Mai parpadeo algunas veces al oír la pregunta de Anzu.
"¿A qué te refieres?"
"A todo. A mis sueños de un romance que me prometieron, pero que no está saliendo como me lo imagine y a volver a rechazar a la única persona que siempre me ha amado."
"Siempre te lo dije, Anzu. Te advertí muchísimas veces que dejaras por un lado ese romanticismo estúpido, pero eres necia. A ver, cuéntame ¿quién es este chico?"
Anzu se sentía avergonzada de contarle a Mai quien era por el que había estado suspirado toda la vida porque sabía que Mai no la iba a entender.
"Es un estudiante de esta academia."
Mai levanto una ceja y sacudió su rubia melena. "Menor de edad ¿eh? ¿Hay por lo menos una remota oportunidad de que te haga caso?"
"¿Por qué asumes que no tengo oportunidad con el?" Anzu contesto a la defensiva.
"Porque si la tuvieras no estarías aquí sola, llorando debajo de un árbol. Pero no has respondido a mi pregunta. ¿Hay una remota oportunidad?"
"Cl…claro que la hay. Hay amor ahí, aunque él no se acuerde de ello."
"¿Amor? Se ocupa más que amor a veces. Eso es algo que tienes que entender."
Anzu refuto las palabras de Mai. "¿Qué puede haber más fuerte que el amor?"
"Todo." Respondió secamente Mai. "Dime, ¿tienen algo en común? ¿Se han sentado platicar sobre cosas importantes?"
"S—si, por supuesto." Respondió Anzu no muy convincentemente. "Nos gusta Duel Monsters y hasta hemos hablado sobre hijos."
Mai la miro con unos ojos que denotaban incredulidad. "Ay Anzu, tu, a lo mucho tienes un interés pasadero por Duel Monsters. Este chico estudia aquí así que su pasión por el juego ha de ser increíble. ¿Y en serio han hablado de hijos?"
En eso estaban cuando de repente aparecieron a lo lejos Asuka y Judai. Desde el punto de vista de Mai, a leguas se notaba el enamoramiento de Judai hacia la chica que lo acompañaba y al ver la reacción de Anzu pudo imaginarse que aquel chico de los cabellos café era el "alma gemela" de Anzu. No queriéndose quedar con la duda y sabiendo que Anzu jamás le contaría toda la verdad, decidió que tenía que verlo ella con sus propios ojos.
"Hola chicos." Mai los llamo de lejos.
Asuka y Judai se dirigían a los dormitorios azules en ese momento. Al oír que les hablaban, los chicos se miraron uno al otro y encogieron los hombros. "¿Quién será esa rubia despampanante?" pregunto Judai.
"Me imagino que será alguna participante del torneo."
"¿Crees que quiera retarnos a un duelo?" Judai preguntaba con excitación.
"Vamos a ver que quiere."
Mientras los jóvenes se dirigían hacia ellas, Mai metió el dedo en la llaga para ver como reaccionaria Anzu.
"El chico es lindo y se le nota a leguas que esta loquito por esa rubia que lo acompaña."
Anzu apretó la quijada. "Ella ni lo quiere."
Mai volteo a ver otra vez a la pareja antes de contestarle a Anzu. "¿En serio eso crees? Si bien la chica no se ve tan eufórica, eso no quiere decir que no quiera al chico. Son muy tiernos los dos."
"¿Qué sabes tú de ternura?" Contesto fríamente Anzu.
Antes de que pudiera responder, Asuka y Judai habían llegado.
"Oh, hola Anzu-san. ¿Aquí está usted también?" Saludo inocentemente Judai, haciendo que Mai soltara una carcajada.
"¿Desde donde estaban no la vieron?" Pregunto.
Los chicos sacudieron la cabeza.
"Francamente estábamos tan envueltos en la plática que no vimos a nadie, solo que después de oír que usted nos hablaba, es difícil de ignorarla." Asuka le dijo seriamente.
