Lo primero que vió al despertar fueron dos pequeños faros tintineando con la ligera luz del sol que se colaba por las cortinas mirándola fijamente

-Buenos días - saludó

La pequeña le hizo un gesto con los dedos indicándole que debía guardar silencio para luego señalar a alguien que todavía dormía plácidamente en el sofá.

- ¡Oh! - exclamó Kagome al notar a Inuyasha recostado sobre la cabecera del inmenso sofá

- No debemos hacer que despierte - susurró la pequeña

Kagome se tomó unos segundos para analizar la situación, Inuyasha parecía estar disfrutando su descanso, le pareció injusto intentar despertarlo, después de todo él la había cuidado todo ese tiempo, ahora ella podría hacerlo por lo menos durante ese día

- ¿Te apetece preparle una sorpresa a tu hermano? - preguntó

Para Sasha esas fueron las palabras mágicas, estiró sus bracitos en dirección a la azabache y espero que ella la tomara entre sus brazos.

- ¿Qué sorpresa le daremos a Kristoff, princesa Ana?

Kagome sonrió y luego acarició su plata cabellera

- Quedamos en que eso sería solo por el día de ayer - regañó dulcemente

Sasha gimió por lo bajo

- ¿Y princesa Kagome?

- Me encanta, su majestad Sasha

La peliplata pareció estar encantada con su reciente título ya que no dejaba de mencionar que ella era la reina y que tenía bajo su poder incluso a su hermano.

Inuyasha se revolvió molesto, le daba la sensación de que algo le faltaba ¿pero qué? Tanteó con sus manos pero no encontró nada, eso lo molestó aún más. No quería abrir los ojos pero la sensación de vacío no lo dejaba tranquilo, le faltaba el aroma a lavanda y el aroma a vainilla que lo había envuelto mágicamente entre sus sueños.

Abrió los ojos y se dió con la ingrata sorpresa de que su lavanda ( Kagome) ni su vainilla (Sasha) estaban a su lado , refunfuñando se desperezo del sofá, habría que ir a buscarlas ¿Dónde estarían? Lo más lógico era empezar a buscar por la habitación que ocupaba Kagome, al fin y al cabo lo más probable fuera que no aguntara dormir en el sillón por su estado.

Cuando estaba decidido a emprender la marcha las risas escandalosas de sus acompañantes de películas lo alertó, estaban en la cocina, no había duda. Caminó hasta ellas a paso rápido y se quedó quieto en la puerta al ver la escena. ¿de qué iba eso?

Saha estaba completamente cubierta de harina de la cabeza a los pies, solo relucian sus pequeños ojos dorados y el pequeño lazo rosa sujeto a su cabello que él le había obsequiado en Navidad. Kagome por su parte estaba cubierta de ¿chocolate? Su nívea piel estaba cubierta por chocolate y... ¿eso eran grajeas de colores? pero no parecía molestarle en absoluto, ambas reían escandalosamente mientras se hacían señas mutuamente para guardar silencio.

Sasha estaba sentada sobre la mesa de la cocina y Kagome estaba justo delante de ella, intentando romper algunos huevospero la risa se lo impedía y a cada intento fallido Sasha reía aún más fuerte ocasionando que la azabache no pudiera lograr su cometido.

- Veo que no fui invitado a la sesión de cocina de hoy

Dos pares de ojos lo miraron a penas dejó de hablar

- ¿Sorpresa? - contestaron ambas

Inuyasha ladeó la cabeza y las miró con detenimiento las dos lucían desastrosamemte hermosas. Fue ese pensamiento el que no lo dejó preever lo que pasaría instantes después.

No pregunten como pero Inuyasha terminó enharinado de la cabeza a los pies, tenía chocolate derretido en el cabello y lindas grajeas de colores en partes que no debían tener contacto con grajeas.

- Parece que la misión desayuno fue un fracaso - gimoteó Kagome

- Es culpa de Inu - Protestó Sasha - Te acabaste el chocolate y las grajeas - acusó molesta

Inuyasha no sabía si bromeaba pero esa hermana suya era tan manipuladora que por un momento lo asustó.

- Está bien - exclamó resignado- vayan a alistarse que el desayuno corre por mi cuenta - exclamó vencido y restregandose chocolate del oído

Ambas salieron corriendo de la cocina, supuso que Kagome se encargaría de alistar a Sasha asi que era una tarea menos. Se detuvo a mirar el desastre que tenía en frente, por un momento deseo dejarselo a María, quien lo ayudaba con la limpieza, pero le parecío demasiado injusto de su parte, a la pobre le daría un infarto si veía la cocina de esa manera.

