-puedes vernos?- Kasumi miraba a Ryoga con sorpresa, al igual que Akane, Ranma y Nabiki, que sospechaban ya algo, sonrieron

-no… no… puede ser… ustedes… están muertas… yo las vi morir… yo las vi morir…-Ryoga estaba al borde de un ataque de miedo, Ranma se acerco

-tranquilo hombre, se que parece una locura, pero es algo real- Ryoga volteo a ver a Nabiki, la chica de pelo negro se acerco rápidamente a el

-sabes que te odia basura, YO TENIA UNA VIDA, UN NOVIO, UN PADRE- Nabiki pretendía asustarlo, ya sabia de sobra que no podía tocarlo, le lanzo un golpe de revés con su mano derecha, disfrutando la imagen de un hombre ya mayor tratando de huir de esa supuesta niña

PLAF

La mano de Nabiki ardía, le había lanzado su golpe con toda su fuerza, y había impactado de lleno en el cachete del camionero que se encontró mirando de repente los arrozales, Akane y Ranma se miraron sorprendidos

-el es un conductor también?- pregunto el muchacho de la coleta

Pero, Nabiki hizo eso decenas de veces cuando venia al cementerio- Kasumi tampoco entendía que sucedía, miraba a Ryoga acariciarse el enrojecido pómulo y a Nabiki sacudir su mano, la chica insultaba aun a Ryoga

-había olvidado cuanto dolía esto-

-pero que pasa?- Pregunto Akane, Ranma se acerco a Ryoga y tomo el collar que le diera

-aun las ves?- Ryoga asintió- el collar es la clave de todo, el es un conductor también, y tal vez…- Ranma sonrió un poco, las fantasmales Tendo y Ryoga no estaban para bromas

-tal vez que tonto?- Nabiki menos que nadie

-tal vez Nabiki, Ryoga era tu amor predestinado- Ranma sonreía, mientras Nabiki trataba de cerrar su boca

-este… asesino?-

-yo sabia que pasaría esto, lo ha vuelto loco- Ukyo se movía nerviosamente, pero no tanto como aparentaba

Como buena católica, creía en santos, vírgenes, Ángeles… por que no creer en fantasmas?

Solo que le parecía tan descabellado

-y que has hecho de tu vida asesino?- Nabiki seguía al ataque, Ryoga, luego del susto inicial empezaba a recuperarse, y empezó a sentirse atacado

-tan solo seguir adelante-

-parece que lo haces sin problemas, dormías a piernas libres- Nabiki cruzo sus brazos, mientras levantaba una ceja, Ryoga se volteo a mirarla

-deje de soñar con tus hermanas dos años después de el accidente, pregúntale a mi esposa- Ukyo meneo la cabeza

-loco, definitivamente- y se tomabas las manos

-sabes lo que sufrimos nosotras, sabes lo que sufrió mi padre?- Nabiki parecía decidida a no soltar a su presa, ahora que sabia que el podía verla, escucharla… y sentirla, ahora vería bien lo que le haría… pero ante la mención de el padre de las Tendo, Ryoga se levanto violentamente haciendo caer la silla donde estaba sentado, asustando aun mas a Ukyo

-SI, SE LO QUE HA SUFRIDO SOUN TENDO, SE LO QUE SUFRIÓ KASUMI TENDO, SE LO QUE SUFRIÓ AKANE TENDO, SE QUE TU TUVISTE LA SUERTE DE MORIR RÁPIDAMENTE, YO VI MORIR A TUS HERMANAS, AKANE MURIÓ EN MIS MANOS, Y FUI A VER A SOUN TENDO, O SI, FUI A VERLO- nadie esperaba una reacción tan pasional del ex camionero, Nabiki solo pudo articular algunas palabras

-conoces a papa?-

-que si lo conozco?- Ryoga se sentó calmadamente, mientras miraba su taza vacía

-mas te?-

-por favor- Ukyo sirvió otra taza de la infusión a su esposo, quien, miraba a su interlocutor humano y a sus tres acompañantes, Kasumi recorría la humilde cocina tratando al parecer de ignorarlo, Akane permanecía en silencio, aparentemente apoyada en Ranma, eso le llamaba la atención, podía un fantasma tocar a un ser humano, la pregunta dejo de tener sentido al tocarse el pómulo derecho, y mirar finalmente a Nabiki aun acariciándose los nudillos y las falanges de su mano derecha

Si, un fantasma podía tocar a un ser humano

Cuando Ryoga toco el bendito collar, sintió algo, tan extraño como peculiar, era distinto a todo lo que sentía desde que estaba con hablando con Ranma, como si tomara una pila y esta hiciera contacto, pero era algo mucho mas profundo

Luego escucho a esa chica, menospreciarlo en su confusión, y todo cambio para siempre

-pueden creerlo, el idiota nos mato y no recuerda más, ni siquiera sabe que es eso-

Por supuesto que lo recordaba, quien podría olvidar la última visión que tuvo de la chica que murió sosteniendo su mano?

