Capitulo 16. Cuestión de amor.
No podía ver nada, todo estaba oscuro a su alrededor. Se encontraba desorientada, no sabia donde estaba ni lo que había pasado. Se sentía cansada y le dolía la cabeza al igual que la espalda, obligándola a abrir los ojos lentamente. El techo de una habitación apareció arriba de ella y por fin supo donde se encontraba, en la cama de su dormitorio.
Sentía que su cuerpo le pesaba mucho, así que se dejo envolver por el calor de las sabanas mientras intentaba recordar lo que le había pasado.
Se encontraba sola, caminando sin rumbo fijo en el bosque; la lluvia que caía se hacia cada vez mas densa y su cuerpo temblaba de frío. Se detuvo en un árbol a esperar, a esperar que su corazón dejara de llorar como en ese momento lo hacían las nubes, pero no se detenía. Comenzó a sentir un fuerte dolor en el pecho y le costaba respirar.
De pronto, una silueta se dirigía corriendo hacia ella. Tenia tanto frío que no distinguió al principio quien era. Con forma fue acercándose, vio como unos dulces ojos azules como el hielo la miraban. Inmediatamente los reconoció. "Hyoga".
En seguida, todo se hizo borroso hasta volverse oscuridad total.
Eso era todo lo que podía recordar. No sabia lo que había pasado a continuación, solo que después sintió una enorme calidez en sus labios que no supo explicar.
Poco rato después, reparo en que alguien mas estaba en la habitación. Miró a su lado y uno de los chicos se encontraba en el sillón con la cabeza echada hacia atrás durmiendo con expresión despreocupada.
-Seiya...-le llamo con una voz muy débil que parecía no ser la de ella.
-¡que!...-a Seiya le costo un poco reincorporarse, levanto la cabeza-¡Ellie!-exclamo son alegría y miro a la chica acostada en la cama.
-hola...
-¡hola! ¿cómo te encuentras? ¿estas bien?
-si, eso creo...-contesto algo dudosa-¿qué me paso?
-Hyoga te trajo en brazos y con mucha fiebre después de haberte encontrado en el bosque, el medico de la Fundación te atendió, dijo que tenias neumonía-dijo con tono serio y con sus ojos cafés mostrando severidad-tienes que beber muchos líquidos y descansar.
Ellie abrió mucho los ojos. Nunca pensó que podría enfermarse y se dio cuenta de la toalla húmeda que tenia en la frente.
-¿cuánto tiempo he estado dormida?
-dos días enteros-dijo sin darle mucha importancia.
-¡¿qué!... ¡¿y has pasado todo ese tiempo cuidándome?¡-Ellie intento levantarse de la cama, pero los brazos de Seiya se lo impidieron.
-¡no te levantes!-la acostó de nuevo-la verdad es que acabo de regañar a Hyoga, él a estado a tu lado casi todo el tiempo, pero por fin lo convencimos de que se fuera a descansar, nos costo mucho trabajo, sabes? Ese chico tiene la mente de un coco, duro y necio como él mismo.
-si...-rió divertida y sonrojándose al mismo tiempo. Hyoga había permanecido con ella todo el tiempo. Eso podía darle un poco de esperanza.
Seiya sonrió ante la reacción de Ellie. Ya sabia desde hace mucho lo que ambos sentían. Solo tenia que darse cuenta de la forma en la que ambos se miraban.
-hemos estado muy preocupados por ti, especialmente Hyoga-exclamo intentando ver alguna actitud de parte de ella- ¿qué paso Ellie, ¿por qué saliste en medio de la lluvia? Pensamos que te había pasado algo.
-es que...-Ellie no supo que contestar y permaneció callada unos momentos.
-bueno... lo importante es que ya estas mejor...-se levanto del sillón-iré a avisarles a los demás que ya despertaste.
-¡espera Seiya!-Ellie se sentó en la cama.
-¿qué pasa?
-por favor... no le digas nada a Hyoga...-musito con suavidad.
