Capítulo 15. Como la lluvia.
¡No puede ser! ¡no podía creerlo! Sino tomaba acción rápido la perdería para siempre, pero ¿qué podía hacer? ¿ir arrastrándose y suplicarle que lo perdonara? No, seria demasiado exagerado, además de que no seria una forma muy digna de pedir disculpas aunque sabia que era su culpa, su miserable culpa.
Así como la mañana paso de prisa, la tarde llego del mismo modo, solo que con algunas modificaciones. Con forme avanzaba la tarde, las nubes se peleaban en el cielo constantemente por ver si haría mal tiempo o no, así que la mayoría estuvo bastante nublado, mientras esperase que en cualquier momento cayeran las gotas de lluvia.
Casi todos se encontraban en la sala de estar, o al menos todos los hombres, cada uno entreteniéndose a su manera para pasar el rato o para matar el tiempo. Las gotas de lluvia ya comenzaban a chocar contra los vidrios de las ventanas.
Shun permanecía sentado en el sofá individual leyendo un libro, Seiya y Shiryu estaban a unos cuantos pasos de él en una pequeña mesa jugando ajedrez, que evidentemente el Caballero del Dragón iba ganando la partida mientras que un aturdido Seiya se rascaba la cabeza continuamente, pensando en su próximo movimiento. Hyoga era el único que no tenia una actividad especifica; estaba acostado en el mueble con los brazos sosteniendo su cabeza y mirando al techo con expresión cabizbaja.
El tiempo seguía corriendo y su mente continuaba sin vaciarse de ideas. Ni siquiera sabia por que se estaba esforzando tanto, después de todo ya no podía hacer mucho (por no decir casi nada) para salir del túnel en el que se había metido por error.
No podía obligarla a quedarse, especialmente cuando sabia que tenia razón. Ella no podía dejar a los niños de la escuela sin cuidados y dejar con todo el trabajo a Miho; el problema era que si ella se iba, seria mas difícil para él acercarse y peor aun que ahora estaban mas alejados que nunca.
No dudaba que la volvería a ver, debido a que iban a visitar a los niños a ese orfanato para pasar tiempo con ellos jugando y recordando viejos tiempos, pero era definitivo que no seria lo mismo. Al menos tenia que arreglar las cosas antes de que ella se marchara para que así no le resultara tan difícil verla de vez en cuando.
Tal ves si le pedía hablar con ella un poco mas tarde, sin importarle si ella deseara escucharlo o no. Pero la pregunta era ¿cómo? ¿cómo podía explicarle que ese estúpido beso no había significado nada para él? ¿qué lo que sentía por ella es algo verdadero, que llenaba todo su ser y corazón?
-¿alguien ha visto a Ellie?
Hyoga reacciono tan pronto escucho el nombre de la chica ser mencionado. Volteo en dirección donde provenía la voz y levanto su espalda del apoyo del mueble. Saori acababa de llegar al salón con gesto de inquietud en su hermoso rostro.
-no, ¿por qué? ¿pasa algo Saori?-dijo Seiya.
-es que no la encontramos por ninguna parte de la casa y no sabemos donde pueda estar-contesto con angustia.
-¡Saori-san!-Sunrei llego corriendo seguida de cerca por June, ambas tenían sus caras llenas de preocupación-¡Ellie no esta! ¡no esta en su habitación ni en ningún lado!
-¡¡¿QUE!-todos se levantaron de pronto, incluso Seiya y Shiryu tiraron el ajedrez de la mesa por la brusquedad en que lo hicieron.
-¡¡¡¿Cómo que Ellie no esta! ¡¡¡¿Desapareció!- Hyoga grito tan alto que las jóvenes se sobresaltaron.
-¡creí que se iba mañana!-dijo Shun intentando calmar la tensión.
-y lo hará, sus cosas aun están aquí, en su habitación-aporto June.
-¿creen que haya salido?- dijo Sunrei con debilidad.
-¡¿sin avisarle a nadie!-espeto Hyoga riguroso. La situación se estaba saliendo de control. Ahora que recordaba, no había visto a Ellie desde que le dijo que regresaba al orfanato.
-¡cálmate Hyoga!-le pidió Shiryu con un toque de autoridad en su voz- sino esta en la casa, pudo haber salido a las afueras del bosque.
-¡perfecto! ¡no podía haber escogido mejor lugar para jugar a las escondidas!
