Ahg… esto es una porquería…

Bueno, al menos me veo genial, digo, soy un Legiana, un monstruo que, si bien no es tan hermoso como Mizutsune, majestuoso como Kulve taroth o intimidante como Deviljho…

Es simplemente elegante, mi cuerpo actual es elegante con escamas amarillo claro y azul, unas marcas negras parecidas a una cruz en mis alas, las cuales eran realmente grandes, gigantescas la verdad, unas antenas en mi cabeza con membranas como si fueran velas aunque tras intentar una cosa logré que se plegaran, una gran y alargada cola con dos membranas parecidas a aletas, por más que intente "guardarlas" pero tras unos segundos solo logré plegarlas un poco con un dolor en mi retaguardia comparable con apretar las nalgas, y las patas traseras… eran geniales, mis patas con las que caminaba eran épicamente afiladas, me sentía como si estuviera armado hasta los dientes, y considerando la forma de mi boca y los espadones que tenía ahí dentro, la expresión era literal ahora.

Caminé y caminé… caminé y caminé… era simplemente ridículo, un animal con alas, gigantesco y con un cuerpo totalmente aerodinámico caminando como si fuera un pingüino ya que me cansé de andar con las alas extendidas o bien plegadas como si estuviera con los puños en la cadera.

Caminar así era más lento, excesivamente lento, gracias a mi tamaño andaba con una velocidad más o menos similar a la que andaría corriendo a máxima velocidad como humano, al menos eso era un punto a mi favor…

No sé cuánto tiempo caminé, al menos no exactamente, en términos generales, serían unos tres días gracias al ciclo de sol y luna, que me permitió medirlo, caminé y caminé, no tuve tiempo alguno de beber o comer algo, después de todo, no tenía ni idea de cómo usar este cuerpo, lo tenía todo, pero a la vez nada…

Durante el segundo día había llegado a una zona desértica, parecía el estereotipo del viejo oeste estadounidense, una mierda total…

Digo, mi cuerpo estaba visiblemente hecho para zonas menos calurosas, para mi buena suerte este calor era seco, y yo hasta hace días vivía en una zona de calor húmedo, toda mi vida viviendo a cuarenta grados en zona húmeda te da la capacidad de tolerar mucho mejor el calor y la perdida de agua en el cuerpo.

Para el tercer día me estaba volviendo loco la verdad, tenía hambre, sed, calor, estaba cansado y la verdad ya ni ganas tenía de seguir caminando.

En el bosque podría haber vivido de ese río, pero por regla general donde hay bosques suelen haber depredadores, y al ser un ser volador que no puede volar de poco o nada me serviría mi tamaño.

Incluso aun si pudiera usar la fuerza de este nuevo cuerpo, el peso y el tamaño a mi favor, simplemente no sé pelear, no tengo ni la mínima idea de cómo hacerlo, solo haría estupideces y rezaría porque funcionen.

Para el cuarto día no sabía que hacer, ya estaba cansado, tenía sed, calor, hambre y además mis piernas estaban hechas mierda, dolían como si hubieran sido quebradas mil y un veces, aun con los momentos de sueño durante las noches, me sentía más muerto que vivo.

Podría parecer débil, pero yo hasta hace poco solo era un muchacho más, no era una especie de protagonista que había entrenado toda su vida o que al sufrir el cambio de mundo se volvió infinitamente poderoso con una habilidad trampa.

Solo era un reptil alado que no podía volar, y que ya estaba por volverse loco.

El sonido de pisadas me llamó la atención para el cuarto día cerca del mediodía, me acerque por un relieve logrando ver algo totalmente diferente…

Debía estar alucinando, veía búfalos con penachos de nativos americanos cargando en estampida hacia unos caballos diminutos con ropas de vaqueros…

Y se estaban lanzando… pasteles…

¡COMIDA! ― Atiné a gritar con toda la fuerza de mi cuerpo mientras que comencé a correr inclinándome hacia adelante y extendiendo las alas, al hacerlo salté pasando del relieve hacia la "pelea" ― ¡COMIDA!

