"En un momento pensé escribir algo como 'lavame sucio', pero después cambié de opinión." Kurodo Akabane.
Title: En mi cama.
Rating: T
Starred: Ban y Akabane.
Genre: Shounen ai, humor. Slash muy leve.
Dedicate: Para Momichilee que quiso un Akabane-Ban :).
Hitori janai
- Ban, Ban, vamos a la playa.
- En un momento Ginji, tenemos que registrarnos.
- Este parece ser un hotel muy bueno –comentó Shido echando un vistazo al lobby -¿Seguro que tenemos con qué pagarlo?
- Eso espero. –contestó Ban.
- Por supuesto que tenemos con qué –dijo Hven volviendo después de haberlos registrados a todos-, conseguí que nos hicieran un gran descuento. Tendremos que acomodarnos de a dos por habitación.
- ¡Otra vez? –gritó Ban.
- ¡Intenta pagarte una habitación para ti solo si tanto te molesta! –rugió molesta la rubia.
Ban no tenía con qué discutirle a eso, pero en ese momento surgió algo más importante. Por encima del hombro de Hven vio que Jackal se había acercado a Ginji y le estaba diciendo algo en voz baja.
Ban corrió y casi se cae al frenar en seco.
- Ni se te ocurra; no voy a dejar que duermas con Ginji. –amenazó Ban a Akabane. Este último sonrió como siempre.
- Eso supuse –dijo con una risita.-A decir verdad, como vi que tanto te había molestado que durmiera con la Señorita Himiko, esta vez pensé cambiar de compañero para no incomodarte. Lo último que quisiera es caer más bajo en tu estima, Ban Mido. –se burló sutilmente Jackal. –Voy a pedírselo otra vez a ella.
- ¡Tampoco!-objetó Ban.
- Pero todos los demás ya tiene compañero…
Ban hizo rechinar sus dientes. No quería a Akabane ni con Himiko ni con Ginji…
- Entonces te quedarás conmigo –decidió.-Y Himiko podrá quedarse con Ginji.
Akabane rió por lo bajo y no dijo nada; dio la media vuelta y se fue.
- Ban¿vas a estar bien?-preguntó Ginji.
- ¡Señorita Himiko, Señorita Himiko, vamos a la playa!-invitó alegremente Natsumi, tirándola de un brazo.-Póngase su bikini y vayamos al mar.
- ¿Eh¿Mi bikini? N-no… mejor yo me quedo en el hotel…
- ¿No será que no quieres ponerte el bikini porque subiste un poco de peso?-preguntó Hven pícaramente.
- ¡Por supuesto que no!
- Ginji, tú sí vendrás¿cierto? –continuó Natsumi.
- ¡Claro!
Y así el grupo dejó el lobby.
- ¿De verdad no vienes? –preguntó Ban a Himiko mientras salían.
- Prefiero quedarme.
- No te pareces en nada a la Himiko que conozco. La Himiko que conocí hubiera sido la primera en correr hasta el mar. –Himiko no contestó nada.- ¿Sabes, yo no pienso que hayas subido de peso… ¡Pienso que te estás volviendo una vieja amargada, así nunca vas a conseguir novio! –dijo Ban sacándole la lengua y corrió tras los demás. Himiko corrió tras él para golpearlo, pero en un momento se estaban sonriendo el uno al otro.
- Ban¿sabes dónde está Akabane? –preguntó Ginji a su compañero que trataba de dormir a la sombra.
- No lo sé. Pero me alegro que no esté aquí. Si voy a tener que soportarlo a la noche, al menos no quiero verle la cara durante el día.
- ¿Ban, no crees que sea un vampiro? –dijo Ginji en tono de secreto.
- Puede ser…- Ban se dio vuelta para no escuchar más estupideces.
Ginji se levantó y dejó dormir a Ban.
- Ey, idiota.-Ginji se dio vuelta sabiendo que le hablaban a él. Ban le lanzó el bronceador –Toma esto: si no vas a quedarte a la sombra, mejor que uses protección.
- Gracias Ban. –sonrió Ginji, pero pronto llamó su atención algo detrás de Ban. El castaño también se dio vuelta: allí estaban Kazuki y Juubei con otra de sus cursis escenitas: Juubei le estaba poniendo bronceador en los hombros mientras Kazuki sostenía su cabello. Mido miró aún más atrás de ellos; a pesar de la distancia no tenía duda que era Himiko quien desde una de las ventanas del hotel miraba la playa.
- ¡Ey, Mido, nos falta uno!- llamó Emishi invitándolo a un improvisado partido de beach voley. Ban apagó su cigarrillo en la arena (qué sucio ¬¬) y fue con ellos.
- Esto no me había pasado antes.-dijo Emishi caminando con los brazos extendidos cuando volvían al hotel.
