― ¡AAHHH! ― Un sonido aullante resonó por todo el lugar mientras que en un claro yacía nuestro Legiana favorito, mirando a una extraña criatura que literalmente parecía una esfera con alas y ojos de mosca ― ¡¿Qué rayos es esta cosa?!

Al instante se puso de pie lanzando al aire a la pequeña criatura esférica al aire mientras se alzaba en todo el esplendor de su cuerpo.

― ¡ALEJATE! ― Al instante gritó, manifestándose como un rugido realmente potente que mandó a volar a la pequeña esfera, que había estado volando a escasos centímetros del Legiana ― Agh, ¿qué rayos era eso?

En silencio comenzó a estirarse tras el susto inicial, la sed y el hambre habían vuelto, así que se dirigió hacia el lago, su intención era tomar un poco de agua.

Pero nada más llegar cuando estaba a unos meros centímetros de tomar agua una serie de ruidos raros llamaron su atención, haciéndolo tomar de nuevo una posición erguida.

A unos metros de él estaba una especie de tigre diente de sable, con parte de su cuerpo con la cabeza de una cabra las patas delanteras de tigre, con las traseras de oveja y una larga serpiente por cola.

Este animal estaba gruñéndole plantándose de manera agresiva contra él, llegando a pararse en sus patas traseras y lanzando zarpazos al aire hacia él, amenazándolo constantemente.

Sufriendo un ataque de pánico el monstruo extendió las alas si bien mucho más grande en cuanto a tamaño se hablaba, al instante que extendió las alas, en una reacción similar a cuando uno agita los brazos por el pánico, ocasiono que el felino diera unos pasos hacia atrás visiblemente intimidado.

― ¿Doy miedo verdad? ― Comenzó a caminar con las alas extendidas hacia el animal que estaba retrocediendo cada vez más rápido ― ¿Verdad que doy miedo?

En respuesta el felino saltó intentando atacarlo, pero al instante que dio un salto hacia atrás para evitarlo, sus alas generaron un poderoso viento que lanzó a volar al animal y de pasó elevó al legiana varios metros hacia arriba haciéndolo visiblemente asustarse y sacudirse al estar ahora por encima de los árboles.

― ¡VUELA, VUELA IDIOTA, VUELA! ― Desesperadamente agitó las alas lanzando más y más aire hacia el suelo elevándolo más y más y causando problemas visibles conforme se alejaba de este lugar más y más, sin poder mantener un control o siquiera volar como se debía, solo estaba elevándose desesperadamente comenzando a caer casi al instante que aleteaba ― ¡VUELA, VUELA DESGRACIADO!

Con una excusa de vuelo que era de todo menos adecuada o agradable el pobre chico se elevó en exceso comenzando a ascender hacia una montaña cercana, estrellándose de lleno contra esta, tras unos segundos giró logrando aferrarse a la roca para no caer.

No sabía cuánto tiempo había estado "volando" pero ciertamente había terminado muy lejos de su ubicación anterior, estaba aferrado a la roca de la montaña con su boca, patas y la abrazaba con sus alas… y ahí se quedaría.

No importaba que tan raro se vea, o que tan incómodo sea, esperaría hasta poder encontrar la manera de bajarse como se debía.

O bueno, probablemente eso haría si no fuera por el extraño caballo de alas blancas que estaba mirándolo en silencio.

Era un total silencio, casi sepulcral, mientras que esta criatura de gran tamaño y una crin impresionantemente larga y colorida con colores claros y pasteles, estaba de pie en el aire con sus masivas alas blancas extendidas mirándolo fijamente.

― Emmm, esto… no es lo que parece ― Tragó saliva, visiblemente nervioso y el ente se acercó a él y para su sorpresa ― ¿Eh?

Comenzó a "acariciarle" la cabeza con una calma aterradora, era casi como si no mostrará el mínimo terror por el enorme animal del tamaño necesario como para devorarla de un solo bocado.

Nuestro protagonista no sabía que hacer, pero lentamente comenzó a tranquilizarse mientras la criatura se alejó un poco y tomó una posición en unas rocas quedando de pie y extendiendo unas alas blancas en su espalda mientras lentamente comenzaba a mover su ala derecha en un movimiento de aleteo.

Tras esto miró al legiana esperando algo, este ladeo la cabeza inconscientemente, pero entonces el caballo blanco volvió a realizar dicho movimiento mirando su propia ala y luego de eso volteo hacia el monstruo mirando y esperando algo.

