- ¿Y bien? ¿Qué es lo que has estado planeando?
La pregunta le pareció inundar cada centímetro de su cuerpo, era justo la clase de pregunta que se había hecho cada maldita noche y aún no encontraba respuesta.
- ¿Debo asumir que como siempre no tienes idea de donde estás parado?
Lo miró, era una estocada innecesaria, sabía que sus intentos por intentar localizarlas habían sido en un completo fracaso ¿era necesario humillarlo?
- ¿Y si Kikyo...?- comenzó
El sonido de un jarrón haciéndose pedazos lo detuvo, ¿por qué nunca podía hacerle frente?
- ¿Acaso planeas un embarazo ficticio?
Tragó duro, no sabía que más hacer ¿Cómo las obligaba a volver?
-Eres la viva imagen de tu estúpida madre - bramó colérico
La ira hizo arder cada parte de su cuerpo pero su razón lo detuvo, tenía todas las de perder no podía hacerle frente... no a él
- ¿Dejarás que insulte a la perra de tu madre nuevamente? - enarcó una ceja - ¿Tanto miedo me tienes?
Él solo calló ¿qué más podría hacer?
- Y yo que creía que te pondrías igual de violento que como lo hacías con tu mujercita- soltó sarcástico
- Hermano... - pidió
- ¡No uses esa palabra! - gritó colérico- Tú eres solo una basura producto del amorío de mi padre con una ramera
Bankotsu sintió su cuerpo estrellarse contra la pared, el golpe habia sido fuerte, pudo sentir algo quebrarse dentro suyo ¿eso sintió Kagome?
-¡Estoy harto de ti!
Su corazón bombeó aceleradamente, estaba claro cual sería su fin, no era tonto, siempre estuvo a su merced, siempre fue una pieza más en su tablero de ajedrez y eso no cambiaría esa noche
- Creí que pondrías más resistencia - soltó burlón- Aún sin esperar algo de ti logras decepcionarme
Miró a su hermano unos segundos y sintió dolor, muy a pesar suyo sería ejecutado a manos de su propia sangre.
Y fue ahí cuando lo reconoció, cuando lo más profundo de su consciencia se lo gritó desesperadamente
Pudo ser feliz, pudo despertar al lado de la azabache cada día, pudo amar a la pequeña que venía en camino, pudo... pudo tantas cosas y las dejó escapar entre sus dedos
El rostro de Kagome inundó su mente, era irónico que sus últimos recuerdos sean de la mujer que más lo odiaba en el mundo.
Se detuvo a contemplar el frío rostro de Naraku, ¿había llegado a esa situación porque no las pudo localizar? no... llegó a ese momento porque no pudo matarla cuando tuvo la oportunidad.
Dió un respingo involuntario cargado de dolor y ahogó un suspiro... él no quería matarla, de haberlo querido lo hubiera hecho desde hace mucho, tuvo demasiadas oportunidades y ¡Naraku lo sabía!
- Te mantuve con vida con el único propósito de que la asesinaras y ni eso pudiste hacer - escupió con ira- ¡ Eres una basura!
Tragó duro ¿cuando comenzó toda la montaña rusa de emociones que enviaron su vida al carajo? ¿cuándo su madre murió? ¿cuándo debió mudarse a casa de su padre y dormir en el cuarto de servicio? o ¿cúando quedó a manos de Naraku después de la muerte de su padre y su madrastra?
Miró a Naraku y no pudo evitar recordar el inicio del fin.
Hacia demasiado calor como para estar vestido como muñeco de torta pero como siempre, no había podido hacer más, ni siquiera pudo refutar ... lo obligaron a colocarse el traje de un tal Stuart Hughes y acto seguido tuvo que fingir que estaba profundamente dolido con la muerte del señor de la casa, "su padre", y su esposa.
Suspiró agotado, ni siquiera le permitian acercarse hasta donde se encontraba su hermano quien parecía afectado por el suceso, solo podía mantenerse cerca de la cocina y eso lo frustraba, hubiera preferido colocarse el uniforme de servicio... al menos así no sería invisible, al menos así su presencia en esa casa tendría sentido.
