The Legend of Zelda
The Broken Hero
Por LinkAnd06
Capítulo III: Sentimiento hiriente
Era mediodía, el recién salido astro rey iluminaba toda la pacífica región rodeada de bosque, rodeando al pueblo Oval, lugar donde la tranquilidad era notable en los alrededores de este. En uno de los limites, se encontraba la academia libélula, donde en una de las muchas habitaciones, cierto dibujante había culminado su hasta entonces mejor obra.
-¡Está listo!- Exclamó Oswald emocionado, tras unos minutos de esfuerzo en su ilustración, muy orgulloso del resultado, hasta asentía varias veces con su cabeza.
Yui suspiró, rescostando su cuerpo completamente en el sofa. Mantener la misma postura durante varios minutos le dió algunos calambres en su cintura, pero no protestó, se sentía aliviada de tener el regalo listo, inclusó cerró un momento los ojos.
-Déjame verla, conociendo cómo dibujas seguro salió igual a ella- comentó Migue, curioso del resultado, colocándose al lado del dibujante, quién seguía sonriendo con los brazos cruzados.
Pero el castaño cambió su expresión a una de shock al ver el dibujo, no podía creer lo que Oswald había dedicado tiempo, se sobó la mejilla derecha incrédulo.
-¿Y bien?- el pelinegro esperaba la opinión de su castaño amigo, riendo levemente, esperaba esa reacción de su compañero.
-¡Imbécil! ¡¿Quién es ella?!
El pelinegro le miró confundido, bufando molestia, después de todo no le fue nada sencillo el dibujo.
-Es Yui, con la misma postura y todo, todos sus detalles están, incluso le hice con la misma ropa, y hasta me esforcé detallando sus pies, ¡lo más difícil! ¿De qué te quejas?
El castaño le miró molesto, se supone que era un dibujo para Link, el mejor amigo de ambos, pero no creía que su dibujante compañero agregara un detalle que en sí no era lo propio de lo que el rubio deseaba.
-¡Yui no es una loli!
Eso sorprendió a Oswald, arrojando su orgullo a un lado y mirando de nuevo su obra. Efectivamente todo los detalles de Yui estaban sin olvidar ninguno, con la diferencia de que se retrataba más joven de lo que ella era, reduciendole unos cinco años, pero manteniendo el mismo tamaño de su busto, mediano.
-Oh…-colocó una mano en su mentón- ya vi el problema…
Migue se palmeó el rostro, no podía creer lo que el pelinegro había hecho en el dibujo, rejuveneció a la hyliana, como ellos la vieron la primera vez, cuando era una novata. No negaba que le quedó excelente, aún así tenía sus dudas de si al espadachín le gustaría.
-¿A Link le gustan las lolis, no?- preguntó Oswald, sin saber de que forma reparar su grave error, sería repetir todo el proceso de nuevo.
-No, estúpido, ese eres tú- el castaño no podía dejar de mover su pierna izquierda, nervioso, ¿cuál sería Yui ante esto? Link no tardaría en regresar a la habitación a esas horas.
El pelinegro suspiró, no tenía arreglo alguno su fallo, por primera vez en todo los años que dibujaba se lamentó de un error suyo. -Solo queda la opinión de nuestra amiga.-sugirió encogiéndose de hombros, tomando su trabajo y dirigiéndose a donde estaba la joven hyliana, la cual seguía recostada en el sofa, sobándose las piernas.
-Necesitamos tu opinión, después de todo el regalo es de tu parte- pidió el castaño, dudoso, con los ojos cerrados y pisoteando suavemente el suelo varias veces, la opinión de ella era la definitiva, pero podría decepcionarse de que no quedara como esperaba, así su idea no podría progresar.
La pelinegra asintió levemente, estirando sus brazos antes de volver a sentarse, sin borrar la sonrisa de su rostro. Se sentó con las piernas recogidas de lado, y con las manos en su tobillos. Se encontraba ansiosa de ver como quedó, había seguido todas las indicaciones que el pelinegro le indicó.
Ambos jóvenes voltearon el dibujo, revelando el resultado, sonriendo estúpidamente, querían que la tierra los tragara, o que Yui les pisoteara por arruinarlo todo, ¿qué rayos hacían pensado en eso último?-¡Tadaaaaaaa!- Exclamaron ambos al unísono, como si de un objeto valioso se tratara.
En el dibujo estaba Yui retratada, con la misma pose que había hecho, el mismo conjunto de ropa que llevaba, descalza, el cabello con un leve efecto de movimiento, y esbozando la sonrisa de la misma forma que esta lo hacía hace unos momentos. La diferencia era que Yui se veía unos cinco años más joven, como ella se miraba alrededor de los trece, misma edad que tuvo cuando conoció a Link. Esto era casualidad, Oswald sin querer la retrató como una niña pequeña.
Ambos seguían temblando, nerviosos de la reacción qué ella tomaría de ese detalle de la obra, estaban preparados para cualquier tipo de castigo que esta podría darles.-"Adiós mundo cruel"- pensaron fingiendo una sonrisa.
-¡Me encanta!
Esas palabras los sorprendió, no lo esperaban,vieron como la hylian recibió el dibujo para observarlo de forma más detallada, parecía asombrada del resultado, seguían sin creerlo.
Oswald colocó su mano dominante en su oscuro cabello, apretandolo, desviando la mirada al no saber cómo responder a la reacción de la joven.-¿No te molesta ese detalle? Sin querer te rejuvenecí, en serio lamento si no logré cumplir tus expectativas.- Se lamentó rascando su cabeza, volviendo a sentarse en la silla, un poco aliviado.
Migue se recostó en la pared, al lado de donde su amigo dibujaba; calmado pero dudoso de que la joven dijera aquello en serio. Normalmente cuando Oswald dibujaba una niña pequeña sin querer para sus obras lo rechazaban sin dudarlo, quedando en vano todo el tiempo dedicado a esos pedidos, por eso ya casi no dibujaba. Le alegraba que Yui le haya gustado.
La hyliana miraba cada detalle del retrato, encantada de que cómo quedó, incluso mejor de lo que pensaba. Negó moviendo su cabeza las palabras del pelinegro, sonriéndole agradecida.- Es perfecta, de verdad, ustedes saben que así me veía cuando los conocí, esta es la joven Yui que Link echa de menos…- Expresó bajando el tono de voz con sus últimas palabras, entrecerrando su rojiza mirada mientras la bajaba, extrañaba ser aquella amiga a la que el rubio siempre acudía, le aseguraba las sonrisas e incluso estaba a su lado en las buenas y en las malas. ¿Cómo fue que tan bonita amistad terminó como ahora? No lo sabía, pero aún así le dolía. Link fue esa persona especial que le ayudó a seguir adelante, cuando estaba atormentada por la manera en que los humanos le aborrecian al ser una hyliana, eso no le importó a él, le ayudó en ese momento difícil.-¿Tan mala amiga fuí?