-¡Hyoga por favor!- le suplico Shun.
-lo que tenemos que hacer es ir a buscarla rápido-sugirió Seiya.
-si, antes de que anochezca y que la lluvia aumente su intensidad-añadió Shiryu-sino será mas difícil encontrarla.
Hyoga apretó los puños y miro por la ventana. La lluvia no mostraba signos de querer detenerse y la noche no tardaría mucho en cubrir el cielo.
-¿Hyoga?-escucho la voz de Seiya llamándolo.
El chico de ojos claros miro a sus compañeros con esa frialdad en su mirada que lo caracterizaba, pero al mismo tiempo con temor.
-vamos entonces, no perdamos mas tiempo.
-de acuerdo-dijo Seiya mientras afirmaba con la cabeza.
O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O
El pasto mojado crujía bajo sus pies al mismo tiempo que caminaba sin dirección aparente entre los árboles que se encontraban a las afueras de la Mansión. Su cuerpo estaba completamente empapado y debido a ello se abrazaba así misma para poder mantenerse en calor, aunque era inútil.
Gracias a la lluvia que estaba cayendo sobre ella, el chongo que usualmente llevaba se deshizo por completo y su cabello suelto caía con pesadez por la humedad. Las lagrimas en su rostro se mezclaban con la lluvia.
Siguió caminando sin prestarle mucha atención al mal tiempo que la envolvía. Tenia tanto frío, pero no solo frío corporal, sino también en su corazón. Había sentido quebrarse su alma dos veces en menos de 42 horas y eso para ella era demasiado cruel. No comprendía como es que estaba viva aun después de haber sufrido tan tremendo dolor.
Tan pronto escucho las palabras de Hyoga, comprendió que no tenia nada que hacer ahí, que él no sentía nada hacia ella. Su indiferencia lo delataba y mas aun el haber besado a Odette. Fue una idiota por haber creído en sus palabras, pero no pudo evitarlo. La noche del baile se veía tan complacido, tan dulce con ella, y las palabras que le había dicho no parecían que estuviera mintiendo, al contrario, su voz sonaba llena de ternura y jamás hubiera imaginado que él se atrevería a jugar con sus sentimientos de ese modo.
Su mente se desplazo al recuerdo del beso en el balcón. ¿Cómo pudo haber sido ese beso fingido? Había traspasado su corazón y llegado hasta lo mas profundo de el. Demostró como si el beso dependiera de su existencia, con ansiedad y deseo. Ese tipo de cosas no se podían fingir.
Se sentía sola. Aunque tenia a sus amigos y a los niños con ella, tenia un espacio en su corazón que solo lo podía llenar una persona.
La lluvia comenzó a caer con mas fuerza, y Ellie tuvo la necesidad de ponerse bajo un árbol para evitar que se mojara mas (aunque eso era casi imposible). Apoyo su espalda en el tronco mientras seguía abrazándose para entrar en calor. El frío comenzó a apoderarse de ella y poco a poco sintió que le faltaba el aire, obligándola a jadear.
Saori, June y Sunrei permanecían esperando en las afueras de la Mansión ante la lluvia que receaba; las tres estaban cubiertas con el pequeño techo que sobresalía de la entrada. En sus rostros se veía la angustia por no obtener noticias de Ellie.
Shiryu, Shun y Seiya salieron de entre los árboles corriendo en dirección a ellas, mojados de la cabeza a los pies.
-¿la encontraron?-Saori se dirigió a Seiya quien negó con la cabeza.
-¡Oh Dios! Espero que este bien-dijo temerosa Sunrei.
-tenemos que seguir buscando, la lluvia se esta volviendo mas intensa y puede ser peligroso-dijo Shiryu volteando a ver las nubes.
-¿dónde esta Hyoga?-pregunto la Diosa con algo de tensión.
-parece que todavía esta buscándola-Shiryu le contesto.
-Shun, tu quédate aquí con Saori y las demás, no las dejes solas.
-esta bien Seiya.
Seiya y Shiryu continuaron su búsqueda y volvieron a desaparecer en la lluvia.
El Caballero del Cisne corría con inquietud en todas direcciones donde su mente lo guiara o por donde pudiera ocurrírsele. La desesperación comenzaba a ser preso de él mientras mas tiempo pasaba sin encontrar rastro de ella.