Le tomó cerca de 40 minutos dejar reluciente la cocina, refunfuñaba enojado por la idea tan loca de repostería de esas dos pero en el fondo no podía dejar de preguntarse si cuando formara una familia con Kikyo sería igual de feliz como lo era limpiando la travesura de Kagome y Sasha.

Cuando terminó, se dirigío a su nueva habitación y se dió un baño, sabia que debía apurarse pues lograba escuchar las quejas de Sasha por su demora. Decidío colocarse unos vaqueros azules y una camisa blanca, tenía cierta manía por las camisas, debía admitirlo pero creía que ese look era el adecuado para una mañana con esas dos. Eligió sus zapatos de cuero favorito y revoloteó su cabello.

Cuando bajó por las escaleras, se quedó sin aliento. Kagome traía puesto el vestido amarillo de tirantes que él le compro días antes de que llegara a casa. No pudo evitar sonreir, se veía bellísima, ese vestido definitivamente resaltaba sus atributos. Sasha por su parte le produjo ternura, llevaba un vestido rosado con ligeros bobos acampandos y dos coletas envueltas en moños rosas, lucía adorable.

- Ponme más princesa Kagome - pidió

- Pero si ya nos hemos vaceado medio frasco de perfume su alteza - contestó riendo

- Nunca es demasiado - respondió- ¡Inu! ven tú tambien debes ponertelo

La voz de Sasha lo sacó de su trance, desde que Kagome entró a su vida, solía perderse muy a menudo en sus pensamientos.

- ¿No crees que solo las mujeres de la realeza deben llevar perfume? - preguntó mirando a la pequeña

Sasha torció la boca y refunfuño

- ¡Pues no! esto es como una marca - dijo señalando el perfume- ¿recuerdas cuando el perrito de la Sra. Takede volvió rastreando su olor?

Inuyasha asintió

- Pues es igual, si tú te pierdes nos encontraras por el olor de Kagome ¿entiendes?

Inuyasha rio divertido, lo acababa de comparar con un perro

- Kagome, ¿ podrías por favor...?

- Ella es princesa - resondró Sasha- Hoy somos de la realeza, mañana seremos dibujos de Disney

- Vale, sin enojarse - pidió - Dulce y bella princesa Kagome ¿podriá rociarme con ese bello perfume que sus manos sostienen tan gentilmente?

- Por supuesto príncipe Inuyasha, será todo un placer - dijo completamente roja.

Inuyasha se dejó envolver por el olor, era lavanda, si se lo hubieran dicho antes él habría dejado que le hecharan todo lo que quedaba del frasco, ese aroma le recordaba tanto a la primera vez que conoció a la azabache

- Pues bien sus majestades - hizo una reverencia- ya que estamos tan guapos desayunaremos fuera

Y asi fue como llegaron hasta el restaurante donde ambos compartieron su primer desayuno juntos . Inuyasha vió a Sasha entretenida con la carta, fingiendo que sabia leer y a Kagome entretenida mirando el lugar, estaba seguro que estaba recordando su pequeña salida

- ¿Pediremos hamburguesas? - soltó divertido

El rostro de Kagome se tiñó de color carmesí

- ¿Crees que sea buen ejemplo? - le preguntó mientras señalaba a su pequeña acompañante

- Reina Sasha, ¿que ordenará? - preguntó mirándola, él sabia que pediría su pequeña hermana

- Quiero leche con chocolate, fruta, panqueques con miel de maple, jugo de naranja y huevos como los hace mami - respondió feliz

Kagome se quedó contrariada, ¿podría acabar con todo eso?

- ¿Y usted princesa Kagome? - preguntó- Recuerda que debes comer más - susurró solo para ella

- Yo quiero lo mismo que la reina - Sasha le había antojado su orden

Inuyasha rio ante el pedido de Kagome y así fue como los tres desayunaron, tuvieron que trasladarlos a una mesa mas grande pues con el pedido de Inuyasha la mesa les habia quedado pequeña.

Al salir del restaurante quien los viera hubiera jurado que eran una familia, Inuyasha llevaba cargada a la pequeña Sasha quien dormía en su pecho y tomaba de la mano a Kagome mientras ella lucía sonrojada

- ¿Quieres tomar asiento? Conozco un parque muy cerca de aquí

- ¿Crees que sea buena idea?