- Debería cambiar ese carita mi niño
La observó unos segundos y no pudo evitar sonreir
- No deberías decirme así en público nana - susurró- ya sabes que solo soy un estúpido ayudante de cocina con un traje de miles de euros para todos los que están aquí
- Usted siempre será mi pequeño niño... y heredero de esta casa - acarició su mejilla
- Eres la única dentro de esta apestosa casa que piensa eso - rio por lo bajo
- Mi niño - se colocó a su lado mientras miraba al frente- no deje que su hermano arrebate su esencia ahora que será el quien tomará el lugar de su padre
La miró extrañado y por alguna razón ansioso ante esa petición
- Naraku no sabe que existo - susurró abrumado - si tan solo mamá no hubiera muerto... - suspiró
- No podemos cambiar el pasado pero si decidimos sobre nuestro futuro
Asintió
- Prometalo mi niño - pidió - no cambiará lo que usted es por causa de su hermano o por el dinero
Sonrió y asintió, eso sería pan comido para él.
El recuerdo lo golpeó profundamente, había sido un imbécil al creer que podría mantener esa promesa, había sido tan ingenuo en aquellas épocas que dolió... dolió tan ferozmente que las lágrimas no alcanzarían a representar ni el uno por ciento de lo que era su dolor.
Un quejido se atoró en su garganta, sabía que esa promesa se hizo añicos hace mucho cuando... exactamente cuando la vió por primera vez.
El invierno era su estación preferida, podía esconderse debajo de las sábanas y pasar allí todo el tiempo que quisiera, nana solo lo molestaba cuando debía atender sus obligaciones académicas, pero con el invierno llegaba el receso de esas odiosas actividades y podía permanecer acurrucado cuantas horas quisiera .
- Su hermano está aquí mi niño
Asomó la cabeza que mantenia bajo las sábanas y la miró disgustado
- Naraku nunca viene a casa y menos en invierno- contestó- ¿estás segura nana?
- Asomese por la ventana y compruebelo usted mismo
Fulminó a su nana con la vista, ella sabía que estaba demasiado cómodo como para ponerse de pie, analizó unos segundos la situación y se acercó a la ventana con pesar y resignación mientras arrastraba los pies
Para su sorpresa nana no mentía Naraku estaba ahí y lo acompañaban dos mujeres que definitivamente no eran tan ricas como lo era su hermano, bastaba ver los atuendos que traían puestos.
No pudo evitar sentir curiosidad así que trató de prestar atención a los detalles, la nieve no ayudaba mucho pero pudo tener certeza de dos cosas, la mujer que iba del brazo de Naraku definitivamente era su pareja y la otra
... la que caminaba a tres metros de distancia de ellos era casi de su edad ¿Qué sucedía?
- Créeme que esto me dolerá más a ti que a mi - soltó burlón mientras apretaba el gatillo y disparaba a su pierna izquierda sin atisbo de duda
El grito de dolor que dejó escapar ante el impactó fue estremecedor, sintió la sangre correr por la herida y miró a su hermano, lo mataría lentamente
- Es lo mismo - susurró con pesar
Naraku arqueó la ceja izquierda mientras con un gesto le pedía proseguir introgado
- Es lo mismo que dijiste esa vez...
Naraku ardía en ira, la casa había sido destrozada por su furia, cuadros, reliquias y uno que otro adorno habían volado por los aires... nadie se atrevía a intervenir, a pesar de que era evidente que en ese estado su hermano sería capaz de cometer una locura y llevarse junto a él a quien tuviera en frente
- ¿Qué sucede?
Se sorprendió a sí mismo por atreverse a irrumpir el espectáculo de su hermano ¿desde cuando tenía ese coraje?
La mirada gelida de Naraku lo perforó pero por alguna razón permaneció de pie junto a él, y por alguna estúpida razón Naraku decidió contarle a detalle lo que sucedió.
Nunca supo si Naraku disfrutó de sus reacciones ante su relato, pero si supo que por primera vez Naraku lo trató como igual y eso lo asustó aún más que las atrocidades que Naraku relataba.
- Di algo - exigió iracundo
¿Qué debía decir? Naraku intentó violar a la hija de la mujer con quien salía ¿Cómo eso tenía justificación?