Seiya parpadeo sorprendido.
-pero... ¿por qué no?-dijo extrañado-me pidió que él fuera el primero en saber que habías despertado.
-aun así... por favor... no le digas nada...-le suplico- prométemelo...
-se enterara de todas formas Ellie...
-no importa... por favor...-volvió a suplicar.
Seiya suspiro con resignación. Esto le iba a costar unos cuantos moretones y huesos fracturados si Hyoga llegaba a enterarse.
-esta bien... si eso quieres... no le diré nada...- y salió de la habitación.
Ellie espero unos cuantos minutos mas, y después la puerta se abrió de nuevo dando paso a sus dos amigas.
-¡Ellie!- las dos gritaron al mismo tiempo y June corrió hacia ella. Sunrei coloco la bandeja que tenia en las manos sobre la mesa.
-¡hola chicas!-dijo con ánimos y sonriendo para demostrar que se encontraba bien, pero no dio resultado.
-que bueno que ya despertaste, ¿estas bien? ¿te duele algo?-dijo con preocupación June.
-estoy bien, gracias por preocuparse.
-nos diste un gran susto a todos-dijo June aliviada.
-discúlpenme por haberlas preocupado- se avergonzó Ellie.
-debes tener hambre, así que te prepare una sopa que te sentara bien, espero que te guste-dijo Sunrei, tomo la bandeja y la puso enfrente de Ellie.
-gracias Sunrei pero, no tengo mucha hambre-trato de excusarse.
-tienes que comer algo, sino no te repondrás de tus fuerzas-le aconsejo June.
-vamos, solo pruébala y sino te gusta no la comas, de acuerdo?-Sunrei intento que al menos la probara.
-esta bien- Ellie desistió. Tomo la cuchara y probo un poco. Estaba deliciosa.
-¿y?... ¿qué te pareció?...-pregunto impaciente June.
-¡esta deliciosa!-sonrió con alegría.
-¿¡en serio? Que bueno, eso significa que te la vas a comer, verdad?-dijo Sunrei sonriendo a mas no poder.
-por supuesto que si Sunrei, por estar tan rica me abrió el apetito.
-parece que Shiryu y Shun son mejores cocineros de lo que esperábamos-comento June.
-¿Shiryu y Shun?-exclamo Ellie confundida.
-si, ellos nos ayudaron a prepararla.
-se sentían tan mal de no poder ayudar en nada que nos pidieron ayudarnos por lo menos a hacer la comida para ti-continuo Sunrei.
-al menos ya sabemos que van a ser buenos esposo, no crees Sunrei?-comento June en forma de broma.
-si, es verdad...-dijo con las mejillas coloradas.
Las tres chicas rieron ante la reacción de Sunrei. Ahora que estaban ellas a su lado, Ellie se sentía mucho mejor que antes. Mas segura.
-me extraña que Hyoga no haya venido a verte aun-comento June con algo de inquietud.
Ellie simplemente bajo la cabeza.
-si, después de todo él estuvo cuidando de ti todo el tiempo y siempre preguntaba por ti-continuo Sunrei.
-es que... le pedí a Seiya que no le dijera nada...-hablo Ellie con voz queda pero audible.
-¡¿qué!...¡¿pero por que Ellie?...-exclamo con asombro June.
-¡por que no quiero que se entere!
-eso no va a ser posible, sabes que tarde o temprano él va a venir a verte y se dará cuenta de que ya estas mejor-dijo Sunrei con paciencia.
-no me importa-dijo con necedad cruzando los brazos-no quiero verlo.
Las dos chicas la miraron con inquietud en sus rostros. No estaban convencidas de lo que habían oído. Intercambiaron miradas de soslayo.
-¿estas segura?-June le pregunto con seriedad.
Ellie no contesto y volteo a mirar en dirección contraria a ellas, para que no notaran en sus ojos la verdad.