- ¿Porqué no lo sería?

- Por Sasha, ¿no estaría más cómoda en su silleta dentro del auto?

Inuyasha sonrió , le parecía tierno que Kagome se preocupara por Sasha, eso le indicaba que no se había equivocado con ella, era una mujer maravillosa, solo había que ver cuan bien se llevaba Sasha con ella.

- No habrá problema, desde que es una pequeña bebé adora dormir en mi regazo - comentó

Kagome asintió y se dejó guiar, los minutos que tardaron en llegar hasta el lugar los hicieron en completo silencio, Inuyasha solo la sostenía de la mano mientras la dirigía. Quizás debió pedirle que la soltara, que mantuviera su distancia pero no podía hacerlo, se sentía tan bien ser querida o por lo menos cuidada por alguien, que no se atrevió.

Inuyasha le parecía un hombre tierno y maravilloso, su novia tenía muchísima suerte, él era del tipo de hombre con el que sueña cualquier mujer y se sentía afortunada por haber coincidido con él. Aún no podía creer que la vida la había premiado con dos personas maravillosas como él y Sango, sentía que no los merecía .

- ¿Como te sientes? - preguntó mientras observaba el paisaje que tenía en frente

- Bien - contestó en voz baja

- No debes mentirme Kagome - pidió aún sin mirarla- Sé que aún te duele la herida que tienes en el estómago, te ví tocarte esa parte en el auto y también en el restaurante

Kagome dió un respingo, Inuyasha la observaba sin que ella lo notará y saber eso la puso sumamente nerviosa, ¿que más habría notado? ¿ notaría que se quedaba sin aire cada vez que se perdía en sus ojos? ¿ Que su corazón parecía querer salirse de su cuerpo cada vez que él sonreía?

- No tienes necesidad de mentir Kagome. ¿El dolor empeoró después de cargar a Sasha?

Kagome negó rápidamente mientras desvió su vista a la pequeña quien dormía muy plácidamente sobre el hombro de Inuyasha

- ¿Lo que me dijiste ayer era verdad? Hablo de denunciarlo, no quiero presionarte pero quisiera saber si estás segura

- Lo estoy - contestó acariciando la mejilla de Sasha

- ¿Quieres que te acompañe? - preguntó aún sin mirarla

- ¿Quieres hacerlo?

Inuyasha giró a verla y posó sus grandes ojos sobre los de ella

- Aquí no se trata de lo que yo quiera, si no de lo que tú quieras, lo que tú necesites. Aquí solo importas tú Kagome

Los ojos de Kagome empezaron a escocer

- Hace mucho tiempo de eso - contestó

- ¿Desde que murió tu padre?

Kagome negó

- Tampoco le importé a mi padre, él llegaba ebrio a casa, golpeaba a mamá y bebía aún más, supongo que por eso murió tan deprisa, su hígado simplemente no soportó - se encogió de hombros - La única persona que me decía que yo era lo más importante en su vida, fue mi abuela, estuvo a punto de sacarme de casa de mi madre, pero murió días antes de obtener la autorización del juzgado

Inuyasha la observó, Kagome claramente no estaba allí en ese momento, había ido muy lejos.

- Creo que si hubiera ido a un albergue mi vida no habría sido distinta de lo que es ahora

- ¿Por qué lo crees?

- Porque amaba a mamá, hubiera buscado la manera de reunirme con ella, desde los siete años, después de que mi abuela partiera,debí hacerme cargo de ella, de conseguir dinero para la comida y para sus adicciones

- No había quien cuidara de ti

- No, cuidé de mi lo mejor que pude mientras cuidaba de ella - suspiró- Recuerdo esos días con un amargo sin sabor

- ¿Cuando saliste de ese lugar? - preguntó indeciso sobre volver a tomar su mano

- Cuando el novio de mi madre intentó abusar de mi - tragó duro - recuerdo haber huido a la habitación de mi madre en busca de ayuda pero estaba completamente inconsciente, no tuve más salida que huir por la ventana

- ¿Nunca se lo dijiste?

