Aviso legal: La historia presentada a continuación está ambientada en los universos de MLP FiM, y Monster hunter, ambas no son ni de mi autoría, ni de mi propiedad.

Dichas obras son pertenecientes a sus respectivos autores y/o dueños, siendo estos Capcom y Hasbro para Monster hunter y MLP FiM respectivamente.

Hay días en los que simplemente uno desea no haber salido de su cuarto, a veces incluso desea haberse quedado dormido unas cuantas horas más y despertar hasta que hayan pasado unos cuantos días a salvo de problemas y sin que nada haya pasado.

Pues este fue uno de ellos para mí…

Solo era un típico estudiante de preparatoria, ya sabes, típico adolescente de dieciséis años, uno que otro grano, pasar por el clásico mal olor y el ritual de aprender el arte de afeitarse…

En general, todo iba bien en la mañana, típico dia en esta realmente larga pandemia de supuestas dos semanas, en realidad yo fui de los que, a modo de broma, decía que esta pandemia terminaría el día en que toda mi generación terminara la preparatoria, a dia de hoy…

Ya tengo la certeza de que eso no fue una broma, sino una profecía, estoy a punto de empezar a cursar mi tercer año de preparatoria, y la verdad este día fue de lo peor…

Primero, era el último día de vacaciones, eso significaba que mis amigos y yo estábamos juntos para el sagrado ritual de darle cacería a Magnamalo usando solo los cuernos de caza.

Pero, justo cuando prendí mi switch para hacer eso, se quemó.

No sé exactamente porque, solo se quemó sin motivo alguno, solo solo…

¡AGH! En verdad me acuerdo y me duele.

Simplemente no prendió, no prendió por más que rogué maldije, insulté, y me desesperé, fue un dolor directo al alma, sin mi switch no podría jugar al Monster hunter Rise, mucho menos jugar con mis amigos en multijugador.

Tampoco podía comprarme otra switch, un choque de auto la semana pasada obligo a mis padres a comprar un bocho para al menos poder ir al trabajo, y dado que yo solo soy, bueno un estudiante normal con una que otra afición en general siempre he estado pendiente de mis estudios así que no tengo ningún trabajo de medio tiempo para conseguir dinero adicional, dependo totalmente de mis padres en ese aspecto.

No pude hacer más que quejarme en ese aspecto, pero hey al menos podía jugar en línea otro juego en mi computadora portátil, tal vez el clásico shooter, o incluso unas retas del soccer simulator…

Pero una vez más el destino me odiaba porque la computadora, aunque estuvo conectada el tiempo necesario para tener la batería al máximo no prendía, sin importar que tanto me esforzara la maquina no quería encender ni siquiera el monitor.

Combinado a eso el día entero fue trabajo tras trabajo, una tormenta tiró varios árboles del jardín al suelo causando que se quedaran encimados y bloqueando todo el jardín trasero, sin más opción mi padre y yo tuvimos que hacer una limpieza intensiva que comenzó desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche, todo el tiempo que se supone debía pasar con mis amigos jugando al Monster hunter, lo pasé limpiando el jardín lleno de árboles caídos.

Era un día totalmente pésimo, hasta la comida, mi madre es una mujer que normalmente hace delicias culinarias como ningún otras, pero como ella también ayudó a limpiar el jardín no hubo de otra que comer la clásica sopa instantánea, sin embargo, no trajeron el sobre con el saborizante así que fue como comer fideos con agua sin sabor alguno.

Para cuando llegamos a las diez de la noche para dormir, ni siquiera me bañé, fui directo a dormirme en mi cama, el ventilador de techo ayudaba bastante a relajarme y sentirme fresco.

Hasta que cuando estaba por finalmente sumergirme en el sueño, una tormenta comenzó haciendo que la corriente eléctrica se cortara…

― ¡¿AHORA QUE HICE PARA MERECER ESTO?! ― Me levanté visiblemente molesto ― ¡¿QUÉ RAYOS HICE?!

Casi como en respuesta un trueno sonó a lo lejos mientras la tormenta se intensifico como si me respondiera con un "Jódete".