Todo su cuerpo era testigo de la lluvia tan fuerte que estaba cayendo, pero eso no resultaba ninguna dificultad para él y mucho menos el frío abrasador que había en el ambiente.
Fue su culpa, sabia que era su culpa. Si tan solo hubiera tenido el suficiente coraje como para hablar con ella y aclarar todo, nada de esto estaría pasando. Como era posible que tuviera el valor y la osadía de enfrentarse a los Caballeros mas poderosos y que no tuviera el mismo valor para decirle unas simples palabras a una chica. Se imaginaba que Ellie había salido corriendo herida tras haber aceptado frente a ella que no le importaba si se iba o no. Se preguntaba por que llevaba puestos los pantalones si ni siquiera había demostrado tenerlos.
"¡Kami! ¡¿Dónde estas Ellie!"
La necesidad de encontrarla era inmensa y al mismo tiempo angustiante. Se maldecía el mismo por haber causado semejante dolor en ella. Si llegaba a sucederle algo, no se lo perdonaría nunca. Él, siendo un Caballero de Athena, se sentía inútil ante esa situación y eso solo lo irritaba mas.
Un quejido se alcanzo a oír en los oídos de Hyoga, siendo escondido por la espesa lluvia. Rápidamente volteo hacia el lugar donde provenía el ruido. Su respiración se detuvo.
En las raíces de un árbol se encontraba Ellie, sentada débilmente y apoyándose en el tronco. Su vestido no podía estar mas empapado, tanto que se le pegaba a la piel, al igual que ella. Hyoga pudo notar que estaba mas pálida de lo normal, que sus mejillas estaban rojas y que respiraba con dificultad manteniendo los ojos cerrados.
Asustado, el chico corrió de prisa hacia ella.
-¡ELLIE!-grito desesperado, pero la chica no parecía dar muestra de haberlo escuchado.
-¡Ellie!-repitió suavemente al llegar hasta ella y arrodillarse a su misma altura-¿estas bien?
Al ver que no respondía, Hyoga toco su mejilla con la palma de la mano derecha. Se sobresalto. Estaba caliente, muy caliente. Tenia fiebre.
La rubia sintió que alguien la tocaba y deseando con todas sus fuerzas que el causante de eso fuera Hyoga, entreabrió los ojos, temiendo que sus deseos no se volvieran realidad. Pero para sorpresa de ella no fue así. Allí estaba él, con una expresión tan preocupada en sus ojos claros y completamente empapado por la lluvia. Incluso así se veía atractivo.
-Hyoga...-dijo con dificultad, parecía que su voz no podía reaccionar-¿eres tú?
-si... tranquila... estoy aquí... –susurro para ella sin dejar de tocar su rostro húmedo. En ese momento no podía apartar la vista de su rostro mientras pasaban por su mente todas las cosas que habían sucedido los últimos días. Era increíble como a pesar de todo el sufrimiento que paso seguía estando igual de hermosa, y ahora mas encantadora con su cabello rubio suelto y mojado y las mejillas sonrojadas por la fiebre.
-no puedo creer... que te ame tanto... que... incluso...sueñe contigo...-la voz de Ellie sonaba quebrada debido a los jadeos de su respiración, pero incluso así intento dar una sonrisa dulce. Hyoga no pudo dejar escapar una pequeña risita. ¿Así que ella pensaba que era un sueño eh?
-no soy un sueño... ni una ilusión... ya lo veras... te lo demostrare...
Sin esperar mas, se acerco a ella y como si le naciera del corazón, la beso de una manera suave, pero a la ves un tanto posesiva y anhelante que dejaba mostrar toda la necesidad que él sentía hacia ella. La chica no estaba muy conciente de lo que pasaba pero sintiendo el bombardeo de su corazón, intento responder el beso de la misma manera aunque casi sin moverlos, dejando que sus labios danzaran con la visitante.
Hyoga sintió de nuevo ese veneno recorrer todo su cuerpo, obligándolo a permanecer pegado aun a ella mientras seguía jugando con sus labios, esos labios que alguna vez, y que de nuevo, ahora eran totalmente suyos, pudo sentirlos, acariciarlos y probarlos.
-¿aun no la han encontrado?-ahora fue la voz de June la que hablo.
-no, lo siento...-dijo Seiya bajando la cabeza.
