¿Te amo... o no te amo...?
Los niños escucharon esas voces, pero siguieron con su magia, de la cual no eran conscientes...
¿o sí?
Cada vez era más notoria la diferencia de tamaño, hasta que tuvieron que empezar a pasar frente a frente, avanzando de costado. Cada vez faltaba más el aire.
Ginny empezó a jadear:
No... puedo... no puedo respirar... me a... me... aho... me ahogo.- A Harry empezaron a darle vueltas las cosas. Le dolía muchísimo la cabeza y también le costaba respirar... pero Ginny empeoraba a cada segundo y su estado era ya preocupante...
"¿Qué está pasando?" Se preguntó Harry. Pero no tuvo tiempo de contestarse porque Ginny se desplomó con peso muerto en sus brazos...
Respiraba con mucha dificultad. Tenía los ojos casi cerrados, se había puesto muy colorada y sudaba.
Súbitamente se puso muy pálida.
No, Ginny, no... no me hagas esto...- tosió debilmente
Ha... Harry...
Ginny...- tosió. Le empezaba a faltar el aire a él también
Harry... yo... no...- ella volvió a toser.
¿Q... qué?
Yo... no... yo... no quería... Dean... te... amo... a...ti- A todo esto, Harry la sostenía de pie entre sus brazos, pero le fallaron las piernas y se desplomó sobre el piso frío de piedra.
Como no tenía fuerzas ni para él mismo, no pudo evitar la mala caida de Ginny, que se dio la cabeza contra el duro piso.
Harry palideció aún más, si eso era posible.
Gi... Gi... Ginny... por... favor... no... estés... muerta!- No reaccionaba, pero él pudo ver como se armaba un pequeño charco de sangre debajo de la cabeza de ella. Empezó a sentir que le ardía todo el cuerpo, que no deseaba salir de ahí nunca más...
¡Ginny, no!- gritó desgarradoramente. Le tomó el pulso. Estaba viva. Se le ocurrió una idea, pero... ¡no podía encontrar su varita!... estaba tan aturdido que no pensó en qué peligrosas manos podría haber llegado a caer.
¡Ennervate!- dijo sacando las fuerzas de donde no las tenía, mientras apuntaba con la varita al de Ginny al pecho de la misma. Nada. Repitió la acción cuatro veces y a la quinta, la pelirroja tosió debilmente, entreabrió los ojos, se incorporó y apoyo la cabeza en el hombro del muchacho.
A Harry le dolía mucho la cabeza y le seguía faltando el aire. Pero entonces sintió que se le humedecía la túnica. Sangre. Recordó cuando Tonks le había arreglado la nariz en su sexto año en Hogwarts y lo intentó con Ginny. Excelente, dio resultado. Después le limpió la sangre seca con el hechizo "Tergeo", pero su túnica seguía humedeciéndose.
Harry la miró y tomó la cara de ella por la barbilla. Lloraba. Lo miró, pero luego desvió la mirada y empezó a murmurar para sí:
¿Qué he hecho¿qué he hecho¿qué he hecho¡¿qué he hecho!-
Harry la observaba sin entender.
Descuida, Ginny- empezó inseguro- sólo te has caido- jadeó. Le faltaba el aire- Pero ya te he curado.
¿Qué he hecho¿Qué he hecho¡qué he hecho!- seguía diciendo, mientras negaba con la cabeza.
Entonces emitió un chillido muuy agudo, no sin antes toser. Señalaba con un dedo temboloroso a algo... a alguien.
Harry fijó sus ojos en la misma dirección que ella.
Volvió a ponerse pálido: sobre su cabeza se alzaba una brillante marca tenebrosa y dos chicos pequeños que fueron convirtiéndose poco a poco en... Bellatrix Lestrange y Colagusano, los únicos dos mortífagos que no estaban muertos o en Azakaban. La mujer que reía triunfante sosteniendo dos varitas con el brazo extendido: Harry no sabía de quién podía ser la primera, pero la segunda era la de él...