Ellos no supieron qué decir, les sorprendía como aquel erróneo detalle pasaría a ser uno valioso para la hylian. Incluso se sintieron mal por haberlo dudado, y darle a la pelinegra dolorosos recuerdos. Estaban conscientes de cómo su relación cambió radicalmente con el tiempo, desde inseparables amigos a simples conocidos que preferían mantenerse a distancia. intentaron hablar con Link sobre el tema. Sin éxito, siempre lo cambiaba o se dirigía con Dante para entrenar. Por supuesto querían encontrar una manera de que hicieran las paces, no por nada decidieron ayudarla con el obsequio, ahora solo tenían que convencer al hylian de ir.
-¡Por supuesto que no!- exclamó Migue, negando a la hylian. -¡Oswald y yo lo conocemos mejor que nadie, tú sin duda alguna eres importante para nuestro amigo! Incluso más que nosotros dos- le aclaró firmemente, cruzando los brazos.- Debe haber una razón para que él actúe así, puede que sea una persona tímida y se critique a sí mismo, pero nunca sería capaz de herir los sentimientos de los demás.
-Mucho menos si se trata de nosotros, incluyéndote, somos sus únicos amigos- agregó Oswald,mirando seriamente la ventana; le dió la razón al castaño, quién se había sentado en el suelo. Se sentía de la misma manera, ninguno de los dos soportaba no poder hacer algo al respecto.
A la hylian se le salió una pequeña lágrima, la cual dejó caer, sin poder dejar de ver el dibujo, sonriendo, era la única esperanza que le quedaba para que Link le perdonara, ahora más que nunca se sentía muy preparada, como si aquella timidez que tenía hace unos minutos se esfumaran por completo. Después de todo, lo que más deseaba era arreglar su relación con el ojiazul, aunque primero tenían mucho que aclarar.
-Gracias por apoyarme, chicos.- agradeció dando una leve reverencia. Abrazó el dibujo y puso sus pies en el suelo, debía prepararse para lo que seguía.
-¿No necesitas darle una carta o algo?- preguntó Migue, recordando ese detalle.
La pelinegra ya se había calzado sus medias y botas, poniéndose de pie, ella era media cabeza más baja que ellos dos. Se dirigió a la mesa, donde estaba su bolso, de este sacó una nota y un lápiz, y escribió tranquilamente en lo primero, hasta sonreía, estaba segura de que ese encuentro funcionaría.
-Colóquenla donde Link la encuentre fácilmente, él conoce mi letra, no hace falta que le digan que es mía.- pidió con un tono de voz algo bajo, pero ellos le escucharon, prestándole atención.-Cuento con ustedes para que la vea, así podré reunirme con él en la azotea esta noche, el lugar donde comenzó todo esto.
Ambos asintieron, sonriendo y levantando el pulgar.-Puedes contar con nosotros, lo conocemos muy bien, ten éxito, que sabemos que ese dibujo le encantará mucho.- aseguró Oswald, apoyándola.
-Lo mismo digo, Yui. Nada se interpondrá entre ustedes- dijo el castaño, bastante seguro de que saldría todo bien.
-¡Lo haré, muchas gracias!- se despidió la hylian, dejando la nota en la mesa y dirigiéndose a la puerta, con el dibujo entre sus brazos. Ahora tenía que prepararse para el encuentro con su amigo, por lo que primero se dirigió a su habitación, la cual no estaba muy lejos de donde estaba. Finalmente salió, sin olvidar cerrar la puerta y continuar andando por el pasillo, a paso rápido para evitar encontrarse con Link por casualidad.
Los jóvenes se quedaron en silencio, mirando la puerta con seriedad en sus miradas, sin poder procesar como de un momento a otro un fallo se convirtió en un detalle importante para el significado, incluso les había conmovido el como la joven lo detalló tan apasionadamente, asegurando su éxito.
Yui era todo lo contrario a Link en todos los aspectos, les pareció lógico que ella llegara a gustarle el hylian, pero seguían sin estar del todo seguros de cómo se sentía el joven respecto a ella. De todas maneras, Link no llegó a tener otras amistades del género opuesto, la pelinegra quedó como la primera y a la vez la unica de momento.
Ahora tenían que apoyarla por sobre todo, no iban a dejar que tan hermosa amistad se quebrara, si esa noche llegaban a ser algo más, mejor para ellos, siempre apoyarían la decision de su amigo, así fue desde que se conocieron.
-¿Crees que funcionará?- Dudó el castaño, recostándose en el suelo y con el brazo derecho estirado, el tema le preocupaba mucho.
-Depende de Link- confirmó Oswald, levantándose de la silla para acercarse a la mesa cerca de la salida y tomar la nota, la escritura de Yui era muy cuidada y hermosa a la vista, digna de la joven más valorada por todos en la academia.-Puede que lo conozcamos bien, pero sabes que guarda muchos secretos, hasta prefiere estar sólo la mayoría de las veces.
-Lo sé, por eso mismo si recupera su amistad con Yui, ella sería capaz de alegrarle los días, como lo fue en los primeros meses que estuvimos aquí. Sabes que ambos extrañan esos días- agregó Migue, desviando la mirada, expresando seriedad.
-No es lo único que te preocupa, ¿cierto?- preguntó el pelinegro, sentándose en la cama del espadachín y colando la nota en la almohada, sabía que allí sería el primer lugar al que su amigo iría cuando apenas llegara.- ¿Estás pensado en eso otra vez?
El castaño esbozó una leve sonrisa, cerrando los ojos y colocando sus brazos detrás de su cabeza.- Quizás, no lo sé, pero no me arrepiento de venir a Oval, en serio…
El pelinegro le miró seriamente, no muy convencido con las palabras del castaño, prefirió de momento no preguntar más, quizás fuera un tema demasiado personal. Momentos después abrió los ojos completamente al pensar en una posibilidad de lo que preocupaba a su amigo.
-¿Te gusta Yui?
Esto tomó por sorpresa a Migue, quién miró al pelinegro con una expresión de máxima sorpresa. -¡Claro que no! ¡¿Qué te hizo pensar eso, imbécil!?
-Solo preguntaba, ya que nunca llegué a pensar qué tipo de chica te gustaba- respondió aliviado, aunque ya lo sabía, quería ver esa reacción de su amigo.
Migue suspiró, sentándose nuevamente, mirando la pared y una expresión indescifrable en su mirada.-Sí, me gusta alguien, es solo que no creo que ella sienta lo mismo- desvío la mirada- No quiero hablar del tema.
