Capítulo 3 – La naturaleza olvidada
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Amanecía en Konoha y el sol entraba tímidamente a través de la persiana de la habitación de Inuzuka Kiba. Un halcón de ojos dorados aterrizó en el alfeizar de la ventana, miró hacia dentro con curiosidad y se volvió a marchar para buscarse un desayuno.
Hane se despertaba en un lugar extraño por segunda vez. Ahora se encontraba en un cuarto desordenado, lleno de posters de distintas razas de perros y las características de cada uno de ellos.
Se sentó notando que estaba mucho mejor, la fiebre y los mareos habían desaparecido. El pijama que llevaba le resultó extraño y buscó su ropa inmediatamente, barriendo con su mirada toda la habitación. Fue entonces cuando se dio cuenta de que un tipo estaba allí, despeinado y dormido profundamente en una silla.
Hane miró al desconocido con curiosidad y un cúmulo de pensamientos empezó a aflorar en su mente.
"¿Qué hago exactamente aquí? .¿Quién es este tío?. ¿Me habrá raptado?"
La idea de que "alguien" la había tenido que desnudar para ponerle el pijama la turbó.
"¡Pervertido!. ¿Me ha desnudado el?".
Se puso en pie tratando de no hacer ruido y de puntillas se acercó a la ropa estratégicamente colocada para que se secase. Se fue vistiendo sin quitarle el ojo de encima al chico por si se despertaba.
Un perrillo blanco entró corriendo en la habitación y trató de despabilar a su amo ladrando.
-¡Guau! (¡Kiba me meo!)
Hane miró abajo horrorizada y vio a Akamaru, moviendo la cola en señal de bienvenida y dando saltitos por si ella quería sacarlo a dar su paseo de por las mañanas.
"¡Se va a despertar!".
-…Akamaru...des...después te saco ¿eh?-murmuró el chico en sueños.
Hane suspiró aliviada viendo que el desconocido seguía durmiendo a pierna suelta y salió sigilosa de la habitación. Recorrió en unas pocas zancadas el pasillo y tras atravesar el salón, dio con la puerta que daba a la calle. Sin dudarlo un instante, llevó la mano al pomo y justo cuando iba a girarlo, una voz gritando a su espalda la detuvo.
El "desconocido de los pelos revueltos" llegaba corriendo por el pasillo mientras metía torpemente el brazo por la manga de un chaleco negro. Con la otra mano se agarraba con fuerza el cuello como si le doliese.
-¡Akamaru!. ¡Se ha ido!. ¡Tenemos que encontrarla!. ¿Puedes ol..- vio que Hane estaba quieta, como si quisiera camuflarse con la pared y con una mano a punto de abrir la puerta.
-Ahh, estás ahí…- dijo tranquilizándose. Se acercó dirigiéndole una sonrisa amable a la chica pero ella, nerviosa se puso en guardia y corrió hasta la mesa más cercana de forma que quedara entre los dos.
-¿Quién eres y qué quieres de mi?- le preguntó cerrando los puños ante la mirada atónita de Kiba, que seguía frotándose el cuello con una mano.
…"Qué educación" pensó.
- Encantado, soy Inuzuka Kiba, y por cierto, eso debería preguntártelo yo a ti, puesto que tú eres la intrusa en mi casa- respondió molesto por su reacción.
- ¡No te acerques!. ¿Eres un violador?- dijo ella poniendo las manos en la mesa amenazante.
-¿Un vi…?. ¿Yo?. ¡JAJAJA!. ¡Pero qué mente más retorcida!- Le hizo tanta gracia la idea que por un momento pensó poner cara de obseso y correr detrás de ella bromeando, pero al ver la mirada enfurecida de la joven …"mejor no".
Hane se llevó las manos a las caderas y arqueó una ceja.
-¿Y por qué estaba mi ropa en la silla?- dijo mientras Kiba abría mucho los ojos confuso- En fin,… me largo de aquí.
