¡ATENCIÓN! Como he modificado los primeros capitulos del fic, puede que cuando intenteis dejarme un REVIEW en este os salga como que ya lo habeis mandado. Si os pasa eso, probad a mandarlo en el PRIMER CAPITULO (solo hay un review ahí). Es que en este capitulo he intentado esmerarme mucho para que le gustar a todo el mundo y no me gustaria perderme vuestros comentarios!
Gracias a Naleeh por avisarme (n.n)
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Capítulo 9- La explosión
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Kiba, Hane y Akamaru salieron de la taberna y empezaron a caminar por las desiertas calles del pequeño conjunto de casitas de los Jintaka. El suelo de piedra estaba mojado por la humedad de la noche y la luna reflejaba en las rendijas por las que se había quedado el agua estancada. Akamaru avanzaba dando saltitos y bebiendo de algunos charcos.
Todo era tranquilidad en las zonas en las que Kiba había visto tanto movimiento a la luz del día. Las tenues luces que salían de algunas ventanas se empezaron a apagar, haciendo que el trío que caminaba por las calles, tuviera que conformarse con el pálido reflejo gris de la luna.
Hane caminaba junto a Kiba pero sin querer acercarse demasiado. Aprovechó el momento en el que una ráfaga de viento frío les azotó para dirigirse a él muy seria.
-¿Para qué has venido? Ya te avisé que era peligroso entrar aquí…
Kiba le sonrió cálidamente, y mientras cogía una ramita para lanzársela a Akamaru contestó.
-Oh, vamos. ¿No te alegras de verme?
El perrito cogió el proyectil al vuelo. Hane hizo un intento de ignorar la pregunta, pero el silencio que siempre se hacía entre los dos la ponía nerviosa.
-¿Has tenido algún problema en el camino?- preguntó para dar algo de conversación.
-No. Sólo tuve problemas con los centinelas. No me querían dejar entrar y tuvieron que llamar a este tal Altavis, … ¿lo conoces? Es un tipo que da miedo¿eh?
-Jajaja. Ya lo creo¡es mi padre!- contestó ella alegrándose de tener un tema de conversación.
-¿En … en serio?
Kiba se acordó de que cuando Hane llegó al hospital de Konoha, un hombre alto y con barba la llevaba en brazos.
-Oye Hane¿sabes que unos lobos me ayudaron a cruzar el río? Cuando me los encontré parecía que íbamos a acabar mal parados, pero creo que al final nos hicimos amigos. Lo mejor fue que me enseñaron un pasaje que pasaba por debajo del río, …fue increíble.
-¿Unos lobos?- a la chica le brillaron los ojos.
Kiba sintió una punzada al contemplar la hermosa sonrisa de Hane y continuó hablando.
-Sí, me parece que ellos llevaban varios días sin comer. Y yo por otro lado, estaba completamente perdido, no tenía ni idea de cómo llegar hasta el clan. Así que nos ayudamos mutuamente. Yo les ofrecí algo de comida y ellos nos enseñaron el camino … creo que fue como un intercambio.
- Eso es… muy bonito. Guárdate esa sensación aquí¿eh? - Hane le puso una mano a Kiba en el pecho y éste se estremeció al sentir su contacto- La comprensión con ellos es… es lo mejor que te podía haber pasado.
Hane notó el rubor de las mejillas de Kiba y apartó su mano sonrojándose también. Se separó un poco de él y empezó a hablar nerviosa yendo de un lado para otro:
-Ehmm, a mí el espíritu del bosque me ha ayudado mucho, pero en forma de otros animales y elementos. Los animales muchas veces reflejan actos que los humanos no podemos llegar a entender… ¿no crees?
La chica mientras hablaba se fijaba en los ojos del Inuzuka, que observaba su ir y venir. Rió interiormente pensando que su pupila era como una rayita y se ruborizó al darse cuenta de que estaba pensando en él.
-Jeje, ya se lo que estás pensando, Hane…
La chica se paró en seco al oír el comentario. Buscó a Akamaru con la mirada para disimular y deseó que la tierra la tragara.
-Te responderé –dijo Kiba muy serio- las marcas de la cara las llevan todos los Inuzukas. Y sí, están tatuadas, no son pintadas.