No estaba pensando bien, solo quería comerme esos pasteles… esos deliciosos pasteles… el olor, era tan delicioso que me hacia salivar tan solo mientras me acercaba.

Pronto comencé a usar más y más fuerza y velocidad, tenía hambre, estando inclinado naturalmente tenía extendidas las alas a los costados para mantener el equilibrio, con cada paso que daba el suelo temblaba, no sé que ceremonia sea esta, pero si se están lanzando pasteles tal vez me den algunos…

Efectivamente tras el shock inicial lanzaron pasteles en dirección mía, esas deliciosas y celestiales tartas de manzana impactaron directo con mi lengua cuando abrí la boca, al instante que pasó eso sentí un dolor leve en mi pata derecha, poco o nada me importó, quería los pasteles, vi unas mesas repletas de esos

― ¡PASTELES! ― No podía controlarme, el hambre de verdad estaba sacando lo mejor de mí así que tras consumir todos los que me habían lanzado comencé a correr con dirección de los animales.

Pronto lanzaron más y más, pero al ver que no funcionaba comenzaron a detenerse y volteando comenzaron a huir… ¡Llevándose la comida y derrochándola dejándola caer al piso!

No podía permitir semejante desperdicio, no había pasado hambre por días para que ahora que tenía aunque sea algo de comida al alcance me la quieran negar!

¡Si les doy miedo al menos déjenme la comida, no les he hecho nada!

Pero era inútil, no había de otra que seguir corriendo, pronto sentí el olor a manzanas provenir de una casa cercana, rápidamente estaban escondiendo los pasteles ahí.

Sin pensarlo dos veces metí mi cabeza con fuerza, la ventaja del cuello y cabeza alargado era que ahora podía hacer esta clase de cosas, rápidamente atrapé la carreta y la jalé hacia mí sacándola.

Comencé a deleitarme con esos deliciosos pasteles, intenté usar mis alas como si todavía fueran manos, pero tras fallar unas cuantas veces ya me había rendido, solo comía como podía.

Entonces ocurrió, un trió de búfalos llegaron golpeándome exactamente en el vientre, no me dolió mucho, a duras penas lo sentí, pero combinado con lo débil de mi estomago tras no comer en días, y el hecho de que estaba con la carreta peligrosamente cerca de mi boca, pues… pasó lo que pasó.

Me tragué la carreta sin querer, comencé a ahogarme, tambalearme, no podía hacer nada más que intentar escupirla, y mi estomago respondió haciendo lo propio tras una tos fallida.

Vomité, vomité lo poco que había comido junto a la carreta, para mi sorpresa lo que consideraba "poco" en realidad… era toda la comida que estaba en las carretas, volteando a lo lejos pude ver varios arboles seguramente manzanos por la forma, pero ninguno parecía tener fruta alguna.

El hambre volvió a causar estragos en mi mente, volví a sentirme hambriento y ahora… por raro que sonara.

Esos búfalos regordetes se veían apetitosos, todavía debatiendo sobre si era una buena idea o no atacarlos, fui impactado por algo totalmente diferente, en vez de lanzarme pasteles estaban lanzándome piedras.

El dolor me devolvió a la realidad notando que estaba sosteniendo con mi garra derecha a uno de estos búfalos y mi boca estaba peligrosamente cerca de él era como si estuviera a punto de matarlo a mordiscos.

Rápidamente lo solté dejándolo ir mientras di algunos pasos hacia atrás, más y más piedras fueron lanzadas en mi contra, me cubrí con mis alas resistiendo sin muchos problemas, pero el hambre estaba lentamente recuperando el control.

Sabía que si me quedaba perdería el control de nuevo, después de todo hace nada había atacado un pueblo de animales inteligentes sin pensarlo dos veces, solo porque sintió el olor a pastel.

