Pronto la pequeña broma de Fubuki se había esparcido por toda la escuela.
" ¡Asuka! ¿Por qué no nos habías dicho que te vas a casar?" Le reclamaron sus amigas.
"Porque no me voy a casar. ¿En que cabeza cabe que me vaya a casar a mi edad? Solo tengo 16 años. Ni Judai ni yo hemos hecho nada con nuestras vidas."
"¿Así que no se van a casar todavía?"
"¿Todavía?" Contesto Asuka, algo confundida.
"Ay Asuka, no te hagas. Judai y tu van a estar juntos por siempre."
Y aunque Judai y la misma Asuka le habían asegurado que no se casarían, los rumores, murmureos y demás la molestaban. No quería siquiera imaginárselos casados, pero en ese momento cayo en cuenta de algo.
Anzu siempre había soñado con casarse, formar una familia, y ser mamá más que nada, pero sabía que con Judai eso no iba a ser posible. En primeras porque el apenas tenía 16 años, y era menor de edad, y en segunda porque Judai era poco romántico.
"¿Por qué no se casaran?" Después de que Asuka le diera un coscorrón a su hermano mayor y el saliera corriendo del lugar, Anzu le pregunto, porque esa negación la molestaba.
"Aparte de solo tener 16 años, Judai y yo queremos conocer el mundo. El ira a competir a la Pro League, y yo me iré a EEUU a hacer investigaciones sobre Duel Monsters. Ni el ni yo queremos quedarnos en un mismo lugar. Tal vez, un dia, muy en el futuro, lo discutiremos, pero por el momento, nuestras vidas tomaran rumbos diferentes. "
Al oír esas palabras, Anzu había sentido celos de Asuka, pero por razones diferentes. Asuka era una chica ferozmente independiente, y poco romántica también, Judai no se tenía que preocupar demasiado de herir sus sentimientos. Por otro lado, Anzu era de las que esperaban su regalo para el día de los enamorados, para su aniversario, etc., etc., y Judai con trabajos sabia en que día vivía. Ella sabía muy dentro de si que las palabras de Mai eran muy ciertas, pero quería creer que el amor lo podía más que todas las adversidades. Se decía que no le importaría que a Judai se le olvidara su cumpleaños, o el día de su aniversario, que se conformaría con saber que la amaba, pero se estaba engañando. Toda la vida había anhelado por ese amor, y siempre se lo imagino como en los cuentos de hadas, con todo perfecto y su final feliz, pero para su mala suerte, la vida no era así, y su amor anhelado no era un príncipe como en los cuentos de hadas. Era un chico hiperactivo y algo inmaduro de 16 años que quería a otra chica, y esa chica no era Anzu.
Anzu suspiro al pensar en todo eso.
"Que suspiro tan grande, ¿es por un mal de amores?" Honda había llegado antes que los demás al momento preciso que Anzu suspiraba por la imposibilidad de su amor.
"¿De qué hablas? ¡Yo no tengo un mal de amores!"
"Ja. Ja. Mira, Jounouchi ya nos conto todo. Mai le conto a él lo de ese amor de milenios, o algo así. La verdad es que no lo entiendo muy bien. A ver dime, ¿Quién es? Es el sensei de este dormitorio, ¿verdad?" Habia veces que sus amigos de toda la vida parecieran viejas chismoleras, y más cuando descubrían algo tan jugoso como el supuesto amor de Anzu.
"No te lo voy a contar a ti. Ni tu ni Jounouchi entienden nada de amor. Es por eso que los dos están solos. Mai se canso de ser la niñera de Jounouchi, y Shizuka decidió que tenia mas futuro con el heredero de Kaiba Corp. que con un duelista como tú."
Hiroto chiflo, "Si que traes veneno en la lengua, Anzu. Lo de Shizuka paso hace tiempo, y en verdad ya no me afecta, pero no le vayas a mencionar a Jounouchi alel nombre de Mai. No soy muy bueno para esto del amor y dar consejos, pero algo te está pasando, y si sigues así, nadie te va a aguantar. Te estás convirtiendo en un viejo cascarrabias."
Anzu se quedo muy callada. "Disculpa, no quise decir eso."
"Anzu, desde que llagamos a este lugar has estado diciendo cosas que no quieres. Cuidado, o te vas a quedar sola con tu rabia."
Hiroto Honda no era el más sabio en cosas del amor, o de relaciones humanas, la mayoría del tiempo él y Jounouchi se la pasaban siendo estereotípicamente hombres, pero de vez en cuando se quitaba el disfraz de idiota y usaba muy bien su don del habla.
"Estoy celosa." Le confesó Anzu.
"Hmph." Honda hizo un sonido entre risa y enojo. "Háblame a mí de celos. ¿Te acuerdas cuanto me enojaba cuando Otogi se la pasaba rondando a Shizuka? Estaba realmente interesado en Shizuka, pero al fin y al cabo, ella se decidió por Mokuba, y no había nada que hacer." Anzu estaba muy callada. "Así que, apúrate a resolver tus problemas de amores Anzu que ya no tenemos quince años. Estamos muy grandes para estos celos desmedidos." Sabía que Hiroto no estaba hablando de él, solo usaba el verbo "nosotros" para no hacerla sentir tan mal.
Usualmente las personas que le hablaban y daban consejos eran Mai y Yugi, y extrañaba a los dos muchísimo. Mai se había ido en busca de Valon, y Yugi había sido gentilmente rechazado por la undécima vez por el amor de su infancia y las cosas estaban un poco tensas entre ellos, así que Anzu se sentía sola y la plática seria con Honda la hizo sentir un poco mejor.
"Pero no me has dicho, ¿es o no ese sensei?"
Anzu le hecho una gélida mirada, "Eso es algo que no te incumbe."
"Eso quiere decir que estábamos en lo cierto." Honda le dijo sonriendo, a saco su celular para mandarle un texto a Jounouchi.
Anzu no lo desmintió. Prefería que pensaran que su amor era Daitokuji-sensei, y no el chico que les había brindado posada en su dormitorio.