A este le dio una sacudida el corazón... él ya había matado a Voldemort con esa varita... ¿sería la misma que acabara con su vida?... o... ¿con la de Ginny?
Suelta esa varita- susurró con las pocas fuerzas que tenía, pero con la voz igualmente cargada de odio.
Mmm... ¿sabes qué?... Pienso que podríamos jugar un poquito antes de devolvértela... o llevarla a tu sepulcro...
Cállate...- ordenó Harry con la misma voz susurrante.
¿Y qué si no lo hago¿me... matarás?- preguntó con una ceja levantada al tiempo que reía despectivamente.
Otra voz contestó esta vez. Era bastante aguda y sonaba lastímera, pero determinante:
Definitivamente es tu estilo el "juego sucio" ¿verdad?. Eres una rata.
Oh, ya ha salido a defenderte tu novia, chico... ahora veo las ventajas de ser "el famoso Harry Potter". Y en cuanto a lo de rata, déjaselo a Colagusano...- dijo mirándolo con desprecio- escapó con una mano menos,el muy idiota,- Colagusano la miró con una mezcla de reproche y miedo-
¡la mano que le había dado El Señor de las Tinieblas, él si que me da lástima... aunque no tanta como tú Potter. ¿Quieres ver como tu noviecita se va a reunir con la sangre sucia de tu madre?
No te atrevas a tocarla.- Procuró que Bellatrix no lo viera tomar disimuladamente la varita de Ginny, pero inexplicablamente gritó "¡Expelliarmus!".
¿Creíste que soy tan estúpida como para no vigilar cada uno de tus movimientos?- Aunque el muchacho no le prestaba atención... podría haber jurado que no había escuchado caer a la varita... hasta que la vocecilla de Ginny, que tenía los ojos entrecerrados dando la impresión de estar completamente concentrada murmuró mirándo a Bella a los ojos con odio:
¿Realmente quiere que responda a esa pregunta?- La mortífaga abrió la boca para contestar, pero Ginny agitó la varita: Lo que hizo fue un simple hechizo de piernas de gelatina, pero logró que la muijer caiga al piso y se de un fuerte golpe en la cabeza contra el duro piso, que la dejó inconsciente. En su caída también arastró a Colagusano, pero él cayó muerto. Aprovechando esto, Harry acarició una mejilla de Ginny, le sacó su varita de las manos a Lestrange y la mató, después de intentar dos veces, porque estaba demasiado débil para hacerlo a la primera.
Las paredes volvieron a su tamaño original y los dos corrieron a la puerta de aquel pasillito para respirar.
Pero se frenaron cuando recuperaron el oxígeno y Harry se le acercó un poco.
Ginny... ¿de qué te lamentabas antes?- Ella lo miró con expresión seria, casi triste... cómo a un pájaro destinado a que lo encierren en una jaula... al que le roban la libertad
Harry...- respiraba profundamente para recuperar el aire que le había faltado.- Harry... yo...- él recordaba, en realidad, que Ginny le había dicho que había algo que no había querido hacer relacionada con Dean y que en realidad... lo amaba a él... pero le dolió mucho, porque ya había cerrado las puertas a ese amor y ahora empezaba a salir con Cho...
Entonces, sin previo aviso, la chica que tenía en ese momento adelante, la dueña de los suspiros nocturnos, lo besó, como nunca lo habían besado... Era un beso hermoso, pero triste a la vez... Harry sintió como si millones de arañas de patas puntiagudas caminaran por su cuerpo.
Pero había algo que no le gustaba: de alguna manera, sentía que Ginny se despedía con ese beso... ¿Por qué¿Estaría relacionado con algo que tendría que hacer Dean?
Entonces la voz de ese muchacho aclaró, lamentablemente, todo en su mente.
¿Potter, qué haces con mi futura esposa!
Harry sintió como si un ardor muy fuerte se instalara en su cara hasta llegar a su garganta.