Y esta es la verdad: quería verlo, tenia muchos deseos de verlo, de sentir su presencia y algo en su interior le decía que tenia que ceder. No por nada Hyoga había permanecido a su lado casi los dos días enteros que estuvo enferma, absteniéndose que comer y dormir.
Si quería ser feliz, tenia que tragarse su maldito orgullo y olvidar todo lo sucedido y empezar de nuevo. Esto podría llegar a convertirse en un estigma para ella.
-¿Ellie...?-la voz de June la llamó, haciendo que ésta volteara rápidamente.
No hacia falta que contestara, June y Sunrei pudieron ver la tristeza y la debilidad en los ojos de su amiga. Ambas suspiraron.
-Ellie, ¿por qué no le das otra oportunidad? Esta bien, de acuerdo, cometió un error, pero esta arrepentido y a intentado hacer todo lo posible para enmendar su error. ¿acaso todo lo que ha hecho no significa nada para ti?-Sunrei trato de hacerla entender.
-Hyoga esta muy afectado, el verlo así para todos nosotros es triste; sino esta aquí en tu habitación cuidando de ti, se mantiene en su cuarto o en la zona de entrenamiento sin dirigirle la palabra a nadie, y tu también estas sufriendo mucho. Ya una vez sentiste lo que es estar enamorada de un hombre y ser correspondida, por favor, no lo dejes ir.
Se quedaron en silencio unos minutos, esperando que las palabras de June y Sunrei hicieran efecto en la cabeza de Ellie, que parecía completamente ida, clavando su mirada en la sopa que tenia delante de ella.
-bueno, será mejor que nos vayamos para que puedas descansar-sugirió June y se levanto, Sunrei hizo lo mismo.
-descansa Ellie, ah y no olvides tomar tus medicamentos, de acuerdo?
-si, esta bien Sunrei lo haré.
Y salieron de la habitación.
Fue un día de sufrimiento para el querido Seiya. Intentaba por todos lo medios posibles que Hyoga no se acercara a la alcoba de Ellie, inventaba cualquier excusa tonta que se le venia a la cabeza. Evidentemente esta situación no tenia contento a el Cisne, y al parecer, Seiya no era el único que evitaba ir verla personalmente a la joven, sino que también June y Sunrei estaban cooperando para eso.
En la mente del Santo no pudo aparecer otra cosa que lo obvio: parecía que lo estaban haciendo a propósito, ¿acaso era una especie de complot en contra de él o que? Y si era así, ¿por qué no querían que fuera a verla? No encontraba motivos, a menos que estuviera muy mal o... "que ella se los haya pedido" pensó.
No le hubiera resultado raro la segunda opción, pero no sabia el porque se comportaba así. ¿acaso ya no quería saber nada de él? No, eso era imposible, no podía ser.
Tomo una decisión, mañana iría a verla, sin importarle que ella no estuviera de acuerdo. Iba a escuchar lo que tenia que decirle a como diera lugar, y de ahí, esperar cualquier cosa que pudiera pasar y aceptar su decisión.
A la mañana siguiente se despertó mas alegre de lo habitual. Se dirigió al balcón de su habitación y estiro los brazos animadamente para deshacer la tensión de los músculos de su cuerpo, mientras sentía el calor del sol tocar su rostro.
Salió de la alcoba y cruzo el pasillo. En el camino se topo con una doncella que le dio los buenos días a lo cual el contesto con una sonrisa entusiasta.
-veo que esta muy feliz joven Hyoga-comento la doncella contagiada de la alegría del muchacho.
-a decir verdad, si lo estoy...-contesto éste al comentario. Se sentía un poco extraño. No era muy frecuente que expresara su felicidad de esa forma.
-me alegra mucho-sonrió encantada. Después de haber visto a uno de sus "amos" bastante triste estos últimos días, le alegraba mucho ver de nuevo su sonrisa- en estos momentos iba a su habitación para cambiar las sabanas.
Hyoga se percato de las sabanas blancas que tenia la doncella en las manos.