- Creo que si pides perdón quizá Naomi pueda reconsiderarlo- susurró
Naruku escupió una maldición y tiró violentamente de su cabellera mientras lo miraba asqueado
- Ella siempre está dopada y justo hoy se le ocurre ser una puta buena madre - exclamó - ¡La botó de casa! e hicimos el amor ¿entiendes? - gritó colérico- Esa perra de Kagome le fue con el chisme y ella la botó ¿Por qué mierda después de que la botó, algo en esa puta cabeza suya la hizo ser una buena madre y elegir a esa puta mocosa?
- Es su hija... aún con todas las sustancias encima... sigue siendo su hija
- Es una mocosa estúpida igual que tú, ella fue quien se me insinuó y yo no pude resistirme - bramó - la muy perra de Naomi ha decidido en su momento de lucidez ir a buscarla - exclamó una maldición mientras arrojaba otro jarrón
- Deberías ayudarla a encontrarla - sugirió- Así quizás te perdone
- No la encontrará
Bankotsu lo miró confundido durante unos segundos, él no podría haber hecho eso...
- ¿Por qué no? - algo dentro de él temió por la respuesta
- Está muerta... Naomi está muerta
La respiración se le dificultó y no pudo evitar sentir miedo
- ¿Que? ¿Acaso tú...?
Naraku sonrió
- Amenazó con denunciarme ¿entiendes? - explicó- Estoy forjando mis inicios como terapeuta infantil una denuncia así arruinaría mi reputación ¿Quién quisiera a un terapeuta infantil homicida y violador? - rio escandalosamente
- Naraku...
- La amaba ... y esa perra de Kagome me la arrebató - susurró- Si no hubiera hablado, si no hubiera luchado no hubiera tenido que matar a mi Naomi
Bankotsu no podía creer lo que decía, le parecía irreal, tan irreal que creía estar soñando.
- Ahora solo debo encargarme de esa mocosa estúpida para que no queden cabos sueltos... la voy a hacer desear nunca haber nacido - lo miró - y tú me ayudarás
- ¿Qué? No, claro que no
Naraku se acercó hasta él y lo abrazó, podía sentir como su corazón latía desbocadamente ¿Qué sucedía?
- Fue una orden pequeño imbecil - susurró burlón y clavó la navaja roja y brillante que traía siempre consigo en su vientre perforandolo al instante
El impacto lo dejó sin aire, todo fue tan confuso, tan rápido que no supo cuando dejó su cuerpo caer al suelo
- Esto me dolerá más a mi que a ti Bankotsu pero es algo que debes hacer, esa perra sufrirá
Se negó a pesar de las dos puñaladas siguientes, no conocía a la muchacha pero estaba seguro que no merecía nada de lo que Naraku estuviera planeando, nadie merecía algo así.
Se negó a pesar del dolor y la sangre pero... no pudo negarse cuando Naraku colocó la navaja en el cuello de su nana
Con el tiempo supo que ese intento por salvar a nana fue en vano, al final él terminó matándola una noche de invierno cuando se negó a lastimar a Kagome una vez más
- ¿Sabes que me dijo la inútil de nana antes de morir? - lo miró divertido - Que tú serías diferente, que no lo harías
Bankotsu lo miró con odio, él se volvió igual a Naraku, lastimó a Kagome para salvar a su nana, puso por encima de todos sus propios deseos y afectos, incluso por encima de gente inocente
- Acaba con esto de una vez - pidió
Naraku rio
- No te mataré - sonrió - No hoy, voy a hacer que observes como mato a Kagome y a esa estúpida niña
Bankotsu lo miró asqueado
- Ya déjalas en paz - pidió - Nadie sabe que Naomi está muerta, estas limpio.
Naraku sonrió
Bankotsu sabía que no lo haría, Naraku era un pedofilo, solo había que dar un vistazo a los videos que guardaba en su oficina... los videos de todas sus víctimas.
Sabía que Sasha había llamado su atención desde el día en que la vió y el nombre de la pequeña lo alentó más pues no pudo más que relacionarlo con la hija que Kagome había perdido.
