Disclaimer: Rurouni Kenshin no me pertenece, este fic es por mero entretenimiento.
'A la vuelta de mi casa nació el amor: Cupido toca la puerta'
By: O.o Kaoru-chan o.O
Capitulo 3: Ofertas
-o-o-o-o-o-o-o-o
Eran exactamente las tres y media de la tarde y Kenshin Himura, uno de los cirujanos más jóvenes y famosos de la medicina, estaba sentado en su consultorio. Varias carpetas de distintos colores y papeles ocupaban su escritorio. Ya había visto todos los currículums vitae de la mayoría de las enfermeras aplicantes. Sin lugar a dudas la única que parecía llenar las expectativas, era la estudiante curricular, Megumi Takani. Solo esperaba que llegase a las 16.00 para la entrevista y pudiese arreglar los horarios.
Había pasado la mayor parte del día ordenando su consultorio. Los muebles llegaron enseguida así como los materiales de medicina. El consultorio ya estaba casi listo y para mañana a la mañana podría abrir si todo salía bien. Él consultorio era mediano, ni tan grande ni tan chico. Era acogedor y tenía un aspecto colonial exuberante. Justamente como a él le gustaba.
Esperaba que su plan pudiese llevarse a cabo y que no trajese problemas a los demás. Había averiguado y sabía que el doctor de la zona más cercana era un viejo con deseos de jubilarse. Tenía edad suficiente y quería disfrutar de sus dos nietas. Recibir visitas a cualquier hora ya no le entusiasmaba tanto como antes.
-o-o-o-o-o-o-o-o
- Entonces quieres hacerte cargo del pueblo – le había dicho el anciano.
- "Si. Me encantaría" – le había contestado Kenshin.
El anciano le examinó bien. Su mirada le recorrió de arriba a bajo hasta el punto que a Kenshin le dio un escalofrío. El anciano volvió a mirarlo directo a los ojos. Le tomó solo un par de segundos volver a inspeccionarlo. Pero esos segundos parecieron eternos para Kenshin que parecía esperar el consentimiento del padre de su futura esposa.
- "Esta bien" – había dicho el anciano, sonriendo ampliamente – "Se nota que tienes un buen corazón. Lo dicen tus ojos"
- "¿Mis ojos?" – había repetido extrañado el pelirrojo.
- "Si quieres saber algo de una personas, mírale a los ojos, allí descubrirás como es" – dijo sabiamente el anciano.
- "Los ojos..."- cuantas veces Kenshin había visto ojos... ojos soberbios, amorosos, llenos e odio, de vanidad, de egoísmo, de temor... de alegría.
- "No se confunda. Una mirada no es lo mismo que los ojos. Muchos podrán tener miles de miradas, de vanidad, egoísmo, egocentrismo, de temor... pero no debe dejarse llevar por eso. Debe mirar más alla, lo que esta detrás. Cuando aprenda a ver eso. Sabrá exactamente como es la persona y..."
- "¿y?" – preguntó interesado Kenshin
- "y si tiene la fuerza necesaria y la disposición, podrá ayudarlos... si ellos quieren"
- "Seguramente no querrán ser infelices" – le había respondido el pelirrojo que no se había dado cuenta como la conversación había tomado un rumbo diferente.
- "A veces, un terrible shock... una dolorosa separación, puede jugar en contra de los sentimientos. Cuando alguien pierde a un ser querido... un ser muy amado... a veces desea continuar deprimido, porque creen que esa es la forma en que los veneran y los recuerdan. Son muy pocos lo que siguen adelante con una sonrisa sincera en la cara y unos ojos de alegría. Usted debería saberlo... ya que también conlleva algo del estilo" - la mirada escrutadora del anciano se clavó en los ojos de Kenshin. Éste atonito, se quedo mudo.
- "Esta siendo ayudado..." – continuó el anciano.
- "¡ABUELO¡ABUELO!" – habían gritado dos niñas de la edad de siete y nueve años que se acercaban corriendo hacia el anciano.
- "Ayame, Suzume" – había saludado el anciano con una sonrisa alegre - "¡Que grandes que estan! Mmmh... ¿estuvieron comiendo arvejas?" – preguntó
- "¡Si abuelito!" – dijo la más chica – "Okaasan hizo arvejas ayer a la noche"
- "¿de enserio abuelito me ves más grande?" – preguntó la mayor.