-disculpa Naoko, ¿sabes si ya despertó Ellie?
La señorita lo miro con incredulidad, como si pensara que no había escuchado bien lo que le habían preguntado.
-la... la señorita Ellie salió esta mañana muy temprano, ¿no lo sabia?
-¿salió? ¿a dónde?- dijo con mas incredulidad que ella.
-regreso a la ciudad, al orfanato donde trabaja.
Los ojos de Hyoga se ensancharon como platos. Inmediatamente comenzó a correr hacia la alcoba de Ellie para comprobar por él mismo si eso era verdad. Abrió la puerta de golpe y se encontró con lo que había temido. La habitación estaba completamente vacía y en orden. No había nadie en ella y ni rastros de alguien que hubiera permanecido ahí.
Hyoga entro con calma a la habitación con los ojos fijos en la cama. Se detuvo para quedar en frente de ésta. Estaba intacta y... vacía. No se encontraba ningún cuerpo de mujer descansando en ella. Toda la alegría que sintió al despertar se había esfumado por completo. Apretó los puños de coraje.
"maldición, ¿por qué te fuiste Ellie? ¿por qué?" esas preguntas pasaban por su cabeza miles de veces y no podían ser respondidas, aun.
Con el corazón en un puño, se volteo y corrió hacia la sala, donde esperaba encontrar a todos y también las respuestas a sus preguntas.
Al entrar se dio cuenta que no estaban todos ahí, pero si con los que necesitaba hablar. Saori, Seiya, Shiryu y June, quienes se levantaron de sus asientos rápidamente al ver llegar a Hyoga, sabiendo de sobra a que venia.
El Cisne les dirigió una mirada seria e incluso se podía notar cierto rencor en ellos. Cerro la puerta detrás de él con fuerza.
-Hyoga...-comenzó Saori con delicadeza.
-¿por qué no me lo dijeron?- su voz era absolutamente fría y sin emoción alguna.
-escucha Hyoga... nosotros no queríamos...
-¡¿entonces por que me mintieron!- elevo un poco la voz.
-Hyoga... ella nos lo pidió...-dijo June con cierto temor.
-nos pidió que no te dijéramos nada...-Seiya continuo.
-¡¿por qué!
-no lo sabemos...-dijo June y al ver su mirada clavada en ella, añadió-de verdad...
-Hyoga, en verdad no sabemos los motivos por los cuales nos pidió que no te dijéramos nada...- Shiryu la apoyo.
-¡¡¿tu también estabas en esto Shiryu!-grito con enojo, clavando sus ojos en él.
-me temo que si...-contesto el Dragón con melancolía.
-Hyoga por favor... entiende... no queríamos hacerte daño...-Saori intento razonar con él.
-¡¡¡¿Y PENSARON QUE CON NO DECIRME NADA NO IBAN A HACERME DAÑO! ¡¡¡¿SIN DEJARME VERLA! ¡¡¡¿SIN DECIRME QUE SE IBA!
-¡eso no lo sabíamos Hyoga, Ellie tomo la decisión de regresar al orfanato esta misma mañana...!-Saori trataba de mantener la calma.
-¡intentamos convencerla de lo contrario, de que se quedara al menos hasta que se recuperara por completo pero no pudimos!-Seiya subió un poco la voz para hacerse oír.
-no creas que nos fue fácil mentirte, por que sabíamos que necesitabas hablar con ella y de lo que sentías pero...-dijo June.
-no teníamos otra opción... –termino Seiya.
-Hyoga, entendemos lo que sientes, no eres el único que está o ha estado enamorado alguna vez, pero fue decisión de ella no de nosotros, no podíamos obligarla a quedarse...-Saori se acerco despacio a su Caballero, quedando frente a él- sé que no es excusa ni razón para que te hayamos mentido, por eso queremos pedirte disculpas, debimos habértelo dicho desde el principio.