― Agh, vaya día de porquería ― En silencio tragué saliva intentando dormir, pero entonces la computadora se encendió sola, no sabía que estaba pasando ― ¿Ah?

En silencio me acerqué a la computadora y vi como esta estaba con la pantalla en estática, lentamente apareció frente a mi la pantalla de inicio de un juego que conocía, Monster hunter World, pero la canción era diferente, sonaba… sonaba… como la introducción de una serie que conocía un poco.

Paralizado, no podía hacer nada, solo mirar como la portátil estaba manejándose sola con un brillo anormal para una computadora lentamente cambiando la pantalla de entrada por la imagen de una criatura verde y con grandes dientes

Intenté correr tras recuperar el control de mi cuerpo tras cinco segundos de parálisis, pero apenas llegué a la puerta y la abrí fui envuelto por un brillo masivo que venía desde detrás de mí, voltee para ver que pasaba y…

― ¡MIERDA! ― Miré como frente a mí estaba una criatura reptiliana, de un hocico largo y masivo con grandes filas de dientes, saliva fluyendo por su hocico, era verde, con un cuerpo robusto y pequeñas extremidades delanteras, pero las traseras eran extremadamente musculosas, era alargado y en cierto modo recordaba a un pepino su cola era masiva y musculosa ― ¡¿UN DEVILJHO?!

No sabía qué hacer, estaba frente a frente con esta cosa…

Ok, ok… tranquilízate, tranquilízate… solo es un sueño…

Pero entonces sentí como si estuviera cayendo, eso no tenía lógica más aún si sentía tan realista, tenía los brazos extendidos a los costados y una vista anormalmente aguda.

El monstruo me rugió y dio un paso lanzando un humo negro con algunos rayos rojos, casi como en respuesta intente cubrirme con mis brazos, pero al hacerlo a esa velocidad sorprendentemente me aleje hacia atrás, no entendía que pasaba.

El monstruo entonces dio un salto atrapándome por el cuello y jalándome al suelo impactándome con un sonoro estruendo, el dolor era horripilante, era como ser cortado por miles de agujas diminutas en mi cuello, pero cada una se clavaba hasta estar peligrosamente profundo, luego al ser jalado la fuerza centrífuga me hizo perder la noción del espacio, ni hablar del impacto que me hizo rebotar contra el suelo tras el choque lanzándome hacia atrás lo que creo que serían unos dos metros…

Entonces sentí una ligera molestia tras ponerme de pie y voltear a ver noté que había arboles arrancados, rotos y quebrados, no sabía que demonios pasaba cuando entonces miré de nuevo al monstruo, esta vez rugió con una potencia como ningún otra había escuchado.

― ¡ALEJATE! ― Contesté y sorprendentemente además de mi voz sonó un fuerte rugido parecido a un aullido, pero anormalmente familiar, aunque no podía saber que era ― ¡AGH!

Salte hacia atrás esquivando de puro milagro un mordisco del Deviljho, al instante aterricé encima de unos árboles detrás de mí.

La sensación al instante que mis pies impactaron… fue como pisar un lego y un cristal roto al mismo tiempo, sin embargo, no había sangre o herida, solo un dolor horripilante.

El monstruo estaba por cargar de nuevo en mi contra cuando entonces tras dar unos pasos hacia atrás choqué contra algo, algo que no pude ver, nada más voltear…

Había un gran carnotauro rojo, con una especie de casco de metal, un cuerpo largo y musculoso, pero por encima de todo… esa maldita cola que al instante fue encendida al rojo vivo por el animal una vez este la pasó por sus colmillos.

Un Glavenus, ¿qué carajos hacia yo entre un Deviljho y un Glavenus?, ¿Más aún, porque lo veía como si fuera de mi tamaño? Esos monstruos son muchísimo más grandes que un humano…

Hasta que entonces noté algo, no tenía manos, ni brazos, en su lugar tenía unas alas membranosas con bordes negros, eran de gran tamaño proporcionalmente serían más largas que mis brazos, al instante vi como el Deviljho cargó hacia mí rugiendo y lanzando saliva por doquier, el Glavenus giró listo para impactarme con su cola al rojo vivo.