- La mañana siguiente pero no me creyó, recibí un golpe por parte suya y me botó de casa sin siquiera darme algo de ropa

- Kagome - llamó mientras tomaba su mano

- No, quiero contártelo- pidió- No era la primera vez que ella me golpeaba o dejaba que uno de sus tantos novios lo hiciera pero esa vez fue la última- trató de que su voz no se quebrara - Se supone que una madre debe cuidarte, quererte, protegerte pero mi madre no lo hizo- apretó su mano ligeramente - Pasé días en la calle hasta que un sacerdote me acogió en una iglesia, conseguí mi primer empleo y paralelamente conocí a Bankotsu

Inuyasha sintió la sangre hervir

- ¿Quieres contármelo?

- Si, aunque ya lo sabes - se encogió de hombros

- Para mí sería un honor que confiaras en mi a ese nivel

Kagome sonrió

- Bankotsu fue la primera persona de la que me enamoré - empezó

¿La primera? Sango le había dicho que Bankotsu había sido el único hombre en su vida ¿de quien más estaba enamorada Kagome?

- Lo conocí en mi primer trabajo, al principio fue un hombre amable, lo suficiente para enamorarme, una vez que lo consiguió comenzó mi pesadilla - tragó duro- el maltrato comenzó con insultos y luego fueron golpes, golpes que dejaron marca en mi cuerpo, aunque ya lo debes saber

Inuyasha no emitió comentario, había visto las cicatrices de Kagome,y ahora gracias a su relato sabía que cada una de ellas cargaba más dolor y tristeza de lo que él pudiera imaginar

- Creo que debo agradecer que las fracturas no dejaran tras de sí marcas

- Es un hijo de puta - bramó colérico

- ¡Inuyasha! - regañó mientras cubría los oídos de la pequeña - Yo debí dejarlo pero no había nadie más, se que es una excusa tonta pero no tenía a nadie más, deje el refugio de la iglesia y fui a vivir con él, no me dejarían volver

- Nada de lo que digas es tonto- regañó - ¿Cuanto más duró? ¿ Cuanto tardaste en dejarlo?

- Lo dejé hace tres años, lo dejé a través de una nota y fue a buscarme y me dejó ... - tapó los oídos de Sasha- al borde de la muerte, exactamente como cuando me encontraste salvo que en esa ocasión me encontró Sango

- ¿ Por qué no lo denunciaste?

- Aún no estoy lista para hablar de eso, sólo puedo decir que ese fue mi último acto de ¿amor? Sé que fue estúpido, Sango me lo dijo

- Tenías tus motivos sea cuales fueran - la defendió - ¿ Cómo conociste a Sango?

- Sango me ayudó a llegar al hospital después de una de esas - tapó los oídos de Sasha nuevamente - palizas, fue un alma igual de buena que tú, me ayudaron a pesar que no me concian

Inuyasha le sonrió y no pudo no abrazarla, la pegó a su cuerpo y la mantuvo ahí junto a él, sabía que aún no estaba preparada para contarle todo pero había hecho el esfuerzo y eso a él le bastaba.

Kagome merecía que la vida le sonriera y él se encargaría de eso, ya luego hablaría con la junta directiva para crear una ONG dedicada a ayudar casos como los de Kagome

- Gracias por ayudarme - dijo mientras sollozaba

- Gracias a ti por esto, por querer a Sasha , por seguirla en sus locuras y por demostrarme que no estaba equivocado contigo

Kagome ahondó el abrazo

- ¿Crees que debamos ir a denunciarlo ahora? - preguntó Kagome

- Sería buena idea hacerlo mientras Sasha este dormida - dijo con una sonrisa - saldremos victoriosos de esta misión.

Esperarla fuera de la oficina del oficial a cargo le parecío una tortura, él quería estar ahí ¡Maldito policía! pero si en algo tenía razón ese policía era que ese lugar no era para Sasha, ya se había dicho asi mismo que después de que Kagome terminara de rendir su manifestación él llamaría a los amigos de su padre para que las cosas se aceleraran un poco más, estaba seguro que así lograrian encontrarlo aún mas rápido .

Ver a Kagome salir de la estación de policias con los rojos le estrujó el corazon, le importó un carajo que los y se bajo del auto a darle el encuentro, lo primero que hizo fue estrecharla entre sus brazos

- ¿Cómo estas? ¿te hizo algo? ¿debo ir a hablar con él?

Kagome negó y se acurrucó junto a él

- Bien - soltó resignado- pero puedes decirme lo que sea ¿de acuerdo? Lo que sea

- Gracias - soltó poniéndose de puntillas y dándole un ligero y rápido beso en los labios - En verdad gracias

Inuyasha sonrió sorprendido ante el contacto y la vio correr hacia el auto, ninguno de los dos dijo nada relacionado al tema durante todo el trayecto a casa.