- "¡Claro que si!" –
- "Abuelito... ¿Quién ese hombre?"
- "oh... él es el doctor Himura, niñas salúdenlo." –- "abuelo, abuelo." – gritaron las niñas – "¿es bueno?"
- "No se, mirenle a los ojos" - las niñas miraron al pelirrojo y de pronto se volvieron a su abuelo. – "Tiene un gran corazón" – le dijeron al abuelo, para luego abrazar las piernas del pelirrojo que se había quedado mudo.
- "Le dije... los niños son más perceptivos que los mayores." – le había dicho el anciano sonriendo.
- "Muchas gracias, doctor Genzai"
-o-o-o-o-o-o-o-o
Había sido algo extraño la conversación con el anciano, pero no le había resultado desagradable. Por lo menos había obtenido el consentimiento del doctor.
Se acerco a la ventana de su consultorio. Estaba en el primer piso y tenía la vista de lo que era el pueblo. Se encontraba a pocas cuadras de lo que era el centro del pueblo. A su alrededor había almacenes, una florería, varios parquímetros, y una plaza, a la vuelta de la plaza, había un colegio, también acercándose más a lo que es el centro, se encontraba una heladería, y un revelado de fotos.
Cuando llegó varios le habían saludado como si fueran viejos amigos y cuando saludó a las ancianas junto al puesto de diario se encontraron en un pequeño murmullo en el que claramente pudo escuchar "Que guapo que es el nuevo doctorcito ¿Por qué habrá venido a un pueblito como Tosa?"
Hacía tres días que estaba en aquel pueblo y le parecía fascinante. La facilidad con la que todos se comunicaban, la entera disposición de ayudar desinteresadamente, el que al ser un pequeño pueblo de menos de mil quinientos habitantes, la mayoría se conozcan o sean familiares de... que no exista inyecciones de botox, ni las cirugías plásticas... que dos ancianos retomaran sus votos solo para declarar una vez más cuando se amaban... todo parecía tan natural. Todo era demasiado natural. Y eso le encantaba.
Sonrió satisfecho y respiro el aire que entraba. No era el típico olor a combustible. Era el puro olor a naturaleza. Ni siquiera se escuchaba las bocinas de los autos ¡no había congestionamiento! Se quedó unos instantes en silencio meditando en lo que le había dicho el doctor Genzai. "Usted debería saberlo... ya que también conlleva algo del estilo" ¿Cómo era posible...¿Qué había escuchado? Y lo que más le desconcertaba era el "Esta siendo ayudado..." ¿ayudado¿por quien¿No sería posible que...?
El sonido del toque de la puerta lo sacó de su abstracción. Se acercó y abrió la puerta. Delante de él había una joven de largos cabezos negros, mirada astuta y de ojos marrones, sus labios estaban pintados de rojos y estaba vestida con una blusa blanca y pollera negra. Era la misma chica que había visto en la foto del currículo… Sin duda Megumi Takani era hermosa.
- "¿Doctor Himura?" – dijo la sensual voz de la mujer.
- "Si"
- "Soy Megumi Takani"
- "adelante señorita Takani" – Kenshin se hizo a un lado y dejo pasar a la joven que caminaba contorneando las caderas hasta la silla frente al escritorio. Kenshin se sentó y miró a Megumi.
Esta le devolvió la mirada y coquetamente cruzó las piernas dejando ver gran parte de ellas, su pollera no era muy larga que digamos. Sin inmutarse mucho, Kenshin buscó la carpeta de Megumi.
- "tiene un currículo muy impresionante señorita Takani"
- "Muchas gracias doctor" – Megumi pasó una mano sobre sus cabellos, como si se peinara, para después mirar sus uñas – "Mis padres ejercieron la medicina y gracias a ello, fue fácil para mí ubicarme. Los trabajos surgían cuando escuchaban mi apellido"
- "¿acaso usted es la hija de los doctores Takashi y Sonomi Takani?" – preguntó Kenshin asombrado.
- "efectivamente" – respondió sin ninguna emoción Megumi – "Me imaginó que me llamó porque me reconoció con ese apellido y no me-"
- "Nada que ver. No me di cuenta" – le interrumpió Kenshin – "La llamé porque tiene más experiencia que el resto, nada más"
Megumi abrió los ojos sorprendida. No eran muchas las personas que le daban trabajo solamente por su experiencia. Bastaba solo con decir su nombre que ya la contrataban 'esperanzados' pensaba siempre Megumi. Como si ella quisiera llevarles sus padres.