Hane suspiró aliviada…"No pensaba en eso, pero bueno jajaja". Se llevó una mano a la boca para no exteriorizar la carcajada que estaba soltando interiormente y le contestó con la misma seriedad que él.
-Ohh, gracias por la aclaración.
Kiba se metió las manos en los bolsillos muy orgulloso de sus tatuajes mientras Hane y Akamaru compartían miradas de complicidad. El perrito se había dado cuenta de lo que había pasado, pero no pensaba decirle nada a Kiba. Era más divertido así.
Siguieron andando hasta que llegaron a un punto en el que se acababa la calle. La muralla de madera que Kiba había visto cuando llegó al clan parecía en la oscuridad mucho más fuerte y alta. Un centinela nocturno se asomó desde arriba portando un enorme búho de ojos brillantes.
-¿Vais a salir?
Hane miró a Kiba y éste asintió.
-¡Vamos a seguir con nuestro paseo fuera!
El centinela dudó un instante y se apresuró a bajar para abrirles la puerta.
-¡Tened cuidado, no sabemos si alguien atacará esa noche!
-No nos alejaremos mucho, estaremos de vuelta en un rato- le dijo Hane en un susurro.
Los dos salieron al bosque acompañados de Akamaru. Fuera del poblado, se estaba aún más tranquilo. Reinaba el silencio, interrumpido a veces por el ulular apagado de algún búho o el aullido de un lobo a millas de distancia.
-¡Mira¿Ves esa rama de allí?- Hane señalaba un árbol entusiasmada.
-Si.- dijo Kiba entrecerrando los ojos.
-Pues ahí es donde Joukei nació. Y donde siempre dice que hará su primer nido¡esas cosas sólo me las cuenta a mí!- dijo muy contenta a la vez que apresuraba la marcha sin apartar su mirada de la rama.
Kiba cogió una plumita que había debajo del supuesto nido. Seguramente Joukei habría estado deambulando por allí para ver si el sitio era el adecuado o no para cuando encontrara a su hembra.
-¡Guau, guau!- Le ladró Akamaru a Kiba diciéndole: "¡venga tío, lánzate! Hasta el halcón va a ligar antes que tú…"
El chico se sobresaltó, miró a su perro y le mandó callar. "¡Como si fuera tan fácil". Se acercó hasta la chica y la retuvo poniéndole una mano en el hombro.
-Ehmm… Hane…
La chica dio un respingo y se quedó mirando cómo Kiba manoseaba la pluma nervioso.
-¿Qué pasa?
-Me… me gusta mucho tu clan. Cuando llegué me alegré de haber decidido venir, porque aquí se respira tranquilidad y yo hacía tiempo que no me sentía…- sus ideas empezaron a mezclarse en su cabeza y se sintió torpe. -… um… este sitio tiene algo que hace que me olvide de todo, y así puedo sentirme libre¿sabes? He observado que no sólo los halcones vuelan aquí…
Hane se quedó mirándolo con una ceja levantada y sin entender nada. El chico se pasó una mano por el pelo nervioso y siguió hablando convencido de que lo que estaba a punto de decir le haría ganar muchos puntos. .
-He venido porque me gustaría ayudaros. Sólo soy un Inuzuka, no traigo conmigo a todo mi clan, pero soy fuerte y…
Hane resopló irónicamente ante la atónita mirada de Kiba. Se lo había visto venir. Cuando se despidió de él en Konoha, algo le dijo que el chico iba a ignorar su advertencia de que no fuera a verla.
- ¿Por qué diablos quieres ayudarnos?-le interrumpió.
Kiba hizo una pausa entre sorprendido y extrañado por el comentario, pero estaba empeñado en continuar.
-Han sido muchas cosas, primero fueron las pesadillas de las que te hablé, después me di cuenta de que no me motivaba nada en Konoha. Incluso el examen Jounin ha sido suspendido… no puedo quedarme quieto, y además – se armó de valor - me he dado cuenta de que te…
-¡Kiba!. ¡Eres un estúpido!- Hane se alejó varios metros de él nerviosa y apretando los puños.- ¿Por qué? .¿Por qué quieres involucrarte en esto?. ¡No sabes lo que es una guerra! .¡Es horrible!