-Estás como Link…
-¡Lo digo de verdad!- Contestó enojado, no creía que sus casos fueran similares.-Ella se me confesó y yo la rechacé…
Oswald se quedó en silencio, observandolo de forma seria, esperando que terminara.
-No creo que lo haya dicho en serio de todos modos. Sí me gusta, pero seguro solo jugaba conmigo- Finalizó, mirando al techo y apretando los plieges de su pantalón.
El peligro sólo lanzo un fuerte suspiro- Amigo, claro que ella lo decía en serio, no la conozco, pero te aseguro que nadie puede mentir cuando se trata de los sentimientos si quien lo dice es alguien cercano a ti, seguro ella decidió esperar por ti.- aclaró de forma seria, sus amigos sí que eran tercos en este tema.
-No lo entiendes, no te has enamorado.
-Algún día lo haré, y te aseguro que tengo razón.- prometió, cruzando los brazos con orgullo y sonriendo con malicia.- Migue…- éste le miró.- la próxima vez que la veas… confiesa tus sentimientos, ¿lo prometes?
El castaño cerró los ojos, pensativo, recordando a su elegida y cómo se sentía respecto a ella, al igual que las palabras que su amigo acabó de contarle, llegando a una decisión, una de la cuál estaba dispuesto a cumplir.- Por el amor que siento por ella, lo prometo.- aceptó sonriendo, de la forma que siempre lo hacía, aliviando a su amigo.
-Ya nos encargaremos de eso luego, primero hay que convencer al idiota.- dijo el pelinegro decidido. Migue le asintió como respuesta, incluso levantando el pulgar, estando deacuerdo con él.
Tras eso se sentaron en el sofa, decididos a esperar a Link, el idiota al que Oswald se refería, el mismo imbécil que mantenía unido al grupo, y el mismo tonto al cual Yui les encomendó de qué leyera la nota y aceptara ir a encontrarla en la azotea. Este sería sin duda el primer y más importante favor que harían por ella, tras todos los que hizo por ellos.
No tenían intención alguna de fallar.
Después de que su maestro le venciera tan fácilmente, y quedarse tumbado meditando por alrededor de varios minutos, Link empezó a dirigirse hacía la academia. Su ropa estaba un poco sucia, notable al ser de un color celeste, y su piel marcada con algunos moretones, nada grave, Dante solo lo golpeó, no llegó a usar el filo de su espada. Estó llamó la atención de algunos que lo vieron pasar, quiénes le siguieron con la mirada, quizás preocupados, o preguntándose cómo no lo mataron en aquel enfrentamiento en el que el hylian se había metido. Podía saberlo sin siquiera mirarlos, el rubio ya conocía como la mayoría quería verlo lejos de Oval, o incluso de Zyrak.
Link se encontraba inexpresivo, el combate lo había agotado, pero no pensaba en descansar. No cuando aún tenía un asunto importante por aclarar, y así evitar que las cosas con su amiga empeoraran para mal, la respetaba mucho como para desear eso. Le pesaban las miradas de los demás, los cuales lo hacían con cierto rechazo, ya se había acostumbrado, aun así no dejaba de dolerle, llevaba ya diez años así.
Un pequeño grito llamó su atención, el cuál solo él consiguió captar gracias a sus orejas, pues varios humanos ya de por sí no dejaban escuchar por sus murmullos. El sonido provino de un estrecho callejón, al cuál el hylian se acercó, preocupado de lo que sea ocurriera allí.
-¡Vamos, usa tu palo! ¿No que serías un gran aventurero, estúpido?- insinuó un niño de aparentemente unos nueve años, de cabello rubio cenizo. Se encontraba molestando a otro chico menor, quizás por unos dos años, claramente mas pequeño y castaño claro, portaba el dichoso palo en su mano derecha y se recostaba en la pared, temeroso del niño mayor.
-¡Mi padre es un gran aventurero, yo también seré uno algún día!- se defendió el menor, con firmeza en su voz, pero sin bajar sus nervios, los cuales hacían que recibiera más burlas del mayor.
-¿Un debilucho como tu? No me hagas reír- tomó el palo del menor y se lo arrebató-. Estas cosas, merecen ser usadas por hombres como yo.
Link miró la escena sorprendido, ¿Cómo tal escándalo era posible sin que nadie cercano al callejón lo notara? Le recordó un poco a como era molestado cuando llegó al pueblo por primera vez, decidido a ayudar al menor.
El niño mayor estuvo a punto de golpear al menor, pero no pudo porque alguien más fuerte tomó la punta del palo antes de que completara su ataque, por lo que volteó expresando molestia, impactándose al ver de quién se trataba.
-¿Un hombre dices? Desde cuando ellos golpean a los que no pueden defenderse.- dijo arrebatándole el palo, ante la temerosa mirada del niño.
-¡Tú! Eres…-exclamó con una voz nerviosa, ya conocía los rumores de un joven de orejas puntiagudas peligroso, y como solo había uno en todo Oval, su valor se esfumó al verlo frente a sus narices, el mismísimo demonio.
-¿Demonio? ¿O quizás basura? ¿O mejor un espécimen deforme que vino a perturbar la supuesta paz que este tonto pueblo pueblo pierde por gentuza como tú? Por favor, sé más original al menos, llevo diez años escuchando lo mismo.- interrumpió Link, sabiendo lo que el joven diría, observandolo con firmeza y los brazos cruzados.
-¡No me lastimes!- gritó retrocediendo unos pasos, acercándose al menor, el cual no sabía que expresar en ese momento.
-¿El hombre me tiene miedo?
El niño menor colocó ambas manos en su boca, no podía contener la leve risa que esas palabras le dieron. El mayor por su parte lo miró sin dejar de mostrarse asustado.
El ojiazul solo suspiró, cruzando los brazos.- Los aventureros no nacen, entrenan, y ese al que llamas debilucho incluso podría superarte en fuerza solo entrenando.- le dejó en claro antes de moverse a un lado, dándole un paso para que se fuera.
Y sin dudarlo ni un instante, el niño mayor se fue corriendo, gritando por el temor que sentía, incluso al salir del callejón llamó la atención de varios alrededor, curiosos de saber que había ocurrido.
Tras verlo irse, Link miró inexpresivo al menor, quién no se mostraba nervioso, pero sí un poco asustado, lo que acabó de pasar frente a sus ojos no tenía nada de relación a como en el pueblo etiquetaban al hylian. Este se acercó y le extendió el brazo, ofreciéndole la bara.