Bankotsu tragó duro, había odiado seguir sus indicaciones, había odiado tener que hacerle eso a la pequeña para que Naraku se acercara. Odiaba sus gritos, odiaba verla llorar porque no podía evitar pensar en la hija que él mató. Odiaba esperarla dentro del consultorio y ver como Naraku intentaba tocarla
Intentó mil veces parar, después de la muerte de su nana intento frenar todo, intentó denunciarlo pero no contó con él ... había vuelto al principio.
Cuando creyó que no podían obligarlo más, cuando creyó poder luchar por Kagome la vida le estampó en la cara una nueva bofetada, ahora ya no eran amenazas con la vida de nana, ahora eran amenazas relacionadas con él.
A veces creía que lo mejor sería morir e ir al mismísimo infierno pero él lo detenia, y el miserable de Naraku lo sabía, sabía que mientras Shippo estuviera en su poder él haría cuánto quisiera.
Suspiró y sintió lástima por el mismo y por el pequeño que estaba a su cuidado, el pequeño nieto de nana que quedó huérfano cuando Naraku le arrebató al único familiar que tenía en el mundo.
- ¿Si mueres que debo hacer con Shippo?
La ira lo inundó y no pudo evitar intentar golpearlo
- ¿Reaccionas así por un pequeño bastardo? - rio- no debería sorprenderme si son iguales ¿será acaso apoyo entre bastardos?
- Déjalo fuera de esto
-Por ese pequeño bastardo fuiste capaz de hacer todo lo que hiciste para mi - sonrió- incluso matar a tu hija
Golpe bajo. Golpe innecesariamente bajo.
Bankotsu sabía que era un asesino, un ser despreciable pero le prometió a su nana en su lecho de muerte que no lo abandonaría, que Naraku no lo lastimaría. Y había cumplido esa promesa ... incluso a costa de Kagome y Sasha.
- Lo que te pido es sencillo, si no quieres que envie a Shippo muy lejos de aqui solo debes ir a buscarla y matarla, mata a la bastarda que espera y mátala a ella
- ¡Es mi hija!
- Es una bastarda - gritó
- ¿Por qué no te basta? Ya la lastime , ¡por dios! - gritó- fueron años de maltrato porque no pudiste tenerla ¿ya no pagó? ¿ya no es suficiente?
Naraku lo golpeó
- Si no lo haces hare que Shippo sienta en carne propia lo que quería hacer con Kagome
- ¡Maldito enfermo!
- No lo podrás evitar , yo tengo la custodia y lo puedo separar de ti para siempre
La risa de Naraku lo turbaba de sobremanera y escucharlo tan cerca suyo lo asqueó, recordar tan vividamenente su pasado lo revolvió internamente hasta el punto de provocarle náuseas.
- Vendré por ti en estos días Bankotsu y más te vale no cometer más errores si no quieres que tu adorado Shippo salga herido. - advirtió - He dejado en tu repisa más metanfetamina, ya que eres un pobre infeliz que necesita estar hasta las nubes para hacer lo que te pido no podía dejarte sin tu ración
La risa burlona de Naraku inundó el lugar
- Aumenta la dosis la próxima vez ... que lo necesitarás Bankotsu
Bankotsu lo vio irse y se sintió aún más miserable, y él que creía que al fin lo mataría pero Naraku jamás seria piadoso , no con él.
Se incorporó con cuidado haciendo presión en la herida de bala que tenía en la pierna izquierda, se arrastró con cuidado hasta el sofá y revisó cuidadosamente la herida, no había agujero de salida...
Soltó una maldición y se incorporó arrastrando la pierna, debía tomar el botiquín y buscar las pinzas.
El camino hasta el baño se le hizo eterno y solitario como si él fuera el único en el mundo en ese momento, la ciudad estaba extrañamente callada, tan callada que podía escuchar sus tortuosos pensamientos.
Cuando se hizo con el botiquín emprendió la vuelta sobre el camino recorrido, tan solo debió seguir el charco de sangre que había dejado minutos atrás.
Desplomó su cuerpo en el sofá y encendió la pequeña lámpara que estaba a su lado, todo estaba en penumbras salvo por la luz de los faros de la calle y la pequeña lámpara a su lado.
Se cercioró una vez más... no había agujero de salida.