-¡no puede ser!-dijo con lamento Sunrei.
-tiene que estar cerca, no pudo haber ido muy lejos-volvió June.
-ojala este bien...-oró Saori.
Shun miro por encima del hombro de Seiya.
-¡Hyoga!-exclamo con ánimos.
Todos miraron hacia atrás. La silueta alta de Hyoga venia caminando en dirección a ellos con Ellie desmayada en brazos. La lluvia seguía cayendo pero con mas calma.
-¡Ellie!-gritaron con preocupación las chicas al ver a Ellie.
-¿te encuentras bien Hyoga?-pregunto Seiya.
-si, no se preocupen por mi, es Ellie la que esta mal.
-¿qué le sucedió?-dijo Saori.
-tiene mucha fiebre.
-¡Naomi!-Saori giro su cabeza para hablar con la doncella que se encontraba a espaldas de ella-¡llama al medico de la fundación! ¡rápido!-ordeno.
-si señorita, enseguida- contesto respetuosamente la joven, paso seguido se retiro de prisa.
El Cisne miro por debajo de su pecho, el rostro de Ellie caía en sus brazos presa del abatimiento y cansancio. Sus mejillas continuaban rojas y sus largas pestañas se dejaban notar mientras el muchacho recordaba lo que había pasado unos minutos antes.
El doctor de la fundación se dedico a atender a Ellie en su habitación, mientras que todos los demás esperaban permanecían en la sala esperando noticias.
Los chicos ya se habían cambiado de vestimenta para evitar cualquier otro problema; el único que continuaba sin cambiarse era Hyoga, que aun tenia la ropa empapada y se dedicaba a observar por la ventana la noche que ya había caído. De repente sintió que alguien le tocaba el hombro. Volteo, encontrándose con la mirada de Seiya tratando de animarlo.
-no te preocupes, se pondrá bien.
Hyoga solo afirmo con la cabeza, no muy convencido de eso.
-porque no vas a darte un baño Hyoga, sino te cambias te puedes resfriar.
Seiya sabia que eso no seria posible. Hyoga estaba mas que acostumbrado al clima frío. Había vivido y entrenado durante casi toda su vida en un lugar donde solo existía el invierno extremo. Pero eso no lo hacia vulnerable a las enfermedades y nunca estaba de mas tomar precauciones.
El moreno vio la preocupación en los ojos de su compañero, pero aun si insistió.
-vamos, no pasara nada si te vas unos minutos.
-si...-dijo con debilidad. Suspiro y se dirigió a la puerta para continuar el rumbo a su habitación y tomarse ese dichoso baño que esperaba poder deshacerse de sus penas.
Se ducho tan rápido como pudo, y con el cabello todavía húmedo y una pequeña toalla alrededor de su cuello, volvió al salón donde estaban sus amigos.
-¿alguna noticia?-pregunto entrando al salón con algo de esperanza.
-aun no...-contesto Saori mirando al suelo.
Suspiro con fuerza. Camino hacia uno de los muebles donde se encontraba sentado Shiryu y tomo asiento, sosteniendo los brazos en sus piernas.
En ese momento, la puerta se abrió de golpe para sorpresa de todos y el cuerpo de una chica se acerco corriendo hacia Hyoga con desesperación. Sin previo aviso se arrodillo enfrente de éste y le hablo con voz preocupada sin importarle las miradas de los presentes.
-¡Hyoga! ¡me entere de lo que paso! ¡¿estas bien! ¡¿estas herido!
Reconociendo la voz de inmediato y esos ojos color ámbar, levanto un poco la cabeza, observándola con enojo. Sin decir una sola palabra y sin devolverle la mirada, se levanto dándole la espalda, provocando que la joven se levantara con indignación.
-¡¿Odette, que estas haciendo aquí!-exclamo Saori en forma de queja.
-mi vuelo se atraso por el mal tiempo- contesto sin darle importancia-así que...
-así que decidió regresar-termino Seiya de malos modos y cruzando los brazos.
Odette no hizo esperar un ademán de antipatía y miro a Seiya dedicándole una miraba furtiva.
-le recomiendo que se retire, no tiene nada que hacer aquí-Hyoga exclamo con una voz potente y fría sin voltearse a mirarla.
-¿no entiendo Hyoga?- al parecer Odette se hacia la victima y se hizo la afligida tocándose el pecho.
