Disclaimer: estos personajes no me pertenecen, no gano nada con ello, excepto sus reviews.
Aviso: EN ESTE FIC SIRIUS ESTÁ VIVO, CREO QUE MATARLE FUÉ EL MAYOR ERROR DE J.K ROWLING
Capitulo 2
El viaje fue largo y Harry se sintió bastante incómodo. Lucius se dedicó a leer un libro, ojoloco le miraba fijamente, y de cuando en cuando miraba por la ventanilla del tren. Severus no le miró ni una vez. Permanecía con su inescrutable mirada posada en el paisaje que mostraba el tren a lo largo de su recorrido. No sabía exactamente dónde iban, y tampoco le importaba demasiado.
Cuando vajaron del tren, una mujer regordeta les recibió con una amable sonrisa. Se presentó ante Harry como Amanda. Ella era la cocinera. Llegarno a una gran casa, guiados por Amanda. Un hombre bajito les habrió la puerta; Jack, el mayordomo.
Mas tarde, cuando termino de instalarse, Harry bajó a la cocina, dónde se encontraban Amanda y ojoloco. Estubo un buen rato hablando con la mujer, le contó que no podían tener elfos domésticos por que se encontraban en un pueblo muggle. También le explicó que la casa era de Lucius, y que ni su hijo ni su mujer conocian de su existencia.
Como faltaba mucho tiempo para la hora de la cena, y a Harry no le apetecia quedarse bajoel mismo techo que Snape, decidió ir a dar una vulta para conocer el pueblo mejor. Se cambió la ropa del colegio por unos tejanos y una camiseta negra ajustada, y salió de la casa.
El sol de media tarde alumbraba las calles y proporcionaba un poco de calor a los transeuntes. El pueblo no era muy grande, parecía bastante viejo. La casa de Lucius estaba a lo alto de una colina a las afueras del pueblo, pero en menos de diez minutos estabas en él. Todo eran casas, no había ningun bloque de pisos, y en lo que Harry supuso era el centro del pueblo había un colegio, una tienda dónde vendían de todo, un bar y una cafetería y una pequeña panadería. Nada mas. Decidió ir a tomar algo en el bar, para hacer tiempo. Estaba medio vacío, a excepcion de un hombre que se hayaba en el fondo del bar. Se sentó en una mesa y pidió una cerveza.
Miró de reojo al hombre. En cierto modo se parecía a Severus. Aquello le produjo un retorcimiento de estomago. Severus. Realmente le sorprendió cómo pudo llegar a amarle tanto, en tan poco tiempo. Recordaba el día en que empezó a mirarle con otros ojos. Dumbledore le había mandado pasar las vacaciones a casa de Snape, para su protección y con la intención de que diera oclumancia. Allí empezó a conocer a otro Snape, diferente al estirado y estricto profesor de pociones. Y cuando quiso darse cuenta, se allaba perdido por ese hombre. No sabía cómo iba a aguantar esos días, teníendole tan cerca y sabiendo que ni tan siquiera podía abrazarle. Y es que deseaba tanto poder acariciarle. Besarle una vez más. Le hechaba de menos, cada segundo sin él era una tortura. No podía soportarlo. Dos rebeldes lágrimas se escaparon de sus esmeraldas. Se sentía perdido, como si la pequeña luz que alumbaraba su camino se ubiese apagado, dejandole vagar a oscuras por un pedregoso camino. Harry las secó con la palma de su mano. No, no lloraría más.
Pagó la cuenta y salió del bar, dedicándole una última mirada al hombre, que de pronto había dejado de parecerse a Severus. No se dió cuenta de que un chico entraba en el bar, y por lo visto el otro chico tampoco. Así que no pudo evitar que chocaran y acabaran en el suelo.
- Yo... yo... lo siento, no miraba por dónde iba.- dijo Harry
- No pasa nada, yo también andaba un poco despistado.. el chico le sonrió.- Soy Ethan.