Luego miró a Ginny... empezó a entenderlo todo... entonces... ¿Ginny no quería casarse con Dean¿y por qué lo haría¿qué era lo que los separaba?... sí se estaba despidiendo con ese beso... ¡se estaba despidiendo de él¡de sus verdaderos sentimientos!...
Volteó hacia ella, interrogándola con su triste mirada... ¿por qué, Ginny?
Ella lo miró con unos ojos igualmente tristes y negó con la cabeza. Dean estaba muy desubicado, entonces Harry notó otra presencia: Cho estaba parada, cruzada de brazos cerca de Dean y miraba a Harry con expresión de incredulidad.
Harry... no llevamos ni una hora...
¿Llevamos?- preguntó Ginny sin poder contenerse, recibiendo, así, el entrecejo fruncido de Dean, que luego dijo
Si, amor¿no te parece una idea estupenda¡podrían ser la madrina y el padrino de nuestro casamiento!
¡ah, no!- exclamaron Harry y Ginny al unísono. "Esto ya es demasiado. ¿Ser padrino de la boda de la chica que tendría que estar casándose conmigo?"-pensó Harry
"No... no soportaría verlo vestido de traje, más guapo de lo normal justo para el día de la boda... me terminaría arrepintiendo... y él encima iría con Cho"- pensó Ginny, triste.
Dean cortó aquel ambiente incómodo por lo sano
Bueno... creo que sería mejor que nos vayamos... ¿Ginny... te gustaría pasar la noche en mi departamento?- le preguntó seductoramente.
Harry sintió ganas de asesinarlo y Ginny tardó en dar un tímido "no, hoy estoy muy cansada y voy a estar mejor en mi casa" con una sonrisa forzada. Harry se calmó un poco con esta contestación.
Vio que Cho lo miraba expectante, como si esperara que él también le preguntara si querría ir a su departamento, pero él estaba más convencido de que había convertido un gran error con Cho, aparte el departamento era compartido con Ron y no podía llevar a cualquiera cuando se le antojara...
Bueno, Cho si quieres te acompaño a tu departamento.- Tal vez no se dio cuenta, pero la decepción en su cara fue muy notoria ante las palabras de Harry...
Claro- accedió de mala gana
Mientras tanto, en la vivienda recientemente comprada...
Ron llegó sólo al departamento. Harry se había ido a un restaurante.
Se sacó el abrigo y lo arrojó para que caiga en un sillón.
Se sentó a la mesa con la cabeza entre las manos. Definitivamente ese no era uno de sus mejores días.
Trishah le preguntó tímidamente con una estridente vocecilla qué era lo que quería comer, pero Ron le agradeció torpemente (a lo que la elfina puso cara de terror) y dijo que saldría a estirar las piernas por el callejón Diagon... sí, eso sería lo mejor para despejar su cabeza en un día tan complicado como aquel.
Y así lo hizo.
Se detuvo, como cuando era sólo un niño enfrente de la vidriera con objetos para el Quidditch. Se dio una vuelta por el negocio de sus hermanos, quienes al verlo con esa cara accedieron a regalarle unas orejas extensibles, a las cuales Ron agradeció con una débil sonrisa y, tras metérselas en el bolsillo, salió a seguir caminando por el callejón.
Estaba demasiado desierto para su gusto... y oscuro.
Caminaba y empezaba a sentir frío a pesar de la gruesa campera de cuero que llevaba.
Entonces escuchó algo que le heló la sangre.
Un grito. Un grito de mujer.
¡Nooo¡Déjame en paz!- Ron corrió hasta donde sentía que venía la voz.
¡Aléjate!-
Era la entrada del callejón Knocturn. A simple vista se veía una sombra oscura, pero se podía ver, también, una cartera, una campera y una camisa que eran de la inconfundible talla de una mujer. Ella empezó a gritar.
Sin percibir la presencia de Ron, el hombre se movió un poco dejando ver la enmarañada cabellera y el rostro asustado y desesperado de... Hermione...
La sombra era muy enorme y pertenecía a alguien de movimientos toscos.