El suspiro que dió fue cansado, tomó las gasas y limpió la sangre que corría por su pierna, desparramó el alcohol por la herida y sintió arder... ardió como la primera vez que lo inyectó
- Estira el puto brazo
Se había negado, no se podía meter eso al cuerpo, era una sentencia de muerte... haría que su cuerpo pidiera más y más mientras esa cosa lo mataba por dentro
- ¿Debo recordarte que nana esta encerrada en su habitación sin comida y agua desde hace una semana por tu negativa?
Bankotsu dudó
- ¿Cuánto crees que una anciana decrépita pueda durar sin agua y comida? Ya debería estar muerta... y si no lo está no debe tardar
- Déjala fuera de esto
- No tendría que desperdiciar mi preciada droga si no fueras tan maricón
Bankotsu lo odió
- No quiero lastimarla, Naraku entiéndeme- pidió- ella está tan traumada que no te recuerda , no corres riesgos y te aseguro que nunca buscará a su madre
Naraku rio
- ¿Crees que me importa? La quiero ver sufrir - dictó- Quiero verla agonizar y que mejor que sea atraves de ti, mi estúpida marioneta así no me ensucio las manos
Bankotsu volvió a negar
- O estiras el brazo y vas a cumplir con lo que debe hacer un hombre o entro a esa habitación y le disparo entre los ojos a nana
Bankotsu lo odió, había entrado a esa oficina solo para estar cerca de ella por orden de él y no le bastaba a ese miserable. No podía denunciarlo, tenía a la policía comprada. ¿Cómo le hacía frente?
- Lo haré - sentenció- pero deja de torturar a nana
Bankotsu sintió el cuerpo arder cuando el líquido entró a su cuerpo, justo en ese momento comenzó su tortura, cada vez estaba más drogado, para cada golpe necesito más y más droga, siempre estuvo drogado cuando estaba a su lado.
Inserto las pinzas y buscó la bala, no había suficiente luz pero ya daba lo mismo, él merecía morir , tan solo debía cerciorarse de que el pequeño Shippo estuviera a salvo
- Esto terminó Naraku - advirtió - No lastimaré más a Kagome
Naraku se limitó a mirarlo
- Mataste a nana ¡Maldito hijo de puta! - gritó colérico - Y osas aparecerte en el entierro ¡enfermo desgraciado!
- Nana es un ser insignificante - se cruzó de brazos - reconozco que se me fue un poco la mano pero fue ella quien no dejaba de joder
- ¡Cállate! ¡Cállate hijo de perra! ¡Cállate!
Las lágrimas corrían por sus mejillas violentamente
- Iré a la policía no me importa caer contigo , ¡esto se acabo!
Naraku sonrió
- Y yo que te traía un pequeño obsequio
- No me interesa
- Pero si ni siquiera le has dado una mirada - rio - está en el auto y duerme tan ajeno a todo
- ¿De qué hablas?
- Del nieto bastardo de nana ¿de quien más?
Su corazón se detuvo
- ¿Cómo...?
- No hay nada difícil para mi - soltó burlón - ¿no juraste que te harías cargo de la pequeña rata?
- ¿Qué quieres?
No hacía falta preguntar
- Nada nuevo , solo que cumplas con lo que debes hacer - sonrió- ya sabes que los niños me encantan y tener la custodia de esta pequeña rata me excita aún más, no te aseguro poder contenerme
- No te atrevas
- No me provoques
Sacó la bala con sumo cuidado y ahogó un grito de dolor, ¿se podía tener una existencia aún más miserable?
Los gritos desesperados de Kagome aturdian sus sentidos, no creía que existiera droga que pudiera alejarlo de la realidad.
Su cuerpo pesaba tanto, que dolía, tumbo la puerta del baño y la vió encogida y llena de miedo mientras protegía su vientre, suplicaba porque no la matara, porque no matara a su hija
Algo dentro de él se rompió aún más, ¿cómo le pedía perdón? Si no era él sería alguien más, Naraku la mataría a ella y a la pequeña, era parte de su venganza por no haber podido tenerla.
Mientras la pateaba con fuerza lloraba, mientras acababa con la vida de su hija su vida se extinguia.