― ¿Así? ― Lentamente comenzó a mover su ala en el mismo movimiento, un movimiento de aleteo simple con su ala derecha y para su sorpresa al realizarlo imitando al corcel blanco el resultado fue que lejos de elevarse comenzó a ganar estabilidad en el área tan pequeña donde estaba aferrado, sintiendo como el peso en sus patas disminuía haciéndolo sentir mucho más calmado que antes ― Wow…

La criatura asintió mientras que ahora realizó el mismo movimiento con su ala izquierda, tras una demostración de unos tres segundos volteo hacia el legiana que detuvo el batido de su ala derecha perdiendo la estabilidad que había conseguido pasándose a caer, pero al comenzar a mover el ala izquierda recuperó rápidamente dicha estabilidad.

El ente asintió con lo que parecía ser una sonrisa en su hocico y tras esto rápidamente emprendió el vuelo acercándose al reptil sin miedo alguno, aleteando frente a él con ambas alas al mismo tiempo en un ritmo lento pero seguro que le permitía mantenerse en la misma posición, tras esto se inclinó un poco hacia el frente avanzando hacia su derecha, luego giró hacia la izquierda y lentamente avanzó hacia de nuevo las rocas en las que había estado antes.

Tragando saliva y visiblemente nervioso, el legiana intentó hacer lo que la criatura le había demostrado antes, un vuelo sencillo y corto, pero al instante en que frenó su ala izquierda del movimiento suave para así prepararse para él aleteo real…

Las rocas en las que estaba aferrado colapsaron rompiéndose y comenzando a hacerlo caer, aterrado el legiana comenzó a sufrir un ataque de pánico, pero la criatura blanca rápidamente comenzó a caer en picada junto a él mirándolo fijamente y tensando sus alas lista para emprender el vuelo.

El monstruo miró como esta rápidamente realizó un solo aleteo bastándole para no solo frenar su caída sino para también quedarse unos segundos en su posición, dicho aleteo había sido bastante fuerte.

El legiana desesperado intentó aletear pero la falta de coordinación lo hizo alejarse de la montaña pero seguir cayendo tras elevarse solo un metro, intentó de nuevo pero esta vez regresó peligrosamente cerca del monolito girando sin control alguno de su cuerpo mientras su cabeza pasó peligrosamente cerca de una saliente con punta.

La criatura equina volvió a caer junto a él en picada mientras extendía las alas tensándolas con fuerza visible, para sorpresa del legiana comenzó a "hablar" o bueno, a hacer sonidos que a los oídos del chico no eran sino sonidos típicos de un caballo, mientras usó su pata derecha delantera para señalarlo en las alas rápidamente.

El piso estaba peligrosamente cerca, unos segundos más y estaría hecho pure de legiana con un complemento de árboles y condimentos de roca de montaña.

La equina entonces lanzó un poderoso "Neigh" mientras daba de nuevo ese aleteo potente, desesperado el monstruo aun girando dio un solo aleteo con ambas alas logrando no solo detener su caída y dejar de girar sin parar, sino mantenerse flotando a unos cinco metros del suelo por fácilmente unos diez segundos.

La criatura equina se veía encantada con dicho resultado y aprovechando el momento comenzó a volar lentamente incitando al legiana a imitarla, lentamente el chico comenzó a aletear lentamente, pero con cierta fuerza, el resultado era que tras cada aleteo podía mantenerse flotando por unos dos o tres segundos.

La equina comenzó a aletear mientras se inclinaba un poco a su derecha cambiando de dirección y avanzando con el movimiento de sus alas, en respuesta el legiana intentó realizar lo mismo, pero, el preciso instante en que dio un solo aleteo para moverse a su derecha, salió disparado a una velocidad prodigiosa solo deteniéndose a duras penas cuando por pura suerte logró realizar un movimiento de alas que no solo lo frenó sino que le permitió girar hacia el frente y retomar su vuelo calmado de antes.

La unicornio alada no tardó en acercarse y asentir visiblemente ¿contenta?, ¿contento?, el legiana no lo sabía, pero este curioso animalito estaba enseñándole a volar muchísimo mejor que lo que habría aprendido por su cuenta, así que solo podía seguir sus lecciones.

Lentamente comenzó a elevarse y el reptil alado imitó, pero no se detenía después de elevarse la primera vez esperó diez segundos tras que el legiana se elevara y luego volvió a hacerlo, luego esperó cinco segundos, hasta que para el quinto aleteo estaba elevándose sin parar, y el legiana le seguía como podía.