El chico no podía estar más confuso, era la primera vez que una mujer le gritaba de esa manera y no sabía cómo reaccionar. No entendía nada, hacía unos instantes Hane le sonreía cálidamente haciendo que se derritiera mientras le decía no se qué de unos lobos… y ahora observaba impotente como la chica pateaba furiosa un montoncito de hojas.
-¡Guau!- Akamaru se acercó correteando. Miró la agresiva reacción de la chica y luego a su amo, que estaba clavado en el suelo sin saber qué hacer.
Las cosas no estaban saliendo tal y como había planeado. Se aborreció a sí mismo, por creer que una chica como ella podía darle importancia a un Chuunin más conocido por llevar siempre pelos de perro en la ropa que por sus proezas. Tragó saliva y apretó los puños con fuerza hasta que sus manos empezaron a temblar.
-¿Por qué te molesta tanto? Deberías alegrarte. ¡.¿Qué más te da?.!
-¡Si me da!. ¡Yo sé lo mal que se pasa, Kiba!- Hane lo miró y sus ojos se llenaron de lágrimas que intentó esconder sin éxito. Se dirigió a grandes zancadas hasta el joven y le empujó- He visto morir a mucha gente, y esta guerra no me alberga ninguna esperanza para nosotros. ¡Estoy harta de ver morir a gente que me importa! Los Jintaka estamos acabados… pero tú… ¡No tienes ningún motivo para morir aquí!
A Kiba se le encogió el corazón cuando vio las lágrimas que rodaban por las mejillas de Hane. Los ojos de la chica, en efecto, habían visto demasiados horrores en los dieciocho inviernos en los que llevaba viviendo. Y entendió que ella sólo actuaba así porque se preocupaba por él. Le apreciaba, y Kiba quería pensar que no se trataba de tener una deuda por el incidente de las hogueras… tal vez fuese algo más…
Kiba le agarró las manos con fuerza antes de que le propinara otro empujón. Quería abrazarla y susurrarle al oído cosas bonitas, pero estaba demasiado nervioso. La amaba con tanta intensidad que sentía las lágrimas que caían por su hermoso rostro en forma de punzadas que atormentaban su corazón. No podía pensar con claridad, por lo que le contestó a gritos mientras hundía sus uñas en las manos de la chica al agarrarlas con más fuerza, sintiéndose rudo y despreciable .
-¡.¡Mírame!.!. ¡Es la segunda vez que me dices que no tengo motivos!. ¡Y tu qué sabes!
Hane dio un tirón de las manos para que la soltara pero Kiba, demasiado nervioso como para darse cuenta de que le estaba haciendo daño, no lo hizo.
-¡.¿Cuáles?.! .¡.¿Qué es tan importante como para arriesgar tu vida de esa forma?.!
-… ¡Tu!...
-¿Qué!
-Que…¡Que te quiero, Hane!
-…
Los latidos de Kiba empezaron a acelerarse. Soltó las manos de la chica al sentir el calor de un hilito de sangre que descendía por su piel y, aunque se esperaba tal vez una bofetada por parte de ella, no apartó la cara para sostenerle la mirada.
Las mejillas de Hane se encendieron. Y el corazón que toda su vida había querido cerrar para que no le hicieran daño se empezó a abrir. En aquel momento, la pequeña herida que le había hecho el chico en su mano, no tenía la más mínima importancia.
Akamaru por otro lado, sintió unas enormes ganas de ladrar, pero se contuvo y decidió sentarse a unos metros de ellos para observar la escena.
Kiba, con cierto nerviosismo, deslizó una mano por el cuello de la chica e hizo un intento de atraerla hacia él. Pero ella se apartó indecisa y se secó las lágrimas con un dedo tembloroso.
-Estas loco…
Kiba la siguió.
-¿Por ti? Si.
-No sabes dónde te metes, vas a acabar muerto.
-¡Kuso! Así es como acabaré si me separo de ti.