-De eso nada, tienes que descansar- dijo Kiba corriendo por un lado de la mesa, mientras Hane corría por el otro.
-¿Cómo que no?. ¿Órdenes de Tsunade?- dijo sarcásticamente la chica mientras huía al lado contrario.
-No, ordenes de mi madre- le contestó él corriendo por el otro lado de la mesa.
-¡Arrgh!. ¡Es un complot contra mí!. ¡Joukei!
-¿Joukei?- Kiba se rascó la nuca extrañado y tuvo una brillante idea, o al menos, él pensó que era brillante.
- Muy bien, si no puedo cogerte porque la mesa SIEMPRE va a estar entre los dos cerraré la casa.- Se acercó a la puerta, echó el cerrojo con una llave y se la guardó mientras Hane miraba impotente sin poder hacer nada. Con pose triunfal añadió- Ala, ahora corre todo lo que quieras.
Hane se tranquilizó "actuar así no servirá de nada si quiero que abra la puerta". Intentó comprender la situación. "¿Me esta ayudando?.¿Ha dormido toda la noche en la silla para dejarme a mí la cama? Tal vez por eso le duela el cuello". Dudó un momento, se quitó la mochila de la espalda y la abrió en el suelo buscando algo. Cuando casi la hubo vaciado, sacó un pequeño bote con una pomada, "…Esto le servirá".
El estómago de Kiba gruó de hambre y se fue directo a la cocina pasando por el lado de la mesa en el que se encontraba la joven registrando su mochila. Esperaba que echara a correr y apartara recelosa sus cosas, pero ella no huyó.
Hane se levantó con la pomada en la mano y entró en la cocina. Vio que Kiba había "malpuesto" un pegote de mantequilla en un trozo de pan mientras untaba con cuidado otro, esparciendo la mantequilla meticulosamente para que no quedaran superficies en blanco y teniendo en cuenta que no sobresaliera los bordes. Miró a Hane y le tendió con una semisonrisa este último mientras él se quedaba el "malpuesto".
-Ten, desayuna.
-Gra…gracias- dijo ella cogiendo la tostada y notando que el chico se había esmerado preparándola –Um… has dicho que eras Kiba ¿no? .No significa colmillo?- preguntó riéndose interiormente.
Kiba asintió sin mirarla mientras iba al frigorífico en busca de leche. "Eso está mejor, ya se ha relajado".
-Soy Hane, que significa pluma de pájaro.
Kiba se giró cartón de leche en mano y la vio sonreír por primera vez.
-Es un nombre muy bonito.- dijo acercándole un vaso de cristal.
-Gracias…, he… he visto que te duele el cuello por haber dormido en la silla… - puso la pomada en la mesa y siguió- aquí tienes un remedio que seguro que te alivia. Y… supongo que me desmayé en el bosque y me encontraste… En fin, gracias por cuidarme.
-… ¡De nada!-dijo él guiñándole un ojo amistosamente.
Se hizo un silencio incómodo de unos minutos en los que Kiba concentró su mirada en su tostada y Hane se preguntó qué estaría cazando Joukei. Kiba empezó a jugar con unas migas de pan que había en la mesa y Hane se puso a leer una y otra vez las letras del paquete de mantequilla…
-¡Guau! (¡Kiba si no me sacas te juro que planto un pino en tu dormitorio!).
-¡Arg!. ¡Espera! Se me olvidaba, este es Akamaru.
-Parece que quiere salir…- dijo Hane.
-Si, ahora tengo que sacarlo…y vendré dentro de un rato, puedes entretenerte con lo que quieras- Kiba señaló unos libros y añadió con una sonrisa– Y por cierto, van a venir unos amigos míos a comer… así conocerás de paso a gente de Konoha.
-…Bien- respondió la chica. "Gente de Konoha… mi clan lleva siglos sin contactar con ellos".
Kiba le indicó con un gesto a Akamaru que lo siguiera y salió de la casa con cuidado de que no se volviera a partir el cerrojo. Cuando se vio en la calle se cabreó consigo mismo.