-perdónanos Hyoga, por favor... yo trate de convencer a Ellie pero...
-esta bien June... ya no importa...-las palabras de la Diosa lo habían tranquilizado un poco-creo que yo también les debo una disculpa, no era mi intención preocuparlos de esa manera.
Los ojos azules de Hyoga no podían dejar de mirar el piso. Se sentía vacío, destrozado por completo. No podía culpar a sus amigos de haber mentido, después de todo en gran parte era su culpa. Cerro los ojos y aspiro un sorbo grande de aire para luego dejarlo salir, esperando que también salieran sus preocupaciones y enfado. Tenia que pensar claramente.
-si la montaña no va hacia a ti, tu ve a la montaña.
Hyoga se desbloqueo de sus pensamientos y volteo a ver al chico dueño de la voz.
-Seiya...-susurro con desgana.
Pegaso le sonrió en muestra de apoyo. Hyoga intento regresársela agradecido, pero solo pudo formar una media sonrisa, arqueando un poco sus labios. Al voltear en dirección a los demás, se dio cuenta que Seiya no era el único que le sonreía, también Saori, Shiryu y June se unieron.
-¡oh vamos! ¿no me digas que te vas a quedar ahí parado todo el día?- dijo Seiya animadamente.
-¡por supuesto que no!-contesto Hyoga de igual manera- ¡si acaso piensas que me voy a quedar con los brazos cruzados sin hacer nada, estas muy equivocado Seiya!
-¡ese es el Hyoga que yo conozco!
Y sin pensarlo mas, se dirigió corriendo a la puerta de salida.
-¡espera Hyoga! ¡¿a dónde vas!-exclamo Saori.
-¡al orfanato a buscarla!- se giro para responder con una gran sonrisa, antes de cerrar la puerta.
-¡¡¡eso es! ¡¡¡y no se te ocurra detenerte hasta llegar allá, ¿me oíste!- la voz potente de Seiya se escucho en todo el pasillo.
O O O O O O O O O O O O O O O O O O O O
Los niños reían y corrían por todo el jardín, algunos se mecían en los columpios y otros jugaban futbol soccer en la cancha, la mayoría niños varones. Miho, como siempre, era el arbitro, y se encargaba de que todos estuvieran bien; tenia colgando en su cuello un silbato mientras los observaba. Ellie permanecía sentada al pendiente de los otros niños.
Aunque su cuerpo estaba en el orfanato, su mente estaba en otro lado, permanecía en la Mansión Kido. Sus ojos miraban hacia la nada mas que otra cosa y los pequeños evidentemente lo notaron. Rápidamente fueron a satisfacer su curiosidad.
-¿Ellie...?-se escucho una vocecita proveniente de una pequeña.
La chica parpadeo para salir de su trance y volteo a ver a la niña.
-¿si?... ¿qué pasa?...-dijo tratando de recuperarse.
-¿estas bien?... ¿por qué estas tan triste?...-pregunto la niña con ingenuidad.
-¿todavía te sientes mal?...-otra pequeña se le unió.
-Oh no estoy bien, no se preocupen-les ofreció una sonrisa dulce para tranquilizarlos.
Los niños se miraron unos a otros, no muy convencidos.
-¿estas segura?
-por supuesto.
-es que desde que llegaste te hemos visto muy triste, ¿por qué?
-bueno... es solo que...- la muchacha bajo la voz, no se sentía segura.
-por favor dinos...-la niña insistió.
-si, dinos por favor...
Ellie no podía dejar pasar esas caritas que la miraban ansiosas por escucharla. ¿ahora que debía hacer? Tendría que inventar alguna excusa, pero ¿cuál?. No podía decirles que un hombre estúpido había estado jugando con sus sentimientos, un chico que ellos conocían y que le tenían admiración. No podía destruir ese respeto de hermanos que sentían hacia ellos solo por un tonto mal entendido
"mal entendido"
De repente, recordó lo dicho por Sunrei y June.