- ¿No te diste cuenta de usar protección solar? –dijo Shido.
- Sí lo hice, pero ya era muy tarde.
- Necesitas una ducha fría. –le recomendó Shido y entraron a la habitación que compartían.
- ¿Ban, tú estarás bien?- se preocupó Ginji por la perspectiva de su amigo de compartir una habitación con Kurodo Akabane.
- Por supuesto que estaré bien, con quién crees que estás hablando. Tú cuida a Himiko, sí?
- En tu lugar yo le diría a tu amigo que se cuide. –dijo Akabane llegando detrás de ellos.
- Jackal. ¿Dónde estabas?
- ¿Desde cuando te debo explicaciones Mido?- dijo pasando al lado de ellos. –Nos vemos.
Por alguna razón Ban temblaba de rabia, y tenía los puños tan apretados que se hacía daño a sí mismo.
- ¿Seguro que estarás bien?
- Sí…-suspiró y trató de calmarse- Esta vez tenemos camas separadas, sólo tengo que soportarlo en la misma habitación hasta la mañana.
Pasaron por una puerta que estaba abierta. Dentro, Kazuki y Juubei tenían otra de sus tiernos momentos: Kazuki estaba arrodillado sobre la cama mientras Juubei peinaba su cabello en una larga trenza.
- Ah, Kazu, Juubei, buenas noches.-saludó Ginji desde la puerta.
- Buenas noches-respondió Kazuki. –…Ya aprendí mi lección. –sonrió tímidamente. Todos recordaban su último percance.
- Pero esta vez dormirán en camas separadas –dijo Ginji. Juubei y Kazuki miraron para todos lados.
- Sí… claro… ñ.ñUuuuu.
Ban revoleó los ojos. Le deseó buenas noches a su amigo poniéndole una mano en el hombro, y a los otros dos con un gesto de la mano, y emprendió su camino hacia la habitación que le producía esa sensación de patíbulo.
Cuando entró Akabane ya se había cambiado para dormir y estaba doblando la ropa que se había sacado.
- Bienvenido.-saludó cuando lo vio entrar. Ban cerró la puerta de un portazo. Por alguna razón Jackal parecía muy divertido con todo, y eso sacaba de quicio a Ban.
El chico comenzó a desvestirse muy conciente de que Jackal lo miraba sin perder detalle. Miró por sobre su hombro y lo vio sentado en la cama, mirándolo con una sonrisa, como si estuviera en el cine esperando a que empezara una película.
- ¿Y tú de qué te sonríes? –le gritó.
Akabane sólo respondió con una sonrisa más amplia. Distendió la cama y se acostó.
- Buenas noches.-saludó y apagó la luz.
Ban terminó de cambiarse en la oscuridad y se acostó. Pero no hubo terminado de acomodarse cuando notó que Akabane se le metía en la cama.
- ¡Jackal, qué diablos haces aquí!
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- Baaa-an. Ban, despierta.-canturreó la voz de Ginji.
Ban despertó para ver cómo ocho muchachos entraban a la habitación. Pronto se dio cuenta que eran sólo cuatro y que estaba viendo borroso.
- Qué bueno verte en una sola pieza. – dijo Shido por saludo.
- Parece que Jackal es muy pulcro. –comentó Kazuki viendo la apenas desordenada cama de Jackal, que contrastaba mucho con el revoltijo en el que Ban dormía. Era obvio que pensara eso, pensó Ban, ya que Akabane ni siquiera había dormido en su propia cama.
- Ban¿bajas a desayunar? Después vamos a ir a la playa.
- En realidad se debe esperar una hora después de comer antes de meterse al mar.-apuntó Juubei.
- Sí, en un minuto –dijo Ban fregándose los ojos.-Sólo quiero darme una ducha antes de bajar.
- No te tardes. Nos vemos abajo. –saludó Ginji y salieron dejando a Ban solo en la habitación.
Miró alrededor. Akabane… ¿había sido un sueño? Supo muy bien que no en cuanto trató de moverse. Se sentó en el borde de la cama y se tomó un momento para despertar por completo.
La cama de verdad quedó hecha un desastre, notó. Se sonrió a pesar de sí mismo.
Sobre la mesita vio un cenicero con los restos de los cigarrillos que se habían fumado juntos; sólo una de las cosas que habían compartido esa noche. Ban pensaba en Jackal como un degenerado-pervertido-maníaco de los cuchillos pero no había sido así. Y además resultó un muy buen amante. La verdad, fue muy dulce. Pero no como esas mariconadas que hacían Juubei y Kazuki. Ban decidió que desde ese momento tendría una opinión distinta de Kurodo Akabane.
Fregándose los ojos una vez más, se levantó y fue al baño, y abrió una canilla para tomar una ducha.
- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!
- Ah, no pude dormir bien con mi piel quemada –se lamentó Emishi.- Qué molesto, fue muy incómodo.
- ¿Eso crees? Intenta dormir con un conejo epiléptico.-dijo Juubei mordazmente mientras untaba mermelada en una tostada. Se inclinó hacia Kazuki a su lado y le habló por lo bajo, apenas moviendo los labios - ¿Qué diablos tenías anoche? Me llenaste de patadas.
- Pero, estaban durmiendo en camas separadas- dijo Ginji.
- Es que… soy sonámbulo… -mintió Kazuki, pero como vio que eso no explicaba nada, se cayó la boca y volvió a su jugo de naranja.
- Yo no me puedo quejar; Natsumi resultó una excelente compañera de cuarto. –dijo Hven. –Anoche me hiciste un gran favor.
- Sí. Anoche vino el gerente del hotel y me preguntó si quería cambiar la habitación. Así que me dieron la suite. Tenía un hidromasaje, televisor¡y toda la comida que yo quisiera! –contó alegremente Natsumi.
- No sabía que hubiera una habitación así.-dijo Shido.
Se oyeron pasos estruendosos bajando por la escalera y un segundo más tarde apareció Ban, que se echó como un huracán directo al rincón donde Akabane se sentaba muy tranquilo rodeado de cinco platos y comía un poco de cada uno.
- ¡Akabane! –rugió Ban.
- Buenos días.-respondió muy tranquilo sin dejar de comer ni levantar la mirada.
- Dijimos que sería un secreto.
- Yo no he habierto la boca.
- ¡Eresunmalditodegeneradosuciopervertidoretorcidoporquémehicisteeso! –dijo Ban a través de los dientes apretados.
- ¿Qué cosa? –preguntó distraído.
- Mi trasero –dijo en voz baja, pero no con menos odio-; me cortaste y escribiste "Jackal estuvo aquí".
Akabane se rió divertido de su travesura.
- ¡No te rías, desgraciado¿Qué voy a explicarle a Ginji cuando lo vea¿Qué pasará cuando esté con una chica?
- No me preocupa, no soy celoso.
Ban se sentía a punto de llorar de la rabia.
- ¡Desaparécelo!
Akabane tragó lo que tenía en la boca y lo miró un momento antes de volver a su desayuno.
- Puedo rebanarte una nalga si quieres.
- ¡Te voy a matar! –aulló Mido desesperado.
- ¡Inténtalo! –invitó divertido- ¿qué te parece esta noche? Con permiso. –Akabane se levantó de la mesa, cargó dos platos y se fue comiendo.
- Ey, Ban, nos vamos!- llamó alegremente Ginji, sin idea de esa conversación.
- ¿A la playa? No… yo mejor me quedo… -contestó desanimado. Se quedó cabizbajo parado donde estaba.
Alguien llegó y le dio una palmada en la herida fresca. Ban se dio vuelta dispuesto a golpear con todas sus fuerzas a quien lo había hecho, pero se detuvo: era Himiko.
- No estás solo, Ban.
- Himiko… ¿tú también? –ella asintió apenas.
Se quedaron un rato en silencio sin saber qué decirse. Ban no quería hacer preguntas.
- Kagami tiene uno igual. –comentó Himiko hablando por fin.
- Kagami… Kagami… -a Ban le tomó un momento recordar de quién hablaban.- ¿Ah, Kagami también? …Un momento… ¿Himiko, cómo sabes?
- ¿Eh, ah, qué, yo¡Me voy a la playa!- dijo y salió corriendo.
Los buenos modales:
Permiso: Get Backer y sus personajes… ya saben.
Por favor: nótese que lo que hizo Kurodo Akabane está MAL. NO marquen a sus amantes.
Perdón: por la tardanza en actualizar, en responder los rv. Esta es la última historia que publique hasta que vuelva a casa, voy a tratar de ponerme más al día cuando me siente frente a mi propia pc, al menos antes de que empiece con los exámenes finaes.
Gracias: Por seguir leyendo, por dejarme reviews y por animarme a seguir.
Escena extra
- Akabaneeeee, lo hiciste de vuelta! -gritó Ban saliendo desnudo del baño.
- ¿Qué cosa?
- Aquí... -mostró un corte en su nalga derecha que decía "soy reinsidente".
- La próxima vez que te metas en mi cama como anoche dirá "soy adicto".- respondió entrando al baño con una sonrisa y cerrando la puerta en las indignadas/furiosas narices de Ban.
Fue directo a la ducha y dejó correr el agua. Le llamó la atención un fino hilito de sangre que corría por su pierna. Se volvió hacia el espejo y pudo leer una inscripción en su piel:
rebas sereiuq iS
ozih em néiuq
la amall zilef
6346622551
