Despertó debido a los rayos del sol que entraban por la ventana, su vista se poso al otro lado de cama, estaba vacío. Seguramente su compañero había salido.Se sentó con su espalda contra el respaldo de la cama, sus ropas estaban desperdigadas por la alfombra color blanco, cerró los ojos y los recuerdos de la noche anterior se hicieron presentes en su mente.Recordó el sabor de sus labios, la forma en que sus manos acariciaban su piel, el deseo en sus ojos y las palabras de amor que le decía al oído.Un estruendo la sobresaltó, tomó una bata y salió a la terraza, el miedo la apreso cuando reconoció el estandarte color blanco con el escudo de su familia...La puerta de la habitación se abrió de golpe y sus ojos se encontraron con los de su amado Draco, vio miedo pero también supo que él daría su vida por protegerla.Ella camino hasta él y se fundieron en un abrazo que le supo a despedida...El pequeño pueblo de Gea fue arrasado por la Guardia Real de Selas, las llamas devoraron todo a su paso.Gritos, llantos, súplicas...Nada le importó al rey, su objetivo era acabar con el monstruo del que su hija se había enamorado. No le importó siquiera acabar con la vida de su hija...Los amantes dieron su último suspiro tomados de la mano y viéndose a los ojos, diciéndose en silencio cuanto se amaban...Un aullido lastimero se escuchó en medio de aquel caos, la diosa Selene lloraba la muerte de sus hijos, los hijos de la luna...