Sus padres se encontraban en ese momento en las afueras del país, involucrados en una de sus infinitas investigaciones. Su aporte en la medicina de hoy en día era muy importante e influenciaba bastante en la vida moderna. Sonrió contenta cuando el joven doctor le había dado la posibilidad por sus logros y no por su nombre.
Había optado por trabajar lejos de la ciudad donde no la conociesen mucho pero cuando escuchó que el joven cirujano había creado un pequeño consultorio en las afueras de la ciudad no lo pensó dos veces para subirse al auto y viajar cuarenta minutos hasta un pequeño pueblo de Tosa. Al parecer podía tener una oportunidad.
- "Como le iba diciendo" – continuo el doctor con el lapso de silencio de la morocha – "Creo que usted sería ideal para ser mi enfermera señorita Takani. Sin duda su experiencia y logros hasta el momento ayudarán aquí. Pero debo advertirle que si usted está esperando fama y reconocimiento de sus trabajos, este no es el lugar apropiado"
- "Lo entiendo perfectamente doctor Himura" – dijo Megumi – "Ya lo sabía desde un principio. Con viajar a este pueblo, alejado de todo, lo tenía muy en claro."
- "Muy bien, entonces si no ninguna objeción…"
- "ninguna"
- "Entonces la espero mañana a las 9" – Kenshin se reincorporó y Megumi lo imitó, ambos se estrecharon las manos y sonrieron.
- "Muchas gracias doctor Himura"
Estaban ya en la puerta despidiéndose, cuando…
- "Lamento mucho lo ocurrido en Tokyo" – dijo en voz baja Megumi. El rostro de Kenshin pareció ensombrecerse, pero sonrió relajando a Megumi.
- "Es muy atenta, señorita Takani,"
- "Si necesita apoyo" – dijo Megumi acercándose lentamente a Kenshin y pasando su mano en el brazo en el que éste sostenía la manija de la puerta – "Tiene mi teléfono" – la distancia era cada vez más corta entre ellos, ambos podían sentir sus respiraciones... cada vez los centímetros disminuían... cada vez más... Megumi comenzaba a cerrar los ojos, esperando... solo un poco más y podría sentir esos labios...
- "¡KONNICHIWA KENSHIN!"
Un saludo estrepitoso resonó en casi todo el pasillo del consultorio. Un alegre muchachita de ojos risueños y de enorme sonrisa, subía apresuradamente las escaleras. Su cola de caballo se balanceaba mientras ella iba saltando los escalones, de dos en dos mientras parecía canturrear una canción. Pronto llegó hasta donde estaban los dos. Se quedo como piedra cuando notó a una mujer, desconocida para ella, hablando, demasiado cerca, del pelirrojo.
- "konnichiwa..." – volvió a repetir débilmente, con una pequeña sonrisa en sus labios.
- "Buenos días señorita Kaoru" – saludó el pelirrojo sonriendo.
Megumi percató como la distancia volvía a formar parte de sus cuerpos. El sueño había terminado, dejando la fantasía de lado y cualquier tipo de insinuación de pasión o lujuria. Debía admitir, que el doctor era una hermosura. Sus cabellos rojos atados en un coleta baja, sus ojos violetas parecían demostrar tanta pasividad y la forma tan gentil en la que hablaba. Era un buen partido. No había dejado de percibir como él había visto la forma en la que ella cruzaba las piernas. Ningún hombre se habría resistido. Nunca nadie había esquivado la mirada. Y obviamente el sexy pelirrojo no era la excepción.
Debía admitir también que se veía mucho más lindo en las portadas de las revistas que en persona. 'El encanto de las fotos' pensó. Pero la verdad poco le importaba todo lo que aquellos dijesen sobre el pelirrojo y sus amores. Solo necesitaba un poco más de tiempo y podría haber probado aquellos labios. Estaba segura que no se iba a negar. Pero ¿Quién demonios era esa muchachita¿Cómo se había atrevido a interrumpirlos¿Sería su novia? Lo dudaba, después de todo lo que había pasado, no creía que caería en brazos de alguien más, por lo menos no en un buen tiempo. Y ese era el tiempo que necesitaba Megumi para atraparlo.