No sabía volar, aunque tuviera alas, pero esto era valido el intento, salté con toda la fuerza de mis piernas/patas, la verdad no sabía que tenía ahora, y agite lo más rápido y fuerte que pude mis alas, el resultado fue que cuando me di cuenta había logrado elevarme lejos de ambos seres, aliviado respiré, pero pronto noté algo más.

Estaba dirigiéndome hacia atrás, al voltear impacte con fuerza contra una montaña causándome un dolor de cabeza y espalda horripilante.

En más de una ocasión en el pasado me había golpeado contra un muro, ya fuera jugando con mis amigos o haciendo deportes, incluso resbalándome, pero nada de eso me pudo haber preparado para el dolor infernal que sentí en ese momento.

Al menos no dolía tanto como el área mordida por el Deviljho, esa área ardía como si me hubieran puesto ácido, ni hablar del constante sangrado.

Tras caer penosamente aterricé de espaldas sobre unos árboles quebrándolos y sintiéndome como si hubiera caído encima de cristales rotos y tachuelas, tras esto intente moverme pero todo esfuerzo era en vano, lentamente comencé a rodar y a caer por un barranco.

Heh, tal parecía que había sido llevado a otro mundo en plena pelea con un monstruo… había ocasionado una Turf war entre un deviljho y un glavenus, y ahora estaba por morir cayendo de un barranco…

Un momento, tengo alas.

Batí con fuerza tras tomar una posición más erguida pero no lograba nada, no importaba que tanto me esforzaba no sabía volar, por momentos lo lograba, pero rápidamente me cansaba, eso me hacía bajar las alas y comenzar a caer.

Viendo cada vez más cerca el suelo tragué saliva y extendí los brazos, intenté mantenerme acostado en el aire con los brazos extendidos, para mi sorpresa funcionó pues logré planear durante unos segundos.

Entonces hubo una luz cegadora de nuevo, no tenía ni idea de porque, pero era la segunda ocasión, esta luz me hizo cubrirme los ojos con mis… ¿Manos?

Al instante que pasó eso perdí el "equilibrio" que tenía cuando planeaba y rápidamente comencé a caer en picada, el paisaje había cambiado por completo y se veía como un bosque común y corriente, en lugar de estar a nada de tocar el piso, era como si me hubiera elevado de forma anormal tras la caída de antes.

Tras desesperadamente extender mis alas/brazos, tragué saliva y al instante comencé a planear de nuevo, no podía elevarme ni nada solo permanecer extendido.

Pero era doloroso, era muy cansado estar todo el tiempo con las extremidades extendidas y el cuerpo tieso hacia adelante como si estuviera nadando, el problema es que no había agua que me sostuviera ayudándome solo estaba el viento.

Mis ojos ardían conforme el viento chocaba con fuerza contra mí, mi cuerpo entero sentía dolor por las heridas en el cuello, el dolor de los impactos y los arboles ni hablar de la fricción con el aire que, aunque mi "cuerpo" podía sobrellevarlo sin problemas la sensación era incomoda, no dolorosa, incomoda, era frotarse con lija por todo el cuerpo de forma lenta, no era doloroso, pero era exageradamente molesto.

Lentamente comencé a aumentar la velocidad sin poder controlarlo, era obra de la gravedad seguramente, tras un minuto alcance una velocidad que ni siquiera cuando estaba en un automóvil había experimentado, vi como los arboles crecían conforme me acercaba y un riachuelo…

Y una especie de serpiente con bigote y cabello que salía del rio, lastimosamente estaba en mi camino conforme descendía así que hice lo propio…

― ¡CUIDADO! ― Pero esta vez mi voz sonó con el mismo sonido potente de antes, uno que ciertamente fue tan potente que hizo que la pobre criatura volteara mirándome con los ojos abiertos de par en par visiblemente aterrada ― ¡CUIDADO DIJE, NO PUEDO VOLAR!