-¿Estás bien? Lamento si parecí duro con él, es solo que no me gustan ese tipo de personas.- explicó el hylian, dando una leve sonrisa. El menor aceptó su palo y lo tomó, para luego mirar al mayor sonriendo.
-¿De verdad, podré llegar a ser un gran aventurero?
-Oye, yo sigo siendo repudiado por el pueblo entero y estoy a un paso de poder convertirme en uno.- se encogió de hombros, negando con la cabeza, respondiendo la pregunta del pequeño.-¿Cómo te llamas?
-Ivan- contestó levantando el pulgar, el hylian era una buena persona después de todo.
-Soy Link, y espero verte cuando logres ser un aventurero.- con su mano izquierda palmeó suavemente la cabeza del menor, para luego volverva levantarse.- Ten más cuidado la proxima vez.
-¡Y tú logra ser el mejor aventurero, señor Link, así tendré como objetivo ser como tú!
El joven se sorprendió al escuchar aquello, era la primera vez que un desconocido se refería a él de buena manera, pero en cierto modo le preocupaba que el pequeño fuera como él, nunca le desearía a otra persona cargar el mismo peso del dolor que por siempre había sentido.
-No seas como yo, tú podrías crear tu propia identidad.- negó con la cabeza dando una leve risa, para luego darse la vuelta.- Me debo ir, recuerda cumplir tus sueños.- inició su camino.
Ivan se despidió, aún teniendo en mente llegar a ser como él, pues sus ganas de ser aventurero habían aumentado por el apoyo del rubio el cual era uno verdadero, ahora sí se esforzaria en superar sus temores. Miró al hylian alejarse deseándole buena suerte, deseando volver a verlo alguna vez.
Cuando el rubio salió del callejón, notó como varios de los que estaban cerca lo miraban con decepción, o molestia "de seguro piensan que lo asusté porque quería" pensó, ignorándolos y retomando su camino. No sabia por qué ayudó a ese niño, quién era un desconocido hasta hace poco, siendo que ya se había autoprometido de no relacionarse con más personas. Probablemente un instinto oculto de él o algo parecido.
-"Si tienes la oportunidad de ayudar a quién sea para bien, no dudes en hacerlo".
Paró en seco a recordar esas palabras, al estar todo ese tiempo pensando en sus problemas había dejado de lado ese recuerdo, uno en el cuál había decido ayudar a quién nesecitara ayuda, por el bien de los demás.
…
Un mediodía en el bosque Oval, los jovenes (jóvenes) de la academia habían salido para aprender de la naturaleza, e incluso descubrir varios beneficios de esta. Iban en grupos de seis en seis, en este caso, a Link le tocó junto a Yui, Oswald, Taku, Bea y Jume. Estos últimos mantenían cierta distancia, claramente el pelimorado coqueteaba con las otras y a la vez se burlaba del hylian.
-Es bonita la naturaleza, ¿no creen? Todo es tan apacible y visualmente increíble, sin duda las diosas se lucieron creando estos lugares.- Dijo Yui, asombrada con el paisaje por el que andaban. Todo estaba lleno de árboles, pero eso no impedía que pudiera verse el cielo y un lago que había más al frente, después de todo el camino era predeterminado para los miembros de la academia. Incluso se podían escuchar ciertos seres del bosque si se prestaba atención.
-Aquí solo puedo oler el aliento de lo salvaje, ¿dónde se encuentran los monstruos?…-Insinuó Oswald al ver a su amiga tan asombrada con el lugar, burlándose un poco.
-Aquí no hay, es una ruta segura.- aclaró el ojiazul, serio, solo guiándose por sus amigos. No es que estuviera aburrido, solamente ya conocía bien el camino como para prestarle más atención de la necesaria.
-¿Y a ti qué te parece Link?- preguntó la pelinegra, ignorando al tercero que solo quería molestarla por entretenimiento, aunque fue su idea acompañarlos, Migue no acudió esta vez por tener pendientes otras actividades.
-Es un hermoso lugar, nada más que decir.- contestó simplemente, sin muchas respuestas sobre el lugar.
Yui le miró expresando un leve puchero, no le gustaba cuando su compañero hyliano se comportaba así.- No seas tan simplista, di lo que tu imaginación opine del lugar, mira más allá de las apariencias. Para mí esta zona se ve como una escena fantástica de una novela o escrito, donde cualquier suceso podría pasar dependiendo de como el autor sepa utilizar su omniciensia en esta, ¿no es increíble el poder de la imaginación?
-Yo lo sigo viendo como un simple lugar donde huele a naturaleza.- respondió el pelinegro, asimilando las palabras de su compañera, hasta el rubio se mostraba pensativo, ¿qué se supone que era omniciensia?
-¡Que aburridos son ustedes! ¿Así piensan convertirse en aventureros?
-¿Desde cuando el carisma define al aventurero? Hay que ser objetivos con todas las cosas que hacemos, por ejemplo, amo las niñas pequeñas pero respeto su espacio, no es como si fuese hacerles algo por buscar placer, no soy estúpido.-dijo encogiéndose de hombros, no comprendía a lo que quería llegar la hylian.
-¿De qué estás hablando?- preguntó Link, muy confudido respecto a las palabras de su amigo, era cierto lo que decía pero no comprendía lo que quiso responderle a Yui.
-Solamente que porque seas un aventurero no quiere decir que solo busques un objetivo que defina lo que eres, todos somos capaces de controlarnos y saber que queremos, en mi caso, no veo este lugar como el escenario de un escrito…-se calló por un momento.- lo veo como un buen lugar para dibujar una hermosa niña disfrazada de la madre naturaleza.- confesó haciendo una pose como si resplandeciera sabiduría, con total sinceridad en sus palabras.
Yui suspiró, el joven no tenía remedio, siempre lograba contradecir sus propias palabras con lo ultimo que llegaba a decir.
En cambio Link asentía levemente con la cabeza, dándole la razón.- Si así son las cosas, entonces lo veo como un escenario donde fácilmente alguien se encontraría en peligro, ya sea por los peligrosos animales nocturnos, plantas carnívoras, venenosas, e incluso osos que esperan la llegada de los niños…- dijo tratando de ser lo menos simple esta vez, para él no era sencillo, no por nada agregó lo que había aprendido del medio ambiente bosque en sus actividades de la academia.
-Me imagino que serías capaz de ayudarles, ¿no?-preguntó Yui con una leve sonrisa, cruzando los brazos.
-¿Para qué? No le veo el sentido, no es mi culpa que ellos mismos decidan exponerse al peligro como si no existiera, o que la censura no quiera revelar lo que este podrido mundo realmente tiene, no es mi obligación…
-¡RETRACTA LO QUE DIJISTE!- le interrumpió la hylian, dolida por las cosas que su mejor amigo había contado, expresando enojo en su mirada.