-ya hizo suficiente daño, no le parece?
Odette lo miro como si le hubieran gritado una grosería.
No queriendo permanecer ningún momento mas cerca de esa chica, Hyoga se retiro rápidamente con todos los ojos fijos en él.
-Hyoga esta acostumbrado al frío Odette, por eso esta lluvia no significa nada para él, no tienes de que preocuparte- le explico Saori intentando ser gentil.
-ya veo...-murmuro con desganas.
Saori no se trago aquello de que el vuelo se había retrasado por mal tiempo. Para empezar, Odette se había ido mucho antes de que empezara la lluvia al igual que su vuelo, así que se imagino que eso nada mas fue una excusa para permanecer mas tiempo aquí.
-Ellie esta siendo atendida por el medico y...
-¿así?-dijo con sorna volteándose hacia Saori- ¿qué le sucedió?
-tiene un poco de fiebre.
-Oh, bueno en ese caso será mejor que me vaya. Hyoga tiene razón, no tengo nada mas que hacer en este lugar.
-si lo deseas puedes quedarte esta noche.
-no Saori, no es necesario. Puedo pasar la noche en un hotel. Te lo agradezco de todas formas.
-esta bien.
Al finalizar, se dio la vuelta dirigiéndose a Seiya y compañía.
-fue un verdadero placer conocerlos a todos-sonrió haciendo una ligera reverencia con la cabeza. Los demás se la regresaron cortésmente. Y decidida se retiro.
Después de estar esperando por lo menos 15 minutos mas, el doctor por fin salió de la habitación de Ellie y cruzo la puerta del salón donde de inmediato todos se abalanzaron hacia él para escuchar lo que tenia que avisarles sobre la condición de la joven.
-¿cómo esta doctor?-dijo Saori temblorosa.
-ya esta fuera de peligro-varios dieron un suspiro de alivio-pero tiene principios de neumonía. Asegúrense de que tome muchos líquidos, no exponerse a cambios bruscos de temperatura y que coma adecuadamente. Tiene que descansar, así que si se queda dormida mucho tiempo es normal. Les deje los medicamento en su habitación.
-muchas gracias por venir doctor.
El hombre asintió con la cabeza gentil.
-¿dónde se habrá metido Hyoga?-musito Seiya girando la cabeza en todas direcciones.
-el chico se encuentra en la habitación de la señorita, me pidió verla tan pronto terminara de revisarla-dijo el doctor con serenidad.
En ese cuarto respectivo se hallaba en la cama el cuerpo de Ellie que descansaba placidamente entre las sabanas. Al parecer su temperatura ya había bajado un poco, pero no lo suficiente aun, lo cual tenia inquieto a su visitante.
Hyoga permanecía sentado en el sillón a lado de la cama con la vista clavada en la chica. Entre la cama y él estaba una pequeña mesita de noche donde se encontraban los medicamentos que Ellie debía tomar.
La puerta se abrió dejando pasar a Saori y los demás. June y Sunrei se apresuraron a acercarse a la cama de Ellie para ver como se encontraba, colocándose al lado de ella.
-esta dormida- explico Hyoga, quien se había parado de su asiento para dirigirse a los recién llegados.
-aun tiene un poco de fiebre-dijo June mirando a Ellie.
-será mejor que salgamos, podemos despertarla-sugirió Shun.
Como demostración de que aceptaban estar de acuerdo, todos salieron de la habitación, siendo Hyoga el que cerro la puerta y darle una ultima mirada a Ellie.
-tendremos que cuidarla esta noche-dijo Seiya.
-yo puedo hacerlo-dijo de inmediato Sunrei sin dudarlo.
-no, deja que alguno de nosotros lo hagamos-le respondió Shiryu con algo de severidad pero mostrándose dulce a la ves.
-yo lo haré...
Todos voltearon a ver a Hyoga, el dueño de la voz. Su expresión no había cambiado mucho aun, continuaba seria.
-yo me quedare con ella esta noche-exclamo firmemente.
-Hyoga, no tienes porque hacerlo, ya hiciste suficiente al encontrarla y...
-si tengo-interrumpió a Seiya-si no fuera por mi culpa ella no estaría enferma.
-eso no es verdad-le dijo Shun- no puedes culparte de algo que no sabias que sucedería.