"¡Es el imbécil de Viktor Krum!"- pensó Ron.
Entonces se abalanzó sobre la sombra, al tiempo que se sorprendía por escuchar "De veras me atraes, sangre sucia" y lo hacía aún más al encontrarse encima del cuerpo de Gregory Goyle, otro de los mortífagos que inexplicablemente había logrado escapar a los aurors.
Hermione se apartó y se hizo un ovillo en un rincón oscuro, asustada.
El pelirrojo lo miró con desprecio y sacó su varita mientras decía completamente fuera de sí:
Eres un idiota, un asqueroso mortífago, estabas por abusar de la mujer que amo y la has llamado sangre sucia! así que, adiós. ¡Avada Kedabra!- la luz se fue de los ojos de Goyle y ese fue el fin de ese muchacho tan idiota.
¡Ron!- escuchó a Hermione gritar. Pero parecía estar muy lejos... es que en realidad, se estaba dando cuenta de lo que había dicho... ¡había gritado que amaba a Hermione!. NO quería darse vuelta y mirarla a los ojos. No podía... ¿cómo se sentiría si lo miraba con pena, con lástima?
¿dónde estaba la valentía de los Gryffindors cuando se la necesitaba?. Pero no hizo falta que haga nada. Hermione se paró en frente de él con los ojos llenos de lágrimas... Ron la miró deteninademente... entonces volvió a la realidad y se dio cuenta de que hacía frío y de que las ropas de ella estaban en el piso y sólo la abrigaba una finita y muy pequeña musculosa. Le hubiera gustado quedarse mirándola para siempre, pero se agachó, levantó su camisa, su campera y su cartera y se las puso.
Ella temblaba... pero no sólo por el frío...
¡Ron dijo que me ama¡Ron dijo que me ama! sólo eso se le cruzaba por la cabeza en esos momentos, además de un poco de conmoción por el horrible momento que le había tocado vivir minutos antes... Pero decidió que era tiempo de decir algo:
No sé que me hubiera pasado si no llegabas a tiempo...- murmuró algo cohibida.
Ron no sabía cómo sentirse... ella le estaba agradeciendo el haberla salvado... pero no había hecho ninguna mención respecto a su involuntaria declaración... ¿y si ella en realidad no le correspondía y estaba tratando de que los dos olvidaran eso para seguir siendo amigos, como siempre?.
Para aliviar tensiones, empezaron a caminar, pero él notó que ella temblaba. Se sacó su campera, después de todo, debía estar tan sonrojado que no sentía el frío, y la puso sobre sus hombros. Ella lo miró con una cara que Ron catalogó "la cara del ángel más hermoso" y se abrochó la campera que le quedaba tiernamente grande...
El chico parecía tener la lengua pegada al paladar. No podía hablar, no se animaba a decir palabra.
Ella miraba al suelo, todavía dudosa... "¿Realmente me ha dicho que me ama? Pero... ¿y si estoy tan ilusionada que ando escuchando cosas que jamás se dijeron?... Ginny ya me había hablado de aquella afección en los oidos que sufrían los magos (generalmente las chicas) cuando sentían algún sentimiento demasiado profundo... una obsesión, tal vez... Me muero si reacciono como si se me hubiera declarado y en realidad no pasó nada... Pero me prestó su campera... Bueno, un amigo puede prestarle una campera a una amiga tranquilamente... pero... ¿Ay, por qué tiene que verse todo desde un punto tan pesimista en un momento como este?... ¡Reconocelo, Hermione! estás obsesionada con Ron... tienes miedo a llevarte una desilusión y por eso tu mente elige pensar en negativo..."
La sacó de sus pensamientos enmarañados como su cabello la voz de Ron (aunque le pareció escucharla lejana), que le decía:
Hermione, es aquí.- Ella soltó una risita nerviosa. Por supuesto que sabía que era ahí
Es que si no te detenía podrías haber seguido caminando- bromeó, él.- Te invito a subir y tomar algo. Debes estar helada.