El rubio se calló al ver como ella le observaba, estaba furiosa, era la primera vez que la pelinegra lo estaba con él.
Oswald tragó saliva, eso para nada se lo esperaba, menos conociendo lo muy sincero que era su amigo y lo mucho que la hylian le respetaba, había estallado por todas las cosas negativas que el rubio había contado. Incluso Taku y sus compañeras voltearon, ver a Yui enojada con Link era algo que nunca habían llegado a imaginar.
El ojiazul bajó la mirada, ya no podía negar todo lo que había dicho.
-No niego que tengas razón en todo lo que acabas de decir, el mundo puede llegar a ser muy cruel varias veces, hasta el punto de que sea de idiotas pensar que ser feliz es imposible, mucho menos conociendo que Zyrak fue fundado cuando ganó una guerra hace docientos años.- explicó, dolida por como era la realidad.- Por eso, agradezco que existan caballeros o incluso aventureros que arriesguen su vida para salvar a los demás, no solo por obligación u honor al reino, sino por ser lo correcto.- Inhaló antes de continuar, para ella era doloroso recordarlo.- Mi hogar fue invadido por monstruos, por ese motivo cuando logré salvarme y criarme con los sheikahs decidí entrar en esta academia y ayudar a quién lo necesite cuando tenga la posibilidad, no quiero que hayan más muertes.
Link se quiso golpear al escuchar las palabras de su amiga, tenía razón, solo pensó en sí mismo y sus problemas, siendo que en todo el reino podrían haber peores acontecimientos. Después de todo, un aventurero también es capaz de colaborar con ayudar a otros.
-Lo siento…- se disculpó, retractando todas sus anteriores palabras, lo que menos quería era lastimar a su amiga, después de todo lo que ella había hecho por él.
Yui sonrió de forma leve, tomando las manos de su amigo hyliano.- Te perdono, sé que no has estado tan conciente de todo eso, sobre todo cargando la presión de la academia y el como la mayoría te trata. Entonces, ¿me prometes una cosa?
Link Inhaló profundamente, dando una leve sonrisa, dispuesto ha aceptar su propuesta.- Lo que sea…
-Si tienes la oportunidad de ayudar a quién sea para bien, no dudes en hacerlo- le pidió, bajando la mirada.- Por favor…
El joven sonrió, ya lo veía venir.- Lo prometo.
…
-Fue por éso…- Se dijo el rubio a sí mismo al recordar eso, antes seguramente si hubiera mantenido ese pensamiento, quizás no hubiera ayudado al niño, pero sintió que debía intervenir sin importar lo que pasara, le era inaceptable haberlo dejado con aquél bravucón sin hacer nada, así como el tuvo que soportar a Taku los primeros años en la academia. Aún recordaba varios de esos momentos, los cuales el fornido pelimorado hacía lo posible para dejarlo en ridículo o recordale su muy bajo estatus como miembro de la academia. Hasta que un día él solo dejó de meterse con el hylian como si nada, algo que alivió a este último, por lo que pudo tener algo de paz por un tiempo.
Aunque, desde ese momento fue que empezó a ser imposible para él comunicarse con Yui, ese día fue cuando su marca comenzó a rechazarle, lastimándole su brazo izquierdo con diferentes tipos de punzadas, así como ciertas veces extenderse hasta volverse un grave dolor de pecho, no sabía si compararlo con un ataque cardíaco, pues nunca lo había experimentado. Algo dentro de él hacía que le temiera a ese dolor mucho más que a la misma muerte, aunque no lo comprendiera.
Ya no le importaba, le daba igual si su corazón sufría la peor de las apuñaladas, en ese momento lo que más le importaba era arreglar sus asuntos con la hylian, ya estaba harto de huir de ella sin decirle nada, no quería perder su amistad, la cual ella misma comenzó y deseaba mantener, al igual que él.
Totalmente decidido, se adentró en la academia, a la cuál llegó mientras divagaba en sus pensamientos; se dirigía a su habitación, ya que nesecitaba cambiarse, sería muy esrupido de su parte reconciliarse luciendo como un perdedor de combate, por más cierto que fuera…
Al llegar frente a su habitación, se adentró en ella sin nisiquiera tocar, en parte sorprendiendo a sus amigos, quiénes se encontraban en lo suyo en esos momentos. Oswald dibujaba, quizás alguna niña pequeña; y Migue se encontraba pensativo, mirando por la ventana.
Ambos se sorprendieron al ver a Link en aquel estado, con algunos raspones y moretones por el rostro y los brazos, a la vez que su traje celeste estaba muy sucio, claramente se había enfrentado al maestro Dante, era el único capaz de derrotar al hylian con solo golpes directos.
-¿Por qué entrenaste en tu día libre?- fue lo primero que se cruzó por la mente del castaño al verlo en ese dudoso estado, literalmente parecía que había venido de arrastrarse en piedras.
-¿Y ahora por qué no pudiste ganar?- preguntó Oswald, con una mano en su mentón, analizando posibilidades.- No me digas, de nuevo pensabas en cómo sería la figura de un pie perfecto, ¿no?
Link entrecerró los ojos, el comentario del pelinegro estaba lejos de lo que en realidad pasó, al menos en ese momento, y la verdad prefería que fuese así, ya tenía suficiente con que su maestro supiera de más, no quería involucrar a sus dos mejores amigos en eso. Era su problema después de todo.
-Sí, es solo que…- se rascó la mejilla fingiendo ignorancia.- bueno, estuve pensando como sería el tamaño en una loli…- mintió queriendo desviar el tema, sabía que así fácilmente el pelinegro lo haría.
Oswald se sorprendió, justamente eso había hecho para el dibujo, otra razón para alegrarse internamente de aquel fallo, el primero que consideraba éxito discreto.- Vaya, veo que empiezas a comprenderme- asintió imaginando varias posibilidades de lo que el hyliano pensaba. Migue miró a los dos dudoso, el ojiazul nunca antes había mostrado aumentar sus intereses a ese nivel.
Link notó las sospechas de su castaño amigo, debía volver ha aclarar las cosas.- No exageres Oswald, solo me refiero a lo que dije, no en general, sigo sin entenderlo del todo, pero no te niego que son lindas.
El pelinegro se encogió de hombros, dando una leve sonrisa- Tú te lo pierdes.- volvió a centrarse en lo que dibujaba, quería lograr algo parecido a lo de antes.
Migue por su parte se convenció con esas palabras, ya le había costado acostumbrarse al gusto por parte del pelinegro, dos con el mismo ya le parecería demasiado. Se levantó del suelo y se acercó al rubio, sonriendo, elevando un poco su mirada, su amigo era media cabeza más alto.