En su interior Hyoga sabia que no era verdad. Si desde el principio se hubiera dignado a hablar con Ellie, ella no estaría sufriendo por él en estos momentos. ¿acaso no podía hacer nada bien? Todos esos problemas sentimentales le estaban afectando gravemente las neuronas.
Ignorando las palabras de sus amigos, volvió a repetir su decisión.
-quiero quedarme a su lado el tiempo que sea necesario.
-esta bien-se rindió Seiya mirando fijamente los ojos de Hyoga y afirmando con la cabeza.
Los muchachos se retiraron sin decir nada mas. Enseguida que sus siluetas se perdieron en el pasillo, Hyoga entro a la habitación con cuidado de no despertarla. Se sentó de nuevo en el sillón frente a la cama y coloco una mano en su frente para verificar su temperatura. Estaba todavía algo caliente (aunque considerando que él no era precisamente objetivo con respecto a la temperatura ¬¬). Tomó la bandeja con agua de la mesa a su lado, saco una toalla pequeña de su interior y la exprimió para ponerla en la frente de la chica.
La contemplo unos minutos mientras ella dormía. Ya era tarde, pero a él eso lo tenia sin cuidado. Lo único que podía ocupar su mente ahora era la salud de Ellie y que se pusiera bien. Nunca pensó que un error como ese fuera a ocasionar un peligro en la vida de ella. Parecía que el dolor era interminable. Llegaba un problema, se iba y detrás de el venia otro igual o peor. Aunque no debería de quejarse, porque ya estaba acostumbrado a lidiar con líos; pero esos eran físicos, no sentimentales.
Levanto la mano lentamente y con los dedos toco su rostro con suavidad mientras sus ojos azules como lagos expresaban la aflicción por la que estaba atravesando.
-perdóname... nunca pensé causarte tanto daño...-susurro con nostalgia- yo solo quería... permanecer a tu lado... pero... por lo que veo no me salió nada bien... y... si tu me lo permitieras... si pudiera hacerte entender... que eres la única... y que siempre lo serás...
"¡no seas estúpido, ella no puede escucharte!"se regaño a si mismo y bajo la cabeza avergonzado. O al menos eso era lo que él creía. Para su sorpresa, escucho la voz dulce de Ellie decir su nombre apenas audible, pero lo suficiente para que él lo escuchara. Levanto la cabeza y sintió como ella movía su rostro del lado donde estaba recibiendo los roces de parte de Hyoga, como si intentara sentir mas.
Hyoga también susurro su nombre en señal de respuesta, esperanzado. Pero no recibió ninguna otra de parte de ella. Suspiro decepcionado. Tal ves solo estaba teniendo un sueño referente a él. Bueno, al menos eso ya era una ganancia.
Sin darse cuenta, se fue quedando dormido poco a poco, la fatiga de todo el día lo estaban dominando y finalmente desistió, apoyando su cabeza y brazos en la cama.
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El pasillo dejaba notar la falta de individuos que permanecían en ella. Solo dos siluetas se veían caminando pacíficamente, uno al lado del otro. Una de ellas era muy alta a comparación de la otra, que se identificaba de inmediato como la de una mujer. Su acompañante era un hombre, fácilmente reconocible por sus anchos hombros y espalda que el largo cabello negro cubría.
Siguieron caminando sin decir nada, deteniéndose enfrente de una puerta que quedo a espalda de la joven. Levanto el rostro para mirar al muchacho frente a ella.
-servida señorita-dijo el chico sonriendo encantadoramente.
-gracias, Shiryu-agradeció después de haberla acompañado hasta su alcoba. Le hizo gracia la forma en la que se dirigió a ella. Sonrió divertida.
-descansa-murmuro Shiryu con ternura y comenzó a andar hacia su habitación.
-¡espera Shiryu!-Sunrei alzó un poco la voz para ser escuchada mientras levantaba su brazo como para intentar detenerlo con el.
Shiryu se volteo de prisa.
-¿si? ¿qué pasa Sunrei?
Sunrei llevó su mano a su pecho mostrándose apenada. Fijo la mirada al piso.
-yo... yo solo quería... agradecerte...por lo que hiciste por mi... ayer... en la mañana...-termino con las mejillas coloradas.
-¿ayer?-se extraño Shiryu. Intento recordar lo sucedido ese día en la mañana en el desayuno y supo de que se trataba- Ah, ya recuerdo-su rostro se torno serio.