-…
Hane no sabía cómo ordenar las palabras para expresar sus sentimientos. Sabía que no quería perderlo y que por eso, detestaba la idea de que él quisiera combatir con ellos. Pero no iba a servir de nada repetírselo. Intentó cerrarse a él, era la única forma de no sufrir cuando la muerte y el amor se unen. No quería mirarlo, no quería notarlo, tal vez se fuera de allí si se quedaba callada y se olvidaba de ella. Y así ella podría tener una vida tranquila, sin sufrimientos y… y… sumida en la soledad, a la que temía tanto como a la condena de su clan…. Suspiró con tristeza, tal vez no fuera lo correcto el aislarse porque ella… ella también lo amaba.
-Hane… ¿de qué tienes miedo?- preguntó el chico. Levantó las manos para cogerla por los hombros pero las volvió a bajar al momento. No se atrevía a tocarla, él era tan bruto y ella parecía tan frágil…
Kiba notó que ella se distanciaba, estaba a su lado pero no lo miraba, se negaba a reconocerlo. Intentó desesperadamente romper el silencio que los empezaba a envolver, pero no se le ocurría nada. "¡Mierda!" Era la primera vez que le decía a una chica que la amaba¿por qué ella no le respondía? Se llevó una mano al bolsillo con tristeza y notó algo en él… la estupidez por la que había cruzado todo el bosque…
-… ¡Ah! Se me olvidaba, te he traído esto- el chico sacó el colgante rojo y se lo enseñó a Hane con una amarga sonrisa de tristeza – A ver si así consigo que me quieras un poquito¿eh?
Hane lo miró sorprendida¿había llegado hasta allí para traérselo de vuelta? Se quedó mirando el balanceo del colgante entre los dedos de Kiba.
"No puede ser…"
Estiró la mano para coger el colgante pero él negó con la cabeza. Le indicó que se diera la vuelta y se levantara el pelo. Ella accedió. Estaba demasiado sorprendida como para negarse e inconscientemente se sujetó los largos mechones castaños que le caían por los hombros para que Kiba pudiera ponerle el colgante. Con el gesto, una de las mangas de su camisa, se deslizó dejando ver un redondeado hombro. El chico se acercó y mientras anudaba el collar, teniendo cuidado de no rozar su piel con sus uñas, aprovechó para olerla.
Deslizó su nariz tímidamente por el suave hombro de la joven. Su aroma era tan dulce que empezó a encontrarle adicción. Quería besarla… necesita besarla… y sobre todo, deseaba que ella le dijera qué sentía hacia él... Akamaru miró divertido cómo su amo inconscientemente mordía con suavidad el cuello de Hane, imntentando no dañarla con los colmillos.
La chica por otro lado, se quedó como en shock, se llevó una mano al cuello y notó la respiración de Kiba… acompañada de una extraña sensación en su estómago.
"Se acabó… Estoy cansada de aparentar ser una roca muerta…El miedo a perder a los que quiero no debe privarme de estar rodeada de ellos. Tal vez la soledad sea un mal aún mayor…"
-Kiba…- empezó a decir tímidamente mientras el chico contenía el aliento – yo… yo también te quiero…
El corazón del Inuzuka comenzó a golpearle en el pecho con rapidez. Hane se giró para colocarse frente a él y lo miró a los ojos cálidamente. Kiba encontró en ellos un mundo por descubrir y una historia por recorrer a su lado. Con la respiración entrecortada, le colocó a Hane una mano en la nuca y la atrajo suavemente hacia él. Cerró los ojos, rozó su nariz con la de la chica y buscó sus labios con ansias. En un momento que para ellos fue como una eternidad, se fundieron en un beso tan cálido que les hizo olvidar a ambos peligros, guerras, problemas e incluso a sus propios clanes para centrarse el uno en el otro.
Se separaron y Kiba, disfrutando aún del olor de la chica, observó que ésta se sonrojaba y le sonreía. Le entraron unas ganas terribles de empezar a correr, saltar por los árboles, coger a Akamaru, lanzarlo en el aire y volverlo a coger para abrazarlo, abrazar a Hane… besarla otra vez…
"Contrólate… ¡Contrólate Kiba estúpido!" se dijo a sí mismo. Pero ya era tarde, cuando se dio cuenta estaba haciendo el pino en la rama más cercana mientras gritaba "¡YAHOO!. ¿Has visto eso, Akamaru?".
