Dos por uno es oferta… y si lo lavás destiñe.

Title: En mi cama

Rating: K. Apto para todo público, contiene violencia menor.

Genre: Romance.

Starred: Pareja doble: KazukixJuubei y BanxGinji, dedicado a Angichi.

Akai ito

Kazuki había tomado por costumbre frecuentar el Honky Tonk. Era la mejor excusa que tenía para rondar cerca de Ginji y ver cómo se encontraba. Aunque no siempre coincidían sus visitas con los momentos en que el rubio estaba en el bar, este sí fue uno de esos días.

- Yo no tuve la culpa –las voces se hacían más claras y fuertes a medida que los Get Backers se acercaban a la puerta y entraban al bar.

- Te pedí que esperaras un momento junto al auto, y que lo movieras si hacía falta.

- No hubiera podido moverlo, no sé manejar, y mucho menos estacionarlo; lo más probable es que lo estrellara. Además, te estabas tardando mucho…

- Y no pudiste esperar, ¿será que acaso no puedo pedirte ni siquiera un favor?

- ¡AUCH! –Ban golpeó a Ginji en la cabeza.

- ¡Ey!-se quejó Juubei que estaba allí con Kazuki. –No puedo tolerar esa falta de respeto hacia el Emperador Relámpago –le comentó a su amigo- Ese Ban Mido es muy violento.

- Te equivocas. Eso es solamente una muestra de cariño –dijo tiernamente Natsumi levantando sus tazas de té vacías. –Bueno, ESO SÍ es violencia.

En ese momento Ban y Ginji estaban tratando de estrangularse y electrocutarse mutuamente.

- ¡Ban, no le pegues!- lo retó Natsumi con un tono de súplica en la voz.

- Vas a dejarlo idiota a golpes. –dijo Paul.

- Creo que alguien ya se me adelantó en eso- respondió Ban.

Lo siguiente fue muy repentino; sucedió todo tan rápido que no les dio tiempo a quejarse: las espaldas de Ban y de Ginji se unieron de golpe y muchas vueltas de hilo los mantenían firmemente atados uno al otro.

- Son muy ruidosos. –dijo Kazuki, saliendo tranquilamente del bar. Juubei miró por última vez la escena y lo siguió.

- Kazuki ¿esa técnica…? –le preguntó una vez afuera.

- Sí. –respondió ocultando una sonrisa con éxito parcial.

- Sólo la vi usar una vez. –recordó Juubei con una sonrisa.

- Esa técnica la usaba mi madre…

-------------------------FLASH BACK----------------------------

- Discúlpame, no fue mi intención. No sabía qué era y quise ver.

- ¡Si no sabías que era hubieras preguntado, en lugar de meter tus torpes manos, niña!

- ¡Que no soy niña!

- ¡Ni siquiera eso tienes de bueno!

Unos jóvenes Juubei y Kazuki comenzaron a atacarse.

SGRASHH…

- Dis… dis… culpa.

- Rompiste mi kimono…

- Lo siento, ya te dije que…

Kazuki se lanzó sobre Juubei y rodaron por el piso a los golpes.

- ¡Qué es este escándalo! –gritó severamente una mujer, entrando a la habitación. Los chicos dejaron de pelear de inmediato para rendirle honores: Juubei se dobló en una reverente inclinación y Kazuki tocó el tatami con la frente.

- Madre…

- ¿Qué es lo que está pasando?

Los muchachos se irguieron de inmediato.

- ¡Rasgó mi kimono! –acusó Kazuki, y al segundo siguiente la habitación se llenó de las voces de los chicos, acusándose uno al otro y hablando a la vez.

- ¡Me mordió!

- ¡Tiró mi cabello!

- ¡Me pisó!

- ¡Me llamó cara de mono!

- ¡¡Silencio! –la mujer hábilmente unió a los chicos, espalda contra espalda, en un ovillo de hilos de seda. Se dirigió a su hijo –Kazuki: sabes que tengo que viajar. ¿Cómo podré partir con el espíritu tranquilo si sé que mostrarás este comportamiento en mi ausencia? –y luego a Juubei- Juubei: suponía que cuidarías a Kazuki estos tres días, pero en cambio te encuentro peleando con él.

Sin otra palabra salió de la habitación dejándolos atados como estaban.

Los chicos permanecieron castigados toda la tarde, y a pesar de que estaban muy dispuestos a colaborar para librarse del otro, no pudieron hacer nada por separarse. Pronto llegó la noche y aún seguían sentados en el piso, mirando en direcciones opuestas.

- No eres más que una niñita caprichosa, está muy bien que te disciplinen, ¿pero qué tengo que ver yo en esto!

- ¡Que ya te dije que no soy una niña! –Kazuki se inclinó haciendo que Juubei se doblara dolorosamente sobre su espalda. En represalia, este último se inclinó con más fuerza y Kazuki gritó al quedar de cabeza y con las piernas en el aire.

- Por lo visto aún siguen peleando. –dijo su madre desde la puerta y dio la media vuelta tan prono como llegó.

- ¡Madre!- la detuvo Kazuki- Madre por favor desátanos. Desátanos aunque sea para que podamos comer.

Había una bandeja cerca de ellos con comida que les habían llevado, y que no pudieron probar hasta el momento.

- Entonces parece que podrán irse a dormir sin comer. –respondió y cerró la puerta.

Pero pronto Juubei se dio cuenta que antes de irse había cortado los hilos exactos que liberaban su brazo izquierdo, mientras el resto de sus cuerpos permanecía atado como antes.

Juubei acercó la bandeja de comida con un pie y empezó a comer vorazmente.

