Capitulo 7. Sentimientos y Sensaciones.
Shun se encontraba rodeado de una multitud, la gran mayoría chicas, de las cuales el pobre Santo de Andrómeda quería huir. Todos los demás lo habían dejado solo con este problema. Seiya y Shiryu se habían dado a la fuga, y después Hyoga se había salvado por un hombre que lo aparto de todo el ajetreo; solo quedaba él por salir del embrollo y no sabia como. No quería herir los sentimientos de las señoritas, aunque después de estar escuchando las pláticas de esas personas; que solo se la pasaban criticando a todo el mundo, dudaba que pudieran tener algún miligramo de respeto y sentimientos hacia los demás. El dinero les había amargado la vida y convertido en personas muy vacías.
Varias de ellas le dedicaban sonrisas dulces y amables, las cuales él devolvía amablemente. Esto hacia que las chicas se sonrojaran sin poder evitarlo. Ese chico tenía una sonrisa encantadora.
El Santo dio un gran suspiro de resignación mientras cerraba los ojos; lo único que le quedaba era esperar a que alguien viniera en su auxilio. Y no tardo mucho en esperar.
Un chico moreno de cabello alborotado, se acerco y le toco un hombro a Shun. Este voltio la cabeza para ver de quien se trataba, era Seiya, quien venia con una sonrisa llena de picardía.
-buenas noches señoritas-saludo cortésmente con un poco de descaro-lamento informarles que su galán de esta noche ya a sido apartado por otra dama, así que, lo siento, voy a tener que llevármelo- termino con una gran sonrisa enseñando los dientes al ver la cara de las mujeres.
-QUE!-la reacción de Shun fue obvia. Su rostro se puso mas rojo que un tomate y miro a Seiya con sus ojos verdes llenos de incredulidad.
-como, es decir que Shun-kun ya tiene pareja?-una chica pelirroja pregunto mostrando mucha tristeza y decepción. Las demás muchacha lo miraron esperando respuesta.
-eh?...bueno...la...la verdad es que yo...-Shun no sabia que decir. Todas las miradas femeninas estaban posadas en él. Estaba completamente sonrojado, ya que sabia perfectamente a quien se refería su amigo. Podría decirse que si eran pareja, pero nada mas en el baile, ya que todavía no se había atrevido a decirle sus sentimientos, ni tampoco estaba seguro de lo que ella sentía por él. Deseo con todo su corazón que las palabras de la chica pelirroja fueran verdad.
-oh vamos Shun, no seas tímido, ella te esta esperando, ya tenemos que irnos, no querrás dejarla esperándote verdad? -dijo Seiya sin apartar la mirada de las pobres chicas, que ya tenían una cara de angustia.
-ya llego!- Shun miro de reojo a su amigo; ahora se había puesto mas nervioso.
-si, así que vamonos- Seiya tomo del brazo a Shun y lo alejo de las mujeres, que solo los miraron irse-diviértanse señoritas- se volteo para darles una sonrisa.
Después de que se había cerciorado de que estaban lo bastante distantes de las mujeres, Seiya se volteo para dirigirse a Shun.
-gracias Seiya- dijo Shun con una sonrisa tímida.
-de nada amigo, cuando quieras- le contesto el chico moreno con animo- se podía escuchar tus gritos de auxilio desde el otro lado del salón sabes?-los dos rieron.
-y dime, lo que dijiste de June...es verdad?-dijo el santo de Andrómeda con un poco de pena. Sus ojos esmeraldas lo miraron esperanzado.
-que?...lo de que ella te estaba esperando?
-si...
-claro que es verdad! O acaso pensaste que nada mas era una excusa para librarte de esa pesadilla?
-pues...eso pensé, pero, en realidad deseaba que fuera verdad...-los ojos del chico brillaban profundamente-sabes?...para serte sincero, tengo muchos deseos de verla-sus ojos se posaron en el piso y en sus labios se formo una hermosa sonrisa calida.
-deseo concedido!- dijo Seiya mirando por encima del hombro de Shun al darse cuenta quien estaba detrás de él. El Santo de Pegaso le indico a éste que volteara. Él lo hizo, dándose cuenta de lo que había dicho Seiya. Su pulso se acelero rápidamente y su corazón le palpitaba como si estuviera corriendo sin poder detenerse a respirar.
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-buenas noches, señorita- un joven alto de cabello negro y ojos verde pálido se acerco a Ellie lentamente con una sonrisa coqueta. Ellie lo miro un tanto decepcionada. Pensaba que era Hyoga.
-buenas noches señor...-dijo ella indiferentemente.