-¿Bueno vas a quedarte así? Recién he limpiado la habitación, mejor bañate.- le ordenó mientras le arrastraba hasta el cuarto de baño, cuya puerta se encontraba al lado del closet. El hylian sonrió ante la acción de su amigo, conocía muy bien lo mucho que le gustaba el orden y la limpieza, todo lo contrario con su actitud, que a veces podia volverse un completo caos para el trio. El castaño metió al rubio al cuarto de baño y cerró la puerta, dando leves palmadas para limpiar el resto de tierra que habían quedado en sus manos.
Oswald dió una leve risa, su amigo sí que era estricto en ese tema y eso, aunque aún tenía una duda sobre él.- Oye, loco.- Migue le miró alzando una ceja.- Sé que no eres del todo puro, ¿qué es lo que te atrae en una mujer? Al nivel de lo que las frentes de estas son para mí.
-Cintura, está siempre a la vista y es sencillo de mirar y no es para matarse pensando. Incluso con mi futura pareja podría tocarle allí cuando desee.- confesó orgulloso, incluso haciendo una pose de victoria levantando un brazo empuñado.
Link desde el baño gritó por perder ante esa simple atracción de él, pues la de este era más complicada. En cambio el dibujante solo asintió sin expresar sorpresa o derrota alguna.- Cualquiera puede gustarle eso, es muy básico, pero lo respeto compañero.- le afirmó antes de volver a centrarse en el dibujo.
Migue se quedó boquiabierto ante la simple reacción del pelinegro.- Emmm vale…- se rascó la nuca no muy convencido. Volvió a sentarse mirando por la ventana, pensativo, de nuevo divagando en la única chica que había capturado su corazón, la recordaba como una niña pero le gustaba su cintura.
-"La proxima vez que la veas, confiésate."
-¿Qué te hace pensar que no lo haré, imbécil?
-Que te cueste aceptar que tu gusto es simple ya me convence que confesarte sucederá cuando Link no sea piefilico.
Migue se cayó de la silla, de espaldas, ante la repentina sorpresa de que Oswald le contestara. Le miró frunciendo el ceño.-¿No crees que pueda hacerlo? Maldito…
-Sí lo creo, solo deja de dudar de los sentimientos de los demás y se más abierto, almenos superas a Link en eso, comprendes más facilmente.- aclaró sin dejar de concentrarce en el dibujo, con una sonrisa malisiosa formada en sus labios, aunque había sido sincero.
El castaño sonrió, quedándose ven el suelo solo mirando al techo, podia que su estupido amigo tuviera razón. No necesitó contestar, el dibujante ya sabía que él estaba de acuerdo.
-¿Saben que puedo escucharlos, cierto?- preguntó Link desde la ducha, había oído toda la conversación.
Ambos compañeros abrieron los ojos completamente, se les había olvidado que Link estaba con ellos, al perderse de nuevo en el tema del castaño.
-Alucinaciones tuyas, solo hablabamos sobre lo que amamos de las mujeres.- no mintió del todo, pero quería mantener en secreto la situación de Migue, ambos querían que el hylian solo se centrara de momento en arreglar las cosas con Yui.
Link se encontraba en la ducha, sin nada puesto, dejando que el agua callera sobre su cuerpo para aliviar los moretones que poseía, el simple traje de la academia no protegía mucho. Estaba pensativo, había pasado por tanto, y eso que el mediodía ni había terminado; lo que menos esperaba era enfrentarse a su maestro, pero lo agradecía, quizás sin su ayuda él no hubiera decidido nada de nuevo.
No podía pensar muy claro, después de todo hace poco escapó de la pelinegra, era posible que estuviera enojada, lo mejor sería no molestarta… Se palmeó los cachetes para quitar ese pensamiento, no tenía pensado volver a escapar de ella de nuevo.
Él le debía mucho, demasiado como para serle posible darle la misma felicidad que la hylian le había entregado…
…
Era primavera ese día, el sol ya se estaba ocultando, iluminando una última vez a todo lo que llegaba alcanzar en Oval, un crepúsculo digno de observar. Lamentablemente no era momento para disfrutar de las vistas, pues varios jóvenes en el patio central de la academia dirigían su mirada a un solo punto, a dos figuras en concreto, el pelimorado y popular Taku, y el evitado y rubio hylian Link.
El último solo observaba al primero de forma inexpresiva, como si no le importara lo que estaba sucediendo en esos momentos, solo quería acabar rápido con eso.
En cambio, Taku miraba al hylian con firmeza queriendo intimidarlo y, a la vez, lucirse con todos los que les rodeaban, pues sí, él había organizado todo, quería demostrar de una vez por todas que merecía el titulo de alumno más fuerte, y que el estúpido de Dante se tragara sus palabras.
-Sabes perfectamente por qué estamos aquí, ¿verdad?- cruzó las brazos dando una leve carcajada.- No me extrañaría si no lo hicieras, no eres muy inteligente que digamos.
-¿Y la relación de eso con lo que quieres probar es?- preguntó el hylian, inclinando su cabeza a la derecha, con un tono confuso, pero sin cambiar la expresión.- Adémas estoy en una posición más alta que tú en el tablón, por lo que sigo sin entender que quieres probar, Takuru.
El fornido frunció el ceño, odiaba que todo se probara con insinuaciones en vez de hechos.-Je, yo no le creo a esa basura, yo solo te he visto olgazanear, incluso tu supuesto entrenamiento exclusivo es una bazofia- insinuó negando con la cabeza, ampliando su sonrisa.- Eres un chiste y voy a demostrarlo.-desenfundó su espada, la cual mantenía en su cinturón.
Link solo suspiró, ni se molestó en tomar un arma, totalmente desarmado solo cruzó los brazos.-¿Vas a intentar superarme con otra de tus ridículas poses?- de hecho eso era lo que Taku hacía, una pose para querer lucirse.
Él solo rió, poniéndose en posición de batalla.- Si prefieres estar desarmado, adelante, no será mi culpa si daño gravemente…
-De hecho sí será, tu organizaste esto- dijo uno de los jóvenes entre la multitud, levantando la mano.
Taku le miró amenazante, callándolo.
El hylian se encogió de hombros, esperando su movimiento, aún sin cambiar de expresión. Taku, al volver a molestarle eso usó un ataque horizontal para agredir al rubio, incluso gritó para lucir más genial. El ojiazul solo retrocedió, evitando sin problemas el filo del arma.
El pelimorado dió una vuelta completa para lucirse, y según él demostrar carisma, para soprender a su rival. Pero no se esperó que este se acostara en el suelo frente a él, para luego aprovechar que detuvo sus movimientos y patear el mango de la espada. Desarmando a su rival, ante su sorprendida mirada.