La velocidad de ambos estaba aumentado a cada segundo hasta que atravesaron las nubes deshaciéndolas al instante, rápidamente el equino comenzó a volar hacia atrás tras girar y el legiana le siguió, para su sorpresa estando a esta altitud las corrientes de viento lo ayudaban bastante, se sentía anormalmente cómodo…

Se sentía en casa ahí arriba, y conforme los segundos pasaban la velocidad de ambos seres aumentaba, hasta que en cuestión de unos diez segundos estaban directamente yendo a lo que fácilmente serían unos ochenta kilómetros por hora, para el legiana era la mayor velocidad que en su vida había experimentado fuera de un vehículo, en cambio el unicornio alado estaba visiblemente feliz, casi como si estuviese jugando con él y se estuviera divirtiendo.

Entonces de la nada una esfera de fuego pasó entre ambos haciendo que el legiana parara en seco, el instinto salvándolo de caer al lograr flotar con su aleteo lento.

La bola de fuego se acercó al equino que también había parado y para sorpresa del legiana… reveló ser un ave de colores naranjas y rojos, que tras volar frente a la equina se acercó a él y lanzó un alegre graznido.

El ave se frotó levemente contra su pecho, y tras esto comenzó a volar al lado de la equina, graznando de nuevo mientras el caballo, bueno, hizo sus sonidos de caballo.

No podía entender que le "decían" pero si entendía que querían, al parecer querían que los siguiera, así que dicho y hecho comenzó a volar detrás del dúo que más rápido que lento comenzaron un vuelo a máxima velocidad.

El legiana entonces sintió un extraño tirón, algo estaba haciendo un "click" en su cerebro, su mirada se fijo de llenó en el caballo blanco, mientras que su cuerpo rápidamente comenzó a volar por puro instinto aprovechando de lleno todas y cada una de las corrientes de viento, tras unos segundos así logró volver en sí.

Pero lejos de reducir la velocidad, esta adrenalina de volar a semejantes velocidades era adictiva, se sentía feliz, se sentía bien consigo mismo, se sentía… "vivo".

No era para nada como la sensación de jugar videojuegos, ver películas, o incluso… bueno… siendo un varón soltero en plena adolescencia y sin haber tenido nada más que una novia hace años… creo que la tercera cosa es evidente por si misma.

La adrenalina lo hizo aumentar aún más la velocidad logrando superar al equino y al ave de fuego, ambos tras una sorpresa de unos segundos lanzaron sus respectivos sonidos como si fueran pequeñas risas y comenzaron a volar a su lado, algo que debía agradecerle a su cuerpo es que podía mantener la velocidad sin necesidad de aletear tanto, un solo aleteo le bastaba para mantener la velocidad durante unos cinco segundos, así que con una serie de dos o tres aleteos separados por unos cinco segundos podía perfectamente mantener el vuelo a esta velocidad.

Los tres estaban volando con gran velocidad, aparentemente divirtiéndose, aunque no tanto como el joven legiana que se sentía en la cima del mundo, tenía necesidad de gritar, de expresar todos estos sentimientos, toda esta felicidad…

Pero justo cuando estaba por hacerlo, una mancha azul pasó frente a él asustándolo y haciendolo parar en seco

― ¡¿PERO QUE RAYOS FUE ESO?! ― El aullido extremadamente potente sacudió a la equina y al ave mientras que la dichosa mancha regresó a máxima velocidad dirigiéndose hacia él, el legiana no sabía que hacer, si bien la adrenalina le estaba ayudando bastante no tenía ni la mínima experiencia en combate aéreo, y contrario al ave de fuego de antes esta mancha no daba indicio alguno de querer reducir su velocidad. ― ¡NEIIIIIHG!

Para su sorpresa el unicornio alado hizo un potente sonido y pasó por debajo suyo plantándose entre la mancha y él, dicha mancha se detuvo siendo visible que era un pegaso de color azul y varios colores en su crin y cola por eso la mancha además de ser azul tenía unos ligeros tonos arcoíris.

El legiana estaba sorprendido por la cantidad de criaturas de colores pastel en este lugar, lo cual era raro y lo hacia sentir como si estuviera en una especie de serie para niñas, pero, esto no era malo ni era molesto, además tenía una ventaja fundamental aquí…

En el "Mundo" o "lugar" donde estuvo antes, justo después de ser transformado en un legiana, fue recibido por un Deviljho y un Glavenus, el primero le dio la madriza de su vida sin esforzarse dejándolo con a saber cuantos dientes clavados en el cuello y un ácido constante quemándolo como si lo digirieran vivo.