"Gracias por el cumplido."
"¿Eres participante del torneo? ¿Quieres batirte en duelo? Asuka y yo podemos hacer pareja en contra de usted y Anzu-san." Decía Judai muy excitado.
"Eso suena divertido. Acabo de llegar aquí y todavía no he tenido mi primer duelo. ¿Qué te parece Anzu? ¿Les tomamos la palabra a los chicos?"
"Ah no, mejor no Mai. Apenas llegaste, ¿qué pasa si pierdes tan pronto?"
"Bueno yo no vine aquí esperando ganar. Yo vine buscando a alguien."
En ese momento se acordó del encuentro que habían tenido con Valon esa mañana. "¿Vienes por Valon?" Pregunto Anzu.
Mai sacudió la cabeza. "¿Por quién más va ser?"
"Usted conoce al profesor Hoxha?" Los chicos preguntaron en unisonó.
"¿Profesor? Si, el apellido de Valon es Hoxha." Contesto Mai algo confundida.
"¡Mañana tendrá un duelo con Jounouchi-san!" Exclamo Judai.
"¿Con Jonouchi? ¿Qué está pasando, Anzu?"
"Se me había pasado decírtelo. Esta mañana nos encontramos con Valon y reto a Jonouchi. Los dos concordaron batirse en duelo mañana. Parece ser que Valon se quiere sacar la espina de haber perdido contra Jounouchi aquella vez hace muchos años."
Mai se puso muy seria. Sabia lo que pensaba Valon sobre Jounouchi como duelista y como haber perdido ese duelo aquella vez lo había afectado. Aunque tenía ganas de ir a verlo en ese momento, decidió no interferir con los sentimientos de el para no dañar su jugada.
"Por favor, no le digan a Valon o a Jounouchi que estoy aquí. No quiero que se distraigan por mi presencia. Después del duelo hablare con Valon."
Todos accedieron con la cabeza.
"¿Entonces no quieren un duelo?" Judai pregunto.
"Ah eso." Empezo Mai, "Creo que por hoy paso. No quiero que mi presencia sea conocida todavía. Les debo por lo menos eso a ellos."
"Entonces nos retiramos." Dijo Asuka.
"Con todo esto, ni me he presentado." Mai los detuvo. Quería ahondar mas en el tema de los amores de Anzu. "Yo soy Kujaku Mai. En algún tiempo fui duelista y también fui novia de Valon y de Jounouchi."
"Asuka."
"Yo soy Judai."
"Gusto en conocerlos. ¿Cómo es que conocen a Anzu?"
"Yugi-san y sus amigos se están quedando en el dormitorio con nosotros." Contesto Judai con su usual jubilo.
"Así que están durmiendo ahí." Mai susurro con picardía.
"Todos ellos duermen en una habitación. Asuka y yo dormimos en la otra junto con Rei."
"¿Ustedes duermen juntos?" Pregunto Mai, algo sorprendida. No era que le sorprendiera que los adolescentes tuvieran sexo, pero no se imaginaba que la escuela fuera tan liberal que dejara que chicos y chicas durmieran juntos.
"Ugh, es una larga historia." Contesto Asuka con algo de enfado. "Encontramos a mi hermano y a una de mis mejores amigas haciendo cosas indebidas y dejando sus líquidos corporales en mi cama. Todavía no me han comprado colchón nuevo."
Mai miraba de reojo la expresión de Anzu y le daban ganas de reir. Ella nunca fue muy de romanticismo, al menos no al grado de Anzu, y aunque Anzu era su amiga debia admitir que la situación era algo chistosa. Anzu se había pasado la vida añorando ese amor que supuestamente se había jurado amor eterno en el Egipto antiguo, tanto así que había desperdiciado oportunidades amorosas por seguir ese sueño y cuando por fin parecía haberlo encontrado, el chico ni en el mundo la hacía.