Vio desde arriba que Hane lo miraba entre divertida y sorprendida. Kiba en su momento de felicidad infantil lanzó un puñetazo enérgico al aire "¡Yahoo!" y saltó a otro árbol apoyándose en una sola pierna, con tan mala suerte que empezó a tambalearse peligrosamente en la rama.
-¡Ops!
Hane al verlo perder el equilibrio, echó a correr hasta colocarse debajo de él por si caía y le gritó entre risas.
-¡Cuidado! .¿Debo preocuparme por tu salud mental?
Kiba asintió desde arriba con una sonrisa de felicidad.
-¡Lo tengo todo bajo control, no hay problema! – gritó mientas trataba de recobrar el equilibrio sobre la rama – Ups...
Dicho esto, perdió por completo el equilibrio y cayó al suelo llevándose un montón de hojas y ramitas tras él.
-¡Eh!. ¿Estás bien?- le preguntó Hane acercándose apresuradamente hasta él con preocupación.
-Auch… si.- contestó mientras se revolvía el pelo con una mano riéndose. Jadeó unas cuantas veces para recuperar el aliento y sin pensárselo dos veces, agarró a Hane por la cintura y la tumbó en la hierba a su lado.
Sólo existía aquel momento, y despejaron su mente del incierto futuro que les aguardaba, para concentrarse en disfrutar del presente. Los dedos de Kiba se enredaron entre las cuerdas del corset que ceñía el torso de Hane mientras la besaba. El Inuzuka, con cierta indecisión, se inclinó sobre la joven y comenzó a morderle el cuello con fuerza, sin guardar los colmillos como lo había hecho antes.
Hane se rió y le pasó un dedo cariñosamente por una de las marcas rojas tatuadas en la cara.
-Hey…controla tus colmillos, Inuzuka.
Kiba arqueó una ceja y empezó a bromear con ella.
-¡Arf¡No puedo¡Arf !
Continuaron besándose, cada vez con más ganas y sintiendo que sus cuerpos necesitaban rozarse desnudos y tomar calor el uno del otro. Hane rodeó con sus brazos al joven y lo apretó contra su cuerpo, de forma que éste sintió todas las curvas que formaban el torso de la Jintaka. Comenzó a sentir calor en su entrepierna, y decidió quitarse el abrigo y meterlo bajo la espalda de Hane para que estuviera cómoda. La chica, con ese gesto entendió hasta dónde estaba él dispuesto a llegar y contuvo la respiración para tranquilizarse. Kiba se quedó mirándola muy serio y se acercó a su oído susurrándole.
-Eres preciosa.
Akamaru, viendo la escena pensó que lo mejor sería que fuera a darse un paseo él solito para dejar tranquilo a su amo. No estaba dispuesto a quedarse sentado como un pasmarote mirando para otro lado, por lo que empezó a caminar siguiendo el camino por el que habían venido. Se acercó a un tronco y empezó a olerlo para marcar su territorio, pero, un fogonazo proveniente del clan le deslumbró y una potente onda de energía de la explosión lo lanzó a varios metros de distancia.
Kiba y Hane sintieron el suelo temblar bajo sus cuerpos. Se pusieron en pie sorprendidos por la detonación y miraron en dirección al fuerte. Una tenue luz roja se divisaba a través de las maderas que formaban la muralla. La parte este del clan estaba siendo consumida por el fuego y las llamas eran tan altas que se podían ver desde el bosque. Algunos gritos agónicos se escucharon en la lejanía, ahogados por una ovación de victoria proveniente de las gargantas de los responsables de la explosión, que esperaban desde fuera, con ansias de sangre, la salida de los indefensos habitantes del pueblo.
Akamaru llegó ladrando nervioso.
-¡Guau! .¡Arf!
-¡Oh no! La parte este del clan… ¡los Picos Curvos deben haber muerto!- Hane se llevó las manos a la cara horrorizada.
Un grupo de personas armadas pasaron a gran velocidad por su lado acompañados de un grupo de búhos. Se trataba de los centinelas encargados de vigilar en la noche con la ayuda de este tipo de aves. En aquella ocasión, les había tocado la vigía del lado opuesto al que había sido atacado. Y al escuchar la detonación, se dirigían inmediatamente a ayudar.
