Nadie más indago en el tema de los hijos, en verdad a nadie le interesaba mucho el tema. A parte de Anzu que siempre quiso tenerlos, la única otra persona que pensaba en posiblemente querer tener hijos era Yugi. De ahí en fuera, Jounouchi, Hiroto y Bakura no tenían interés alguno en ser padres y los adolescentes ahí presentes tampoco tenían un interés en eso.

Anzu corrió por los bosques de Duel Academy llorando. Sabia que estaba siendo necia, porque muy dentro de si debía admitir que Judai jamás iba a voltear a verla ni como amiga. A lo más que podría aspirar era a ser una memoria lejana de un verano fugas. Pero aun sabiendo eso, su corazón romántico no se quería rendir y así se le iba a pasar la vida.

La ultima vez que le rompió el corazón a su gran amigo de toda la vida, al que siempre dio por sentado, el se convenció de no seguir amándola y se había alejado un poco de ella. Ese alejamiento era muy sentido para ella, porque Yugi siempre había sido su incondicional y nunca pensó que él se cansaría de sus rechazos y mas porque nunca tuvo una razón fuerte porque hacerlo. Decirle que ya estaba enamorada de alguien que no conocía no era una buena razón para rechazar a un hombre de carne y hueso que si conocía y que no se le hacia del todo indiferente.

Casi se convencía de darle esa oportunidad que Yugi siempre le había pedido, pero en el último momento recordó al chico de los cabellos café y su estúpido corazón romántico la convenció de que no lo hiciera. Tenia que pelear hasta el ultimo momento.

Se sentó bajo un árbol para llorar cuando sintió la presencia de alguien acercándose.

Del shock, había salido corriendo sin traer su baraja, pero, de todas formas, siempre que salía del conforte del dormitorio era una bola de nervios sabiendo lo débil duelista que era. Pensó que alguien se le acercaba para pedirle un duelo, pero al voltear a ver quien era, quedo sorprendida.

"¡Mai!" Exclamo y se paro de un brinco para abrazar a la rubia.

"No me sorprende que estés aquí, pero ¿qué haces sola llorando bajo un árbol?"

"Ay Mai, si te contara. Han pasado muchísimas cosas desde que llegue aquí."

"Me imagino." Respondio la rubia algo seca.

"¡Lo encontré Mai! ¡Lo encontré!"

"¿Lo…encontraste…? ¿...A ese amor de milenios?" Mai pregunto incrédula.

Había oído esa historia de Anzu un millón de veces, pero nunca la creyó seriamente.

Anzu sacudió la cabeza. "¡Si!"

"Bueno, ¿y quien es? ¿Cómo se llama? Cuéntame."

Ante las preguntas de Mai, Anzu se volvió reservada. Eso aviso a Mai de que las cosas no habían salido como en el cuento de hadas que Anzu se había creado en la cabeza.

"Eh…es un chico muy lindo." Comenzó evasivamente Anzu. Mai la miraba con uno ojos que le decían "ya se todo".

"Está bien, luego me cuentas. Ahora dime, ¿a quién de nuestro pasado has visto aquí?"

"La verdad que no a muchos. ¿pero que crees? Rebecca Hopkins anda por acá."

"¿Rebecca? ¿La pretendiente de Yugi?"

"Si esa." Contesto Anzu con algo de enfado.

"Anzu, te voy a preguntar algo y quiero que lo pienses muy bien antes de contestarme, ¿de acuerdo?"

Anzu fruncio el ceño. "¿De qué se trata?"

"¿Estas segura de que no estas enamorada de Yugi?"

"¡¿Qué?! ¿Cómo se te ocurre? ¡Claro que no! Yugi es solo un buen amigo."

"¿Qué te dije antes? Que lo pensaras antes de responderme. Tu respuesta me hace pensar que ni tu te has dado cuenta de tus propios sentimientos."

"Mai, estas pensando demasiado. Eso no es para nada cierto. ¿Crees que si eso fuera cierto, yo seguiría soltera? Me hubiera encantado poder enamorarme de Yugi. ¿Qué mejor hombre que él, o no?"

"Anzu, creo que te has hecho historias en la cabeza toda tu vida sobre ese supuesto amor que existió en tu vida pasada que, aunque el amor te pegara directamente en la cara no lo reconocerías. Es bueno tener algo de romanticismo, pero no tanto para cegarse. Tu eres de las que quieren al perfecto príncipe azul, y si no es así, entonces no, pero ¿Quién es así de perfecto?"

"¿Y qué de ti, Mai? No te queda estar sermoneándome sobre mis ideas sobre el amor cuando no tu sabes lo que quieres. En aquel entonces tenias 18 años y la verdad no sé porque preferiste a Jounouchi. ¿Sera que era mejor en la cama? Pero no creo que haya sido eso porque tu fuiste su primera experiencia. ¿Te tomo diez años averiguar que estabas mejor con Valon? ¿Dime, Mai?"

"Veo que tienes veneno en la lengua. En primera, ¿qué vas a saber tú de camas si sigues siendo virgen? Hay mas que eso en una relación. En segunda, la verdad es que me he preguntado lo mismo muchas veces. Estuve enamorada de Jounouchi pero la verdad que no se cuando mi amor por el se termino y todo se volvió rutina. Si lo pienso bien, mi enamoramiento de Jounouchi probablemente acabo cuando nos fuimos a vivir juntos. Antes de eso era su novia, después de empezar a vivir juntos me convertí en su mamá. El poco tiempo que viví con Valon fue muy diferente. En aquel entonces me sentí como ama de casa mientras viví con él, y por eso decidí mejor darle una oportunidad a Jounouchi. Hasta que viví con Jounouchi me di cuenta de que era en realidad una ama de casa. "

"Parece ser que la domesticidad fue lo que te aburrió de Jounouchi, pero ¿qué tiene de malo ser ama de casa?"

"Si eso es lo que alguien quiere ser, que bueno por ellos, pero ese estilo de vida no es para mí. Jounuchi era un niño mimado, y los malos hábitos que aprendió en casa nunca los dejo después de salir de ella. Tu sabes muy bien de lo que hablo. Es de los que dejan todo tirado por doquier, no lava un plato sucio, etc. Valon por el otro lado creció en un orfanato en Albania. Desde niño tuvo que aprender a cuidarse solo. El no es de los que se sienta a esperar que las cosas lleguen a él. ¿Vez como me pude equivocar? Pensé que no ocupaba estabilidad y estaba muy equivocada."

Anzu suspiro.

Lo que ella añoraba era estabilidad, y el amor de su vida no era de los que quisieran eso. Judai y Asuka tenían grandes sueños de convertirse en duelistas profesionales y competir por todo el mundo, aunque eso les dejara poco tiempo para verse. Para ellos eso no sería un problema, estarían juntos en la distancia. Anzu sabia de los planes de la pareja y por mas que pensara que estaba enamorada del chico solo por el simple hecho de que hacia 3 mil años en su vida pasada le juro esperarlo, algo le decía que eso no era lo que en realidad buscaba o quería.

¿Sera que he sido una estúpida todo este tiempo?" pregunto.