Siendo honesto, la verdad esperaba algo muchísimo más doloroso pero la criatura logró inclinarse y desaparecer en el agua, yo por mi parte impacté de lleno contra el rio y luego contra unos arboles del bosque rodando unas tres veces hasta quedarme recostado encima de árboles caídos.

El dolor… es dolor sin duda alguna había sido lo más doloroso que jamás había experimentado, bueno, sin contar la vez que una pelota de baseball me dio directo en el codo… eso si fue una experiencia astral.

― Ahg… vaya dia de porquería… ― Yacía tumbado de espaldas encima de los arboles caídos y entonces la serpiente salió del agua mirándome y hablando en una voz algo cómica ― Oye… ¿estas bien amigo?

― Si con bien te refieres a que me duele hasta la ultima fibra de mi cuerpo… pues sí, estoy bien ― Contesté sin pensar mucho pero luego me di cuenta de lo que pasaba ― ¡UN MOMENTO, ¿PUEDES HABLAR?!

― Pues… tampoco es que tú estés hablando, digo, no sé como te entiendo, pero en sí estoy escuchando más que nada rugidos y sonidos muy… bueno, aterradores ― Contestó la serpiente sorprendida a juzgar por su voz masculina ― Ok… ok… debo estar soñando… respira profundo… y pellízcate…

Intenté pellizcarme, pero entonces noté de nuevo las dos alas que tenía por brazos, así que sin más opción decidí morderme

― ¡AUCH! ― Rugí de dolor al sentir como si pequeñas agujas se me clavaran además de cómo si un pato o alguna otra ave me mordiera ― ¡Hey, si tienes hambre hay pescado, no tienes porque morderte!

La serpiente frente a mi desapareció y reapareció tras unos segundos asentando frente a mi unos pescados de tamaño diminuto, o bueno, supongo que si soy más grande que los árboles eso significa que esos peces en realidad son tamaño normal.

― Igual estaba por cenar, ¿te gustaría acompañarme? ― Habló el ofidio frente a mí y en silencio me levanté como pude para empezar a caminar, era un poco difícil y lento, perdí el equilibrio y tuve que extender mis alas a los costados para mantenerme algo estable mientras estaba inclinado ― ¿Estás lastimado amigo?

― Pues, me metí en una pelea antes de aparecer por aquí ― Contesté señalando como pude con mi ala derecha hacia mi cuello todavía sangrando ― ¡En el nombre de todo lo que es bello, ¿qué te hizo eso?!

― Pues… fue… Deviljho… ¿no lo has encontrado? ― Contesté y luego al instante me di cuenta de que rayos estaba diciendo, estaba hablando con una serpiente con cabello y bigote sobre un monstruo imaginario mientras mi cuerpo tenía alas y era anormalmente grande además de que caminar era algo difícil y había quebrado arboles por doquier, sin contar que había tenido que planear para llegar hasta acá, sin contar que hasta hace poco estaba en mi casa cuando mi computadora se prendió sola ― Ah espera, creo que no tienen de esos por acá.

― Y… ¿Quién es deviljho? ― Preguntó el ofidio mientras usaba dos troncos secos para frotarlos y hacer un fuego a un costado, colocando los peces en unas ramas para dejarlos cocinándose en la fogata improvisada ― Suena como que es un tipo malo.

― Malo es poco, imagínate un reptil verde gigante más grande que yo, más musculoso, con un hocico lleno de dientes, bípedo con dos patitas delanteras diminutas, una cola excesivamente musculosa, que siempre está yendo de un lado a otro buscando a que, o mejor dicho, a quien comerse, su saliva es acida y una vez te atrapa… bueno, no te suelta hasta que te mata ― Contesté y luego tragué saliva nada más darme cuenta que acababa de hacer una descripción muy inexacta de un deviljho y el rostro del pobre ofidio demostraba horror puro ― En el nombre de toda la moda… eso es horripilante…

― B..bueno, igual tampoco es que sea como yo, es otra especie completamente diferente ― Contesté nervioso y el ofidio se le tornaron los ojos llorosos ― No puedo creer que a una criatura tan hermosa como tú la hayan atacado de forma tan salvaje por un bruto como ese.

