¡Hola, hola¿Qué tal todo el mundo? Espero que empezaseis el año bien (lo que es yo si… de echo, fuera de casa XD… ¡Que fiesta!) Y os deseo a todas y todos lo mejor para el 2006 :) ¿qué tal se han portado los reyes magos? Espero que bien, no tengamos que enviar una carta de reclamaciones…
Pues nada… ¿Propósitos para el año nuevo? Ya me contaréis… El mío es escribir más (aparte del fic) y estudiar también más… que en historia no me iba a venir muy mal… jejeje
Bueno, aquí os contesto a los Reviews…
Samantha: jejeje, me alegro que te gustara el capítulo. Las canciones están basadas en los bailes que tuvimos que hacer para gimnasia el año pasado y algunos de los que queríamos hacer pero no hicimos… en fin, que la música yo no la elegí, yo me limitaba a ayudar montando la coreografía y esas cosas… y bailando al fondo para que se me viera :p La canción esa es la UPA Dance… (Información sobre la letra… Review de Eli XD) Bueno, espero que te guste este capítulo también. ¡Muchos besos!
Eli¡Muy buenas, guapísima! Ejem, ejem… ¿TRES MESES DE ESPERA¿Tú te crees que soy de piedra? (avísame con una semana de antelación, para releerlo un poquito :p) Bueno, lo de los chicos debería haber estado en la mítica versión Eli… pero no había ganas después de escribir todos los bailes, calcular los litros de baba de los otros tres… y alguno más que había entre el público. Y ahora vas a leer (es muy poquito, pero suficiente para que se vea) con quien fue Dumbledore al baile y como acabó su cita… Ya te lo dije por el Messenger, pero de todos modos… ¡Muchas Gracias! Por que no tenía ni idea de la letra (se le llama pereza a abrir el google y mirarlo) y tampoco sabía de quien era (misma razón de antes). A ver que te parece el capítulo… ¡Muchos besos!
Cris¡¡¡¡¡Por fin sale Severus! Jejejeje, es una aparición fugaz… pero ya tendrá protagonismo a partir de este capítulo… ya verás, ya… Muajajajajaja! Estoooooooo… que sí, pues que me alegro que te haya gustado el capítulo y a ver que tal este… ;p ¡Muchos besos!
Elizabeth Mary Evans¡Hola! Bueno, bienvenida… ¡Muchas gracias por leerlo y por dejar el Review! Espero que también te guste este capítulo. ¡Muchos besos!
Miss Diggory Krum¡Hola! Me alegra que te gustara el capítulo, de verdad… Lo de las parejas, no te preocupes… Que todavía pueden variar un poquito ;p Espero que sigas leyendo y ¡suerte con tu propósito! XD ¡Mil besos!
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Eli-This love- http : www . fanfiction . net / s / 2046711 / 1 /
Cris-Dame una oportunidad- http : www . fanfiction . net / s / 2291106 / 1 /
Cris- Mi primera vez- http : www . fanfiction . net / s / 2410704 / 1 /
Eli-Es algo personal- http : www . fanfiction . net / s / 2424634 / 1 /
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Cris-Una última oportunidad- http : www. fanfiction . net / s / 2601052 / 1 /
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Espero que os guste y que me dejéis algún Review¡que siempre hace ilusión¡¡¡Un montón de besos!
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Capítulo 11
De Tequila y Ataques
- Eres un mierda…
- Todavía nos queda otra botella…
Sirius estaba terminando de hacer una pirámide de vasos de chupito.
- ¿has terminado ya?
- ¡Te patinan las pabralas…!
Los dos comenzaron a reírse estúpidamente.
- ¿Cuanto tequila llevamos ya? –dijo Alyra, quitando el vaso que estaba más alto y sirviéndose a Sirius.
- Una botella y media…
- Pues te gano… por que tú no te has tomado dos…
- Nada, nada… sírveme otro vaso para igualarte…
Alyra sirvió otro vaso y cuando se lo iba a pasar a Sirius, McGonnagall puso la mano y se lo tomó de un trago.