Kagome no había dejado de jugar con Sasha desde que volvieron, ese par parecía conocerse de toda la vida, pero lo cierto era que la azabache rehuia a Inuyasha, cada vez que lo veía aproximarse, tomaba a Sasha en brazos y evitaba a toda costa que la pequeña durmiera.

Fue una estúpida ¿como se le ocurrió? su cuerpo había actuado sin que ella lo ordenara ¿Cómo vería a Inuyasha a los ojos?

Él no era estúpido, sabía que ella huía de él y eso no hacía más que exasperarlo, había intentado hablar con ella ¿quince veces? pero simplemente usaba a Sasha de escudo. Odiaba que utilizara a su hermana como barrera pero no quería asustarla y obligarla a hablar, eso definitivamente la asustaría aún más.

Estaba de un humor de perros, no quería que ella confundiera las cosas, que confundiera su ayuda, que malinterpretara todo. ¿Cómo haría? ¿ Cómo le diría que él sólo quería ayudarla? ¿Cómo?

La vió acomodarse un mechón de cabello tras la oreja y le pareció la mujer más bella que había visto en toda su vida, había mantenido su esencia pese a todo y se sintió un bastardo al querer aclararle las cosas ¿Qué sentiría ella por él? ¿amor? Eso era imposible Kagome no se amaba a sí misma, por lo tanto no podía amar a nadie más. Recordó la frase de su madre : el amor empieza por el propio, definitivamente descartaría eso, ella solo confundía su ayuda. Y pensar eso lo enojó aún más.

Maldijo mentalmente unas cuantas veces más y volvió a mirarla, ella rehuia hasta su mirada ¡Maldita sea! ¿tan difícil era decirle que se dejó llevar por la fragilidad? ¿ Tan difícil le era aclararle las cosas para que su mente no volará tan alto con mil posibilidades?

- Kagome- llamó sonando más duro de lo que en verdad quería

Ambos ojos se posaron en él

- Debemos hablar - pidió igual de serio

- Ahora... ahora juego con Sasha - se excusó.

Eso fue lo último, había jugado con Sasha las últimas tres horas, la impotencia lo embargo.

- Cuida de Sasha hasta que regrese - ordenó

- ¿A donde irás? - preguntó la pequeña

- A trabajar - dijo mientras salía hecha una furia

Kagome lo había alcanzado antes de que subiera al auto

- Perdóname, yo no sé que me pasó- se disculpó atropelladamente

- ¿ Por qué lo hiciste? - ahí iba de nuevo sonaba más duro de lo que en verdad quería

- Yo, yo siento que te quiero - su rostro se coloreó- Creo que... creo que me estoy enamorando -

¡Mierda! se había quedado helado, ¿ por qué contestó eso? ¡Mierda! Él y su estúpida necesidad de querer una respuesta. Verla completamente sonrojada y con los labios entreabiertos le produjo una necesidad casi asfixiante de apoderarse de sus labios, quería mostrarle que era verdaderamente un beso, quería sentirla.

¡Mierda! y otra vez ¡mierda! ¿ qué carajos hacia? Él no podía aceptar esa confesión no cuando tenía novia, no cuando ella acababa de librarse de morir a manos de un bastardo, no cuando ella no se amaba a sí misma.

- Kagome - llamó - Creo que estás confundiendo las cosas

Inuyasha vió claramente como el rostro de la azabache se desdibujó pero decidió continuar

- Confundes el agradecimiento con amor - intentó buscar su mirada sin éxito- Creo que para amar a alguien debes primero amarte a ti misma ¿ Cómo darías amor a alguien si primero no has aprendido a amarte a ti misma?

Inuyasha quería abrazarla, arrullarla, quería llenarla de besos, quería mostrarle que el amor era distinto pero no podía hacerlo, no podía jugar con sus sentimientos cuando él no sentía lo mismo ¿ por qué no lo sentía, cierto?

- Nunca te lo dije pero estoy con Kikyo, la chica que..

- Lo lamento, tienes toda la razón - dijo interrumpiendolo

Inuyasha la vió correr de vuelta a casa y no pudo más que ir al trabajo hecho una maraña de ideas y de muy pésimo humor.

- Creo que debes golpear un saco de box y no desquitarte con los empleados - regañó Miroku

Inuyasha lo fulminó con la mirada

- Yo haré lo que a mi me plazca y si el imbécil de Koga cree que porque me ausenté unas semanas puede hacer lo que se le venga en gana está más que equivocado - amenazó - ¿Dónde mierda está?

