Al siguiente día, Hermione salió de la habitación sigilosa, no quería despertar a Draco pero se llevó una sorpresa cuando lo vió sentado en el sillón, cuando se acercó pudo ver que en sus manos sostenía la máscara plateada que utilizan los mortífagos.

Se veía perdido en sus pensamientos, ni siquiera se movía, sus ojos estaban totalmente enfocados en la máscara.

De nuevo, la chica sintió ganas de abrazarlo, de reconfortarlo, de decirle cuánto lo ama…

— Tendré que regalarte una foto para que no te quedes como estatua observando — ella asustó pues se había quedado viéndolo fijamente — si les doy mi ayuda, ¿en verdad podrán ayudarme a rescatar a mi madre? — preguntó sin despegar sus ojos de la máscara.

— Por supuesto que sí, Harry está dispuesto a armar un plan para recatarla lo más pronto posible — respondió sentándose a su lado.

— Bien, les ayudaré una vez mi madre esté a salvó, eso quiere decir que su rescate debe ser ya mismo, comunícate con Potter y dile mi condición — ella asintió.

— Necesito una varita para mandar mi patronus — él volvió a verla pero no formuló la pregunta, de igual manera ella la respondió — tuve un percance en el camino hasta aquí y la perdí.

— Puedes probar utilizando una varita que le quité a uno de los tontos que servían al Señor Tenebroso — se levantó, fue hasta una mesa que tenía algunos papeles y libros sobre ella.

Ella la tomó y por un efímero momento sus manos se rozaron, el rubio trató de disimular el escalofrío que lo recorrió cuando sintió la piel de ella, se apartó rápidamente.

Hermione reprimió la sonrisa que quería florecer cuando notó lo nervioso que él se puso, ese gesto le dió un rayo de esperanza, en algún rincón de la mente de Draco estaba el recuerdo del amor que le tenía.

— Expecto patronum — pronunció agitando su varita, el chorro de luz salió transformándose en un dragón.

El Slytherin casi se cae de espalda al ver el majestuoso dragón irradiando luz y flotando escuchando atento el mensaje que su dueña le decía.

De pronto se sintió mareado y un dolor punzante se apoderó de su cabeza, imágenes de un recuerdo vinieron como una ola golpeando contra las olas…

Era él de eso estaba seguro, pero, ¿por qué demonios abrazaba a Granger? ¿por qué ella se veía tan contenta y cómoda siendo abrazada por él?

Vio entonces que ella lo tomó del cuello y juntó sus labios, se besaron con amor, con ternura, con pasión…

— Te amo, Draco Malfoy — dijo ella cuando el beso acabó.

— Te amo, Hermione Granger — él sacó su varita — ahora estoy listo para mis clases, necesitó aprender a realizar un patronus.

— Bien, pero primero déjame mostrarte algo — tomó su varita y pronunció el encantamiento.

Draco se quedó boquiabierto cuando de la varita de la castaña salió un hermoso dragón.

— ¿Cómo es eso posible? — preguntó asombrado.

— Una de las razones por las que la forma de un patronus cambie, es porque el mago o bruja se enamoró — explicó ella.

Sin decir nada, Draco volvió a besarla, amándola aún más de lo que ya la amaba…

El recuerdo se disolvió y sus ojos se conectaron con los de ella, entonces supo que algo no iba bien, no pudo decir palabra alguna cuando todo a su alrededor dió vueltas y perdió la conciencia...