-Garret, Garret Redfort para servirle- se presento haciendo una reverencia sin quitarle la vista de encima. Ellie pudo notar el acento extranjero, lo que supuso que era Norteamericano- que es lo que hace una dama tan bella como usted aquí sola?
Ellie se sonrojo ante ese comentario, "ojala Hyoga piense lo mismo" pensó.
-estoy esperando a alguien- contesto un tanto incomoda.
-a alguna amiga, quizás?
-eehh...no precisamente...a un muchacho-a Ellie no le gustaba la forma en la que el sujeto la miraba, parecía como si le estuviera quitando la ropa con la mirada. Se tapo discretamente el pecho con la mano derecha mientras el chico le pasaba la vista de arriba a bajo.
-ya veo, que clase de hombre dejaría a una señorita tan hermosa esperando?-el joven se acerco mas a ella, Ellie dio un paso hacia atrás con miedo-no quiere que la acompañe?
-no gracias...estoy bien sola- Ellie estaba completamente nerviosa e indefensa. La mirada que ese muchacho le daba la aterraba enormemente.
El chico estaba a punto de tocar su hombro, pero otra mano detrás de Ellie se interpuso, tocándola antes que él. La chica sintió una mano cálida que al principio la asusto, pero se relajo al escuchar la voz masculina y grave que rápidamente reconoció.
-creo a ver escuchado que la dama le dijo que no requería de su presencia, señor Redfort- Hyoga le dirigió una mirada amenazante. Ellie sonrió y se sonrojo al escuchar su voz. De inmediato se volteo para verlo, con unas ganas enormes de lanzarse a sus brazos.
-Hyoga!
El chico rubio la miro dulcemente con una gran sonrisa surcando sus labios. Elli no podia estar mas feliz al ver quien había llegado a su rescate.
-así que, usted es Hyoga Kido, no es así?- Garret los interrumpió con una voz arrogante y mirándolo de forma seria. Hyoga le devolvió la mirada.
-así es- contesto secamente.
-me han hablado mucho de usted y de sus compañeros. Soy Garret Redfort- le ofreció su mano derecha- gusto en conocerlo.
-igualmente- Hyoga le dio la mano y la estrecho fuertemente. El chico norteamericano se tenso al sentir el fuerte apretón de Hyoga. Se soltaron. Los dos no dejaban de mirarse con los ojos llenos de furia sin pronunciar palabra. A el Santo del Cisne no le agrado en lo mas mínimo como ese chico estaba mirando a Ellie, de una forma tan, lujuriosa. Alejo a la chica fuera de la vista del sujeto, colocándose delante de ella protectora mente.
-de acuerdo, al parecer ya esta bien acompañada my lady- el chico sintió de repente un aire frió recorrer su espalda que lo hizo retroceder. Se dirigió a Ellie-en ese caso, me retiro, que pasen una buena noche- dio una ligera reverencia, se dio la media vuelta y se fue. Hyoga continuo mirándolo hasta cerciorarse de que estaba lo bastante lejos de ellos.
-Hyoga?- escucho la voz suave de Ellie detrás de él y se volteo para mirarla. Por fin ese sujeto se había ido, teniendo que usar un poco de su cosmos para hacerle entender que se largara. Ellie tenía la cabeza gacha un tanto avergonzada por la presencia tan elegante de Hyoga.
-estas bien?-pregunto el chico rubio preocupado. Se había dado cuenta que ella trataba de cubrirse ante la mirada de ese idiota, y que le había causado un buen susto.
-si, muchas gracias- dijo levantando la vista, conciente de que se estaba ruborizando. Ahora que él estaba enfrente de ella, se sentía enormemente feliz y segura.
-de nada- contesto Hyoga.
-creo que estoy llamando mucho la atención- dijo Ellie sin apartar la vista de los ojos claros del chico. Se veía tan atractivo y buen mozo con el traje de gala, no se había dado cuenta de eso antes. Tal ves por todo lo que había pasado anteriormente.
-entonces no debiste ponerte ese vestido- Hyoga dijo riendo encantadoramente; no podía dejar de mirarla y contemplarla. La chica rió también ante el comentario, pero le dio curiosidad de saber por que de eso.
-por que lo dices?-dijo sin dejar de sonreír.
Hyoga no se esperaba que preguntara eso, esa chica siempre le salía con alguna sorpresa. Tomo aire para poder reunir todo el valor del que contaba en ese momento. Si quería decirle lo que sentía, tendría que empezar a reunirla de una vez. Se acerco a ella y tomo su mano derecha lentamente para poder besarla. Ellie solo se quedo inmóvil ante ese acto y sus ojos se abrieron enormemente con su rostro rojo. Hyoga aparto sus labios de la mano de Ellie y volteo con sus ojos azul claro brillando intensamente.