- "Señorita Kaoru, déjeme presentarle a la señorita Megumi Takani" – presentó Kenshin interrumpiendo los pensamientos de Megumi
- "¡Muy buenos días señorita Takani!" – saludó Kaoru con una gran sonrisa, como si fuese un soldado de la marina.
- "Hola" – fue la respuesta seca de Megumi. ¿Cómo se atrevía esa jovencita a arruinarle el momento a ella y a Kenshin?
- "La señorita Takani, desde mañana será mi asistente" - dijo Kenshin
- "Ooooh" – los labios de Kaoru formaron una enorme O. Lo que hizo sonreír un poco a Kenshin. La niña era tan graciosa. Y eso molestó a Megumi que percató el cambio de humor del pelirrojo – "¿tan rápido conseguiste una suplente?" – '¿suplente?' pensó Megumi con una ceja levantada
- "Una vez que su hermano declinó mi oferta tuve que buscar a otra que me pudiese ayudar."
- "Entiendo" - dijo un poco triste Kaoru. Y Megumi sonrió al percibir el tono de voz de la jovencita.
- "Espero que eso no haya traído problemas con su hermano, señorita Kaoru" – dijo Kenshin, y Megumi percibió un tono de preocupación en su voz. 'jovencita astuta'
- "oh, no, para nada. Sanosuke siempre fue así. Algo sobre-protector pero en el fondo bueno" – dijo Kaoru retomando su acostumbrada confianza y alegría. Como que desconcertó un poco a Megumi. '¿no era que estaba triste?'
- "Me alegro" – respondió aliviado Kenshin sonriendo, Kaoru también sonrió devolviendo una mirada muy... '¿tierna?' pensó Megumi, con cada palabra que pasaba no le gustaba ni un pelo la jovencita.
Megumi carraspeó intentando que notasen su presencia. Kaoru y Kenshin la miraron. De pronto ambos parecieron caer en la cuenta de que todavía la enfermera seguía allí.
- "Discúlpeme señorita Takani." – se disculpó Kenshin
- "No hay problema, esta bien." – respondió con una fingida voz de amabilidad, aunque le fue imposible ocultar la venita que le sobresalía de la sien. – "Nos vemos mañana doctor. No se olvide que mi oferta sigue en pie" – dijo tocando nuevamente su antebrazo sonriéndole sensualmente. – "Adiós"
- "Nos vemos señorita Takani" – saludó alegremente Kaoru colocándose al lado de Kenshin. ¿Acaso esa chica no entendía como funcionaba el coqueteo? Megumi sintió como su vena crecía, pero se limitó a hacer un movimiento con la cabeza en forma de saludo.
- "Kamiya" – y el sonido de tacones se escuchó bajando las escaleras.
- "oi Kenshin..." – llamó Kaoru dentro del consultorio, empezando a ordenar el contenido de las cajas que Kenshin no había terminado de sacar.
- "si, señorita Kaoru" – Kenshin alza la vista para verla..
- "¿Cuál era la oferta que dijo Megumi¿Tienes pensado mover el consultorio?" – cuestionó la joven.
- "ORO" – exclamó el pelirrojo – "em.. no, ella hablaba de otra cosa. ¿Quieres?" – dijo ofreciéndole una tableta de chocolate
- "¡Chocolate! Si, gracias" – aceptando y comiendo el chocolate. Kenshin suspiró de alivio al ver que la chica había olvidado el asunto, y se apuntó mentalmente tener más chocolate si situaciones como esas vuelven a pasar. Ambos retomaron de nuevo su labor. Hasta que Kaoru se volvió a levantar y observó a Kenshin – "¿Qué otra cosa?"- preguntó. 'mucho... mucho chocolate' se repitió mentalmente el pelirrojo.
- "...emm... si necesitaba algún tipo de... apoyo... que la llamase" – dijo Kenshin sinceramente... o al menos algo de ella
- "ah" – respondió Kaoru, satisfecha de la respuesta. Sin percibir ningún tipo de doble sentido en la mirada y tono de voz en la que Megumi se había despedido – "Pero no necesitas llamarla, o si? Sabes que yo siempre estaré si necesitas compañía ¿no? Apoyándote en lo que necesites" – Kenshin que estaba bebiendo agua, escupió todo el contenido y comenzaba ahogarse. Kaoru se acercó y le dio unas débiles palmeadas en la espalda.