-¡Mieeeerda! Debería haberle preguntado si se quería venir a dar el paseo con nosotros, Akamaru.-dijo dándole una patada a una hoja- No le habría venido mal porque no es mucho ejercicio.
Mientras, Joukei volaba en busca de algún ratón acordándose de que le tenía que decir a Hane dónde había escondido los documentos que se llevaron los ladrones.
A las pocas horas, Kiba se dirigió con Akamaru al lugar en el que había quedado con los demás. Tras contarles todo lo que había pasado en su casa, sus amigos empezaron con las preguntas pertinentes.
-Así que hay una chica en tu casa, jajaja ¿y es guapa?- preguntó Chouji en su estado natural, o sea con medio brazo metido dentro de una bolsa de patatas fritas con sal extra de grasa.
-¿Qué más te da?- respondió Kiba sonrojándose molesto.
-Ahhhh ¡te sonrojas! Eso es que sí- dijo Ino dando saltitos.
-Qué problemático ¿no?- Shikamaru le pasó un brazo a Kiba por los hombros.
Entraron todos en la casa y vieron a Hane de espaldas, acariciando un enorme halcón con las alas desplegadas a la vez que leía un libro. En una mesa había puesto un platito con agua, seguramente para que su ave pudiera beber.
-¡Hola!- dijo rápidamente Naruto- somos Hinata, Shikamaru, Chouji, Ino, Sakura y yo, Naturo- explicó señalándolos a todos uno por uno.
Hane se giró, intentó memorizar los nombres mentalmente y dijo hola con la mano dejando el libro a un lado.
- Soy Hane y este es Joukei.
-¡Fiuu!
-¡Wow! Me gusta tu águila-dijo Chouji mientras Kiba se echaba a reír con las manos en los bolsillos.
-Gracias Chouji, pero es un halcón.
Ino miraba detenidamente la ropa de Hane "un poco ¿medieval?… pero le queda bien".
-¿De qué clan eres?- preguntó Shikamaru que, aunque sabía la respuesta de sobra, quería escucharla.
-Somos Jintakas- respondió señalando a Joukei.
Todos se quedaron un rato callados. Naruto cogió a Hinata de la cintura y se sentaron en el sofá, seguidos de Ino y Chouji. Kiba se dejó caer en la alfombra con Shikamaru y Sakura cogió una silla para ella y le ofreció otra a Hane.
-Me gustaría que me hablaras un poco de los Jintakas- dijo Hinata cogiendo una pluma que rodaba por el sofá.
- Ah… pues...- Hane cogió aire- estamos situados muy al norte. Nuestro pueblo está al otro lado del río de la cascada y por eso muchos no saben llegar.
-¿Y vuestra forma de vida?-preguntó Sakura con la cara apoyada en las manos.
-Somos gente sencilla, muy tradicionales en las formas, como las casas, la ropa, la comida, pero no en la mente. Nuestras ideas derivan todas de la naturaleza, con la que llegamos a tener una comprensión mística a través de nuestros halcones- Hane hizo una pequeña pausa al ver que Joukei se acercaba curioso a las patatas de Chouji y después siguió -Para ello nos esforzamos desde pequeños en descubrir las respuestas por nosotros mismos en el bosque, lejos de las leyes de los hombres.
Shikamaru se tumbó en la alfombra con las manos en la nuca.
-Aaah, debe ser la mejor forma de encontrar la paz -comentó.
-¿Tu crees? A veces no basta con eso para encontrarla - replicó Hane con un tono triste.
Kiba se levantó y fue a la cocina para calentar uno de los paquetes congelados que su madre le había prohibido comer. Pero desde allí no perdía palabra de lo que hablaban sus amigos.
-¿Por qué rompisteis relaciones con nosotros?- preguntó Naruto esperando que la pregunta no la ofendiera. Hane abrió muchos los ojos, desde luego, no se esperaba ese comentario de un recién conocido.