-por que estas muy hermosa Ellie- la voz masculina del chico sonó suave y seductora.
La chica rubia se sonrojo aun mas, sentía su corazón latirle fuertemente y pensó que hasta podían escucharlo a un kilómetro de distancia. El tono de voz del chico la hizo derretirse y ponerse mas nerviosa, sentía que se iba a desmayar en cualquier momento.
-mu...muchas gra...gracias Hyoga...-con trabajo y pudo pronunciar esas palabras. Los nervios la estaban matando.
A Hyoga esta situación lo tenia encantado, ella parecía una niña indefensa frente a su presencia; esto le abría un mundo de posibilidades.
-deseas ir a alguna otra parte? o quieres algo de tomar?-pregunto el Santo amablemente.
-bueno...me gustaría un poco de ponche, si no te molesta...
-de acuerdo, vamos por el-Hyoga le ofreció su brazo con una gran sonrisa llena de dulzura, Ellie no dudo en tomarlo y los dos se dirigieron a la mesa donde se encontraba el banquete mientras platicaban animadamente.
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El santo de Andrómeda estaba completamente hipnotizado por la imagen que tenia a unos escasos cinco metros delante de él. Sus ojos esmeraldas mirándola fijamente con sus labios entreabiertos. Dio un gran suspiro para poder controlarse, aunque era inútil, su corazón no paraba de sonar fuertemente con la amenaza de salírsele por la garganta.
June se encontraba de perfil, siendo iluminada por los diamantes que estaban en el techo. Su vestido era de un precioso color rosa pálido, sus delgados hombros estaban descubiertos, debido a que el cuello era de barco, un poco mas oscuro que el vestido completo. Tenia un escote en la parte de atrás en forma de V que le llegaba por debajo de la cintura, no era muy grande pero tampoco muy pequeño, que dejaba notar sin duda su hermosa espalda y su figura. Su cabello estaba recogido en un chongo formado por varios listones entrelazados de color rosa y dos mechones de su cabello rubio le caían delante de sus orejas, en estas tenían puestos unos aretes largos y en su cuello una hermosa cadena larga que le llegaba hasta el escote del pecho. Sus brazos estaban cubiertos por guantes blancos. Su rostro estaba pintado ligera y suavemente, al igual que sus labios de un hermoso color rosa que hacia resaltar su piel fresca y blanca, a demás de sus ojos azul cielo.
Shun no podía creer que esa hermosa mujer que se encontraba de perfil, fuera su mejor amiga, con la que había entrenado fervientemente en la isla de Andrómeda. Ahora, al verla, tenia mas claros sus sentimientos hacia ella. Lo que le hacia sentir, era algo completamente fuera del alcance de todo sentimiento que antes había experimentado. Nunca pensó que podría llegar a sentir algo así por alguien, y menos por ella, por June, a la que siempre había visto como a una amiga y hermana, antes de darse cuenta de que lo que sentía por ella era amor. Hacia tanto tiempo que quería sentir esta sensación, la sensación de estar enamorado, y ahora lo estaba, completa y locamente enamorado.
Ahora, el mayor problema para él, era saber si era correspondido. No iba a ser una tarea fácil averiguarlo.
-bueno Shun, al parecer June te esta esperando- Seiya le dio un fuerte golpe en la espalda para hacerlo reaccionar, ya que estaba completamente embriagado de la presencia de la chica.
-eh?...que decías Seiya?- con trabajo y Shun le pudo contestar; estaba tan atento a cada movimiento de June que no se dio cuenta que Seiya lo llamaba. El chico moreno solo se hecho a reír.
-eres realmente un soñador de primera Shun, eso es algo que nunca se te va a quitar-Seiya no podía parar de reírse por la expresión del chico de ojos verdes.
-eso crees?- Shun solo acertó a sonrojarse levemente por el comentario.
-claro que si, pero eso te hace una persona muy especial- Seiya le sonrió a su amigo y este le devolvió la sonrisa- bueno, ahora lo que te decía era que vayas a buscarla.
-co...como?-Shun abrió los ojos enormemente y parpadeo nervioso.
-oh vamos Shun! no querrás dejarla ahí sola mientras te esta esperando verdad?
-no, claro que no- contesto Shun de inmediato con un poco de rubor en sus mejillas.
-entonces, que esperas! Ve con ella, que no ves que June esta así de hermosa por ti?
