Quiero dar gracias a IsOpeTT y a Alega por haberme dejado sus reviews... me alegró mucho saber lo que opinaban de lo que fue el preámbulo de mi historia...aqui dejo el segundo capi con las mismas esperanzas.. ahora les dejo la historia..
... Los personajes de Avatar no me pertenecen...son propios de su creador...>> Adira es un personaje propio de la autora...>>
Nuevos Sentimientos
II
Bueno ahí estaban de camino al campamento sin nada que comer y con una nueva boca que – posiblemente- alimentar. El guerrero no hacia más que refunfuñar al ver a la chica, mientras que le joven avatar se encargaba de pensar; había sentido algo muy raro recorrer su pequeño cuerpo, al mismo tiempo en que sus mejillas empezaron a arder..."es raro, eso solo me pasa con Katara" se detuvo en seco pues estuvo a punto de chocar contra Appa "Esto de pensar mientras camino no es buena idea".
-Chicos- exclamó Katara acercándose al grupo, como siempre animada.
-Hola Katara...- dijo el chico del aire
El guerrero pasó de largo y se sentó al lado de Appa, por su parte la recién llegada veía la interacción entre ambos chicos, mientras sonreía para sus adentros. Una mano la despertó, al ver se encontró con los ojos del pequeño vestido de naranja quien animadamente- cosa que no es rara- le presentaba a la maestra agua.
-Katara ella es Adi, la encontramos en el riachuelo cerca de aquí mientras estábamos buscando que comer-
-Ya veo...es un placer conocerte...- dijo la morena
-Igual...por cierto el abusador de allá es algo tuyo..- preguntó la chica señalando a Sokka.
-Es mi hermano...ambos somos de la tribu del agua...-
-Ahhh...eso quiere decir..¿qué tu eres una maestra agua.?-
-Si...aunque apenas estoy aprendiendo.-
-¡Eso está genial!- mencionó sumamente emocionada- ¡Ojalá yo pudiera ser maestra de algún elemento!-
Así transcurrió la velada. Sokka no hizo más que refunfuñar por el simple hecho de que la chica se quedara a cenar; no hacia más que intercalar miradas entre ambas chicas, la morena que le atraía desde iniciado el viaje y la castaña que había encontrado en el río y había despertado en él, sus – muy molestas- hormonas.
-Katara si tu eres maestra agua...que son Aang y Sokka...- preguntó la chica parándose y acercándose a Appa.
-Mi hermano quiere convertirse en un guerrero y Aang es un maestro aire...-
-¿Maestro aire?...- se quedó pensando un momento mientras acariciaba al bisonte.- ¡Eso quiere decir que tú eres el Avatar!
Duraron alrededor de una hora explicándolo todo, para ser sinceros la chica no se sorprendió mucho, más bien pareció complacida...ella también compartió su experiencia con la nación del fuego.
Se preguntó como, con solo llevar unas pocas horas de conocer a alguien, pudo haber mostrado síntomas- un tanto insignificantes...pero igual presentes- de aquella enfermedad llamada "Amor". Volteó y observó como todos dormían plácidamente, sonrió y siguió pensando. Si tan solo sus padres no hubieran conocido a esa gente hace años, las cosas serían muy diferentes...ahora ellos ya no estaban con ella...y como los extrañaba...sus mejillas fueron presa de las crueles lágrimas de soledad.
Ansiaba sentir los brazos cálidos y dulces de sus padres rodeándola, los gritos de su hermano cuando hacía algo malo o cuando le hacía una jugarreta...pero eso era imposible... no los volvería a ver más nunca...rompió en un llanto agudo, como odiaba a esa nación, daría lo que fuera por ver la cara de ellos cuando fuesen derrotados por Aang...he ahí otra cosa, tan solo lo vio supo que había algo especial en él, algo que le atrajo visiblemente.
Sintió una suave ráfaga de viento abrazarla, se dio vuelta y se encontró frente a frente con el joven maestro aire. Se quedó viendo un rato esos ojos, profundos y tristes...el chico sintió como su corazón se quebraba, por alguna extraña razón no le gustaba ver a esa chica así, sus ojos verdes ya no tenían ese mágico brillo, estaban apagados y su cabello estaba desordenado...se sentó a su lado y pasó su brazo por sus hombros, sabía que lo más probable era que recibiría un buen golpe, pero como respuesta la chica posó su cabeza en su pecho.