-Cuando las relaciones se rompieron ni tu ni yo habíamos nacido, pero según lo que cuentan, Konoha comenzó a enfrentarse a nuestros ideales. Sus leyes de modernidad y prosperidad se extendieron, dando un giro terrible a la naturaleza y a mi clan. Muchos bosques fueron destruidos, muchos animales muertos y… motivados por la ira se sucedieron una serie de asesinatos por ambas partes que sólo hicieron más difícil la reconciliación entre nosotros… Chouji, tranquilo mi halcón no se comerá tus patatas.
En la cocina, Kiba se estiró perezosamente. El arroz que había descongelado llevaba caducado un mes, por lo que ahora tendría que pensar en otro menú.
-Pero… es cierto lo que dices de que ha pasado mucho tiempo. Konoha hace décadas que cambió y …-Hinata intentó introducirse en la conversación pero fue interrumpida por Hane.
-Ojalá todos pensaran como tú, Hinata. Pero por desgracia no es así y los que no nos conocen bien pretenden hundirnos.
-Pero los que pensamos así podemos ayudar. Si estáis en problemas ¿por qué no pedís ayuda?- Sakura no se anduvo con rodeos.
-…los Jintaka sabemos de sobra que estamos acabados. Fuimos condenados al olvido por Konoha y lo único que podemos hacer por aquellos que nos recuerdan y nos estiman es no arrastrarlos con nosotros a la muerte.
Kiba llegó con unos platos e intercambió una mirada con Naruto. Probablemente los dos pensaban lo mismo: o lo que acababa de decir la Jintaka era lo más absurdo que habían oído en sus vidas o por el contrario, era el comentario que más verdad albergaba en su interior.
Sirvieron entre todos la comida y se dispusieron a comer. Kiba se sintió extraño comiendo en la misma mesa en la que unas horas antes sido rehuido por Hane corriendo de un lado a otro.
Durante todo el día, la chica fue haciendo amistad con cada uno de ellos. Se rió con las tonterías de Naruto, debatió con Shikamaru lo que era problemático de lo que no y charló animadamente con Sakura, Hinata e Ino mientas notaba que Kiba la observaba a la vez que fingía prestarle atención a Chouji, que le contaba una y otra vez no se qué de un pastel de carne que hacía su madre.
-Oye Hane, si quieres puedes venir a dormir a mi casa… con los Hyuga.- empezó a decir Hinata- Lo digo más que nada porque Kiba se queda esta noche solo otra vez y a lo mejor te vas a sentir incómoda…
-Ahh, gracias Hinata. Es verdad, iba a ser un poco violento quedarme aquí otra vez.
-Claro, además es un chico…Bueno, díselo y nos vamos ¿quieres?
Hane recogió la mochila en la que llevaba todas sus cosas y se acercó Kiba, que se estaba despidiendo de los demás.
-Kiba, esta noche me voy con Hinata a dormir. No quiero causar más molestias en tu casa.
-No, si no eres molestia -"quiero que te quedes"- pero si es tu decisión, pues adelante. Ya nos veremos mañana. -"¡mierda!".
-Gracias por todo- añadió ella con una sonrisa.
Se giró y corrió a reunirse con Hinata y los demás que abandonaban la casa del Inuzuka. Kiba la siguió con la mirada apoyado en el marco de la puerta y sobre su cabeza, salió Joukei apresurado para alcanzar a Hane.
-¡Akamaru!
-¡Guau!
-Nos quedamos solos otra vez, amigo. – Miró al cielo comprobando que ya había dejado de llover -¿Damos un paseo antes de dormir?
-¡Guau!
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¡Gracias por los reviews! Son más que bienvenidos XD. Os agradezco mucho que me animéis a seguir escribiendo.
¿Qué tal la historia? Este capitulo es más cortito que los otros dos… pero bueno jeje. Sobre todo mucho contacto con la naturaleza, que para eso Kiba es la "estrella" del fic! XD
Ja ne!
