-no ha tocado nada, esta todo tal y como lo dejamos aquella vez- Akane miraba el cuarto que compartiera con sus hermana, a pesar de estar creciditas, se negaron a dormir en cuartos separados, a veces pasaba largas horas de la noche hablando de sus sueños, de lo que sucedió en el día, o de tal o cual chico, Kasumi se sentó en su cama, recordando "los buenos tiempos" por su mente pasaban recuerdos de su madre, su padre, cunas, Nabiki y Akane creciendo, de la ida de Kimico…, de cómo ella tomo su lugar para alimentar, y cuidar al viudo y a las niñas… de ese chico guapo, apenas recibido de medico, que se volvía un tonto junto a ella, sonio recordándolo, con sus lentes empañados por su timidez, su mirada recorrió los estantes, muñecas, osos de peluche, muñecas Braveéis, todas tan inmaculadas, ordenadas, Soun debería limpiar ese cuarto a diario, se acerco a la baulero, donde sobre la enorme tapa había fotos, las de ellas cuando eran mas pequeñas, y otras a medida que iba creciendo… y una que no recordaba, tomada a casi centímetros… estaban las caras de las tres, fuera de toda escuadra, ocupando apretadamente la imagen, sonrientes, aun así, no la recordaba, pero parecía que ellas estaban muy felices, Kasumi no entendía como podía olvidar eso, a con el paso del tiempo, mientras fueron creciendo, las fotos se fueron haciendo cada vez mas raras, en esos últimos tiempos, algo casi nulo, exceptuando algunas de la escuela… trato de hondar en su mente, buscando ese recuerdo, la habitación pareció girar, el piso se movía, se sentía caer

Flash back

-papa se va a enojar-

-que lo haga, es mi cumpleaños e iré donde quiera- Nabiki terminaba de arreglarse, se miraba en el espejo, estaba genial, había conformado con improvisación un hermoso vestido de verano, una camisa cerrada rosa, que dejaban sus hombros a la vista, una pollera de la misma tela, lo suficientemente traslucida para encender la imaginación de cualquier chico, y unas sandalias negras con plataforma de corcho, no era algo lujoso, pero si ingenioso, además, no todos los días el millonario de la escuela preparaba una fiesta para ti, Kasumi también pensaba ir, pero esa discusión que Nabiki por la tarde había tenido con Soun la hacían dudar, aunque era el día de su hija media, el viejo patriarca vio su autoridad algo expoliada por la festejada, los comentario subieron de tono, y Soun le prohibió a Nabiki ir a ese lugar, la chica contesto altanera que ella iría donde quisiera… y se retiro llorando a la habitación , Soun hizo otro tanto, la casa quedo en ese silencio que sigue a las tempestades…, lastima, por que Kasumi quedo en verse con Tofu en la fiesta…, por ello no intento detener a Nabiki, y por ello ella se preparo para la fiesta también, al igual que Akane, la menor se había vestido con un conjunto blanco sport, informal pero adecuado, camisa blanca, pantalón playero blanco, medias caídas blancas, provoco la burla de sus hermanas

-vas a cosechar café?-

-vamos es genial, al menos, mas liberado que el estilo formal de Kasumi y menos expuesto que el tuyo- las tres rieron, Kasumi eligió un vestido azul, serio pero no tanto, y se coloco un chal marrón, había refrescado un tanto, a medida que la partida se acercaba, olvidaron la discusión y se pusieron a dicharachar como siempre, hablando de los chicos, de Kuno, de Tofu o los mil pretendientes de Akane, estaban felices, y Nabiki tomo su cámara, se acerco a sus hermana, y abrazándose entre ella, sonreía

-digan whisky- dijo Nabiki, apuntando lo mejor posible la cámara, las chicas chocaron casi sus caras entre ellas

-WHISKYYYYYYYYYYY- el flash las cegó momentáneamente, restregándose los ojos, salieron de la habitación, sonriendo y charlando, dejando la cámara sobre la cama de Akane…

cuando Kasumi se vio libre de sus recuerdos, se encontró nuevamente sentada en la cama, miro a su derecha nuevamente, miro la foto, por que no recordaba eso, durante estos últimos tiempos desde el accidente, todo sus pensamientos se centraban "en el momento", cuando decidió ignorar esa señal de alto, solo rebajo un tanto la velocidad y miro a la izquierda, ya que de ese lado era el sentido de la carretera, norte – sur, izquierda – derecha, y al no ver nada soltó el freno y apretó suavemente el acelerador, estaba un poquitin bebida, cosa que jamás pasaba, pero se contagio por una vez del espíritu de festejo, y se vio inmersa en un carnaval de alegría y sonrisas