Escuchar las súplicas de Kagome pidiendo que se detuviera lo partieron, necesitaba que se callara desesperadamente.
Tomó sus cabellos y estampó su pequeña cabeza contra el suelo, no supo cuantas veces lo hizo pero cuando ella dejó de suplicar por la vida de su pequeña hija él paró.
Verla en un charco de sangre y casi inerte lo tambaleó por dentro . Estaba seguro que su hija estaba muerta y que Kagome le seguiría los pasos.
Pensar en ella sin vida lo lastimó, con pesar tomó el celular y marcó el número de emergencias y esperó... esperó al lado de su cuerpo inmóvil y casi inerte pacientemente, hasta que la operadora lo atendió.
Cuando colgó la llamada se detuvo a mirarla, jamás se perdonaría, acababa de asesinar a su hija y había lastimado brutalmente a la segunda persona que más lo amó en el mundo después de nana.
- Sé que pedirte perdón nunca alcanzará pero lo hice por el pequeño Shippo - susurró- Nana fue la única que me dio la mano después de que mi madre murió
Limpió el rastro de sus lágrimas
- Después de que llegue a casa de mi padre él abusó de mi en muchas oportunidades y... nana fue quien me dio consuelo - su voz se quebró - cuando murió ese hombre creí que ya había acabado la tortura pero solo comenzó. - sollozó - Perdóname Kagome porque preferí dañarte por proteger a nana
Golpeó el marco de la puerta con fuerza y con ira, ni siquiera esa dosis de metanfetamina pudo lograr evitarle sentir dolor.
- Y todo fue en vano - gimió - él la mató, la torturó y yo no pude protegerla, le he fallado a todos quienes me amaron - la miró - Te juro que intenté parar esto - susurró- cuando lo denuncié y Naraku se enteró hizo sufrir a nana - hizo una pausa - Todo lo que te he hecho no se compara a lo que ese infeliz le hizo
Las lágrimas corrieron por sus mejillas
- Eres la única persona que me amó como hombre y la que me perteneció- sollozó- perdóname por esto pero Shippo ya está aquí y nuestra hija ... nuestra hija sólo sería una víctima más ... como tú
Vió la sangre correr y salió de su nebulosa mental, los recuerdos dolían. Suspiró.
Debía vendar la pierna y tomar alguna pastilla para evitar la infección y reducir el dolor, pero por alguna razón quería sentir dolor... La imagen de Kagome lo inundó, sentía ira y dolor... dolor por lo que le ocasionó e ira porque saltaba a todas luces que ella ya no era suya... era del tal Inuyasha Taisho.
- ¿No te juró fidelidad? Ahora tu mujercita se revuelca con Inuyasha
- ¡Cállate!
- ¿Creíste que siempre volvería al lugar donde recibía palizas?
- ¡Cierra la boca!
- Debiste matarla cuando tuviste la oportunidad, ahora ya no es tu mujer otro ha tomado tu basura y la ha hecho suya - soltó burlón- ¿Ahora te das cuenta de su verdadera naturaleza?
- ¿Qué dices?
- Conmigo hizo lo mismo, se me regaló para que al final yo terminara matando a Naomi ¡perra desgraciada! ¡ me arrebató a mi verdadero amor!
Suspiró, sabía que Naraku estaba loco pero ¿sería verdad? ¿Kagome amaba a Inuyasha? Formular esa pregunta dolió.
La espera lo desesperaba, ya se habían tardado demasiado y nadie decía nada, le dió una mirada fugaz a su madre quien lucía serena y despreocupada y sintió envidia. ¿Por qué el no podía estar así?
- Mientras más desesperes ... - hizo una pausa dramática- la espera será más angustiante
- ¿Pero qué dices mujer? - exclamó alterado- ¡Tu actitud no es normal! Lo normal es estar ansioso ¡tú y Seshomaru no son normales!
El aludido puso los ojos en blanco
Inuyasha no supo si esa escena debía resultarle cómica pero logró robarle una sonrisa... sonrisa que no duró demasiado pues la puerta que tenian frente a ellos se abrió
- ¿Y bien? - preguntó ansioso - ¿Kagome está embarazada?