-muchas gracias por haberme defendido, aunque, creo que fue mi culpa. No debí haber insistido en preparar el desayuno. Tal ves deba practicar un poco mas para que supiera mejor...
-no digas eso Sunrei, tu no tienes la culpa de nada- la interrumpió Shiryu. Se acerco a ella, quedando de frente-lo que haya dicho esa chica no debe afectarte en lo absoluto.
-pero hice que te enojaras por mi culpa, por defenderme- lo miro con un poco de vergüenza.
El Dragón sonrió con ganas, dándose cuenta de lo noble que puede llegar a ser el corazón de Sunrei. Esa es una de las tantas cosas por las cuales se había enamorado de ella. Mira que preocuparse por que él saliera enfadado del comedor, después de tener que soportar los horribles comentarios de esa chica llamada Odette. ¿Cómo pudo atreverse a insultarla de esa manera?
-fue todo un placer-contesto coqueto haciendo una ligera reverencia.
-¿no estas enojado conmigo?
-¿por qué debería de estarlo?¿tengo algún motivo?
-pues... no... eso creo...-Sunrei no supo muy bien que responder a eso- es solo que me preocupe por tu reacción, por eso pensé que...
-no, no estoy enojado contigo y nunca podría estarlo Sunrei- exclamo dulcemente.
Las mejillas de Sunrei que aun estaban rojas, enrojecieron mas por el comentario de Shiryu. Éste la miro de la misma forma en que le hablo, dándose cuenta de lo linda que se veía sonrojada.
-ven...-el caballero tomo las manos de Sunrei y la obligo a acercársele haciendo él lo mismo, abrazándola por la cintura.
-Shi...Shiryu...-tartamudeo nerviosa mientras apoyaba su cabeza en el pecho de su amado.
-creo que lo necesitabas-le susurro al oído.
-¿no... no te molesta?- Sunrei levanto el rostro para mirarlo.
-¿molestarme?-se sorprendió, bajando la cabeza para devolverle la mirada- por supuesto que no, para eso estoy a tu lado. ¿Cómo podría molestarme por abrazarte? Si es una de las cosas que mas disfruto en este mundo.
-¿de verdad?-pregunto Sunrei con voz débil. Shiryu se encontraba casi rozando sus labios y eso la ponía demasiado nerviosa.
-de verdad...-Shiryu tomo la mano de Sunrei que estaba en su pecho y la acaricio delicadamente con sus dedos sin moverla de su posición.
-¿y sabes que otra cosa me gusta hacerte?-su voz se suavizó a tal grado de sonar seductora.
Sunrei negó con la cabeza, sintiendo que sus piernas comenzaban a flaquear y pensando que se desmayaría en cualquier momento.
Sin contestar aun y demasiado ansioso por tocarla, dejo de rozar sus labios contra los suyos y abrió su boca ligeramente para comenzar a besarla, jugueteando suavemente con los labios de su amante y sintiendo como un calor recorría su interior. Sunrei se dejo guiar por los labios de Shiryu que poco a poco aumentaba la intensidad de sus besos, pero sin dejar de ser delicado con ella. Pensando que podría escapársele, la apretó mas a su cuerpo, sintiendo como éste perdía fuerzas ante sus caricias.
Finalmente se separaron para poder tomar aire. El pecho de ambos subía y bajaba agitadamente.
-besarte...-Shiryu alcanzo a decir entre jadeos.
Su mente se dio a la tarea de recordar la noche que habían tenido. Como deseaba en ese momento volver a repetirla, pero algo se lo impedía, algo que quería guardar para mas adelante. Ahora se daba cuenta que esa noche solo lo había hecho mas vulnerable hacia ella y que si Sunrei no se encontraba cerca, le faltaba el oxigeno.
-ya es tarde... será mejor que te vayas a descansar, no quiero que pases una mala noche-le dijo tiernamente después de recuperar su auto control.
-si... si...-contesto con dificultad.
Shiryu busco la mano de Sunrei y la llevo a sus labios para depositar un pequeño beso.
-buenas noches Sunrei-susurro con ternura mientras le dedicaba una ligera sonrisa encantadora.
-buenas noches, Shiryu-le respondió de la misma forma.
El chico la miro por ultima ves, antes de voltearse y caminar directo a su habitación, golpeándose mentalmente por haber sido tan atrevido.
