Octubre de 2010.
El reloj marcó la medianoche cuando la chica de cabello rizado iba caminando por un largo y oscuro pasillo. Ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba caminando, solo no quería dormir, no quería soñar con él, no quería recordarlo...
Siguió caminando, una ráfaga de aire frío se colo por alguna ventana e hizo que un escalofrío la recorriera de pies a cabeza, se abrazó a sí misma y maldijo por no haber traído un suéter, así que decidió que lo mejor era volver a la calidez que le brindaba su habitación que solía compartir con su esposo.
Tomaría una poción para dormir y despertaría como si nada pasara, como si nada doliera, como si no le faltará un pedazo de su corazón. Despertaría siendo Hermione Granger, la mejor bruja de su generación, heroína de guerra y maestra de Encantamientos de Hogwarts.
Cuando levantó la mirada se topo con una puerta de madera que tenía grabados de diferentes runas que no supo identificar. ¿Cómo llego a parar a ese lugar? Volvió su vista hacia atrás y sólo vio oscuridad, era imposible saber en qué parte de Hogwarts se encontraba.
Se sobresaltó al escuchar un susurro proveniente de detrás de la puerta, le pareció que era como el siseo de una serpiente seguido del chasquido de la puerta al ser abierta. Hermione dió un paso atrás asustada, el susurro se hizo más fuerte y le pareció entender que decía su nombre.
Su corazón comenzó a acelerarse, un frío le calo hasta los huesos e hizo el intentó de mover sus pies, dar media vuelta e irse corriendo de ese lugar. Sin duda alguna había algo o alguien que la estaba llamando.
Hermione ven, él está aquí, quiere verte...
— ¿Quién quiere verme? — preguntó en voz baja y dando un paso hacia adelante.
Draco está aquí, él quiere verte...
— ¿Draco está ahí? Eso no puede ser posible, él está... — ni siquiera podía decirlo en voz alta, pues eso significaría aceptar que él ya no estaba.
Te está buscando, ven y entra, yo te llevaré a él...
La castaña se debatía, se preguntaba si aquella voz que estaba escuchando era real o solo era producto de alguna alucinación, ¿acaso se estaba volviendo loca? Era una posibilidad, él había sido su ancla en los momentos en que se sintió que ya no podía más, el mantenía a raya las pesadillas, él era su salvación...
Hermione, amor mío, aquí estoy ven conmigo...
Esa era su voz, no tenía la menor duda, su Draco estaba ahí. Sin debatirse más corrió hacia dentro de aquella habitación.
La oscuridad la abrazo y una niebla comenzó a rodearla, se sintió débil con el corazón latiendole acelerado, el frío se apoderó de su cuerpo. Sus ojos se iban cerrando poco a poco, pronunció su nombre en un quejido y lo último que vio antes de dejarse llevar por la inconsciencia fueron sus hermosos ojos grises...