Cuando el policía lo separo de los restos del convertible, el miro fijamente ese collar, parecía resplandecer sobre el cuello ensangrentado de la chica, luego, vio a los bomberos preparando sus equipos para recuperar los cuerpos, sintió morir cuando uno grito que había otra chica en el asiento trasero, y que también había muerto, solo lloro en silencio, rumbo a la departamental.

Flasback

Encerrado en esa celda, al menos solo

O tal vez eso fue lo peor

Por que por horas, no pudo hacer otra cosa que pensar

Y solo podía pensar en esas chicas

Ahora, comprendía por que le quitaron las agujetas y su cinturón

Se hubiera matado de tener los elementos para hacerlo, pero estaba en una celda gris y cuadrada de concreto, con una cama de concreto, el cielo raso, sin vigas, y unas rejas que lo dejaban a la vista del oficial de guardia, a mas de veinte metros, incluso las rejas estaban tan juntas que era imposible, siquiera pensar en pasar la cabeza por ellos y contornearse de manera violenta.

Luego vino su declaración, en esa sala blanca, frente a eso gordo oficial frente a esa insoportable maquina de escribir y con el guardia junto a el, sentado en esa vieja silla de madera.

Al menos habían tenido la decencia de no esposarlo.

Los oficiales sabían que era un accidente, solo era cuestión de llenar papeles y dejarlo ir

Pasadas otro par de horas, un oficial abrió lo celda y le indico que lo siguiera

En una enorme oficina un oficial y un tipo de traje azul firmaban más papeles, el oficial lo miro acercarse

-señor Hibiki, el juez aquí presente, luego de revisar su declaración y la primera inspección de los peritos, ha decidido dejarlo en libertad provisoria, todo indica que lo sucedido, como usted relata, se ha debido a un desafortunado accidente- el juez asintió a su lado – sin embargo – prosiguió el oficial – hasta que termine la investigación, le deberemos pedir que se quede en el distrito- Ryoga asintió en silencio, aun con el peso en el alma de lo que había sucedido, se había guardado el hecho de ojear un mapa mientras conducía un camión de dieciocho ruedas, solo nombro el hecho de ver al pequeño auto disminuir su velocidad al llegar al cruce, y que por tal motivo el no pensó que el auto seguiría, resultado, fue una imprudencia de la chica que conducía...

Ryoga era humano, y aun con el peso de lo sucedido sobre sus espaldas, no quería ir a la cárcel, aun sin saber si mencionar lo del mapa lo hubiera inculpado,

Al salir por los largos y zigzagueantes pasadizos, no sabia como sobrellevar lo que sucedía, salio por la enorme puerta, que daba a una especie de plaza, sin saber bien donde ir, el sol de la tarde en Nerima iluminaba con claridad enseguecedora, y sus rayos levantaban una temperatura atroz, propia del verano japonés, miraba sin ver pensando que haría, cuando un apagado llanto parecía acercársele, volteo para ver a un hombre, mayor, de larga cabellera y recio bigote, acompañado de al menos tres personas mas, que salían también del edificio, el tipo de bigote lloraba desconsoladoramente, y parecía repetir una frase como si fuera un mantra

-mis bebes, mis bebes- el hombre y dos de sus acompañantes pasaron junto a Ryoga, pero el, con esos presentimientos que se tienen solo en los malos momentos, se acerco al tercero quien se había detenido a hablar con un oficial, cuando este se separo, el camionero se aproximo

-disculpe buen señor, por que llora tan tristemente su amigo, a conmovido mi corazón- el viejo hombre miro a Hibiki, pero la pregunta podría ser solamente la de una persona conmovida, no mas

-sus tres hijas murieron anoche, un hijo de puta en un camión se las llevo puestas, el padre solamente ahora fue llamada para reconocer los cuerpos... lo tuvieron toda la mañana y el mediodía aquí esperando, aunque sabíamos... creo que por la tardanza, albergo en un momento la esperanza de que no fueran ellas... es tan triste, su esposa murió de cáncer, y ahora perdió a sus hijas... incluso casi se suicida esta mañana, no se que hará ese pobre hombre, para mantenerse vivo, lo ha perdido todo...- el hombre se retiro para alcanzar a sus amigos, y Ryoga Hibiki cada vez se sentía la peor persona de la tierra

Siguió a Soun Tendo y su cortejo a través de la plaza, lo mas honorable parecía presentarse al hombre y declarase el culpable de lo sucedido, gran parte de la culpa era de el

Se detuvo.