Aquí en cambio, las criaturas "peleaban" lanzándose pasteles, si esa extraña pelea entre búfalos y caballos como si fueran nativos americanos y vaqueros no era una alucinación por el hambre, y además una hermosa unicornio alada le había enseñado a volar… espera… ¿es macho o hembra?

Bueno, no es como si pudiera simplemente mirarle la parte trasera y ya, no es un animal carente de inteligencia y además aún lo fuera no se conocen lo suficiente como para que no reaccionara violentamente.

Además, ¿por qué carajos le importa saber si un burro con alas y un cuerno es macho o hembra?, debería estar agradecido y punto, le enseñó lo que más necesitaba ser y listo.

Oh, el pegaso azul se acercó al legiana haciendo constantes sonidos de caballo pero no con dirección suya, sino hacia el suelo.

El legiana volteo hacia la dirección en que "hablaba" el pegaso azul, pero rápidamente se dio cuenta de algo.

En el piso había unas cinco figuras, de diferentes colores, posiblemente más equinos color pastel, pero en la cercanía había una extraña luz, una luz que al parecer los equinos no habían notado, y por la altura tampoco los de aquí arriba.

Dicha luz duró unos dos segundos más y cuando acabó de ahí salió algo que el legiana no tardó en ver algo que le heló la sangre…

Parecía un canino, con una piel roja con varios huesos sobresaliendo como espinas por su lomo y más que nada la cola, unas garras aterradoramente afiladas en el número de diez por cada pata, una gran mandíbula llena de dientes con unos más grandes sobresaliendo pese a tener cerrada la boca, su cuerpo cuadrúpedo era visiblemente delgado y probablemente más pequeño que el Legiana.

― ¡CUIDADO! ― El legiana rápidamente gritó mientras que comenzó a descender a la máxima velocidad posible, el cuadrúpedo depredador estaba peligrosamente cerca de las cinco criaturas equinas, así que no tenía de otra más allá que descender en picada para intentar al menos lograr alcanzarlo. ― ¡ALEJENSE, ESO ES UN ODOGARON!

Desesperadamente gritó de nuevo, sonando como el mismo aullido de antes de gran potencia, el canino comenzó a correr rápidamente hacia el grupo de equinos que habían empezado a huir, no del canino, sino del Legiana que descendía en picada hacia ellos.

Pudo escuchar que los dos equinos arriba suyo estaban alterados comenzando a volar hacia él al igual que el pájaro de fuego, pero no podía detenerse, ya no podía…

El odogaron, como así se llamaba el monstruo masivo, saltó rápidamente con rumbo hacia el grupo de cinco caballos color pastel, recorrió en cuestión de meros segundos una distancia aterradora, pero justo antes de que lograra atraparlos, el Legiana llegó impactándolo en una tacleada de cuerpo completo.

Ambos reptiles rodaron por el suelo, el legiana lo más rápido que pudo se paró sobre sus patas traseras, mientras el "canino" se levantó también comenzando a gruñir y caminar en una curva frente a él.

El miedo era palpable, el legiana no tenía ni idea de como combatir, mucho menos contra un monstruo muchísimo mejor armado para el combate terrestre, pero… debía intentarlo al menos, para que esos equinos pudieran irse.

― Emmm, b…buen perrito… p..¿podemos llevarnos bien? ― El legiana habló visiblemente asustado, pero en respuesta el odogaron rugió acortando la distancia entre ambos con una sola zancada y estando peligrosamente cerca de morderle el cuello, el alado esquivó por puro reflejo al alejar su cuello, sin embargo, dada la distancia tan corta entre ambos, aprovechó y dio un aleteo para avanzar mientras saltaba, el resultado fue que logró empujar al canino hacia atrás. ― ¡AGH!

Pero lejos de quedarse quieto el canino saltó tras ser empujado mordiéndolo por el cuello y parándose encima de su espalda apretando con fuerza, el dolor era horripilante, sin embargo, comparado con el dolor de la mordida del Deviljho, aun así eso no significaba que fuera capaz de soportarlo sin gritar de dolor.

El odogaron rápidamente cayó al suelo jalándolo y luego girando levantándolo y trazando una perfecta parábola antes de soltarlo justo cuando impactó contra el piso.