Link estuvo a punto de darle un fuerte golpe en la cara, incluso el humano cerró los ojos esperando la golpiza, pero nunca llegó… por lo que volvió abrirlos, recibiendo solo un toque del dedo índice del hylian, para luego solo darse la vuelta y alejarse.
-Supongo que gané.- se encogió de hombros, mirando de reojo a un Taku frustrado, quién esperaba un diferente resultado.
-¡Detengan esto!- Exclamó Yui, poniéndose entre ambos, había tardado en llegar. Taku se impactó al verla, en cambió Link al fin se sorprendió.
-Tranquila, solo le quité su arma, no es como si quisiera lastimarlo o algo.- explicó el hylian, acercándose a ella, quién le seguía mirando con reproche.
-¿Calmarme? ¡Tú mismo me dijiste que no te involucrarías de nuevo en estos asuntos!
-Yo sinceramente ni sabía qué era esto hasta hace unos minutos.
-¡Entonces era aún menos motivos para involucrarse!- le señaló con el índice, sorprendiendo al hylian, quién abrió un poco más los ojos y se rascó la nuca, riendo levemente.
Taku se mostró furioso, no porque la hylian interrumpiera el enfrentamiento, sino porque esta había venido solo por el estúpido hyliano y no por él, de hecho, hasta le ignoraba. Ya se había cansado de todo ese problema, si ella no podía ser de él entonces no quedaba de otra que destruir su orgullo, así no le quedaría de otra que iniciar una relación con él para que lo recuperara, sonaba como un buen plan…
Yui suspiró, dando una leve sonrisa.- Eres incorregible, Link, solo logras meterte en problemas sin darte cuenta…- Y era cierto, a veces la ingenuidad del hylian le superaba a la razón.
-No volvera a pasar, lo prometo…-bajó la mirada, dando una leve sonrisa, siempre cumplía sus promesas, esta no iba a ser la excepción.
Pero al levantar la mirada y ver a la pelinegra sonriéndole sólo a él provocó que sintiera algo en su pecho,una sensación que aumentaba cada vez que la veía, deseaba saber qué sentimiento era, le agradaba sentirlo. Una leve punzada interrumpió sus pensamientos, miró de reojo su mano izquierda, la cuál mantenía enguantada. El dolor era leve pero aumentaba cada segundo.
La Hylian soltó un leve grito de sorpresa, que provocó que Link levantara la mirada rápidamente, casi como un instinto de alerta. No podía creer lo que había provocado aquello.
-Tienes un suave trasero, ¿sabías?- Comentó Taku, acariciando la mencionada parte de la pelinegra, que se encontraba paralizada por el asombro. La multitud incluso se pasmó al ver a su "ídolo" molestando el espacio personal de Yui.-No eres una humana, de hecho tus orejas me molestan, pero tu cuerpo es otra cosa, si no dejas que te siga tocando voy a desnudarte frente a todos, no sería difícil, el uniforme femenino no es nada resistente…
Yui no se iba a dejar, todo el enojo que tenía se había convertido en un odio inigualable contra el pelimorado, estaba a punto de darle una fuerte bofetada.
Link sin soportar lo que sus ojos veían, y menos la amenaza que Taku le daba a la pelinegra, escuchandolo gracias a sus orejas; le dió al fornido un fuerte puñetazo en la cara, incluso se podría haber escuchado como le rompía la nariz, lo había atacado con todas sus fuerzas, sin contener la ira. El pelimorado calló de espaldas unos metros atrás, con ambas manos cubriendo su nariz, petrificándose al notar como Link le amenzaba con la espada que antes había usado, mirándolo con una expresión que nunca antes había notado en su mirada… Ira.
-Yo…
-Taku, he soportado todas tus burlas desde que tengo memoria, siempre me había dado igual todo lo que me hacías o decías, pues yo tampoco me veo como alguien relevante…- inició con un tono calmado, gélido, que incluso había asustado a todos alrededor, incluyendo a la hylian.-pero…¡No te perdono el atrevimiento que acabas de hacer! ¡Has perdido todo el honor y respeto que yo incluso sentía por ti, TODO! ¡NO TE ATREVAS A PONERLE UN DEDO ENCIMA NUNCA MÁS! Entiendes…
Taku se quedó sin palabras, asintiendo, pues ya no quedaba rastro del joven despreocupado de hace unos momentos, él liberó toda la ira que contenía, quizás no solo con el pelimorado.
La multitud se quedó muda, incluso habían retrocedido un poco, asustado por el repentino cambio del rubio, pero sabían vque Taku se merecía aquéllo. Yui perdió el habla, tenía ambas manos cubriendo su boca.
Ni Link podía creer lo que había acabado de hacer, pero se liberó, no iba a permitir por nada del mundo que humillaran a su amiga, mucho menos ahora comenzaba a sentir algo desconocido por ella…
De nuevo la puzanda apareció, haciendo que soltara su arma; su marca había comenzado a titilar y la sensación empeoraba, tanto que apretó su mano con la otra, jadeando para evitar gritar. Miró a todas las direcciones, dándose cuenta que estaba frente a una multitud que murmuraba sobre él, sabiendo lo que decían. Su cabeza comenzó a dar vueltas e incluso unas pequeñas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos, todo a su alrededor atormentaba. La pelinegra reconoció el estado de su amigo, pánico, intentó acercarse a él, pero antes de que pudiera hacer algo, el hylian huyó, por el único espacio con poca multitud, quería alejarse de toda la peligrosa sociedad y volver a su segura soledad, donde nunca saldría lastimado…
Corrió y corrió hasta llegar a un rincón de una de las plazas, la cuál se encontraba vacía en ese momento. Se sentó en el suelo y abrazó sus rodillas, aún apretando su mano dominante para intentar bajar el dolor, dándose cuenta de que no era físico. Sin poder aguantarlo más soltó las lágrimas que aún contenía, llorando sin parar, en silencio, en solitario, la única forma en que podría hacerlo sin ser juzgado por nadie… Era mentira que le daba igual, era falso que nada de eso lo lastimaba, siempre terminaba viendo la soledad como su única compañera, no podía permitirse que Oswald ni Migue le vieran así…
Siguió desahogándose en solitario hasta que sintió como unos brazos le habían rodeado, al igual que un cuerpo se pegaba a su espalda, abrazándolo… era imposible para él no reconocer de quién se trataba.