- Le pedí que no viniera- se encogió de hombros

- ¿Con qué derecho?

- Como su jefe y tu mejor amigo - contestó mientras se servía una copa- Puede ser un hijo de puta pero no merece que se la montes cuando no se lo ha ganado

- ¿Te parece poco autorizar una obra con materiales que claramente yo no autorice?

- Lo autorizó Seshomaru en tu ausencia

- ¡Hijo de puta! Nos caeran demandas por esto, maldita sea

- Los detalles fueron hablados con Seshomaru, Koga y la mesa directiva, todos dieron el visto bueno juntos - explicó - ¿Por qué no te sientas y me dices que sucedió?

- No sucedió nada

- Según tú , pasarías el resto de la semana cuidando a tu nueva hermana

- Deja de llamarla así - escupió

- ¿Por qué? ¿Ya te diste cuenta de qué lo que sientes no es amor filial si no carnal?

- Voy a partir tu estúpida cara si no te callas Miroku

- Así que ella tiene que ver con tu mal humor - tomó un sorbo de su whisky- Tarde o temprano me dirás que sucedió

- Me besó- dijo mientras se tumbaba en el sofá - fue un beso en los labios, un beso de esos que das cuando estas en el kinder

- Es decir sin lengua

Inuyasha lo quiso ahorcar

- ¿ Y tú que hiciste?

- ¿ Que se supone que debo hacer? ¿Empujarla?

Miroku sirvió whisky en otro vaso

- ¿Me vas a decir que no hablaron después de eso? - le entregó el vaso

- La busque y ponía a Sasha de escudo hasta que me largue y corrió a decirme que creía que estaba enamorandose de mí - acabó con el contenido del vaso de un sorbo

- Vaya dilema - le arrebató el vaso y le sirvió aún más- ¿Qué le dijiste?

- Que confundía amor con agradecimiento y que primero debia amarse ella misma para hablar de amor

- ¿Y cómo lo tomó?- le entregó el vaso

- Regreso corriendo a casa

- ¿ No le dijiste que estabas enamorado de Kikyo?

- Le dije eso al final - explicó- que estaba con Kikyo

- Espera - interrumpió- le dijiste que "estabas" con Kikyo más no que estabas enamorado

- ¿Eso se sobreentiende no?

Miroku sonrió descaradamente

- Mejor tómate la botella

- No hables estupideces Miroku

- Desde mi nula y poca experiencia con mujeres...

- Maldito mentiroso...

- Si no te callas no te aconsejaré. - amenazó

- Perdóname

- Cómo decía... creo que está confundida Yasha pero eso no quita que tú no te estes enamorando de ella

- ¡Deja las estupideces!

- No lo son - se defendió- piensalo, ayudarla como lo haces no es normal, y supongamos que eres el ser mas caritativo del planeta, niegame que por tu mente no han pasado pensamientos relacionados a su belleza, niegame que verla junto a Sasha no te hace imaginar una familia con ¡ella!

Inuyasha se puso rojo

- Estás a tiempo Inuyasha, Kagome de por si ya es complicada no mezcles las cosas, ayudala pero no te enamores

- Miroku...

- Lo sé, sé por qué te lo digo - tomó de un sorbo lo que quedaba de su trago - ¿soportarás que ese tipo esté siempre en su memoria? ¿ que tenga miedo de que la toques? ¿ que ella muy dentro de sí crea qué la golpearas? ¿Tendrás la paciencia para luchar junto a ella y sus demonios? ¿Aceptarás que te rechace cuando solo tienes hambre de ella?

Inuyasha maldijo por lo bajo

- Eres feliz con Kikyo no lo heches a perder

Inuyasha volvió a casa pasada las 10 de la noche, las frases de Miroku no salían de su cabeza y se sentía un imbécil con ella, solo quería llegar y pedirle disculpas.

Inuyasha bajó del auto aún fastidiado y al abrir la puerta vió y sintió como Kikyo se le abalanzó encima, lo besaba con muchísima pasión y no pudo no responderle, quizás así lograría sacar todo lo que tenía guardado muy en el fondo de sí.

Sintió como Kikyo borraba con sus besos el beso de Kagome y eso lo molestó, hubiera preferido mil veces mantener intacto el recuerdo de Kagome.