-¿Los extrañas mucho, verdad?-
-Como no tienes idea...-
-Hay algo que pueda hacer...-
-No lo creo...¿sabes?... durante años estuve bajo el resguardo de mi familia y de la noche a la mañana un grupo de enfermos me los arrebata...Aang...eso no se olvida con facilidad...-
Tomó el mentón de la chica con sus manos y se perdió un rato en sus ojos, otra vez esa sensación recorría su cuerpo...eso del "desarrollo" le iba a hacer mal, sus maestros le habían hablado acerca de las hormonas y como a algunos- los que no sabían controlarse- les traían problemas...pero de algo estaba seguro con Katara no se sentía así...ahora la pregunta era ¿porqué?
Le dedico una gran sonrisa y se separó de ella rápidamente.
-Mira esto...- dijo mientras hacía una burbuja de aire y empezaba a volar alrededor de la chica, quien poco a poco empezaba a reír.
-"Esa sonrisa podría llegar a gustarme"- pensó el chico continuando con su pequeño espectáculo.
Camino un poco más, como cosa rara se había parado y no podía conciliar el sueño. Sin quererlo su mente pasó a otro lugar; para ser más exactos, a otra persona. La afortunada no era otra más que la amiga que acompañaba al Avatar, la morena de cabello café le llamaba la atención...había llegado al punto de tener sueños donde con placer degustaba los labios de chica sin mostrar cansancio alguno; despertó del sueño, sabía que eso era algo completamente imposible.
Ahora se sentía sucio...como nunca antes lo había sentido...la muerte de aquellas personas inocentes todavía observaba al cerrar sus ojos, jamás se perdonaría eso; pero no le era permitido mostrar debilidad. Esa mirada verdosa llena de dolor y odio también se reflejaba en todos sus recuerdos tormentosos. Veía con dolor como la delicada chica tomaba entre sus manos lo antes fueron sus padres, grandes lágrimas bañaban los cuerpos inertes mientras ella intentaba desesperadamente despertarlos de lo que pudo haber sido una pesadilla...
-Hecha realidad...- completó él.
Apretó sus puños con fuerza y lanzó – lo que sería- uno de los suspiros más tristes que su alma desquebrajada podía soltar...
Sus párpados no querían abrirse para dejar pasar la luz entre ellos, su cuerpo estaba arropado, pero no de frazadas...¿qué era lo que la arropaba? se levantó con dificultad y un poco de flojera. Fue entonces cuando sintió una mano deslizarse hasta llegar a su cintura al voltear se encontró con la esperanza de una tierra en decadencia. La hierba cubría una parte de su cara, sus labios estaban un poco abiertos y su brazo derecho descansaba bajo su cabeza mientras su brazo derecho estaba aferrado a la chica. Un escalofrío recorrió su espalda al sentir la mano del chico apretar más su cintura, se acercó un poco al chica para darse cuenta que lentamente se despertaba.
Llegaron al campamento, los que habían pasado la noche ahí no mostraban mucho disimulo, era el guerrero quien a la hora del desayuno lanzaba varias indirectas a los dos chicos.
-Y...¿cómo pasaron la noche?-
-¡Sokka!- le reprendió su hermana- no se preocupen chicos solo ignoren los comentarios de mi hermano...-
-No te preocupes Katara...- respondió el avatar sonriéndole a la chica
-Es verdad...Aang y yo estamos tranquilos por que nada pasó entre nosotros allá los mal pensados...-
-Yo no soy un mal pensado...- se defendió el guerrero
-Si claro...- dijeron los tres al unísono.
-¡Hey!-
-¡No me digas que ahora eres tú el ofendido!- mencionó la chica de ojos verdes molesta.
-Por supuesto...-
-Somos Aang y yo los que estamos siendo acusados de algo que no paso...-
-Si claro..háganse los inocentes...-
-¡Sokka!- fue entonces cuando la hermana del chico terminó dándole un certero golpe en la cabeza con su plato vació.
Escuché por mucho tiempo los comentarios ofensivos de mi hermano, casi siempre estuvo soltándome cuantas palabras extrañas se le vinieron a la mente. Desde ayer, que vi a Aang con esa chica algo en mí cambio; son ojos de hermandad la que despido cuando lo veo...es eso...sin quererlo el avatar se ha convertido en mi hermano, mientras que mi corazón y mente se debate por el príncipe...nuestro enemigo...mi enemigo..Estoy conciente que Adi le guarda mucho rencor...pero estoy segura que él ha de estar más dolido que ella, cuando lo veo, lo que me refleja su mirada no es odio ni maldad pura...es tristeza...¡Lo sé!...Detesto con todo mi corazón estar en esta situación, no quiero dividir mi corazón entre mis amigos y él...Ojalá las circunstancias fueran otras...
La morena despertó de sus pensamientos al sentir sus mejillas arder, aún estando mentalmente en otro lugar, fue su corazón quien actuó sin más...Todos voltearon y se encontraron de frente con el príncipe de la nación de fuego, quien los observaba con detenimiento...