"¿por qué no le das otra oportunidad?"
"¿acaso todo lo que ha hecho por ti no significa nada?"
"él te ama, no lo dejes ir"
¿y si realmente fue así, ¿si realmente fue un mal entendido, ¿cómo saber si la ama como dicen?
-¡ya se! ¡Ellie ven a jugar con nosotros para que ya no estés triste!-sugirió con enjundia la niña.
-es que yo...-Ellie no sabia que responder.
Uno de los niños había pateado el balón con mas fuerza de la necesaria, y rodó hacia un espacio vacío del campo para luego ser interceptada por unos zapatos negros que provenían del exterior y que naturalmente pertenecían a un chico.
Los niños lo miraron con asombro y lo reconocieron al instante. Inmediatamente salieron corriendo para darle la bienvenida.
-¡es Hyoga!- grito con alegría Makoto- ¡oigan todos es nuestro amigo Hyoga!
Todos los demás niños voltearon y fueron a saludar al Caballero, que los acogió con una gran sonrisa en su rostro.
Miho lo miro sorprendida, no se esperaba su visita. Giro la cabeza para observar la cara de asombro que tenia su amiga y compañera de trabajo. Su cara estaba tan roja como un tomate. Miho río, así que el Cisne es el causante de la actitud de Ellie.
-¡Hyoga que bueno que viniste a visitarnos!-dijo Akira con felicidad.
-¿por qué no vinieron Seiya y los demás?
-¿vas a jugar con nosotros?
Hyoga estaba rodeado de todos los niños que explotaban de alegría por su presencia. El chico tuvo que agacharse para quedar a su altura y así poder habla mejor con ellos.
-¡niños ya basta, no lo dejan respirar!-Miho alzo la voz para que los niños la pudieran escuchar con todo el escándalo que hacían y se acerco a detenerlos.
-hola Miho-Hyoga se levanto al ver a la muchacha.
-hola Hyoga, discúlpalos, es que están muy contentos de verte.
-si, ya me di cuenta-río el Santo.
-¿qué haces aquí?-pregunto curiosa. Se le hacia raro que él viniera solo, sin Seiya y los otros.
-bueno... vine a ver a...
-¿a Ellie?-lo interrumpió Miho.
El chico se sorprendió y afirmo con la cabeza.
-¡¿qué, ¿entonces no viniste a vernos a nosotros?-se quejo Makoto.
-tranquilos, les prometo jugar con ustedes después, ¿de acuerdo?
-oohhh esta bien- contesto con desgana.
Al subir la mirada, Hyoga se encontró con la silueta de Ellie a unos pocos metros de él. La expresión de su rostro era una mezcla de desconcierto y tristeza. Pudo notar que estaba levemente ruborizada.
-hola Ellie-saludó con una sonrisa.
-ho... hola...-dijo débilmente.
-bueno... será mejor que los deje solos para que conversen un rato-dijo Miho con algo de complicidad- niños, vamonos.
-¿¡qqueeee, ¿¡pero por que!
-por que si, Hyoga y Ellie tienen asuntos importantes que atender.
A regañadientes, los niños se separaron de la pareja seguidos por Miho, pero Makoto y Akira se escondieron detrás de un árbol para espiarlos.
Los ojos de Ellie miraban el piso, y sus manos estaban unidas debajo de su vientre. Su mente comenzó a nublarse. Le era imposible fingir que no le importaba su presencia frente a ella. Nunca se espero que él viniera a buscarla al orfanato. "¿todo lo que ha hecho no significa nada para ti?"
-¿qué haces aquí?-dijo inexpresivamente, o al menos eso intento.
-vine a buscarte-dijo éste al instante mostrando una sonrisa.
-¿a mi, ¿para que?- su voz había cambiado, ahora era mas dulce. Por fin se decidió a mirarlo a la cara.
-no creas que he olvidado que me debes una cita, señorita-dijo con un tono de voz coqueto y cruzándose de brazos- así que vine a cobrarla.