-ojala fuera así...-el caballero susurro bajando la mirada. El miedo al rechazo lo invadía.
-claro que es así! Ahora, quiero que vayas a donde esta esa hermosa chica rubia de la cual tu estas locamente enamorado y la acompañes como pareja que eres de ella en este baile, de acuerdo?- Seiya le guiño un ojo.
-de acuerdo...-Shun dijo firmemente, aunque por dentro estaba temblando. Sentía que sus piernas no le respondían como el quería. Rezo a todos los dioses para que pudiera reunir valor para poder decirle algo a June, al menos algo concreto. "Kami, por favor dame valor."
June se encontraba completamente desorientada. Desde que entro al gran salón de fiestas muchos chicos la miraron, pero ninguno de ellos era Shun. Volteo a varios lados para ver si podía encontrar a alguien que no la hiciera sentir tan sola, tal ves a alguna de las chicas que habían llegado antes que ella. Se encontró con Hyoga y Ellie que estaban conversando animadamente cerca de la mesa de los banquetes, se dio cuenta que Ellie estaba mas que feliz, su rostro lo expresaba todo, y que Hyoga la miraba muy profundamente, como si fuera la cosa mas hermosa que allá visto. Bajo la mirada para no verlos; en ese sentido la envidiaba, estaba completamente segura de lo que Hyoga sentía por Ellie, ella era correspondida, aunque él todavía no se haya atrevido a decírselo, no era necesario, se le notaba inmediatamente.
"como deseo que Shun me mire así, como Hyoga mira a Ellie, que suerte tiene".
Se quedo ahí, aunque se sentía terriblemente estúpida sin hacer nada ahí parada. Se dio la vuelta para retirarse a otro lugar donde no pudieran hacerla sentir sola. De repente, sintió una calida y suave mano tocando la suya lentamente, deteniéndola en su proceso de irse. La forma en la que la toco para detenerla no fue brusca, al contrario, fue tan delicadamente como si al tocarla temiera que pudiera romperse. Se dio cuenta que la mano que la tocaba no era de una chica, sino de un muchacho.
-June...- se escucho el susurro de una voz dulce pero masculina. June abrió los ojos como platos, mostrando sus ojos azules, al reconocer esa voz. "¡¿Shun!".
La chica se volteo lentamente rogándole a todos los santos que sus oídos no la engañaran y le hicieran una mala pasada. Tan pronto se volteo completamente, se encontró con unos hermoso ojos verdes esmeraldas que la miraban con una sonrisa tímida. En ese momento la mente de June se bloqueó ante aquel contacto de las manos de ambos que estaba unidas. Con trabajo podía soportar la ansiedad de lanzarse a sus brazos y besarlo ahí mismo.
-Shun...ho...hola...-por fin su boca le había reaccionado.
-hola...-contesto el caballero suavemente sin soltarle la mano. No quería apartarse de ella, no aun; la necesitaba enormemente, tenerla cerca. Si antes, al verla de lejos, se veía increíblemente hermosa, ahora que la tenia en frente se había quedado sin aliento.
-eemm... por que tardaste tanto?-June intento huir de la mirada penetrante de Shun.
-bueno...es que...no sabia que ya habías llegado, así que Seiya me aviso que estabas aquí...- Shun trato de excusar el hecho de que se había tardado demasiado en encontrarla, cuando en realidad se había quedado mirándola como un idiota sin atreverse a hablarle- yo...lo siento...-su voz sonó suplicante, bajo la mirada completamente apenado. Sus esperanzas de poder empezar bien se habían ido al suelo. La soltó.
June lo miro tiernamente, esa era una de las tantas cosas que amaba de él, su amabilidad y su bondad. Se acerco a él y busco su rostro, ese hermoso rostro angelical que solo Shun poseía.
-no te preocupes...estas perdonado "mi ángel"-esta ultima palabra la pensó y le ofreció una sonrisa para que Shun recuperara la confianza. Este chico podría ser tan vulnerable y dulce.
Shun reformó una gran sonrisa de satisfacción en su rostro.
De repente, no se dieron cuenta de que sus rostros estaban muy cerca, considerablemente cerca. Shun podía sentir su aroma dulce que poco a poco lo iba embriagando y su aliento cálido, mirando intensamente esos hermosos ojos azules de la chica. June solo se hundió en sus profundos ojos verdes y su rostro; esto era lo que ella temía, que en algún momento no pudiera soportarlo mas y pasara algo, algo de lo que tal ves se arrepienta después, o de que él mismo lo hiciera.