- Cerda hipócrita… ¿Sabéis que ha hecho esa zorra? Era mi amor… Él era mi amor… Y esa loba me lo ha quitado…
La profesora desapareció, murmurando. Los chicos se miraron.
- Que nunca te oiga decirme que estoy borracha…
- ¿Salimos fuera? –preguntó Sirius, mirando su vaso vacío.
Los dos se levantaron y salieron a los terrenos. No hacía mucho frío, pero a Alyra, que iba en tirantes, la dio un escalofrío.
- Ten –dijo Sirius quitándose la chaqueta y lanzándose a Alyra, quien, del susto perdió el equilibrio. Comenzó a reírse.
Estaban muy cerca del lago. Cuando, tras diez minutos, alyra consiguió ponerse en pie, se tumbaron cerca del agua, bajo un árbol, y siguieron bebiendo.
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- ¿No te apetece salir un rato a tomar el aire, James? –dijo Lily, con la cara muy roja del sofoco. En la pista había mucha gente y el calor era insoportable.
- Está bien… ¿quieres subir a por una chaqueta o algo?
- Vale… Acompáñame, por favor…
Los dos salieron a la entrada del colegio. De la puerta entraba un viento muy suave, pero frío. Subieron las escaleras hasta la sala común. Lily se giró un instante hacia James.
- Ahora bajo…
James se quedó sentado en una butaca. Aún no había tenido tiempo de asimilar lo que había ocurrido después del tango. La chica de sus sueños le había besado. Durante el tiempo que habían tenido oportunidad de conocerse, el chico se había dado cuenta de lo especial que era ella.
- Si la digo que la quiero me dará un tortazo y dejará de hablarme otra vez por que creerá que es mentira… -dijo, frotándose los ojos, bajo las gafas. Se quedó mirando el fuego- ¿Por qué es tan complicado todo?
Lily lo había escuchado desde las escaleras que llevaban a la habitación. No podía moverse… Subió de nuevo sigilosamente y bajó haciendo el mayor ruido posible.
- Ya está –dijo sonriendo- ¿nos vamos?
- Por supuesto –dijo James, tendiéndola el brazo, para que se agarrara.
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- Ha sido una idea genial venir aquí… -dijo Jane, abrazando a Remus.
- Sí…
Ambos estaban desnudos. Después de hacer el amor varias veces, estaban exhaustos.
- No me quiero mover de aquí… -dijo la chica acurrucándose sobre el pecho del chico.
- La noche está siendo perfecta…
Una invisible sombra penetró en la habitación donde estaban los chicos, pero ellos no se percataron de ello. Seguían acariciándose y besándose, hasta que notaron una fría brisa.
- ¿Qué ha sido eso? –dijo Jane, incorporándose y tapándose con una sábana.
- No tengo ni idea… pero creo que lo mejor será salir de aquí…
La casa comenzó a temblar, moviéndose de un lado para otro. Cuando estuvieron vestidos, se dirigieron a la puerta, pero algo les llamó la atención. En el piso inferior se oían voces.
- Ven, cúbrete con esto –dijo Remus, pasando sobre Jane y sobre sí mismo la capa de invisibilidad de James.
Con un simple hechizo, la cama se rehizo. Los dos chicos se pusieron de cuclillas, pegados a la cama. Las voces cada vez eran más fuertes y se oían pasos sobre las escaleras.
- …frente a sus propias narices. No se imagina que estemos aquí…
Un hombre alto, de cabello oscuro, salteado por algunas canas, entró en el lugar, inspeccionando todo. Tras él iban un par de hombres y una mujer, todos ellos con la capucha de la capa echada y una máscara blanca.
- Por favor… dejaos de ridiculeces protocolarias… Quitaos la máscara ya…
- Es Malfoy… -murmuró Jane, mirando a Remus.
- Y creo que ya sé quien es el alto… Voldemort…
Voldemort se sentó en la cama. Al hacer esto, los otros se arrodillaron.
- Dejad de hacer el ridículo… Estamos en confianza… Zabini, cierra la puerta…
El otro hombre se levantó y cerró la puerta, no sin antes mirar a su alrededor.
- Narcisa, querida, siéntate a mi lado. No me gusta que las damas permanezcan en pie.