Oh, no es necesario...- empezó ella... pero conociendo a Ron, sabiendo que él se cohibiría enormemente antes de pedirle de nuevo que acepte su invitación, y, sabiendo también que por nada del mundo querría dejar de subir al departamento del chico a solas agregó rápidamente y rogando no parecer desubicada-... pero tienes mucha razón al decir que estoy helada, así que no me voy a negar a una taza de chocolate caliente.- Ron sonrió...
Vas a tener que aceptar que la haga nuestra elfina doméstica, Trishah, porque yo en esto soy malísimo...- "¿Por qué no una broma?", se dijo.
Hermione hizo una bromista cara ceñuda y entró por la puerta que el chico había abierto. Llamó con su varita al artefacto que Ron llamaba "Adendor" conteniendo la risa, porque le recordaba a ella de pequeña.
Llegaron al departamento. La puerta H. Él abrió y le hubiera sacado los abrigos a Hermione para ponerlos en el perchero, sino hubiera sido por los nervios y la vergüenza loca que tenía.
Ella pareció decepcionarse un poco ante esto, pero no fue muy evidente.
Entonces apareció Trishah, silenciosamente...
¿El amo y la señorita desean tomar algo?
No, no te hagas prob...- empezó la chica sonriendo amablemente y agachándose a la altura de la elfina.
Si, gracias, dos tazas de chocolate caliente, por favor.- dijo Ron de inmediato, y después dirigiénose a su invitada al tiempo que sonreía un poco- si no quieres que se mate a ella misma, no trates de parecer amistosa... no es una elfina muy sociable...-
Hermione respondió a esto negando con la cabeza
Siéntate- le ofreció él
Gracias- dijo ella, esperando que le corra la silla, pero esto no pasó. "Hermione te estás volviendo completamente loca... ¡eso pasas en los cuentos de hadas¿cómo te atreves a pensar que Ron vendría a correrte la silla¡NI siquiera estás segura de que te haya dicho que te ama!"- pensó con tristeza.
Ron estaba bastante nervioso, para no decir totalmente nervioso... "¿Tuve que haber dicho esto¿Se habrá enojado cuando le pedí que no le hable a Trishah¿Debí haberle corrido la silla¡No seas tonto, Ron¡Te tomaría para la broma¡La pondrías incómoda!"- se dijo.
Unos minutos después llegó una bandeja con dos grandes tazones de chocolate caliente, con galletas y montones de pastelitos.
Estaban frente a frente. Tomaron sus tazas y empezaron a beber el contenido en silencio... tal vez había demasiada tensión en el aire como para hablar... tal vez el chocolate estaba demasiado rico...
Ron aprovechaba la excusa de que estaba bebiendo para no tener que hablar, pero Hermione ya se estaba desesperando al ver que el chico no pronunciaba palabra.
Ambos tomaban su chocolate muuy despacio para no tener que tomar la iniciativa, pero todo se termina y el contenido de la taza también, así que tarde o temprano, alguno de los dos empezó a hablar...
A Hermione le costó mucho esto, pero finalmente se decidió:
Ron...
Si?
Ron... yo... yo... yo quería preguntarte si... si... si te pareció rico el chocolate...- soltó una risita nerviosa... "Nunca pensé que podría haber hecho un comentario tan estúpido. Debo haber batido algún record"
Ah... si... si, bueno, ya sabes que adoro el chocolate.
Ah... jeje... sí.- Después de un rato, volvió a abrir la boca, pero la cerró de inmediato.
Esto pasó otras dos veces, hasta que la tercera, dijo en un susurro:
Ron... hoy... en la entrada del callejón Knocturn... yo... tú... tú dijiste algo sobre... sobre que...
Ron... ¿Dijiste... que me... amabas?- "Sí, me ha escuchado. Pero tardó demasiado en preguntarme!... ¿y si me lo está diciendo sólo para aclararme que entre nosotros no podría haber nada?
Yo... yo...
-Continuará!-
