieron descansar.

—¿Qué haremos con ellos, profesor? —preguntó Neji secándose el sudor de la frente.

—No lo sé… —respondió Kakashi con una voz fría mientras miraba fijamente a los muchachos que no dejaban de gritar el nombre del otro y golpeaban los barrotes de las celdas.

—Es una suerte tener cuatro jaulas, ¿no lo creen? —Choji empezaba a repartir pequeñas botellas de agua entre los jóvenes.

—No fue suerte, ¿verdad? —dijo Shikamaru buscando el único ojo de su tutor. —Usted sabía algo.

Kakashi esquivó la mirada, no tenía el valor de mirar a sus pupilos a los ojos, no después de presentir que algo por el estilo podría suceder al encargarse de un grupo de muchachos. El recuerdo de Hiroki y Keitaro le llegó como un golpe en el pecho y tuvo que reprimir las ganas de llorar.

—Debo contarles algo. —pronunció Kakashi al tiempo que salía del lugar.

Los jóvenes lo siguieron con curiosidad, al parecer, Kakashi por fin les contaría todas esas historias que se negaba a recordar.

Continuará.

Mil gracias por llegar hasta aquí y por la paciencia.

Pueden ver la preciosa interpretación de Hiroki y Keitaro que hizo Andrecatt45 en mi fanpage. Debo decir que atrapó por completo la esencia de estos personajes, que a pesar de haber sido OC's y de que salieron solo en dos capítulos, tuvieron un impacto muy fuerte en nosotras:

Debo decir que a partir de aquí, la historia entrará en temas mucho más profundos e iremos desvelando algunos misterios que están latentes desde el primer capítulo.

Pueden seguirme por facebook en mi fanpage "Chisheccid fanfics" para estar al tanto de nuevas actualizaciones y proyectos a futuro (Que en verdad se vienen cosas MUY grandes).

Les recuerdo que tenemos abierto el concurso "Convocatoria memística" el cual básicamente trata de crear memes con las cosas que pasan en este fic, el premio al mejor meme será un fic escrito por mí de hasta 2000 palabras.

Pueden ver los memes que se irán subiendo en mi fanpage.