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La mañana por fin llego, siendo la aparición del sol prueba de ello. A pesar de la hora tan temprana, varios estaban despiertos, no solamente las doncellas sino también los habitantes de la casa. Todos estaban pendientes de cualquier cambio en la condición de su amiga que aun continuaba dormida. El Caballero del Cisne fue el responsable de su cuidado y seguridad esa noche.
Él permanecía dormido en el borde de la cama. Sentado en un sillón, su cabeza se encontraba recostada en la cama mientras Ellie seguía dormida con uno de los brazos del muchacho agarrado ligeramente, como para evitar que se fuera de su lado. Al parecer Hyoga no se había dado cuenta aun.
Lentamente Hyoga despertó de su sueño, levantando sus párpados y mostrando el hermoso color de sus ojos y pestañas. Con algo de dificultad, alzo el rostro para mirar a la ventana, los rayos del sol entraban por ella y se podía oír algunos pájaros cantando. Las gotas de la lluvia de anoche resbalaban por la hojas de los árboles.
Al intentar incorporarse, se dio cuenta de que algo lo sostenía por el brazo y se volteo para mirar. Ellie era la causante de eso, su rostro dormía de lado y sus manos estaban agarradas del brazo de él. Hyoga sonrió con satisfacción, notando la forma tan dulce en la que permanecía dormida de esa forma.
Con suavidad, intento zafar su brazo de su prisión para no despertarla, después coloco su mano de nuevo encima de la cama. Quito la toalla de la frente de Ellie y la toco, la fiebre había bajado. Se levanto del asiento aliviado de saber que ya estaba mucho mejor. La miro con los ojos llenos de calidez para luego voltearse y retirarse, pero antes de poder salir, la puerta se abrió primero y una chica de cabello largo y negro agarrado en una trenza entro en la habitación.
Sunrei venia con una bandeja en las manos y encima de esta, un plato hondo con una sopa humeando y una taza de te.
-buenos días Hyoga- dijo la chica deteniéndose para saludar.
-buenos días Sunrei.
-¿cómo se encuentra Ellie?-su tono cambio a preocupación y miro en dirección a la cama.
-ya esta mejor, la fiebre bajo-contesto no muy convencido.
-que bueno- sonrió ante la respuesta.
La chica se dirigió hasta su amiga, coloco la bandeja en la mesa de noche y toco con su mano la frente de Ellie, afirmando lo que Hyoga había dicho.
-muchas gracias por cuidarla Hyoga- dijo gentilmente.
-por nada- susurro el joven.
-¿por qué no descansas un poco? Estuviste toda la noche cuidándola y debes estar cansado, yo me ocupare de ella, no te preocupes- se enderezó.
Hyoga negó con la cabeza.
-estoy bien, no me siento cansado, además, todo esto es culpa mía-dijo con nostalgia mirando el suelo.
-eso no es verdad, hiciste todo lo que estuvo a tu alcance, ya no te culpes mas- Sunrei trato de animarlo con pocos resultados.
"mentira" pensó el Cisne con frustración. No había hecho todo lo que estaba a su alcance. Pudo haber hablado con ella pero no lo hizo, pudo haberle dicho todo lo que sentía pero no lo hizo, pudo habérselo demostrado pero no lo hizo y sin duda tuvo muchas oportunidades para hacerlo. Simplemente no tuvo el suficiente coraje para hacerlo y solo buscaba excusas tontas que empeoraban las cosas.
-Sunrei...
-si?
-tu... amas a Shiryu verdad?-pregunto con algo de timidez, muy pocas veces visto en él.
-si... lo amo mucho...-dijo con la misma timidez y sonrojándose.
-entonces, ¿qué haces cuando él resulta gravemente herido después de alguna batalla?
-cuido de él y permanezco a su lado.
-en ese caso debes entender lo que siento y que yo no puedo irme y dejarla sola, por que yo... la necesito...-Hyoga dirigió sus ojos hacia Ellie mirándola fijamente.
Sunrei hizo una ligera sonrisa.
-ella también te necesita, Hyoga.
El muchacho volteo su cabeza un poco para verla y notar la sonrisa de confianza en Sunrei.
-por favor... no la dejes sola... Ellie te ama...
"lo se" Hyoga contesto la sonrisa agradecido. Volvió a posar sus ojos claros en Ellie "yo también".