- Señor… -se atrevió la rubia- ¿Por qué no has reunido?
- Mi querida niña –Narcisa apenas tenía dos años más que Remus y Jane- Albus ni siquiera sospecha que estamos aquí… Tranquila… No corre prisa… -dijo, acariciándola la mejilla- escogiste bien, Lucius… Es una buena chica… Zabini… Sal de la habitación…
El hombre salió. Voldemort acarició el brazo de Narcisa, quien no se movía lo más mínimo.
- Lucius… Desearía catar a tu futura esposa…
El rubio abrió enormemente los ojos. Se giró a la mujer, que seguía impasible.
- Comprendo que sea una proposición extraña… pero… bien, te dejaré tiempo para pensártelo… En diez minutos subiré de nuevo y espero una respuesta.
Jane y Remus se miraron. Necesitaban salir de allí.
- ¿quieres hacerlo? –preguntó Lucius, que estaba mirando hacia la pared, dando la espalda a la mujer.
- No… Pero sabemos que esa respuesta no va a aceptarla… Lo más seguro es que nos matara a los dos…
- Es tu decisión, no la mía… - el rubio se sentó junto a ella- sabes que esto no es solo un matrimonio de conveniencia, que realmente te amo…
- Sssssh¿quieres que nos maten? Te recuerdo que no podemos mostrar sentimientos.
Discutían en susurros, algunas veces inaudibles para los chicos, quienes cada vez sentían más que necesitaban salir de aquel lugar.
- Está bien…
Unos minutos después apareció Voldemort. Ni Jane ni Remus sabía que habían decidido los dos jóvenes.
- Te cedo a mi prometida, por esta noche… -dijo Lucius. Jane se percató de que tenía los nudillos blancos de apretar el puño.
- Me alegra tu decisión, Lucius, me alegra realmente… Veo que tu fidelidad a mí no se ha resquebrajado… Sal, no será necesaria toda la noche…
Lucius salió y Voldemort hizo un conjuro de cierre en la puerta. Los dos chicos estaban atrapados.
Narcisa seguía impávida. Voldemort la besaba el cuello y la tocaba los pechos sobre la capa. Se separó algo de ella y la miró a los ojos.
- ¿Deseáis que me desnude, señor?
- Así es…
Remus y Jane estaban acurrucados. Con cuidado se había alejado de la cama y se refugiaban tras un enorme armario. Se abrazaban al tiempo que se tapaban los oídos.
Cuando Narcisa estaba desnuda, Voldemort la tiró sobre la cama y levantándose ligeramente la túnica sacó un pergamino.
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Robert y Kirsten estaban bailando muy pegados una balada. Hacía mucho que la chica no se sentía tan bien. Era un chico fabuloso. Guapo y simpático.
La rubia levantó la vista y vio a Severus en el otro lado de la pista, mirándola fijamente. El no te quiere, Kirs… Sólo se aprovechó de ti para joder a tus amigos…
- ¿Estás bien? –la susurró el chico al oído, pues había notado como se había tensado.
- Sí, sí, estoy bien… ¿No te apetece dar una vuelta aunque sea por el castillo?
- Por supuesto… Vamos –dijo sonriendo.
Robert era moreno, con los ojos azules y un cuerpo de infarto. Jugaba al quidditch con el equipo de Ravenclaw. Estaba en sexto, como ella. Lo cierto es que no había salido con muchas chicas por que era muy tímido.
- ¿Segura de que va todo bien? –dijo él cuando llevaban un rato andando en silencio, levantándola la barbilla para que la mirara a los ojos.
- Sí, lo siento… es sólo que…
De pronto, Robert abrió mucho los ojos y cayó desplomado. Nada más caer al suelo, Kirsten pudo ver a Snape, con cara de furia y la varita en alto.
Kirsten lo fulminó con la mirada.
- Se le pasará en un par de horas…
- Pero… ¿De que coño vas¿Qué te has creído, pedazo de gilipollas? –dijo, gritando y llorando.
- Deberías darme las gracias… Estaba apunto de aprovecharse de ti…
- ¡Me estaba preguntado qué me ocurría!