Tras esto saltó para terminar el trabajo, aunque los reflejos lo salvaron permitiéndole saltar hacia atrás extendiendo las alas y aleteando para lanzar un viento directo contra los ojos del canino este retrocedió un poco, mientras que la mente del legiana, tal vez por la adrenalina, tal vez recordando como peleaba un legiana en el videojuego, o tal vez por instinto, pero rápidamente alzó sus patas tensándolas y dejando preparadas sus garras, y al instante voló a la máxima velocidad que le permitieron sus alas impactando al odogaron de lleno.

La fuerza fue tal que directamente lo hizo caer al piso mientras terminó parado sobre el Odogaron, la sorpresa del alado fue tal que no sabía que hacer, pero pronto el canino comenzó a sacudirse de un lado a otro desesperadamente intentando soltarse, en respuesta recordando precisamente una de las muchas peleas dentro del videojuego de Monster hunter, el volador rápidamente concentró su fuerza en sus garras clavándolas con toda la fuerza que tenía ocasionando un grito de dolor de parte del canino.

Comenzó a rápidamente aletear levantándose a si mismo y al odogaron, pero lejos de poder volar solo se elevó unos segundos, para que luego el canino usando sus garras lo golpeara con fuerza causándole un corte profundo en su pata derecha y haciendolo soltarlo.

El canino aprovechó girando y cambiando la situación estando de pie encima del Legiana mordiéndole salvajemente el cuello, hasta que una mancha azul llegó impactando al canino en el costado.

Era el pegaso azul, que si bien no había logrado hacerle nada el poderoso monstruo si lo había distraído, este rápidamente soltó al legiana impulsándose para perseguir al pegaso azul.

El legiana miró como se acercaban el resto de los caballos de colores pastel, y el ave de fuego rápidamente atravesó cortando el camino entre el canino y el pegaso azul.

El equino con cuerno y alas lanzó una descarga de energía desde su cuerno haciendo que el Odogaron cayera sobre su costado, y girara, este rápidamente se levantó dando un salto hacia el ser pero antes de que lograra llegar muy lejos.

El legiana logró morderlo parándose en el proceso por la pura fuerza bruta del canino que lo arrastró hacia arriba por su salto, sin embargo, no lo dejó atrapar a su salvadora que le había enseñado a volar.

Rápidamente el legiana decidió probar con algo diferente y se dejó caer encima del odogaron usando su peso mientras lo mordía por el cuello, este comenzó a rasguñarlo sin parar, haciéndole horrendas heridas por todo el cuerpo, el dolor era insoportable, pero sabía que si no lo detenía aquí, probablemente estos equinos serían devorados vivos…

Él mejor que nadie sabía lo destructivo que era un Odogaron, lo había enfrentado varias veces en el juego, y sabía precisamente lo violento que era atacando sin provocación y llegando incluso a saltar varios cientos de metros tan solo para pelear con otros monstruos…

La presión de su mandíbula no cedió hasta que el reptil no pudo respirar más y comenzó a detenerse, tras unos segundos más se detuvo por completo tras haber desgarrado salvajemente gran parte del cuerpo del legiana, pero no sus alas que habían permanecido extendidas hacia arriba, tras que el odogaron dejara de moverse, todavía vivo y respirando, pero ciertamente incapacitado, el legiana clavó de nuevo sus garras comenzando a elevarse y tras alcanzar unos cinco metros lo lanzó al suelo haciendolo rodar y tras unos segundos voltearse y rugir antes de desaparecer corriendo a gran velocidad en dirección contraria.

― Ahg… agh… ― El legiana estaba en un estado mucho peor que el odogaron, si bien había logrado hacerlo huir, se notaba que ese odogaron lo había dejado mucho peor, ni siquiera sabía como lo logró hacer huir, porque aún era capaz de hacerlo pedazos si volvía ahora mismo ― ¡¿Estás bien?!

― … ― Volteó hacia su derecha viendo una pegaso femenina con color amarillo y crin y cola rosadas y una especie de tatuaje en su costado trasero ― … Definitivamente me golpearon muy duro…

El pobre legiana cayó inconsciente al piso por la perdida de sangre cortesía del Odogaron, pero al menos había disfrutado y descubierto varias cosas este día…

Entre ellas que tal vez arriesgar la vida por unos burros de color pastel enfrentando a uno de los monstruos más peligrosos de todos no era ni de cerca una buena idea… más aún cuando no podías ni cuidarte a ti mismo en primer lugar.