Después de cinco años, vuelvo a esta historia. Todavía se como la quiero acabar, y me puse a repasarla el otro día y me dieron ganas de continuar si alguien todavía se acuerda de ella.
"¿Y quién fue la desdichada que se atrevió a negarte?"
"¿Quién mas va ser? Hay solo una mujer que ha podido romperme el corazón una y otra vez y esa siempre ha sido Anzu, pero ya me cansé."
Rebecca no sabia que contestar a eso. Ya hacía muchos años que no veía al chico sentado junto a ella y en verdad ni sabía que siempre había estado enamorado de Anzu.
"No se ni que decirte. En mi vida me he sentido enamorada, y no cuenta mi enamoramiento de niñez que tuve hacia ti."
"Ja ja. Es cierto, se me olvidaba." Respondio Yugi con una sonrisa.
"Te estaré mintiendo si te digo que no estaba algo entusiasmada con la idea de volverte a encontrar, pero eso es mas por memorias de un sentimiento que tuve. Al momento, no me siento enamorada de ti."
Yugi siguió sonriendo. De la Rebecca altanera que había conocido no quedaba nada. La que se sentaba junto a el ahora era toda una mujer adulta que parecía tener la cabeza bien puesta sobre los hombros.
"Me imagino que vienes por el torneo GX?"
"Estas en lo correcto. Deje de competir seriamente hace mucho tiempo, y la verdad no me siento muy confiada de mis habilidades, pero decidí que sería divertido, y además podría encontrarme contigo."
"Todos hemos crecido y el Duel Monsters de hace diez años no es el mismo de ahora. Hoy en día existe una escuela dedicada únicamente a Duel Monsters. Ahora si se puede vivir del juego. Creo que este torneo fue una buena idea. A los que se nos había olvidado un poco el amor por el juego, no los volvió a renacer."
"Rey del juego, espero poder batir en duelo contigo durante este torneo." Le dijo Rebecca sonriendo.
"Igualmente señorita Hopkins." Contesto Yugi. "Y dime, ¿Dónde dormirás esta noche?"
"Debajo de un árbol." Bromeo ella.
"Quédate aquí con nosotros." Yugi ofreció.
La sonrisa de Rebecca se hizo mas grande. "Gracias por el ofrecimiento, pero solo bromeaba. Cuando bajé del ferry me encontré un grupo de estudiantes que me sugirieron ir a los dormitorios a preguntar si había cupo. Me quedare en el dormitorio azul."
"¿Sera que te encontraste con el grupo de chicos que viven aquí?"
"No lo sé. Eran una chica rubia, otra chica de cabellos negros y un chico de pelo café."
"Ellos son los que viven aquí. La chica rubia es Asuka-san, el chico es su novio y se llama Judai, y la otra chica es Rei."
Rebecca soltó una carcajadita. "La chica del cabello negro, ¿Rei dijiste? Ella me conto que cuando los conoció, alguien le conto la forma como nos conocimos nosotros."
"Si, creo que fue Jounouchi el que le conto. ¿Quieres pasar a saludarlos?"
"Claro. ¿Quién está dentro?"
"Estan Anzu, Jounouchi, Hiroto y Bakura."
"¿Bakura? No me suena."
"El no era tan intimo amigo del grupo, pero últimamente hemos hecho más amistad."
Desde adentro se podían oír balbuceos, y se preguntaban con quién estaría hablando Yugi. De repente sus preguntas fueron respondidas cuando entro Yugi seguido por una simpática rubia.
"Hola chicos." La rubia saludo con una sonrisa.
La primera en darse cuenta de quien estaba parada ahí fue Anzu y fruncio el ceño.
Nunca se había dejado sentir amor por Yugi, pero era ferozmente celosa de el aunque casi nunca tenía razón por que estarlo porque Yugi no era del tipo que tenia a mujeres echándosele encima todo el tiempo. Solo había habido una vez en que sintió celos por Yugi, y fue a causa de la chica que ahora estaba sonrientemente parada junto a él.
"Rebecca." Dejo salir Anzu con algo de enfado.
Rebecca no lo capto o no le dio importancia al tono de voz de Anzu. Solo siguió sonriendo.
"La misma. Ya hace mucho que no nos veíamos."
"Si que has crecido." Comento Jounouchi.
"Bueno, han pasado más de diez años." Respondió, su sonrisa sin vacilar.
"Eso es cierto. ¿Vienes por el torneo GX?" Pregunto Jounouchi.
"¿Me creerías si te dijera que vine por Yugi?" contesto Rebecca con esa sonrisa pícara.
Hiroto soltó una carcajada. "¿Así que después de diez años sigues con la esperanza de que Yugi te corresponda?"
"En aquel entonces tenia solo doce años y entendí que era muy joven para alguien que me lleva 4 años, pero ahora ya soy una adulta y cuatro años no son nada."
Anzu estaba que se reventaba de rabia y ni ella entendía el porqué. Según su romanticismo, ella esperaba a un amor que nació en el Egipto antiguo mas de 3000 años atrás, pero cuando sentía que alomejor Yugi se olvidara de ella, sentía celos.
"¿Y qué te hace pensar que eso pueda suceder? Sigues siendo cuatro años menor que nosotros." Anzu lanzo su veneno sin pensarlo, pero a Rebecca eso no pareció importarle.
"Ah, nada esta escrito en las estrellas." Respondió Rebecca. "Además, Yugi esta soltero y sin compromisos. El mismo me lo acaba de decir. ¿Quién sabe? Puede que esta vez sí se me dé."
Rebecca estaba mas que nada bromeando. Era una chica de casi 23 años. Cuando ere pequeña había estado "enamorada" de un adolescente mayor que ella, y ahora que lo reencontró, se dio cuenta de que seguía encontrándolo atractivo y que no le molestaría tratar de tener una relación con él, pero al mismo tiempo en ese momento tampoco le importaba mucho si era correspondida.
Anzu estaba a punto de decir otra barbaridad cuando Yugi fue el que respondió.
"Pues me ha dado mucho gusto volverte a ver y tienes razón, nada esta escrito y estoy soltero."
"Huy, eso me pareció como una declaración." Exclamo Hiroto en tono pícaro.
Yugi no negó ni admitió nada, simplemente sonrió. El amor que sentía por Anzu no se iba a acabar de un día para otro, pero estaba cansado de esperarla y estaba decidido a expandir sus horizontes. Rebecca llego a su vida en un momento crítico.
Rebecca paso el resto de la tarde reencontrándose con su pasado. Los chicos platicaban amenamente mientras que Anzu no hallaba su lugar, pero parecía que a nadie le importara.
Derrotada, salió de la habitación.