Lo haría cuando estuviera solo

No tenia temor de que sus compañeros quisieran vengarse por el padre de las chicas, sabia que tan buen luchador era.

Pero las cuestiones de honor se solucionaban cara a cara, en soledad.

Siguió al grupo a prudente distancia, luego de casi una hora de caminatas, los vio llegar a un dojo

Dos hombres de los que los acompañaban, se despidieron respetuosamente de Soun, un tercero los saludo con las manos y acompaño al devastado hombre hacia el interior del dojo

"incluso casi se suicida esta mañana"

Ryoga comprendió al momento lo que sucedía, no lo iban a dejar solo, alguien lo cuidaría, pensó en volver otro día, pero sentía que tenia que hacerlo, hoy mismo.

Se acerco a la amplia puerta de madera, toco la campana y pasados unos segundo, el hombre que acompañaba a Soun apareció al abrirse el portón, era el mismo que había charlado con el en la departamental, quien lo miraba sorprendido

-muchacho, que haces aquí?- el desconcierto del hombre parecía genuino

-disculpe, pero tengo ... el deber de hablar con el padre de esas chicas- Ryoga lucia apocado, casi tembloroso

-por que muchacho?-

-por que yo... conducía el camión que mato a sus tres hijas- hubo al menos un minuto de silencio, el hombre lo miraba con la boca abierta, luego, pregunto nuevamente, pero en un todo mucho mas duro

-que haces aquí?-

-necesito hablar con el padre de las chicas-

-dudo que Soun Tendo quiera hablar contigo-

-se que no, pero es una cuestión que debería decidir el mismo-

-vete de aquí hijo, ya nada puedes hacer- el hombre meneo la cabeza, como comprendiendo que deseaba

-lo se, pero debo ver, hablar con el- Ryoga sentía su voz quebrar, el hombre pareció meditar por unos segundos

-espera aquí- el vecino se introdujo, dejando a Ryoga solo en la entrada, un viento fresco soplo, lo que sumando a las sombras de la tarde y la soledad de la calle, le daban a la situación un aspecto aun mas deprimente

La puerta se abrió y el vecino de Soun, reapareció

-pasa, por favor- el hombre guió a Ryoga por el patio, hacia la fuente donde Soun, sentado y con la cabeza gacha, miraba al parecer el piso, el hombre se detuvo a distancia, miro a Hibiki

-lo que hablen, es cosa suya, yo me quedare aquí- Ryoga asintió, miro a Soun, que parecía no darse cuenta de su presencia, y lentamente se acerco a el.

A dos pasos el camionero se detuvo, se arrodillo en el piso, y apoyando los puños cerrados en el piso, realizo una reverencia frente al hombre de pelo largo, casi toco el piso con su frente,

Solo en eso momento, Soun noto al camionero

Ryoga levanto su vista y vio la imponente figura sentada de Soun Tendo, cerró los ojos y volvió a tocar el césped con su cabeza, para volver a levantar su mirada

-me llamo Ryoga Hibiki, anoche, en un momento de distracción, he matado a sus tres hijas, no tengo perdón por mis actos, vengo aquí, en humildad, a presentarle mis respetos, y a aceptar la pena que usted me imponga-

Soun lo miro largamente, luego se puso de pie y se acerco los dos pasos que lo separaba del camionero, permaneció quiero otro minuto mas, el pelo agitándose merced al viento, sentía rabia, dolor, impotencia, deseos... deseos de llorar, gritar, golpear, asesinar, su mano se estiro violentamente hacia donde estaba Ryoga Hibiki, mas al acercarse a la cabeza se detuvo, temblando de ira, Soun la cerro en puño, el vecino pensó que lo golpearía, pero Soun abrió su mano y la apoyo suavemente en la coquera de Hibiki

-vete ya hijo, lo hecho, hecho esta- Ryoga levanto su vista

-pero señor, yo... yo,- Soun lo miro ahora enojado

-que deseas, que te mate, perdone? No lo haré, has cumplido con honor al venir aquí, ahora vete- Soun giro rápidamente y se dirigió a la casa, Ryoga se levanto, y lentamente se acerco al vecino de Tendo

-pensé que el...-

-yo también hijo, creo que aun esta en estado de Shock, como no estarlo? A perdido a sus tres hijas, pobre hombre- Ryoga se sentía aun mas culpable, y para peor, no obtuvo ni perdón ni castigo, ensimismado, vio pasar a Soun con varias cosas en sus manos, dirigiéndose hacia un pequeño altar.