Pronto los búfalos comenzaron a cargar hacia mi igual que esos caballitos en miniatura, estos se detuvieron apenas di un paso haciendo sin querer temblar un poco el piso.

En respuesta más y más búfalos y caballitos aparecieron, unos incluso levantaron un yunque y me lo lanzaron a la cara, al instante que eso pasó el dolor fue otra cosa.

No era comparable con el dolor del ataque del Deviljho, pero era una molestia era como que te lanzaran un lego a la cara, al mismo tiempo las pedradas pequeñas eran como decenas de mosquitos molestando y molestando.

Uno de esos caballitos teniendo un color brillante y amarillo voló usando unas alas en su espalda plantándose entre los demás y yo, esto ya era el colmo.

No sé si fue el hambre, la molestia de que un caballo, ¡UN MALDITO CABALLO!, estuviera volando, o tal vez el que los "ataques" eran como piquetes de mosquito, pero algo me hizo perder la paciencia.

― ¡AAAAAAHHHHHH! ― Según yo grité, pero eso se manifestó con un rugido tan potente que hizo que algunos de estos animalitos salieran despedidos hacia atrás, los que no estaban en frente mío se asustaron teniendo que sorprendentemente cubrirse los oídos con sus patas delanteras, tras esto extendí mi ala derecha como si todavía fuera un brazo haciendo un movimiento ascendente que mandó a volar a una gran cantidad de estos animalitos ― ¡LARGUENSE!

Algo se apoderó de mí y usando una fuerza de voluntad que ni siquiera sabía que tenía salté atravesando y rompiendo como si nada una serie de edificios con mi aterrizaje para luego comenzar a correr lejos de este lugar, la primera parte fruto de algo que controlo mi cuerpo, y la segunda ya fue iniciativa propia.

Corrí siguiendo unas vías ferroviales, no sabía que pasaría, la sed y el hambre estaban sacando lo peor de mí, deseaba dar media vuelta y regresar, comer lo que fuera que hubiese ahí…

Pero lograba forzarme a mi mismo a recordar que si tenían un pueblo, hacían pasteles, tenían peleas por territorio y además apenas aparecí dejaron de lado sus diferencias y me enfrentaron…

Eran inteligentes, por más que me costara distinguir si era de verdad o si estaba alucinando, pero no había mucho más que hacer, era alejarme o quedarme a pelear para luego arrepentirme…

No sé cuánto tiempo corrí, pero eventualmente regresé a una zona boscosa, era realmente bella la verdad, la humedad en el aire habría sido un problema si fuera cálida, pero era templada y sin calor, era realmente más tranquilo…

Y entonces lluvia, alce la vista viendo las nubes de lluvia lanzar el líquido vital hacia mí permitiéndome abrir la boca y dejar que la lluvia hiciera de las suyas…

La felicidad más pura recorrió mi cuerpo, irónicamente por una lluvia, lo mismo que hace algunos días me había hecho estar furioso tras un día horrendo, así que solamente estuve ahí parado intentando beber cuánta agua podía.

Era el agua más pura que jamás había bebido, era dulce, suave para tragar y daba una saciedad considerable, entonces escuché un sonido volteando y viendo algo nadando en silencio con toda la calma del mundo era un gran… ¿calamar?, ¿Pulpo?

― … agh… en verdad me voy a morir enfermo… ― Mire al molusco, era pequeño comparado conmigo, pero debería ser bastante grande en realidad voltee a los costados en total silencio revisando que no hubiera nadie… ― Lo siento calamardito, pero tengo que comer hoy…

Sumergí con una rapidez que ni siquiera sabia que tenía mi pata derecha y logré atrapar al animal lanzándolo al suelo al lado mío era viscoso, realmente viscoso, no estaba acostumbrado a manejar mariscos tan de cerca, mucho menos tan frescos como para que estuvieran desesperadamente intentando regresar al agua, tampoco ayudaba lo anormalmente adorable que era para un molusco, parecía más una mascota que un animal…

Sin más opción me incliné y coloqué mi garra derecha rajándolo para matarlo, si mal no recuerdo así lo hacían los cocineros asiáticos haciendo su cocina con animales vivos, los rajaban por acá… y acá… listo, ahora ya estaba muerto.