- "cof... cof... cof... Muchas... gracias señorita Kaoru" - dijo débilmente el pelirrojo.
- "neh... ¿estas bien?" – preguntó, aunque todavía mantenía una mano en la espalda de Kenshin.
- "si... si..." – logró articular reincorporándose. '¿Qué tan inocente podía llegar a ser?' pensó Kenshin, aunque una parte de él sonrió al saber que todavía existían chicas tan puras como Kaoru.
- "¿Sabes no?"
- "¿Que?"
- "Que yo siempre estaré cuando me necesitas"
Kenshin sonrió, la joven era sorprendentemente dulce. Sus palabras hacían saltar a la vista de todos, su inocencia, ella no tenía ni idea de lo malintencionadas que sonaban sus palabras o de la intensidad que podrían tomarse. Kaoru era demasiada bien pensada para pensar así.
- "Si, muchas gracias señorita Kaoru" –
De alguna forma, él sabía esa respuesta. Y de alguna otra forma también sabía que él siempre estaría cuando ella le necesitaba. Aunque no se lo pudo decir.
Hasta que fue demasiado tarde.
OooO
Notas de la autora: Y acá termina otro capitulo de "A la vuelta de mi casa nació el amor: Cupido toca la puerta!" Este capitulo surgió un domingo a la tarde cuando me había cansado de leer fics (y todavía me quedan más por leer... me comprometí a dar una opinión así que ahí estoy) En fin, no tenía ni la más mínima idea de cómo hacer este capitulo, es más tenía pensado que la parte de Megumi iba a ser más corta e iba a contar un poco más sobre el comportamiento de Sanosuke. Pero como ven, quedo completamente distinto. Lo de Megumi es largo, y lo del doctor Genzai no estaba pensado. Ah! No esperen una celosa Kaoru que todavía no llega esa parte, falta todavía.
También empecé a tantear el terreno de Kenshin ¿alguien tiene alguna idea? Voy a mantenerlo en secreto por un buen tiempo. Mandando indirectas.
Sobre este fic, no tengo mucho en mente. Pero si sé el final y la parte del medio (una escena desencadenante). Así que veré como va esto.
Otra cosa que no se si aclaré. Acá Misao y Aoshi no tienen futuro... es más no van a aparecer hasta... mejor no cuento. :P Este fic va a ser un Kaoru- Kenshin y Megumi- Sanosuke. Si, este fic tiene popularidad. Viene un segunda parte... no se, todavía no se.
En el próximo capitulo van a aparecer nuevos personajes. Y habrá muchos encuentros y malentendidos. Así como también rumores, y peleas. Hohohoho, el siguiente sí tengo una idea.
Ahora, comentándoles sobre los demás fics... por orden de actualización.
.- I hate you love: - después del capitulo 6- (que me fascina la escena entre Megumi y Sanosuke) tengo una vaga idea. En el séptimo capitulo supongo que aparecerá Aoshi y estará el desfile con muchas fotos. Además como sigo el orden de actualización este es el próximo que planeo empezar y terminar.
.- Like we were yesterday – después del capitulo 10 – especial de enamorados- no pensé en subir hasta un buen tiempito pero como es la única que tengo armada hasta el capitulo 19, creo que la voy a seguir. Todavía faltan más personajes en esta historia.
.-Si te odio te amo, si estudio estoy en el secundario: van a tener que esperar para el cuarto capitulo.
.- A la vuelta de mi casa nació el amor: Cupido toca la puerta – después de este capitulo sé que es lo que va a pasar en el cuarto, ya lo tengo armado en mi cabeza. Así que espero que pronto lo pueda escribir.
ONE-SHOT:
.- Fuego de amor: dentro de poco la parte IV- son solo seis capítulos... dos semanas más y se termina.
.- Sin ella nada importa: tengo un boceto...
.- You are beautiful: no pude aguantar más… Tenía que escribir este…:P
Terminados:
.- 14 de Mayo – one-shot- Terminado
.- Canción Africana – one shot- Terminado
Esas son lo que más o menos planeo hacer. Con el verano será simple. Y tal vez algun regalillo para navidad y año nuevo... pero no se.