El chico le alargó la mano y Harry la aceptó. La verdad es que era bastante mono, rebelde cabello rubio y una descarada mirada verde mas. Labios rojizos y carnosos, y espalda ancha. Quizá no le vendría mal conocer nuevas amistades...
Ya era bastante tarde cuando llegó a casa. La cena estaba encima de la mesa, y por lo poco que le dijo Amanda, supuso que los hombres estarían reunidos y enfadados con él. Cenó y en cuanto pudo, se escabulló ma su habitación. No tenía mucho sueño, pero interiromente se sentía agotado. Ethan le había caído muy bien, pero se había dado cuenta que no paraba de compararlo con Severus. ¿Se estaría volviendo loco? Probablemente... Y con esos pensamientos cayó rendido. Tubo un sueño agitado en el que Ethan empezaba a transformarse en Severus, y después, severus se transformaba en Voldemort. Al despertar le dolí tanto la beza a causa de la cicatriz que apenas veía bién.
Bajó al comedor como pudo, palpandose la zona adolorida. Hecho que no pasó por alto a ninguno de los adultos, que no tardaron en preguntarle. El moreno les mintiño diciendo que tenía un poco de dolor de cabeza¡ni por todo el oro del mundo iba a contarles el sueño! Sería demasiado bochornoso... Como hechaba de menos a su padrino, con lo fácil que habrñía sido poder contarle el sueño... ¿Por que había tenido que quedarse en "Gimmuld Place"? Podría haberle acompañado... Se sirvió un plato de gachas, realmente no tenía hambre pero presentia que iba a ser un largo día...
- Bien, será mejor que nos organicemos.- dijo Ojoloco.- A ver Harry, por la mañana, a primera hora, yo te daré algunas lecciones sobre los hechizos mas utilizados y los que mejor pueden irte. Después Severus oclumancia, pues te es indispensable para que el-que-no-debe-ser-nombrado no pueda controlar tu mente y así saber que hechizo vas a utilizar. Y después de comer, Lucius te ayudará con duelo. Después tendrás tiempo libre para hacer lo que quieras. Entendido?
- Sí.
- Bién, cuando termines nos vemos en el despacho
Y dicho esto se levantó de la mesa y desapareció por la puerta. Lucius y Severus siguieron hablando como si nada. Cuando terminó de desayunar, fue hacia el despacho de la segunda planta tal y como Ojoloco le había indicado. El hobre se allab sentado en una mesa, revisando unos papeles, que guardó cuando se percato de la presencia del moreno.
- Harry, sientate, empezaremos con algo sencillo.- Ojoloco le dió un pergamino, una plima y un tintero.- Será mejor que apuntes lo que diga, para que no se te olvide.
Durante aquella hora y media, apuntaron todos los hechizos que le convendría saber y sus funciones, con la promesa de practicarlos durante las próximas clases. Al terminar Harry bajó a la cocina, pues no sabía dónde estaba Severus ni en que parte de la clase harían la clase de oclumancia. Amanda le dijo que el hombre se encontraba en la biblioteca, así que el muchacho fue en su búsqueda.
- Cierra tú mente.- dijo Severus a modo de saludo.
Harry se concentró tanto cómo pudo. Llevaban tiempo con las clases y había empezado a dominarlo un poco. Pero, después de todo, y teniendo a Severus delante suyo, no supo concentrarse provocando que el ex-mortifago entrara en su mente. Allí, imagenes del día de la ruptura con el hombre se entremezclaban con Ethan. Finalmente, consigió expulsarlo de su mente.
- Con todo el tiempo que llevamos dándo oclumancia y parece que no habances. No estaría mal que practicaras un poco. Vamos, cierra tú mente.- Severus habló tan friamente que Harry sintió como si leclavaran cientos de cuchilos afilados.