- ¿Y que es lo que te ocurre? –preguntó el moreno, como si fuera una pregunta casual.
- Eres un puto cabrón… -dijo, sin gritar, casi susurrando.
- No seas así de dura conmigo –dijo sonriéndola y acercándose. Posó una mano sobre la cintura de la chica.
- Suéltame… -dijo en el mismo tono que antes, dejando ya de llorar.
- Está bien…
Snape levantó las manos y dio un par de pasos hacia atrás. Lo cierto es que la mirada de Kirsten le había dolido demasiado, pero no quitó la sonrisa de los labios.
- ¿Qué diablos te ocurre?
- Creí que era así como te gustaban los chicos, súper duros y que reclaman lo que es suyo…
- Yo no soy tuya… Nunca lo he sido…
- Cuando follábamos no decías lo mismo.
Snape había recurrido a escupirla a la cara todo lo que quería decirla.
- Lárgate… -murmuró muy bajo Kirsten.
- ¿Qué?
- ¡Lárgate! –gritó esta vez, volviendo a llorar.
Snape se dio media vuelta. Sabía que la había jodido de verdad esa vez.
La chica se sentó contra la pared, llorando y acariciando el pelo al muchacho que yacía inconsciente.
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Lily y James salieron a los terrenos. La mayor parte de las esquinas y de los huecos medianamente oscuros estaban ocupados por parejitas. Los dos iban riendo y comentando cosas sobre quienes veían.
- Vaya… y yo pensaba que Josh apuntaba alto… y míralo, con una cría… -dijo James, mirándo hacia otro lado.
- ¿Qué tal si vamos hacia la valla? Estoy segura de que estará más… vacío que esto…
Los dos se encaminaron hacia allí. Lily alargó la mano y agarró la de James, quien, sin poder evitarlo y sacar un tono arrogante, se sonrojó.
¿James¿Estás ahí¿Qué cojones me está pasando? Reacciona… Lily te ha dado la mano… la tiene congelada El chico paró y cogió la otra mano de la muchacha y las envolvió con sus manos. Besó suavemente la punta de los dedos de la chica y siguieron andando.
¿Se está mostrando romántico o es sólo cosa mía…? Realmente es el mejor chico del mundo…
Continuaron bajando y cuando estaban ya cerca, se acercaron a unos árboles para poder sentarse y apoyarse sobre ellos.
- James… -dijo la pelirroja, apoyando la cabeza sobre las rodillas del muchacho.
- Dime…
- ¿En que estás pensando?
-¿yo?... Pues, no sé… en lo preciosa que estás esta noche y que, con la luna brillando sobre tu piel, aun estás mejor… -ya la cagué… no tenía que haber dicho nada…
- Gracias –le contestó la chica, sonriendo- tú también estás muy guapo hoy…
James sonrió y la acarició el pelo. Estaba todo en silencio.
Lily se incorporó. Sabía que era lo que quería hacer en ese momento. Miró a James directamente a los ojos y lo besó suavemente. Cuando fue a separarse, el chico la sujetó por la cintura y la atrajo hacia sí.
Un rayo morado atravesó el aire en el otro lado de la verja.
- ¿Qué ha sido eso? –preguntó James, mirando a través de los barrotes.
- Sin duda, un desmaius.
De pronto, una lluvia de rayos verdes y dorados comenzaron a cruzarse frente a ellos.
- Hay que avisar a Dumbledore
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- Tengo una misión para ti… No debe saberla nadie, ni si quiera Lucius… Entra en el ministerio y consigue esto –dijo entregándola el papel.
- Sí, mi señor –Narcisa tenía cara de alivio. Se levantó para vestirse, pero Voldemort la acorraló contra la pared.
- No tan deprisa…
Voldemort se levantó la túnica y, agarrándola por la cadera, la alzó. Al bajar la chica, la penetró dos o tres veces, hasta que la soltó.
- Lucius… Ahí tienes a tu futura esposa… Puedes hacer lo que quieras con ella.
El rubio entró en la habitación y cogió a la chica, que estaba llorando.
- Lo siento, mi cielo… -dijo, acariciándole el pelo.