Las manos de Kikyo eran rápidas, ya se habia deshecho de su cinturón y ahora habilmente se habia abierto camino hasta su miembro, ¡Dios! debía reconocerselo a su novia , ella solía hacerle perder el control.

No supo si fue por la impotencia, o por querer dejarle claro a su mente y corazón que él solo amaba a Kikyo que de un tirón le rompió el vestido, vió claramente los dos pedazos de tela azul caer al suelo y la sujetó fuertemente mientras la pegaba a la puerta de entrada, Kikyo nunca llevaba sujetador por lo que pudo jugar, succionar y morder a placer, escuchaba sus gemidos, lo estaba provocando y a él no le disgustó, al contrario le gustó.

Kikyo ya se había encargado de hacer caer su pantalon y ropa interior por lo que la hizo gemir como loca rozando tan solo sus sexos. Pudo ver como Kikyo miraba por encima de su hombro derecho y sonreía, se veía linda sonrojada y aprisionada contra la puerta, intentó girar a ver que la distraía pero ella se abalanzó y lo beso salvajemente

Inuyasha hizo a un lado la fina tela que cubria el tibio sexo de Kikyo y la penetró salvajemente, podía sentir como la espalda de su novia chocaba fuertemente contra la puerta de la entrada.

Los gemidos desquiciados y hasta algo exagerados de Kikyo lo obligaban a ir más rápido, pudo sentir sus uñas incrustarse en su espalda, manera característica de decirle que lo disfrutaba, pero por una fraccion de segundos el deseo que ella fuera otra.

Inuyasha negó y miró a su novia, se mordia el labio mientras miraba por encima de su hombro y movía las caderas incitandolo a más. Inuyasha sabia que ya estaba cerca, así que aumentó la intensidad

- Kagome , tuve una pesadilla - soltó adormilada- ¡Inuyasha!

El grito de Sasha inundó toda la casa, Inuyasha no había tardado ni media fracción de segundo en soltar a Kikyo.

La aparición de Sasha la descolocó, cuando escuchó llegar a Inuyasha fue a su encuentro, quería disculparse y decirle que perdonara su reacción infantil, quería decirle que si lo queria y que no estaba confundida, quería que la acompañara con Tubsubaki, quería contarle acerca de Sasha, pero entonces lo vió, vio como besaba y hacía suya a esa mujer y por más que intentó huir no pudo hacerlo, su cuerpo no respondía.

Sabía que la tal Kikyo la observaba y se reía de ella mientras Inuyasha la tomaba y aún así no pudo moverse, solo lloraba en silencio mientras esa mujer se reía en su cara y le demostraba que Inuyasha era suyo.

Solo atinó a moverse cuando la pequeña grito asustada, por instinto le cubrió los ojos pero ya era tarde.

Inuyasha se sintió un estúpido, Sasha habia sido tomada en brazos mientras lloraba a todo pulmón, quiso ir a por ella pero cayó en la cuenta de que aún estaba desnudo, se vestió lo mas rapido que pudo y subió escaleras arriba, Sasha no quería ni verlo y Kagome tenía los ojos llorosos ¿los había visto?

- La llevaré a tu habitación - susurró Kagome bastante afectada

Inuyasha no pudo poner peros y la vió desaparecer, fue hasta ese momento que se dio cuenta, Kagome habia estado parada justo en ese punto de la escalera viendo todo y Kikyo lo sabia ¡mierda! por eso los gritos de actriz porno, por eso no lo dejo voltear

- No debiste hacerlo

- ¿Hacer que? - dijo sin un atisbo de vergüenza y completamente desnuda

- Sabes de lo que hablo - la miró enfadado

- Terminemos lo que comenzamos, quiero que acabes en mi, dejame desnudarte

- Es mejor que te vayas - pidió molesto

- ¿Preferirás a una recogida antes que a mi? - soltó el veneno

Inuyasha sintió alcanzar su limite

- ¿Oyes eso? - gritó colérico- Mi hermana no deja de llorar, ¿por qué demonios no lo entiendes?

- Le pagas la terapia y listo, no dramatices

- Sé que Sasha te importa una mierda pero a mi si me importa , para mi es lo más importante en el mundo,lo mínimo que te pido es que te interese o por lo menos fingas interés- había explotado

- Pues esa mocosa solo quiere llamar tu atención - contestó gritando

- ¿Y tú no? ¿Tu show de hace un rato no fue para llamar la atencion?

- Todo esto no es por tu hermana - gritó enojada- ¡es por tu nueva puta!