Miré al animal muerto, y la verdad me sentí mal, después de todo acababa de asesinar a sangre fría a una criatura, incluso me preocupé por hacerlo rápido y en una zona específica…

Oh bueno, al menos no sufrió, así que ¿eso era un acierto?

Con gran incertidumbre simplemente me incliné sosteniéndolo con mi boca, tras levantarlo la sangre y el sabor de su carne fueron celestiales.

No sé si fue el hambre o mi nuevo cuerpo, pero sentí un sabor precioso, comparable con el legendario néctar de los dioses descrito en tantas leyendas, expresiones, videojuegos y series.

No tardé mucho en comenzar a comer, dado el tamaño del animal y el tamaño actual de mi boca solo hice lo que mi cuerpo me pidió me paré erguido y alcé la boca alineando mi cabeza y mi garganta en un ángulo perfecto de noventa grados, al hacerlo el animal atravesó mi tracto como si nada entrando con tal suavidad y rapidez que era aterrador.

Y tras eso, pasaron unos segundos y experimenté la tan ansiada saciedad, ya no tenía hambre, o bueno, ya no mucha, ahora lo que sentía era algo de sed, me acerqué en silencio al lago y bebí un poco de agua, pero entonces más dudas me azotaron la mente.

¿Qué rayos hacia un molusco de ese tamaño en un lago?, aunque bueno de que podía quejarme la verdad.

El lago era grande así que tras unos segundos de deliberar decidí entrar a limpiarme, estaba hecho un desastre la suciedad, y aunque no sé si puedo o no sudar con esta forma al menos si sé que puedo ensuciarme.

El detalle es que nada más entrar al agua si bien la sensación fue placentera, no tenía ni la mínima idea de cómo limpiarme las heridas en el cuello que tenía cortesía del Deviljho de hace días, así que sin más opción decidí imitar aquello que veía que hacían las palomas en los charcos de agua de vuelta en casa.

Simplemente volteé mi cabeza intentando llegar hasta mi cuello para "limpiarlo" a picotazos y mordidas leves como hacían los pájaros, la idea me parecía estúpida pero sorprendentemente funcionó, logré llegar, aunque no sabía si funcionaria.

Tras unos segundos de shock comencé a usar mi boca para explorar mi lastimado cuello, en el proceso encontré algo pequeño y doloroso al contacto, tras molestarlo durante unos minutos intentando atraparlo con mis dientes lo logré.

Eran dientes, muchos dientes clavados en mi cuello, conforme salían sentía un ardor horripilante, pero al sumergirme en el agua esta limpiaba mis heridas ayudándome bastante.

Era curioso, cualquier cosa que me viera no creería que soy un ser inteligente, solo pensarían que soy un animal acicalándose, y la verdad, no sabía si eso era mejor o peor.

Digo si fueran a verme como un animal tal vez harían hasta lo imposible por alejarme de los pueblos y ciudades, todo mi cuerpo grita a leguas "Carnívoro" y mi tamaño me hace especialmente peligroso, tengo como ejemplo lo que sea que pasó en ese pueblo con los burros de colores y los búfalos…

¿Son burros o son caballos?

La verdad no sé, solo sé que necesito aprender urgentemente a volar, no puedo andar como un pingüino todo el tiempo, es totalmente estúpido incluso si me inclino y ando con las alas plegadas voy demasiado lento, y voy a ser honesto, ¿Cómo se supone que consiga alimentos así?

Me gustaría comer frutas y verduras, pero a ciencia cierta, no hay suficientes, ahora que tengo la mente clara para hacer eso necesitaría hacer un plantío o algo semejante para poder comerlas sin dejar sin alimento a todos los herbívoros del lugar.