- No hemos…
- Sssssh… eso da igual… -Los dos se quedaron abrazados.
Remus se dio cuenta de que la puerta estaba abierta y tiró del brazo a Jane para que se moviera con él.
Salieron de la habitación sin ningún problema. Llegaron a la parte de abajo. Un fuerte olor a tabaco envolvía todo, mezclado con las risas de varios hombres que estaban en la sala de la derecha. Giraron a la izquierda, buscando a tientas el tapiz que abría paso a la gruta hasta el colegio. Cuando la encontraron, se quitaron la capa y salieron corriendo de allí.
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Al salir del sauce, Remus y Jane se abrazaron.
- Hay que avisar a Dumbledore de que Voldemort está aquí…
- Sí, cuanto antes mejor.
Cuando se acercaron a la escalinata, se toparon con James y Lily.
- ¿Qué os ocurre? –preguntó Lily, al ver a la pareja tan pálidos.
- Debemos ir a hablar con Dumbledore… luego os contamos…
- Nosotros también… -dijo Lily, mientras seguían subiendo hacia el despacho.
- Espero que esté aquí.
James llamó a la puerta, tras subir por la gárgola. La música de la fiesta se oía distante.
- ¿Sí? –se oyó la voz del director.
- ¿podemos pasar, señor? Es urgente…
- Sí, claro… adelante.
El director tenía un ojo morado y se estaba aplicando un ungüento sobre él.
- ¿Qué le ha ocurrido?
- Creí que era algo urgente, señor Lupin…
- Hay un duelo fuera del colegio… -dijo Lily, señalando por la ventana del despacho hacia la verja de salida.
- Y Voldemort está en la casa de los gritos con algunos hombres más…
- Todos están fuera de los terrenos de la escuela… ¿les ha visto alguien salir por el pasadizo del sauce? –preguntó el director, poniéndose en pie.
- No, señor –dijo Remus.
- Mal momento… Bien, la profesora McGonnagall no estaba en condiciones de introducirse en un duelo y la enfermera Pomfrey… eh… será mejor que avise a alguien del ministerio… -dijo sacando su varita y creando un traslador, al tiempo que hacia un silbidito con el que el fénix que estaba junto a la mesa del director, desapareció- y quiero que bajen al comedor y continúen con la fiesta como si no hubiera ocurrido nada…
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- ¡Halaaaaaaaaaaa! –Exclamó Alyra- ¡Fuegos Artificiales!
- Sí –dijo Sirius girándose hacia la portilla del colegio, donde salían rayos y chispas de colores.
El chico se tumbó de cara a la verja, apoyando la cabeza sobre las manos (a lo niño pequeño), sonriendo y haciendo estúpidos comentarios. Alyra se levantó, alzó un vaso de chupito bien lleno de tequila y empezó a cantar.
- Aly… -se quejó Sirius- cuando estás borracha desafinas…
- Jow…-dijo la chica, poniendo cara de pena- por las lucecitas que acaban mareando –se tomó el chupito de un trago y se dejó caer al lado de Sirius.
- Ven a ver esto… -dijo señalando hacia el colegio, el chico.
- Son profes y estamos un poquitín perjudicados… será mejor no decir nada.
A los pocos minutos de pasar los profesores, los rayos se apagaron.
- Vaya mierda de fuegos… -se quejó Sirius- ¿matamos la botella que queda?
Aly la cogió y se la acercó mucho para calibrar cuanto quedaba.
- Sólo queda un trago… Pero se me ocurre una manera para tomarlo…
La chica agarró del brazo al chico para que se pusiera de rodillas. Ella se metió en la boca todo el líquido y besó a Sirius, pasándole parte.
- Joder… casi me ahogo…
- Desagradecido –dijo Alyra, dando la espalda al muchacho.
- Que no… -el chico comenzó a besarla el cuello, entre carcajadas de ella.
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- ¿Cómo puede pretender que sigamos con la fiesta como si nada? –se quejaba Lily mientras entraba en la sala común, precedida de los otros tres chicos.