-¡Vamos¡Parece que el ataque sólo ha sido en ese lado, pero el fuego se propagará inmediatamente!- le gritó una mujer a sus compañeros.
-¡Al amanecer sustituiremos los búhos por nuestros halcones y les responderemos!- empezó a decir uno de ellos mirando al cielo mientras corría.
Kiba entornó los ojos y pudo distinguir el águila de Altavis volando hacia ellos a gran velocidad.
-¡Iiiirg!
-Kiba…- dijo la chica.
-¿Qué?- preguntó mientras se agachaba para tranquilizar a Akamaru.
-Estabas dispuestos a ayudarnos¿no?
Kiba, mirándola desde el suelo, le contestó con una amplia sonrisa de tatuaje a tatuaje.
-Bien…- murmuró Hane mientras esperaba las noticias del águila de su padre.
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O.O Qué será del pobre Kiba en la batalla? Le pasara algo a Hane? Caerá el antiguo y tradicional clan de halconeros? Ni yo misma lo sé XD asi que… todo en el próximo capítulo!
Qué os han parecido las escenitas románticas? Parecía que todo le estaba saliendo mal a Kiba pero… nooo! El corazón de las personas solo hay que abrirlo, verdad Akamaru? Para que los sentimientos puedan salir a la superficie! (eso lo he dicho yo? No es propio de mi… XD)
Este lunes me voy a estudiar a Sevilla, y de momento no me llevaré el ordenador. Así que supongo que el siguiente capítulo estará en el fin de semana que viene
Un saludo a todos y deseadme suerte! (que con las cosas de que me voy a una residencia estoy un pelin histerica XD)
Puchiko-chan: wapaa! No sabes cómo me animas con tus comentarios, de verdad. Aquí tienes otro capitulillo mas que espero que te guste . Ese beso! XD Al fin!
Gekumaru: ehmm …. er…. Bueno, jeje (gota de sudor en la frente) Tengo un fan! YahOo! XD XD Hay q ver eh? Me he puesto roja y todo al leer eso ¬¬ jajaja (pero de la risa!) En fin… hola Yohiro, Geku, Puchiko… estais locos! Los tres! Menos mal que os esta gustando el fic, porque si no… a saber el review que me habriais dejado.
Mickeymalote: weee! Al final cambie los primeros capitulos. En realidad fusione el primero con el segundo, y el tercero con el cuarto por lo que ahora el fic tiene dos capitulos menos. Pero me gusta mucho más como quedan ahora. Se ven mas "consistentes" XD. Espero que te haya gustado este capitulo y que me sigas leyendo!
Pd: el clan de Hane tampoco es tan grande .
KashounoTsuki: Me alegra que te decidieras a leer el fic . Y me alegra mas que te este gustando! Gracias por tus ánimos. Kiba rulez! XD
Naleeh: Wapa! Al fin llegó la escenita romántica! Que te ha parecido? Ya me comentaras . La parte en la que Kiba se pone a saltar nervioso por los árboles es muy "suya", verdad? No pude evitar poner eso, jejej. Bueno, te agradezco que siempre me dejes un review. A ver si actualizas tus fics y haces más dibujos!
Aldokan: Wow! Torrente de reviews! Que majo/a. Veo que eres otro fan de Kiba cada vez somos mas! Sigue leyendo y dandome tu opinión eh?
SakataSakeki: Tu tambien eres nueva! Bienvenida a mi fic XD Zamparse mi fic enterito tiene merito eh? Espero que este capitulo te haya gustado tanto como los demás. Espero tu siguiente review!
RiMi: Hola! Mujer, no te preocupes por tardar en ponerme tu review. Es verdad que ya lo estaba echando de menos… pero como es por fuerzas mayores, pues… que le vamos a hacer! Me conformo con que me sigas leyendo Ahh! Y suerte en el colegio XD
Luxheretic: diste en el clavo con lo del clan. Como ya le he dicho antes a Mickey, no es tan grande . Por cierto, te estas aficionando a dejar reviews? O es cosa mia? Jeje, eso es bueno, hombre! Te animo a que dejes reviews en todas las historias que estes leyendo, que a todo le mundo le hace mucha ilusión.
Un saludo a todos!