Bueno, no tengo más nada que contarles sobre los fics, salvo DEJENME MUCHOS REVIEWS ¿SI?
-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o
--Free talk—
Admito que no soy una persona justa. Soy muy posesiva cuando se trata de lo mío. A veces me identifico mucho con el padrino "Tocas a mi familia y te matamos capishe?" o sino también tengo reacciones como las de Sanosuke "Lo tuyo es mío y lo mío es mío." Pero sé que las cosas no son así. Por eso decidí salir con el chico que gusta de mí.
Arreglamos para vernos frente al Jardín Japonés. Un lugar muy bonito pero muy aburrido. Nos encontramos (y como siempre, llegué tarde), y hablamos. ¡Miercoles! Nunca recibí tantos palazos todos juntos y en tan poco tiempo. También admito que no fui una buena persona con él. Pero me sorprende hasta el día de hoy que todavía siga atrás mío. Pero en fin, ese no es el punto. La cuestión es que el día era lindo, algo caluroso debido a las aproximaciones del verano, por lo cual uno no espera la lluvia. Cerca de las tres de la tarde un diluvio cayó sobre nosotros.
Yo me aburría, a veces sus charlas pueden ser muy monótonas, además tanto elogió hacia mí me incomodaba mucho, además que me mareaba, primero me atacaba y después me adulaba. Era desconcertante.
Al final, gracias a mi amiga (Chibe-Chise), le pedí que me llamase y me salvase de las garras del aburrimiento. ¡Alabada sea Roro! No tardó ni diez minutos en rescatarme, (lo que me hace recordar que por eso le voy a hacer un dibujo pero uds no digan nada) Fue en ese momento cuando las cosas comenzaron a tomar otro rumbo.
Mientras esperábamos el arca de Noé para llegar a la parada de colectivos, ya que la lluvia de pronto se había ocurrido en un diluvio parecido a un huracán. (ya avise que era exagerada) él comenzó a umm... hasta me da vergüenza escribirlo. Se puso... cariñoso... lo cual me asustó un poquito y me incomodo hasta las células de todo mi cuerpo. En un acto de ¿cuidado? Me abrazó...brrrrrrrrrr... hacía frío pero no quería eso. Y sabía que era mi culpa que él se confundiera más. Rogaba que la situación no se me fuese de las manos y que no pasara a mayores. En cada intento de contacto visual, yo me entretenía con alguna que otra hoja que caía al suelo. Y mientras tanto maldecía a los cuatro dioses por hacer que llueva.
Cuando finalmente paró pudimos caminar hasta la mitad del recorrido, hasta... hasta que a él se le ocurrió decir "Podría haber sido peor" ¡POR DIOS¡NUNCA, PERO NUNCA DIGAN ESO¡PORQUE LAS COSAS TERMINAN SIENDO PEOR! La lluvia nos golpeó feo, y no teníamos lugar donde cubrirnos así que muchas opciones no nos quedaban, entonces seguimos caminando. Cuantas... cuantas indirectas...
Finalmente llegamos a la parada, después de que me dijera si quería que me abrazara, y me elogiara por tener un vitalidad y alegría admirable. Yo me quería ir. Pero él no quería. Cuando prácticamente lo eche. Hizo un amago de acercarse o algo pero yo nada, ni me inmute. Entonces alargó su brazo y me dio un par de palmeaditas y se fue. Suspiré aliviada y me dirigí a mi parada.
Cuando subí, reviso mi celular, por si tenía alguna llamada perdida o algo y me encuentro con dos mensajes de texto perdidos. Uno de "Chibe-Chise" (Roro) y otro de éste chico, que decía.
"Algo que no te pude decir es que me gustas. Perdón..."
Rápidamente llamé a Roro y le conté todo. Sus risas sobre el asunto no me ayudaron mucho pero por lo menos me reí. Horas mas tarde a la noche, recibo otro mensaje de él.
"Espero que estés bien y que no te hayas resfriado"
Cuando hablé con Roro, se rió nuevamente, y después de un lapso de una hora y media (que más o menos lo que duro la risa) hablamos "seriamente"
Y la pregunta que rondó por mi cabeza fue:
"¿Qué hacer?"
-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o-.o
Take Care & eat Cake
O.o Kaoru-chan o.O HAPPY -MUCHOS REVIEWS