- Bueno, supongo que no quiere que le demos mayor importancia… aunque la tenga…
- No sé, Jane… es un tipo raro… -dijo Remus, encogiéndose de hombros- me pregunto… no, da igual…
- ¿Qué pasa, tío? –dijo James, preocupado, dándole una palmada en el hombro.
- Es que… verás… -Remus relató a James y Lily, ayudado por Jane, todo lo ocurrido en la casa de los gritos a partir de que entrara Voldemort en la habitación- y me preguntaba cuál será esa misión…
- Deberíamos habérselo dicho a Dumbledore… -se arrepintió Jane.
El retrato de la Dama Gorda se abrió. Kirsten entro por allí. Tenía un aspecto horrible: estaba muy despeinada, el vestido mal colocado, el maquillaje corrido, los ojos enrojecidos…
- ¡Kirs! –Saltó Lily, abrazando a su amiga, que se dejó abrazar, pero se separó rápidamente- ¿qué te ha ocurrido?
- Una pregunta… -dijo la rubia, poniéndose muy seria y mirando a todos los que estaban allí- ¿sigue en pie la venganza a Snape? Por que podría añadir un par de detalles…
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- Es una situación delicada –dijo Dumbledore, juntando las yemas de sus dedos- hay muchos alumnos en el colegio…
- Eso es cierto –dijo Moody, un hombre joven, que apenas rondaba la treintena- pero… no podemos estar seguros… ni siquiera sabemos si es él quien anda detrás de todos eso misteriosos sucesos… Todo el mundo sabe que nunca te cayó especialmente bien…
- Lo sé… Pero estoy convencido de que es el líder…
El profesor se levantó de su escritorio y se acercó a la ventana. Las luces habían cesado, pero aún permanecía la tensión de la batalla en el ambiente.
- Tengo a un escuadrón especializado de aurores esperando una señal para entrar en la casa…
- No… voy a entrar yo solo…
- Si es cierto lo que sospechas, Albus, no puedo permitirlo…
- Pero son solo hipótesis… tú lo has dicho…
El director se puso en pie. Sacó su varita, señaló un lapicero y se trasladó a la entrada de la casa de los gritos desde Hogsmeade. No podía arriesgarse a que descubrieran la entrada al colegio desde allí… La parte más vulnerable de todo Hogwarts.
Desde fuera podían oírse las risas de varios hombres. Sin llamar a la puerta ¿Por qué debería llamar a la puerta? Esto forma parte de mi propiedad… entró en la casa.
- Tom… Cuánto tiempo sin verte por estas tierras…
- ¡Dumbledore! –Saltó un hombre moreno, con alguna cana, con una sonrisa en los labios, mientras el resto de hombres se habían quedado boquiabiertos- que grata visita –dijo abrazándolo- ¿un puro? No… olvidaba que no fumas… quizá pueda tentarte con una copa… ¿coñac? –sin esperar respuesta, movió la varita y conjuró una copa con licor y se la alargó.
- Gracias… Vaya… Lucius –dijo el director, volviéndose hacia uno de los hombres- que sorpresa…
El rubio hizo una leve inclinación con la cabeza. No sonreía. Frente a él no había ningún vaso ni cigarros.
- Oh… disculpad –dijo una voz femenina en la espalda de Dumbledore, quien se giró y vio a Narcisa.
- Señorita Black… Esto si que es una sorpresa…
- Bueno, bueno, vamos, Albus, no seas duro con la chica. Está aquí por voluntad propia¿verdad? –dijo Voldemort, acariciándola la cara- Salgamos fuera y dime que querías…
Los dos hombres salieron al rellano, que estaba desierto. De la sala donde había estado comenzó a surgir un continuo susurro.
- ¿Eres tú Voldemort? –preguntó el director directamente al hombre.
- ¿Y si lo soy, Albus?
- ¿Qué te ocurrió? Recuerdo el día que fui a por ti al orfanato… Tenías una mirada de necesidad de saber… Pero, según veo, te equivocaste de libros…
Tom suspiró.