Eso fue todo, Inuyasha no pudo más

- Por favor vete - pidió - ¡Lárgate de mi casa!

- Echala a ella - exigió

- Esta es mi casa Kikyo, y echare a patadas a quien a mi me de la gana - solto enfadado - Que hicieras el amor conmigo a manera de venganza es lo último que pienso tolerarte - sentenció dolido- Esto se acabo no puedo estar al lado de alguien a la que no le interesa Sasha, y que es capaz de usar algo tan íntimo como arma

- ¿Y qué? ¿ Pretendes sacarme de tu casa desnuda?

Inuyasha se deshizo de su camisa y se la lanzó

- Myoga- llamó gritando

- Ni siquiera me llevarás a casa - exclamó indignada

- ¿Desde cuando eres esto? ¿Desde cuando eres una mujer tan frívola? ¿Cuando cambiaste Kikyo?

- Exageras las cosas - dijo poniendose la camisa- No entiendo porque te escandalizas por que tu hermana nos viera, esa mocosa solo quiere arruinarnos el momento, deberías mandarla a un internado

- No vuelvas a hablar asi de Sasha - advirtió

- O sea que te quedarás con tu recogida y la maldita chiquilla

El llanto de Sasha retumbó aún mas fuerte

- Solo vete, no te quiero más aquí

- ¿Por qué digo la verdad?

- No, es porque no te conozco y porque si no puedes entender que Sasha y Kagome son importantes para mi , no puedes formar parte de mi vida

- ¿Ahora debo aceptar a tu ramera de turno?

- Baja la voz - ordenó - no quiero alterar más a mi hermana- ¿ No estuviste conmigo por todo lo que te dí? - la hizo enfurecer- ¿ Como se le dice a alguien que se vende por cosas materiales?

Una pequeña figura interrumpió la discusión

- Amo Inuyasha, me mandó llamar

- Myoga disculpa la hora - pidió- Lleva a Kikyo a su casa

Inuyasha dió media vuelta mientras Myoga sacaba a Kikyo de la vivienda, aún escuchaba los sollozos de Sasha, Kagome había logrado calmarla un poco.

Decidío recargar energías con una ducha, antes de ir por ellas. Se coloco la pijama y fue al encuentro de ambas.

Inuyasha encontró a Kagome consolando a Sasha, ambas habian llorado y se notaba a kilómetros. La pequeña hipaba mientras frotaba sus ojos.

- Saha - llamó

- ¿Le estabas pegando?

Inuyasha se quedó helado

- Kagome dijo que no pero yo vi que la golpeabas contra la puerta- dijo al borde del llanto

- No Sasha , jamás golpearía a Kikyo ni a ninguna mujer

- ¿Entonces que hacían?

Inuyasha no sabía que responder

- Como le dije a Sasha, le enseñabas a tu novia un nuevo baile, solo que tus pantalones cayeron al piso ¿ cierto? por eso no querías que Kikyo te viera y la empujabas contra la puerta, te daba vergüenza

- Ex novia - se sintió en la necesidad de aclararlo - pero si... me dio vergüenza que me vea así

Los ojos de Sasha se iluminaron

- ¿ De verdad es tu ex novia?

- De verdad

Sasha se abalanzó a sus brazos

- Inu ahora debes usar doble correa para que no se te caiga tu pantalón ¿ya?

Inuyasha apachurró a su hermana

- Lo prometo - levantó una mano - si tú prometes no decirle a mamá, me obligará a comprar pantalones de abuelito

Sasha rio escandalosamente

- Lo prometo - beso su mejilla - Ese baile que hacias ¿puedes enseñarselo a Kagome? Estaba triste porque quería bailar

Inuyasha asintió completamente rojo mientras tomaba a Sasha bien entre sus brazos.

- Ahora acuestate ¿si? Mañana será un largo día

- ¿Me cuentas un cuento?

- Siempre

Kagome los vio irse, ambos lucían muy bien juntos, sintió lástima porque Kikyo no pudiera verlo, Inuyasha amaba a su hermana y eso lo hacía aun más maravilloso. Intento no llorar pero no pudo evitarlo, ese dia habia sido demasiado largo, una montaña de emociones.

No supo cuanto tiempo pasó desde que Sasha e Inuyasha se fueron pero ya lo tenía en frente suyo mirandola como si lo que fueran a hablar definiría el rumbo de sus vidas.

- Debemos hablar