Digo, no es que sea un glotón, pero si un molusco de ese tamaño apenas y me ayudó un poco a detener el hambre, al menos lo suficiente como para poder pensar bien, no creo que comer una o dos manzanas me sirva de mucho, incluso todos esos pasteles que me comí antes cuando ataqué ese pueblo a duras penas me hicieron recobrar un poco el control de mi mente por el hambre, y eso que para eso probablemente no tenía tanta hambre.

En silencio tras terminar de limpiarme y salir del agua no me molestaba mucho el estar empapado, pero si me quedaba demasiado tiempo mojado tal vez empezaría a apestar así que simplemente sacudí todo mi cuerpo lo más rápido y fuerte que pude, como si fuera un perro.

Era una experiencia algo dolorosa, después de todo no estaba acostumbrado a hacer eso y mi cabeza dolió un poco.

Tras unos segundos ya estaba seco de nuevo, así que notando que ya era de noche debía buscar un lugar donde pasarla, después de todo mientras no pueda volar no puedo hacer nada más que correr para evitar problemas y peleas.

Si bien los días pasados no tuve encuentros con más criaturas grandes que el ofidio del río, no podía confiarme necesitaba aprender a volar pronto.

Caminé un poco más hasta encontrar una zona sorprendentemente apacible, era un claro en un bosque así que tras tomar unas cuantas hojas caídas usando mi cola las acumulé para formar una cama improvisada y simplemente me tumbé a dormir.

Las alas extendidas a los costados mis piernas algo flexionadas mientras yacían en el suelo, la misma posición que usé para dormir en días pasados… la verdad no podía evitar hacerlo, era la posición más natural que se me ocurría, y además la más cómoda hasta ahora.

(Cambio de perspectiva)

― ¡Sigo sin entender que fue eso! ― Una unicornio de color violeta claro con una melena y cola más oscuras pero igual con rayas de un color más claro estaba visiblemente conmocionada mientras estaba sentada en el vagón de un tren ― Pues… es obvio que se era demasiado elegante para ser solo un animal cualquiera, digo, ¡¿Vieron sus escamas?, tan solo de verlas se me ocurrieron muchísimos y preciosos diseños!

― ¡Se veía genial, no lo voy a negar, pero fue realmente extraño lo que hizo, solo llegó se comió los pasteles intentó comer más, los vomitó y luego se fue corriendo, aunque tenía alas! ― Continuaron en orden una unicornio de pelaje pálido y una melena y cola onduladas de color morado, y luego una pegaso azulada con cabello y cola de colores parecido a un arcoíris ― Bue…bueno… se veía muy asustado… el pobrecito tenía hambre, lo escuché gritar que quería pasteles…

La siguiente en hablar tímidamente era otro pegaso de pelaje amarillo claro con cabellera y cola rosadas, era bastante gentil en su hablar y estaba tímidamente hablando con las demás, aunque se notaba que confiaba en ellas.

― Puess…. ¿supongo que solo era un animal local? ― Habló un pequeño reptil morado con verde, mirando con algo de celos como la unicornio pálida seguía hablando maravillas sobre el reptil de antes ― No digas tonterías Spike, mis parientes me habrían contado sobre un monstruo que devora pasteles en Appleloosa.

La siguiente en hablar fue un aparente poni común y corriente, sin alas o cuerno, con un color anaranjado y cabellera rubia, ella estaba visiblemente conmocionada.

― ¡Oh , oh!, ¡Entonces preparemos pasteles en sugarcube corner, eso debería calmarlo! ― Habló en ese momento una poni igual que la anterior, no alas, ni cuernos, pero de color rosado claro y cabellera y cola rosadas pero más oscuras ― Vamos Pinkie, no es como si… la criatura se alimentara de pasteles, no olvides que los vomitó.