- Toma.- dijo apiadándose del hambre del chico a su lado. Pasó un poco de comida sobre su cabeza, para llegar a la boca de Kazuki.

- Un poco más abajo.-pidió Kazuki, y Juubei intentó estirar más el brazo. –Un poco más. Más adelante. No, para el otro lado. ¡AH!

- Perdón. –No podía verlo pero Juubei supo que no intencionalmente le había aplastado la comida en la cara a Kazuki. Lo intentó de nuevo, y así fue como alimentó a Kazuki esa noche, siguiendo sus indicaciones…

Caminaron despacio hasta la cama, tratando de coordinar sus movimientos para poder acostarse.

- ¿Estás bien tapado? –Juubei acomodó las sábanas con cierta dificultad.

- Sí- Después de un rato en silencio en la cama, Kazuki habló: -Perdóname. Por haber roto tu estuche.

- Ese era mi estuche favorito. Perteneció a mi abuelo, es muy importante para mí.

- Lo sé, por eso quise limpiarlo. Quería agradecerte por el dolor de muela que me curaste la otra vez. No bastaba decir "gracias", quería hacer algo por ti. Por eso lo tomé; pero entonces entraste y me asusté, y se me resbaló de las manos…

- No llores.

- ¡No estoy llorando!-chilló Kazuki. Estaba tan arrepentido que su voz de llenaba de angustia y lo dejaba al borde de las lágrimas.

- No está tan arruinado –Juubei trató de restar importancia al problema. –Sólo se salió la tapa. Creo que podré arreglarlo sin problemas.

- ¡Te ayudaré si es necesario! –Juubei sonrió. -¿Perdóname, si?- insistió Kazuki.

- Está bien. Y tú… -Juubei se aclaró la garganta con incomodidad- perdóname por haberte tirado del pelo… Y por el pisotón… Y por haber metido los dedos en tu nariz… Y…

- Te perdono- se apresuró Kazuki, antes de que siguiera con una lista interminable.

- Kazuki…lo estuve pensando… Yo te protegeré. Mi familia siempre ha protegido a la tuya y yo también lo haré. Para eso he nacido. Yo te protegeré, durante los tres días que no este tu madre y durante toda tu vida.

- Nh-nhá. No necesito que me protejas si dejas de atacarme. Sé bueno conmigo; no tires de mi cabello ni me empujes. Sé dulce y te aseguro que no habrá nada más en el mundo que me aflija. Y no vuelvas a decir que me cuidas porque es una tradición o tu trabajo: quiero que seamos amigos.

- …Yo también. –Kazuki se sonrojó cuado la mano de Juubei acarició suavemente su mejilla.

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Era una suerte que el Honky Tonk no tuviera mucha clientela, que pudiera escandalizarse con el espectáculo que estaban brindado Ban y Ginji.

Kazuki regresó al Bar más tarde. Al verlo entrar, los Get Backers intentaron correr hacia él, los dos a la vez, los dos por su cuenta, pero lo único que lograron fue perder el equilibrio y caer.

Kazuki caminó hacia ellos. Desde el suelo le llamaban las voces de los muchachos, quienes, con ruegos uno y con amenazas otro, trataban de persuadirlo de que los liberara.

- Kazuki- llamó Ginji, habiendo rodado dorsal y ahogando la voz de Ban que quedó de cara aplastado contra piso.- ¡Kazu, por favor desátanos, necesito ir al baño!

No sabía qué tenía Ginji pero nunca podía decirle que no.

Estaba a punto de acceder a su pedido cuando la mano de Juubei se apoyó en su hombro.

- Ella no lo hubiera hecho.- dijo simplemente.

Kazuki suspiró ¿El Emperador Relámpago o su madre? Se volvió a su amigo:

- Supongo que nunca tendré su habilidad o su fuerza de carácter. Creo que todavía me falta mucho para dominar esa técnica.

- Esa mañana, antes de emprender su viaje, ella volvió y cortó todos los hilos. –recordó Juubei.

- Te equivocas –corrigió el Maestro de los Hilos tomando las manos del chico y entrelazando con él sus dedos- , no cortó todos los hilos. Esa mañana mi madre creó un hilo tan fuerte que ni siquiera ella misma podría cortar. Es el Hilo Rojo que une nuestros meñiques Juubei.

Los dos se quedaron mirándose a los ojos, embelesados, como si estuvieran en otro mundo.

A un par de metros de ellos, e ignorando su conversación, los Get Backers lograron sentarse.

- Esos dos se llevan muy bien –comentó Ginji lamentando que su relación con Ban no se pareciera un poco a eso.

- Ellos se conocen hace mucho tiempo –dijo Ban.

- A mí también me hubiera gustado conocerte de niño, Ban- sonrió Ginji.

- A mí no. –Ginji se entristeció por la crueldad de su amigo, pero Ban siguió: -Creo que nos conocimos en el momento justo. Si te hubiera conocido antes, hubieras pasado desapercibido para mí como tanta gente. Y lo mismo yo para ti. Pero nos conocimos en el momento exacto, cuando más necesitábamos uno del otro. Y ese es el lazo que nos une con tata fuerza.

OWARI.

Los buenos modales:

Permiso: Get Backers no me pertenece. La tradición del "Hilo Rojo del Destino" pertenece a la cultura nipona. Es la creencia de que un hilo rojo (invisible) une los meñiques de las personas que están destinadas a ser el uno para el otro. Romántico, no?

Por favor: déjenme review, lean mis otros fics, recen por la paz mundial.

Perdón: por ser una pésima onomatopeyista.

Gracias: Por leer y seguir leyendo. Sus reviews me animan mucho y me dan ideas para futuras historias, no dejen de hacerlo. Gracias!