Nuevamente Harry se sintió invadido por Severus. Aquella situación era espantosa, era como estar desnudo ante Severus. Una vez más, el hombre superó la débil barrera de Harry. Pero esta vez no se vió a él ni a Ethan, si no que vió a los tios del jóven y su obeso primo. Debía ser algín recuerdo de infancia.
- Mejor lo dejamos por hoy, y practica por que si no es una pérdida de tiempo.
Harry se marchó de la biblioteca y se estiró en su cama. No pudo evitar llorar. Se sentía mal. El trato de Severus, le había recordado al que tenías entes para con él, antes de que empezasen su relación. No tenía ganas de levantarse de la cama, le apetecía quedarse allí y llorar cómo un niño pequeño. Se odió a si mismo por ser tan débil. Alguien picó a la puerta, obligando a Harry a poner su mejor cara, y disimular como pudiese.
- Señor Potter, hay un muchacho abajo que pregunta por usted.- dijo Jack cortesmente.
Harry bajó y se encpntró con un sonriente Ethan.
- ¡Hola! Me preguntaba si te apetecería ir a comer algo...
Quiso decir que no, pero su boca le traicionó respondiendo "Sí". Entró a por un abrigo y algo de dinero y se marchó. Quizá no le vendría mal despejarse un rato. Estubieron sin hablar hasta que llegaron al bar.
- Te veo muy callado hoy¿te encuentras bien?
No supo si era por que ya no podia llevarlo solo, o por que lo necesitaba, pero no pudo eviyar contarle toda la historia a Ethan, suprimiendo que eran magos, porsupuesto. Aquello le hizo sentirse bien, nunca había confiado tanto en alguien en tan poco tiempo, pero Ethan le transmitia seguridad y confianza. El chico escuchó atento y trató de animarle, y hacerle reir, cosa que consigió. También le contó que él hacía poco que lo había dejado con su pareja, pero que había cortado él. Le explicó que su relación se había vuelto muy monotona y rutinaria, y que se había cansado.
Después de comer, Harry se despidió con la promesa de verse luego. Ethan le iba a llevar a un bar musical que había en en pueblo de al lado.
Cuando el moreno llegó a casa, no estaba ni Severus, ni Ojoloco. Lucius le esperaba en el decpacho. El rubio le miró fijamente, cuando entró. Cómo si estubiese evaluendao su apariencia. Harry se incomodó un poco, y el hombre al ver la cara que ponía, dijo:
-Habeces me pregunto que ve severus en tí... en fin. Será mejor que empezemos.
Harry le miró boquiabierto, así que el rubio lo sabía... bueno, no era muy difícil de imaginar, teniendo en cuenta que Lucius era un amigo de la infancia de Severus...
- Venga¡saca la varita!
Harry obedeció.
- Lo primero que debes tener en cuenta es que cuando luches contra algún mortifago, no habrán reglas. El mas rápido y agil será el vencedor, mientras que el otro, que esperemos que no sea tú, no tendrá un buen final. ¿Deacuerdo?
Haary iba a asentir pero Lucius le lanzó un hechizo, que consigió desviar, aunque le rascó un poco el brazo.
- Pero...- empezó el muchahco
- No hay peros que valga, tienes que estar alerta.
La clase siguió igual, Lucius le iba explicando tácticas mientras le lanzaba hechizos que harry debía esquibar o contraarestar. Terminó lleno de rasguños y adolorodio, pero aún así, no iba a perderse su "cita" con Ethan. Se cambió de ropa y esperó pacientemente a que llegara la hora.
Llevaban mas de tres horas en el bar, contandose anecdotas y bebiendo. Harry ya había perdido la cuenta de las cervezas que había bebido. Cada vez era menos consciente de lo que hacía o decía; el alcohol le estaba haciendo efecto, y aquello no podía suponer nada bueno... ¿o sí?
CONTINUARÁ
Que tal? He intentado hacer este capítulo un poco mas largo que el anterior, espero que les haya gustado, gracias por leer,
Lavinia