Habló entonces la unicornio purpura y Spike no tardó en contestar

― Vamos Twilight, además no creo que se haya ido con rumbo a Ponyville, podrías pedirle ayudar a la princesa para reconstruir Appleloosa ― Spike habló y pronto Twilight contestó ― Spike, estamos regresando porque los Búfalos y ponies decidieron trabajar juntos, dijeron que no necesitarían ayuda por más que nos esforzamos, y si son como Applejack creo que de verdad no la necesitan

― ¡Oye, solo una vez me negué a aceptar ayuda! ― La naranja contestó con unas risitas de parte de las demás ― Aun así, ¿por qué algo tendría alas y no volaría?

― Esa es una buena pregunta Rainbow, esas alas eran maravillosas y aun así no las presumía ― La siguiente en hablar fue la unicornio pálida y el pequeño reptil se tornó algo más celoso ― Rarity, tal vez es que simplemente no puede volar.

La identificada como Rarity estaba por decir algo pero Rainbow dash la alada azulada no tardó en intervenir

― ¡Bueno, entonces le enseñaré a volar yo misma! ― Habló con orgullo y altanería ― ¡Imagínate que tan rápido puede ir con esas alas tan grandes, si lograra tenerlo de mascota seríamos un duo tan rápido e impresionante que los wonderbolts rogarían porque nos uniéramos!

― ¡CHICAS! ― Gritó al instante Twilight ― ¡Creo que no entienden que es esa criatura, ¿verdad?

― No/Nopi/No/No dulzura/emmm tengo una idea/ No ― Contestaron los presentes para luego voltear hacia la pegaso amarilla ― ¿Sabes que es Fluttershy?

― Tengo una idea… pero… tal vez no les guste ― Habló la tímida criatura y el interés de los demás aumentó ― Es… un carnívoro, tiene grandes garras, su boca esta llena de dientes y además tiene los ojos apuntando hacia adelante… es como un águila de tamaño extra grande.

― … ― Al instante la emoción se tornó en un momento de absoluto silencio ― P..pero, tal vez no quiere comer carne, y por eso se comió los pasteles, tal vez esta buscando otra manera de sobrevivir.

― Igual ¡¿qué hace un carnivoro tan grande tan cerca de Appleloosa?! ― Applejack se tornó aterrada con la mera idea de que una criatura así estuviera cerca de sus parientes ― No creo que se quede en Appleloosa, leí una vez que los carnívoros no atacan manadas grandes, con los Bufalos y ponies juntos no creo que quiera atacar a nadie, esta en su instinto.

― ¡Los libros son una cosa, pero la verdad es otra! ― Rainbow procedió a hablar ― ¡En el nombre de Celestia, no me imagino que pasaría si logró que sea mi mascota, los Wonderbolts rogarían aún más una vez supieran que domestique un animal tan peligroso!

― ¡Eso es peligroso cariño!, digo, yo también quiero conocer más a esa criatura, pero si es un carnívoro creo que es mejor dejarle eso a Fluttersy. ― Rarity continuó y la mencionada se asustó ― ¡¿Qué?!

― Sí, como cuando hablaste con el dragón, son más o menos del mismo tamaño así que podrías hablar con él y así saber qué es lo que planea hacer ― Continuó Twilight cuando en eso el tren se detuvo ― ¡ACHK!

El sonido de gritos llamó la atención de todos saliendo de su vagón con rumbo al exterior del tren hacia el frente, viendo que había varios ponies tumbados en donde deberían estar las vías.

― ¡Santos manzanos! ― Applejack sea cercó y notó que las vias estaban sumidas como si algo hubiera pasado por encima y las hubiera hundido con su peso ― ¡¿Qué pasó?!

― Agh… no sabemos señorita, solo estábamos corriendo y de la nada nos caimos ― Contestó uno de los caballos levantándose algo adolorido ― ¿Todos están bien en el tren?

― Por lo pronto sí, pero va a ser necesario algo de esfuerzo para que pueda continuar ― Applejack continúo mirando las riendas que ataban a los corceles con el tren ― ¿Les gustaría una pezuña?