con sus sentidos algo dormidos, tardo en darse cuenta que quien estaba a su derecha no era Nabiki, si no una también alegre Akane, la primera, que sabia conducir también, solía hacer de alerta, avisando lo que pasaba a la derecha para que ella se despreocupara y tuviera su atención al frente y a la izquierda… por eso jama oyó nada, y solo cuando una bocina enloquecida y el chirrido de unos frenos la despertaron definitivamente, solo en ese momento vio a ese camión venir en sentido contrario y sin luces, y aunque tuvo la suficiente lucidez para apretar el acelerador a fondo, el golpe llego implacable

fue algo que jamás se pudo perdonar, por esos minutos que estuvo conciente, sintiendo el frió del metal incrustado en su costado izquierdo, y la tibia humedad que desde allí la empapaba, se negaba a soltar el volante, recostada sobre el, pensaba en lo que había dejado pasar, miro con terror hacia su hermana menor, con un hilo de sangre corriéndole desde la coronilla, como un rió sangriento que se extendía por su mejilla, noto con horror que tenia parte de algún metal clavado en el cuello, con inmenso dolor, giro lo que pudo, y vio a Nabiki, recostada contra el lado izquierdo, sin moverse, sin hablar, sin respirar…

"NO LO LOGRAREMOS, NO LO LOGRAREMOS" el ruido de los frenos de aire del camión se acallaron, el ruido del motor también, alguien llego corriendo, lo miro, el muchacho estaba asustado, aterrado, empezó a insultar su suerte, se acerco con cara horrorizada a el vehículo destruido, miro casi con lagrimas en los ojos

-hay… hay… alguien allí?-

-por… favor… ayuda...- no fue una voz, fueron tres hipos, solo eso pudo articular, vio que Akane trataba de hablar, pero no podía decir nada, casi no tenia voz, el tipo retrocedió tomándose la cabeza, casi en pánico, corrió hacia el camión, en medio de ese silencio mortal, escucho abrir la puerta del vehículo, pensó que el hombre, en pánico se iría, que pudo haberle hecho su pequeño utilitario a semejante armatoste, pero pasado un minuto el conductor volvió, hablaba muy rápido, desesperado

-llame por radio a la policía, en segundos estarán aquí, me pide que no se duerman, que traten de mantenerse despiertas, por favor, por favor- pero a Kasumi le era imposible, sentía cada vez mas frió, y cada vez mas sueño, volteo a ver a Akane, mortalmente pálida, parecía no sangrar pero la chica estaba tan laxa, tan quieta, y respiraba tan lentamente, que era obvio que allí se terminarían las cosas, ella se sentía ya perdida, su hermana menor le daba esa impresión, y Nabiki, bueno Nabiki al menos no sufrió… y el sueño, y el frió… y el sueño, solo descansar, solo eso, con papa, como cuando la acurrucaba cuando era niña, papa, mama, podrán perdonarla algún día? PAPA SE QUEDARÍA SOLO, SOLO, ELLA NO QUERÍA ESO, ELLA… ELLA… ella trato de moverse, y sintió el inhumano dolor en su costado, aferrándola a ese asiento, se vio obligada a relajarse… se sentía tan cansada, con tanto frió, y una lagrima que se escapo, lo único para lo cual su cuerpo tenia ya fuerzas, fue para pronunciar algo, con el ultimo suspiro

el conductor creyó adivinar una palabra en su ultimo aliento, luego la chica quedo inmóvil con la mirada perdida, el introdujo su brazo por el destruido parabrisas, y cerro sus ojos, miro a la chica en el asiento del acompañante, ver intensamente a quien manejaba, se parecían tanto entre ellas… y vio la angustia, el dolor, su corazón quebrarse, la vio intentar moverse, al hacerlo, la herida en su cuello volvió a sangrar, trato de detenerla… mientras esa palabra sin sonido de la chica mayor lo ensordecía, dos silabas, tan claras, y tan cargadas de amor

-pa..pa-

Kasumi volvió a despertar de su abstracción, no era que los recordara, era como verlos, desde fuera, como ser espectador de su propio pasado, era algo tan increíble como atemorizante… sintió aquel frió de esa noche, y abrazándose a si misma, cruzo por las paredes en busca de sus hermanas que andaban dando vueltas por la casa