La criatura me abrazó con sus patadas delanteras asustándome un poco, no se sentía como un abrazo malinterpretado, sino era meramente un abrazo de compasión y amabilidad, de hecho se sentía como si fuéramos amigos de toda la vida.

― ¡Ah, la comida! ― Al instante el reptil me soltó y sacó del fuego los pescados y los asentó frente a mi y él ― Solo ten cuidado esta un poquito caliente, pero confía en mí, esta exquisito.

En silencio me incliné, no podía levantar los pescados por la forma de mis alas, así que intenté con inclinarme y acercar mi boca para hacer consumirlo, lentamente me incliné y bueno…

Era el pescado asado más delicioso pese a ser meramente carne asada, igual las ramas con las que se había clavado no eran un problema, igual el ofidio frente a mi comía de esa manera tranquilamente.

― Estas ramas cuando se cocinan con la carne fortalecen el sabor de forma exquisita, además son comestibles ― Habló el reptil frente a mí mientras que no pude sino hacerle caso y comer ― Por cierto, ¿de dónde vienes?

― La verdad… no sabría cómo decírtelo es un lugar muy diferente de aquí… al parecer ― Contesté mientras que el reptil ladeo levemente la cabeza ― Bueno, igual no olvides que el everfree es algo peligroso, sin embargo, un gigantón bonachón como tú no debería tener problemas.

― Pero si somos del mismo tamaño ― Contesté y el otro negó con la cabeza ― Yo soy más largo, por eso parezco de tu tamaño, pero en realidad eres más grande y pesado que yo, tienes más musculo no como yo que soy alargado.

― Bueno, si tú lo dices… ― Contesté mientras el reptil se inclinó comenzando a desaparecer en el río ― Ten cuidado amigo, nosotros los carnívoros a veces nos metemos en problemas con los ponies, digamos… que algunos se horrorizan con la mera idea de comer carne.

― … ¿ponies?, ¿hay caballos en este bosque? ― Respondí y el reptil negó con la cabeza ― Los ponies viven en ponyville y aunque la mayoría prefiere no meterse con nosotros en el Everfree a veces puede que termines encontrándote con algunos a las afueras del bosque cuando andes de cacería, cuando eso pase simplemente deja a tu presa y retírate, es mejor eso a que te consideren una amenaza.

― Pues, gracias por el consejo ― Contesté mientras me volteaba, aunque todavía lo miraba ― Tranquilo, igual la mayoría no te harán nada, solo se irán y se retiraran, además te recomiendo que si te encuentras con una pony blanca con melena y cola morada te quedes quieto, ella te dará unos conjuntos de ropa D.I.V.I.N.O.S, claro, si aceptas que ella lo haga, porque no voy a mentir de hombre guapo a hombre guapo, eres de los más elegantes que he visto en mi vida.

Eso ultimo me sonó algo peligroso, pero simplemente asentí mientras comenzaba a caminar.

Con el estomago lleno, el cuerpo adolorido y sin saber donde diablos estoy, después de haber aparecido de la nada en un lugar completamente diferente tras un día horrendo, ser herido en una pelea en la que no tenía nada que ver, tras hablar con una serpiente algo… "peligroso", así que no sabía que rayos pasaba.

No podía volar, aunque tuviera alas, porque simplemente no sabía y mi cuerpo era totalmente diferente a como era antes.

Me negaba a creer que ya no era humano al parecer, pero el tener que caminar inclinado hacia adelante con los brazos en una posición equivalente a tener los puños en la cadera para así tener el mínimo equilibrio al caminar… bueno, era una prueba convincente.

Aun así, necesitaba donde pasar la noche, la luna estaba en su mayor esplendor junto a las estrellas, era todo bellísimo y natural, sin ninguna luz artificial ocultando la belleza del cielo.

En un momento encontré una charca llena de agua transparente, contrario a los rápidos del otro río este era pequeño, apacible y realmente reflejante.

Ahí fue donde vi mi reflejo y comprendí porque motivo los árboles se veían tan pequeños…

Yo… yo…

Ahora era un Legiana…