- Albus… Me echaste de tu despacho… Admítelo, sabías desde el principio que esta guerra iba a acontecer…
- Lo sabía, pero tenía la esperanza de que estuvieras en el otro bando, Tom… De veras que lo creí…
- ¡Yo? –Gritó- ¿El heredero del propio Salazar Slytherin¿Creíste que apoyaría a los hijos de muggles? Pensé que me conocías lo suficiente…
- Nunca se conoce lo suficiente a una persona… Vete ahora de esta casa… Hazlo antes de que salga, por que, en ese momento, más de una veintena de aurores entrarán aquí…
- ¡Qué lo hagan! Que conozcan a Voldemort…
Dumbledore cerró los ojos y negó ligeramente con la cabeza. Salió de la casa y, estando aún en el umbral, miró a Moody y afirmó con la cabeza.
- ¡Con sigilo, muchachos! –dijo Moody- A mi señal.
- Albus… ¿Estás bien? –dijo un hombre, de pelo negro, ojos marrones y gafas.
- Sí, tranquilo Marcus… ¿Vas a entrar?
- Es mi trabajo…
- Está Riddle… -al oír esto, el moreno se tensó- ¿seguro que puedes hacerlo?
- Estoy convencido, pero… -miró al director a los ojos y apoyó una mano en su hombre- si hoy ocurriera algo… si me ocurriera algo… ocúpate de James y Anne… Por favor…
Moody gritó algo parecido a un "ya" que Dumbledore no pudo oír. Todos entraron en la casa de los gritos menos él. Si ocurría algo, él no trabajaba para el ministerio y podrían expulsarle del colegio.
Los gritos y los rayos de colores se sucedían en el interior de la casa. Albus miró hacia la planta de arriba y vio a Tom Riddle y a Marcus Potter luchando hasta que, con un rayo verde golpeándolo en el pecho, Marcus cayó rompiendo una ventana al suelo.
Tom miró hacia el cuerpo desde una de las ventanas y dirigió su mirada hacia donde estaba convencido que estaría Dumbledore. El director le devolvió la mirada.
- "Mors mortre" –dijo el mago oscuro, señalando al cielo.
Se hizo el silencio en el interior de la casa.
Varios ruidos, como campanillas sonando, hicieron entender al director que los Mortífagos se habían desaparecido y que alguno de los suyos había ido a por ayuda.
- ¡Marcus! –el grito de una mujer se ahogó en el silencio que envolvía todo.
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- ¿Cuántos muertos? –preguntó Dumbledore una hora más tarde a Moddy.
- Los que tienes frente a ti…
Justo delante de los dos hombres se extendía una hilera con siete cuerpos cubiertos por sábanas y un nombre escrito sobre ellas.
- ¿Dónde está Anne? –preguntó el director.
- Dentro, en la parte de arriba creo.
Dumbledore subió las escaleras del primer piso para llegar al segundo. Una mujer joven, con el pelo negro, rizado, que la caía sobre los hombros, estaba acuclillada, mirando la ventana rota que había frente a ella. Llevaba unos pantalones negros y una camisa blanca manchada de sangre, que el director dedujo sería de su marido.
- Estaba dando una conferencia cuando apareció al final de la sala Moody… -dijo, aguantando el llanto- Aún no lo puedo creer…
- Deberías pasar la noche en el colegio, Anne, con James… Ahora te necesita más que nunca…
- Sí… está bien… Supongo que Minerva no ponga ningún impedimento a dejarme algo de ropa… -miró a través de la ventana- ¿Quién más ha…? –ahogó un sollozo.
- Tres más de los nuestros… John Taylor, Angus Mc Grester y Alice Wolf… y tres de ellos… Extranjeros los tres…
- Bien… Taylor y Angus eran mayores… estaban pensando en retirarse. Alice acababa de entrar en la academia… ¿Habéis hablado ya con su madre?
- Sí… Pero¿quieres tranquilizarte un poco? Hay gente que se encarga de todo eso… Quiero que vayas al castillo y que me esperes en mi despacho ¿entendido? Yo me encargo de todo lo de Marcus.
La mujer afirmó con la cabeza y desapareció.
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¿Qué os ha parecido? Espero que os haya gustado… Dejadme algún comentario, que sólo hay que darle al Go¡Gracias!
Mil besos!