-que hace?- tuvo el atrevimiento de preguntar Ryoga

-ese es el altar que construyo para su esposa, y ahora, supongo, será también el de sus hijas- Ryoga lo miro acomodar algunas cosas en el lugar, cuando sintió la mano del hombre sobre su brazo

-es hora de irte hijo, ya nada tienes que hacer aquí- el hombre lo llevo suavemente hasta la puerta y lo hizo salir del dojo, ya era tarde avanzada, el viento soplaba mas fuerte aun y las sombras ya eran mas obscuras aun

Donde ir, estaba en una ciudad extraña, su camión donde solía dormir cuando no lo hacia en la casa de sus padres estaba momentáneamente requisado por la policía, no conocía a nadie

Recorrió las calles, en la oscuridad creciente, solo pensando en lo que había sucedido, en lo que había hecho, las culpas regresaron, otra vez merecía morir, otra vez debería morir, su rostro se elevo y vio un cartel

"REFUGIO"

Se acerco a el, era un anexo de una iglesia, algunas monjas y algunas chicas ayudaban a cadenciados, el no era uno, pero con todas sus cosas (incluido el dinero) en el camión, no distaba mucho de ser uno, hablo con una monja que, luego sabría, era la madre superiora de un convento, le contó la verdad de su situación y como había llegado a ella, sin ocultar nada, y esta asintió suavemente, se volteo e hizo señas a una joven chica

-señor Hibiki, la voluntaria Ukyo lo llevara donde pueda descansar, mas tarde, si lo desea, podemos hablar- la suave sonrisa de la madre lo relajo, así como la de la voluntaria, quien lo llevo a una cama para que pudiera dormir, su cara lo delataba, ojeroso, sin afeitar, hacia casi treinta y seis horas que no dormía, y tardo al menos dos mas en conciliar el sueño, cada vez que parecía quedarse dormido, se veía tras su enorme volante, escuchando los ruidos de metales retorcidos y chirridos de neumáticos

Un grito despertó a Ukyo, quien se acerco al camionero, sudado y respirando agitado, este se tomaba la frente con su mano como queriendo concentrarse en algo

-pasa algo señor Hibiki?-

-esas chicas, yo…- el chico miro a la voluntaria, esta le miraba afligida, como si de verdad le interesara lo que decía, no como los policías, que escuchaban sin oír lo que relataba

-se siente bien, solo a dormido una hora-

-yo… solo tuve una pesadilla, creo…-

-si, mi madre solía decir que si la contamos se olvidan mas rápido- Ukyo lo recostó suavemente, como si fuera un niño, lo tapo y tomando una silla, se sentó de revés, mirándolo sonriente, pero Ukyo, noto que el chico no estaba asustado solamente por una pesadilla, había un gesto de terror y tristeza que solo había visto en las cárceles donde también fue voluntaria.

-yo, soñé que conducía… soy camionero, y soñé… que atropellaba a tres chicas… y ellas morían…- Ryoga miraba el techo de madera, como perdido, Ukyo asintió, conocía ese tipo de relato, su experiencia le decía que eso sucedió en verdad, lo miro largamente, seria horrible pasar por algo así

-cuando paso eso?- pregunto como al pasar, como si no importara

-anoche- Ryoga contesto maquinalmente, luego como dándose cuenta de lo sucedido, miro a Ukyo

Esta no demostró ninguna emoción, que sentido tendría? Solo lo miro largamente, a los ojos, Ukyo se acaricio la cruz que llevaba en un collar

-a veces dios nos pone pruebas excepcionales, pero siempre hay alguna razón para ello-

Gran respuesta pensó Ryoga, pero no ayuda

-fue un accidente, mire hacia delante y vi que el auto frenaba, además, yo venia por la derecha, tenia el derecho, me distraje un segundo y luego… y luego… - Ryoga empezó a llorar, como si fuera un niño, Ukyo tomo sus manos

-ya, fue un accidente, solamente un accidente-

-pero… murieron, ellas murieron, yo las vi morir, yo las mate- Ukyo lo abrazo mientras trataba de calmarlo, y el en ese entonces joven Ryoga Hibiki lloro su pena por primera vez de verdad

Fin Flashback

-me costo dos años y medio que se perdonara, y usted viene ahora con sus… lo que sea a recordarle eso- Ukyo miraba a Ranma con una mezcla de preocupación y enojo, este se recostó en su silla

-lamento que sea así, solamente quiero liberar a los espíritus, su esposo hizo algo, no se que, pero lo hizo-

-yo solo desee que eso no hubiera pasado-

-pues acompáñeme a ver a la vidente, pierde algo?-

-yo… no estoy seguro-

-ya les quito la vida, puede devolverles la paz- Ryoga miro a Ranma, luego, como cansado, se levanto y se puso su abrigo

-a donde vas?- Ukyo se levanto apresurada, pero Ryoga la calmo, y le dio un beso en la frente y otro en los labios

-tengo que hacer lo que debo hacer, volveré pronto- Ukyo lo vio salir, con un mal presentimiento

Lo peor de todo, es que sus presentimientos siempre se cumplían