Error#1: Inicio del misterio.
La llegada del nuevo ciclo escolar lo mantuvo inquieto toda la noche sin poder dormir, repasando mentalmente una lista de todas las cosas pendientes, tenía sus nuevos útiles escolares, el uniforme de secundaria, había enviado todos los documentos necesarios a la escuela y ya había pensado en lo que haría llegando a la escuela.
Viendo que no dormiría temprano se dirigió a su escritorio y prendió su laptop para perder algo de tiempo en internet. La pantalla de su computadora era el actual logo de la NASA y había unos cuantos programas en su escritorio.
Solo reviso algunos foros de investigación astronómica y su Email, el cual estaba repleto de correos de su hermano menor. Aquello le saco una sonrisa, últimamente Tsukasa se estaba tomado en serio el asunto de la comunicación, pero no le molestaba.
Escribir sobre su día con su gemelo saciaba su soledad. Por supuesto también quería saber sobre cómo le estaba yendo su hermano, lo último que sabía es que había ganado un concurso local de dibujo.
Talvez cuando crezca se convertiría en un reconocido artista o alguna profesión relacionado al arte.
Al terminar de revisar los correos y responderlos era alrededor de las once de la noche, apagando todo se fue a su cama esperando que todo saliese bien en su primer día en la secundaria.
…
En su primer día de secundaria fue solitaria para ser honesto, ninguno de sus padres se presentó a la ceremonia de apertura. Aunque tampoco era una novedad si era sincero, no había visto a su padre desde que lo abandono, pero sin dejarle de enviar dinero y su madre cuando fue internado a los 11 años.
El único que le deseo suerte fue su hermano Tsukasa a través de un mensaje de texto. Hablo con su gemelo en la mañana un rato antes de dirigirse a la academia kamome.
La ceremonia fue normal, se llevó a cabo en el auditorio del colegio, el director presento a los encargados de secundaria y preparatoria, el consejo estudiantil y a los maestros por supuesto. Una vez terminada las presentaciones se les dio un tiempo a los alumnos antes que se les llamara a sus respectivos salones.
Mentiría si dijera que no se sentía miserable al ver como sus nuevos compañeros se la pasaban hablando con sus padres o hablaban entre sus amigos. Pero no podía culparlos, él nunca fue bueno en eso de socializar siempre había sido Tsukasa quien lograba ser amigos de todos.
Se hubiera ido a pasear a los alrededores de no ser porque escucho al director hablar desde el micrófono que todo el alumnado debía dirigirse a sus respectivos salones para empezar las clases.
Levantándose de su asiento se dirigió a su respectivo tutor, ya que a diferencia de sus compañeros no tenía de quien despedirse.
Al levantarse de su asiento no se dio cuenta o más bien no pudo ver a unos conejitos rosados detrás suyo siguiéndolo en todo el día.
…
El resto del día paso demasiado lento en su opinión, entre presentaciones entre maestros y alumnos lo alargo mucho más. Lo único que quería era ir a su departamento para ver televisión y comer unas donas hasta que se fuese a dormir.
La única presentación que presto atención fue de su maestro de ciencias, Tsuchigomori – sensei era alguien que podía describirse fácilmente como manso. A pesar de sus aires amables tuvo el presentimiento de que todo era falso, una máscara que usaba para esconder algo siniestro.
Pero no era alguien para juzgar a alguien en el primer día.
En la hora del almuerzo comió en la azotea del viejo edificio las sobras de la cena de la noche anterior, el resto de la hora se la paso leyendo un libro que trajo de su casa. No se atrevió en interactuar con ninguno de sus compañeros ya que no le vio razón para hacerlo.
Cuando la jordana escolar termino y todos se iban a sus casas, es cuando se dio que varias de sus cosas habían desaparecidos entre ellos sus llaves de su departamento.
No recordaba en que momento pudieron haberle robado, lo más probable fue cuando se fue a comer a un lugar tranquilo para no ser molestado. Necesitaba encontrar sus llaves o tendría que esperar hasta la noche para hablar con el casero.
Al salir del salón de clases vio algo que lo dejo perplejo y no era para menos.
- ¿Qué demonios? - No pudo evitar exclamar al ver sus cosas en el suelo del pasillo, estaban separados por unos metros formando una fila en el pasillo.
-Maldición no llevo ni un día en esta escuela y ya soy el objetivo de los matones- Mascullo entre dientes Amane mientras se agachaba a recoger sus cosas y ponerlas en su mochila. – Esto me llevara toda la tarde -
La fila de objetos lo llevo directamente al teatro de la escuela, observo desde lejos como sus llaves estaban encima del piso de madera del teatro, iluminadas por la luz de un reflector como si quisiesen que las buscara sin problema.
Aquello lo confundió aún más.
¿Por qué tomarse la molestia de robarle las cosas si después las dejarían a la vista para que pueda buscarlas? Claro que era molesto agacharse para recogerlos y luego guardarlos, pero las veces que le hacían esto, sus útiles estarían en la basura o regadas en el patio trasero.
Pero cuando subía lo que restaba de escaleras sin darse cuenta de que era observado en cada movimiento que hacía. Al ponerse de puntillas para levantar sus llaves para retirarse a su hogar y por fin descansar, sintió de repente un cambio en el aire a su alrededor.
Así que ya se imaginan la sorpresa de Amane cuando de un momento a otro, él se encontraba en un lugar que no reconocía.
Y como cereza al pastel, unos seres lo observaban desde lo alto.
En donde demonios se había metido.
….
Curiosidad que mata Num.2
Fueron los Mokkes quienes robaron las cosas de Amane por orden de un misterio escolar.
Fecha de creación: 14/04/2020 - Fecha de edición: 29/05/2020