-¿una... cita?-pronuncio nerviosa.
-exactamente.
-pero... Hyoga... no puedo... estoy muy ocupada y yo...
-eso no es cierto-la voz de un niño se escucho por debajo de ellos. La cara de Makoto salió por detrás de Ellie con una sonrisa enseñando los dientes.
-Makoto...
-¿por qué no aceptas?- otra pequeña voz se dejo oír, esta ves era de Akira.
-niños, no deberían estar aquí ¿nos están espiando?-protesto la chica con enojo.
-¿sabes Hyoga? A Ellie le gustas desde hace mucho tiempo pero no quiere admitirlo-el niño moreno levanto las manos y las puso detrás de su cabeza mientras miraba a Hyoga, sin prestarle atención a la joven.
En las mejillas de Ellie se asomo un intenso color escarlata.
-¿en serio?-dijo Hyoga haciéndose el inocente y con una sonrisa de oreja a oreja.
-si, y para que lo sepas también tiene una fotografía tuya en su habitación-el niño continuo con una gran tranquilidad, como si estuviera diciendo su nombre.
-¿una... fotografía mía?- Hyoga parecía sorprendido.
El rostro de la rubia no podía estar mas rojo de la vergüenza.
-¡Makoto ya basta!-grito con desesperación para hacer al niño callar y que no la siguiera poniendo en evidencia.
-así que tienes una fotografía mía eh?-las manos de Hyoga se dirigieron a su cintura con expresión divertida.
-bueno... yo...
-vamos Ellie, ¿por qué no aceptas salir con Hyoga?
-si, él te quiere mucho, ¿verdad Hyoga?-dijo Akira con animo.
-por supuesto que si-el chico miro a Ellie con una sonrisa dulce surcando sus labios.
-¿lo ves, anda acepta.
Ellie lo observo aun sonrojada, los ojos azules del muchacho la miraban fijamente esperando una respuesta. Esos hermosos ojos que todavía la seguían cautivando y que la hacían sentir vulnerable.
Para ayudarla un poco, Hyoga se acerco mas a ella, lo suficiente para que ella se intimidara.
-no acepto un no por respuesta-susurro tiernamente.
-Hyoga... yo...
¿A quien estaba engañando? Lo que mas había deseado era estar con él y ahora que sucedía se estaba haciendo la difícil por un estúpido mal entendido. Si él no la amara no habría hecho todo lo que hizo por ella. Pudo haberse quedado en la Mansión para no saber mas de ella, pero no lo hizo, sino que fue a buscarla. No podía seguir fingiendo que no lo necesitaba. Quería estar con él y eso debería ser mas que suficiente.
-eres mas fuerte que mi orgullo, Caballero del Cisne-dijo finalmente con una sonrisa.
-eso significa que...
-si, acepto.
La sonrisa de ambos se marco mas y los niños gritaron entusiasmados mientras levantaban los brazos al cielo.
-no te preocupes por nosotros Ellie, Miho nos cuidara...
-lo se...-Ellie volteo a ver a su amiga que también la observaba desde lejos con un sonrisa y le guiño un ojo.
El rubio coloco su brazo derecho en frente de Ellie, invitándola a tomarlo.
-¿nos vamos?
-si...-asintió con las mejillas coloradas.
Mientras caminaban alejándose del orfanato, Makoto tomo sus manos y las puso alrededor de su boca para gritarles.
-¡mas te vale que no la lastimes eh Hyoga!
-¡tranquilos, la cuidare muy bien!-grito "jamás podría hacerle daño otra ves"
Hyoga poso sus ojos en la chica rubia que lo acompañaba.
-hay tantas cosas que quiero contarte Ellie.
-no te preocupes, tenemos toda una vida para hacerlo.
La silueta de ambos se fue perdiendo por las calles de la ciudad, que los esperaba para pasar uno de los días mas felices de sus vidas y que tampoco seria el ultimo.