-Siempre estaré contigo, no me importa lo que piensen de tí…
Al escuchar esto. El hylian no pudo evitar desahogarse como nunca había hecho, sin importarle el dolor que su brazo volvía a sentir…
…
Link estaba sentado en el suelo del baño, aún en la ducha; el haber recordado ese momento fue un duro golpe para él. Realmente extrañaba poder estar junto a su amiga, solo ella podía lograr liberarlo de esa soledad…
-"Conmigo nunca estarás solo"
Esa voz de nuevo, esta vez no tuvo dolor, por lo que quizas haya sido su imaginación, algo dentro de él lo sintio tan real, de nuevo puso sus manos en su cabeza, apretando su mojado cabello. Estaba perdido, ya no sabía ni en que creer…
Debía averiguarlo cuanto antes...
Más tarde, ese mismo día, ya había anochecido, por lo que la reina de la noche era la que iluminaba todo a su alrededor esta vez, en especial cierta azotea, donde no había ningun otro tipo de luz.
Link ya había leído la nota, encontrándola en su cama apenas había salido del baño, agradeció que fuera Yui quién lo invitara, pues él no se sentía con el valor necesario para haberlo logrado.
El rubio subía unos escalones, a los cuales accedió desde el patio central, era el unico camino a la azotea, donde debería encontrarse con la hylian. Y así fue…
Al llegar a la entrada de la zona, pudo verla a unos metros de él, de espaldas, observando el oscuro horizonte, iluminado por las extrellas y la reina de la noche. Su oscura cabellera se movia al compás del leve viento, realmente se veía hermosa.
El ojiazul tragó en seco, aclarando sus pensamientos, decidido a arreglar las cosas, no iba dejar que su amistad con ella se destruyera. Armándose de valor, se dirigió a donde su amiga estaba, deteniéndose a unos pocos metros de la hylian. El tamaño que los diferenciaba seguía siendo el mismo, alegrándose de que continuara siendo así, odiaría haberse perdido un solo centímetro de crecimiento.
-Link… has venido…- dijo Yui, con un tono de voz que desprendía alivio, lo había esperado por varios minutos, esperanzada de que el ojiazul llegara.
-Te lo diré todo…- murmuró Link, queriendo llegar al grano antes de perder su oportunidad, incluso apretó sus puños queriendo liberar todo.
La pelinegra se giró a verle, con una sonrisa triste formada en su rostro, incluso sus latidos se habían acelerado al verlo frente a ella, como no había hecho por meses…
-No sé cómo decirlo…-inició cerrando los ojos, con un tono bajo en su voz.- Te echo de menos…Yui, extraño todos esos momentos que pasamos juntos, el poder crear recuerdos junto a ti, las largas conversaciones que llegabamos hacer… incluso el solo hecho de verte…-su mano izquierda comenzó a temblar.- Tengo miedo, de lo que soy capaz de sentir por ti, no es que no me guste, adoro cómo se siente, hasta el punto de que me duele…- con cada palabra su voz comenzaba a quebrarse, al igual que aumentar el dolor de su brazo, el cual estaba a punto de llegar a su pecho.
Yui lo escuchaba atentamente, maravillada y con algo de tristeza al oírle decir esas palabras, era claro que su amigo no solo trataba de reconciliarse con ella. Apretó el obsequio que llevaba entre sus brazos, temblorosa de lo que podría decir, algo que cuando había llegado a la academia, se había negado a sentir… Pero le fue imposible.
-Yui, aprecio mucho todo lo que has hecho por mí, sin ti quizas…nunca pudiera seguir adelante, e incluso, disipaste la soledad que hay dentro de mí…- Cada vez a Link le costaba hablar, el dolor lo estaba matando, pero no dejaría que le impidiera expresar las últimas palabras faltantes, las cuáles resumian lo que sentia, no le importaba si su corazón explotaba en el intento.- Yui, lo que quiero decir, es que me gu….
Todo volvió a descolorarse, dejando solo un enorme campo gris y sin vida, excepto él. El dolor había alcanzado todo su cuerpo, se había paralizado, pero era conciente de lo que pasaba alrededor. Yui estaba estática, más oscura de lo que antes estaba, como si ya no tuviera vida. Un aura negra estaba rodeándola, desde los pies hasta la cabeza, para luego acariciarle el punto donde se encontraba el corazón de la pelinegra, todo ante los ojos del hylian, quién gritaba internamente, sin poder hacer nada.
La sombra lentamente se acercó a él, tomando la forma de una mano y acariciándole la mejilla, para luego volver a desaoarecer. Pero no acabó allí, de nuevo sus ojos habían remplazado a Yui por unos segundos, era esa hyliana rubia de nuevo, esta vez usando un largo vestido blanco, como si de una diosa se tratara; fueron solo unos momentos, los suficientes para que Link pudiera escuchar lo que ella le decía.
-"Eres un mentiroso…"
Y de golpe, todo volvió a la normalidad, como estaba, como si nada, dándole al joven la impresión de que la siguiente vez sería mucho peor. Seguía en la misma posición, paralizado por el miedo, ni siquiera pudo terminar de decir la última palabra.
Yui se impactó al verlo callarse de repente, como si algo le evitara completar su frase, aquellas que deseaba escuchar.-¿Link?
El hylian miró a su alrededor, de forma lenta, hasta que de pronto, su símbolo comenzó a brillar fuertemente, lanzando varios rayos de estática, como si estuviera en mal estado. Link no pudo evitar gritar, antes de caer de espaldas al suelo, perdiendo el conocimiento, ante los ojos de la Hylian, quién se preocupó al verlo caer de esa forma, agachándose a su lado.
-¡LINK!- le sacudió, tratando de despertarlo, pero era inútil, se había desmayado. No pudo evitar soltar unas pequeñas lágrimas, no tenía idea de lo que pasaba con su amigo, claramente era grave, y no podía hacer nada. Tomó la mano izquierda del hylian, la cuál aún mostraba en todo su explendor el símbolo, hasta el guante se había roto…
La pelinegra se sorprendió al mirar la marca, esta se encontraba en un estado inusual, comprendiendo que quizás estas no quería que su amigo se acercara a ella… un dolor en su pecho apareció al pensar esto.
Esa noche, a pesar de todos los esfuerzos, no habían podido reconciliarse…
Continuará…
Comentarios Finales:
Y con este Cap, terminó la introducción, ya es hora de comenzar de verdad con el fic.
Quize centrarme con estos tres caps en el conflicto interno de Link, espero haya quedado como esperaba.
Ahora la actualización será 2 caps mínimo por mes, no solo por mí, también por mi beta, nesecita su tiempo para su fic.
De nuevo le agradezco a Egrett Williams por betear este cap, me alegra que te gustara. De nuevo gracias a Fox McCloude, Kuroiro no kinshi, y al anónimo por comentar.
¡Nos leemos en el siguiente!
